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Anales de Psicología

versão On-line ISSN 1695-2294versão impressa ISSN 0212-9728

Anal. Psicol. vol.30 no.2 Murcia Mai. 2014

https://dx.doi.org/10.6018/analesps.30.2.161121 

 

El papel de la categorización social y las diferencias sociodemográficas en la autoestima, el ajuste y el bienestar psicológicos de una muestra de inmigrantes

The role of social categorization and sociodemographic differences in self-esteem, psychological adjustment and well-being of a sample of immigrants

 

 

José Andrés Peña-Pinzón1, Carmen Gómez-Berrocal2 y Antonio Fernández-Parra1

1 Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico. Universidad de Granada
2 Departamento de Psicología Social. Universidad de Granada

La financiación para el pago de los encuestadores que recogieron la muestra de inmigrantes, ha sido posible gracias al Proyecto de Investigación de Excelencia de la Consejería de Innovación, Ciencias y Empresa de la Junta de Andalucía (Referencia P09-SEJ-4657) y cofinanciado por Fondos FEDER.

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

Se explora el efecto de la saliencia de la categorización social inmigrante y su interacción con diferencias sociodemográficas (nivel de estudios, situación laboral, sexo) de los sujetos, en ajuste psicológico, bienestar psicológico y autoestima. 210 inmigrantes de origen sudamericano, residentes en las provincias de Granada y Almería, fueron distribuidos en dos condiciones experimentales: "saliencia baja/alta de la categorización social inmigrante". Encontramos efecto de la manipulación sobre las medidas de pertenencia e identidad (autoestima colectiva), autoestima individual, ansiedad (SA-45) y bienestar laboral. Cuando la saliencia de la categorización social es baja (vs. alta), los sujetos presentan mejor autoestima, menos ansiedad y menos bienestar laboral. El sexo se asocia con la manipulación experimental en las escalas privada y pública (autoestima colectiva) y en somatización, depresión y ansiedad (SA45). Los hombres para los que es menos saliente su condición de inmigrante presentan resultados más óptimos. El nivel de estudios y la situación laboral se asocian con ajuste psicológico: los sujetos sin trabajo (vs. los que están trabajando) y los de estudios básicos o sin estudios (vs. los de estudios medios o superiores) presentan peor ajuste.

Palabras clave: Inmigrantes; categorización social; diferencias sociodemográficas; ajuste sicológico; bienestar psicológico; autoestima personal; autoestima colectiva.


ABSTRACT

It explores the effect of the salience of social categorization immigrant and their interaction with sociodemographic differences (level of education, employment status, sex) of subjects in psychological adjustment, psychological well-being and self-esteem. 210 immigrants from South America, living in the provinces of Granada and Almeria, were distributed in two experimental conditions: "salience low / high social categorization immigrant." We found the handling effect on measures of belonging and identity (collective self-esteem), individual self-esteem, anxiety subscale (SA-45) and welfare. When is low (vs. high) salience of social categorization, subjects had better self-esteem, less anxiety and less labor welfare. The sex is associated with experimental manipulation in private and public scales (collective self-esteem) and somatization, depression and anxiety (SA-45). Men for whom it is less salient present immigration status optimum results. The educational level and employment status are associated with psychological adjustment: unemployed subjects (versus those who are working) and of basic or no education (vs. those in high school or college) have worse adjustment.

Key words: Immigrants; social categorization; sociodemographic differences; psychological adjustment; psychological well-being; self esteem; collective self-esteem.


 

Introducción

El proceso de inmigración es a menudo un fenómeno complejo que conlleva una socialización secundaria en la nueva cultura de la sociedad de acogida (Martínez y Martínez, 2006; Zarza y Sobrino, 2007). Lo que se ha denominado proceso de aculturación psicológica consiste en una serie de cambios experimentados por la persona inmigrante en las actitudes, comportamientos, modos de vida, valores e identidad debido al contacto con otra cultura (Graves, 1967; Berry, 1990). Así mismo, algunas situaciones probables durante el proceso migratorio, como el desempleo, los conflictos culturales y los étnicos, pueden suponer para la persona una fuente diaria de estrés (Molina, Gutiérrez, Hernández y Contreras, 2008). El denominado estrés de aculturación (Fajardo, Patiño y Patiño 2008, Leung y Karnilowicz, 2002), hace referencia a la dificultad que experimentan las personas para afrontar la nueva situación y que se manifiestan, entre otros, en problemas de salud mental.

Algunos trabajos han explorado la relación entre estresores asociados a la inmigración (p. e., el prejuicio y la discriminación) y algunos indicadores de salud mental (p. e., el miedo psicológico) en los miembros de minorías étnicas y culturales (Harrell, 2000; Soto, Dawson-Andoh y BeLue, 2011). Más concretamente, el estudio de la relación entre salud mental e inmigración se aborda desde dos supuestos generales. El primero, atendiendo al papel de los elementos previos a la emigración, supone que existiría una predisposición al desarrollo de trastornos mentales antes de la emigración. Desde este planteamiento, los factores inherentes a la situación de la emigración serían estresores facilitadores de esos trastornos. El segundo, supone que el desarraigo que conlleva el proceso migratorio, suscitaría cuadros de ansiedad, depresión o estrés (Solas y Ugalde, 1997). En conjunto, los resultados de investigación indican, entre otros, que el proceso migratorio correlaciona o se asocia con determinados trastornos mentales (Escudero, 2004; García y Alda, 2005); que la fase de adaptación en la que se encuentra el individuo correlaciona con el grado de estrés y patología mental (Vivanco et al., 2005) o que existe un conjunto de síntomas llamado síndrome de Ulises que manifiesta una relación clara entre el estrés límite y la aparición de la sintomatología (Achotegui, 2008).

