INTRODUCCIÓN
La desnutrición relacionada con la enfermedad (DRE) supone un problema sanitario de primer orden, particularmente en los hospitales, debido a los costes en términos humanos y económicos que supone. El estudio PREDyCES demostró que uno de cada cuatro pacientes hospitalizados en España presenta desnutrición según la herramienta Nutritional Risk Screening (NRS-2002) y que, en aquellos en los que esta aparece durante el ingreso, la estancia se dobla y los costes aumentan en un 50 % (1,2). Más recientemente, en el estudio SeDREno se demostró una prevalencia similar (29,7 %), según los criterios GLIM (3).
El tratamiento médico nutricional (TMN), que incluye el uso de suplementos orales, la nutrición enteral y la nutrición parenteral, es de gran utilidad en el mantenimiento y recuperación de la salud de los pacientes hospitalizados, aunque su implementación puede ser compleja y no está exenta de riesgos. Por otra parte, la progresiva incorporación de técnicas de cribado sistemático de la DRE para la posterior aplicación de una TMN precoz ha demostrado ser una medida coste-efectiva (4,5).
En gestión se entiende por proceso aquel conjunto de actividades que están mutuamente relacionadas o que interactúan para transformar elementos de entrada en resultados. Aplicado a la nutrición clínica, el proceso tendrá como entrada al paciente que precisa una valoración y, posiblemente, un tratamiento nutricional, mientras que la salida se corresponde con la finalización de dicho tratamiento. El propio proceso a su vez se divide en varios subprocesos que se van encadenando hasta llegar al resultado final (6).
El presente documento supone la actualización de una acción sinérgica entre la Sociedad Española de Nutrición Clínica y Metabolismo (SENPE) y la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), realizada en 2014 (7), que tiene por objetivo facilitar la gestión de la nutrición clínica. El actual proceso de tratamiento médico nutricional (PTMN) enlaza con los de la alimentación hospitalaria, publicado con anterioridad (8), y el de atención nutricional ambulatoria, pendiente de elaborar (Fig. 1). Aunque se puede aplicar a otros ámbitos de la atención sanitaria, casi en su totalidad se ha desarrollado pensando en un equipo de soporte nutricional multidisciplinar que atiende a pacientes hospitalizados.

