Introducción
La introducción de la Psiquiatría en la universidad española es, sin duda, muy tardía y suele citarse a Emilio Mira y López (1896-1964) como el primer catedrático, aunque como veremos esta afirmación merece diversos matices. No se puede dejar de señalar que, antes del nombramiento de Mira como profesor de Psiquiatría en la Universidad Autónoma de Barcelona, Manuel Soler y Espalter (1810-1878)1, solicitó, a mediados del siglo xix, que se le encargase la "cuarta" cátedra, la destinada a enfermedades mentales en la Facultad de Medicina de la Universidad de Madrid (1). No abordaremos los detalles de esta temprana iniciativa, ampliamente tratada por Rey y Jordá (2), ya que no llegó a buen puerto y, finalmente, Soler y Espalter fue catedrático de Patología Quirúrgica en 1854, pero no de enfermedades mentales.
Más conocidos son los avatares que rodearon a la primera cátedra de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de Barcelona, separándose así de la Medicina Legal que clásicamente se ocupaba de la patología de las enfermedades mentales (3). En septiembre de 1932 se aprobó el Estatuto de Autonomía de Cataluña (4), que permitió que el 2 de junio de 1933 se decretara la autonomía de la Universidad de Barcelona (5), aprobándose el 7 de septiembre la Universidad Autónoma de Barcelona, lo que supuso la modificación de los claustros universitarios. Los catedráticos eran los "profesores numerarios" de mayor rango; después se hallaban los "profesores agregados", que tenían a su cargo los cursos y trabajos que la universidad les solicitaba con carácter temporal o permanente (profesores nombrados directamente por la facultad en base a sus méritos y prestigio), y además había otras cuatro categorías de profesores: profesores libres, encargados de curso, honorarios y ayudantes (6). El nombramiento de profesores "libres" correspondió principalmente a los jefes de servicio de los hospitales, sobre todo los del "San Pau" (3). En ese momento, la Neuropsiquiatría se escindió en dos cátedras independientes, una de Neurología, otorgada a Belarmino Rodríguez Arias (1895-1997) (7) y otra de Psiquiatría, adjudicada a Mira (3,8). Esta última fue incluida en el sexto curso de la carrera, que se impartía en la Clínica Psiquiátrica Municipal de Urgencias por Mira y, entre otros, por Ramón Sarró Burbano (1900-1993), uno de los profesores ayudantes y quien en 1950 obtuvo la cátedra de Psiquiatría de Barcelona (9,10).
Así pues, ciertamente la cátedra de Barcelona creada en septiembre de 1933 resultó ser la primera en nuestro país, pero Mira no la detentó como "catedrático", aunque algunas referencias pueden inducir a confusión (11,12). No cabe duda de que Mira reunía sobrados méritos para alcanzar dicho rango universitario (8,13,14), pero la normativa de la Facultad solo permitía nombrarle profesor "agregado" (lo fue además por votación unánime del claustro), razón por la que no figura en el escalafón de catedráticos numerarios de 1935 (15) y hubo de ser designado como "agregado" cuando participó como miembro del tribunal para juzgar la cátedra de Madrid (16). Mantuvo ese puesto desde el 4 de octubre de 1933 hasta el 18 de agosto de 1936, siendo luego nombrado profesor "extraordinario" de la Facultad de Medicina, ya en la Guerra Civil (8). Es bien sabido que, durante la contienda, fue el jefe de los Servicios Psiquiátricos y de Higiene Mental del Ejército Republicano y después se exilió, comenzando un periplo por varios países hasta fallecer en Brasil (8,14). En cualquier caso, la creación de la cátedra fue bien recibida por los sectores más progresistas, como los profesionales que fundaron la Asociación Española de Neuropsiquiatras a finales de 1924, que celebraba una demanda que "desde hace años viene propugnando la Asociación", tal como refería su presidente Wenceslao López Albo (1889-1944) desde Bilbao (17).
Precisamente el objetivo de este artículo es analizar el largo procedimiento para adjudicar la primera cátedra de Psiquiatría por concurso-oposición en la Universidad Central de Madrid, casi tres lustros después de la de Barcelona. Con un total de seis convocatorias desde 1933, sorprendentemente, la plaza tardó catorce años en cubrirse (Tabla 1), aunque a pesar de ese anómalo desarrollo, hemos encontrado escasos trabajos que aborden, siquiera parcialmente, el tema (18–24). Probablemente la versión más conocida sea la que relata Carlos Castilla del Pino (1922-2009) en su autobiografía (25), testigo directo de los últimos acontecimientos al participar como ayudante de uno de los opositores; un relato ameno pero que presenta errores, como veremos después, y tampoco recoge las incidencias de los catorce años previos a la resolución de la plaza. Por ello, intentaremos describir la secuencia de fechas, hechos y protagonistas que rodearon a la creación de la cátedra siguiendo las fuentes que pasamos a describir a continuación.
