SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.24 número2Promoción de la salud frente al cambio climáticoDescargas de cascarilla de soja en Tarragona y riesgo de epidemias de asma índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • En proceso de indezaciónCitado por Google
  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO
  • En proceso de indezaciónSimilares en Google

Compartir


Gaceta Sanitaria

versión impresa ISSN 0213-9111

Gac Sanit vol.24 no.2 Barcelona mar./abr. 2010

 

ORIGINAL

 

Factores relacionados con el acoso escolar (bullying) en los adolescentes de Barcelona

Factors related to bullying in adolescents in Barcelona (Spain)

 

 

Xavier Garcia Continentea, Anna Pérez Giméneza,b y Manel Nebot Adella,b

aServicio de Evaluación y Métodos de Intervención, Agencia de Salud Pública de Barcelona, España
bCIBER de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP), España

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

Objetivos: La violencia y el acoso escolar constituyen un problema social y de salud que ha generado una gran alarma en los últimos años. En este estudio se describe el acoso escolar y los factores relacionados en estudiantes de Barcelona.
Métodos: Estudio transversal de una muestra representativa de 2.727 estudiantes de 66 centros escolares de secundaria de Barcelona. Se definió «acoso escolar» como haber sido objeto de burla, golpeado o marginado cuatro o más veces, o al menos una vez en cada uno de los ítems, en los últimos 12 meses. Se realizó un análisis de regresión logística bivariado y multivariado para estudiar la relación entre el acoso y diversos factores, incluyendo variables sociodemográficas, actitudes y comportamientos.
Resultados: La prevalencia de acoso escolar fue del 18,2%, 10,9% y 4,3% en chicos, y del 14,4%, 8,5% y 4,5% en chicas de 2o y 4o de educación secundaria obligatoria y 2o de bachillerato o ciclos formativos de grado medio, respectivamente. Los factores que se asociaron con un incremento de la probabilidad de padecer acoso fueron el estado de ánimo negativo y la conducta violenta, mientras que tener mayor edad, el consumo de riesgo de alcohol, el consumo de cannabis e ir a bares y discotecas se asociaron negativamente.
Conclusiones: Los resultados confirman la relevancia del problema del acoso escolar en nuestro medio, y señalan diversos factores asociados, como el estado de ánimo negativo y varios comportamientos de riesgo, que deberían ser analizados con detalle en estudios longitudinales para diseñar e implementar programas preventivos apropiados.

Palabras clave: Acoso escolar. Adolescente. Factores relacionados.


ABSTRACT

Objectives: Violence and bullying in the school setting are a serious social and health problem that have created great alarm in the last few years. We aimed to describe bullying and factors related to this phenomenon in students in the city of Barcelona.
Methods: We performed a cross-sectional study of a representative sample of 2,727 students from 66 secondary schools in Barcelona. Bullying was defined as having been laughed at, hit or marginalized four or more times, or as having been the target of all three of these behaviors at least once, in the last 12 months. To analyze the associations among bullying and related factors including sociodemographic variables, attitudes and behaviors, we used bivariate and multivariate logistic regression.
Results: The prevalence of bullying was 18.2%, 10.9% and 4.3% in boys and 14.4%, 8.5% and 4.5% in girls in the 8th, 10th and 12th grades, respectively. Factors associated with an increased likelihood of being bullied were negative mood states and violent behavior, while being older, alcohol consumption, cannabis use and going to bars and discos were negatively associated with being bullied.
Conclusions: This study confirms that bullying is a serious problem in our context and identifies certain factors, such as negative mood states and other risk behaviors. These factors should be further analyzed in longitudinal studies in order to design and implement appropriate prevention programs.

Key words: Bullying. Adolescent. Related factors.