Figura 1. Procesos clínico-asistenciales en nutrición clínica. PTMN: proceso de tratamiento médico nutricional; PAH: proceso de alimentación hospitalaria; PANA: proceso de atención nutricional ambulatoria. Las flechas en ambos sentidos indican la necesidad de repetir ciclos mientras dure el ingreso (repetición de cribado nutricional negativo, formulación y elaboración-dispensación, emplatado-distribución y recogida), o bien la interrelación entre subprocesos (PTMN-PAH, monitorización-PCN, evaluación del cumplimiento-prescripción dietética).
La responsabilidad asistencial en el ámbito de la nutrición clínica en España puede recaer, según la organización, sobre diferentes servicios, unidades y profesionales, a menudo con diversas denominaciones, que van desde las unidades de nutrición clínica o de soporte nutricional a los equipos más o menos numerosos de personas pertenecientes a uno o varios servicios (9). Los profesionales implicados son igualmente de variada procedencia, como lo son sus relaciones de dependencia y su situación en el organigrama de la organización. Dado que en la mayoría de los casos se trata (o debiera tratarse) de un equipo de profesionales dedicado al manejo de pacientes con DRE o en riesgo de desarrollarla, se ha usado la denominación genérica “equipo de soporte nutricional” (ESN), de un modo meramente descriptivo. Por otro lado, se desea destacar la trayectoria y experiencia acumulada durante muchos años en las unidades de nutrición clínica y dietética, que representan un modelo ejemplar de gestión por su carácter multidisciplinar e integrador. Por este motivo se ha usado la expresión “equipo de soporte nutricional/unidad de nutrición clínica y dietética (ESN/UNCYD) a lo largo de todo el texto. Corresponderá a cada institución hacer uso de esta o de cualquier otra denominación que se adapte mejor a su realidad.
En esta misma línea, aunque el presente documento está concebido como herramienta para evaluar el PTMN, no se ha diseñado el proceso en sí, al entender que esta labor debe llevarse a cabo en cada centro, teniendo en cuenta sus particularidades. Así, los diversos actores y las acciones que se describen pueden no corresponder a la situación en una institución determinada, ya que es imposible recoger en un único documento todas las posibles variantes. Para evitar que se interprete este trabajo de una forma dogmática, y con la intención de evitar constricciones, se han usado expresiones como “u otro organismo designado por la dirección”. De este modo se deja abierta la puerta a cualquier modelo, pero sin renunciar al objetivo de fomentar la práctica adecuadamente organizada de la nutrición clínica.
Además de los siete subprocesos que constituyen el PTMN (Fig. 1), se ha distinguido un subproceso previo, de cribado nutricional (CN), que debería incluirse en el macroproceso de hospitalización de todos los centros. Cinco de los siete subprocesos propios del PTMN constituyen su eje principal (valoración, planificación de cuidados, administración, monitorización y transición y finalización), mientras que los dos restantes discurren de forma paralela a este eje (formulación y elaboración y dispensación).
La descripción de cada subproceso se dividide en dos secciones: la primera es una ficha técnica en la que se detallan aspectos generales, mientras que en la segunda se proponen indicadores de calidad para su evaluación. En la ficha técnica, tras la justificación del subproceso, se hace una definición funcional que explica sus objetivos. A continuación se exponen sus criterios de calidad, es decir, las características que debe tener la labor realizada para ser considerada de calidad. Otros elementos incluidos en la ficha técnica vienen detallados en la tabla I.
En la segunda parte de cada subproceso se proponen objetivos clave relacionados con los criterios de calidad anteriormente expuestos, junto con indicadores para medir su logro. Para cada indicador se plantea una fórmula para su obtención (en el caso de los indicadores numéricos) y se propone una metodología de medición. Corresponde a cada institución, dependiendo de la situación en la que se encuentre, la priorización y selección de los objetivos clave más convenientes en cada fase de su proceso de mejora continua.
Para la mayoría de los indicadores numéricos se propone una medición anual, habitualmente mediante muestreo de pacientes atendidos en un periodo de tiempo, aunque esto se debe adaptar a las posibilidades y necesidades de cada centro. Es posible que inicialmente sea conveniente una medición más frecuente, sobre todo si se han implantado medidas de mejora.
En otro tipo de indicadores se plantea la elaboración de protocolos, actuación relativamente sencilla de llevar a cabo y que supone el primer paso en la mejora continua de la asistencia (10).
En cada indicador se proponen estándares a partir de los cuales su cumplimiento se considera aceptable. En la presente actualización se han incorporado algunos estándares basados en un reciente estudio realizado por el Grupo de Trabajo de Gestión de SENPE (11). Sin embargo, en la mayoría de los casos, los autores se han visto obligados a proponer objetivos de cumplimiento que no están basados en datos reales debido a la falta de información disponible. Por este motivo se insiste en la necesidad de la puesta en marcha de iniciativas para compartir experiencias en este campo, que sirvan para enunciar estándares más realistas y a la vez para estimular a otros centros en su mejora continua.
Finalmente, durante el desarrollo de la guía se han identificado los recursos necesarios para el buen funcionamiento del PTMN (Tabla II). En la ficha técnica de algunos subprocesos se añaden recursos adicionales específicos.
SUBPROCESO DE CRIBADO NUTRICIONAL (TABLAS III A VI)
Tabla IV. Objetivos clave relacionados con el criterio de calidad CN.1 (realizar un CN inicial y repetirlo periódicamente en caso de resultado negativo) (22,31).

