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Actas Urológicas Españolas

versión impresa ISSN 0210-4806

Actas Urol Esp vol.34 no.1  ene. 2010

 

ORIGINAL - CÁNCER DE VEJIGA

 

Actualización de las Guías Clínicas de la Asociación Europea de Urología sobre el carcinoma vesical músculo-invasivo y metastásico*

Update of the Clinical Guidelines of the European Association of Urology on muscle-invasive and metastatic bladder carcinoma

 

 

A. Stenzla, N.C. Cowanb, M. De Santisc, G. Jaksed, M.A. Kuczyke, A.S. Merseburgere, M.J. Ribalf, A. Sherifg y J.A. Witjesh

aDepartamento de Urología, Universidad Eberhard-Karls Tuebingen, Tuebingen, Alemania
bDepartamento de Radiología, Hospital Churchill, Oxford, Reino Unido
c3er Departamento médido an ACR-ITR/ceaddp AND lbi-acr Vienna-CTO, Kaiser Franz Josef Spital, Viena, Austria
dClínica Urológica, University Clinic, Aachen, Alemania
eDepartamento de Urología y Urología Oncológica, Hannover Medical School (MHH), Hannover, Alemania
fDepartamento de Urología, Hospital Clínic, Universidad de Barcelona, Barcelona, España
gDepartamento de Urología, Universidad Karolinska, Hospital Stockholm, Suecia
hDepartamento de Urología, Universidad Radboud, Centro Médico Nijmegen, Nijmegen, Países Bajos

* La traducción del presente artículo ha sido realizada por José Luis Pontones Moreno, del Servicio de Urología del Hospital Universitario La Fe, de Valencia (España), y se ha llevado a cabo con el permiso de la Asociación Europea de Urología.

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

Contexto: la aparición de nuevos datos relacionados con el diagnóstico y tratamiento de cáncer vesical músculo-invasivo y metastásico (CaV-MiM) ha obligado a una actualización de las Guías sobre el CaV-MiM de la Asociación Europea de Urología (EAU).
Objetivo: revisión de las nuevas guías de la EAU para el CAV-MiM.
Evidencia adquirida: un grupo de urólogos, oncólogos y radiólogos designados por el Comité de Guías Clínicas de la EAU ha realizado un exhaustivo trabajo de revisión de la literatura procedente de Medline, el registro central Cochrane de revisiones sistemáticas y las citas bibliográficas de publicaciones y artículos de revisión. Se han tenido en cuenta las recomendaciones basadas en la literatura previa disponible sobre este aspecto. Además, han sido añadidos niveles de evidencia y grados de recomendación, según las modificaciones del Oxford Centre for Evidence-based Medicine.
Evidencia sintetizada: el diagnóstico de cáncer vesical músculo-invasivo (CaVMI) se realiza mediante la resección transuretral y el consiguiente estudio histopatológico. Una vez confirmada la existencia de CaVMI es preciso realizar el estadiaje mediante tomografía computarizada toraco-abdómino-pélvica, si se dispone de ella. Actualmente, la quimioterapia adyuvante solamente se recomienda en el contexto de ensayos clínicos. La cistectomía radical es el tratamiento de elección en ambos sexos, y la linfadenectomía debe constituir una parte integral de la misma. Tanto a hombres como a mujeres se les debe ofrecer la sustitución vesical ortotópica siempre que no existan contraindicaciones, tales como la existencia de tumor en el margen uretral. En la actualidad, los tratamientos multimodales para la conservación vesical en casos de enfermedad localizada constituyen un alternativa terapéutica solamente en pacientes seleccionados, adecuadamente informados, y en aquellos en los que se desestima la cistectomía por motivos clínicos o personales. Los protocolos de seguimiento deben diseñarse sobre la base de: a) historia natural de la recurrencia; b) probabilidades de recurrencia; c) deterioro funcional en localizaciones específicas; y d) consideraciones sobre el tratamiento de la recurrencia. En la enfermedad metastásica el tratamiento de primera línea para los pacientes con un estado general adecuado para tolerar el cisplatino es la quimioterapia combinada basada en este fármaco. Actualmente no existe una quimioterapia estandarizada de segunda línea.
Conclusiones: estas guías de la EAU constituyen un resumen de la exhaustiva visión de conjunto de las guías recientemente actualizadas del CaV-MiM, publicadas en las guías clínicas de la EAU, también disponibles en la National Guideline Clearinghouse.

