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Nutrición Hospitalaria

On-line version ISSN 1699-5198Print version ISSN 0212-1611

Nutr. Hosp. vol.26 n.2 Madrid Mar./Apr. 2011

 

ORIGINAL

 

Prevalencia de sobrepeso y obesidad en adultos españoles

Overweight and obesity among Spanish adults

 

 

E. Rodríguez-Rodríguez, B. López-Plaza, A. M.a López-Sobaler y R. M.a Ortega. Grupo de Investigación UCM 920030

Departamento de Nutrición. Facultad de Farmacia. Universidad Complutense de Madrid. España.

Este trabajo ha sido financiado por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) (Expte: DESR/0113/08) con la gestión de la Fundación General de la Universidad Complutense (proyecto: 337/2008).

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

Objetivo: Evaluar la prevalencia de sobrepeso y obesidad en adultos españoles y comprobar cuál es la situación actual y cómo ha evolucionado en los últimos años.
Material y métodos: Se ha estudiado un colectivo de 418 individuos (196 varones y 222 mujeres) de 18 a 60 años, que fueron seleccionados para constituir una muestra representativa de la población española en su conjunto. Se han registrado datos sanitarios, socioeconómicos y antropométricos (peso, talla, circunferencia de la cintura y porcentaje de grasa corporal mediante bioimpedancia). Se ha calculado el Índice de Masa Corporal y la relación cintura/altura.
Resultados: La prevalencia de sobrepeso en la población fue del 34,2%, siendo mayor en los varones (43,9%) que en las mujeres (25,7%); y la de obesidad fue del 13,6%, sin existir diferencias entre sexos. Un 47,8% de la población presentó sobrecarga ponderal y un 70,2% exceso de grasa corporal, siendo mayor en varones que en mujeres y aumentando estos parámetros con la edad. Un 22,2% de la población estudiada presentó obesidad central (tomando como referencia la circunferencia de la cintura) y un 54,7% obesidad central y riesgo cardiovascular (al presentar relaciones cintura/altura > 0,5), siendo mayores ambos parámetros en el grupo de los varones.
Conclusión: La población española se encuentra en una situación alarmante con respecto al padecimiento de sobrepeso y obesidad, presentando más de la mitad de la población riesgo de padecer enfermedad cardiovascular. Además, la situación ha empeorado con respecto a datos obtenidos en estudios anteriores, por lo que hay que seguir trabajando para disminuir su prevalencia.

Palabras clave: Sobrepeso. Obesidad. Prevalencia. Adultos. España.


ABSTRACT

Aim: to assess the prevalence of overweight and obesity in Spanish adults and to know the current situation and its evolution in the last years.
Material and methods: The study involved 418 subjects (196 men and 222 women) from 18 to 60 years, who were selected to constitute a representative sample of the Spanish population as a whole. Sanitary, socioeconomic and anthropometric (weight, height, waist circumference and percentage body fat by bioimpedance) data was collected. Body Mass Index and waist-height were ratio calculated.
Results: The prevalence of overweight was 34.2%, 43.9% in men and 25.7% in women, and the prevalence of obesity was 13.6% (it was similar in men and women). 47.8% of the population had excess of body weight and 70.2% excess of body fat, these parameters were higher in men than in women and they increased with age. 22.2% of the population had central obesity (taking waist circunference as reference) and 54.7% central obesity and high cardiovascular risk (because waist/height was > 0.5), both parameters were higher in men than in women.
Conclusion: Overweight and obesity prevalence among the Spanish population is very high and more than the half of the population is in risk of suffering from cardiovascular disease. Furthermore, the situation is worse than a few years ago, so it is necessary to continue working to decrease the prevalence of overweight and obesity among the Spanish population.

Key words: Overweight. Obesity. Prevalence. Adults. Spain.


 

Abreviaturas
BIA: Bioimpedancia eléctrica.
GC: Grasa corporal.
IMC: Índice de Masa Corporal.
OB: Obesidad.
SP: Sobrepeso.