AA: atención ambulatoria; CSS: centros sociosanitarios; H: hospitalización.
1Herramientas de cribado: H: Nutrition Risk Screening 2002, MUST, CIPA, filtros electrónicos; CSS: MNA; AA: MUST, MNA (ancianos).
2Grupos de riesgo de desnutrición: H: pacientes de oncología, cirugía mayor, ancianos, con enfermedades del aparato digestivo, respiratorias y cardiovasculares, entre otros; CSS: todos los residentes; AA: pacientes con sospecha clínica de desnutrición por pérdida involuntaria de peso o de tejido muscular o adiposo; falta de apetito persistente; problemas con la ingesta, deglución, digestión o absorción de nutrientes; pérdida de nutrientes (por ejemplo vómitos o diarrea prolongada); enfermedad intercurrente prolongada.
3CN precoz: H: primeras 24 horas; CSS: primera semana; AA: en la primera valoración.
4Frecuencia de cribado recomendada en pacientes con CN negativo: H: semanal; CSS y AA: semestral o antes si hay cambios significativos del estado clínico del paciente.
Tabla V. Objetivos clave relacionados con el criterio de calidad CN.3 (comunicar el resultado del CN positivo) (32).

AA: atención ambulatoria; CSS: centros sociosanitarios; H: hospitalización.
Tabla VI. Objetivos clave relacionados con el criterio de calidad CN.2 (establecer un plan de actuación en pacientes con resultado positivo en la prueba de CN) (17,22,25).

AA: atención ambulatoria; CSS: centros sociosanitarios; H: hospitalización.
JUSTIFICACIÓN
La desnutrición o la situación de riesgo de desarrollarla se relacionan con un incremento de la fragilidad, la incidencia de complicaciones, la tasa de ingresos hospitalarios y la duración de la estancia hospitalaria, así como de la mortalidad y los costes sanitarios (12-16). Con una detección precoz se pueden reducir estos problemas de forma coste-efectiva (4,5,17-19).
DEFINICIÓN FUNCIONAL
El CN debe ser el primer paso del proceso de atención nutricional en el ámbito sanitario. Se trata de la aplicación conjunta y rápida de actuaciones clínicas y técnicas analíticas, orientada a identificar precozmente a aquellos pacientes con DRE o en riesgo de desarrollarla y que se beneficiarían de una intervención nutricional adecuadamente planificada (20-25).
SUBPROCESO 1: VALORACIÓN NUTRICIONAL (TABLAS VII A XIV)
JUSTIFICACIÓN
La valoración nutricional (VN) tiene como objetivo caracterizar el estado nutricional de los pacientes con sospecha o riesgo de desnutrición, con el fin de establecer un plan terapéutico.
DEFINICIÓN FUNCIONAL
Procedimiento por el que, mediante un enfoque integral a partir de un uso conjunto de técnicas (historia clínica, dietética y farmacológica, examen físico, valoración antropométrica y morfofuncional, y determinaciones analíticas) se investigan las enfermedades, trastornos o mecanismos subyacentes que pueden estar causando un deterioro nutricional, se determinan los requerimientos energéticos, proteicos y de micronutrientes y, se establece el diagnóstico nutricional de un individuo, proporcionando la base para un TMN apropiado (21,22,25,26,32).
Tabla VIII. Objetivos clave relacionados con el criterio de calidad 1.1 (obtención de un diagnóstico nutricional en los pacientes valorados).

Tabla IX. Parámetros que podrían ser incluidos en un protocolo de VN (25-28,35-40).

SARC-F: strength, assistance with walking, rising from a chair, climbing stairs and falls; SPPB: short physical performance battery.
Tabla X. Criterios de desnutrición según la Global Leadership Initiative on Malnutrition (GLIM) (25).

