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Archivos de la Sociedad Española de Oftalmología

versão impressa ISSN 0365-6691

Arch Soc Esp Oftalmol vol.80 no.9  Set. 2005

 

EDITORIAL


HISTORIA DE EVOLUCIÓN

HISTORY OF EVOLUTION

ARMADÁ MARESCA F1

La historia de «el hombre» es sin duda una historia de evolución y cambio. A lo largo de los siglos hemos sabido sobrepasar la dependencia de la caza, del pastoreo o de las guerras tribales, para vivir en un mundo de comodidad, donde la competencia y la cuenta bancaria son las mayores preocupaciones de empresas y familias. En los últimos 150 años este salto ha sido de gigante, la industrialización acercó a la clase media la mayoría de los bienes de consumo, la aviación comercial nos acercó a todas partes y las telecomunicaciones nos acercó a otras personas por muy lejos que estuvieran. En nuestras familias todavía hay miembros que cuando nacieron no conocían la electricidad, el medio de transporte se basaba en la pezuña o dependían de la fuente pública o el pozo para obtener el agua necesaria para las tareas cotidianas. Sin ir más lejos, hace 40 años, cuando muchos de nosotros nacimos o estábamos próximos a ello, no conocíamos la televisión en color, ni imaginábamos la existencia de los ordenadores y mucho menos la telefonía móvil.

Miremos hacia atrás y nos daremos cuenta el gran cambio que hemos dado al mundo en los últimos 100 años. Como a un hijo que lo vemos crecer día a día, no somos conscientes de lo mucho que progresamos año a año.

Esto mismo es equiparable en el mundo de la medicina, mucho han cambiado las cosas desde los tiempos de la reclinación cristaliniana, la aparición de la penicilina, el inicio del radiodiagnóstico o los primeros transplantes de órganos.

En nuestra profesión, la oftalmología, uno de los más recientes cambios ha venido de la mano de la cirugía de la catarata, la Facoemulsificación, sin uso de suturas, a ojo cerrado, cada vez utilizando incisiones más pequeñas, con instrumental y maquinaria más perfecta que daña menos los tejidos y nos hace más fácil el trabajo. Se redujeron los tiempos de cirugía, se disminuyó el riesgo de infección, se minimizó el problema de la hemorragia expulsiva masiva y sobretodo se aceleró el proceso de recuperación funcional del órgano. Lo que empezó siendo el esfuerzo de unos pocos, con las complicaciones y preocupaciones que ello supone, se ha convertido (indudablemente con la ayuda de la industria) en la técnica quirúrgica más extendida y apreciada por las nuevas generaciones de oftalmólogos.

Normalmente hablamos de que «el hombre» evoluciona y progresa, pero estos cambios se deben a algunos hombres que poseen una capacidad especial para ver los cambios, creen en ellos y trabajan de forma incansable para obtener resultados. Gildo y Fujii (1,2) y el equipo de Eugene de Juan observaron la posibilidad de realizar Vitrectomías sin el uso de suturas, sin necesidad de abrir la conjuntiva utilizando unos puertos que permitieran el acceso al interior de la cámara vítrea para la manipulación intraocular de los tejidos y que tras la retirada de los puertos, las esclerotomías se auto cierren lo suficiente como para impedir el colapso ocular o la penetración de gérmenes. La capacidad de la industria para fabricar instrumental cada día más pequeño y más preciso ha hecho el resto.

Desde la comercialización del primer equipo para realizar Vitrectomías 25G sin suturas hasta hoy, mucho hemos evolucionado y no han pasado más de unos pocos años. De los primeros trócares difíciles de colocar, que requerían realizar una gran presión y los primeros vitrectomos que nos hacían dudar si realmente funcionaban, a la tecnología que hoy disfrutamos, hemos dado un gran paso. En los orígenes, debíamos limitarnos a realizar vitrectomías básicas sin la menor complejidad, dada la ausencia de pinzas, tijeras, fibras de láser, etc. Hoy en día podemos realizar todo tipo de maniobras intraoculares, con la única de restricción del uso de sustitutos vítreos densos. Pinzas de todo tipo, tijeras, sondas de láser móviles con y sin luz, sistemas de luz que iluminan toda la cámara vítrea y nos liberan las dos manos, vitrectomos 3D de alta velocidad que nos hacen olvidar que trabajamos con 25G, son hoy una realidad al alcance de cualquiera.

