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Archivos de la Sociedad Española de Oftalmología

versión impresa ISSN 0365-6691

Arch Soc Esp Oftalmol vol.87 no.1  ene. 2012

 

COMUNICACIÓN CORTA

 

Quiste vítreo: a propósito de un caso*

Vitreous cyst: a case presentation

 

 

J.P. Moreno-Arrones y R. Jiménez-Parras

Servicio de Oftalmología, Hospital Universitario Príncipe de Asturias, Universidad de Alcalá, Madrid, España

*El presente trabajo ha sido presentado en el 82.o Congreso de la Sociedad Española de Oftalmología (A Coruña, Septiembre 2006) como comunicación en panel.

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

Caso clínico: Presentamos el caso de un paciente de 12 años que refiere miodesopsias en ojo izquierdo (OI) de 6 meses de evolución. Presenta una agudeza visual (AV) de 1/0,9, en fondo de ojo izquierdo un quiste vítreo anterior. En la resonancia magnética se observa una imagen hipointensa en T1 y en la ecografía en modo B una lesión hipoecoica de 3,2x4,3mm; la biomicroscopia ultrasónica puso de manifiesto un cuerpo ciliar normal.
Conclusión: Dada la buena AV del paciente se observará periódicamente. Si interfiriese con el eje visual es posible fragmentarlo con láser Nd:YAG o argón, o bien su extracción vía pars plana.

Palabras clave: Quiste vítreo. Vitrectomía. Láser. Biomicroscopia ultrasónica.


ABSTRACT

Case report: We report a case of a 12-year-old patient who complained about visual disturbances in left eye for 6 months. His visual acuity was 1/0.9, funduscopy in left eye revealed a free-floating cyst in the anterior vitreous. Magnetic resonance showed a low intense image in T1, and B-scan ultrasound confirmed a hypoechogenic cyst of 3.2x4.3mm; ultrasound biomicroscopy revealed a normal ciliary body.
Conclusion: Given the good VA the patient will be monitored periodically. If the cyst interferes with visual axis, management with Nd:YAG or Argon laser photocystotomy or remove it by pars plana vitrectomy has been advocated.

Keywords: Vitreous cyst. Vitrectomy. Laser. Ultrasound biomicroscopy.


 

Introducción

Los quistes vítreos congénitos o adquiridos son raros1. Pueden variar en tamaño, forma, ser o no pigmentados, estar libres en la cavidad vítrea o adheridos a otras estructuras oculares. Los quistes vítreos adquiridos han sido descritos en personas con antecedentes traumáticos o parasitarios2,3. En los congénitos, no se ha descrito relación alguna con enfermedades oculares. Se cree que los quistes vítreos congénitos pigmentados tienen su origen en el epitelio de la pars ciliaris; mientras que los no pigmentados en el sistema vascular hialoideo1,4,5. Rara vez los quistes congénitos interfieren con la visión y requieren tratamiento, por lo que diferenciar entre ambos quistes es, en consecuencia, clínicamente importante.

 

Caso clínico

Varón de 12 años de edad, sin antecedentes personales de interés, es enviado por miodesopsias en ojo izquierdo (OI) de un año de evolución.

En la exploración se observa agudeza visual en ojo derecho (OD) de 1 y AV en OI de 0,9, que no mejora con estenopeico.

La biomicroscopia anterior muestra un polo anterior normal.

La presión intraocular es de 14mmHg en ambos ojos.

El fondo de ojo en OD es normal; OI, quiste translúcido en parte anterior de la cavidad vítrea, siendo el resto, incluyendo pars plana, normal (figs. 1 y 2).


Fig. 1. Quiste vítreo anterior.


Fig. 2. Quiste vítreo anterior con fondo de ojo normal.

 

Ecografía en modo B: lesión hipoecoica de 3,2 x 4,3mm (Fig. 3).


Fig. 3. Ecografía en modo B que muestra el tamaño
del quiste, 3,2 x 4,3mm, con imagen hipoecoica
en el interior del mismo.

 

En la imagen por resonancia magnética orbitaria sin contraste se observa una lesión hipointensa en T1 en corte coronal en OI (Fig. 4).


Fig. 4. Imagen por resonancia magnética orbitaria sin
contraste que muestra una lesión hipointensa
en T1 (véase flecha).

 

La biomicroscopia ultrasónica (BMU) muestra cuerpo ciliar normal, con una concavidad iridiana de 360o.

Se descartó, mediante pruebas serológicas y una adecuada exploración pediátrica, enfermedad sistémica asociada.