 

Introducción

La obesidad es un problema de salud público prioritario debido, por una parte, al gran número de personas afectadas, y que continúa en aumento, y, por otra, a sus graves consecuencias sobre la salud1.

De acuerdo con los últimos datos de los que se dispone, a nivel mundial más de 1 billón de adultos presentan exceso de peso y, en concreto, 300 millones de ellos son obesos. La prevalencia de unos países a otros es muy variable, estando por debajo del 5% en China, Japón y ciertos países de África y llegando a superar el 75% en otros, como es el caso de Samoa (país que comprende un grupo de islas perteneciente al archipiélago de la Polinesia al sur del Pacífico). Sin embargo, incluso en países con una prevalencia relativamente baja, como el caso de China, en algunas ciudades llega a alcanzar el 20%2. En España, según el último estudio realizado al respecto en población adulta (entre 25 y 60 años), en el año 2000, la prevalencia de sobrepeso era del 38,5% y la de obesidad del 14,5%, lo que significa que uno de cada dos adultos presenta un peso superior al recomendable3. Además, se prevé que estas cifras continúen en aumento y se estima que, si no se actúa inmediatamente, para el año 2030 el 100% de la población adulta americana presentará obesidad, mientras que en España, hasta ése año, la población obesa masculina aumentará en el 33% y la femenina en el 37%4,5.

En cuanto a las repercusiones sobre la salud, la obesidad se ha relacionado con un incremento del riesgo de padecer algunas enfermedades, entre las que se encuentran la diabetes, hipertensión, dislipemias, enfermedad cardiovascular y ciertos tipos de cáncer6.

Cabe destacar que, a parte de las consecuencias que tiene su padecimiento sobre la salud del propio individuo, se ha estimado que la obesidad, y las enfermedades relacionadas a la misma, suponen un coste sanitario del 2 al 7%7, y que en el caso concreto de España se encuentra en el 7%8.

Ante esta situación, el objetivo del presente estudio fue evaluar la prevalencia de sobrepeso y obesidad en adultos españoles con el fin de comprobar cuál es la situación actual y ver cómo ha evolucionado en los últimos años.

 

Material y métodos

Sujetos del estudio

En este estudio se ha utilizado información obtenida durante de la realización del estudio FANPE (Fuentes Alimentarias de Nutrientes en Población Española), que se realizó bajo la contratación de la AESAN (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición) para conocer la ingesta de alimentos, energía y nutrientes en la población española y las principales fuentes alimentarias de nutrientes, prestando especial atención al sodio.

Los sujetos del estudio fueron 418 adultos de 18 a 60 años (196 hombres y 222 mujeres), que fueron seleccionados para constituir una muestra representativa de la población española en su conjunto. El trabajo de campo fue realizado entre Enero y Septiembre del 2009.

El tamaño de muestra fue determinado teniendo en cuenta los datos previos del estudio INTERSALT (Intersalt Cooperative Research Group, 1988), con el fin de que fuera representativo para cada sexo y teniendo en cuenta un abandono del 25%. De esta forma, el tamaño muestral inicialmente planeado fue de 406 sujetos. Para realizar el muestreo se seleccionaron 15 áreas, de cada una de las cuales se eligió la capital y una zona semi-urbana/rural (al azar), de forma que se obtuvieron 30 zonas de estudio. Dentro de cada zona se dividió la muestra en 6 subgrupos, teniendo en cuenta el sexo (varón/mujer) y la edad (18-30, 31-44 y de 45-60 años).

Los sujetos estudiados fueron individuos sanos, que vivían en sus hogares, por lo que no han sido incluidas en este estudio personas hospitalizadas o residentes en residencias, instituciones o comunidades. Se consideraron criterios de exclusión el tener un diagnóstico de diabetes, hipertensión o enfermedad renal o el estar utilizando diuréticos.

