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Gaceta Sanitaria

versão impressa ISSN 0213-9111

Gac Sanit vol.20 no.2 Barcelona Mar./Abr. 2006

 

Originales

 

Medida de los pesos relativos del coste de la asistencia como efecto de la aplicación retrospectiva de los adjusted clinical groups en atención primaria

Measurement of relative cost weights as an effect of the retrospective application of adjusted clinical groups in primary care

 

 

Antoni Sicras-Mainar  Josep Serrat-Tarrés 

Badalona Serveis Assistencials, S.A., Badalona, Barcelona, España.

Dirección para correspondencia

 

 


Resumen

Objetivo: El objeto del estudio es obtener los pesos relativos medios de los costes de la asistencia con la aplicación retrospectiva de los adjusted clinical groups (ACG) en población atendida por equipos de atención primaria en situación de práctica clínica habitual.

Métodos: Estudio descriptivo de carácter retrospectivo. Fueron incluidos en el estudio todos los pacientes atendidos por 4 equipos de atención primaria durante el año 2003. Las principales mediciones fueron: variables universales (edad y sexo), dependientes (visitas y costes) y de casuística o comorbilidad. El modelo de costes para cada paciente se estableció diferenciando los costes fijos y los variables. Se efectuó un análisis de regresión lineal múltiple para la predicción de los modelos. El coste relativo de cada ACG se obtuvo dividiendo el coste medio de cada categoría entre el coste medio de toda la población de referencia.

Resultados: El número total de pacientes estudiados fue de 62.311 (intensidad de uso del 76,7%), con una media de 4,8 ± 3,2 episodios y 7,8 ± 7,5 visitas/paciente/año. La distribución de los costes fue de 24.135.236,41 €, el 28,9% fijos. El coste unitario total por visita/año fue de 49,62 ± 24,71 € y el promedio paciente/año de 387,34 ± 145,87 € (pesos relativos de referencia). El poder explicativo de la clasificación ACG fue del 50,1% en las visitas y del 54,9% para los costes totales.

Conclusiones: Los ACG se muestran como un aceptable sistema de clasificación de pacientes en situación de práctica clínica habitual. De confirmarse los resultados posibilitarían una mejora en la aplicación práctica de los ACG como una posible herramienta para la gestión clínica en los centros de atención primaria.  

Palabras clave: Adjusted clinical groups. Pesos relativos. Utilización de recursos. Atención primaria.


Abstract

Objective: The objective of the study is to obtain the cost's relative average weights of the assistance with the retrospective application of the Adjusted Clinical Groups (ACG's) in four teams of Primary Care with an attended population in the habitual clinical practice situation.

Methods: Descriptive study of retrospective character. It was included in the study all attended patients by four teams of Primary Care during year 2003. The main measures were: universal variables (age and gender), dependents (visits and costs) and casuistic and co morbidity. The model of cost per each patient was established differencing the fix costs and the variable ones. Was effected a multiple lineal regression analysis for the prediction of models. The relative cost of each ACG was obtained dividing the average cost of each category among the average cost of each population of reference.

Results: The total number of the studied patients was 62,311 (intensity of use: 76.7%), with an average 4.8 ± 3.2 episodes and 7.8 ± 7.5 visits/patient/year. The distribution of costs was 24,135,236.41 €, 28.9% for fix. The total unitary cost per visit/year was 49.62 ± 24.71 € and the average of the total cost per patient/year 387.34 ± 145.87 € (relative weights of reference). The explicative power of the classification of ACG was 50.1% in visits and 54.9% for total costs.

Conclusions: The ACG are an acceptable system of classification of patients in situation of habitual clinic practice. In case results were confirmed will make possible an improvement in the practice application of ACG as a possible tool for the clinical management in Primary Care centers.  

Keywords: Adjusted clinical groups. Relative weights. Resources utilization. Primary care.