 

Introducción

El acoso escolar (bullying) ha sido objeto de creciente atención y alarma social en los últimos años, aunque se trata probablemente de un fenómeno que ha estado siempre presente en nuestra sociedad1. Desde el primer estudio longitudinal realizado por Olweus en Noruega, en 19832,3, numerosos estudios han abordado este fenómeno en diversos países desarrollados, donde la importancia social del acoso escolar ha ido en aumento4. El acoso escolar se da en niños y adolescentes durante la etapa escolar, y ha sido definido de manera diferente por parte de distintos autores, si bien todos ellos coinciden en que implica un abuso de poder que se produce de forma repetitiva y con intención de hacer daño5,6. Este fenómeno puede presentarse de diferentes formas: maltrato físico (pegar, robar, empujar), maltrato verbal (insultar, despreciar), exclusión social (ignorar, marginar) o abuso sexual7,8. Recientemente también se ha empezado a considerar una nueva forma de acoso denominada «ciberacoso», la cual se desarrolla a través de las nuevas tecnologías (correo electrónico, móvil, Internet)5,9,10.

Según datos obtenidos en el estudio Health Behavior in School-aged Children (HBSC) durante el curso 2005-2006, los porcentajes de ser víctima de acoso escolar difieren entre los distintos países participantes en el estudio, con proporciones entre el 3% y el 33% en los adolescentes de 11 a 15 años11. Otro estudio más reciente realizado en 11 países europeos con niños y adolescentes de 8 a 18 años señala que la proporción de los que padecen acoso escolar es del 20,6%, y que concretamente en España esta cifra alcanza el 23,7%12. Según una encuesta realizada por el Defensor del Pueblo en el año 2006 a una muestra de alumnos de secundaria, casi un tercio de ellos era víctima de maltrato verbal, un 16% declaraba que le escondían cosas, un 10% afirmaba sufrir exclusión social y un 4% padecer maltrato físico directo13. En Cataluña, la encuesta Convivència Escolar i Seguretat a Catalunya (2005-2006) abordaba el acoso escolar en una muestra de alumnos de entre 8 y 18 años, y mostraba que el maltrato verbal era el más frecuente, seguido del maltrato físico14.

Entre los factores que se han descrito asociados al acoso escolar se encuentran el sexo (ser chico)4,15,16, la edad (más frecuente entre los 10 y 14 años), factores familiares (sobreprotección de los padres)4,17,18 y el consumo de sustancias adictivas como tabaco, alcohol y otras drogas de abuso19,21,20. A su vez, tanto estudios transversales como longitudinales han asociado el hecho de sufrir acoso escolar con problemas psicopatológicos como depresión, ansiedad15,22-25 o trastornos alimentarios8.

El acoso es un fenómeno que está presente de manera reiterada en cualquier centro escolar y que causa problemas de salud, que se han descrito en diferentes estudios longitudinales24,25. Por este motivo es importante diseñar intervenciones efectivas dirigidas a disminuir la incidencia y la prevalencia del acoso y sus consecuencias. No obstante, actualmente no hay datos específicos de la ciudad de Barcelona. El objetivo de este estudio fue describir el fenómeno del acoso escolar experimentado por la población escolar de Barcelona y detectar los factores con que puede estar relacionado.

 

Métodos

Se realizó un estudio transversal con datos obtenidos en la encuesta FRESC (Factores de Riesgo en Escolares de Barcelona) 2004, autocontestada, que se administra periódicamente a muestras representativas de escolares de Barcelona desde 1987 con el fin de conocer los comportamientos de riesgo relacionados con la salud en los jóvenes de Barcelona. La encuesta FRESC aborda diversos temas, como el consumo de tabaco, alcohol y otras sustancias adictivas, la alimentación, la sexualidad, comportamientos relacionados con accidentes, tiempo libre y salud mental, y relaciones con los demás. Los ítems sobre el consumo de tabaco y alcohol se obtuvieron de la primera encuesta FRESC (1987), que fue validada en 1989. La mayoría de los ítems de consumo de sustancias, alimentación, sexualidad, accidentes y tiempo libre se introdujeron en la encuesta FRESC 1996, y los de salud mental y relaciones con los demás se incluyeron por primera vez en 2004, adaptados de diferentes cuestionarios internacionales, como el HBSC (2002) y el Youth Risk Behavior Survey, que ya habían sido validados anteriormente. El universo del estudio eran los aproximadamente 25.200 estudiantes de 2o y 4o de educación secundaria obligatoria (ESO), 9.244 estudiantes de 2o de bachillerato y 3.085 estudiantes de 2o curso de ciclos formativos de grado medio (CFGM) matriculados en escuelas públicas, concertadas o privadas de la ciudad, en el curso 2003-2004, según datos facilitados por el Instituto Municipal de Educación26.

