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Nutrición Hospitalaria

versión On-line ISSN 1699-5198versión impresa ISSN 0212-1611

Nutr. Hosp. vol.22 no.4 Madrid jul./ago. 2007

 

ORIGINAL

 

El estado nutricional de niñas chinas adoptadas en España

Nutritional status in Chinese adopted girls in Spain

 

 

T. Lourenço Nogueira*, C. Gómez Candela, V. Loria*, J. Lirio Casero** y J. García Pérez**

*Hospital Universitario La Paz. Unidad de Nutrición Clínica y Dietética. Madrid.
**Hospital Infantil Niño Jesús. Unidad de Pediatría Social. Madrid. España.

El presente trabajo ha sido presentado en el I Congreso FESNAD- Federación de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Nutrición, realizado en Madrid a fecha de 11-12 de marzo de 2005.

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

Introducción: Frente al creciente número de adopciones chinas en algunos países como España, se planteó un estudio para conocer y evaluar el perfil nutricional a la llegada y su probable implicación en el estado general de salud, crecimiento y desarrollo de niñas chinas adoptadas.
Pacientes y métodos: Se estudiaron 85 niñas chinas adoptadas en España en el periodo de 2002 a 2003, con edades comprendidas entre 7 y 33 meses de vida, remitidas a la Unidad de Pediatría Social del Hospital Niño Jesús, Madrid. Se recogieron datos referentes a la institución de procedencia, parámetros nutricionales (antropométricos y bioquímicos), presencia de enfermedades asociadas y retrasos de desarrollo (psicomotor/edad-ósea).
Resultados: El índice nutricional de Waterlow reflejó un 11% de malnutrición basándose en las tablas de referencia china, frente a un 58% obtenido por las tablas españolas, del cual el 82% era malnutrición aguda.
Comparando la eficacia de dos métodos de valoración nutricional, propuestos por Waterlow y Gómez, no hubo diferencias en la detección de malnutrición, a pesar de que este último autor prioriza el índice peso/edad como indicador nutricional en edades por debajo de los 2 años.
El 18% de las niñas fueron consideradas en grupo de riesgo (talla/edad < p10) para padecer desnutrición crónica, pero esto sólo se confirmó en el 67% del grupo, según criterios de Waterlow.
Entre los parámetros plasmáticos valorados, destaca la disminución de la prealbúmina, linfocitos, hierro y transferrina. Los hallazgos patológicos predominantes fueron la talasemia, dermatitis, retraso psicomotor y anemia ferropénica.
Conclusiones: Estos resultados nos llevan a creer en una posible mejoría en las condiciones ofrecidas en los orfanatos chinos.
La baja edad en el momento de la adopción, podría justificar la pequeña incidencia de deficiencias nutricionales de carácter crónico. En general, las alteraciones antropométricas/nutricionales encontradas pueden relacionarse con las consecuencias del abandono y la vulnerabilidad del proceso de adopción. De cualquier manera, el diagnóstico precoz y la instauración de un tratamiento adecuado lo antes posible, como se viene haciendo, es fundamental para proporcionar un adecuado crecimiento y desarrollo de estas niñas.

Palabras clave: Adopción. Valoración nutricional. Antropometría. Desnutrición. Desarrollo infantil.


ABSTRACT

Introduction: Given the increasing number of adoptions from China in countries such as Spain, a study was designed to know and assess the nutritional profile at arrival and its likely implication in global health status, growth, and development of adopted Chinese girls.
Patients and methods: Eighty-five Chinese girls adopted in Spain during the 2002-2003 period and ages ranging 7-33 months of life were studied at the Social Pediatrics Unit of the "Niño Jesús" Hospital, Madrid. Datas regarding institution of origin, nutritional parameters (anthropometrical and biochemical), presence of associated diseases, and developmental retardations (psychomotor/bone age) were gathered.
Results: Waterlow's nutritional index showed a malnourishment rate of 11% based on Chinese reference tables, as compared to 58% based on Spanish tables, of which 82% was acute malnourishment.
When comparing the efficacy of both nutritional assessment methods proposed by Waterlow and Gomez, there were no differences in detection of malnourishment in spite of the fact that the latter author gives priority to the weight/age index as a nutritional indicator at ages lower than 2 years.
Eighteen percent of the girls were considered at (height/age < p10) of suffering chronic malnourishment, but this was only confirmed in 67% of the group according to Waterlow's criteria.
Among assessed plasma parameters, decreased prealbumin, lymphocytes, iron, and transferrin stand out. The predominant pathological findings were thalassemia, dermatitis, psychomotor retardation, and ferropenic anemia.
Conclusions: These results make us believe in a possible in the conditions at Chinese orphanages.
The low age at the time of adoption may justify the low incidence of chronic nutritional deficiencies. As a whole, anthropometrical / nutritional impairments found may be related with the consequences of carelessness and vulnerability of the adoption process. In any case, early diagnosis and implementation of appropriate therapy as soon as possible, as it is being done, is essential to provide appropriate growth and development of these girls.