 

Introducción

Un sistema de información sanitario responde a la necesidad de establecer un instrumento de evaluación del estado de salud de la población y de las actividades que se realizan sobre ella1. En este contexto, la mayoría de los sistemas de clasificación de pacientes han sido diseñados en Estados Unidos, con el propósito de disponer de una herramienta que posibilitara la medida en la utilización de los recursos del ámbito hospitalario2,3.

Los sistemas de clasificación de pacientes en atención ambulatoria, y en particular los de la atención primaria, no se han empleado de una forma generalizada. De todos ellos, los que agrupan el conjunto de los pacientes según un consumo similar de recursos (tabla 1) pueden facilitar la comparación de la diversidad de sujetos en grupos poblacionales4. En este sentido, los grupos clínicos ajustados (adjusted clinical groups, ACG) son un sistema de agrupación de diagnósticos que clasifica a las personas según las enfermedades que presentan durante un período de tiempo. Fueron desarrollados por Starfield5 y Weiner6 (Universidad Johns Hopkins) y su objetivo es medir el grado de enfermedad en poblaciones de pacientes, basándose en niveles de comorbilidad. Constituyen una de las posibles metodologías de ajuste del riesgo, junto con los hierarchical coexisting conditions (HCC) o los clinical risk groups (CRG), que se pueden utilizar para evaluar de una forma más precisa y equitativa, la financiación de los planes de salud de la administración (pago capitativo para grupos de proveedores) o valorar la eficiencia en la utilización de los servicios de salud.

Siguiendo la tendencia actual, las experiencias en separar la financiación, compra y provisión de servicios requieren instrumentos más precisos de evaluación y medida de la actividad asistencial realizada7. En los últimos años se está mostrando un interés creciente en la utilización de la financiación per cápita como mecanismo para la asignación de los recursos asistenciales (gestión clínica). Sistemas de salud caracterizados por la competencia entre aseguradoras (Estados Unidos, Alemania) se fundamentan en la prevención de la selección de riesgos; mientras que otros sistemas nacionales de salud (Reino Unido, Suecia) los utilizan para redistribuir los recursos en base equitativa. En Cataluña (España) también se están realizado algunas experiencias para la implantación de un sistema de compra de servicios asistenciales en base poblacional, aunque sin disponer de sistemas de información ajustados por casuística8.

En general, en nuestro país se dispone de algunas evidencias que realzan el comportamiento teórico y la adaptación de los ACG9-12, aunque es escasa la bibliografía específica de aplicación práctica13,14, y se requiere un mejor conocimiento que refuerce la consistencia de los resultados, con versiones del agrupador más actualizadas, donde sería de indudable interés disponer en nuestro entorno de los pesos medios relativos o la ponderación de los costes en los distintos grupos. El objeto del estudio es obtener los pesos relativos medios de los costes de la asistencia con la aplicación retrospectiva de los ACG en la población asistida por equipos de atención primaria en situación de práctica clínica habitual.

 

Métodos

Se realizó un estudio descriptivo de carácter retrospectivo, a partir de los registros médicos de pacientes seguidos en régimen ambulatorio y en situación de práctica clínica habitual. La población de estudio estuvo formada por las personas de ambos sexos de cuatro centros de atención primaria (ABS Apenins-Montigalá, ABS Morera-Pomar, ABS Montgat-Tiana y ABS Nova LLoreda), gestionados por Badalona Servicios Asistenciales S.A., que tiene asignados en su zona de influencia a una población de unos 81.235 habitantes, de los que un 14,1% son mayores de 64 años. La población asignada es en su mayoría urbana, de nivel socioeconómico medio-bajo, con predominio industrial (textil, comercio); el tipo de organización de los equipos es de carácter reformado, con gestión de titularidad pública y provisión de servicios privada (concertados con el CatSalut). Además, la empresa cuenta con una dotación de personal, política de formación, modelo organizativo y cartera de servicios similar a la de la mayoría de centros de atención primaria de Cataluña; con un modelo de gestión descentralizada y servicios estructurales únicos. Se incluyeron en el estudio todos los pacientes atendidos (asignados o desplazados) por el equipo, durante el año 2003, y se excluyeron los sujetos trasladados a otros centros de atención primaria y los que fallecieron durante el período de estudio.