Todas las personas seleccionadas para participar en el estudio fueron informadas sobre el objetivo del mismo, sobre los análisis que se les realizarían y el número y tipo de entrevistas y test que se llevarían a cabo, para solicitar su autorización firmada de participación, de acuerdo con los requerimientos éticos de la Facultad de Farmacia (Universidad Complutense de Madrid).

En cada una de las 30 zonas de muestreo, cuando un sujeto era excluido o no aceptaba la participación se procedía a contactar con uno nuevo del mismo sexo y franja de edad. Finalmente de las 1.835 personas a las que se propuso participar en el estudio, aceptaron 492 (26,8%). De estas, 74 fueron excluidas por no cumplir con los criterios de inclusión, siendo la población final estudiada de 418 individuos (53,6% de mujeres) (22,8% de la muestra contactada).

 

Métodos

En todas las poblaciones se utilizaron las mismas encuestas, aplicadas en el mismo orden, con idénticas instrucciones, se utilizó el mismo material (de la misma marca y contrastado para conseguir medidas equiparables) y con personas entrenadas y capacitadas para la realización del estudio.

- Información antropométrica: El peso y la talla fueron determinados utilizando una balanza digital electrónica (Seca Alpha, GmbH & Co., Igni, France; rango 0,1-150 kg, precisión 100 g) y un estadiómetro digital Harpenden (Pfifter, Carlstadt, NJ, USA; range 70-205 cm, precisión 1 mm), respectivamente. Para realizar ambas medidas, los individuos llevaban puesta su ropa interior y una bata. Todos los datos se registraron siguiendo las normas de la OMS9. El Índice de Masa Corporal (IMC) se calculó dividiendo el peso entre la talla al cuadrado (IMC = peso [kg]/talla [m]2) y se ha utilizado para clasificar a la población según su estado ponderal estableciéndose los siguientes crite-rios9,10:

• Bajo peso: IMC < 18,5 kg/m2.
• Normopeso: IMC: 18,5-24,9 kg/m2.
• Sobrepeso: IMC: 25-29,9 kg/m2.
• Obesidad: IMC > 30 kg/m2.

- Tipo I: IMC: 30-34,9 kg/m2.
- Tipo II: IMC: 35-39,9 kg/m2.
- Mórbida: IMC > 40 kg/m2.

El porcentaje de grasa corporal (%GC) se determinó mediante el aparato de Bioimpedancia eléctrica (BIA) automático OMRON BF306 Body Fat Monitor (Shimogyo-ku, Kyoto, Japan), que mide la impedancia de brazo a brazo a lo largo de la cintura escapular, esto es, en la parte superior del tronco. La técnica se basa en la diferente resistencia que ofrecen el agua y los tejidos corporales al paso de una corriente eléctrica, por ello la medida permite establecer la composición corporal de cada individuo y, en concreto, el %GC. Teniendo en cuenta que las cifras normales de %GC son del 10 al 20% en varones y del 20 al 30% en mujeres11,12, se ha considerado que existe exceso de grasa cuando dichos valores son mayores de 20 y del 30% en hombres y mujeres, respectivamente.

La circunferencia de cintura se midió con el individuo de pié, en el punto medio entre la última costilla y la cresta ilíaca, en un plano horizontal al suelo9,13, con una cinta métrica metálica flexible marca Holtain (rango 0-150 cm, 1 mm de precisión). La circunferencia de la cintura es un parámetro antropométrico muy usado para valorar la obesidad y el contenido de grasa abdominal14 y, aunque existen diferentes criterios para definir la existencia de obesidad abdominal y el aumento del riesgo cardiovascular, se ha considerado el del panel de expertos en hipercolesterolemia (NCEP-ATP III, 2002)15, que establece como puntos de corte de perímetro de cintura 102 cm en varones y 88 cm en mujeres.