Tabla 1. Convocatorias y resoluciones de los concursos a la cátedra de Psiquiatría de Madrid: 1933-1947.
CONVOCATORIA EN EL BOE | TIPO DE CONCURSO | RESULTADO DEL CONCURSO |
---|---|---|
24 noviembre 1933 | Oposición | Desierto |
10 marzo 1935 y 3 junio 1936 | Oposición | No se celebró por la Guerra Civil |
4 noviembre 1940 | Traslado | Desierto |
6 diciembre 1940 | Extraordinario | Desierto |
11 marzo 1944 | Oposición | Desierto |
19 enero 1946 | Oposición | Antonio Vallejo Nágera es nombrado catedrático el 25 de febrero de 1947 (BOE de 3 de marzo). |
Material y método
Por un lado, hemos utilizado como fuentes primarias las bases de datos electrónicas del Boletín Oficial del Estado (BOE) (26–28). Siguiendo los criterios generales establecidos por el propio BOE, los métodos de búsqueda han sido:
* Fechas: 1 de enero de 1661, que marca el inicio de las consultas electrónicas de los antecesores del BOE, a 31 de diciembre de 1947, año de dotación de la plaza.
* Palabras clave principales: "Cátedra Psiquiatría", "Psiquiatría", "Psiquiatra", "Alienista", "Alienados", "Enfermedad mental", "Enajenación mental" y "Enagenación mental". Se han utilizado, además, palabras clave accesorias resultantes de las búsquedas anteriores, especialmente la filiación de diver-sos opositores.
Por otro lado, ha sido esencial utilizar también como fuentes primarias las actas de los ejercicios (29–34), halladas en el Archivo General de la Administración (AGA), así como la consulta de diversas hemerotecas digitales (Biblioteca Nacional, Biblioteca Virtual de Prensa Histórica, ABC y La Vanguardia). Como bibliografía secundaria, se ha utilizado básicamente la relacionada con los diferentes opositores a las diferentes convocatorias de cátedra.
La primera convocatoria a la cátedra de psiquiatría por concurso-oposición en Madrid (noviembre 1933): una mera ilusión
La necesidad de una cátedra de Psiquiatría era un clamor general en el mundo médico y académico, que en ocasiones había llegado a la prensa (35–37). La primera de ellas convocada por concurso-oposición fue la de Madrid, creada por orden del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, el 12 de julio de 1933 (38); si bien algunos medios presentaban a Antonio Vallejo Nájera (1889-1960) ejerciendo una cátedra de Psiquiatría en la Academia de Sanidad Militar en aquel año (39).
Una Orden de 18 de noviembre de 1933 convocó la provisión de la cátedra por el turno de oposición libre (40) y en marzo de 1934 se hizo pública la siguiente relación de admitidos a la convocatoria: José Mª Aldama Truchuelo (1900-1970), Román Alberca Lorente (1903-1967), José Mª Villaverde Larrar (1888-1936), Ángel Suils Pérez (1906-?), Juan José López Ibor (1906-1991) y Miguel Prados Such (1894-1969); siendo excluidos de la misma: Enrique Fernández Sanz (1872-1950), Wenceslao López Albo, Saturnino Ángel Domínguez Borreguero (¿-1979), Dionisio Nieto Gómez (1908-1985) y José Miguel Sacristán Gutiérrez (1887-1957) (41).
Seguidamente se publicó el tribunal, presidido por Carlos Jiménez Díaz (1898-1967), con Mira, Ramón Álvarez de Toledo Valero (1885-1943), José María (sic) Sacristán y Rodríguez Arias como vocales; siendo los suplentes Agustín del Cañizo (1876-1956), Gonzalo Rodríguez Lafora (1886-1971), Fernández Sanz y, sorprendentemente, Aldama (16), ya que este último había sido admitido también como opositor el mes anterior (41). El 28 de abril se publicó la modificación del tribunal, tras la renuncia de Sacristán y Fernández Sanz (42), siendo sustituidos el 4 de julio por Antonio J. Torres López (1896-1959) y Nieto (43). No habiendo encontrado la publicación oficial de la relación "definitiva" de admitidos, si es que la hubo, nos remitimos a las actas del 14 de mayo (29), en las que se revoca la exclusión y quedan admitidos también como opositores Fernández Sanz, López Albo y Domínguez Borreguero.