Se obtuvo información de las siguientes variables: a) universales (edad y sexo); b) dependientes (visitas realizadas y costes de la asistencia), y c) de casuística o comorbilidad. Se utilizó la variable edad para agrupar a los pacientes por servicios asistenciales; de este modo, los rangos de edad de 0-14 años agrupan a los pacientes de pediatría, y los mayores de 14 años a los de medicina de familia. La visita realizada se definió como un contacto entre el equipo de profesionales y el paciente por una demanda o problema de salud, en el propio centro o en su domicilio. En el caso de existir una actividad realizada por dos profesionales conjuntamente, se contabilizó la que figuraba en la agenda de citaciones. Se excluyeron del estudio las visitas realizadas por la integración de especialistas en los propios centros. Se definió el episodio como un proceso de atención de una enfermedad o una demanda explícita realizada por el paciente (contacto con los servicios sanitarios). Se consideró equivalente al diagnóstico o motivo de consulta y se cuantificaron según la Clasificación Internacional de la Atención Primaria (CIAP)15. Los episodios seleccionados, no repetidos, en población atendida, se contabilizaron por las fechas de registro en el curso clínico de las historias clínicas para cada episodio/motivo de consulta, ya sea agudo o crónico, con independencia de la fecha de apertura del diagnóstico. Se realizó una conversión (mapping) de la CIAP a la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-9-MC). Para su confección se constituyó un grupo de trabajo formado por 5 profesionales (1 documentalista, 2 médicos clínicos y 2 técnicos consultores). Los criterios seguidos fueron diferentes según se estableciera una relación nula (de uno a ninguno), unívoca (de uno a uno) o múltiple (de uno a varios) entre los códigos.

El diseño del sistema de costes parciales se definió teniendo en cuenta las características de la organización, los requerimientos de información y el grado de desarrollo de los sistemas de información disponibles. La unidad de producto asistencial que sirvió de base al cálculo final fue el coste por paciente atendido durante el período de estudio. La adaptación (conciliación o depuración) de los gastos de la cuenta de pérdidas y ganancias de la contabilidad financiera, a los costes de la contabilidad analítica, se realizó en dos etapas: a) conversión de los gastos por naturaleza en costes, y b) asignación y clasificación de los costes. En la primera etapa, se excluyeron los gastos de la cuenta de resultados que no se relacionaron directamente con el proceso productivo asistencial, es decir, los gastos financieros, las pérdidas procedentes del inmovilizado, los gastos excepcionales, la variación de existencias y las provisiones procedentes de ejercicios anteriores o posteriores al período analizado. Además, también se eliminaron de las cuentas que no proceden la compra de productos intermedios externos a la organización de radiología, laboratorio o pruebas complementarias, puesto que se consideraron costes variables o de productividad. Se definieron como costes por naturaleza las partidas contables pertenecientes a los siguientes conceptos de gastos: personal (sueldos y salarios, indemnizaciones y cuotas de Seguridad Social a cuenta de la empresa), bienes de consumo (medicamentos, productos intermedios, material sanitario, instrumental; contabilizándose como coste las compras menos la variación de las existencias), y un conjunto de gastos pertenecientes a los servicios externos (limpieza, lavandería), de estructura (reparación y conservación del edificio, vestuario, material de oficina), y de gestión del centro (amortizaciones y tributos). La periodificación de los gastos se realizó en el momento de registro contable (devengo) al finalizar el ejercicio y, para el cálculo de las amortizaciones del inmovilizado, se consideraron desde la adquisición del equipo durante la vida útil del bien, en una depreciación constante anual, de acuerdo con el Plan General Contable para los Centros de Asistencia Sanitaria; en este aspecto, no se consideraron en el coste las amortizaciones de los bienes de capital. En la segunda etapa, se procedió a la asignación y clasificación de los costes. Según su dependencia con el volumen de actividad desarrollada en los centros, se consideraron los costes fijos o semifijos (criterio de imputación: costes indirectos) y los costes variables (criterio de imputación: costes directos).