Key words: Adoption. Nutritional Assessment. Anthropometry. Malnourishment. Children development.


 

Introducción

La adopción internacional en España crece cada día. Sólo en 2002, hubo 3.625 niños extranjeros adoptados, de los que 1.586 procedían de Asia, y 1.427 eran niños chinos. Estas cifras se han ampliado en 2003 y ha habido todavía más adopciones en el 20041. En el año 2005, la Consejería para la Igualdad y el Bienestar Social ha registrado, sólo en Andalucía, un aumento del 33,5% de las adopciones extranjeras, lo cual fue representado casi íntegramente por niños procedentes de la República China, que pasaron a ser elegidos por 402 a 691 familias2.

Las fuerzas culturales, económicas y públicas de China han llevado a un considerable aumento del número de niños abandonados3. El incentivo del gobierno chino a un único hijo por familia y la preferencia cultural por el sexo masculino en este país, no solo puede justificar la situación, sino también explicar el hecho de que la gran mayoría de éstos pequeños son del sexo femenino4,5.

La adopción internacional está marcada por un gran número de niños acometidos por una o más patologías, entre las cuales cabe destacar desde parasitosis y desnutrición a hepatitis y sífilis congénitas6. Aún que se hayan registrados serios problemas clínicos y del desarrollo entre los niños chinos adoptados, su estado general de salud se ha presentado mejor de lo esperado. Basado en la publicidad sobre las malas condiciones de los orfanatos chinos desde hace varios años, parece ser que los problemas clínicos y del desarrollo presentes en estos niños, son menos graves de lo que se pensaba. Sin embargo, la poca fiabilidad de las fechas de nacimiento compromete una valoración más precisa. Típicamente, los niños son abandonados en lugares públicos como ferias, comisarías, hospitales u orfanatos y, la mayoría de los relatos de abandono son de recién nacidos. Pocos niños llevan alguna nota en sus pertenencias con información de su fecha de nacimiento y, como muchas veces, la historia de su abandono no es muy conocida, la edad de los niños acaba siendo estimada por el personal del orfanato. El problema está en que un equívoco en la edad puede resultar en importantes errores de evaluación nutricional, de crecimiento y desarrollo7.

La presencia de malnutrición está documentada en más del 20% de los niños extranjeros adoptados6,8, ya que la nutrición es uno de los aspectos más afectados, no sólo por la situación socioeconómica, sino por la cultura, el clima y la religión8. La deficiencia nutricional puede deberse también a privación afectiva o a una insuficiente cantidad o calidad de alimentos, siendo la duración del periodo carencial proporcional a la secuelas relacionadas8-10.

El efecto a largo plazo de problemas de malnutrición y retrasos en el desarrollo de estos niños sigue teniendo su importancia. Hay que estar atento a la incidencia de problemas escolares como hiperactividad, déficit de atención, dificultad de aprendizaje y retraso persistente del habla, pues pueden aparecer7.

La omisión de pruebas de investigación es la causa más frecuente de fallos en los diagnósticos, siendo que, en muchos casos, los cuadros patológicos ya se presentan avanzados y con secuelas, sin haber recibido un tratamiento apropiado11. De hecho, es común no detectar algunas condiciones como enfermedades infecciosas, deficiencias visuales, pérdida de audición, inmunizaciones incompletas y muchas alergias e intolerancias alimentarias12.

La adopción infantil internacional constituye un grupo especial que requiere una minuciosa investigación clínica y nutricional, además de cuidados específicos cuando los niños llegan de su país de origen, pues un diagnóstico correcto y un tratamiento adecuado pueden ser determinantes fundamentales para la optimización de su crecimiento y desarrollo en el nuevo hogar.

El propósito del presente estudio fue reconocer las posibilidades reales de repercusiones y adaptación de las niñas procedentes de China en el nuevo entorno familiar, según el estado nutricional y comorbilidades presentes.