El 20 de octubre de 1934 el presidente del tribunal, Jiménez Díaz, convocó a los opositores para el día 23 de noviembre, en el Decanato de la Facultad de Medicina de Madrid, para comenzar las pruebas (44). Los cinco ejercicios se celebraron sucesivamente los días 5, 6, 8, 9, 10, 11 y 12 de diciembre (29) y los miembros del tribunal fueron Jiménez Díaz (como presidente), Torres (como secretario) y Rodríguez Arias, Álvarez Toledo y Mira como vocales. La plaza quedó desierta, ya que nadie alcanzó los tres votos necesarios para ganar el concurso. En la primera votación Torres votó a Prados, Mira a López Ibor y Álvarez de Toledo a Villaverde, mientras que los dos miembros restantes, Jiménez Díaz y Rodríguez Arias, emitieron un "no ha lugar". La segunda votación tuvo el mismo resultado y, en la tercera, Torres votó a Prados, Álvarez de Toledo a López Ibor y los tres restantes emitieron el "no ha lugar" (29). Tras los ejercicios, los afines a López Ibor convocaron un banquete de homenaje "con motivo de las brillantes oposiciones celebradas recientemente" (45).
Tal como hemos señalado, Sacristán fue excluido como opositor, ya que en 1933 aún no era doctor y, más tarde, fue incluido como miembro del tribunal, al cual renunció. Según algunos autores, la imposibilidad de presentarse fue el motivo de que la plaza se declarase vacante, ya que los rectores de la Institución Libre de Enseñanza (ILE) le apoyaban como catedrático (46). Llama la atención esta supuesta intención de la ILE si Sacristán no había finalizado aún el doctorado, cuestión que la Institución debería conocer sobradamente; aunque otras referencias apuntan a que la plaza se había gestado para José Sanchís Banús (1893-1932) (20-22), pero falleció inesperadamente un año antes de la primera convocatoria (47). Otros postularon que el psiquiatra cordobés Manuel Ruiz Maya (1888-1936), destacado político y director general de Prisiones, era el candidato gubernamental al puesto, toda vez que la primera idea de creación de la cátedra, aneja al Instituto de Estudios Penales, partió del Ministerio de Justicia; cuestión calificada en algunos sectores de la prensa como "enchufismo" (48,49).
Segunda convocatoria (marzo 1935): una iniciativa interrumpida por la Guerra Civil
El 10 de marzo de 1935 se convocó nuevamente el turno de oposición libre, estando previsto el comienzo de los ejercicios para el 10 de diciembre del mismo año (50). El 21 de junio se publicó el tribunal de esta segunda convocatoria, presi-dido por Gregorio Marañón Posadillo (1887-1960), con Enrique Escardó Peinador (1907-1982), Rodríguez Lafora, José López-Villamil (sic) (José Pérez López-Villa-mil, 1904-1996) y Fernández Sanz como vocales, siendo los suplentes Juan José Barcia Goyanes (1901-2003), Aldama, Juan Bautista Peset Aleixandre (1886-1941) y Vallejo (51).
Días después, tras admitirse la renuncia de Fernández Sanz a formar parte del tribunal, al participar como opositor, se publicó el listado de los profesionales admitidos: Prados, Sacristán, López Ibor, Villaverde, Nieto, Aldama, Mira, Alberca, Fernández Sanz y Suils (52). La renuncia de Fernández Sanz se confirmó oficialmente el 3 de julio del mismo año (53) y, a pesar de solicitarse miembros para un nuevo tribunal (54), este no se constituyó hasta el 23 de febrero de 1936, presidido por Marañón y siendo vocales Escardó, Rodríguez Lafora, Pérez López-Villamil y Mira. En esta ocasión, los suplentes eran Jiménez Díaz, Peset, César Juarros Ortega (1879-1942) y Fernando Enríquez de Salamanca (1890-1966) (55). Hay que señalar que el 22 de enero José María Villacián Rebollo (1898-1973) figuraba como miembro del tribunal (30), en sustitución de Fernández Sanz, pero finalmente fue cambiado por Mira.