Se consideraron como costes directos los relacionados con las solicitudes diagnósticas, terapéuticas o derivaciones efectuadas por los profesionales del centro. Los diferentes conceptos de estudio y su valoración económica fueron los siguientes: laboratorio (muestras solicitadas de hematología, bioquímica, serología o microbiología; gasto medio por petición), radiología convencional (peticiones de radiología simple, radiología con contraste, ecografías diversas, mamografías y ortopantomografías; tarifa por cada prueba solicitada), transporte sanitario (traslados en ambulancia; gasto medio por petición), pruebas complementarias (endoscopia digestiva, electromiografía, espirometría, telerradiografía, tomografía computarizada, audiometría, densitometría, MAPA, campimetría, pruebas de esfuerzo, ecocardiografía, y otras; tarifa por cada prueba solicitada), interconsultas (derivaciones efectuadas a los especialistas de referencia o a los centros hospitalarios de carácter ordinario o urgentes; tarifa adaptada por derivación), prescripciones (recetas a cargo del SCS, agudas, crónicas o a demanda; precio de venta al público por envase). Las tarifas utilizadas procedieron de estudios de contabilidad analítica realizados en la propia organización, facturas de productos intermedios emitidas por los diferentes preveedores o de precios establecidos por el SCS16,17.

Los costes por naturaleza de personal, bienes de consumo, servicios externos de estructura y gestión se consideraron como costes fijos o semifijos (criterio de imputación: costes indirectos). Se valoraron varias alternativas de reparto a posibles centros de coste asistenciales o no asistenciales mediante distribución primaria a los servicios finales de medicina de familia y pediatría de cada centro. Se obtuvo un coste medio por visita realizada y se efectuó un reparto directo final para cada paciente. Por tanto, el coste por paciente (Cp), en función del servicio final asignado fue: Cp = (coste medio por visita x número de visitas [costes indirectos]) + (costes variables [costes directos]). El coste relativo de cada ACG se obtuvo dividiendo el coste medio de cada categoría entre el coste medio de toda la población de referencia. De esta forma, se obtuvo el PR de cada grupo respecto al coste medio total.

El algoritmo de funcionamiento del Grouper ACG versión 6.0 está formado por una serie de pasos consecutivos hasta la obtención de los 106 ACG grupos mutuamente excluyentes para cada paciente atendido. Para la construcción de un ACG se requiere la edad, el sexo y los motivos de consulta o diagnósticos codificados según la CIE-9-MC. El proceso de CIE-9-MC en ACG consta de 4 etapas, las dos primeras con el propósito de agrupar una serie de condiciones por similar consumo de recursos y las dos últimas con el objetivo de combinar las agrupaciones más frecuentes. La primera etapa agrupa los diagnósticos de la CIE-9-MC a 34 ambulatory diagnostic groups (ADG) (un paciente puede tener uno o más ADG); la segunda a 12 collapsed ambulatory diagnostic groups (CADG); la tercera a 25 major ambulatory categories (MAC), y la cuarta a ACG, por lo que cada paciente es asignado a un solo grupo de isoconsumo de recursos.

Como paso previo al análisis, y en particular a la fuente de información perteneciente a las historias clínicas informatizadas (OMI-AP), se revisaron cuidadosamente los datos, observando sus distribuciones de frecuencia y buscando posibles errores de registro o de codificación. Los datos se obtuvieron de forma informatizada, respetándose la confidencialidad de los registros marcada por la ley. Las variables estudiadas han sido exploradas con la prueba de conformidad de Kolmogorov-Smirnov. La transformación de las variables coste económico y visitas se realizó a partir del logaritmo neperiano. El cálculo del poder explicativo de la clasificación se ha establecido a través del cociente de determinación entre la varianza intragrupo y la varianza total. La relación de variables cuantitativas se efectuó con la correlación lineal de Pearson y las cualitativas con la χ 2. Además, se efectuó un análisis de regresión lineal múltiple (procedimiento por pasos) para la predicción de los dos modelos utilizados; un modelo considera como variables independientes la edad y el sexo; el otro incluye además el número de ADG por paciente. La agrupación y relación de las medidas se efectuó con el programa informático Microsoft Access. El análisis estadístico se estableció con un nivel de significación del 5%, mediante el aplicativo SPSSW 9.0.

