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Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría

versão On-line ISSN 2340-2733versão impressa ISSN 0211-5735

Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq. vol.34 no.121 Madrid Jan./Mar. 2014

 

PARA LEER

 

Libros

Books

 

 

MANUEL DESVIAT (editor). Colección Salud Mental Colectiva. Ed. Grupo 5. Madrid.

Sería muy difícil determinar cuál de los muy distintos roles que Manuel Desviat ha desempeñado en la práctica de la Psiquiatría y la Salud Mental ha resultado tener efectos más importantes sobre las mismas. Manuel Desviat ha sido clínico (y ha escrito sobre clínica) y ello ha constituido su labor principal al principio y al final de su vida profesional. Ha sido líder de movimientos sociales que a veces se han desenvuelto en circunstancias difíciles y han promovido reformas importantes de los sistemas de atención tanto en los años duros en nuestro país como en Latinoamérica. Ha gestionado procesos de transformación de viejas instituciones psiquiátricas en sistemas de atención comunitaria. Ha sido organizador y gestor de redes de atención a la salud mental tan importantes como la de Leganés. Ha asesorado a los responsables de las políticas sanitarias (que no siempre le han hecho el caso que deberían). Ha trabajado como experto para agencias internacionales como la OMS-OPS. Ha escrito sobre clínica, sobre salud mental comunitaria, sobre epistemología, sobre los procesos de reforma, sobre los sistemas de atención, sobre salud pública, sobre las relaciones entre la cultura, la política la economía y la salud mental... Y seguro que, aun habiendo deliberadamente decidido ceñirme a las actividades que tienen relación más directa sobre la salud mental, se me olvida alguna importante en este campo.

Pero hay una labor que a mi modo de ver merecería reconocimiento especial: la de editor. Probablemente Manuel Desviat aprendió en su experiencia de luchador antifranquista de la importancia de tener la posibilidad de compartir las propias ideas y tener acceso a las ajenas. En el campo de la salud mental ha fundado y dirigido tres revistas que han tenido una importante repercusión sobre el modo de ver la salud mental en nuestro país: la Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, Psiquiatría Pública y Átopos. Igualmente fundó y dirigió la colección Estudios de la Asociación Española de Neuropsiquiatría y la primera editorial que empezó a publicar textos clásicos descatalogados en los años 80 y que se llamó primero Nieva y luego DORSA. En ella vieron la luz los textos de autores como Kraepelin, Pinel, Esquirol, Charcot o Clerambault con estudios preliminares de gentes como Castilla del Pino, José Luis Peset, Rafael Huertas, Fernando Colina o Francisco Pereña. También se publicaron textos contemporáneos algunos de tanta influencia como el de David Goldberg sobre la ruta de los cuidados psiquiátricos o el de José María Álvarez sobre la invención de las enfermedades mentales.

Ahora la editorial del Grupo 5 ha encargado a Manuel Desviat la colección "Salud Mental Colectiva". Como queriendo hacer honor a este nombre, Desviat ha comenzado por encargar textos sobre los temas que vienen trabajando a algunos de los mejores representantes de ese colectivo de la salud mental que encarna la AEN. La colección se estrena con un libro de Alberto Ortiz sobre psiquiatría crítica y uno de Ander Retolaza sobre salud mental en atención primaria.

Los libros van precedidos de una presentación de Manuel Desviat que es a la vez una especie de profesión de fe y una declaración de intenciones. En ella nos sitúa en un momento en el que, al calor de los movimientos de reforma, se ha producido una superación - no completa - de la institución manicomial a la que estuvo tanto tiempo encadenada la Psiquiatría, un aumento importante de los recursos que las sociedades dedican a la atención a la salud mental y el surgimiento de nuevas formas de participación de los afectados y de la sociedad en la conceptualización de los problemas, la búsqueda de soluciones y la gestión de los medios necesarios para ello. Pero nos recuerda, por un lado, que es también un momento de hegemonía de un atroz reduccionismo "biológico" y una pobreza teórica sin precedentes en la historia de las disciplinas relacionadas con la salud mental y, por otro, que es necesario echar un ojo a lo "se ha quedado atrás en las prisas" de los procesos de reforma. Desde allí clama por la articulación de une eje político, un eje ético y un eje técnico porque "el modelo comunitario exige reconstruir saberes y técnicas para adecuarse a un proceso ético-técnico que ha originado nuevas situaciones que producen nuevos sujetos: nuevos sujetos de derecho y nuevos derechos para estos sujetos".