Se calculó la relación cintura/altura dividiendo la cintura (cm) entre la talla (cm). Este parámetro es un índice más estable que la medición de la cintura pues, al corregir por la talla, se evita sobreestimar el riesgo en individuos altos y subestimarlo en los de baja estatura16. Además de indicar la presencia de obesidad central, es muy útil para valorar el riesgo de cardiopatía, síndrome metabólico, hipertensión arterial, dislipemias y riesgo cardiovascular en general. Aunque no ha sido establecido un punto de corte hasta el momento por ningún Organismo nacional o internacional, la mayoría de estudios indican que los riesgos anteriormente descritos se encuentran aumentados cuando la relación cintura/altura es igual o superior a 0,5, tanto en hombres como en mujeres17-21, habiendo tomado como punto de corte dicho valor en el presente trabajo.

- Actividad física: Los individuos rellenaron un cuestionario sobre su actividad física habitual22. De esta forma, debían indicar las horas que dedicaban a dormir, comer, practicar deportes, etc. durante los días lectivos y los fines de semana. Se estableció un coeficiente de actividad para cada sujeto multiplicando el tiempo dedicado a cada actividad por unos coeficientes determinados23,24 - 1 para dormir y estar tumbado en reposo, 1,5 para actividades muy ligeras (aquellas que pueden realizarse sentado o permaneciendo de pie como planchar, escribir, pintar, etc.), 2,5 para actividades ligeras (por ejemplo, pasear), 5 para actividades moderadas (por ejemplo, jugar al tenis, esquiar o bailar) y 7 para actividades intensas (por ejemplo, talar árboles, jugar al baloncesto, etc.) - después se dividió el resultado entre 24.

De esta manera se obtienen dos coeficientes: uno para días laborables y otro para días festivos. El coeficiente del día laborable se multiplica por 6, y después se suma el coeficiente correspondiente al día festivo y el total se divide por 7. El resultado obtenido es el coeficiente de actividad individualizado, que multiplicado por el gasto basal23,24 permite hacer una estimación del gasto energético de cada individuo.

Análisis estadístico

Se presentan valores medios y desviación típica para cada uno de los parámetros estudiados o porcentajes de respuestas a las diferentes cuestiones. Las diferencias entre medias fueron establecidas utilizando la prueba de la "t" de Student y, en los casos en los que la distribución de los resultados no fue homogénea, se aplicó la prueba estadísticas no paramétrica del test de Mann-Whitney. También se calcularon los coeficientes de correlación lineal entre datos. Para la comparación de variables cualitativas se ha empleado el test de la Chi cuadrado. Se consideran significativas las diferencias con p < 0,05. Para realizar el análisis se ha utilizado el programa RSIGMA BABEL (Horus Hardward, Madrid).

 

Resultados

Las características antropométricas de los sujetos estudiados se muestran en la tabla I. La edad media de la muestra estudiada fue de 36,4 ± 11,8 años. El peso, talla, IMC, circunferencia de la cintura y la relación cintura/altura fueron superiores en los varones que en las mujeres, mientras que el %GC fue superior en estas últimas. La prevalencia de sobrepeso en la población fue del 34,2%, siendo mayor en los varones (43,9%) que en las mujeres (25,7%); y la de obesidad fue del 13,6% (11,2% de tipo I, 2,2% de tipo II y 0,2% de obesidad mórbida), sin existir diferencias entre sexos (tablas II y III). Un 70,2% de la población presentó exceso de grasa corporal, un 22,2% obesidad central (tomando como referencia la circunferencia de la cintura) y un 54,7% obesidad central y riesgo cardiovascular (al presentar relaciones cintura/altura > 0,5). En el grupo de los varones hubo un mayor porcentaje de individuos con exceso de grasa corporal y una mayor prevalencia de obesidad central y riesgo cardiovascular (relación cintura/altura > 0,5) que en el grupo de las mujeres (tablas I y II).