 

Resultados

El número de habitantes adscritos a los centros de atención primaria durante el año 2003 fue de 81.235, un 84,7% a medicina de familia y un 15,3% a pediatría. En la tabla 2 se detallan las características generales de la serie estudiada, así como algunos indicadores unitarios. La frecuentación fue de 6,0 visitas/habitante/año, siendo superior en el servicio de pediatría 9,6 visitas/habitante/año (n = 62.311), con una media de 4,8 ± 3,2 episodios y 7,8 ± 7,5 visitas realizadas por paciente/año. La edad media de las mujeres, 38,2 ± 21,6 años, fue superior a la de los hombres, 36,8 ± 24,7 años (p < 0,001). Destaca la fuerte asociación entre el número de visitas realizadas y los episodios atendidos (r = 0,781) en los pacientes (p < 0,0001).

La distribución de los costes se detalla en la tabla 3. Los costes fijos o semifijos representan el 28,9% y los variables el 71,1% sobre el total, destacando en un 65,2% la prescripción farmacéutica. Por tanto, el coste unitario total por visita realizada/año fue de 49,62 ± 24,71 € y el promedio de coste total por paciente/año de 387,34 ± 145,87 € (pesos relativos de referencia).

Las visitas realizadas y el coste de los pacientes atendidos se consideraron variables dependientes. Se realizaron dos supuestos para medir el ajuste de los modelos (R2, coeficiente de determinación) (tabla 4). En el modelo 1, la edad y el sexo explican el 22,3% de la variabilidad del coste, en la transformación logarítmica. Cuando se incluye el número de ADG, modelo 2, aumenta el poder explicativo de las variables dependientes (p < 0,0001). El poder explicativo de la variabilidad de la clasificación ACG fue del 50,1% en las visitas y del 54,9% (con transformación) para los costes totales por paciente.

El número total de episodios (carga de morbilidad atendida) fue de 297.750. Cabe destacar que en 28 categorías ACG (de las 106 posibles) no se agrupó a ningún paciente, puesto que el estudio se realizó con población atendida (no adscrita); no se detectaron errores de codificación y todos los pacientes atendidos se incluyeron en alguna categoría. El 89,5% de la casuística atendida se agrupa en 30 ACG, el 77,9% en 20 y el 55,6 en 10 (entre los más frecuentes destacan: 0300: aguda leve, mayores de 5 años; 4100: combinación de otros 2 o 3 ADG, mayores de 34 años; 4910: combinación de otros 6 a 9 ADG, mayores de 34 años, con menos de 2 ADG graves; 2100: aguda leve y recurrente, mayores de 5 años, sin alergias; 4410: combinación de otros 4 o 5 ADG, mayores de 44 años, sin ADG graves; 1800: aguda leve y aguda grave; 0500: recurrente, sin alergias; 4420: combinación de otros 4 o 5 ADG, mayores de 44 años, con 1 ADG grave, respectivamente) (tabla 5). Esta distribución no mostró diferencias significativas por cada centro estudiado (rango, 51,5-53,7%) respectivamente, en los 8 más frecuentes. En 34 categorías de la clasificación se agrupan 23.308 pacientes (37,4%) con un peso relativo (PR) medio de coste superior a 1; mientras que en 44 categorías se agrupan 39.003 (62,6%) con un PR medio del coste, inferior al promedio del coste total por paciente/año. Hay una elevada correlación (fig. 1) entre los pesos medios de las visitas y el coste total por paciente/año atendido (coeficiente de determinación: 0,5482; p < 0,0001).

