Derivado de un largo proceso de reflexión personal a través de mi práctica de 35 años en la Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva, he podido tocar este apasionante pero difícil tema de la ética en diversos foros de asociaciones médicas y civiles, y recientemente en la sesión mensual de la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva (AMCPER) celebrada el día 27 de noviembre del presente año y retransmitida en abierto por videoconferencia a todos los colegas iberolatinoamericanos que tuvieron a bien conectarse con nosotros.

El logro de ser cirujano plástico es un privilegio y distinción en todo momento; nuestro trabajo al moldear y mejorar algún rasgo físico del rostro o del cuerpo está enfocado a lograr una transformación positiva, con impacto evidente y medible en la seguridad personal, autoestima y desarrollo de cada paciente.

La Cirugía Plástica combina exquisitamente la ciencia con el arte, pero como en toda amalgama existen sus vertientes en cuanto a su praxis ya que, a diferencia de otras especialidades, la Cirugía Plástica Estética es opcional y está sujeta a muchos factores que es importante destacar. Muchos pueden considerar que los procedimientos estéticos son innecesarios; otros, que son necesarios para resolver problemas físicos específicos o para paliar un trastorno emocional asociado a dismorfia corporal, en la mayoría de las ocasiones no diagnosticado. La práctica de procedimientos de Cirugía Plástica Estética tiene rentabilidad y para muchos este aspecto es muy apetecible; por desgracia, la mayoría de quienes piensan así son los que la practican sin entrenamiento, experiencia y en un marco fuera de la ley. ¿Es esto…ético? Dar prioridad a la ganancia económica en la promoción de procedimientos estéticos sin tomar en cuenta la adecuada selección, manejo médico-quirúrgico para el cuidado de la vida, la integridad, la seguridad, el resultado positivo y satisfacción de los pacientes, ¿es esto…ético?. Utilizar la mercadotecnia con publicidad engañosa o tendenciosa, con expectativas no del todo realistas, buscar turismo médico basado en precios bajos y agregar valor al procedimiento con paseos, volverse un cirujano plástico itinerante en la búsqueda de volumen quirúrgico y cada vez más y más ganancias, ¿es esto…ético?.

En la práctica de la Cirugía Plástica Estética existen conceptos y enfoques de belleza acorde a sus valores, genética y cultura, por lo que los objetivos estéticos específicos pueden ser muy variables. Lo que no puede variar en ningún individuo son los valores éticos universales que aseguren la buena praxis.

Hablar de ética no es fácil, enfocándonos en la expansión de la conciencia que conduce al hombre a reflexionar acerca de sí mismo, el mundo, su entorno, y en este caso su desarrollo y práctica profesional como cirujano plástico teniendo la posibilidad de modificar rostros y cuerpos. Ética proveniente del griego ethicos y derivado en etos con su extensión analítica entre el bien y el mal. Moral del latín moralis como usos y costumbres y deontología connotando la ciencia de los deberes. Enfocándonos en sus raíces etimológicas, los términos de ética, moral y deontología están estrechamente relacionados y por lo regular se utilizan como sinónimos.

Actualmente todos los paradigmas parecen perder vigencia y la Ética no es la excepción, menos aún en nuestra especialidad en un mundo invadido por la tecnología, los nuevos procedimientos y las técnicas más refinadas, provocándose un cambio en las concepciones morales y éticas del mundo actual. El amplio margen de lo permitido socialmente tiene muchas vertientes, influenciado sobre todo por la moda, sentido de la competitividad, la presión social y la frenética búsqueda de la belleza y de la juventud prolongada.

Existe en ocasiones un amplio espacio entre lo solicitado y lo realista; ¿cuáles serían los parámetros correctos para dar resultados naturales y estéticos sin caer en exageraciones?; el discernimiento entre cumplir las expectativas solicitadas bajo presión como el realizar bustos y glúteos exagerados que entran en el terreno de lo grotesco o fantasioso y no encuadran en las proporciones áureas, o aplicando implantes o rellenos que alteran la morfología y que dejan con el tiempo un rostro atípico o caricaturesco. O por otro lado moldear un rostro respetando sus características y destacando sus cualidades. Existen muchas interrogantes al respecto: ¿se utilizan los productos y la tecnología correctamente?, ¿se realizan investigaciones y publicaciones científicas o son de alguna manera influenciadas por quién patrocina?, ¿se respeta el trabajo de los colegas o sustraen sus conceptos y los publican como propios?, ¿en nuestro diagnóstico y enfoque terapéutico quirúrgico, respetamos el presupuesto de su póliza de gastos médicos optimizando recursos?, ¿tenemos practicas altruistas?, ¿qué actitud y aptitud tenemos ante diversas solicitudes quirúrgicas?, ¿es factible hacerle esta cirugía a este paciente o acepto todo indiscriminadamente?. Cuando se valora a un paciente tratado por otro colega, los comentarios y aseveraciones que se emiten al respecto ¿se prestan a difamaciones perjudicando el nombre del otro médico?, ¿emitimos un juicio a priori? Estas y muchas más interrogantes merecen una reflexión al respecto.

Ahora más que nunca les invito a una introspección y a que retomemos el orgullo de ser cirujanos plásticos, conduciéndonos dentro del marco axiológico y deontológico no solo como profesionales, sino como un todo integral de mejores seres humanos, en búsqueda de la trascendencia, con un espíritu de eternidad; nuevamente ante la crisis de la historia y la revolución de los valores, mantener nuestra fe en el futuro del hombre.

“De habitu decenti: iatros philosophos isotheos”

(El médico que al mismo tiempo es filósofo es semejante a los dioses)

Hipócrates