Tendremos sin duda textos imprescindibles en la estela de los dos primeros

Alberto Fernández Liria

 

ALBERTO ORTIZ LOBO. Hacia una psiquiatría crítica. Colección Salud Mental Colectiva. Ed. Grupo 5. Madrid, 2013. 346 pp.

"La Colección Salud Mental Colectiva" difícilmente podía haber escogido un título más oportuno para su número 1.

Alberto Ortiz Lobo es un psiquiatra madrileño que ha desarrollado la mayor parte de su vida profesional trabajando en centros de salud mental. Desde allí ha realizado un notable trabajo como socio de la AEN y la Asociación Madrileña de Salud Mental y como docente en varios campos entre los que destacan la salud mental en atención primaria y la psicoterapia. Desde los inicios de su formación se empeñó en desarrollar una visión crítica de su quehacer como profesional. Ello le llevó por un lado a interesarse sobre las numerosas intervenciones que se realizan en los centros de salud mental sobre personas sin ningún diagnóstico (sobre ello hizo su tesis y dirigió algunas otras) y, desde allí, a plantearse procedimientos para evitar el daño que pueden producir tales intervenciones, lo que le convirtió en pionero en el campo de la prevención cuaternaria en salud mental y en protagonista de una interesantísima propuesta de "intervención de no tratamiento" sobre la que creo que debería haber recibido formación cualquier clínico que vaya a trabajar en el sistema público de atención a la salud mental. A la vez esta inquietud le llevó a interesarse por las corrientes que con rótulos como "psiquiatría crítica", "postpsiquiatría", "oidores de voces" o cualquier otro, se han ido desarrollando tanto dentro como fuera de nuestras fronteras cuestionando el paradigma dominante en nuestro campo. Gracias a su trabajo, al de las personas que han trabajado en esto con él (como Iván de la Mata) y a la Asociación Madrileña de Salud Mental, muchos hemos tenido conocimiento de desarrollos con los que, de otro modo, nos hubiera costado conectarnos.

El libro que comentamos refleja esta trayectoria y constituye una aproximación ordenada a tan complicados temas que la hace imprescindible tanto para profesionales en formación como para quienes quieran hacerse preguntas sobre su asentadísima práctica cotidiana.

El libro está dividido en tres partes. En la primera, delinea el panorama de la psiquiatría actual y da cuenta de las miradas críticas que se vuelcan sobre ella a las que hacíamos referencia más arriba. Lo hace de un modo informado, ecuánime y fácil de seguir. La segunda mitad de esta primera parte corresponde a una colaboración de Juan Gervás, el médico de atención primaria que se ha erigido en portaestandarte de (entre otras muchas y buenas cosas) la bandera de la prevención cuaternaria, precisamente sobre este tema.

La segunda parte (que cuenta con la colaboración de Iván de la Mata en el capítulo sobre "riesgos y limitaciones de la prevención primaria" y la de Eva Muñiz en el de Rehabilitación revisa de un modo exhaustivo pero fácilmente asequible, la literatura sobre los daños que puede producir la psiquiatría. Además de los temas ya citados se refiere a los aspectos coercitivos de la Psiquiatría, el tratamiento de personas sanas, los diagnósticos categoriales y los tratamientos psicológicos.

La tercera es la parte propositiva. La abre con una excelente revisión de las propuestas narrativistas en Salud Mental y en Medicina. Le sigue un brillantísimo capítulo sobre la indicación de no tratamiento y uno sorprendente y verdaderamente juicioso sobre "prescripción juiciosa de psicofármacos". Vicente Ibáñez contribuye a esta parte con dos capítulos uno sobre alternativas y modelos asistenciales desedicalizadores y otro sobre derechos humanos. El primero ofrece una panorámica rápida pero exhaustiva sobre los intentos de modelos alternativos articulados en ese especia de historia oculta de la salud mental que arranca en Tuke e hilvana las aportaciones de gentes como Clifford Beers, Adolf Meyer, Thomas Main, Maxwell Jones, Michel Foucault, Irvin Goffman, Ronald Laing, Loren Mosher, Luc Ciompi o Yrjo Alanen, hasta llegar a las modernas alternativas a la corriente hegemónica y el cúmulo progresivamente creciente de su utilidad. El segundo recoge las referencias básicas imprescindibles para poder afrontar temas candentes - desde el tratamiento ambulatorio involuntario hasta las voluntades anticipadas con una base más sólida que la de las ocurrencias surgidas al calor de las presiones de grupos de interés o el conflicto causado por algún conflicto puntual.