 

Pacientes y métodos

Fue un estudio de corte transversal, retrospectivo, de todas las niñas chinas adoptadas en España durante el periodo comprendido entre 2002-2003, remetidas la Unidad de Pediatría Social (UPS) del Hospital Niño Jesús, Madrid. Se estudiaron 85 niñas de 7 a 33 meses de vida, de las cuales 41 tenían menos de 12 meses, 38 tenían entre 12 y 24 meses y, tan sólo 6 niñas ya habían cumplido 24 meses de vida. El abandono ocurrió al cabo de 11 ± 4 días del nacimiento, pasando a vivir en orfanatos, casas de acogida o en hospitales. El 68% de las niñas provenían de orfanatos, el 30% de casas de acogida y el 2% provenían del hospital; donde en media estuvieron, respectivamente, 10, 11, y 2 meses hasta sus adopciones.

La evaluación de la muestra se hizo basada en los datos recogidos en la primera consulta realizada en la UPS. Se evaluó la edad y el tiempo de abandono, enfermedades anteriores y actuales, parámetros nutricionales (antropometría, bioquímica), y presencia de enfermedades asociadas. También se evaluó el desarrollo psicomotor a través de la Prueba Selectiva del Desarrollo de Denver y la edad-ósea por radiografías de mano y muñeca izquierda y tobillo izquierdo.

Los indicadores empleados para la evaluación del estado nutricional de las niñas fueron los percentiles del peso/edad y talla/edad según las curvas de distribución de peso y talla para el sexo femenino (tablas de referencia antropométricasa,b), correspondientes al país de origen (China) y destino (España); la adecuación ponderal propuesta por Gómez en 1956 (13); y el índice nutricional propuesto por Waterlow en 19728,14.

La clasificación del estado nutricional, utilizadas para los percentiles identificados en las curvas de distribución de peso y talla, según la edad fueron:

Obesidad: percentil > 97;
Sobrepeso: percentil entre 90 y 97;
Normonutrición: percentil entre 10 y 90;
Riesgo nutricional: percentil entre 3 y 10;
Malnutrición: percentil < 3.

La Adecuación Ponderal sugerida por Gómez indica la presencia de desnutrición y clasifica su grado relacionando el peso actual de las niñas con el peso correspondiente a sus edades en el percentil 50, de acuerdo con los valores presentes en las tablas de referencia antropométrica. La fórmula utilizada para determinar el porcentaje de adecuación fue:

% de adecuación = [(Peso actual)÷(Peso/edad P50)] X 100

Debido a que esta relación está especialmente indicada en lactantes (niños por debajo de los 2 años), 6 niñas fueron desconsideradas para esta valoración antropométrica.

La interpretación de este porcentaje de adecuación permite clasificar el estado nutricional en normonutridos: 85 a 100%

desnutrición de 1º grado: 70 a 85%
desnutrición de 2º grado: 60 a 70%
desnutrición de 3er grado: < 60%

El Índice Nutricional (IN) se obtuvo a través de la relación entre el peso actual por la talla correspondiente a la edad en el percentil 50, y el peso correspondiente a la edad en el percentil 50 por la talla actual, según las tablas de referencia antropométrica. La fórmula utilizada para determinar el porcentaje de adecuación de éste índice fue:

%IN = [(Peso actual × Talla/edad P50)÷(Peso/edad P50 × Talla actual) × 100]

La interpretación de éste porcentaje permite diferenciar las situaciones8,15:

Obesidad: > 120%;
Sobrepeso: 110 a 120%;
Normopeso: 90 a 110%;
Desnutrición leve: 80 a 89%;
Desnutrición moderada: 70 a 79%;
Desnutrición grave: < 70%.

Frente a la importancia de caracterizar el cuadro de desnutrición en cuanto a su cronicidad, con el fin de conocer las posibilidades reales de recuperación, se consideró como grupo de riesgo de padecer desnutrición crónica a todas las niñas con el índice talla/edad correspondiente a un percentil por debajo del 10 en las tablas de referencia antropométrica española. En estos casos, para asegurar la existencia y el grado de cronicidad de la malnutrición, se calculó el porcentaje de adecuación de la talla, propuesto por Waterlow, a través de la fórmula:

% de adecuación de la talla = [Talla actual (cm)]÷[Talla/edad P50 (cm)] × 100

Este porcentaje fue interpretado como8,15:

normal > 95%
desnutrición crónica leve 95-90%
desnutrición crónica moderada 90-85%
desnutrición crónica grave < 85%

Asimismo, a todas las niñas que procedían de orfanatos, con retraso por encima de 1 mes para el índice talla/edad referente al percentil 50 de la tabla de referencia, se hizo una comparación entre el tiempo (en meses) de éste retraso y el estimado para el periodo que vivieron en esas instituciones16,17.