La demora de más de un año sin celebrarse la oposición motivó que, de acuerdo con la normativa (56), el 3 de junio de 1936 se abriera un nuevo plazo de solicitudes, estableciéndose el inicio de los ejercicios el 20 noviembre de 1936 (57). Si bien Pérez Peña afirma que el concurso quedó desierto (18), el testimonio de Pérez López-Villamil (58), miembro del tribunal, confirma que, tal como se recoge en actas y a pesar de estar previsto iniciar las pruebas el 10 de diciembre (30), la Guerra Civil impidió la convocatoria. En estas dos primeras convocatorias resulta interesante destacar que Aldama figuraba como opositor en la de 1933 y luego como vocal suplente del tribunal para la misma convocatoria; mientras que Mira fue miembro del tribunal en la de 1933, opositor en 1935 y formó parte del tribunal en 1936. Una situación paradójica también tuvo lugar con Sacristán, excluido como opositor en 1933, presente en 1934 como miembro del tribunal (aunque renunció) y nuevamente como opositor en 1935; así como con Fernández Sanz, opositor excluido en 1934, incluido en 1935 y miembro del tribunal en 1934 y 1935, renunciando en ambas ocasiones. Resulta asimismo sorprendente la ausencia de Rodríguez Lafora como opositor, una de las máximas figuras psiquiátricas de la época (59). Este neuropsiquiatra que, tras el fallecimiento de Sanchís Banús, ganó la jefatura del servicio de Neuropsiquiatría (sección de mujeres) del Hospital Provincial de Madrid -no sin una gran polémica con Villaverde, quien se ocupó de la sección de hombres (20,60)-formó parte del tribunal en 1934 y 1935, pero nunca opositó, exiliándose finalmente tras la guerra (59).
Si bien no está relacionada con la cátedra de Madrid, nos parece interesante señalar una iniciativa en la Facultad de Medicina de Bilbao entre 1936 y 1937. El Estatuto de Autonomía del País Vasco permitió organizar el funcionamiento de la Facultad de Medicina de la Universidad Vasca para el curso 1936-37 con un profesorado de carácter temporal (61). Se estableció la asignatura de Psicología Médica y Psiquiatría, con Rodrigo González Pinto (1894-1974) como profesor encargado de la cátedra (62) y un programa similar al de Mira (63). Esta efímera cátedra finalizó su labor en junio de 1937, al entrar las tropas franquistas en Bilbao y derogarse de facto el Estatuto de Autonomía del País Vasco (64).
Tercera convocatoria (noviembre 1940): Un concurso de traslado fallido
Tras finalizar la contienda bélica, la desierta cátedra de Psiquiatría de Madrid salió a concurso de "traslado" el 4 de noviembre de 1940 (65,66); cuestión un tanto curiosa ya que no existía ningún catedrático ni cátedra de Psiquiatría en España, por lo que, salvo alguna argucia legal, difícilmente podría cubrirse el traslado. Según Pérez Peña (18) y Gómez Santos (21), López Ibor se presentó como único aspirante, en su condición de catedrático de Medicina Legal y Toxicología en excedencia (67). Sin embargo, se consideró que no reunía las condiciones al no ser esta disciplina homologable a la de Psiquiatría. Realmente, en el anuncio de la convocatoria se señalaba que podían optar al traslado los catedráticos numerarios y excedentes y los auxiliares numerarios, sin especificarse que tuvieran que ser de la misma especiali dad; cuestión a la que López Ibor parecía acogerse. De hecho y según Gómez Santos (21), el concurso debería haberse realizado en "virtud de similaridad" -un concepto que regía en algunas asignaturas, no solo de Medicina-, porque de lo contrario no tenía sentido la convocatoria de traslado. Sin embargo, en las actas se afirmaba el 26 de noviembre de 1940 que: "en el cuadro de asignaturas no figura la mencionada asignatura como análoga a otras que por su contenido pudiera suponerse similitud" (31,32); de lo que se deducía que López Ibor no cumplía las condiciones exigidas. Además, en las actas se ha hallado un documento que desestimaba el recurso inter-puesto por Orden del 24 de abril de 1941 (BOE 5 de mayo de 1941) y una Orden del 17 de febrero de 1944 (sin publicar) en la que se declaraba desierto el concurso de traslado y que llevó a López Ibor a presentar diversos recursos en la siguiente convocatoria (32). Es posible que la polémica generada con ello condujera a una reglamentación específica y concreta sobre esta incompatibilidad, la cual creemos que no apareció hasta mayo de 1949 (68).