En este trabajo asumimos un planteamiento general: la necesidad de considerar factores de naturaleza diversa, en cuanto al ámbito (individual, grupal, societal) en el que los mismos ocurren, para estudiar la relación entre salud mental e inmigración.

De los múltiples cambios asociados al proceso de aculturación psicológica, en este trabajo nos centramos en los que afectan al autoconcepto. Parafraseando a Brewer (2001), el concepto de Yo/Sef proporciona un importante lugar de encuentro entre teorías de la personalidad y teorías de la conducta social. En general, las teorías sobre el autoconcepto se han centrado en el concepto de sí mismo individualizado - un sentido de la propia identidad diferenciada del resto de personas-. En el marco de la Psicología Social, se ha favorecido el interés por los aspectos sociales del yo y el grado en que los individuos se definen en términos de sus relaciones con otras personas y con otros grupos sociales. En conjunto, las teorías del yo social suponen que diferentes representaciones del autoconcepto pueden coexistir en el mismo individuo y estar disponibles para ser activados en momentos diferentes o en diferentes situaciones (Brewer y Gardner, 1996). La literatura sobre el yo social establece una distinción entre el yo personal que corresponde al autoconcepto individualizado; el yo relacional o autoconcepto que deriva de relaciones de rol o vínculos con otros personas significativas para el sujeto y, en el nivel grupal, el yo colectivo que se corresponde con el concepto de identidad social, "aquella parte del autoconcepto de un individuo que deriva del conocimiento de su pertenencia a un grupo o grupos sociales, junto con el significado valorativo y emocional asociado a dicha pertenenaa" (Tajfel, 1984, p.292).

En definitiva, el autoconcepto incluiría varias identidades que se activarán en función del tipo de situación en la que se encuentre el individuo (Ethier y Deaux, 2001). Si el contexto activa la categorización endogrupo/exogrupo -"saliencia de la categorización social alta"-, se hará más saliente para el sujeto ciertas semejanzas con miembros de su categoría social (endogrupo) y las diferencias con los miembros de otra categoría (exogrupo). Si por el contrario el contexto implica al endogrupo, se hará más saliente para el sujeto las características que posee y que lo diferencian o lo hacen único. En tales contextos - "saliencia de la categorización social baja" - se produciría un comportamiento vinculado a la identidad personal o individual (Brewer, 2001).

El proceso por el cual la conceptualización del yo adquiere un contenido concreto, es la comparación social con otros (personas o grupos sociales importantes para el individuo) en atributos y características concretas. El resultado de dicha comparación conlleva un saldo valorativo de la autoimagen que el sujeto construye; dicho componente valorativo del autoconcepto constituye la autoestima (Baumeister y Twenge, 2003; Baumeister, 1998; Kunda, 2001; Leary y Tangney, 2003) que en su dimensión colectiva es el resultado de la evaluación del sí mismo en relación con la pertenencia a un grupo social (Luhtanen y Crocker, 1992). Con independencia del nivel de análisis -individual o colectivo- de la autoestima, ésta impulsa al individuo a mantener y aumentar la concepción positiva de sí mismo (Baumeister, 1998; Luhtanen y Crocker, 1992), ya sea como individuo único, ya sea como miembro de un grupo o categoría social determinada. Los resultados de medir la autoestima global de forma separada, a nivel personal y colectivo, indican que no están correlacionadas de manera positiva en todos los casos o situaciones (Long y Spears, 1997; Long, Spears y Manstead, 1994; McElroy y Seta, 2006), o que cuando la correlación es positiva, ésta es moderada (Crocker, Luhtanen, Blaine, y Broadnax, 1994; Luhtanen & Crocker, 1992).

Suponemos que si un individuo se reconoce y evalúa en un nivel de representación determinado, tenderá a comportarse de manera consistente (Hogg y Ridgeway, 2003) para que se mantenga la concepción positiva de sí mismo. En este sentido, si la identificación con el endogrupo se hace saliente, la valoración positiva o negativa de la imagen del endogrupo, favorecerá o perjudicará al individuo en cuestión (Mackie, Devos y Smith, 2000).

La autoestima parece relacionarse con la salud mental y también con la salud física (Hudd et al., 2000; Jiménez, 1999; Sánchez, Aparicio y Dresch, 2006). Se ha supuesto que las personas que presentan mejor ajuste y mejor estado de bienestar psicológicos, tendrán también una valoración positiva de su autoconcepto (Baumeister, 1998; Hogg y Vaughan, 2002; Zacarés, Iborra, Tomás y Serra, 2009).

En el marco de este planteamiento, nuestro estudio se ha centrado en el estrés de aculturación vinculado a las representaciones en el autoconcepto que puede experimentar la persona inmigrante. Más concretamente, se analizan los posibles efectos que pueden producir la saliencia de las diversas identidades -individual/social- del autoconcepto sobre algunos indicadores de salud mental, tales como el ajuste y el bienestar psicológicos, así como sobre la valoración que la persona hace de su autoconcepto individual y colectivo.

De manera lógica, cabe esperar que en situaciones que activan la categorización endogrupo/exogrupo, el comportamiento de la persona y, en general, sus procesos psicológicos estarán determinados, sobre todo, por el elemento colectivo de su autoconcepto, estos es, por su identidad social. Paralelamente, si la situación reduce la saliencia de la categorización endogrupo/exogrupo, el comportamiento de la persona y, en general, sus procesos psicológicos estarán determinados, sobre todo, por el elemento individual de su autoconcepto, esto es, por su identidad personal o individual.