Cierra el volumen un capítulo titulado "Psiquiatría crítica y centrada en las personas" en el que se revisitan los conceptos trabajados en el libro para esbozar al menos el sentido de una propuesta que se sitúa frente a otras alternativas, se reclama de la necesidad de trabajar en colaboración con los usuarios y contiene incluso sugerencias - también fundadas en la literatura - para la formación e investigación.

Se trata de un libro que reúne las características necesarias para ser utilizado como libro de consulta. Pero que en absoluto cansará o defraudará y que recompensará largamente a quien se lo lea de un tirón.

Alberto Fernández Liria

 

ANDER RETOLAZA. Salud Mental y Atención Primaria. Colección Salud Mental Colectiva. Ed. Grupo 5. Madrid, 2013. pp 296.

Si algo ha caracterizado siempre a Ander Retolaza - creo que no sólo como psiquiatra - es la nada fácil decisión de ser a la vez radical, de dirigirse a la raíz de las cosas, y pragmático. Así ha sido también siempre en su ya larga trayectoria de trabajo sobre la atención a la salud mental en atención primaria.

El libro que comentamos representa un paso más en este camino y sorprende porque su estructura lógica no es la de un texto que se propusiera nada más que hacer una revisión académica de un tema sobre que sólo eso ya sería suficientemente interesante.

El libro comienza con un capítulo titulado "El problema". Pero "el problema" resulta nos ser el de la relación entre los niveles asistenciales - eso será "un" problema, cuyas soluciones se revisarán más delante en el texto - Lo que Ander Retolaza identifica como "el problema" nos remite a la definición freudiana de la salud como "capacidad de amar y trabajar" a una visión crítica de la idea de que la vida colectiva sólo es posible desde la renuncia a lo individual. Algo que liga con lo que hemos podido aprender de los estudios sobre la repercusión de la desigualdad sobre la salud.

Un segundo capítulo presenta una revisión actualizada e impregnada de ese "bien cada vez más escaso" (en palabras del propio Retolaza) que es la reflexión, de los datos que hemos ido acumulando sobre la prevalencia de las condiciones que ameritarían atención por motivos de salud mental y la demanda que de ellas - y no sólo de ellas - se deriva.

El tercer capítulo se dedica a la conceptualización y clasificación de estas condiciones. En él se revisan las insuficiencias de las propuestas vigentes y de las que las precedieron, sobre todo en lo que se refiere a las más frecuentemente atendidas en la atención primaria de salud. Se trata de una revisión suficiente para que, quien no conozca las propuestas originales (de la de Caplan de intervención en crisis al modelo biosocial de Goldberg, pasando por las propuestas de indicación de no tratamiento de Alberto Ortiz) encuentre sugerencias suficientes para reconsiderar aspectos importantes de su trabajo. También funciona como expositor que permite sacar conclusiones del despliegue simultáneo de estas propuestas para quién esté más familiarizado con ellas. El capítulo ofrece también una oportuna revisión y propuestas de clasificación que, a veces, como en el caso de la CIE-10-AP o la del Psychiatry in Medical Practice cuyos trabajos encabezó David Goldberg, van mucho más allá de la clasificación y se convierten en guías y en soportes para una visión de la práctica clínica que va más allá del reduccionismo biologicista.

El muy ecuánime capítulo sobre intervenciones ofrece una revisión que, sin olvidar lo que es más comúnmente sabido, hace visible todo lo olvidado en las sesgadas versiones de lo mismo que se han promocionado desde quienes han logrado convertir la atención a estos problemas en la base de uno de los negocios más prósperos del mundo.

Las propuestas de organización asistencial en este campo han sido sumamente variadas y hoy tenemos algunas pruebas sobre los resultados que pueden obtenerse de unas y otras intervenciones, con unas y otras estructuras asistenciales y sobre unos u otros problemas. Todo ello es objeto de la mirada crítica de Ander Retolaza, que intenta fundamentar lo que dice en pruebas empíricas y aprovecha la conciencia de lo difícil que es todavía hacer esto con algunos problemas para hacer, en un penúltimo capítulo, una revisión crítica de la información desarrollada hasta la fecha y hacer propuestas para el futuro.