El tamaño de la muestra se estableció en 1.000 alumnos por curso, lo que representaba el 10% de la población del estudio para cada curso escolar, con una proporción esperada de no respuestas del 20%. Para la obtención de la muestra se realizó un muestreo aleatorio estratificado por tipo de escuela (pública, privada o concertada), curso académico, tamaño de la escuela y nivel socioeconómico del distrito donde estaba ubicada la escuela (bajo, medio y alto, según el Índice de Capacidad Económica Familiar —ICEF— correspondiente al año 1996)27, y se consideró como unidad muestral el aula.

De los 282 centros escolares de Barcelona, se solicitó colaboración a los 66 seleccionados mediante el muestreo, de los cuales en cinco no se obtuvo respuesta (tres por inexistencia del curso en cuestión, uno por ser un centro de educación especial y otro sin especificar la causa). Estos centros fueron sustituidos por otros de características similares en cuanto a nivel socioeconómico del barrio donde estaban ubicados, tipo de escuela, tamaño de la escuela y curso académico28. La encuesta se administró a los alumnos de las aulas seleccionadas en horario lectivo, por personal del equipo investigador previamente entrenado y en presencia del tutor de los alumnos, durante los meses de febrero, marzo y abril de 2004.

Variables del estudio

Todas las variables de este estudio fueron creadas a partir de diferentes preguntas realizadas en la encuesta FRESC 2004. El acoso escolar se definió a partir de una pregunta con tres ítems: «Durante los últimos 12 meses…: ¿se han reído de ti o te han insultado en la escuela o durante el camino a la escuela?; ¿te han golpeado, atacado o amenazado en la escuela o durante el camino a la escuela?; y ¿a veces tus compañeros te marginan: te rechazan del grupo?». Las respuestas tenían cinco opciones: nunca, una vez, dos veces, tres veces, o cuatro veces o más. De forma operativa se definió la variable «acoso escolar» como una variable categórica dicotómica, considerando que existía acoso cuando había una respuesta de cuatro o más veces a alguno de los ítems anteriores, o bien cuando había una respuesta positiva en cada una de las tres acciones anteriores a al menos una vez en los últimos 12 meses.

Los posibles factores asociados al acoso escolar incluidos en este estudio fueron el sexo, la edad (variable continua), el tipo de escuela (pública, concertada o privada), el nivel socioeconómico del alumno (alto, medio o bajo, según el ICEF correspondiente al año 1996 del distrito de residencia del alumno), el núcleo de convivencia (convivir con padre y madre u otras situaciones de convivencia), el nivel académico percibido por el propio alumno (alto, medio o bajo, según se considere en el tercio más alto, en el del medio o en el más bajo de la clase), el consumo regular de tabaco (fumar al menos un cigarrillo a la semana), el consumo de riesgo de alcohol (responder afirmativamente al menos a dos de las siguientes cuestiones: beber en bares, discotecas o fiestas con amigos; haber consumido cuatro o más copas en una misma ocasión; y haberse emborrachado una o más veces en los últimos 6 meses), el consumo experimental de cannabis (haber probado alguna vez el cannabis), el consumo de otras sustancias de abuso ilegales (haber probado alguna vez alguna de las sustancias ilegales listadas en el cuestionario FRESC —excepto el cannabis—), las actividades de ocio nocturno (ir a bares o discotecas al menos una vez por semana), las actividades extraescolares organizadas (realizar actividades organizadas por la escuela, centros juveniles o parroquias, o bien realizar deporte extraescolar al menos una vez por semana), la conducta antisocial (dos respuestas positivas entre los tres ítems siguientes: pelearse con los demás, romper cosas y coger cosas de los demás), la conducta violenta (haberse peleado dos o más veces en los últimos 12 meses), y una variable que recogía el estado de ánimo del alumno. De forma operativa, se consideró un estado de ánimo negativo cuando se respondía afirmativamente al menos a tres de los siguientes ítems: sentirse muy cansado para hacer cosas; sentirse con dificultad para dormirse o despertarse antes de la hora; sentirse desplazado, triste o deprimido; sentirse desesperanzado de cara al futuro; sentirse nervioso o en tensión; y sentirse aburrido28.