Al analizar la situación antropométrica del colectivo por franjas de edad, observamos que en el grupo de las mujeres la prevalencia de sobrepeso fue menor en la franja de los 18-29 años que en el resto, alcanzando las mayores cifras en el grupo de los 50-60 años; mientras que la prevalencia de obesidad fue menor en los grupos de 18-29 y 30-39 años. Para los varones, la prevalencia de sobrepeso fue menor en los grupos de 18-29 y 30-39 años, mientras que la de obesidad fue menor en la franja de los 18-29 años que en el resto de los grupos (tabla II).

En ambos sexos el porcentaje de personas con sobrecarga ponderal fue menor en la franja de los 18-29 años que en el resto de los grupos, aumentando progresivamente a medida que aumentaba la edad (tabla II). En relación con esto, se ha encontrado una correlación positiva y significativa entre el IMC y la edad (r = 0,3507; p < 0,001) (fig. 1).

 

Tanto en varones como en mujeres, el porcentaje de individuos con obesidad central (medida tanto por la circunferencia de la cintura como por la relación cintura/talla) fue menor en el grupo de 18-29 años con respecto al resto, y alcanzó las mayores cifras en el grupo de 50-60 años (tabla II), existiendo, además, una relación positiva y significativa entre la circunferencia de la cintura y la edad (r = 0,3951; p < 0,001) (fig. 2).

 

Discusión

El presente estudio proporciona información reciente sobre el estado antropométrico y la prevalencia de sobrepeso y obesidad en adultos españoles.

Tal y como era de esperar, y coincidiendo con lo observado en diversos estudios25-27, el peso, la talla y la circunferencia de la cintura (y por lo tanto los parámetros que dependen de ellos, como el IMC y la relación cintura/altura), fueron más elevados en varones que en mujeres, mientras que el %GC fue mayor en estas últimas. Las diferencias en la composición corporal observada entre sexos se deben, principalmente, a la acción de las hormonas esteroideas, que son responsables del dimorfismo sexual que se desarrolla en la pubertad y se mantiene durante el resto de la vida28.

De forma general, la prevalencia de sobrepeso y obesidad encontrada en nuestro estudio fue del 34,2% y del 13,6%, respectivamente. Al comparar los datos obtenidos con los encontrados en otros países, España se sitúa en una posición intermedia, entre países como Arabia Saudí, USA, Reino Unido, Polonia, Australia, Canadá y Sudáfrica, que tienen las mayores cifras de sobrepeso y obesidad (72,5 y 35,6%; 66,3 y 32,2%; 61,0 y 22,7%; 52,2 y 18%; 49,0 y 16,4%; 48,2 y 14,9% y 45,1 y 24%, respectivamente), y Japón, China e Indonesia, que presentan los valores más bajos (23,2 y 3,10%; 18,9 y 2,9% 13,4 y 2,4%, respectivamente)7. Cabe destacar que, dentro de los diferentes grados de obesidad, la predominante es la tipo I, habiéndose encontrado tan sólo un 0,2% de casos de obesidad mórbida, dato que contrasta con el 5,7% registrado en población adulta americana29.

En general, las cifras de sobrepeso (IMC: 25-29,9 kg/m2) y obesidad (IMC > 30 kg/m2) obtenidas en esta investigación son algo inferiores a las descritas en otros estudios realizados en España y en Europa (tabla III). En concreto, son inferiores a las descritas en el estudio DORICA, en el que se encontró un 39,2% de sobrepeso y 15,5% de obesidad al analizar conjuntamente los datos obtenidos de diferentes estudios nacionales llevados a cabo entre los años 1990 y 20003 y a las cifras observadas en la última Encuesta Nacional de Salud de España36, en la que, a partir de datos autoreferidos de peso y talla, se estimó una prevalencia del 37,8% y 15,6% de sobrepeso y obesidad, respectivamente, en población mayor de 18 años.