Cuarta convocatoria (diciembre 1940): Catedráticos sin cátedra
El 6 de diciembre de ese año 1940 (69), se publicaron las normas para la provisión de la cátedra mediante un concurso extraordinario a través de un "método especial de provisión", basado en los arts. 238 y 239 de la ley de Instrucción Pública de 1857, conocida como "ley Moyano": "Las Cátedras de la Universidad Central, correspondientes a estudios posteriores al grado de Licenciado que determine el Reglamento, podrán proveerse en personas de elevada reputación científica, aunque no pertenezcan al Profesorado…" (70). De manera que en la convocatoria se estableció que el Consejo Nacional de Educación, la Facultad de Medicina de la Universidad Central y la Real Academia de Medici-na presentarían al Ministerio los candidatos propuestos en el plazo de dos meses (69). Pérez Peña refiere que López Ibor lo hizo a propuesta de la Facultad de Medicina (18), pero sin contar con el apoyo ni del Consejo de Educación ni de la Real Academia de Medicina, la cual, según Gómez Santos (21), apoyó a Fernández Sanz, miembro numerario de dicha Academia. En las actas (32), junto a la documentación de López Ibor y Fernández Sanz, también figura la de Vallejo, pero la plaza quedó nuevamente desierta. López Ibor presentó varios recursos de reposición y agravios, referidos tanto a dicha convocatoria como a la del traslado del mes previo, siendo desestimados en 1950 (71) y 1951 (72). No podemos dejar de señalar por su extrañeza que, en mayo de 1942, apareciera una orden dotando económicamente la cátedra (73). Y mientras tanto la prensa presentaba a López Ibor como catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Madrid (74,75), y a Vallejo como regente de la cátedra (76).
Quinta convocatoria (marzo 1944): Ausencias y amenazas
Dos años más tarde, en marzo de 1944, se realizó una nueva convocatoria (77), ratificada tres días después "para su provisión en propiedad, por oposición di-recta en turno único" (78). En esas fechas se difundía en la prensa un nuevo plan de estudios que incluía la necesidad de crear una cátedra de Psiquiatría independiente de la Patología Médica (79), instituyéndose finalmente en sexto de medicina un curso obligatorio de Psiquiatría con categoría de especialidad, gracias al Decreto de 7 de julio de 1944 sobre ordenación de la Facultad de Medicina (80).
Hasta enero de 1945 no se nombró un nuevo tribunal, presidido por Antonio Piga Pascual (1879-1952), siendo los vocales José Mª del Corral García (1889-1971), Ricardo Royo-Villanova Morales (1899-1975), Eduardo Guija Morales (1904-1966) y Joaquín Jimeno Riera (1877-1945). El presidente suplente era Nicasio Mariscal García del Rello (1859-1949) y los vocales Francisco Aguilar Castelló (1897-1950), Manuel Saforcada Ademá (1877-1968), Miguel Sebastián Herrador (1919-1970) y Federico Soto Yarritu (1906-1989) (81). En febrero se publicó la lista de los opositores admitidos: Vallejo, Emilio Pelaz Martínez (1908-1992), Luis Rojas Ballesteros (1906-1974) y López Ibor, siendo excluidos provisionalmente Alberca, Francisco Marco Merenciano (1903-1954), Tomás Alcober Coloma (1906-1991) y Sarró (82). Poco después, en el mes de abril, se refrendó el tribunal y los opositores admitidos definitivamente fueron Vallejo, Alberca, Pelaz, Rojas, López Ibor y Marco Merenciano (83). Seguidamente se publicó, en el mismo BOE, la desestimación de un recurso de López Ibor que solicitaba la sustitución de Corral como vocal del tribunal (84) y se convocó la oposición para el 8 de junio del mismo año (85). El tribunal había quedado reducido a tres miembros, debido a la ausencia por enfermedad de Royo-Villanova y del vocal suplente Soto y, una vez más, la plaza quedó desierta tras los ejercicios (86). En las actas del primero de ellos, de 18 de junio de 1945, se señalaba que Royo-Villanova había solicitado al presidente del tribunal ausentarse por "urgentes asuntos familiares" (33). En las de la primera parte del quinto ejercicio, de 30 de junio (33), se comunicó que Soto estaba enfermo, decidiéndose aplazar las pruebas hasta su recuperación para que pudiera ejercer como vocal-secretario. Sin embargo, el 17 de julio y según consta en el acta (33), el presidente del tribunal "da cuenta del motivo de haber aplazado nuevamente la reunión del Tribunal por veinticuatro horas, ya que no había recibido noticias concretas del Sr. Soto de que concurriera el día 16, según se había anunciado para continuar los ejercicios. Asimismo, manifestó que tenía un telegrama de la esposa del Sr. Soto, puesto la noche anterior, en que decía salía hacia Madrid, y en su vista, proponía que se aplazase el comienzo del ejercicio hasta las cinco y media de la tarde, con los tres jueces presentes, si no se recibían noticias del Sr. Soto…" (33). Finalmente, Soto no se presentó y los ejercicios continuaron esa misma tarde a la hora prevista, pero, según relata Pérez Peña, Soto reconoció posteriormente en un escrito a Vallejo -a quien pensaba votar- que, además de una avería en el coche, había sido amenazado para no presentarse al tribunal (18). Vallejo obtuvo dos votos, los de Piga y Corral, y López Ibor el restante del también suplente Aguilar y, aunque la votación se repitió dos veces, la plaza quedó nuevamente desierta porque el resultado fue el mismo (33). De ser veraz el contenido del escrito de Soto a Vallejo, este último hubiese obtenido la cátedra.