Análisis estadístico

Todos los datos se analizaron mediante los paquetes estadísticos STATA v.9 y SPSS v.13.0. Para determinar la relación entre los factores asociados y el acoso escolar, se realizó el análisis de regresión logística bivariada y un posterior análisis multivariado usando aquellas variables en que se observó una asociación significativa en el análisis bivariado. Todos los análisis se realizaron estratificando por sexo.

 

Resultados

La muestra final del estudio fue de 2.727 estudiantes (1.018 de 2o de ESO, 957 de 4o de ESO y 752 de 2o de bachillerato o CFGM), con una edad media en los tres grupos de 13,7, 15,7 y 17,9 años, respectivamente. La tasa respuesta fue de un 80,9% (83,7% en ESO y 74,5% en bachillerato y CFGM). La tabla 1 muestra las características sociodemográficas de la muestra. La distribución por sexo fue similar, la mayoría de los estudiantes pertenecían a una escuela concertada (61,4%) y casi el 75% de la muestra pertenecía a un nivel socioeconómico medio o alto.

 

 

La tabla 2 muestra la distribución de acoso escolar y de los tres componentes que lo conforman por curso y sexo. La prevalencia de acoso escolar era más elevada en 2o de ESO (18,2% en chicos y 14,4% en chicas) y disminuía con la edad, hasta el 10,9% y el 8,5% en chicos y chicas de 4o de ESO, respectivamente, y el 4% en ambos sexos en 2o de bachillerato y CFGM. En general, la frecuencia de ser víctima de acoso era más alta entre los chicos que entre las chicas. La diferencia entre ambos sexos era mayor en 2o de ESO y disminuía en cursos más avanzados, siendo muy similar en 2o de bachillerato y en CFGM. El maltrato verbal (haber sido objeto de burlas o insultos) se daba en mayor porcentaje, seguido de la exclusión social (haber sido marginado) y el maltrato físico (haber sido golpeado, atacado o amenazado).

Los resultados obtenidos en los análisis bivariados y multivariados realizados entre el acoso escolar y los diferentes factores relacionados estudiados, en ambos sexos, se presentan en la tabla 3. En ambos sexos, el aumento de la edad se asoció significativamente con una menor probabilidad de acoso en el modelo multivariado, obteniendo una odds ratio (OR) de 0,81 (intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 0,71-0,93) en los chicos y de 0,78 (IC95%: 0,67-0,89) en las chicas. Presentar un estado de ánimo negativo (chicos, OR: 3,22, IC95%: 2,12-4,88; chicas, OR: 3,24, IC95%: 2,11-4,96) y tener una conducta violenta (chicos, OR: 2,00, IC95%: 1,36-2,94; chicas, OR: 1,64, IC95%: 1,11-2,42) se asociaron significativamente a una mayor probabilidad de padecer acoso escolar.

Entre los chicos, ser fumador regular de tabaco, consumidor de riesgo de alcohol, consumidor experimental de cannabis y realizar actividades de ocio nocturno se asociaron significativamente con una menor probabilidad de sufrir acoso. Por otro lado, presentar una conducta antisocial se asoció positivamente al acoso en el análisis bivariado. No obstante, los factores de riesgo que mantuvieron una asociación estadísticamente significativa al ajustar por las demás variables fueron el consumo experimental de cannabis (OR: 0,41, IC95%: 0,26-0,65) y la realización de actividades de ocio nocturno (OR: 0,62, IC95%: 0,40-0,96).

Entre las chicas se observó una menor probabilidad de ser víctima de acoso escolar en las consumidoras de riesgo de alcohol, con una OR ajustada de 0,50 (IC95%: 0,32-0,78). En el análisis bivariado, el consumo experimental de cannabis y la realización de actividades de ocio nocturno se habían asociado negativamente al acoso, mientras que la conducta antisocial se relacionó de manera positiva. Sin embargo, estos factores no mantuvieron la significación estadística en el análisis multivariado.