 

Discusión

Los quistes vítreos congénitos son hallazgos raros y frecuentemente asintomáticos. La agudeza visual suele ser normal en los pacientes que los presentan y solo requieren una observación periódica1,4,5. Su etiología sigue siendo idiopática. La edad media de presentación varía entre los 5-68 años, pero la mayoría de los casos aparecen en pacientes entre los 10-20 años. Las dimensiones varían entre los 0,15 y los 12mm, siendo esféricos, ovales, lobulados, etc.

Diferenciar entre los quistes vítreos congénitos y adquiridos es importante en orden a establecer una correcta actitud terapéutica1, ya que los primeros rara vez interfieren con el eje visual y por lo tanto que requieran tratamiento.

Se cree que los quistes vítreos congénitos pigmentados se originan en el epitelio pigmentado del iris o de la pars ciliaris del cuerpo ciliar1,5, mientras que otros autores piensan que derivan de una regresión incompleta del vítreo primario o de la persistencia residual del sistema vascular hialoideo4. Sin embargo, también han sido descritos en ojos estructuralmente normales.

Los quistes vítreos adquiridos han sido encontrados en pacientes afectados de enfermedades degenerativas como la retinitis pigmentosa, atrofia coroidea, retinosquisis, uveítis, toxoplasmosis, vitritis parasitaria y endoftalmitis por nematodos. Sin embargo, no está claro la etiopatogenia de generación de quistes. Otros autores señalan que estos pueden ser adenomas ciliares desprendidos en el vítreo, neoformaciones en la estructura anatómica de un coloboma o una reacción vítrea a degeneraciones coriorretinianas.

Los quistes parasitarios presentan, en la mayoría de los casos, paredes blanco-cremosas más gruesas. El escólex puede ser evidenciado mediante la lámpara de hendidura o por BMU. Además, los tests de laboratorio son de utilidad a la hora de hacer el diagnóstico diferencial3.

En nuestro caso, el origen neuroectodérmico del quiste fue sospechado, debido a la presencia de pigmento en la superficie del mismo, pero la BMU no confirmó esta posibilidad. La ecografía en modo B excluyó la presencia de restos embrionarios vítreos. Los padres del paciente se negaron a la realización de la angiofluoresceingrafía, y no pudimos valorar la naturaleza avascular del quiste. La etiología infecciosa fue excluida mediante el hemograma y las pruebas serológicas.

En la literatura médica, el crecimiento de los quistes ha sido observado en solo 2 pacientes con un seguimiento de 17 años, indicando la benignidad de estos procesos.

Pocos datos hay acerca del tratamiento de estas formaciones. Awan trató de manera exitosa con láser argón un quiste congénito que causaba incapacitantes síntomas visuales debido a la localización de este en el eje visual colapsando y dispersando los gránulos de pigmento en la cavidad vítrea sin reformarse. Puede haber complicaciones como fragmentación incompleta, quemaduras iatrogénicas retinianas o formación de cataratas tras la utilización de láser. Orellana et al. aspiraron vía pars plana un quiste. Obviamente, el tratamiento está contraindicado en pacientes asintomáticos o que no refieran síntomas no severos. La elección de la vitrectomía vía pars plana sería aquellos casos en los cuales persistiesen los síntomas incapacitantes tras la fotocistostomía con láser.

En conclusión, la ausencia de antecedentes personales, la normalidad del estudio sistémico junto con la edad del paciente nos hace pensar que la etiología pudiera ser congénita. Dada la buena agudeza visual del paciente se observará su estado periódicamente. El diagnóstico diferencial de los quistes vítreos es importante en orden a establecer un adecuado tratamiento de esta enfermedad.

 

Conflicto de intereses

Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

 

Bibliografía

1. Nork TM, Millecchia LL. Treatment and histopathology of a congenital vitreous cyst. Ophthalmology. 1988; 105:825-30.         [ Links ]

2. Asiyo-Vogel MN, el Haifnawi S, Laqua H. Ultrastructural features of a solitary vitreous cyst. Retina. 1996; 16:250-4.         [ Links ]

3. Sinav S, Demirci A, Sinav B, Öge F, Süllü Y, Kandemir B. A primary intraocular hydatid cyst. Acta Ophthalmol. 1991; 69:802-4.         [ Links ]

4. Lisch W, Rochels R. Patogénesis of congenital vitreous cyst. Klin Monatsbl Augenheilkd. 1989; 195:375-8.         [ Links ]

5. Jones WL. Free-floating viteous cyst. Optom Vis Sci. 1998; 75:171-3.         [ Links ]

 

 

Dirección para correspondencia:
Correo electrónico: javier_paz_moreno@hotmail.com
(J.P. Moreno-Arrones)

Recibido el 31 de Enero de 2011
Aceptado el 29 de Junio de 2011

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