Como no podía ser de otro modo las conclusiones del libro vuelven a "el problema" enunciado al principio -aunque, a estas alturas parezca fácil entender que eso tiene consecuencias asistenciales directas - y, como no podía ser de otro modo, a la dimensión ética porque si "el problema" debe entenderse en los términos en los que Retolaza lo plantea, toda la evidencia empírica revisada exhaustivamente, todos los instrumentos considerados, todas los intentos de situarse ante él con una actitud científica no podrán ocultar que se trata después de todo de un problema ético y político.

Alberto Fernández Liria

 

ENRIC NOVELLA. La Ciencia del alma. Locura y modernidad en la cultura española del siglo XIX. Iberoamericana/Vervuert. Madrid, 2013. 222 pp.

A principios del siglo XIX, los alienistas europeos se encontraban atascados en un laberinto de difícil salida al que inevitablemente les llevaba la escasa solidez de sus fundamentos teóricos: ni la frenología de Gall lograba dar con la localización anatómica de la locura, ni el magnetismo animal de Mesmer conseguía desprenderse de su halo mágico supersticioso. Ambas disciplinas precientíficas caían a menudo en el descrédito por su caprichosidad conceptual, su ineficacia terapéutica y sus excesos caricaturescos, así que los alienados debían seguir soportando los métodos tradicionales de contención bajo la custodia represora del régimen asilar, siempre reacio a cambiar de procedimientos. Esta inercia inoperante hizo posible que se fuera extendiendo una forma de tratamiento moral surgida del iluminismo filantrópico, que apostaba por la reeducación del "hombre intelectual y moral" en una tarea que involucraba por igual a médicos y filósofos. Se pasaría así de la imagen maldita del loco al nuevo sujeto psicológico, representante de una alteridad que venía impulsada por movimientos literarios centroeuropeos y también sería respetada por los expertos en conocimientos frenopáticos, en coherencia con los nuevos valores surgidos de las revoluciones burguesas. Sin embargo, ambas tendencias, que reproducían el antiguo debate entre las concepciones somáticas y psíquicas no cejarían en su empeño hasta finalizar la centuria con dos aportaciones decisivas y casi simultáneas: el descubrimiento de la neurona por Cajal como sustrato último del sistema nervioso y la aparición del psicoanálisis, en el intento de Freud de elaborar una psicología para neurólogos. Sin duda, se trataba de una versión actualizada de aquella confrontación entre el cerebro y el espíritu del hombre que se producía en las culturas más remotas y que no dejaría de avivarse a lo largo del siglo XX, hasta nuestros días.

En medio de todo el proceso, la flamante medicina mental había acometido una importantísima tarea que quizás por su amplitud de miras suele pasarnos desapercibida: la colonización del psiquismo como escenario más genuino de la subjetividad. Y ese es el objetivo que se propone explorar Enric Novella, bien respaldado por su sólida formación humanística, con esta espléndida obra sembrada de lucidez y originalidad desde el bello título que la encabeza. En efecto, La Ciencia del alma es un minucioso empeño por rastrear el origen y constitución de las disciplinas de la mente en tanto que competencias médicas, y su difícil emancipación de la jerarquía religiosa y teológica que tradicionalmente las monopolizaba. Para ello, el autor se embarca en un apasionante recorrido por la prehistoria de la psiquiatría española, que enlaza con las primitivas incursiones sobre la salud y enfermedad de la Antigüedad Clásica, para terminar con el polémico fenómeno de las pasiones que tanto preocupaba a los clínicos de mediados del siglo XIX por su inmediata relación causal con las enfermedades. Sobre todo las mentales, como demuestra la ingente cantidad de publicaciones dedicadas al universo pasional que esta rigurosa investigación ha conseguido rastrear entre la medicina decimonónica. De este modo se produce el tránsito de la concepción metafísica del alma como instancia espiritual, patrimonio de la teología, al paradigma positivista de la mente y, en consecuencia, a una nueva comprensión de la locura desprendida de los prejuicios tradicionales, para ajustarse al progreso científico y social, conforme a las necesidades del individuo moderno. Incluso del sujeto demente, que tampoco dejaba de ser una "criatura moral" como las demás, y de cuyo extravío podría esperarse una evolución más favorable al someterse a la intervención médica en el nuevo marco asistencial de la Beneficencia pública. Aunque, debido a la precariedad de recursos que padecían los vetustos edificios disponibles -en su mayoría, bienes eclesiásticos reconvertidos en manicomios por la Desamortización de Mendizábal-- , sería en el ámbito privado de las nuevas instituciones hospitalarias y en los sanatorios de algunas fundaciones religiosas -de manera destacada la Orden de San Juan de Dios-- donde habrían de producirse las innovaciones más radicales.