 

Discusión

Los resultados reflejan una elevada prevalencia de acoso escolar (10,7%) entre los estudiantes de Barcelona. Los chicos presentaban unos porcentajes de acoso ligeramente más altos que las chicas, diferencia que aumentaba en 2o de ESO y disminuía en los cursos sucesivos. Con respecto a la edad, los alumnos de 2o de ESO declaraban ser víctimas de acoso escolar con mayor frecuencia que los otros grupos, y se observa una tendencia descendente de la prevalencia de acoso en los cursos superiores. Estos resultados coinciden con los descritos en otros estudios que han analizado el fenómeno del acoso escolar14,29,30.

Al igual que en estudios previos, se halló una asociación significativa entre ser víctima de acoso escolar y tener un estado de ánimo negativo. Esta asociación fue descrita previamente por Díaz-Atienza et al15, que señalaron que las víctimas de acoso escolar solían presentar problemas de sueño, baja autoestima y depresión. Due et al31 y Fekkes et al32 observaron una fuerte relación entre ser víctima de acoso escolar y sentirse cansado, sentirse nervioso y sentirse desplazado, además de tener dificultades para dormir. Diversos estudios22,23, entre ellos uno de naturaleza longitudinal dirigido por Bond et al25, habían relacionado los síntomas de depresión y ansiedad con el acoso escolar. A pesar de las limitaciones de los estudios transversales, nuestros resultados son consistentes con los conocimientos previos y apoyan la existencia de una estrecha relación entre el acoso y problemas de salud mental entre los jóvenes.

Anteriormente, padecer acoso escolar se ha relacionado negativamente con el consumo de alcohol y el consumo de tabaco19,21,20. En un estudio transversal, Kaltiala-Heino et al20 indicaron que las víctimas de acoso tenían una menor probabilidad de consumir alcohol en exceso que los alumnos que no lo sufrían, mientras que en los agresores se observaba una prevalencia de consumo superior. Nuestros resultados siguen la misma dirección de estos estudios citados, al observar una menor probabilidad de padecer acoso escolar entre las chicas consideradas consumidoras de riesgo de alcohol. Entre los chicos, se encontró una menor prevalencia de consumidores de riesgo de alcohol entre las víctimas de acoso, que fue estadísticamente significativa en el análisis bivariado, aunque esta asociación no se mantuvo en el análisis multivariado. En cuanto al consumo de tabaco, Forero et al21 describieron una asociación negativa entre el consumo de tabaco y sufrir acoso escolar, y señalaban que las víctimas de acoso tenían menor probabilidad de ser fumadores (fumar al menos un cigarrillo a la semana) con respecto a los alumnos no afectados por el acoso. No obstante, otros estudios no han encontrado diferencias significativas de la prevalencia de fumadores entre víctimas y alumnos no afectados33. El análisis de regresión logística realizado en nuestro estudio no mostró una asociación significativa entre el acoso escolar y el consumo regular de tabaco. Sin embargo, entre las víctimas había una menor prevalencia de fumadores regulares en chicos y chicas, incluso con diferencias estadísticamente significativas en el análisis bivariado en chicos. Además, entre los chicos que iban a bares y discotecas (actividades de ocio nocturno) al menos una vez por semana, se observó una menor probabilidad de sufrir acoso. Este dato concuerda con los resultados citados anteriormente, puesto que es precisamente en estos lugares donde los escolares presentan unos patrones de mayor consumo de tabaco y alcohol.

Entre las limitaciones del estudio, es importante tener en cuenta que los datos analizados provenían de un cuestionario general sobre factores de riesgo en estudiantes de secundaria que no había sido específicamente diseñado para estudiar el acoso escolar. Esto, junto con la falta de una única definición de acoso escolar, conllevó cierta dificultad en la creación de la variable de interés. A pesar de ello, se elaboró una definición operativa de acoso lo suficientemente sensible para obtener un número de víctimas de acoso que fuera discriminativo. Por otro lado, la encuesta sólo permitía obtener datos de la víctima, con lo cual no se dispone de información del agresor y los resultados obtenidos se limitan a datos de victimización.