1Se requiere al menos 1 criterio fenotípico y 1 criterio etiológico para el diagnóstico de malnutrición.
2Por ejemplo, el índice de masa libre de grasa (FFMI) mediante DXA o los correspondientes estándares, usando otros métodos de composición corporal como BIA, TAC o RMN (Tabla XII). Cuando no esté disponible o por preferencia regional, se pueden usar el examen físico o medidas antropométricas como la CMB o la CP. Los umbrales deben adaptarse a la raza (Asia). Las valoraciones funcionales como la dinamometría de la mano pueden considerarse como una medida de apoyo.
3Considerar los síntomas gastrointestinales como marcadores que dificultan la ingesta o la absorción (disfagia, náuseas, vómitos, diarrea o dolor abdominal). Valorar su severidad, intensidad, frecuencia y duración.
4La reducción de la asimilación de comida/nutrientes se asocia a enfermedades malabsortivas como el síndrome de intestino corto, la insuficiencia pancreática o la cirugía bariátrica. También con trastornos como la estenosis esofágica, la gastroparesia y la pseudoobstrucción intestinal. La malabsorción es un diagnóstico clínico que se manifiesta como diarrea crónica, esteatorrea o alto débito por ostomías. Usar el juicio clínico o estudios adicionales para valorar la severidad en base a la frecuencia, duración o cuantificación de la grasa fecal y/o el volumen de las pérdidas.
5La inflamación aguda grave generalmente aparece en pacientes con infección grave, quemaduras, trauma o TCE cerrado. El resto de las situaciones de daño/enfermedad aguda deben considerarse moderadas o leves.
6La inflamación grave generalmente no aparece en situaciones de cronicidad. La inflamación crónica o recurrente, de intensidad leve a moderada, generalmente ocurre en pacientes con enfermedad maligna, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, insuficiencia cardiaca congestiva, enfermedad renal crónica o en cualquier enfermedad con inflamación crónica o recurrente. Nótese que la inflamación transitoria de intensidad leve no sobrepasa el umbral de este criterio etiológico.
7La proteína C-reactiva puede usarse como medida de laboratorio de apoyo.
Tabla XI. Gravedad de la DRE según los criterios GLIM (25).

1Se establece en base a los criterios fenotípicos (los criterios etiológicos sirven para contextualizar el caso, guiar la intervención nutricional y anticipar los resultados).
2Se necesitan más estudios para establecer límites consensuados de IMC para la población asiática.
Tabla XII. Ejemplos de límites recomendados para el diagnóstico de masa muscular reducida o sus marcadores alternativos (26,27).

Se debe ajustar el valor obtenido en función del IMC, sumando 4 cm (IMC < 18,5) o restando 3 cm (IMC 25-30), 7 cm (IMC 30-40) o 12 cm (IMC > 40).
Tabla XIV. Objetivos clave relacionados con el criterio de calidad 1.2 (documentación del diagnóstico nutricional) (40).

SUBPROCESO 2: PLAN DE CUIDADOS NUTRICIONALES (TABLAS XV A XVIII)
JUSTIFICACIÓN
El concepto de cuidado nutricional incluye varios aspectos diferentes que deben ser manejados adecuadamente para garantizar que cada paciente recibe el soporte nutricional adecuado, y en el momento y lugar correctos. En todo paciente con desnutrición o en riesgo de desnutrición se debe establecer un plan de cuidados nutricionales basado en sus requerimientos nutricionales y preferencias (20). La terapia nutricional es un proceso complejo en el que intervienen diversos factores que pueden comprometer la consecución de los objetivos marcados. Por ello, una planificación clara y ordenada de los cuidados nutricionales puede minimizar la aparición de errores y maximizar su eficacia.
DEFINICIÓN FUNCIONAL
Es un procedimiento mediante el que se diseña el tratamiento nutricional de cada paciente, optimizando su eficiencia y seguridad, para un adecuado conocimiento de este por el equipo a cargo del paciente. En el plan de cuidados nutricionales (PCN) se incluye información sobre: requerimientos de energía, nutrientes y fluidos, objetivos nutricionales a corto y largo plazo, instrucciones para la implementación del tratamiento, su ruta y método de administración, una revisión de la medicación si estuviera indicado, un plan de monitorización, la duración estimada de la terapia y las medidas necesarias para asegurar su continuidad en el tiempo cuando sea necesario. (21,33).
Tabla XVI. Objetivos clave relacionados con el criterio de calidad 2.1 (prescripción basada en la valoración nutricional del paciente) (21).