No es casualidad que tales cambios hubieran de esperar a la caída del régimen absolutista con la muerte de Fernando VII, que hizo posible en nuestro país la entrada de las corrientes artísticas y culturales de la Europa romántica en el nuevo contexto político del liberalismo. Así se pudo rescatar la "conciencia trágica" de la locura, que según Foucault había alcanzado su representación más cruda en los cuadros de Goya, y pudo generalizarse otra visión más alejada del malditismo con un creciente interés social hacia las penosas condiciones del encierro asilar, que se ponía de manifiesto en la prensa, la literatura y el teatro durante las siguientes décadas de la España isabelina. Al mismo tiempo, iban calando en la sociedad burguesa los principios reeducativos del tratamiento moral, que contribuían a una actitud más comprensiva y tolerante hacia el ciudadano loco, de forma paralela al arraigo de una conciencia individualista del hombre como portador de derechos. Buena muestra de esta naciente cultura de la subjetividad serían las "escrituras del yo" que pusieron de moda los románticos y se fueron propagando en forma de cartas, memorias y álbumes autobiográficos, que reivindicaban un nuevo escenario de privacidad. También por entonces se divulgaban sucesivas doctrinas psicológicas interesadas por la "esfera moral", pero desprendiendo al alma de sus connotaciones metafísicas hasta centrarse de manera prioritaria en la "conciencia de sí", que en sus excesos fue despectivamente calificada de yoísmo por el catedrático Pedro Mata. A pesar de todo, la flamante psicología liberal surgida entre las aulas de La Sorbona como una progresiva segregación de sus raíces filosóficas, aún tardaría en arraigarse en nuestro país, importada por los liberales retornados del exilio, como Pedro Felipe Monlau, autor de los Elementos de Psicología que contribuyeron a su difusión popular. Mientras tanto, no tendrían menos dificultades en su empeño por la progresiva somatización de la enfermedad mental los médicos más perseverantes, como Mariano Cubí y Soler, cuya particular cruzada por la frenología y el magnetismo le llevó a polemizar con el Jaime Balmes, máximo portavoz del conservadurismo católico; incluso se vería obligado Cubí a rendir cuentas ante los tribunales eclesiásticos por el determinismo materialista de dichas teorías, contrario al libre albedrío, o hasta por sus sospechas de un posible influjo demoníaco. De un modo u otro, el camino hacia la naturalización del alma y la secularización del psiquismo ya estaba abierto desde los tímidos reclamos de la Ilustración, hasta que la medicina mental pudo cristalizar en un moderno saber antropológico que contribuía decisivamente al nuevo orden cívico impuesto por la burguesía. Entre la religión y la ciencia, la nueva disciplina del hombre se iba consolidando con el respaldo experimental de las corrientes positivistas, la higiene normativa y la regeneración moral que acotaban definitivamente los vastos dominios de las potencias del alma. Y, en consecuencia, se restaba la influencia nociva de la imaginación y el poder patógeno de las pasiones era reemplazado por sucesivos intentos taxonómicos de conceptualizar las enfermedades mentales, que daban lugar a nuevos procedimientos terapéuticos. Siempre que surgieran escenarios apropiados y un respaldo jurídico para poder llevarlos a cabo, claro, para lo que hubo de aguardarse a los nuevos recursos hospitalarios, en consecuencia con el radical cambio de concepción de la locura que cabría esperarse de la tardía irrupción de la modernidad en la cultura española del XIX.

No hay más que recordar el escándalo del polémico "caso Sagrera", que culminó en los tribunales con varios médicos encarcelados, que sirve para poner un acertado final al recorrido de este libro imprescindible al destacarse como la primera victoria de la joven disciplina psiquiátrica en su lucha por el reconocimiento de la dignidad profesional. Una tarea nada fácil, sin duda, que requería un proceso de cambio ideológico semejante a ambos lados de la tapia que artificialmente separa el submundo asilar. Esto nos brinda una buena oportunidad para recordar aquí el dossier que Frenia dedicó en su penúltimo número al tema "Enfermedad mental y cultura de la subjetividad", con excelentes aportaciones de algunos de sus colaboradores habituales, entre los que se encontraba Novella anticipando en su artículo algunas de las ideas que ha desarrollado extensamente en este libro. Es una triste coincidencia que la deplorable situación financiera que atraviesa el CSIC haya obligado a correr igual suerte a nuestra añorada Frenia, revista pionera en la historia de la psiquiatría y desaparecida en el apogeo de su reconocimiento por la comunidad científica, que a nuestro compañero, condenado a la precariedad laboral en plena madurez profesional y creativa. Lamentamos la nefasta gestión que ha hecho posible tan valiosas pérdidas al tiempo que deseamos a Enric lo mejor en los proyectos de cooperación internacional que ahora emprende, como uno más entre tantos cerebros fugitivos arrojados a la aventura de una "movilidad exterior" irresponsablemente promovida por nuestros gobernantes. Desde las páginas de nuestra asociación queremos dejar reconocimiento público de las valiosas aportaciones del autor, recomendando expresamente la lectura de este libro tan oportuno y brillante que verá la luz simultáneamente en Alemania, animándole a recordar en los momentos difíciles un cálido mensaje de solidaridad: siempre nos quedará la AEN...