En segundo lugar, el cuestionario estaba basado en la autodeclaración de conductas y consumos, por lo que la validez de las respuestas era limitada, pudiendo dar lugar a cierto sesgo de información. No obstante, el anonimato de los cuestionarios favorecía que hubiera una mayor sinceridad a la hora de contestar las preguntas. Por último, el carácter transversal del estudio no permitió establecer una relación causal entre el acoso escolar y los diferentes factores asociados. Sin embargo, fue posible realizar un análisis descriptivo que permitirá diseñar futuros estudios longitudinales que indicarán el sentido de la asociación.

A pesar de las limitaciones comentadas, éste es el primer estudio que muestra datos descriptivos del fenómeno del acoso escolar y de sus principales factores relacionados en la ciudad de Barcelona. Los resultados reflejan la magnitud del acoso escolar en nuestro medio y la necesidad de diseñar programas preventivos, a la vez que aportan indicios sobre cómo seguir investigando el tema, ampliando el conocimiento existente sobre sus indicadores y factores relacionados.

 

Conflicto de intereses

Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

 

Agradecimientos

Los responsables del estudio desean expresar su agradecimiento a todos los profesores y alumnos de los centros participantes, y a los equipos de salud comunitaria de cada distrito, que colaboraron en el pase de los cuestionarios.

 

Bibliografía

1. Serrano Sarmiento A, Iborra Marmolejo I. Informe "Violencia entre compañeros en la escuela" Madrid: Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia; 2005. Serie de documentos: 9.        [ Links ]

2. Díaz-Aguado Jalón M.J. La violencia entre iguales en la adolescencia y su prevención desde la escuela. Psicothema. 2005; 17:549-58.        [ Links ]

3. Olweus D. Low school achievement and aggressive behaviour in adolescent boys. En: Magnusson D, Allen V, editores. Human development. An interactional perspective. New York: Academic Press; 1983. p. 353-65.        [ Links ]

4. Benítez JL, Justicia F. El maltrato entre iguales: descripción y análisis del fenómeno. Rev Electron Investig Psicoeduc Psicopedag (revista en Internet). 2006;4:151-70. (Acceso 16 de enero de 2008.) Disponible en: http://www.investigacion-psicopedagogica.org/revista/articulos/9/espannol/Art_9_114.pdf.        [ Links ]

5. McGuinness T.M. Dispelling the myths of bullying. J Psychosoc Nurs Ment Health Serv. 2007; 45:19-22.        [ Links ]

6. Olweus D. Bullying at school: what we know and what we can do. Oxford: Blackwells; 1993.        [ Links ]

7. Defensor del pueblo. Violencia escolar: el maltrato entre iguales en la educación secundaria obligatoria. Informes, estudios y documentos. Madrid; 2000.        [ Links ]

8. Colell J., Escudé C. La violencia entre iguals a l'escola: el bullying. Àmbits de psicopedagogía. 2002; 4:20-4.        [ Links ]

9. Ortega R., Calmaestra J., Mora Merchán J. Cyberbullying. International Journal of Psychology and Psichological Therapy. 2008; 8:183-92.        [ Links ]

10. Kowalski R.M., Limber S.P. Electronic bullying among middle school students. J Adolesc Health. 2007; 41(6 Suppl 1):S22-30.        [ Links ]

11. Currie C, Nic Gabhainn S, Godeau E, et al. Inequalities in young people's health. Health behavior in school-aged children: international report from the 2005-2006 survey. Edinburgh; 2008. Health Policy for Children and Adolescents, No. 5.        [ Links ]

12. Analitis F., Velderman M.K., Ravens-Sieberer U., et al. Being bullied: associated factors in children and adolescents 8 to 18 years old in 11 European countries. Pediatrics. 2009; 123:569-77.        [ Links ]

13. Defensor del pueblo. Violencia escolar: el maltrato entre iguales en la educación secundaria obligatoria 1999-2006. Informes, estudios y documentos. Madrid; 2007.        [ Links ]

14. Enquesta de convivencia escolar i seguretat a Catalunya. Curs 2005-2006. Barcelona: Generalitat de Catalunya.        [ Links ]