Finalmente, las características demográficas de las personas -sexo, edad, características relacionadas con el trabajo, con la formación, etc.- pueden tener algún efecto en sus conductas. Los investigadores coinciden en analizar y considerar el papel de estas características diferenciales de las muestras de inmigrantes (Maya, 2001; Osca y García-Salmones, 2010)

En este marco, planteamos un objetivo general y tres específicos. El objetivo general es explorar el efecto de la saliencia de la categorización social inmigrante y la posible interacción con las diferencias sociodemográficas de los sujetos, en una serie de indicadores de bienestar -ajuste psicológico, bienestar psicológico y autoestima-.

El primer objetivo concreto pretende analizar en qué medida la "saliencia -"alta"/"baja"- de la categorización social inmigrante y las características demográficas influyen en las respuestas de la persona inmigrante sobre su: (1) autoestima -individual/colectiva-; (2) ajuste psicológico y (3) bienestar psicológico.

El segundo objetivo es analizar, en dos situaciones diferentes - "saliencia alta de la categorización social"/"saliencia baja de la categorización social"- el patrón de relación entre el ajuste psicológico de la persona inmigrante y la autoestima -individual/colectiva-.

El tercer objetivo es analizar, en dos situaciones diferentes - "saliencia alta de la categorización social"/"saliencia baja de la categorización social" -, el patrón de relación entre el bienestar psicológico de la persona inmigrante y la autoestima -individual/colectiva-.

 

Método

La investigación responde a una metodología mixta, pues consta de un enfoque exploratorio descriptivo y un enfoque experimental (Hernández, Fernández y Baptista, 2006).

Participantes

La muestra seleccionada para esta investigación fue de 210 personas inmigrantes de origen sudamericano e hispanohablantes, residentes en las provincias de Granada (N = 60) y Almería (N = 150); 95 (45.23%) eran hombres y 115 (54.76%) mujeres. Las edades estaban comprendidas entre 18 y 70 años, con una media de 34.78 años y una desviación típica de 9.68. Un 6.19% no tenía estudios, el 19.04% estudios básicos (primarios completos, certificado escolar), el 46.19% estudios medios (secundarios, bachillerato, BUP, formación profesional, COU) y el 28.57% estudios superiores (universitarios, diplomatura o licenciatura). Con respecto a la situación laboral actual de los participantes, 96 se encontraban sin empleo y 107 eran laboralmente activos (7 personas de los 210 respondieron a la situación laboral como no sabe/no contesta).

Los participantes fueron distribuidos en dos condiciones experimentales: "saliencia baja de la categorización social" y "saliencia alta de la categorización social", 75 fueron clasificados en la condición "saliencia baja categorización social" y 135 en la de "saliencia alta de la categorización social".

Instrumentos y medidas

Datos sociodemográficos. Los sujetos respondieron una serie de ítems sobre información sociodemográfica: sexo, edad, nivel de estudios y situación laboral.

Variable independiente (Intervención).

Orden de presentación de las medidas del cuestionario: Para inducir la manipulación experimental, un tercio de los participantes cumplimentó el cuestionario comenzando por la Escala de Ajuste Psicológico y en último lugar la escala de Autoestima Colectiva -"saliencia baja de la categorización social"- y los dos tercios restantes cumplimentaron en primer lugar la escala de Autoestima Colectiva -"saliencia alta de la categorización social"-.

Variables dependientes

Escala de Autoestima Individual: de Rosenberg (1965) (versión española de Albo, Núñez, Navarro y Grijalbo, 2007). Incluye diez ítems cuyos contenidos se centran en los sentimientos de respeto y aceptación de sí mismo/a. La mitad de los ítems están enunciados positivamente y la otra mitad negativamente. La escala de respuesta oscila entre 1 (totalmente en desacuerdo) y 4 (totalmente de acuerdo). Cuánto más altas son las puntuaciones, mejor es la autoestima individual. En nuestro estudio, el análisis de consistencia interna (alfa de Cronbach) de la escala presentó un valor de 0.76 equivalente al hallado en la versión original de Rosenberg (1965) y al informado por Albo et al., (2007) para la validación de la versión española que osciló entre 0.85 y 0.88.

Escala de Autoestima Colectiva de Luhtanen y Crocker (1992), consta de 16 ítems agrupados en cuatro subescalas de cuatro ítems. La subescala de Pertenencia evalúa la satisfacción con los roles que la persona ocupa en el endogrupo; la de Autoestima Privada evalúa el sentimiento de logro y satisfacción que la persona obtiene de su pertenencia social a la categoría inmigrante; la subescala de Autoestima pública está relacionada con la validación social de la pertenencia, es decir, con el hecho de causar una buena impresión en el exogrupo (i.e. sociedad mayoritaria), y la subescala de Identidad se relaciona con la centralidad que tiene para la persona la pertenencia social a la categoría que se le está haciendo saliente (endogrupo inmigrante). Los sujetos responden en una escala de respuesta Likert desde 1 (totalmente en desacuerdo) a 7 (totalmente de acuerdo). La valoración de las respuestas de los sujetos se hace teniendo en cuenta que a mayor puntuación mayor es la autoestima; para que se pueda cumplir este criterio, atendiendo a las indicaciones de los autores de la escala, es preciso invertir la mitad de los ítems. Para Luhtanen y Crocker (1992) la consistencia interna de la escala original (alfa de Cronbach) osciló entre 0.83 y 0.88 y entre 0.40 y 0.71 para las diferentes subescalas. En el presente estudio los datos de consistencia interna (alfa de Cronbach) son similares a los de Luthanen y Crocker (1992) para la escala general (0.82); para las subescalas de Pertenencia (0.43), Privada (0.44), Pública (0.48) e Identidad (0.33) los resultados indican una validez interna débil.

Escala de Ajuste Psicológico SA-45. (Versión española de Sandín, Valiente, Chorot, Santed y Lostao, 2008). Incluye 45 ítems a través de los cuales el sujeto evaluado valora en qué medida los síntomas descritos han estado presentes durante la última semana. La escala de respuesta oscila de 1 (nunca) a 5 (siempre). Las puntuaciones altas indican peor ajuste psicológico percibido e informado por la persona que responde. En total, el instrumento lo componen nueve subescalas: Somatización, Ansiedad, Psicoticismo, Obsesividad-Compulsividad, Hostilidad, Sensibilidad Interpersonal, Ansiedad fóbica, Depresión e Ideación Paranoide. En nuestra investigación, la escala de Ajuste Psicológico SA-45 presenta un alfa de Cronbach de 0.96 y de 0.86 la subescala de hostilidad; 0.78 la de somatización, 0.83 la subescala de depresión, 0.80 la de obsesión-compulsión, 0.82 la subescala de ansiedad, 0.76 la de sensibilidad interpersonal, 0.76 la subescala de ansiedad fóbica y 0.70 ideación paranoide. Estos datos están en consonancia con los obtenidos por Sandín et al. (2008) en la adaptación al español que realizaron de la escala. En aquel caso la escala general presentó un alfa de 0.95 y entre 0.71 y 0.84 para las diferentes subescalas.

Escala de Bienestar Psicológico (EBP) (Sánchez-Cánovas, 1998). Evalúa el grado de felicidad y satisfacción con la vida que percibe la persona. La escala de respuesta oscila de 1 (nunca) a 5 (siempre), de modo que las puntuaciones altas indican mayor percepción subjetiva de bienestar personal. La escala original se compone de 65 ítems distribuidos en 4 subescalas de las que sólo hemos incluido tres. La subescala de Bienestar Psicológico Subjetivo, compuesta por 30 ítems, evalúa la percepción de felicidad o bienestar; distingue entre satisfacción con la vida y afecto positivo y negativo. La s ubescala de Bienestar Material, compuesta por 10 ítems, evalúa el bienestar material según la percepción subjetiva de cada persona y no según índices externos y la subescala de Bienestar Laboral, compuesta por 10 ítems, evalúa la satisfacción del sujeto con las condiciones laborales que tiene. La subescala de Bienestar en las Relaciones con la Pareja mide el ajuste conyugal y no se ha incluido en este estudio. Si bien esta cuestión se ha considerado un componente del bienestar general, no todos los participantes cumplían con dicho referente. La versión original de la escala de Bienestar Psicológico (EPB) (Sanchez-Cánovas 1998) presenta un alfa de Cronbach de 0.92 para la subescala de Bienestar Psicológico Subjetivo, 0.92 para la subescala de Bienestar Material y 0.84 para la subescala de Bienestar Laboral. En la presente investigación, el coeficiente alpha de Cronbach obtenido en las diferentes subescalas es comparable a la versión original: 0.95 para la subescala de Bienestar Psicológico Subjetivo; 0.93 para la subescala de Bienestar Material y 0.80 para la subescala de Bienestar Laboral.

Procedimiento

Cada participante recibió un cuadernillo con las medidas que hemos descrito en el apartado anterior.

Los participantes fueron reclutados de modo incidental. La participación fue voluntaria, no estuvo retribuida y se empleó consentimiento informado.

La aplicación del cuadernillo se realizó de forma individual y sin límite de tiempo. Los participantes contestaban a las preguntas formuladas por un encuestador que era de su mismo origen: sudamericano e hispanohablante. Todos los participantes completaron el cuadernillo en un período entre 50-60 minutos aproximadamente.

 

Resultados

Análisis de datos

La descripción de las variables sociodemográficas cualitativas se realizó a modo global y por grupo experimental de clasificación, comprobándose mediante los contrastes de hipótesis de chicuadrado la relación entre estas y el grupo experimental. Para el caso de la variable edad, variable cuantitativa, se realizó una prueba t-student (previamente se comprobó que la variable se aproximaba a una distribución normal y que las varianzas eran homogéneas), con el objetivo de comprobar las diferencias en las edades entre los participantes de cada grupo.

Se establece un nivel de significación del 5% y nivel de confianza del 95%. El análisis se realizó con el software SPSS versión 19.

La distribución de personas según el sexo, nivel de estudios y situación laboral en cada grupo experimental se muestra en la Tabla 1. No se encontraron diferencias significativas entre los grupos experimentales en el nivel de estudios o situación laboral. El porcentaje de hombres en la condición "categorización social baja" fue significativamente mayor que el de mujeres en esa misma categoría. Con respecto a la edad de los participantes por grupo, la edad media del grupo "categorización social baja" fue de 34.57 (DT= 9.892) y en el grupo categorización social alta 34.90 (DT= 9.595), no se hallaron diferencias significativas en las edades de los participantes entre los dos grupos de estudio (t= -0.231; df= 208, p= .817).

 

 

El primer objetivo concreto pretende analizar en qué medida la "saliencia -"alta"/"baja" - de la categorización social inmigrante y las características demográficas influyen y/o interactúan en las respuestas de la persona inmigrante sobre su: (1) autoestima -individual/colectiva-; (2) ajuste psicológico y (3) bienestar psicológico. Para este fin, se realizó un estudio descriptivo bivariante para observar las diferencias entre los grupos experimentales -"saliencia de la categorización social alta" y "baja"- según las variables principales del estudio (Tabla 2).

