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Anales de Medicina Interna

Print version ISSN 0212-7199

An. Med. Interna (Madrid) vol.21 n.11  Nov. 2004

 

Cartas al Director

Neumonía como forma de debut de un condroma endobronquial

Sr. Director:

El condroma es un tumor benigno pulmonar de origen mesenquimal, muy poco frecuente dentro del conjunto de los tumores pulmonares y más aún de los benignos, hasta el punto que en una amplia serie que incluyó 40.000 autopsias sólo se comunicaron 4 casos de condroma (1).

Presentamos el caso de un paciente afecto de condroma endobronquial que se puso de manifiesto tras un proceso neumónico y persistir una imagen patológica en la radiografía de tórax.

Varón de 58 años, alérgico a penicilina, diabético tipo 2 en tratamiento con sulfonilureas, ex-fumador de 20 paquetes/año, acudió a Urgencias por cuadro de una semana de evolución consistente en fiebre hasta 39 º C, tos con escasa expectoración y dolor pleurítico en hemitórax derecho. Había recibido tratamiento con claritromicina los 2 días previos sin mejorar. La radiografía de tórax mostró infiltrado alveolar en segmento apical de lóbulo inferior derecho (LID) con ligera pérdida de volumen del mismo, delimitando ambas cisuras. La gasometría arterial, hemograma, bioquímica, coagulación y ECG fueron normales. El paciente fue diagnosticado de neumonía extrahospitalaria de LID, iniciándose tratamiento con levofloxacino 500 mg/12 horas durante 10 días, siendo remitido a consultas externas de Neumología. Las serologías respiratorias seriadas, antígeno de legionella y neumococo en orina y hemocultivos fueron negativos. Valorado al cabo de un mes había remitido la sintomatología pero persistía ligera tos irritativa. La radiografía de control mostró una imagen de aspecto seudonodular en segmento apical de LID que planteaba dudas con una atelectasia segmentaria residual. La TAC torácica y de abdomen superior mostró una atelectasia segmentaria en segmento 6 derecho, sin objetivar lesiones hiliares o parenquimatosas pulmonares ni adenopatías patológicas hiliares ni mediastínicas (Fig. 1). Se realizó una fibrobroncoscopia que mostró una tumoración exofítica, de superficie regular y blanquecina, no muy vascularizada en bronquio segmentario apical de LID que llegaba hasta la carina de división del bronquio de la pirámide basal. La biopsia bronquial fue informada como tumoración condral submucosa con cambio mucoide y atipia citológica ligera, que planteaba el diagnóstico diferencial entre condroma vs condrosarcoma de bajo grado. El paciente fue sometido a lobectomía inferior derecha y la anatomía patológica confirmó el diagnóstico de condroma. Actualmente sigue controles en nuestra consulta externa y se encuentra asintomático.


Existen muy pocas publicaciones en la literatura acerca de los condromas pulmonares, tratándose la mayoría, de casos aislados o series quirúrgicas cortas retrospectivas. En este sentido, en la serie quirúrgica de Xu y cols. se diagnosticó un caso en 17 años (2). En la serie de Regnard y cols., 5 pacientes presentaron condromas de un total de 208 tumores traqueales a lo largo de 23 años (3). En ocasiones son englobados de forma conjunta con los hamartomas, por lo que es difícil estimar su verdadera frecuencia (4). Es un tumor de lento crecimiento, más frecuente en varones que en mujeres con una proporción 2:1, con una media de edad en el diagnóstico entre 40 a 60 años (4). Puede ser intrabronquial o parenquimatoso, y dependiendo de su localización tendrá una distinta sintomatología, expresión radiológica y forma de diagnóstico.

Los condromas intrabronquiales, como en nuestro caso, son tumores que crecen invadiendo la luz bronquial, por lo cual van a producir principalmente síntomas de irritación de la vía aérea y obstrucción tales como tos, disnea, sibilantes o hemoptisis, expresándose radiológicamente como neumonitis postobstructiva, bronquiectasias o atelectasia. Debido a su comportamiento endoluminal el diagnóstico puede realizarse mediante biopsia bronquial por fibrobroncoscopia. Crecen procedentes de los anillos bronquiales y son inseparables de la pared del bronquio, pudiéndose diferenciar perfectamente los anillos bronquiales cartilaginosos normales (1). Los intraparenquimatosos, por el contrario, cursan de forma asintomática y suelen ser un hallazgo casual en una radiografía de tórax adoptando la imagen de nódulo periférico. El diagnóstico en este caso se alcanza por PAAF o por resección quirúrgica de la lesión. Macroscópicamente son lesiones de 1-2 cm de tamaño, duros y blancos al corte, con áreas de calcificación y osificación. El diagnóstico diferencial con el hamartoma, condroblastoma o condrosarcoma en ocasiones es difícil (5). Endoscópicamente son tumoraciones exofíticas, poco vascularizadas y cubiertas de mucosa bronquial normal (6). La TAC es útil en el diagnóstico del condroma ya que permite valorar el estado del parénquima circundante, valorar la presencia de adenopatías mediastínicas y el patrón de calcificación. El tratamiento es siempre individualizado, dependiendo del tamaño, localización y estado del parénquima distal a la lesión. Se han empleado técnicas quirúrgicas como enucleación, broncotomía, lobectomía o neumonectomía y técnicas endoscópicas como resección local (7) o resección con láser neodymium-YAG (8). El pronóstico, al igual que el resto de tumores benignos es excelente. Puede recidivar si no se elimina totalmente y se han descrito casos de degeneración en condrosarcoma.

E. Pastor, A. L. Andreu, M. Llombart, E. Chiner

Servicio de Neumología. Hospital Universitario San Juan de Alicante

 

1. Carter D, Eggleston JC. Bronquial condroma. En Carter D, Eggleston JC (eds): Tumors of the lower respiratory tract. Washington, Armed Forces Institute of Pathology 1980. p. 236-241.

2. Xu LT, Sun ZF, Li ZJ, Wu LH, Wang ZZ. Tracheobronchial tumors: an eighteen-year series from Capital Hospital, Peking, China. Ann Thorac Surg. 1983; 35: 590-6.

3. Regnard JF, Fourquier P, Levasseur P. Results and prognostic factors in resections of primary tracheal tumors: A multicenter retrospective study. J Thorac Cardiovasc Surg 1996; 111 :808-14.

4. Kaswin R, Hay JM, Brigand H, Merlier M. 71 pulmonary hamarto-chondromas. Poumon Coeur 1976; 32: 5-8.

5. Tarrazona V, Galán G, Monteagudo C. Condrosarcoma de traquea. A propósito de un caso. Arch Bronconeumol 1997;33: 481-482.

6. Vilas Iglesias A, Palacios Bartolomé A, Antúnez López J, Zamarrón Sanz C, Ledo Andión R, Rodríguez Suárez JR. Condroma endobronquial. An Med Interna (Madrid) 2003; 20: 387.

7. Lundgren R, Winblad B. Resection of bronchial chondroma through the flexible fiberoptic bronchoscope. Endoscopy 1980; 12: 81-2.

8. Eppinga P, van der Laan KT, Overbeek JJ, Meinesz AF, Postmus PE. Benign endobronchial tumours treated by neodymium-YAG laser. Eur Respir J 1998; 1: 568-70.

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