Sexta convocatoria (enero 1946): ¡Al fin un catedrático!
En enero de 1946 se anunció la que sería la convocatoria definitiva (87,88), desestimándose al mes siguiente un recurso de Vallejo por extemporáneo e improcedente (89). Vallejo había solicitado al tribunal, el 6 de noviembre del año anterior, la revisión de los ejercicios de junio de 1945, pidiendo que se repitieran algunas partes de estos "con objeto de que pueda juzgar y votar el vocal don Federico Soto Yarritu, que, según acta notarial, es de opinión favorable a que se otorgase la cátedra al recurrente…". El BOE aclara, además, que "…dicho recurrente, con independencia de esta alegación jurídica, encuentra insólito que dicha cátedra no fuese adjudicada; alega, además, tener sobrados méritos -según su opinión- para que, sin oposición, se le hubiere concedido la cátedra de Psiquiatría, no solo intrínsecos en su persona, sino, además, por su cualidad de excombatiente…" (89).
El 15 de junio de 1946 se nombró el tribunal definitivo, presidido en esta ocasión por Enríquez de Salamanca, y, como vocales, Piga, Corral, Manuel Bermejillo Martínez (1897-1977) y Narciso Rodríguez Pino (¿1904?-1987). Los suplentes estaban presididos por Mariscal, siendo vocales Saforcada, Valentín Pérez Argilés (1907-?), Leopoldo López Gómez (1902-?) y José Córdoba Rodríguez (1884-1955) (90). El 24 de junio se publicó la lista provisional de opositores admitidos y excluidos. Entre los primeros figuraban solo Vallejo y López Ibor, y, entre los segundos, Rojas, Aldama, Marco, Sarró, Alberca, Ramón Rey Ardid (1903-1988), Pedro Malabia Navarro (¿-?), Pelaz y Bartolomé Llopis Lloret (1905-1966) (91). Estas listas se corrigieron poco después, siendo admitidos definitivamente Vallejo, Rojas, Marco Merenciano, Sarró, López Ibor, Alberca, Rey y Pelaz (92), fijándose el comienzo de las pruebas para el 30 de septiembre de 1946 (93). Gómez-Santos (21) señala que los ejercicios se suspendieron por enfermedad de Piga y pocos días después de su reanudación se aplazaron nuevamente hasta el 17 de enero, pues López Ibor presentó otro certificado de enfermedad.
Dado que esta es la convocatoria definitiva, detallamos a continuación las cuestiones más relevantes recogidas en las actas de este último tribunal, consultadas en el fondo documental del AGA (34):
* Acta de constitución del tribunal de oposiciones a la cátedra de Psiquiatría vacante en la Facultad de Medicina de Madrid. 28 de septiembre de 1946, en la que se convocaron a los opositores para el 30 de septiembre.
* Acta del primer ejercicio. Del 14 al 18 octubre de 1946. Consta que se presentaron todos los candidatos, salvo Marco Merenciano, al que, no habiendo comparecido, se le eliminó. Nuestra impresión es que Castilla comete un error cuando describe esta última convocatoria (25) o, cuando menos, existe una discordancia con las actas. Como hemos dicho, estas señalan que Marco Merenciano no se presentó, pero Castilla describe profusamente cómo este opositor se encargó de desacreditar el texto de Vallejo en el primer ejercicio de la prueba (25). Pérez Peña (18) destaca otras discrepancias del relato de Castilla, censurándole fiarse en exceso de su memoria y no consultar las actas. Como hemos señalado al principio, dado el éxito de Pretérito imperfecto (25), probablemente la versión más conocida del desarrollo de las primeras cátedras sea la expuesta por el ilustre psiquiatra cordobés, pero coincidimos con Pérez Peña en que la memoria juega a veces malas pasadas y es necesario contrastarla con las fuentes primarias. De hecho, aquel (25) yerra también al describir el concurso de las cátedras de Barcelona y Salamanca, ganadas en 1950 por Sarró y Alberca, respectivamente (10).