Los perímetros braquial (valor obtenido con cinta métrica, en cm, en la altura del punto medio entre acromion y olécranon del brazo no dominante) y cefálico (valor obtenido con cinta métrica, en cm, alrededor de la cabeza, pasando por la parte más prominente del frontal y la protuberancia occipital) también son comúnmente utilizados para valorar lactantes y pueden ser relacionados a través de la fórmula8:

[Perímetro braquial (cm)] ÷ [Perímetro cefálico (cm)]

Los resultados de ésta relación son interpretados según la escala:

Obesidad : > 0,36 cm
Desnutrición (leve, moderado, grave): < 0,31 cm
Normal: 0,31 a 0,36 cm

Debido a la edad, estuvieron excluidas de este análisis 12 niñas.

También fueron evaluados los problemas se salud diagnosticados, algunos parámetros bioquímicos y sus probables correlaciones con el estados nutricional de las niñas. Se analizaron los niveles de: albúmina, prealbúmina, proteínas totales, transferrina, hierro, ferritina, vitamina A, proteína unida a retinol (RBP), vitamina A/RBP, vitamina E, triglicéridos, colesterol, urea, creatinina, ácido úrico, calcio, fósforo y fosfatasa alcalina.

El análisis estadístico se basó en el programa GraphPad Prism para la realización del Paired y Unpaired T-test; en el programa Excel 2000 Microsoft Windows para la realización del Test Chi2; y para la realización del Nonparametric Wald-Wolfowitz runs test fue utilizado el programa Statistic 6.0.

La valoración de la diferencia entre el estado nutricional de la muestra basada en la tabla de referencia española y en la tabla de referencia China, se hizo a través del Paired T-test.

El Nonparametric Wald-Wolfowitz runs test fue utilizado para comparar la distribución de los valores relativos a la clasificación del estado nutricional entre los métodos de Waterlow y Gómez.

Para evaluar la diferencia entre el retraso de talla en las niñas procedentes de orfanatos, y el retraso estimado por otros estudios según el tiempo de internamiento en estas instituciones, se utilizó el Test Chi2.

El estado nutricional de las niñas, de acuerdo con la procedencia (orfanato o casa de acogida), fue analizado por Unpaired t-test y por el Nonparametric Wald- Wolfowitz runs test.

Para todos los testes aplicados, los resultados fueron considerados estadísticamente significativos cuando p < 0,05.

 

Resultados

Fueron identificados maltratos físicos en el 8,3% de las niñas procedentes de las casas de acogida y en el 10,23% de las procedentes de los orfanatos. Sin embargo la institución de procedencia no pareció influenciar en el estado nutricional de las niñas. En la figura 1 se observa que la diferencia entre el porcentaje de adecuación del peso y la talla de las niñas, procedentes de orfanatos y casas de acogida, es pequeña. En general, la proporción de pesos por de bajo del percentil 10 es superior a la de tallas, independiente de la procedencia.

En la figura 2 se representa la comparación del IN de Waterlow basado en las tablas de referencia chinas y las españolas, permitiendo identificar la superioridad del estado nutricional de las niñas (p < 0,05) cuando fueron evaluadas según las tablas de referencia de su país de origen, que clasifica a un 75% (n = 69) de ellas en los rangos de normalidad (90 a 110%) frente al 38% (n = 32) por la referencia española. Sin embargo, aunque la tabla española sea más sensible para detectar la presencia de malnutrición, entre las niñas cuyo el IN está por debajo del 90%, el 80% (n = 40) de ellas presentó desnutrición aguda.

Cuando se trata de valorar los percentiles que corresponden a los índices peso/edad y talla/edad en las curvas de referencia española, respectivamente, el 56% y 66% de la muestra se encuentran en los rangos de normalidades (percentil 10 a 90). Para sobrepeso y obesidad (percentil > 90), se encuentra el 3% de los índices peso/edad y el 16% de los talla/edad, una proporción inversa a la observada en los rangos para riesgo nutricional y desnutrición (percentil > 10), donde se observa su presencia en el 42% de los pesos y el 17% de las tallas.