La Tabla 2 muestra la descripción de las escalas de Autoestima individual de Rosenberg, Autoestima colectiva, Ajuste y Bienestar psicológico por grupo experimental-saliencia de categorización social. La media obtenida en la escala de Autoestima individual se situó por encima del punto medio teórico de la escala (25) en ambos grupos. La puntuación media obtenida en la escala de autoestima colectiva total también se encuentra por encima del punto medio teórico (64). Los datos obtenidos para las subescalas de autoestima colectiva muestran, en todos los casos, puntuaciones superiores al punto medio teórico (16). Las puntuaciones medias, de todas las escalas de autoestima, son significativamente mayores en el grupo de "categorización social baja" que en el grupo de "categorización social alta". Asimismo, la Tabla 2 muestra las medidas de las escalas de ajuste SA-45 en los dos grupos de estudio. Los datos indican, en general, un buen ajuste psicológico. Cuánto más alta es la puntuación en la escala, peor es el ajuste psicológico informado por el participante. Las puntuaciones medias obtenidas en las subescalas de ajuste no superan el punto medio teórico (12.5) en ningún caso. No se encontraron diferencias significativas entre los grupos experimentales, aunque el patrón de datos muestra una tendencia de puntuaciones medias más altas en el grupo de "categorización social baja", en particular en las subescalas de depresión, obsesión compulsiva, ideación paranoide y sensibilidad interpersonal. Con respecto al bienestar psicológico, las puntuaciones medias de las tres escalas estuvieron por encima del punto medio teórico en todos los casos. La puntuación media de bienestar laboral es significativamente inferior en el grupo "saliencia de la categorización social baja" (vs. "saliencia de la categorización social alta"). Sin llegar a la significatividad estadística, se observa que la media en las subescalas de bienestar subjetivo y material es mayor en el grupo de " saliencia de la categorización social baja"

Para conocer cuáles son los factores que influyen en la variación del resultado del conjunto de variables dependientes, en cada grupo experimental, se aplicaron modelos de regresión lineal a las escalas estudiadas (variable dependiente) considerando su ajuste por las características sociodemográficas de los participantes (Stevens, 2002). Dichos modelos ajustados por las características sociodemográficas de los participantes y el grupo experimental al que pertenecía, permiten controlar el efecto de las variables sociodemográficas de los grupos experimentales sobre las variables dependientes. Con el fin de simplificar los resultados presentados, en este manuscrito solo se muestran aquellas interacciones que fueron significativas, en otro caso se procede a resumir y presentar los modelos simplificados (sin interacciones). Una vez ajustados los modelos se comprobaron los supuestos matemáticos del modelo, con el objetivo de asegurar el buen uso de las técnicas estadísticas y los ajustes de los modelos, tales como la normalidad e independencia de los residuos y la homogeneidad de las varianzas (Field, 2005) (resultados no mostrados en el artículo pero a disposición del lector bajo petición al autor de correspondencia).

La Tabla 3 presenta los resultados de los modelos de regresión y pruebas estadísticas generadas por ANCOVA para las variables sociodemográficas relacionadas con la autoestima individual y con la autoestima colectiva. Los parámetros asociados a la autoestima colectiva total indican que cuando la "categorización social es baja" los hombres obtuvieron en media resultados superiores a las mujeres y en comparación con el grupo "categorización social alta". En particular, en el grupo "categorización social baja", los hombres obtuvieron unos 10 puntos más que las mujeres del mismo grupo, siendo estas diferencias entre hombres y mujeres significativas (B = 10.023; t= 2.242; p= .026*). En el grupo "categorización social alta", los hombres y mujeres obtuvieron puntuaciones similares (B = -1.468; t= -0.547; p = . 585). Entre mujeres de ambos grupos las diferencias fueron de casi tres puntos (B = 2.842) más en el grupo "categorización social baja", siendo estas diferencias no significativas. Con respecto a la subescala de pertenencia, se observa que el grupo "categorización social baja" obtuvo en media 2.031 puntos más que el grupo "categorización social alta", resultando estas diferencias significativas (t = 3.045; p= .003**). De igual modo se observa para la subescala identidad que el grupo "categorización social baja" obtiene puntaciones significativamente mayores que el grupo "categorización social alta" (B = 1.301, t= 2.051; p < .042*). Con las subescalas privada y pública se observa un resultado similar al de autoestima colectiva total, para estas subescalas se observa una diferencia significativa entre hombres y mujeres en el grupo "categorización social baja". En esta condición experimental los hombres obtienen puntuaciones significativamente mayores que las mujeres en la subescala privada (B = 3.506; t= 2.748; p= .007**) y en la pública (B = 3.280; t= 2.446; p= .015**). Estas puntuaciones de los hombres son también significativamente mayores que las puntuaciones de los hombres del grupo "categorización social alta". Sin embargo entre las mujeres de ambos grupos, así como entre hombres y mujeres del grupo "categorización social alta", las diferencias observadas no son significativas. Con respecto a la autoestima individual, el grupo "categorización social baja" obtuvo puntuaciones significativamente mayores que el grupo "categorización social alta" (B = 1.675 puntos más; t= 2.367; p < .05). El hecho de no tener estudios o que éstos sean básicos, influye negativamente en los resultados obtenidos en comparación con aquellos con estudios superiores (B = -2.241 puntos en media; t= -2.453; p < .01). Asimismo, a mayor edad del participante, mayor fue la puntuación obtenida (B = 0.069; t= 1.957;p < .05).