Cándido Polo Griñán

 

LOLA LÓPEZ MONDÉJAR. La primera vez que no te quiero. Siruela. Madrid, 2013. 268 pp.

La primera vez que no te quiero, última novela de nuestra compañera Lola López Mondéjar, es una novela distinta.

Por su propia estructura narrativa, la podríamos entender como una colección de microrrelatos, cada uno de ellos con vida propia y música y color propio y por la particular forma de engarzar trama, personajes y biografía (personal de la protagonista y generacional- la generación de la transición -) en un buceo intimista cargado de saber "psico", expresado desde lo intuitivo y vivencial, sin pretensiones intelectualistas.

Con una estructura cinematográfica, a través de sucesivos fotogramas que saltan en el tiempo, La primera vez que no te quiero nos conduce por los extraños caminos que se recorren para construir la propia identidad. El texto fluye por los dos mundos entre los que creció la generación que entraba en la juventud tras la muerte de Franco: El mundo en el que se contiene la infancia y la memoria, cerrado, simple, patriarcal, pegado a lo concreto, sin otro sueño que la continuidad segura. Y el mundo distinto, cambiante, nuevo, al que se lanza Julia en busca de una posibilidad diferente de ser mujer y ser en el mundo. Un mundo constituido de una materia desconocida, pleno de nuevos saberes, de belleza, de libertades, de sueños y de contradicciones.

Ese es el núcleo proposicional de la novela, la lucha de una mujer para constituirse como sujeto cuando los modelos sociales y familiares de los que parte no sirven en absoluto para eso, sino más bien para lo contrario: vivir para otros, para que otros sean; dedicación al otro que no surge desde el altruismo intencional, sino desde la sumisión al destino impuesto, a no poder ser de otra manera.

Desde el primer párrafo de la novela la narradora nos deja claro la imposibilidad de incluirse en ese mundo estrecho, y nos golpea con el recuerdo de que, a poco de nacer, su madre intentó ahogarla mientras la bañaba. Un suceso que es metáfora de la separación radical, necesaria y trágica a veces, que la protagonista, Julia, va viviendo a medida que se hace las preguntas vitales: ¿Quiénes son ellos, mis padres? ¿Qué quieren de mí? ¿Quién soy yo? ¿Qué quiero yo?

La estructura narrativa elegida para conducirnos por esos años saltarines de la entrada en el mundo, es una de las mayores aportaciones de la novela. La fragmentación en relatos cortos, como flashes, como piezas pictóricas o musicales, que enseguida nos transportan del presente narrativo a un relato del pasado también en primera persona, hace posible que el lector no olvide en ningún momento que en cada salto valiente y en cada caída, Julia va con todo el equipaje, que cada nuevo aprendizaje, evoca y resignifica las vivencias del pasado.

Es esa contigüidad entre la emoción del pasado y del presente lo que impone al texto un movimiento de impulso hacia adelante. Arrastra al lector a la certeza de que el pasado nos constituye, pero también a la convicción de que el deseo de saber, de cambiar y de recrearse es tanto o más poderoso. Se transparenta en ello el conocimiento del psiquismo humano que tiene la autora, pero en el texto se nos muestra este conocimiento en fase de gestación, desde la necesidad íntima de interrogación y el ansia de saber.

La sinfonía que compone, en la que se suceden los "allegro ma non troppo" y los adagios de tristeza profunda, nos remiten al tiempo revuelto de la juventud, y al oleaje sobre el que remó la generación de la transición. Del páramo, a los sueños de autenticidad, de libertad e igualdad que, cuando llegan a tocar el suelo, también tienen que ser desidealizados.