Por la clasificación de Waterlow, el 58% del total de las niñas presenta algún grado de desnutrición, con un IN promedio de 89,2% ± 3,74; mientras que por la clasificación de Gómez el 48% de las niñas está desnutrida, con un promedio de adecuación igual a 88,95% ± 2,79.

Gómez no considera el valor del índice talla/edad, como lo hace Waterlow en su fórmula para el cálculo del IN. A pesar de esto, los resultados obtenidos por ambos métodos de evaluación nutricional no presentan diferencias significativas. Por eso, se eligió evaluar la muestra únicamente por el IN de Waterlow. Además, dada la importancia de la influencia ambiental18 en la recuperación y desarrollo de estas niñas, se optó por seguir la valoración nutricional de las niñas solamente con las tablas de referencia antropométricas españolas.

La desnutrición aguda afectaba al 47% (n = 40) de la muestra, siendo el 72,5% de los casos en grado leve, el 22,5% en moderado y el 5% en severo. En proporción mucho más pequeña, la desnutrición crónica está presente en el 12% (n = 10) de las niñas, siendo el 80% en grado leve y el 20% moderado. No fueron observados casos severos de desnutrición crónica.

El grupo de riesgo para presentar signos de cronicidad de carencias nutricionales, representado por las niñas cuyo el índice talla/edad se presentaba por debajo del percentil 10, fue caracterizado en el 18% (n = 15) de la muestra. La desnutrición estaba presente en todos estos casos, pero sólo fue confirmada su cronicidad en el 67% de ellos; los demás cuadros eran agudos.

La figura 6 muestra la comparación entre los retrasos observados para el índice talla/edad respecto al percentil 50 de la curva de referencia de las niñas estudiadas y lo que proponen dos autores en función del tiempo de internamiento en los orfanatos. Uno de los autores estima un mes de retraso para este índice por cada tres meses16 de estancia en esas instituciones y, el otro autor, un mes para cada cinco meses17 vividos allí. No se han documentado diferencias significativas en tales comparaciones, pero se puede decir que el perfil del retraso en el índice talla/edad respecto al percentil 50 de estas niñas tiende a ser más parecido con la hipótesis de que el desarrollo longitudinal suele retrasarse un mes a cada cinco meses de internamiento17.

Cuando se analiza el estado nutricional relacionando el perímetro braquial y cefálico, se constata una discordancia con lo que se obtuvo utilizando los métodos de Gómez y Waterlow. La aplicación de esta fórmula ha detectado pocas niñas desnutridas, frente a un número demasiado grande de niñas con peso por encima del considerado normal.

Respectos a los parámetros bioquímicos, el nivel de prealbúmina se documentó disminuido (valor de referencia para la normalidad = 18 - 45 mg/dl) en el 46% (n = 39) de la muestra. El 44% de ellas se muestra bien nutrida de acuerdo con el IN de Waterlow, siendo el 64% menor de un 1 año.

El 15% (n = 13) de la muestra presenta disminución de la transferrina (valor de referencia para la normalidad = 230 - 430 mg/dl), de las cuales 62% presentan malnutrición, siempre del tipo aguda y leve.

No se encontró relación entre la reducción de la transferrina y los valores de hierro (valor de referencia para la normalidad = 33 - 118 mcg/dl), el cual se mostró bajo en el 19% (n = 16) de la muestra. Esta deficiencia de hierro fue asociada a anemia ferropénica en 10 niñas, de las que el 70% también presentó desnutrición de diferentes grados.

Cuando se valoró la vitamina A, el 10,6% (n = 9) demostró un exceso (valor de referencia para la normalidad = 0,30-0,80 mg/L), observando también un aumento de la RPB en seis de ellas. Entretanto, la relación Vit. A/RBP de estas niñas varió entre 1,2 a 1,8, lo que no indica un cuadro de toxicidad de esa vitamina.

Hay una disminución en los niveles de triglicéridos (valor de referencia para la normalidad = 46 - 201 mg/dl) en el 9% (n = 8) de las niñas, probablemente justificado por la desnutrición presente en el 63% de ellas, en su mayoría (80%), con más de 1 año de edad.

Con respecto a la frecuencia de hallazgos patológicos, el 24% (n = 20) presentaba dermatitis, siendo el 55% (n = 11) identificada como atópica y las demás, el 45% (n = 9), como inespecífica. De estas 9 niñas con dermatitis inespecífica, el 75% presentaban desnutrición en diferentes grados.