Al comparar la prevalencia de sobrepeso entre sexos encontramos que fue superior en los varones que en las mujeres, lo que coincide con lo observado por otros autores en estudios realizados en España y otros países3,7,36, exceptuando algunos países en vías de desarrollo como Indonesia, Arabia Saudí y Sudáfrica, en los que se observa la tendencia contraria7.

En los países en vías de desarrollo la prevalencia de obesidad también suele ser superior entre el colectivo femenino que el masculino, mientras que en los países desarrollados es variable y depende de las características de cada uno7. En concreto, en nuestro estudio no se observaron diferencias en cuanto a la prevalencia de obesidad entre varones y mujeres, situación que coincide con los resultados encontrados en la Encuesta Nacional de Salud (2006), en la que la prevalencia fue del 15,4 y del 15,7% en mujeres y varones, respectivamente36, pero contrasta con la que se encontró al realizar el estudio DORICA, en el que la prevalencia de obesidad fue superior en el colectivo femenino que en el masculino (17,5 vs 13,2%)3.

Aunque el IMC es un indicador de sobrepeso y obesidad válido y aceptado a nivel mundial y se usa en la mayoría de estudios epidemiológicos con este fin37,38, no proporciona una medida directa de la grasa corporal, ni precisa la existencia de obesidad central, que es la que se asocia con un mayor riesgo cardiovascular39,40. Por ello, en el presente estudio también se han realizado medidas del nivel de adiposidad total, mediante BIA, y de la adiposidad central, a partir de la medida de la circunferencia de la cintura y de la relación entre dicha circunferencia y la altura.

Aunque algunas investigaciones en las que se comparan las estimaciones de adiposidad medidas por diferentes métodos (BIA de cuatro electrodos, antropometría, DEXA) y por autoanalizadores bipolares encuentran diferencias individuales detectando una significativa influencia de factores como la edad o el sexo41,42, otras investigaciones encuentran correlaciones altas entre la BIA bipolar y otros métodos, siendo la primera técnica lo suficientemente aceptable como para poder ser utilizada en estudios de valoración nutricional con carácter epidemiológico43,44. De hecho, la BIA es un método válido45 y muy usado en las investigaciones clínicas para determinar el %GC debido a su relativamente bajo coste, su facilidad de uso y su fácil portabilidad46. En este sentido, el %GC en los individuos estudiados fue muy elevado, presentando casi 3/4 partes de la población exceso de la misma (tabla I).

Nuestros valores son superiores a los encontrados por Martín et al.47 y Sotillo et al.48 en población adulta de Madrid y Andalucía, respectivamente, que fue estudiada en el año 2000 en ambos casos, y a los observados por Deurenberg et al.49 en población europea, habiéndose utilizado también en estos estudios la BIA como método para determinar la grasa corporal. Por ello, aunque esta situación podría ser debida a que al usar como BIA un modelo bipolar, que pudiera sobreestimar el porcentaje de grasa corporal medido, también puede ser debida a que se haya producido un aumento del %GC en la población en los últimos 10 años debido, entre otras razones, al paulatino descenso de la actividad física realizada36,50, pues el ejercicio físico se relaciona directamente, y de forma inversa, con la grasa corporal51. En relación con esto, en nuestro estudio, teniendo en cuenta la edad y el sexo, se observó una asociación inversa entre las horas dedicadas a realizar deporte a la semana y el %GC (β=-13,152; R2 = 0,4022; p < 0,001).

Por otra parte, el porcentaje de individuos con obesidad central medida por la circunferencia de la cintura y, por lo tanto riesgo cardiovascular elevado, observado en el presente estudio, y como ocurría con el IMC, también fue algo inferior a los valores hallados, utilizando los mismos criterios, por otros autores en población española31-34 y europea13,35,52 (tabla III).