Tabla XVII. Objetivos clave relacionados con el criterio de calidad 2.2 (plan de cuidados nutricionales basado en el uso de protocolos clínicos) (21,23,33,41-44).

1Protocolo de prescripción de cuidados nutricionales: debe incluir como mínimo métodos para la estimación de los requerimientos nutricionales, la selección de la vía de administración y la fórmula nutricional, así como los cuidados relacionados con la terapia nutricional (referencia).
2Los requerimientos calóricos se calculan de manera más exacta mediante la calorimetría indirecta. Al no disponerse habitualmente de este método, se suele hacer una estimación mediante el uso de ecuaciones predictivas. Los requerimientos proteicos dependen de la situación de estrés y otras variables clínicas. Definir la idoneidad de cada método en las diversas situaciones clínicas excede el objetivo de este documento. Se recomienda la revisión de la bibliografía especializada antes del diseño del correspondiente protocolo.
3Se excluyen pacientes en estado terminal o con contraindicación para la ostomía.
4NE precoz: dentro de las primeras 48 h de a partir del ingreso en la unidad.
Tabla XVIII. Objetivos clave relacionados con el criterio de calidad 2.3 (estandarización de la prescripción) (42,45).

1El protocolo de PCN debe incluir como mínimo: cálculo de requerimientos nutricionales, vía de administración y composición de la fórmula, método de administración y cuidados relacionados con el tratamiento. Esta información debe constar en la historia clínica.
SUBPROCESO 3: FORMULACIÓN Y ELABORACIÓN (TABLAS XIX A XXII)
JUSTIFICACIÓN
La correcta selección, elaboración y almacenamiento de las fórmulas de nutrición enteral y parenteral permite administrar un TMN eficaz y seguro. Especialmente la elaboración de la nutrición parenteral (NP) constituye un proceso complejo susceptible de contaminación y errores que pueden comprometer la seguridad del paciente y la efectividad del tratamiento (46,47).
DEFINICIÓN FUNCIONAL
Procedimiento por el cual se seleccionan y/o elaboran las fórmulas de nutrición enteral y parenteral seguras y efectivas, que quedarán listas para su dispensación y administración al paciente (47).
Tabla XX. Objetivos clave relacionados con el criterio de calidad 3.1 (selección apropiada de fórmulas y nutrientes) (33).

1El personal de la institución más involucrado en el soporte nutricional debe participar de manera directa en el proceso de selección.
2Se recomienda la elaboración de un algoritmo de selección de las fórmulas nutricionales adaptado a las características asistenciales de la organización, basado en la evidencia, actualizado, consensuado y accesible a los prescriptores..
Tabla XXI. Objetivos clave relacionados con el criterio de calidad 3.2 (elaboración y conservación adecuadas de las fórmulas de nutrición enteral y parenteral) (33,46,47).

Tabla XXI (cont.). Objetivos clave relacionados con el criterio de calidad 3.2 (elaboración y conservación adecuadas de las fórmulas de nutrición enteral y parenteral) (33,46,47).

1El protocolo debe contemplar como mínimo: retirada de residuos, técnicas de limpieza de mobiliario, suelos, paredes, techos de CFL y salas, selección de desinfectantes y material de limpieza, frecuencia de limpieza.
2El plan de mantenimiento debe incluir, como mínimo: medida diaria de presiones, cambio de filtro y prefiltros con periodicidad establecida, verificación ambiental anual de CFL (recuento de partículas, ensayo de humo, velocidad del aire, integridad de filtros) y salas (recuento de partículas, tasa de renovación del aire).
3El plan de control microbiológico debe incluir, como mínimo: localización de las muestras, método de recogida, frecuencia de muestreo, volumen y número de muestras, momento del día en relación con la actividad, niveles de acción.
4Las normas deben contemplar, como mínimo: normas de higiene, colocación de la indumentaria, circuitos de circulación del personal, circuitos de circulación del material, documentación y producto final, técnicas de trabajo en CFL..
Tabla XXII. Objetivos clave relacionados con el criterio de calidad 3.3 (personal elaborador de la NP formado y evaluado) (46,47).