La talasemia fue la patología más presente en la muestra estudiada. Acompaña a un 33% (n = 28) de las niñas y se clasifica fundamentalmente como b-talasemia.

El 41,17% (n = 35) manifestaba retraso en una o más áreas del desarrollo cuando fueron evaluadas a su llegada a España. Hay que destacar los retrasos psicomotor y de edad ósea, presentes en el 20% (n = 17) y en el 12% (n = 10) respectivamente. Se ha observado que el 94% de las niñas diagnosticadas de retraso del desarrollo psicomotor fueron adoptadas antes de cumplir 16 meses de vida, mientras, el retraso de la edad ósea estuvo más presente en las niñas mayores de 1 año, el 50% de las cuales tenían algún grado de desnutrición.

 

Discusión

La relación entre la inmigración y el estado nutricional ya se estudia desde hace algunas décadas19. En general, los niños inmigrantes, que ya han experimentado un período de malnutrición antes de su llegada al país de destino, tienden a presentar hipotrofia armónica, reflejo de una desnutrición crónica, delgadez y debilitamiento agudo y retrasos de maduración. También suelen tener problemas relacionados con una ingesta insuficiente de micronutrientes, como anemia o lesiones en mucosas, entre otras19,20. A pesar de esto, no es prudente pensar que todos los huérfanos procedentes de otros países, tienen que ser más pequeños o estar desnutridos; hay que considerar factores genéticos y/o étnicos de la población de origen, además de la influencias de factores ambientales, a los que los niños, en condiciones normales, tienden a adaptarse a lo largo del tiempo18.

Considerando la importancia del ambiente en el desarrollo de estos pequeños, el cambio de un medio empobrecido a otro económicamente desarrollado les hace experimentar un "catch up" compensador y los problemas nutricionales carenciales suelen solucionarse18.

De acuerdo con algunos autores, la efectividad de esta compensación del crecimiento puede ser total o parcial en función de la edad del niño en el momento de la adopción; en los niños por encima de 2 años de edad, aunque bien tratados, cuesta más la recuperación integral de su retraso21. De hecho, en el presente estudio se ha observado que cuando la adopción ocurrió después del primer año de vida, las niñas presentaban más complicaciones en determinados parámetros. Asimismo, es importante comentar que aunque la mayoría de las niñas abandonadas sean acogidas en sus primeras semanas de vida, hay que tener en cuenta que los cuidados prenatales han podidos ser mínimos y esto podría limitar la integridad de la recuperación nutricional, ya que puede haber reminiscencias de los periodos de malnutrición intrauterinos y perinatales22.

Después de acogidas, las niñas pasan a ser influenciadas también por el tratamiento que reciben en sus hogares provisionales hasta sus adopciones definitivas, dónde la deprivación afectiva y emocional, la negligencia23 y una alimentación inadecuada (baja calidad e insuficiente cantidad para la edad), son factores determinantes de la calidad del desarrollo actual y futuro.

Hay muchas formas de valorar el estado nutricional infantil, pero hay que saber elegir el método más favorable al perfil de los niños (sexo, edad y enfermedades asociadas) y a lo que se quiere investigar. Para la valoración del perfil nutricional de niños por debajo de 2 años se recomienda utilizar el índice peso/edad, seguido de la talla para la edad, pues en este rango de edad el peso es más sensible y es el primero en modificarse en situaciones de deprivación nutricional21.

Los resultados obtenidos en este trabajo reflejan una elevada incidencia de malnutrición, pero en su mayoría ésta es aguda. Puede que la baja edad de la muestra no haya permitido la prolongación del periodo de deprivaciones7 y desajustes alimentarios, impidiendo la instalación de la cronicidad del problema. Además, la no detección de malnutrición crónica en todas las niñas que presentaban déficit de talla, podría interpretarse como consecuencia de problemas prenatales todavía no compensados, por influencia genética o por cuadro de desnutrición previa, lo cual ha comprometido el desarrollo de la talla. Hay determinadas enfermedades que podrían influir en la talla y, si no son investigadas a tiempo, indican un compromiso de carácter crónico, como en la enfermedad celíaca24 o en disfunciones endocrinas25.

Es importante señalar que entre las niñas que se presentaron con desnutrición crónica no hubo casos severos, y por ello se esperan mejores posibilidades de recuperación para estas pequeñas. A su vez, con una discreta recuperación ponderal se podría revertir el cuadro de desnutrición del 70% de las niñas con malnutrición aguda, cuyo grado de severidad fue clasificado como leve.