La menor prevalencia de sobrepeso/obesidad y obesidad central observada en nuestro estudio, con respecto a otros realizados en este sentido y que han sido comentados anteriormente, podría ser debida a que en este estudio no se han incluido personas con diabetes o hipertensión, que son patologías que pueden asociarse a la obesidad53,54, lo que puede haber producido una ligera infravaloración del número de casos de sobrepeso y obesidad encontrados. Sin embargo, esta menor prevalencia también puede deberse a que en la mayoría de los estudios la edad media es más elevada que en el nuestro y, tal y como ha sido previamente descrito en esta y en otras investigaciones, existe un aumento del IMC y la obesidad central con la edad, produciéndose el mayor aumento a partir de los 20-29 años y llegando al pico más alto a los 50-60 años3,7,12,55-58.

En este sentido, cuando la población menor de 25 años no es considerada en el análisis estadístico, se obtiene una prevalencia de sobrepeso del 38%, de obesidad del 16,3% y de obesidad central del 26,7%, datos que están más próximos a los descritos por otros autores (tabla III), llegando a ser superiores en algunos casos, como ocurre al compararlos con los del estudio DORICA3 (tabla III). Estos resultados indican que, teniendo en cuenta el mismo rango de edad, la prevalencia de sobrepeso y obesidad ha aumentado en España con respecto al año 2000, lo que coincide con el incremento observado a nivel mundial7,59.

En cuanto a la relación cintura/altura, el 42,7% de la población estudiada presenta valores elevados, lo que significa que casi la mitad de la población presenta obesidad abdominal y riesgo de sufrir enfermedad cardiovascular. Según nuestro conocimiento, este es el primer estudio a nivel nacional en el que se ha determinado la relación cintura/talla ya que, aunque en el estudio DORICA se dan datos de cintura y talla, no aporta información sobre la relación entre ambas medidas30, por lo que no podemos evaluar como ha evolucionado la situación de obesidad central (medida por este parámetro) ni de riesgo cardiovascular en nuestro país en los últimos años.

Al comparar nuestros datos de cintura/talla con los valores obtenidos por otros autores, encontramos que éstos son inferiores a los obtenidos al estudiar 6.729 adultos (30-60 años) de las Islas Canarias (se obtuvieron valores de 0,56 ± 0,08 para varones y de 0,54 ± 0,13 para mujeres)60 y superiores a los obtenidos en población oriental, como es el caso de China (donde se obtuvieron valores de 0,48 ± 0,05 en varones y 0,45 ± 0,05 en mujeres al estudiar 55.563 sujetos)61, Korea (con valores de 0,50 ± 0,05 en varones y de 0,50 ± 0,07 en mujeres, al estudiar 5.429 individuos)62 y Japón (en donde al estudiar un colectivo de 8.278 hombres y mujeres se observó que el 57% de los primeros y el 34,8% de las segundas presentaba valores > 0,5)63.

Como resumen, y a modo de conclusión, destacar que la población española se encuentra en una situación alarmante con respecto al padecimiento de sobrepeso y obesidad, no sólo por las elevadas cifras de IMC y obesidad central (medida tanto por la circunferencia de la cintura como por la relación cintura/talla) y grasa corporal encontrados, sino porque, además, más de la mitad de la población presenta riesgo de padecer enfermedad cardiovascular al presentar circunferencias de cintura y relaciones cintura/talla elevadas. Por otra parte, debido a que la situación ha empeorado con respecto a datos obtenidos en estudios anteriores, sería necesario realizar todos los esfuerzos posibles para disminuir las cifras de sobrepeso y obesidad existentes en nuestro país y reducir así el riesgo de padecer enfermedades asociadas al exceso de peso.

 

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Dirección para correspondencia:
Elena Rodríguez-Rodríguez.
Departamento de Nutrición.
Facultad de Farmacia. Universidad Complutense.
28040 Madrid.
E-mail: elerodri@farm.ucm.es

Recibido: 1-VI-2010.
1.a Revisión: 22-VII-2010.
Aceptado: 22-VII-2010.

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