La Tabla 4 presenta La estimación de los parámetros asociados al ajuste y bienestar psicológico obtenidos en los modelos de regresión lineal y pruebas estadísticas generadas por ANCOVA. Los parámetros asociados a las subescalas de ajuste psicológico indican que las diferencias entre los dos grupos experimentales resultaron significativas en la subescala de ansiedad (B = -1.515; t= -2.193; p= .03*): la puntuación media en esta subescala fue significativamente menor en el grupo "categorización social baja". Las puntuaciones de las escalas de hostilidad, sensibilidad interpersonal y psicoticismo son significativamente mayores en los participantes con menor nivel de estudios y sin trabajo, indicando que a mayor nivel de estudios y a mejor situación laboral los valores de las escalas disminuyen de manera significativa. No se observaron diferencias entre sexos, edad o según la "saliencia de la categorización social". Las puntuaciones en ansiedad fóbica e ideación paranoide solo se asocian de manera significativa con el nivel de estudios, de modo que a mayor nivel de estudios menores son las puntuaciones obtenidas. La obsesión-compulsión fue similar entre todos los participantes, independientemente del nivel de estudios, situación laboral, sexo, edad o grupo experimental, no encontrándose diferencias significativas entre estos. La somatización, depresión y ansiedad resultaron ser significativamente menores en el grupo "categorización social baja" que en el grupo "categorización social alta". De igual modo se obtuvieron puntuaciones significativamente inferiores en los hombres que en las mujeres del grupo "categorización social alta", sin embargo en el grupo "categorización social baja" las puntuaciones de los hombres fueron mayores que las de las mujeres de su mismo grupo y superiores a los hombres del grupo "categorización social alta". Asimismo, en las escalas de somatización y ansiedad el nivel de estudio y la situación laboral tuvo una influencia significativa, ya que aquellos participantes con un nivel de estudio superior y situación laboral activa obtuvieron puntuaciones significativamente menores.

Los resultados correspondiente a las escalas de bienestar, en la Tabla 4, indican que las diferencias entre los dos grupos experimentales resultaron significativas en la subescala de bienestar laboral (B = -4.404; t= -4.075; p < .000***): la puntuación media en esta subescala fue significativamente menor en el grupo "categorización social baja" (vs. categorización social alta"). Además, los participantes en situación laboral inactiva obtuvieron puntuaciones significativamente inferior en la escala de bienestar subjetivo (B = -6.634; t= -2.283; p= .024*). No se encontraron diferencias significativas en el bienestar material entre los participantes con distintos niveles de estudios, situación laboral, sexo, edad o grupo experimental de clasificación.

El segundo y tercer objetivos de nuestra investigación era explorar, en las dos condiciones experimentales - "saliencia de la categorización social alta"/"saliencia de la categorización social baja" -, el patrón de asociación entre el ajuste psicológico y el bienestar psicológico de la persona inmigrante, con los dos componentes del autoconcepto -identidad individual / identidad social-.

Para este fin, en primer lugar, hemos realizado sendos análisis de correlación entre las puntuaciones en la escala de Autoestima colectiva, Autoestima individual y Ajuste psicológico SA-45, en cada uno de los dos grupos experimentales (ver tabla 5).

Por una parte, las correlaciones significativas entre las subescalas de autoestima colectiva, la escala de autoestima individual y alguna de las subescalas de ajuste psicológico son siempre negativas: cuánto más alta es la valoración del autoconcepto (social o personal) mejor es el ajuste psicológico, esto es, la persona informa que los síntomas descritos en el SA-45 han estado "un poco" o "moderadamente" presentes en la última semana. Por otra parte, la relación entre ambos tipos de autoestima, Autoestima Individual y Autoestima Colectiva, es significativa en todos los casos. La única excepción se produce, en la condición "saliencia de la categorización social baja", entre Autoestima Individual y la subescala de Identidad.

Así mismo, cuando la saliencia de la categorización social relativa a ser inmigrante es baja, las medidas de ajuste psicológico se asocian significativamente con la autoestima colectiva y, en menor medida, con la autoestima individual. De las nueve subescalas que componen la escala de ajuste psicológico, excepto Ansiedad fóbica, ocho correlacionan significativamente con la escala total de Autoestima colectiva y con todas o alguna de las subescalas. Tres subescalas de ajuste psicológico correlacionan significativamente con la escala de Autoestima individual: sensibilidad interpersonal (r = -.345; p < .01) - sentimientos de inferioridad e inadecuación personal, especialmente en comparación con otras personas, expectativas negativas sobre las interacciones interpersonales y elevados niveles de autoconciencia pública-; somatización (r = -.329; p < .01) -malestar que surge de la percepción de disfunciones corporales de tipo cardiovascular, gastrointestinal, respiratoria y de otros sistemas con fuerte mediación del sistema nervioso autónomo- y ansiedad (r = -.251; p < .05) -síntomas y comportamientos asociados clínicamente con elevados grados de ansiedad: inquietud, nerviosismo, tensión y ataques de pánico.

Cuando la identidad social relativa a ser inmigrante es más saliente, las medidas de ajuste psicológico se asocian significativamente solo con la autoestima individual.

El tercer objetivo de nuestra investigación era explorar el grado en que el bienestar psicológico de la persona inmigrante está relacionado de modo específico con la valoración de los dos componentes del autoconcepto (autoestima individual y autoestima colectiva). En la tabla 6 se exponen, para cada grupo, los resultados relativos a la intercorrelación entre Autoestima Colectiva y Autoestima Individual con Bienestar Psicológico por grupo experimental.