 

Discusión

Los estudios realizados en nuestro medio de aplicación práctica sobre ACG son escasos9-14; además, sin una adecuada estandarización de las metodologías en cuanto a las características de los centros y en el número y medida de las variables utilizadas en el análisis18, los resultados deben interpretarse con prudencia y dentro del escenario de política sanitaria, de proveedor de servicios y de gestión que le son propios. No obstante, estos imponderables no invalidan el conocimiento actual que se tiene de los centros de atención primaria, donde debería haber una similitud en los estilos de práctica clínica y de modelo organizativo que no influyera en los resultados19-21.

El agrupador necesita un número de variables limitado para cada paciente: edad, sexo y diagnósticos. Esta simplicidad de uso se ajusta a las necesidades de la atención primaria de salud, con un gran volumen de información en el manejo diario, limitación en el tiempo asistencial, coexistencia de profesionales y reiteración de pacientes a lo largo del tiempo4,9. Este aspecto contrasta en nuestro entorno con la necesidad de superar algunas dificultades para un adecuado desarrollo4 (variabilidad y complejidad de la atención primaria, uniformidad en la codificación de los diagnósticos, escasa disponibilidad de bases de datos amplias y fiables8, informatización en los centros, consenso entre profesionales), para disponer de una clara uniformidad y calidad en la obtención de los datos22 y favorecer un lenguaje común entre profesionales y gestores9,23.

A modo de ejemplo, el Servei Català de la Salut ha puesto en funcionamiento una experiencia piloto para evaluar la implantación de un sistema de compra de servicios en base poblacional en 5 áreas de Cataluña8. En este aspecto, el papel de los ACG en la financiación podría tener su aplicación desde un efecto de ajuste, hasta el posible establecimiento de tasas específicas de capitación, según la proporción de usuarios de cada categoría, sin recurrir al cálculo complejo de los costes reales por cada paciente. Resulta de interés la capacidad de distinguir entre las personas potencialmente utilizadoras de servicios sanitarios, de las que realmente se han atendido; por tanto, un posible escenario para el debate en la financiación de los equipos de atención primaria sugiere una combinación mixta: a) ponderación de los costes estructurales vinculados a la accesibilidad; b) presencia de los costes variables en función de la casuística (ACG) y la complejidad de los pacientes, y c) objetivos de calidad derivados de la política deseada por el comprador y esperada por el cliente.

Un aspecto práctico de interés, coincidente con otros autores5-7,9, es la posibilidad del sistema ACG como un instrumento relativamente neutral en cuanto a la medida de la atención sanitaria, puesto que ofrece pocas posibilidades de perversión. Es menos probable que se modifique innecesariamente la carga de morbilidad del paciente que la programación de visitas o procedimientos diagnósticos9,24-25.

Los costes fijos o semifijos representan el 28,9% y los variables el 71,1% sobre el total, destacando en un 65,2% la prescripción farmacéutica. Por tanto, el cos-te unitario total por visita/año realizada fue de 49,62 ± 24,7 c y el promedio de coste total por paciente/año de 387,34 ± 145,87 c . Estos resultados son poco concordantes en un contexto absoluto, pero orientativos en un sentido relativo o proporcional26,27, y ponen de manifiesto la dificultad operativa en la cuantificación de las diferencias demográficas poblacionales, la estructura del sistema sanitario del país de origen o los patrones de atención realizados. El coste total de los pacientes atendidos (tabla 4) se consideró como una variable dependiente, uno de los modelos de regresión (edad y sexo, con transformación logarítmica, modelo 1) explicó el 22,3% de la variabilidad en el ajuste. Es importante destacar que este resultado puede considerarse excesivo en este tipo de modelos, y puede sugerir la coexistencia de algún artefacto estadístico, un mejor refinamiento en la medida de las variables utilizadas o deberse a un hallazgo casual. El poder explicativo de la clasificación ACG fue del 50,1% en las visitas y del 54,9% para los costes totales por paciente. Todos estos resultados son consistentes según diversos autores5-7,9-11,23, y coincidentes con recientes publicaciones26,27. No obstante, estos resultados deben interpretarse como muy positivos, y ponen de manifiesto la consistencia de esta clasificación en la medida de la morbilidad y la utilización de los recursos en nuestro medio.