15. Díaz-Atienza F., Prados Cuesta M., Ruiz-Veguilla M. Relación entre las conductas de intimidación, depresión e ideación suicida en adolescentes: resultados preliminares. Revista de Psiquiatría y Psicología del Niño y del Adolescente. 2004; 4:10-9.        [ Links ]

16. Liang H., Flisher A.J., Lombard C.J. Bullying, violence, and risk behaviour in South African school students. Child Abuse Negl. 2007; 31:161-71.        [ Links ]

17. Baldry A.C. Bullying in schools and exposure to domestic violence. Child Abuse Negl. 2003; 27:713-32.        [ Links ]

18. Espelage D.L., Bosworth K., Simon T.R. Examining the social context of bullying behaviors in early adolescence. J Couns Dev. 2000; 78:326-33.        [ Links ]

19. Kuntsche E., Knibbe R., Engels R., et al. Bullying and fighting among adolescents - do drinking motives and alcohol use matter?. Addict Behav. 2007; 32:3131-5.        [ Links ]

20. Kaltiala-Heino R., Rimpela M., Rantanen P., et al. Bullying at school —an indicator of adolescents at risk for mental disorders. J Adolesc. 2000; 23:661-74.        [ Links ]

21. Forero R., McLellan L., Rissel C., et al. Bullying behavior and psychosocial health among school students in New South Wales, Australia: cross sectional survey. BMJ. 1999; 319:344-8.        [ Links ]

22. Mills C., Guerin S., Lynch F., et al. The relationships between bullying, depression and suicidal thoughts/behavior in Irish adolescents. Ir J Psych Med. 2004; 21:112-6.        [ Links ]

23. Kaltiala-Heino R., Rimpela M., Marttunen M., et al. Bullying, depression, and suicidal ideation in Finnish adolescents: school survey. BMJ. 1999; 319:348-51.        [ Links ]

24. Kim Y.S., Leventhal B.L., Koh Y.J., et al. School bullying and youth violence. Arch Gen Psychiatry. 2006; 63:1035-41.        [ Links ]

25. Bond L., Carlin J.B., Thomas L., et al. Does bullying cause emotional problems? A prospective study of young teenagers. BMJ. 2001; 323:480-4.        [ Links ]

26. Agència de Salut Pública de Barcelona. Factors de risc en estudiants de secundària de Barcelona. Resultats principals de l'informe FRESC 2004. Barcelona: Agencia de Salut Pública de Barcelona; 2006.        [ Links ]

27. Departament d'Estadística, Ajuntament de Barcelona. Índex de capacitat econòmica familiar a la ciutat de Barcelona II. 1999.        [ Links ]

28. Ahonen E., Nebot M., Jiménez E. Negative mood states and related factors in a sample of adolescent secondary-school students in Barcelona (Spain). Gac Sanit. 2007; 21:43-52.        [ Links ]

29. Piñuel Zabala I., Oñate Cantero A., Estudio Cisneros X. Violencia y acoso escolar en España. Madrid: Instituto de Innovación Educativa y Desarrollo Directivo; 2006.        [ Links ]

30. Seals D., Young J. Bullying and victimization: prevalence and relationship to gender, grade level, ethnicity, self-steem and depression. Adolescence. 2003; 38:735-47.        [ Links ]

31. Due P., Holstein B.E., Lynch J., et al. Bullying and symptoms among school-aged children: international comparative cross sectional study in 28 countries. Eur J Public Health. 2005; 15:128-32.        [ Links ]

32. Fekkes M., Pijpers F.I., Verloove-Vanhorick S.P. Bullying behavior and associations with psychosomatic complaints and depression in victims. J Pediatr. 2004; 144:17-22.        [ Links ]

33. Morris E.B., Zhang B., Bondy S.J. Bullying and smoking: examining the relationships in Ontario adolescents. J Sch Health. 2006; 76:465-70.        [ Links ]

 

 

Dirección para correspondencia:
mnebot@aspb.cat
(M. Nebot Adell)

Recibido: 15 Diciembre 2008
Aceptado: 9 Septiembre 2009

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons