SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.86 número7Técnicas quirúrgicas en Oftalmología: cirugía de retina y vítreoPatología ocular en la obra de Pieter Bruegel el Viejo (I): El ciego guía de ciegos (La parábola de los ciegos) índice de autoresíndice de assuntospesquisa de artigos
Home Pagelista alfabética de periódicos  

Serviços Personalizados

Journal

Artigo

Indicadores

Links relacionados

  • Em processo de indexaçãoCitado por Google
  • Não possue artigos similaresSimilares em SciELO
  • Em processo de indexaçãoSimilares em Google

Compartilhar


Archivos de la Sociedad Española de Oftalmología

versão impressa ISSN 0365-6691

Arch Soc Esp Oftalmol vol.86 no.7  Jul. 2011

 

SECCIÓN HISTÓRICA

 

La degeneración macular de Edgar Degas

The macular degeneration of Edward Degas

 

 

B. Zozaya Aldana

Servicio de Oftalmología, Hospital Universitario Miguel Enríquez, Ciudad Habana, Cuba.
Correo electrónico: beazaya@infomed.sld.cu

 

 

Hilaire-Germain-Edgar de Gas, más conocido como Edgar Degas nació en París en 1834, en el seno de una familia noble y culta (Figura 1). Su madre era de origen norteamericano, pero murió cuando Degas tenía 13 años. Su padre, Auguste Degas, era un banquero amigo de coleccionistas y enamorado de las artes, aunque negado a educar artísticamente a su hijo. Junto a su padre, Edgar visitó varias veces el Louvre, y estas visitas fueron las que lo impulsaron a enamorarse de la pintura.


Figura 1. Autorretrato, 1855 (Musée d'Orsay, París).

 

El joven Degas inició la carrera de Derecho, la cual abandonó en 1854, a sus veinte años, para dedicarse a la pintura. Así, ingresó en la Escuela de Bellas Artes como discípulo de Louis Lamothe, quien le inculcó el amor por los pintores clásicos del Renacimiento y el culto al dibujo.

En 1856 realiza su primer viaje a Italia, en el que se siente atraído por la obra de Gustave Moreau, quien le influencia para variar su estilo lamothiano que, según su padre, era de colores fríos y apagados.

Después de regresar de Italia, Degas copió pinturas en el Louvre. En 1865 algunos de sus trabajos fueron aceptados en el Salón, y gradualmente ganó respeto en el mundo del arte convencional1. En 1870, hacia el final de la Guerra Franco-Prusiana, Degas se alistó en la guardia nacional, en donde la defensa de París le dejó poco tiempo para su pintura. Durante el entrenamiento con el rifle se le diagnosticaron problemas en su visión, y durante el resto de su vida la salud de sus ojos fue motivo constante de preocupación2.

Finalizada la guerra, Degas visitó a su hermano René en Nueva Orleans, y produjo un número de trabajos, muchos sobre familiares, antes de regresar a París en 1873. El siguiente año, Degas ayudó a organizar la primera exhibición impresionista. Los impresionistas hicieron siete presentaciones posteriores, la última en 1886; Degas exhibió su trabajo en todas ellas salvo una. Por este entonces Degas se convertiría también en fotógrafo amateur, tanto por placer como para capturar una acción con precisión para su pintura.

En 1874, tras la muerte de su padre, surge una demanda del estado que revela que Auguste (su padre) contrajo enormes deudas. Degas se ve forzado a vender su casa y una colección de arte que había heredado, para preservar el buen nombre de la familia. Después de varios años su situación financiera mejora, y las ventas de su trabajo artístico le permiten dar rienda suelta a su pasión por coleccionar trabajos de los artistas a quienes admira, grandes maestros como El Greco, modernos como Delacroix, y contemporáneos suyos Cézanne, Gauguin o Van Gogh. Ingres y Manet fueron especialmente bien representados3.

Admiraba a Ingres y los maestros del Renacimiento italiano, pero también recibió la influencia del arte japonés y las tendencias simbolistas. En sus primeras obras sigue las tendencias neoclásicas, pintando cuadros de historia influido por el romántico Delacroix.

Es considerado uno de los fundadores del Impresionismo. No obstante, su estilo se desmarca del grupo en varios aspectos, fundamentalmente en su preferencia por los temas urbanos con escenas iluminadas artificialmente, en lugar de la pasión por la naturaleza y la luz natural de otros miembros del grupo. Su formación académica se evidencia en que no abandona el dibujo sino que lo convierte en elemento esencial de sus elaboraciones de figuras, predominando pues la línea sobre el color; abandona la técnica al óleo para dedicarse exclusivamente al pastel y utiliza encuadres que lo acercan a la fotografía.

Realizó retratos y series sobre el mismo tema, destacándose las bailarinas (Figura 2), pero también sobre las carreras de caballos, uno de sus temas favoritos, en el que explora el movimiento. A partir de 1880 usó cada vez más el óleo, en particular cuando trata desnudos femeninos. Esta técnica resultaba ideal para materializar su interés por el dibujo y la realidad instantánea y cambiante1.


Figura 2. Clase de baile, 1875 (Musée d'Orsay, París).

 

Una de sus obras, a la que llamó La pequeña bailarina de 14 años, fue la única escultura exhibida por Edgar Degas en una exposición (Figura 3). Actualmente está esculpida en bronce, pero Edgar Degas la esculpió en cera. Unos estudios recientes han demostrado que el «esqueleto» de la escultura no se hizo de alambre, sino de madera de pinceles viejos.


Figura 3. La pequeña bailarina de 14 años, 1881
(Ny Carlsberg Glyptotek, Copenhague).

 

El genio Degas, célebre por sus pinturas de bailarinas, sufrió una degeneración ocular progresiva que lo incapacitó hasta el final de sus días. La degeneración macular asociada con la edad, entidad bien reconocida en la actualidad, tiene una presentación húmeda y una atrófica o seca; esta última fue el tipo de lesión que presentó el maestro Edgar Degas, ya que su degeneración se caracterizó por ser lentamente progresiva, presentando manifestaciones después de los 50 años de edad, como cambios en su caligrafía (es evidente en la correspondencia del pintor el cambio a una letra alongada e irregular muy probablemente relacionado con la metamorfopsia). Los individuos con esta enfermedad en general no experimentan una pérdida total de la visión central. Sin embargo, la pérdida de visión puede hacerles difícil realizar tareas que requieren una visión finamente enfocada y puede provocarles una alteración en las formas4.

Además, llama la atención cómo se fue acentuando el defecto oftalmológico en Degas, posteriormente caracterizado por alteraciones colorimétricas, que hicieron cambiar de técnica al pastel, así como por una franca dificultad a la escritura después de los 60 años de edad, justificando esto una alteración de la visión central lentamente progresiva.

Edgar Degas muestra la evolución de su profundo defecto oftalmológico en la última década de su vida a través de los cambios técnicos de su obra; sin embargo, debido a la amplia experiencia del maestro, sometida siempre a una rigurosa autocrítica caracterizada por parámetros académicos basados en un conocimiento minucioso de la anatomía humana y una concepción única del equilibrio y del movimiento de las masas, se permitió realizar obras que terminaron de organizarse en la «imagen psíquica», a pesar de su alteración visual profunda.

Lo que demuestra que con una defectuosa apreciación del ambiente y de los detalles en los elementos participativos en las obras, Degas logró obtener conceptos artísticos llenos de forma y sentido.

 

Bibliografía

1. Walther IF. Los maestros de la pintura occidental. Madrid: Taschen; 2005. p. 134-8.         [ Links ]

2. Edgar Degas. En: Diccionario de Arte, Pintores del siglo XIX. Madrid: LIBSA; 2001. p. 848.         [ Links ]

3. Elliott DB, Skaff A. Vision of the famous: the artist's eye. Ophthalmic Physiol Opt. 1993; 13:332.         [ Links ]

4. Marmor MF. Ophthalmology and Art: Simulation of Monet´s cataracts and Degas´ retinal disease. Arch Ophthalmol. 2006; 24:1764-9.         [ Links ]

Creative Commons License Todo o conteúdo deste periódico, exceto onde está identificado, está licenciado sob uma Licença Creative Commons