La casuística atendida no mostró diferencias porcentuales en la distribución por los grupos de la clasificación entre los centros estudiados, observándose una gran homogeneidad entre los centros estudiados. Estos resultados son comparables a los obtenidos por otros estudios revisados, nacionales9-14 o internacionales5-7,21,23,24 en su mayoría, salvando las dificultades de comparar resultados con versiones de agrupador diferentes. Además, la compatibilidad entre clasificaciones diagnósticas y la recodificación a nuevas versiones sólo se puede garantizar plenamente si se conservaran las descripciones literales de los diagnósticos. Por tanto, la conversión de CIAP a CIE-9-MC utilizada en el estudio se mostró adecuada.

Las limitaciones más destacadas deben relacionarse con el grado de maduración de los sistemas de información desarrollados en el estudio, la exactitud de medida de los costes, o la posible variabilidad y/o gravedad28 en la selección del episodio de atención por parte de los diferentes facultativos, que puede ocasionar efectos de contaminación entre los grupos o la existencia de poca especificidad clínica. Pero la mayor limitación se presenta en la validez externa de los resultados, en dos aspectos: a) los centros estudiados no son representativos de un universo general, son centros pertenecientes a una organización sanitaria particular, y b) el número de pacientes incluidos en el estudio (n = 62.311) es poco elevado para este tipo de generalizaciones.

Los ACG han sido diseñados como medida del estado de salud (carga de morbilidad) y, presumiblemente, de los recursos sanitarios consumidos en un conjunto de grupos de individuos; por tanto, las futuras investigaciones en el ámbito de la atención primaria pueden tener su aplicación (junto con otras metodologías) en la financiación de los centros (ajuste de riesgos como pago capitativo7,27,29) y en la utilización de los recursos sanitarios (gestión clínica23,24). El cálculo de los índices de riesgo, complejidad o carga de morbilidad, o de eficiencia, a partir de una estandarización indirecta utilizando como parámetros de referencia los pesos relativos, sería de una indudable aplicación práctica. A través de su seguimiento en el tiempo será posible la mejora de la calidad de los datos2,20, la monitorización de las tendencias y el diseño de escenarios que pueden orientar la planificación y una mejor distribución de los recursos.

En conclusión, los ACG se muestran como un aceptable sistema de clasificación de pacientes en situación de práctica clínica habitual. La metodología se ha mostrado adecuada para promover el cálculo de los pesos relativos en cada categoría de la clasificación. De confirmarse los resultados posibilitarían una mejora en la aplicación práctica de los ACG como una posible herramienta para la gestión clínica en los centros de atención primaria.

Agradecimientos

A J. Codes, R. Navarro (Badalona Serveis Assistencials, S.A.), B. Bolíbar (Fundación Gol i Gurina) y C. Illa y A. Arias (IASIST), por el soporte metodológico y operativo ofrecido a lo largo del estudio. A los diferentes profesionales de los centros, por su constante introducción de datos en el día a día, ya que sin su aportación no hubiera sido posible la realización de este estudio. Nuestro agradecimiento a los comentarios efectuados por los revisores de Gaceta Sanitaria a la versión anterior de este manuscrito.

 

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Dirección para correspondencia: 
Antoni Sicras Mainar.
Badalona Serveis Assistencials, S.A.
Gaietà Soler, 6-8. 08911 Badalona. Barcelona. España.
Correo electrónico: asicras@bsa.gs

Recibido: 14 de febrero de 2005.
Aceptado: 25 de octubre de 2005.



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