Palabras Clave: Cáncer vesical músculo-invasivo. Quimioterapia. Cistectomía. Derivación urinaria. Guías clínicas.


ABSTRACT

Context: New data regarding diagnosis and treatment of muscle-invasive and metastatic bladder cancer (MiM-BC) has emerged and led to an update of the European Association of Urology (EAU) guidelines for MiM-BC.
Objective: To review the new EAU guidelines for MiM-BC.
Evidence acquisition: A comprehensive workup of the literature obtained from Medline, the Cochrane central register of systematic reviews, and reference lists in publications and review articles was developed and screened by a group of urologists, oncologists, and radiologist appointed by the EAU Guideline Committee. Previous recommendations based on the older literature on this subject were taken into account.
Levels of evidence and grade of guideline recommendations were added, modified from the Oxford Centre for Evidence-based Medicine Levels of Evidence.
Evidence synthesis: The diagnosis of muscle-invasive bladder cancer (BCa) is made by transurethral resection (TUR) and following histopathologic evaluation. Patients with confirmed muscle-invasive BCa should be staged by computed tomography (CT) scans of the chest, abdomen, and pelvis, if available. Adjuvant chemotherapy is currently only advised within clinical trials. Radical cystectomy (RC) is the treatment of choice for both sexes, and lymph node dissection should be an integral part of cystectomy. An orthotopic bladder substitute should be offered to both male and female patients lacking any contraindications, such as no tumour at the level of urethral dissection. Multimodality bladder-preserving treatment in localised disease is currently regarded only as an alternative in selected, well-informed, and compliant patients for whom cystectomy is not considered for clinical or personal reasons. An appropriate schedule for disease monitoring should be based on: a) natural timing of recurrence; b) probability of disease recurrence; c) functional deterioration at particular sites; and d) consideration of treatment of a recurrence. In metastatic disease, the first-line treatment for patients fit enough to sustain cisplatin is cisplatin-containing combination chemotherapy. Presently, there is no standard second-line chemotherapy.
Conclusions: These EAUguidelines are a short, comprehensive overview of the updated guidelines of (MiM-BC) as recently published in the EAU guidelines and also available in the National Guideline Clearinghouse.

Key words: Muscle invasive bladder cancer. Chemotherapy. Cystectomy. Urinary diversion. Guideline.


 

Introducción

La mayoría de las publicaciones relativas al cáncer vesical músculo-invasivo y metastásico (CaV-MiM) se basan en estudios retrospectivos, incluyendo algunos grandes estudios multicéntricos y otros controlados bien diseñados. Disponemos de pocos estudios aleatorizados sobre el diagnóstico y tratamiento quirúrgico del CaV-MiM, y los datos cualificados basados en la evidencia, referidos a aspectos clínicos relevantes, no alcanzan los niveles habitualmente obtenidos en algunas de las especialidades médicas.

 

Métodos

Las recomendaciones descritas en las actuales guías clínicas están basadas en una búsqueda bibliográfica extensa realizada por medio de Medline, el registro central Cochrane de revisiones sistemáticas y las citas bibliográficas de publicaciones y artículos de revisión. Se han tenido presentes las recomendaciones basadas en la literatura previa disponible sobre este aspecto1. La última actualización sobre el CaV-MiM se ha realizado a través de las referencias bibliográficas encontradas en Medline y en otras bases de datos públicas. Con los resultados obtenidos de esta búsqueda todos los miembros del comité establecieron las conclusiones y recomendaciones sobre cada uno de los aspectos relativos al CaV-MiM. Los niveles de evidencia y grados de recomendación se establecen de acuerdo al Oxford Centre for Evidence-based Medicine Levels of Evidence2. El objetivo de los grados de recomendación es aportar transparencia entre la evidencia subyacente y la recomendación ofrecida. Finalmente, se resumen las conclusiones más importantes, prestando mayor interés a los cambios aparecidos en relación con las versiones anteriores de las guías, con los correspondientes niveles de evidencia (LE: 1-4; tabla 1) y grados de recomendación (A-C; tabla 1).

Epidemiología y factores de riesgo

En el año 2006, en Europa, el número estimado de pacientes diagnosticados de cáncer vesical (CaV) fue de 104.000 (82.800 en hombres y 21.600 en mujeres), lo que representa el 6,6% del total de cánceres diagnosticados en hombres y el 2,1% en mujeres. La proporción de acuerdo con el sexo fue de 3,8:1, respectivamente. En hombres el CaV fue el cuarto cáncer más frecuente. El CaV ocasiona el 4,1% del total de muertes por cáncer en hombres y el 1,8% de las muertes en mujeres3. El tabaco es el principal factor de riesgo claramente relacionado con el CaV, estando presente en alrededor del 50-65% de casos en hombres y el 20-30% de casos en mujeres. La exposición laboral se considera el segundo factor de riesgo más importante. Según diferentes series el 20-25% del total de casos de CaV están relacionados con el trabajo, con tendencia decreciente en series recientes4. Se ha descrito un incremento de la tasa de cáncer vesical secundario a radioterapia externa (EBRT) empleada en neoplasias ginecológicas, con un riesgo relativo de 2-45; en pacientes con cáncer de próstata (CaP), la incidencia de CaV fue significativamente más baja en los tratados mediante prostatectomía radical (PR) que en aquellos sometidos a EBRT6. Las diferencias de prevalencia de CaV observadas en relación con el sexo parecen deberse a causas distintas al tabaco o la exposición química7,8.

Distribución por grado y estadio

La clasificación TNM del año 2002, aprobada por la Unión Internacional Contra el Cáncer (UICC), está ampliamente aceptada y es la base para las actuales guías9. Es aconsejable la utilización de la clasificación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) del año 2004, ya que debe conducir a un diagnostico más homogéneo de los tumores10. Sin embargo, mientras que la clasificación OMS-2004 no ha sido validada por medio de nuevos ensayos clínicos, el grado de los tumores debe ser establecido usando ambas clasificaciones (OMS-1973 y 2004). La mayoría de ensayos clínicos publicados hasta hoy han utilizado la clasificación OMS-1973; en consecuencia, estas guías están basadas en dicha clasificación.

Procedimientos diagnósticos

Es obligado realizar un examen bimanual antes y después de la resección transuretral (RTU) para evaluar la existencia de una masa palpable y si el tumor está adherido a la pared pélvica11,12. Cuando en el examen cistoscópico se sospecha la existencia de un CaV invasivo deben ser practicados estudios de imagen adecuados, previamente a la RTU. Después de la RTU es imposible diferenciar la reacción inflamatoria de la grasa perivesical del crecimiento tumoral13. La urografía tomográfica computarizada helicoidal (UTCMD) es la prueba de imagen preferida para el diagnóstico y estadiaje del cáncer vesical y del tracto urinario superior (tabla 2). Esta técnica puede ser considerada como una alternativa a la urografía intravenosa (UIV)14 en los tumores invasivos del tracto urinario superior, puesto que proporciona una información más completa (LE: 4), pero presenta el inconveniente de una mayor exposición radiológica que la UIV convencional. La UIV permite detectar tumores vesicales grandes como defectos de repleción o deformidades de la pared vesical. La UIV también proporciona información sobre la presencia de un tumor ureteral que aparece como un defecto de repleción o la existencia de hidronefrosis. En la actualidad se cuestiona la necesidad de una UIV en los pacientes diagnosticados de tumor vesical debido a la baja incidencia de hallazgos significativos detectados con esta exploración14,15 (LE: 3). La incidencia de tumores del tracto urinario superior es baja (1,8%), aunque puede alcanzar hasta un 7,5% en el caso de tumores localizados en el trígono16. La ecografía transabdominal permite la caracterización de masas renales grandes, la detección de hidronefrosis y visualizar defectos de llenado intravesicales. En combinación con la radiografía simple de abdomen puede ser tan exacta como la UIV para el diagnóstico del origen de una hematuria17 (LE: 3). El estudio por medio de la citología urinaria y los marcadores urinarios obtiene una sensibilidad y especificidad superior al 90% en tumores de alto grado o carcinoma in situ18,19 (LE: 2b). Este aspecto es especialmente útil en el CaV-MiM, puesto que la mayoría de estos tumores son de alto grado. Esto mismo es también aplicable a los marcadores urinarios, si bien ninguno de ellos ha sido registrado como marcador específico para el diagnóstico de CaV invasivo. El diagnóstico definitivo depende de la exploración endoscópica de la vejiga y el examen histopatológico del tejido resecado. En principio, la cistoscopia se practica de modo ambulatorio, con instrumentos flexibles o rígidos. Cuando un tumor vesical es visualizado mediante una ecografía meticulosa, tomografía computarizada (TC) helicoidal o una resonancia magnética nuclear (RMN), la cistoscopia puede ser obviada, ya que el paciente deberá ser sometido a una RTU para obtener el diagnóstico histológico.

Resección transuretral del tumor vesical invasivo

El objetivo de cualquier RTU o re-RTU en los tumores vesicales invasivos es conseguir el diagnóstico de certeza, lo cual implica incluir músculo en los fragmentos resecados. Para más información pueden consultarse las Guías del CaV no músculo invasivo recientemente publicadas20.

Biopsias de la vejiga y uretra prostática

La afectación de los ductus y la uretra prostática en varones con tumor vesical suele ser más frecuente cuando el tumor está localizado en el trígono o en el cuello vesical, en presencia de CIS vesical difuso, y en tumores multifocales19,20 (LE: 3). En estos casos y/o cuando se observan anormalidades en la uretra prostática, es aconsejable tomar biopsias con asa de resección de la uretra precolicular (grado de recomendación C). En las mujeres debemos tener un cuidado especial en los tumores del trígono y del cuello vesical, cuando se considere la posibilidad de preservación uretral para una sustitución vesical ortotópica. Las biopsias del cuello vesical en mujeres son recomendables aunque no obligatorias, pues permiten el análisis en fresco del margen uretral en el momento de la cirugía de sustitución21 (LE: 4).

Cáncer de próstata asociado

Los estudios para cáncer de próstata deben realizarse de acuerdo con las guías EAU sobre CaP22.

 

Estadiaje

Técnicas de imagen

Estadiaje local del cáncer vesical invasivo

La TC y la RMN pueden utilizarse para la evaluación del nivel de invasión local23, pero no permiten detectar la invasión microscópica de la grasa perivesical (T3a). Por tanto, el objetivo del estudio mediante TC y RMN es la detección de la enfermedad estadio T3b o más avanzada. En la vejiga la RMN consigue una mejor resolución para el estudio de tejidos blandos en comparación con la TC, pero tiene una peor resolución espacial. En la época en que no se disponía de tomografía computarizada multidireccional (TCMD), la RMN proporcionaba una mayor exactitud en el estadiaje local. En los tumores primarios la RMN presenta una exactitud que oscila entre el 73-96% (media: 85%). Estas cifras son un 10-33% (media: 19%) más altas que las conseguidas mediante el diagnóstico con TC.

El estudio mediante RNM rápida dinámica con contraste nos ayuda a diferenciar el tumor vesical de los tejidos circundantes, ya que el tumor se contrasta más precozmente que la pared vesical normal debido a la neovascularización tumoral13. Esta modalidad de RMN obtiene imágenes a una velocidad de una imagen por segundo, por lo que es muy útil para distinguir el tumor de la reacción tisular posbiopsia13. Las ventajas de la TC incluyen la mayor rapidez de la exploración, una más amplia cobertura con una simple inspiración y menor susceptibilidad a algunos factores individuales propios del paciente. La exactitud de la TC para establecer la extensión extravesical del tumor varía entre el 55 y el 92%24, y aumenta cuanto más avanzada es la enfermedad25.

La exactitud de la TCMD en la detección y estadiaje del CaV mostró una menor sensibilidad (89 frente a 100%) y una mayor especificidad (95 frente a 73%) comparada con la RMN en el diagnóstico de la invasión perivesical, mientras que la tasa de detección de cáncer y la exactitud global para la invasión perivesical fueron similares26.

Técnicas de imagen para la afectación ganglionar y metástasis

La evaluación de la afectación ganglionar basada solamente en el tamaño está limitada por la incapacidad de la TC y la RMN de identificar metástasis en ganglios de tamaño normal o ligeramente aumentados. Las sensibilidades para detectar metástasis ganglionares son bajas, oscilando entre un 48 y un 87%. Las especificidades también son bajas, alcanzando un 64%, aunque la afectación ganglionar puede ser el resultado de una patología benigna. En conjunto, los resultados obtenidos por la TC y la RMN en la detección de metástasis ganglionares son similares para varios tumores pélvicos primarios27,28. Ganglios pélvicos > 8 mm y abdominales > 10 mm de diámetro máximo en su eje más corto (DMEC) deben considerarse como ganglios aumentados de tamaño en los estudios con TC y RMN14,28-31.

Antes de cualquier tratamiento con intención curativa es esencial descartar la existencia de metástasis a distancia. La TCMD y la RMN son las técnicas diagnósticas electivas en la detección de metástasis pulmonares y hepáticas (LE: 2b-3).

Las metástasis óseas y cerebrales son raras en el CaV invasivo; en consecuencia, la gammagrafía ósea y la exploración cerebral mediante técnicas de imagen no están indicadas, excepto cuando el paciente presente síntomas o signos específicos que sugieran la presencia de metástasis en dichas localizaciones14,29. La RMN es más sensible y específica para el diagnóstico de la enfermedad ósea que la gammagrafía31,32 (LE: 2b).

 

Carcinoma vesical músculo-invasivo localizado

Quimioterapia neoadyuvante

Las ventajas de la quimioterapia neoadyuvante (administrada a pacientes con carcinoma vesical de células transicionales clínicamente operable antes de realizar la cirugía o radioterapia planeadas) son múltiples: la quimioterapia es administrada en un estadio más precoz, cuando el volumen de la enfermedad micrometastásica es probablemente menor; se puede probar la quimiosensibilidad in vivo, y es esperable una mejor tolerancia a la quimioterapia antes de realizar la cistectomía. Sin embargo, también existen algunas desventajas considerables con la quimioterapia neoadyuvante. Los errores en el estadiaje pueden resultar en un sobretratamiento, retraso de la cistectomía y empeorar la evolución de los pacientes resistentes a la quimioterapia33-35; los efectos adversos de la quimioterapia pueden alterar la evolución de la cistectomía y la derivación urinaria36. En estudios y metaanálisis recientemente publicados consigue una mejoría de la supervivencia global (SG) de un 5-8%, por lo que se aconseja que la quimioterapia neoadyuvante con combinaciones basadas en cisplatino se tenga en cuenta como opción en el CaV músculo-invasivo, independientemente de cuál sea el tratamiento definitivo (grado de recomendación: A)37-40.

La quimioterapia neoadyuvante no se recomienda en pacientes con un performance status (PS) > 2 y con déficit de función renal (grado de recomendación: B). La quimioterapia como terapia única no está recomendada como tratamiento primario del CaV localizado (grado de recomendación: A)41.

 

Cirugía radical y derivación urinaria

En la mayoría de países occidentales, actualmente, la cistectomía radical (CR) constituye el tratamiento estándar del CaV músculo-invasivo localizado42,43. El interés sobre los aspectos relacionados con la calidad de vida (QoL) ha promovido la tendencia a la preservación uretral para poder realizar una neovejiga ortotópica, al igual que la conservación de los nervios autonómicos intrapélvicos para mejorar la potencia y la continencia, y de igual forma a modalidades de tratamiento de conservación vesical como la radioterapia (RT) y/o quimioterapia. La edad y el PS influyen en la elección del tratamiento primario del tumor, al igual que en el tipo de derivación urinaria44. La demora en la realización de la cistectomía (convencionalmente considerada como el tratamiento transcurridos 90 días desde el diagnóstico) influyen tanto en la evolución de la enfermedad como en el tipo de derivación urinaria33,45. Las recomendaciones sobre cistectomía y derivación urinaria se encuentran recogidas en la tabla 3.

Técnica y extensión de la cirugía

La CR conlleva la exéresis de la vejiga y de los órganos adyacentes, incluyendo la próstata y las vesículas seminales en el hombre y el útero y los anexos en la mujer46, además de los ganglios linfáticos correspondientes. Sin embargo, recientemente, ha sido cuestionada la extirpación completa de la próstata en los hombres y la resección vaginal en las mujeres47,48. Se han propuesto diversas técnicas de cistoprostatectomía con conservación parcial de la próstata en varones con cáncer localizado, y han sido publicados los resultados de una serie con un largo periodo de seguimiento. Los estudios de autopsia, al igual que los dirigidos a detectar la presencia de CaP en las piezas de cistoprostatectomía, sugieren que en aproximadamente 23-54% de los pacientes se encuentra un CaP en los sometidos a esta técnica, siendo un cáncer clínicamente significativo, localmente recurrente o incluso metastásico hasta en un 29% de los casos49-51. En conjunto, en algunas series, solamente en un 26-33% de los pacientes que se someten a cistoprostatectomía no se encuentra ni CaP ni carcinoma prostático urotelial.

En estudios retrospectivos la linfadenectomía extendida ha demostrado mejorar la supervivencia de los pacientes con CaV músculo-invasivo. Sin embargo, el valor terapéutico de la misma todavía se desconoce, y aún está por determinar una disección linfática estandarizada52-54. Existen algunos estudios retrospectivos y prospectivos55,56 relativos a las regiones anatómicas que deben incluirse en la linfadenectomía, que demuestran que en los pacientes con CaV, cuando los ganglios linfáticos pélvicos están libres de tumor, los ganglios extrapelvianos también están libres de afectación. Además, tanto la SG como la supervivencia libre de progresión podrían estar correlacionadas con la cantidad de ganglios extirpados durante la cirugía53,56.

Se debe resecar un segmento ureteral distal (de longitud no especificada) y, en situaciones como la existencia de CIS, es necesario evaluar una sección en fresco del margen quirúrgico ureteral46,57. Es recomendable (en ambos sexos) realizar la uretrectomía cuando exista un margen positivo en el límite de la disección uretral, o cuando el tumor primario esté localizado en el cuello vesical o en la uretra (en mujeres), o si el tumor infiltra extensamente la próstata41,43,57.

Derivación urinaria tras cistectomía radical

Desde un punto de vista anatómico se consideran tres posibles formas de derivación: abdominal, uretral y rectosigmoidea. Para la reconstrucción del tracto urinario se han utilizado diferentes segmentos del tracto intestinal, incluyendo estómago, íleon, colon y el apéndice58. Aunque diversos estudios han comparado ciertos aspectos relacionados con la QoL, como la función sexual, la continencia urinaria y la imagen corporal en grupos de pacientes con diferentes tipos de derivación urinaria, se necesitan más estudios en este campo relativos al estadiaje preoperatorio del tumor y el estado funcional del paciente, la situación socioeconómica, el intervalo hasta la cirugía primaria y algunos otros.

Los pacientes candidatos a cualquier tipo de derivación urinaria tienen que estar motivados para aprender y ser lo suficientemente habilidosos para manejarse con su derivación. Enfermedades neurológicas o psiquiátricas debilitantes, una expectativa vital corta, el deterioro de las funciones renal o hepática y la presencia de carcinoma transicional en el margen uretral o en otro margen quirúrgico son contraindicaciones para la práctica de las derivaciones más complejas. Son contraindicaciones específicas para realizar una neovejiga ortotópica: altas dosis de RT preoperatoria, estenosis uretrales complejas y la incontinencia severa por deficiencia del esfínter uretral59-61.

Resultados oncológicos de la cirugía

En la literatura encontramos cifras de supervivencia libre de recurrencia y global a los 5 años en hombres y mujeres del 66-68% y 58-66% respectivamente, y a los 10 años del 60-73% y 43-49% respectivamente62. Estos resultados no han sido alcanzados en las grandes series con tratamientos de conservación vesical para estadios equivalentes (ver más adelante).

La cistectomía conlleva la mayor reducción del riesgo de muerte cáncer-específica y no específica en los pacientes mayores de 80 años63. El mayor estudio retrospectivo sobre cistectomía, de una única institución, existente hasta nuestros días demuestra que los pacientes mayores de 80 años presentaban una mayor morbilidad postoperatoria, pero no se observó una mayor mortalidad64.

A pesar del hecho de que la RT preoperatoria, en pacientes con CaV músculo-invasivo subsidiario de cirugía, produce una disminución del estadio después de 4-6 semanas, esta práctica no está recomendada para mejorar la supervivencia (grado de recomendación: B)65.

Cistectomía paliativa en el cáncer vesical músculo-invasivo

La cistectomía paliativa con derivación urinaria usando segmentos intestinales se practica en los pacientes con cáncer pélvico localmente avanzado y afectación vesical, con la finalidad de aliviar síntomas tales como el dolor, la hemorragia recurrente, la urgencia o la aparición de fístulas66. En los pacientes con tumores localmente avanzados inoperables (pT4b) la CR no es aconsejable como opción curativa de tratamiento primario (grado de recomendación: B). La única indicación para realizar una cistectomía paliativa es aliviar los síntomas, y la morbilidad de la cirugía y la QoL deben ser sopesadas frente a otras opciones (grado de recomendación: B/C; LE: 3).

Terapias de conservación vesical

En la mayoría de pacientes con CaV localizado, la RTU, la RT o la quimioterapia aisladas no están indicadas como opción de tratamiento curativo primario (grado de recomendación: B). Se han descrito tasas favorables de supervivencia a largo plazo con métodos de tratamiento multimodal combinando RTU, RT y quimioterapia41,67-69. Sin embargo, una estrategia multimodal de conservación vesical requiere una cooperación multidisciplinar muy estrecha y un elevado grado de cumplimiento terapéutico por parte del paciente. Incluso cuando un paciente presenta una respuesta completa al tratamiento multimodal, la vejiga mantiene todo el potencial para la recurrencia tumoral. Aproximadamente la mitad de los pacientes pueden esperar conservar su vejiga nativa intacta. Después de completado el tratamiento multimodal un estatus T0 en repetidas RTU se considera un factor de gran valor pronóstico67,70. No obstante, incluso los pacientes con mejor pronóstico presentan un riesgo vital de recurrencia tumoral intravesical a largo plazo, lo que obliga a una vigilancia meticulosa y múltiples procedimientos invasivos. Parece ser que la demora en la CR debida a un tratamiento inicial de conservación vesical aumenta el riesgo de metástasis en los ganglios linfáticos hasta una tasa de ganglios positivos del 26%, cuando la cistectomía es obligada por el fracaso del tratamiento conservador (LE: 2b). Actualmente, la terapia multimodal en la enfermedad localizada sólo es considerada como una alternativa en pacientes seleccionados, bien informados y motivados en los que no se plantea la cistectomía por razones clínicas o motivos personales (grado de recomendación: B).

 

Quimioterapia en el cáncer vesical no localizado

Quimioterapia adyuvante

Hasta la actualidad solamente han sido publicados 5 estudios aleatorizados sobre quimioterapia adyuvante y un metaanálisis, con datos actualizados de pacientes individualizados de 6 ensayos y un total de 491 pacientes para el análisis de supervivencia37,71-75.

Además, todos estos estudios son subóptimos y con importantes deficiencias, tales como pequeño tamaño muestral, uso de quimioterapia subestándar, cese precoz del reclutamiento de pacientes y defectos en el diseño y análisis estadístico, incluyendo objetivos irrelevantes o ausencia de recomendaciones relativas a la quimioterapia de rescate para recaídas o metástasis76. Los datos no son lo bastante consistentes para dar unas recomendaciones, que serían confusas, sobre el uso de quimioterapia adyuvante (LE: 1a). En consecuencia, la quimioterapia adyuvante sólo se contempla en el contexto de ensayos clínicos, y no para uso rutinario, ya que no está lo suficientemente estudiada (grado de recomendación: A)

Quimioterapia en la enfermedad metastásica

El CaV es un tumor quimiosensible. Las tasas de respuesta varían en función de diversas características del paciente y de la enfermedad. La quimioterapia basada en fármaco único proporciona una tasa de respuestas baja y esta es, generalmente, de corta duración (LE: 2a).

Se conocen los factores pronósticos de respuesta y supervivencia77. Las combinaciones de quimioterápicos basadas en el cisplatino constituyen el tratamiento estándar desde finales de los años ochenta. Metotrexato, vinblastina, doxorrubicina (adriamicina) y cisplatino (M-VAC) y gemcitabina con cisplatino (GC) consiguen prolongar la supervivencia hasta los 14,8 y 13,8 meses, respectivamente78-81. Aunque la equivalencia no ha sido estudiada, ninguna de las combinaciones ha demostrado ser superior a la otra, obteniendo tasas de respuesta del 46 y el 49% para M-VAC y GC, respectivamente. Los resultados de supervivencia a largo plazo confirmaron la equivalencia sospechada de los dos regímenes. La principal diferencia entre ambas combinaciones fue la toxicidad, siendo GC menos lesiva. Con las combinaciones basadas en cisplatino, los pacientes que presentan únicamente metástasis ganglionares, un buen PS y una buena función renal pueden conseguir unas tasas de respuesta excelentes, incluyendo un alto índice de respuestas completas, encontrando una supervivencia libre de enfermedad de hasta un 20% (LE:1b)33,78,82,83. Las combinaciones que contienen carboplatino son menos efectivas que la quimioterapia basada en cisplatino en términos de tasas de respuesta completa y supervivencia (LE: 2a).

Otras combinaciones de quimioterápicos que no contienen cisplatino han proporcionado buenas respuestas cuando se han utilizado en primera y segunda línea, tanto en pacientes seleccionados con buen estado general o en grupos de pacientes no seleccionados con deterioro del estado general, pero estas combinaciones no han sido contrastadas frente a la quimioterapia estándar (LE: 2a). Ensayos en fase 2 de terapia de segunda línea, con pocos pacientes, evidencian tasas de respuesta moderadas para quimioterapia con un único fármaco o combinaciones que no contienen cisplatino (LE: 2a). La cirugía posquimioterapia, después de respuestas parciales o completas, puede contribuir a mejorar la supervivencia libre de enfermedad a largo plazo (LE: 3). El PS y la presencia o ausencia de metástasis viscerales son factores pronósticos independientes de supervivencia. Estos factores son tan importantes como el tipo de quimioterapia (LE: 3).

La indicación de tratamiento y selección de pacientes para el mismo se decide en función de los factores pronósticos (grado de recomendación: B). El tratamiento de primera línea en pacientes con un estado general capaz de tolerar el cisplatino debe ser una combinación que contenga dicho fármaco como GC, M-VAC (preferiblemente asociado a factor estimulante de colonias de granulocitos [GCSF]), o M-VAC a altas dosis con GCSF (grado de recomendación: A). Carboplatino y las combinaciones sin platino no están recomendadas como tratamiento de primera línea en pacientes con buen estado general (grado de recomendación: B), excepto cuando su estado de salud no tolere cisplatino (grado de recomendación: C). En la actualidad, todavía no existen datos suficientes para sustentar una recomendación en relación con la quimioterapia estándar de segunda línea. En consecuencia, la terapia de segunda línea debe ser considerada en el contexto de un ensayo clínico. En esta situación debe tenerse presente la posibilidad de emplear paclitaxel/gemcitabina o un fármaco único, siempre que el paciente presente un buen PS (grado de recomendación: C).

 

Seguimiento de los pacientes con cáncer de vejiga músculo-invasivo

Los autores desean enfatizar el hecho de que cualquier recomendación sobre el seguimiento está plenamente establecida en función de un consenso de expertos y datos con nivel de evidencia 4. Un protocolo adecuado para el control de la enfermedad debe tener en cuenta la historia natural de la recurrencia, la probabilidad de la misma, el deterioro funcional de algunos órganos específicos y las posibilidades de tratamiento de una recurrencia84. En general, el periodo de vigilancia oncológica puede ser concluido después de 5 años de seguimiento, pero es aconsejable continuar la vigilancia especialmente dirigida a los aspectos funcionales relacionados con el tipo de derivación urinaria y el estado general del paciente. En las tablas 4 y 5 se describen las recomendaciones y sugerencias sobre los aspectos generales del seguimiento en diferentes estadios y situaciones específicas.

El pronóstico de un paciente con una recurrencia pélvica depende del tipo de recurrencia. La quimioterapia sistémica, la cirugía de rescate local o la radioterapia consiguen aumentar la supervivencia en algunos casos, y una mejoría importante de los síntomas en la mayoría de pacientes.

Las metástasis a distancia se presentan hasta en un 50% de los pacientes tratados mediante cistectomía. La mayoría de ellas aparecen en los primeros 24 meses, aunque se han descrito casos de progresión después de 10 años de seguimiento. El estadio patológico y la afectación ganglionar representan factores de riesgo. Las localizaciones más frecuentes de metástasis a distancia son los pulmones, el hígado y los huesos85. Las recurrencias en el tracto urinario superior son infrecuentes (2-7%), pero cuando acontecen suelen desarrollarse en los primeros 22-40 meses tras la cistectomía56,84,85.

Los protocolos de vigilancia suelen fracasar en la detección precoz de estos tumores antes de la aparición de los síntomas. No obstante, la nefroureterectomía radical puede prolongar la supervivencia86.

La incidencia de recurrencias en la uretra es del 5-17%, y es especialmente frecuente entre el primer y tercer año después de la cirugía. La uretrectomía profiláctica, durante la cistectomía no está justificada en la mayoría de pacientes. En los varones el factor de riesgo más importante para el desarrollo de recurrencia uretral es la invasión del estroma prostático (21-64%)87,88. En las mujeres el factor de riesgo es la presencia de tumor en el cuello vesical89. Numerosos estudios demuestran que el riesgo de afectación uretral después de derivación ortotópica (0,9-4%)87,90,91 es significativamente menor que cuando se realiza una derivación no ortotópica (6,4-11,1%). La práctica rutinaria de lavados uretrales y citología urinaria no parece tener ningún beneficio sobre la supervivencia92,93.

 

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