Tomado en conjunto, del patrón de resultados se extraen tres conclusiones generales. Primera, las correlaciones significativas entre las subescalas de autoestima colectiva, autoestima individual y las subescalas de bienestar psicológico son siempre positivas. Sólo se produce una excepción, en la condición "categorización social baja", la correlación entre la subescala de pertenencia con el bienestar subjetivo (r= -.464: p < .01). Segunda, el Bienestar psicológico laboral es el que presenta una relación menos potente con la autoestima colectiva y con la autoestima individual. Si la saliencia de la categorización social inmigrante es alta, el bienestar laboral se relaciona con la autoestima individual (r= .34; p < .01) y con la subescala de Pertenencia de la autoestima colectiva (r=.199; p < .05) que evalúa la satisfacción con los roles que ocupa el participante en el endogrupo inmigrante. Cuando la categorización social es baja el bienestar laboral solo se relaciona significativamente con la centralidad que tiene para la persona la pertenencia social a la categoría inmigrante (Subescala de Identidad) (r= .347;p < .01). Por último, las correlaciones entre las subescalas de autoestima colectiva y autoestima individual con bienestar subjetivo y bienestar material, son más o menos similares en ambas condiciones.

 

Discusión

Los estudios que analizan la relación entre salud mental e inmigración suponen que el proceso migratorio implica desarraigo y ajustes en el autoconcepto, lo que facilitaría cuadros de ansiedad, depresión, estrés, etc. Nuestra investigación explora la relación entre salud mental e inmigración y para ello se centra en el nivel de dificultad que experimentan las personas para afrontar los posibles ajustes en el autoconcepto que conlleva la nueva situación y el grado en el que los mismos se relacionan en los indicadores de salud mental de la persona.

El interés del presente trabajo radica en las implicaciones prácticas que sugiere para abordar el proceso de aculturación. Una parte de la aplicabilidad remite al contexto clínico-preventivo que se centra en salud mental e inmigración. Otra parte remite al contexto de la intervención psicosocio-comunitaria, centrada en prevenir conflictos o desajustes en el proceso de aculturación, entre sociedad de acogida y sociedad inmigrante.

Hemos partido de dos líneas de desarrollo teórico y empírico en el área. Por una parte, existe evidencia de que una valoración positiva del autoconcepto facilita un estado emocional y afectivo más estable (Baumeister, 1998; Hogg y Vaughan, 2002). Por otra, se supone que el autoconcepto -identidad individual/identidad social- de la persona tiene una naturaleza contextual (Brewer, 2001), pues las diversas situaciones sociales proporcionan el marco para establecer semejanzas o diferencias con los otros. Asimismo, algunos autores hablan de la importancia de considerar las características demográficas de las muestras de inmigrantes y distinguen entre diversidad social -p. e., sexo y edad- y diversidad funcional - p. e., tipo de ocupación, actividad laboral y formación - (Maya, 2001; Osca, 2010)

Los resultados permiten una primera conclusión general. Las personas inmigrantes que participaron en este estudio presentan un nivel medio-alto en los indicadores de bienestar que componían las variables dependientes. Las puntuaciones medias obtenidas en las escalas y subescalas correspondientes a esas medidas, superaron en todos los casos el punto medio teórico de las escalas y subescalas de autoestima colectiva y autoestima individual y bienestar psicológico y, de manera lógica con este razonamiento, en las subescalas de ajuste psicológico no superaron el punto medio teórico en ningún caso.

Como señalamos en su momento, nuestro objetivo general era explorar el efecto de la saliencia de la categorización social inmigrante y las diferencias sociodemográficas de los sujetos, en los indicadores de bienestar -ajuste psicológico, bienestar psicológico y autoestima-. De hecho, el primer objetivo concreto era analizar en qué medida la "saliencia - "alta"/"baja"- de la categorización social inmigrante y las características demográficas influyen y/o interactúan con las respuestas de la persona inmigrante sobre su: (1) autoestima -individual/colectiva-; (2) ajuste psicológico y (3) bienestar psicológico.

Los resultados obtenidos se pueden resumir en función de tres criterios. Primero, el efecto de la manipulación experimental. Segundo, el papel de la interacción de las características demográficas de la muestra con la manipulación experimental. Tercero, el patrón de respuestas para cada variable dependiente, resultante de la manipulación y/o de la interacción de la misma con las características demográficas de los sujetos encuestados.

Los resultados obtenidos muestran que la manipulación experimental ha tenido efecto significativo sobre las respuestas en las subescalas de pertenencia e identidad de la medida de autoestima colectiva (Luhtanen y Crocker,1992) y en la escala de autoestima individual. Los sujetos que percibían menos saliente su condición de inmigrante, han dado respuestas significativamente más óptimas en esas escalas. En conjunto, los 8 ítems de las subescalas pertenencia e identidad miden la importancia que se atribuye al propio endogrupo. Algunos consideran que es una medida de identificación con el endogrupo (Velasco González, Verkuyten, Weesie y Poppe, 2008). En este sentido, nuestros datos parecen indicar un resultado aparentemente paradójico: que la identificación con el endogrupo inmigrante es mayor cuando es más baja la saliencia de la categorización social "nosotros los inmigrantes". La manipulación experimental ha tenido también efecto significativo en la subescala de ansiedad de la escala de ajuste psicológico SA-45. De nuevo los sujetos para los que era menos saliente su condición de inmigrante han informado, en promedio, un punto y medio menos ansiedad que los sujetos para los que estaba muy saliente su condición inmigrante cuando eran encuestados. La saliencia de la condición inmigrante también ha resultado ser significativa sobre las respuestas en la subescala de bienestar laboral. En este caso los sujetos para los que era menos saliente su condición de inmigrante han informado, en promedio, de cuatro puntos y medio menos bienestar laboral que los sujetos para los que estaba muy saliente su condición inmigrante. Por todo, la saliencia de la condición "inmigrante" parece favorecer sentimientos de bienestar relacionados con los logros laborales, pero también se relaciona con más sentimiento de ansiedad, menos autoestima individual y menos sentimiento de identificación positiva (importancia) con el propio grupo.