Cuando se determinó los percentiles correspondientes a los parámetros peso y talla respecto a la edad, se confirmó la predominancia de un estado de desnutrición aguda, al haber mayor porcentaje de pesos que de tallas clasificados en percentiles por debajo del 10. Por otro lado, por encima del percentil 90 se clasifican más tallas que pesos, sugiriendo en estos casos una influencia de factores genéticos y/o de adecuadas desde el nacimiento, ya que son más grandes de lo considerado normal, y esto podría representar menor vulnerabilidad de estas niñas a cambios nutricionales durante el proceso de adopción.

La relación de los parámetros PC/PB no se demostró fiable para valorar el estado nutricional de la muestra estudiada pues aportó datos muy distintos de los obtenidos por otros métodos. Quizá esté más indicado para niñas menores de 6 meses o incluso recién nacidas. Es razonable pensar que esa relación pueda ser mejor aprovechada como un parámetro de seguimiento en la recuperación nutricional. De acuerdo con Ramos Galván26 y Jelliffe27 el uso del PB puede ser un buen indicador de composición corporal, puesto que involucra grasa y músculo, y puede ser importante cuando se le considera como un indicador de desnutrición energético-proteica. Además de su poca relación con el edema, hace notorio los cambios en el estado nutricional a corto plazo28 y se mantiene casi constante (alrededor de 16 cm) cuando los niños, entre 1 y 5 años, se encuentran bien nutridos29.

Por otro lado, la medición de los parámetro bioquímicos es una herramienta útil para valorar el perfil nutricional antes de que aparezcan signos clínicos de malnutrición.

La prealbúmina es más sensible que la albúmina y la transferrina para determinadas alteraciones en el equilibrio calórico-proteico30. Sin embargo, casi la mitad de las niñas que presentan los niveles de prealbúmina reducidos, no tienen baja la albúmina y tampoco están desnutridas, por lo que se puede pensar que estén sufriendo las consecuencias de recientes cambios alimentarios, además del estrés31 asociados con la adopción. Hay que observar que el 64% de estas niñas son menores de 1 año, requiriendo mayor atención y cuidados en la adaptación de la dieta en este rango de edad, visto que posiblemente presentan mayor sensibilidad a los cambios ambientales en el proceso de adopción.

También se debe destacar que la prealbúmina podría estar disminuida en el curso de alguna reacción inflamatoria, infección o traumatismo, comportándose como un reactante de fase aguda32. De hecho, esto explicaría la disminución en los niveles de prealbúmina de algunas de las niñas que, al mismo tiempo presentaban niveles de linfocitos aumentados.

La transferrina tiene una vida media de 8 días y, por ser más sensible que la albúmina a modificaciones recientes en el estado nutricional, los cambios en su concentración están directamente relacionados con el balance nitrogenado, siendo la variación en sus niveles más útil en el seguimiento de los pacientes que en la valoración basal30,33. De acuerdo con los resultados obtenidos, más del 50% de las niñas con transferrina baja presentaban desnutrición aguda y puesto que sus niveles de albúmina seguían normales, podría ser que estuvieran iniciando el desarrollo de una desnutrición proteica.

Se sabe que la ferropenia (deficiencia del status férrico, aún sin anemia) puede ser considerada común en el rango de edad de la muestra, pues las necesidades de este nutriente están aumentadas por el rápido crecimiento vivido en este período34. Pero si el déficit se prolonga y no es corregido, puede tener consecuencias adversas e interferir en el crecimiento normal, además de ser la causa de trastornos del desarrollo y del aprendizaje35.

Entre las niñas que presentaron los niveles de hierro disminuido, más de la mitad tenían anemia, posiblemente debido a una alimentación inadecuada en la mayor parte de ellas, ya que también presentaban algún grado de desnutrición.

No obstante, es importante considerar la posibilidad de anemias hereditarias que pueden ser comúnmente diagnosticadas en países asiáticos; en China, especialmente la a y b- talasemia (hemoglobinopatía)23,36. De hecho, la talasemia del tipo b fue uno de los hallazgos más marcantes en la muestra estudiada.

El motivo del aumento de la vitamina A en más del 10% de las niñas tendría que ser mejor investigado, incluso teniendo en cuenta la fiabilidad del método empleado para su determinación, una vez que no se ha relacionado ningún síntoma de sobredosis de esta vitamina.

Entre los factores que favorecen el desarrollo normal del organismo infantil, tiene gran importancia la alimentación, pues contribuye al crecimiento del niño y al desarrollo de sus órganos y tejidos. Por tal motivo, una alimentación adecuada es la forma de lograr que reciban diariamente todos los nutrientes necesarios37. Pero la situación de los niños huérfanos no es tan sencilla, visto que en los orfanatos la calidad de vida de los internos es de subsistencia. Aunque los edificios hayan sido modernizados, mejoradas sus condiciones de higiene y de cuidados, la masificación y las propias condiciones de vida hacen que existan problemas de desnutrición, infecciones y deprivación psicoafectiva23.

Los orfanatos no son lugares adecuados para el crecimiento de niños abandonados, pero al menos en China, la muestra estudiada que procede de estas instituciones ha presentado un estado general de salud semejante a la muestra procedente de casas de acogidas. Además, el retraso en la talla previsto en la literatura en función del tiempo vivido en orfanato, confirma la mejoría que puede haberse instaurado en estas instituciones, ya que la media de los retrasos tendió a ser menor que lo sugerido en la literatura13,14.

La falta de estímulo y afecto es la principal causa de los retrasos en el desarrollo psicomotor, pero generalmente, el retraso motor, tanto de la movilidad fina como en la grosera, y el área social-emocional se recuperan durante el primer año38.

En este estudio, las niñas que son adoptadas con edad por encima de 1 año y 4 meses tienen una incidencia mucho más baja de retraso psicomotor, sugiriendo que a pesar de estar abandonadas, han recibido un mínimo de atención y cuidados individuales por parte de sus cuidadores provisionales.

Problemas cutáneos, como eczemas y dermatitis son comunes de encontrar en el momento de adoptar a un niño chino23. La dermatitis atópica es la dermatosis más frecuente entre niños menores de 11 años. Su carácter crónico y la falta de una terapéutica satisfactoria condicionan un compromiso de la calidad de vida y también puede señalar un posible desarrollo de otros procesos alérgicos38. Cuando se observa que parte de las niñas estudiadas presentan cuadros de dermatitis inespecíficas, es importante considerar el estado nutricional de cada una, pues la presencia de desnutrición puede indicar deficiencias vitamínicas que, a su vez, repercutirían en alteraciones cutáneas.

 

Conclusión

Las tablas de referencia española demuestran mayor sensibilidad para la detección de desnutrición de la muestra, pero la edad de las niñas en el momento de la adopción podría ser un determinante en la baja incidencia de deficiencias nutricionales de carácter crónico.

El hecho de no haber sido observadas diferencias nutricionales entre las niñas procedentes de casas de acogidas y orfanatos, lleva a pensar en una posible mejoría de las condiciones ofrecidas en esta última institución, rompiendo con su imagen negativa.

En general, las alteraciones antropométricas/nutricionales encontradas pueden relacionarse con las consecuencias del abandono y la vulnerabilidad del proceso de adopción. Esto hace suponer que la recuperación de las carencias nutricionales y retrasos de desarrollo estarían fuertemente influenciadas por la adaptación al nuevo entorno familiar. Por otro lado, hay que señalar la importancia de investigar posibles condiciones patológicas, como enfermedades infecciosas, deficiencia visual, pérdida de audición, inmunizaciones incompletas, y muchas alergias e intolerancias alimentarias. De este modo, el diagnóstico correcto y la instauración de un tratamiento precoz serán las claves fundamentales para garantizar un adecuado crecimiento y desarrollo de estas niñas.


aaTablas desarrolladas por el Instituto de Investigación sobre crecimiento y desarrollo – Fundación F. Orbegozo, Bilbao; según el “Estudio Longitudinal de Crecimiento: curvas de 0 a 18 años”, de los autores M Hernández, J Castelletti, JL Narvaiza, JM Rincón, I Ruiz, E Sánchez, B Sobradillo y A Zurimendi.
b Tablas publicadas en: KSF Chang, MC Lee, WD Low, S Chui and M Show. Standards of height and weight of Southern Chinese Children. Far East Medical Journal, 1965; 1:101-109.

 

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Dirección para correspondencia:
Thais Lourenço Nogueira.
Hospital Universitario La Paz.
Unidad de Nutrición Clínica y Dietética.
Paseo de la Caastellana, 269.
28046 Madrid.
E-mail: thais_nogueira@hotmail.com

Recibido: 12-X-2006.
Aceptado: 19-V-2007.

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