1El plan de formación para las nuevas incorporaciones incluirá, al menos: lavado de manos, limpieza de la CFL, colocación de la indumentaria, mantenimiento de las condiciones ambientales en la CFL, mantenimiento de las condiciones ambientales del espacio de elaboración de NP, empleo de la técnica aséptica, medida de volúmenes y secuencia de aditivación, manejo de dispositivos y equipos, conservación de envases parcialmente usados, conservación de fórmulas elaboradas, inspección de producto final.
SUBPROCESO 4: DISPENSACIÓN (TABLAS XXIII A XXIV)
JUSTIFICACIÓN
La dispensación es el acto farmacéutico asociado a la entrega y distribución del medicamento o producto sanitario, con las consecuentes prestaciones específicas, entre ellas la preparación de la dosis a administrar y la información al paciente. En el caso de la TMN, la dispensación individualizada constituye el método de elección (46).
DEFINICIÓN FUNCIONAL
Conjunto de actuaciones farmacéuticas orientadas a proporcionar al paciente la TMN de forma individualizada, para procurar su correcta administración y utilización, y minimizar los errores de este tipo de terapéutica.
Tabla XXIV. Objetivos clave relacionados con el criterio de calidad 4.1 (dispensación segura e individualizada) (45,46,48).

1Aspectos que pueden ser incluidos en el protocolo de dispensación: horarios de recepción de la prescripción y de salida de las unidades de nutrición enteral/ parenteral, características que debe cumplir el procedimiento para que sea eficaz y seguro.
2La etiqueta debe estar estandarizada y contemplar: identificación del paciente (número de historia, nombre y apellidos), localización del paciente (unidad, habitación, cama), volumen y composición, fecha de elaboración, fecha de administración, fecha de caducidad, vía y modo de administración.
3Se contemplan las bolsas de NP, incluidas las “listas para su uso”..
SUBPROCESO 5: ADMINISTRACIÓN (TABLAS XXV A XXVIII)
JUSTIFICACIÓN
La correcta administración del soporte nutricional es determinante para que el aporte se corresponda con lo prescrito, evitando complicaciones e interacciones con medicamentos.
DEFINICIÓN FUNCIONAL
Procedimiento mediante el que se suministran las fórmulas de nutrición enteral/parenteral, por vía digestiva en la nutrición enteral y por vía intravenosa en la nutrición parenteral, acorde con la prescripción y la tolerancia del paciente, procurando prevenir la aparición de complicaciones y las interacciones entre medicamentos y nutrientes (33).
Tabla XXVI. Objetivos clave relacionados con el criterio de calidad 5.1 (uso de protocolos de administración) (11,41,42,45).

1Aspectos que pueden ser incluidos en el protocolo de administración de nutrición enteral/parenteral: utilización y mantenimiento de las bombas de infusión, cuidados de las vías de acceso, prevención de complicaciones (mecánicas, digestivas, infecciosas y metabólicas), normas para la administración de medicación..
Tabla XXVII. Objetivos clave relacionados con el criterio de calidad 5.2 (administración segura y eficaz) (11,42,49-52).

1La técnica de referencia para comprobar la correcta posición de la sonda es la radiológica. No se precisa en sondas colocadas bajo control radiológico o endoscópico.
2Torso a un ángulo igual o superior a 30° respecto al plano horizontal. Se mantendrá durante la administración de la NE y una hora después de su finalización.
Tabla XXVIII. Objetivos clave relacionados con el criterio de calidad 5.3 (minimización de interacciones medicamento-nutriente) (42,45,47).