Algunos autores hablan de diversidad social -para referirse a las características demográficas como sexo y edad- y diversidad funcional -para referirse al tipo de ocupación, actividad laboral y a la formación (Osca y García-Salmones, 2010) - Nos interesaba describir el grado en el que este tipo de características demográficas de la muestra se asocian o interactúan con la manipulación experimental, en el conjunto de respuestas de los sujetos a las medidas dependientes.

En cuanto al sexo, las respuestas de hombres y mujeres difieren significativamente en las subescalas de somatización, depresión y ansiedad de la escala de ajuste psicológico SA-45.

En esas subescalas, los hombres presentan mejor ajuste psicológico que las mujeres. Además, el sexo ha presentado una asociación significativa con la manipulación experimental en las puntuaciones de la escala de Autoestima colectiva total y sus subescalas privada y pública de Luhtanen y Crocker (1992); también en las subescalas de somatización, depresión y ansiedad de la escala de ajuste psicológico SA-45. El patrón de resultados muestra que los hombres para los que era menos saliente su condición de inmigrante (vs. los hombres para los que era más saliente) presentan más autoestima colectiva privada -sentimiento de logro y satisfacción que la persona obtiene de su pertenencia social a la categoría inmigrante- y autoestima pública -validación social de la pertenencia; valoración positiva de la impresión causada en el exogrupo-. Los hombres de esa misma condición experimental (vs. los hombres para los que era más saliente) presentan peor ajuste psicológico en las escalas del SA-45 señaladas. La diversidad funcional, como el nivel de estudios o la situación laboral, ha interactuado significativamente con las respuestas en todas las subescalas de ajuste psicológico del SA-45, excepto en obsesión y depresión y en la subescala de bienestar subjetivo: los sujetos sin trabajo (vs. los que están trabajando) y los de estudios básicos o sin estudios (vs. los de estudios medios o superiores) presentan peor ajuste.

El segundo objetivo era analizar, en dos situaciones diferentes -"saliencia de la categorización social alta"/"saliencia de la categorización social baja"- el patrón de relación entre el ajuste psicológico de la persona inmigrante y la autoestima -individual/colectiva-. Los datos indican que cuánto más alta es la valoración de la identidad -individual o colectiva- mejor es el ajuste psicológico. Asimismo, la saliencia - alta/baja- de la categorización social inmigrante corresponde con patrones diferentes de asociación entre el ajuste psicológico y los dos elementos de la autoestima. En general, en situaciones donde la categorización social relativa a ser inmigrante es más saliente, las medidas de ajuste psicológico se relacionan significativamente con la autoestima individual y no hay relaciones significativas con la autoestima colectiva. Estos resultados se pueden interpretar en el marco de planteamientos previos (Hogg y Abrams, 1988) que suponen la existencia de discontinuidad en la conducta asociada a los dos niveles -personal/colectivo- de representación del Yo. Nuestros datos muestran una discontinuidad asociada a la situación -saliencia alta de la categorización social /saliencia baja de la categorización social-. Sin embargo el patrón de resultados no se ajusta a la lógica que se esperaba. Por ejemplo en la situación que activa la categorización endogrupo/exogrupo, la valoración del ajuste psicológico realizado por la persona debería estar determinado, sobre todo, por el elemento colectivo de su autoconcepto, estos es, por su identidad social y, por lo mismo, correlacionar, sobre todo, con la autoestima colectiva. Sin embargo, el ajuste psicológico informado por las personas inmigrantes de esa condición o grupo correlaciona significativamente, sobre todo, con el componente de la autoestima que no está activo por las señales de la situación. Si el individuo está motivado a mantener una concepción positiva de sí mismo, suponemos que el patrón de resultados que hemos encontrado debe obedecer a alguna motivación por parte de los sujetos de la muestra a salvaguardar su autoestima. En cualquier caso, se requieren más estudios que permitan aclarar esta cuestión.

El tercer objetivo era analizar, en dos situaciones diferentes -"saliencia alta de la categorización social"/"saliencia baja de la categorización social" -, el patrón de relación entre el bienestar psicológico de la persona inmigrante y la autoestima -individual/colectiva-. Los resultados sugieren que cuánto más alta es la valoración del autoconcepto (individual y colectivo) mejor es el bienestar psicológico. Así mismo, la saliencia -alta/baja- de la categorización social inmigrante corresponde con patrones diferentes de asociación entre bienestar y los dos elementos de la autoestima. El Bienestar psicológico laboral es el que presenta una relación menos potente con la autoestima colectiva y con la autoestima individual.

Por último, en la escala total de autoestima colectiva se obtuvo un alfa de Cronbach aceptable; pero el alfa de las subescalas indica falta de validez interna. Si bien estos resultados no invalidan las conclusiones estadísticas sobre la interacción entre las subescalas de autoestima colectiva con las otras medidas, sí sugiere la conveniencia de un futuro estudio que mejore la validez interna de la medida para esta población. Esta cuestión la consideramos una limitación para la generalización de nuestras conclusiones a esta población de estudio.

 

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Dirección para correspondencia:
José Andrés Peña Pinzón.
Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico.
Universidad de Granada, Granada (España).
E-mail: andre75@correo.ugr.es

Artículo recibido: 19-10-2012
Revisado: 4-4-2013
Aceptado: 21-5-2013

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