No obstante, esto no invalida necesariamente todo el relato de Castilla, que señala que primero intervino Vallejo, vestido de uniforme de coronel médico, y aportó en su intervención numerosos libros (conservados en el AGA junto a las actas), entre los que destacaba su Tratado de psiquiatría, y describe que Pelaz, auxiliar de Vallejo en la universidad y en el manicomio de hombres de Ciempozuelos, alabó a su maestro; cuestión que no evitó que fuera eliminado después de este primer ejercicio (23,25). Por otra parte, López Ibor desacreditó el texto de Vallejo, del que el propio Castilla, como ayudante del primero, había entresacado los errores más notables; y en menor grado hizo lo mismo Alberca. Pero, por el contrario, Sarró, el último en intervenir y supuestamente aliado de López Ibor, postuló a Vallejo como "figura señera" de la psiquiatría española (25).
* Acta del segundo ejercicio. 18 al 19 octubre de 1946. Se presentaron Vallejo, López Ibor y Sarró, y no aparecen referencias a ningún otro opositor. No obstante, el tribunal aludió a una carta de Alberca que anunciaba su retirada; según Castilla (25), porque durante el procedimiento de "trinca" (cuestionamiento de los méritos, e incluso ideología, entre los propios opositores) (94), Vallejo sacó a relucir su vinculación con ideas republicanas, siendo muy probable que el resto de los opositores asumiera sus nulas posibilidades para obtener la cátedra.
* Acta del tercer ejercicio. Enero de 1947, día sin especificar. Cada uno de los tres opositores explicaron una lección de sus respectivos programas, otorgándoseles una puntuación muy parecida, en el siguiente orden: Vallejo, López Ibor y Sarró.
* Acta del cuarto ejercicio. 8 de enero de 1947. En este ejercicio los opositores debían sacar diez bolas de las contenidas en su programa y elegir una para la exposición.
* Acta del quinto ejercicio. 10 de enero de 1947. Durante este ejercicio, celebrado en el Hospital Clínico de la Facultad de Medicina de Madrid, se aprobó el acta anterior y sorteó un caso clínico de entre diez mujeres elegidas por el tribunal. Los opositores procedieron a explorar durante una hora a la paciente, pasando a la sala de lectura del decano e incomunicándose para escribir las historias clínicas en el plazo máximo de una hora y guardarlas en urnas selladas y lacradas. En la segunda parte del ejercicio examinaron a la paciente media hora y durante quince minutos expusieron su impresión, orientación y juicio clínico. Posteriormente, leyeron las historias clínicas, siendo Vallejo calificado en primer lugar, seguido con pequeñas diferencias por Sarró y López Ibor.
* Acta del sexto ejercicio. 11 de enero de 1947. El presidente informó que se había recibido una carta de López Ibor, acompañada de un certificado médico, adjuntada al acta, en la que argumentaba que no podía concurrir al sexto ejercicio por enfermedad.
* Acta del sexto ejercicio. 18 de enero de 1947. En el acta el presidente indica que recibió una carta de López Ibor en la que señalaba su disposición a asistir. Sin embargo, antes de comenzar el ejercicio y así consta en el acta, se presentó un notario, en representación de López Ibor, que defendía la ilegalidad de la oposición debido a la disposición taxativa de la orden del 28 enero de 1946 del Ministerio de Educación Nacional, que obligaba a que el plazo para la celebración de oposiciones a cátedras de universidad estuviese comprendido entre el 15 de junio y 31 de diciembre. El acta recogió que no se aplazaba el sexto ejercicio, ya que López Ibor había dejado transcurrir el tiempo desde el 8 enero, realizando tres ejercicios, por lo que se infería que había aceptado la situación. A continuación, se sortearon dos temas de entre diez: "Psicosis infantiles" y "Etiología y patogenia de la esquizofrenia", con dos horas de preparación.
* Acta del sexto ejercicio. 18 de enero de 1947, a las siete y media de la tarde. Se procedió a calificar los ejercicios: en primer lugar, con "marcada diferencia", Vallejo, seguido por Sarró y López Ibor.
No podemos dejar de señalar una anécdota, relatada por Castilla (25), sobre este último ejercicio, en la que refería que López Ibor -al darlo todo por perdido-manifestó en voz alta que desaprobaba la parcialidad del tribunal y tras ordenarle el presidente callar fue expulsado de la sala por no hacerlo. El psiquiatra cordobés relata que López Ibor tiró sus folios a la cara de Enríquez de Salamanca y se marchó, organizándose un enfrentamiento entre los ayudantes del equipo de López Ibor y los que apoyaban a Vallejo. Pérez Peña (18), cuyo relato se ajusta más al contenido de las actas, duda de estos incidentes, los cuales no aparecen en las mismas; si bien señala las estrategias de López Ibor para demorar la oposición, incluida la instancia notarial en la que solicitaba la anulación de la prueba.
* Acta de votación y propuesta de las oposiciones de la cátedra. 20 de enero de 1947. Hasta el sexto y último ejercicio, el tribunal consideraba que iba primero Vallejo, seguido de Sarró y López Ibor, y el 20 de enero se acordó proponer para el desempeño de la cátedra a Vallejo por mayoría absoluta.
Al día siguiente, la prensa ya se hacía eco: "Vallejo Nájera, catedrático. Después de reñidas oposiciones y con el voto unánime del Tribunal, ha sido designado para ocupar la cátedra de Psiquiatría en la Facultad de Medicina de Madrid el profesor doctor Vallejo Nájera. El nuevo catedrático está recibiendo muchas felicitaciones de sus compañeros y alumnos" (95).
Por Orden del 25 de febrero de 1947, fue nombrado oficialmente primer catedrático numerario de Psiquiatría de la Universidad española (96), cuestión sobre la que, según la prensa, se pronunció en uno de sus primeros discursos tras el nombramiento: "…la creación de la cátedra… sentida intensamente en nuestra Patria desde hacía muchos años, es hoy magnífica realidad, merced al esfuerzo del Ministerio de Educación Nacional y bajo las directrices del Caudillo" (97).
Se ha señalado que la victoria de Vallejo era previsible, ya que estaba involucrado el propio gabinete de El Pardo con Carmen Polo, compañera de colegio de la mujer de Vallejo, a la cabeza (18,25); y parece posible que el grado de coronel del Ejército Nacional durante la Guerra Civil fuera un mérito determinante para obtener la ansiada cátedra. Por el contrario, López Ibor, a pesar de ostentar la cátedra de Medicina Legal desde 1932, había sido miembro del Consejo privado de Don Juan de Borbón y su adhesión a la monarquía y la firma de un manifiesto a favor de su restauración en el trono (18,25) le había costado el destierro a Barbastro en 1944.
Comentarios finales
A pesar de la necesidad de una cátedra de Psiquiatría como parte del proceso legitimador de la especialidad, es difícil comprender que se creara por primera vez en 1933, se nombraran diversos tribunales, se presentasen numerosos opositores a lo largo de su desarrollo, se realizasen seis convocatorias y tres tipos distintos de concurso (oposición, traslado y extraordinario), fuese declarada desierta en cuatro ocasiones y no resuelta en otra, para finalmente tardar prácticamente catorce años en nombrarse un catedrático (Tabla 1). Sin desdeñar las dificultades administrativas con los sucesivos nombramientos de tribunal, renuncias y psiquiatras que fueron opositores y casi inmediatamente miembros del tribunal, la interrupción de la Guerra Civil fue un hachazo en el camino hacia la introducción de la psiquiatría en la universidad. La fractura social, económica e ideológica de la sociedad española también tuvo su traducción en el mundo académico con numerosos exilios, no solo exteriores (como Mira, Rodríguez Lafora, Nieto o López Albo), sino también interiores (como Llopis o Valenciano), que hubieran sido posibles opositores. Parece que desde el 16 de diciembre de 1940 hasta el 21 de octubre de 1942 la docencia de la psiquiatría en Madrid -entonces adscrita a la cátedra de Patología Médica dirigida por Enríquez de Salamanca- había estado ejercida por López Ibor (18). El 21 de octubre de 1942 este fue nombrado catedrático agregado al Instituto Santiago Ramón y Cajal percibiendo la nómina desde la Universidad de Valencia, donde ocupaba la cátedra de Medicina Legal (18). A partir del 2 de noviembre de 1942 (para Gómez Santos (21) el día exacto fue el 2 de febrero de 1943), fue Vallejo quien se ocupó de la docencia hasta ganar la oposición (18). Por otra parte, López Ibor se resarciría, siquiera parcialmente, al obtener la cátedra de Psiquiatría de Salamanca a finales de 1952 (98) con todos los votos del tribunal y precisamente estando Vallejo en el mismo (99).
Si bien lo ocurrido con esta cátedra parece un hecho insólito en la universidad española, aún fue más lento el proceso que dio lugar a la primera cátedra numeraria de Neurología. Ambas asignaturas, ejercidas conjuntamente en su origen en la denominada "Neuropsiquiatría", comenzaron a ser universitariamente independientes y de manera paralela en 1933 (3,7), pero la de Neurología no fue cubierta hasta 1984 (94).