El Dr. Eckardt va más lejos, proponiéndonos el uso de sistemas de 23G, pero cambiando la forma de colocar los trócares. Propone la realización de un túnel escleral que mejore el sistema de válvula inicialmente propuesto con la técnica de 25G y de esta forma evitar por un lado las principales complicaciones que el sistema ha presentado, el colapso ocular con bajas tensiones oculares en el postoperatorio, la endoftalmitis postquirúrgica y al mismo tiempo permite el uso de un calibre mayor que permita la manipulación con instrumental de más calidad (3).

Tanto nos está influyendo esta técnica, dada la rápida recuperación funcional que origina, que nos está haciendo cambiar las indicaciones de cirugía en el desprendimiento de retina, algo que se mantenía inamovible desde hace muchos años, desde los inicios de la vitrectomía.

La globalización, que incluye conceptos como telecomunicaciones, transporte y facilidad en el acceso a nuevas tecnologías, está haciendo que lo que antes tardaba 10 años en estar disponibles en otras zonas del mundo, hoy en día solo supone unos meses. Los cirujanos de hoy pueden de disponer de nuevo instrumental y de los conocimientos necesarios para su uso, en tiempo record y sus experiencias son, así mismo, conocidas por el resto de la comunidad científica en pocos meses, lo cual produce un enriquecimiento constante de los profesionales que se interesan por ello (4,5).

Indudablemente todo cambio supone vencer la comodidad de lo establecido, de lo conocido. Recordemos los recortes de prensa, de cuando se inauguró el primer tren en España «Los científicos piensan que las grandes velocidades que adquieren 40 km/h pueden ser origen de serias lesiones en la espalda». Esta técnica quirúrgica también ha levantado polémica y hemos asistido a conferencias en reuniones internacionales, por cirujanos muy conocidos, cuyas conclusiones presagiaban la desaparición del sistema. Creo no equivocarme si afirmo que hoy por hoy la técnica está consolidada, y nuestros esfuerzos se centran en definir si será mejor el sistema de 25G, el de 23G, o el de 25G con la técnica de túnel escleral del Dr. Eckardt. Asimismo nuestros esfuerzos se dirigen a anular las complicaciones de la técnica, hipotonías postquirúrgicas, endoftalmitis y a aumentar el espectro de su utilización.

Gracias a la globalización, sabemos que al mismo tiempo que finaliza nuestra jornada laboral y se pone el sol en nuestro mundo, en otros mundos amanece y otros profesionales inician su trabajo con un objetivo común y en pocos meses sus conocimientos y los nuestros se volverán a fusionar, haciendo de nuestra historia una historia de evolución.


1 Doctor en Medicina. 
E-mail: f.armada@terra.es

 

BIBLIOGRAFÍA

1. Fujii GY, De Juan E Jr, Humayun MS, Chang TS, Pieramici DJ, Barnes A, et añ. Inicial experience using the transconjunctival sutureless vitrectomy system for vitreoretinal surgery. Ophthalmology 2002; 109: 1814-1820.

2. Fujii GY, De Juan E Jr, Humayun MS, Pieramici DJ, Chang TS, Awh C, et al. A new 25-Gauge instrument system for transconjunctival sutureless vitrectomy surgery. Ophthalmology 2002; 109: 1807-1812.

3. Eckardt C. Transconjunctival sutureless 23-gauge vitrectomy. Retina 2005; 25: 208-211.

4. Ibarra MS, Hermel M, Prenner JL, Hassan TS. Longer-term outcomes of transconjunctival sutureless 25-gauge vitrectomy. Am J Ophthalmol 2005; 139: 831-836.

5. Yeshurum I, Rock T, Bartov E. Modified sutureless sclerotomies for pars plana vitrectomy. Am J Ophthalmol 2004; 138: 866-867.

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