Nos propone un viaje sobre unos años y una biografía con los que, es muy fácil identificarse en muchos aspectos. Con una voz inocente pero llena de inteligencia y de humor, describe su mundo de procedencia, rural, recio y sin contemplaciones y las presiones a las que debe someterse para alejarse de ese mundo y ser una verdadera revolucionaria. Sale de ellas a veces con dolorosas rupturas y otras veces con un salto hacia adelante que es una explosión de la alegría de vivir. Interesante la evolución de la relación con la madre y la evolución del sentimiento amoroso con los diferentes modelos masculinos. Los episodios de infancia y de la primera juventud son profundamente dramáticos, pero van evolucionando hacia climas más distendidos, y se hace posible el acercamiento y la reparación.

Finalmente, la decisión de ser madre otorga consistencia biográfica a Julia, le permite atar los cabos y acceder a una mayor plenitud que dará lugar sin duda a nuevos interrogantes. Ahí es ya el momento del lector, depositario y responsable de imaginar las rutas del destino de la protagonista y, ¡cómo no!, de esa "generación de la transición" que aún sigue produciendo efectos retardados en nuestros días.

Lola López Mondejar (Murcia, 1958), es especialista en Psicología Clínica, Psicoanalista, miembro Didacta del Centro Psicoanalítico de Madrid, miembro de la AEN desde hace más de 20 años; fue presidenta de la Asociación Murciana de Salud Mental-AEN

Autora de varias novelas, libros de relatos, ensayo, y pulicaciones profesionales (también en la AEN), puede consultarse su trayectoria y su obra en: www.lolamondejar.com

Mari Luz Ibáñez Indurria, Mariano Hernández Monsalve

 

DAVID STUCKLER. Sanjay Basu. Por qué la austeridad mata. El coste humano de las políticas de recorte. Taurus. Madrid, 2013. 334 pp.

David Stuckler es investigador y experto en los aspectos económicos de la salud, vinculado a la Universidad de Oxford y a la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, con más de 90 artículos científicos publicados (The Lancet, Nature, British Medical Journal, etc). Sanjay Basu es epidemiólogo y profesor en la Universidad de Stanford, así como miembro de la Academia de Ciencias de Nueva York, con más de 80 artículos en medios especializados (Science, New England Journal of Medicine, etc.) así como en prensa general (N. Y. Times, Washintong Port, etc).

Juntos parecen la reencarnación de R. Virchow. Una frase del mismo abre el texto ("La política no es más que medicina a gran escala") y desarrollan su método y su mandato: decía a mediados del S. XIX."nuestro método de medida será la estadística médica. Mediremos las vidas una por una, y así veremos donde es más frecuente la muerte, si entre los obreros o entre los privilegiados". Resuena la vehemencia del debate parlamentario entre Bismark y Virchow, cuando el segundo argumenta la legitimidad de los médicos para la intervención social y política, dadas las causas sociales, económicas y políticas de las enfermedades.

La profunda recesión en que estamos inmersos ha provocado respuestas políticas diversas, en algunos casos contrapuestas, creando un verdadero "experimento natural", una oportunidad poco frecuente de examinar en qué forma las distintas políticas afectan a la economía y, en última instancia, a nuestra salud.

Es llamativo el rigor del estudio, la concisión y claridad de la exposición, a pesar de la exhaustividad de los datos manejados.

Islandia frente a Grecia muestra el grado más extremo de discordancia en las respuestas políticas a la crisis. En Islandia, según declaró el entonces presidente O. R. Grimsson."el gobierno ha rescatado a la gente y ha encarcelado a los banqueros deshonestos, lo contrario de lo que se ha hecho en Norteamérica y en el resto de Europa". Los islandeses habían antepuesto el interés de sus ciudadanos el de sus bancos, salvaguardando la democracia. Pudo mantenerse "... feliz y sana frente a la colosal debacle económica", creciendo económicamente y disminuyendo el desempleo, logros que hasta el F. M. I. tuvo que reconocer.

La "tragedia griega" siguió el guión opuesto a lo sucedido en Islandia, incluyendo la suspensión de la democracia (orden de la Troika)... Entre las consecuencias sanitarias de la austeridad impuesta están el brote de V.I.H. en el centro de Atenas (el único producido en Europa durante décadas), el brote de malaria en el sur del país, el crecimiento exponencial de la drogadicción, la epidemia de suicidios... New York Times descubrió que desde el F.M.I. y el B.C.E., el rescate de Grecia estaba empleando fondos públicos no para ayudar a Grecia, sino para rescatar el dinero mal invertido de la élite bancaria mundial.

En el Este de Asia, Indonesia y Tailandia habían aplicado las políticas recomendadas/ impuestas por el F.M.I., con resultados desastrosos (Fondo de Mortalidad Infantil llaman en Corea del Sur el F.M.I.). Malasia se negó a aplicar el programa, cumpliendo los objetivos económicos, acabando con superávit económico en 1997, siendo el único país de aquella región que evitó recortar el gasto de protección social.

Compara también las respuestas de E.E.U.U. y Gran Bretaña, y sus diferentes consecuencias, así como la crisis de mortalidad postcomunista en Rusia "... a principios de la década de 1990 desaparecieron 10 millones de hombres rusos..." desastres vinculados a la compulsión privatizadora, uno de cuyos principales impulsores (Milton Friedman) reconoció que había sido un error.

Se ocupa extensamente de España, incluyendo los desahucios y sus consecuencias, así como lo que denominan "el lado oscuro de la recesión" en España, incluyendo el hambre creciente, según los datos y cifras de Cáritas, la multiplicación por 6 de las tasas de dependencia y abuso de alcohol, la elevación de la tasa de suicidios o la plétora de las consultas de atención primaria por cuadros depresivo-ansiosos.

Uno de los primeros capítulos está dedicado a la Gran Depresión y al modo como el New Deal palio sus efectos "...fue el mayor programa de salud pública que se haya implementado en toda la historia de los Estados Unidos".

Onésimo González

 

MENTALIZACIÓN. Revista de Psicoanálisis y Psicoterapia" (http://revistamentalizacion.com) es el órgano oficial de la Asociación Internacional para el Estudio y Desarrollo de la Mentalización.

Dicha Asociación busca optimizar el conocimiento de esta teoría, como así también la práctica a la que dicha teoría informa. Desde esta teoría se postula que la capacidad para mentalizar se desarrolla en los primeros años de la vida en vínculo con figuras parentales que que posean la capacidad de considerar al bebé como alguien con estados mentales (deseos, afectos, creencias, fantasías, etc.) y de aprehender y tener en cuenta dichos estados en su relación con el niño. Serían los traumas ocurridos en el seno de esta relación, así como diversos déficits y perturbaciones en las funciones parentales mencionadas, los que suelen encontrarse en la base de muchas de las fallas en el funcionamiento mental (fallas en la capacidad de mentalizar) de los pacientes con trastornos de la personalidad. Esta capacidad es compleja y debe ser entendida como multidimensional, en ella podemos diferenciar tres tipos de procesos diferentes: Los procesos simbolizantes y transformadores, los procesos cognitivo/imaginativo/atencionales y los procesos reguladores.

Este marco teórico establece lazos con la investigación del desarrollo, la teoría del apego, las neurociencias y diversas corrientes del psicoanálisis y la psicoterapia contemporáneos; no es excluyente de otros marcos teóricos, sino que suele articularse con ellos de diversos modos. Somete sus postulados teóricos, así como sus resultados, a investigación empírica sistemática. Estas observaciones son recogidas en el espíritu que inspira la Revista:

Nuestra revista tiene un eje temático consistente en la problemática de la simbolización, la experiencia emocional y la dimensión de lo vincular, sin excluir otras temáticas que tengan afinidad con las mencionadas. Los autores convocados para publicar en ella son aquellos que se definen como representantes de la teoría de la mentalización, así como de otros marcos teóricos que tienen vigencia en la práctica psicoanalítica de nuestros días. Ello se debe a que no creemos que haya una sola manera de enfocar la clínica, o una sola teoría que pueda dar cuenta de las complejidades de la práctica actual. Pensamos más bien en la importancia del diálogo y del sincero esfuerzo por comprender al que tiene un punto de vista diferente al propio, para debatir, intercambiar y aprender de él.

Su Comité Editorial está formado por: Jon Allen, Anthony Bateman, Ricardo Bernardi. Efrain Bleiberg, Hugo Bleichmar, Marc-André Bouchard, Peter Fonagy, Gyorgy Gergely, Otto Kernberg, Carla Mantilla, Serge Lecours, Karlen Lyons-Ruth, Patrick Luyten, Mario Marrone, Linda Mayes, Janine Puget, Carla Sharp, Arietta Slade y Mary Target.

La periodicidad de la publicación será semestral y su acceso on-line libre y gratuito. El primer número ha sido presentado en Octubre del 2013 y el número 2 aparecerá en Abril del 2014.

Itziar Bilbao Bilbao

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