1Aspectos que deben ser contemplados en el documento: principio activo, nombre comercial y presentación, forma farmacéutica recomendada para su uso en pacientes con nutrición enteral/parenteral, compatibilidad para su coadministración con la nutrición enteral/parenteral, modo de preparación antes de la administración, observaciones específicas del principio activo.
SUBPROCESO 6: MONITORIZACIÓN (TABLAS XXIX A XXXII)
JUSTIFICACIÓN
Durante el soporte nutricional especializado se pueden presentar diversas complicaciones que pueden condicionar su eficacia terapéutica e incrementar la morbimortalidad. La adecuada monitorización de la nutrición artificial es decisiva para su éxito.
DEFINICIÓN FUNCIONAL
Conjunto de actuaciones dirigidas a asegurar que el tratamiento nutricional se administra de forma suficiente y adecuada, y a la detección precoz y manejo de sus complicaciones (21,23).
Tabla XXX. Objetivos clave relacionados con el criterio de calidad 6.1 (seguimiento regular del PCN) (21,23,34,42).

1Aspectos que incluir en el protocolo de monitorización: evaluación clínica de la tolerancia y eficacia de la TMN, determinaciones analíticas (incluyendo frecuencia de determinación en función de la situación del paciente), valoración del cumplimiento de los requerimientos nutricionales, medidas a tomar ante la aparición de complicaciones.
Tabla XXXI. Objetivos clave relacionados con el criterio de calidad 6.2 (manejo adecuado de las complicaciones asociadas a la TMN) (53-60).

SUBPROCESO 7: TRANSICIÓN Y FINALIZACIÓN (TABLAS XXXIII A XXXVII)
JUSTIFICACIÓN
La restitución de la vía fisiológica de alimentación y la interrupción de la TMN, en sus distintas modalidades, constituyen situaciones en las que pueden darse complicaciones que pueden poner en riesgo el estado nutricional del paciente y alterar su evolución.
Por otra parte, cuando es necesario mantener la terapia nutricional a largo plazo, el tránsito entre niveles asistenciales puede comprometer su continuidad. Finalmente, en determinadas circunstancias la interrupción de la TMN en ocasiones tiene connotaciones éticas que deberán ser tenidas en cuenta (33,42).
DEFINICIÓN FUNCIONAL
Conjunto de actuaciones que permiten, de una manera eficaz, segura y teniendo en consideración los valores fundamentales de la bioética, realizar el tránsito entre las distintas modalidades de TMN, finalizarlo o mantener su continuidad entre niveles asistenciales.
Tabla XXXIV. Objetivos clave relacionados con el criterio de calidad 7.1 (transición entre nutrición enteral/parenteral y alimentación oral protocolizada) (42,62).

1Se considerará el paso de NP a NE, además de la transición a la alimentación oral. Se tendrán en cuenta: nivel de alerta y capacidad deglutoria (transición a alimentación oral), posibilidades de uso del aparato digestivo, aporte calórico con la modalidad nutricional de destino. La transición es especialmente importante en pacientes desnutridos, ancianos y con enfermedad oncológica, neurológica y cirugía de cabeza y cuello.
2Se excluyen los casos en los que la interrupción de la nutrición enteral/parenteral se hace de forma urgente o por LET.
Tabla XXXV. Objetivos clave relacionados con el criterio de calidad 7.2 (transición entre nutrición enteral/parenteral y alimentación oral eficaz y segura) (42).

1Sin mediar causas que puedan hacer considerar la situación como un nuevo proceso (p. ej., una intervención quirúrgica).
Tabla XXXVI. Objetivos clave relacionados con el criterio de calidad 7.3 (interrupción del SNE por limitación del esfuerzo terapéutico considerando aspectos éticos) (33,63-65).

1Una decisión de LET cumple con los requisitos éticos si se hace con: respeto a la autonomía del paciente, concordancia con las posibilidades evolutivas del caso, consenso del equipo asistencial, información y consulta a los familiares. Se recomienda consultar con el comité ético del centro en caso de duda..
Tabla XXXVII. Objetivos clave relacionados con el criterio de calidad 7.4 (facilitar la continuidad del TMN entre niveles asistenciales) (33).

1El informe protocolizado de cuidados nutricionales al alta hospitalaria podrá incluir: diagnóstico nutricional, recomendaciones de alimentación oral; productos nutricionales a administrar, su dosis y vía de administración; duración estimada del tratamiento, objetivos del tratamiento, plan de seguimiento, profesional responsable y medios para contactar.