Teníamos que presentar este especial monográfico de Cirugía Plástica Ibero-Latinoamericana en tiempo de fiesta académica y de reencuentro. Pero la vida, en su forma más cruel de enfermedad y muerte, nos cambió los planes.

El Capítulo de Quemaduras de la Federación Ibero Latinoamericana de Cirugía Plástica (FILACP), con su Directora para 2018-2020, la Dra. María Dolores Pérez del Caz, tomó el testigo para responder, con su área de interés, a nuestra tradición de ofrecer números monográficos de la especialidad escritos en colaboración por los especialistas iberolatinoamericanos más destacados del momento en la materia. El objetivo era claro, integrar historia, conocimiento, evolución y novedades sobre el tratamiento del paciente quemado; y la meta estaba definida, presentar la obra durante el XXIII Congreso de la FILACP a celebrar en Punta Cana, República Dominicana, del 29 de abril al 2 de mayo del presente año.

La terrible pandemia de la COVID-19 no era una invitada esperada ni por supuesto bienvenida en nuestras vidas y en nuestros planes científicos y gremiales. Llegó poco a poco y se ha instaurado entre nosotros con una virulencia nunca pensada. Ha cambiado en unos días la forma de vida de todo el planeta, asaltado nuestra salud, familias, trabajos, planes, congresos, y lo peor de todo, se está llevando cientos de miles de vidas, el mayor dolor, porque es lo único que nunca podremos recuperar. Para todo lo demás nos queda la fuerza con que salir adelante y retomar un trabajo quirúrgico tan necesario y útil como el que ofrece nuestra especialidad, en cuanto sea posible y con todas las medidas de seguridad necesarias, para las que nos preparamos aprendiendo de los expertos y aunando la experiencia internacional. Pero mientras tanto, y a pesar del aplazamiento del Congreso de la FILACP de Punta Cana, el propósito de sacar a la luz esta monografía en fecha se mantuvo firme, superando las circunstancias de cada uno de los autores y del equipo editorial que participan en ella, y aunque vea la luz a través de los medios de comunicación electrónica y redes sociales que, afortunadamente en medio de tanto desastre, nos mantienen unidos y activos.

Si lo habitual en la presentación de cada monografía publicada en nuestra revista es dar las gracias por su esfuerzo, tiempo y trabajo a los autores, el agradecimiento en esta ocasión es mucho mayor, porque en la fase más difícil de la edición de cualquier número de una revista, que es el final, cuando se junta la integración y orden de todos los artículos, la maquetación, revisión de galeradas, el cierre final, y es necesaria la mayor comunicación minuto a minuto, todos han estado ahí sin importar la hora, la situación personal y familiar, la abrumadora jornada hospitalaria con pacientes por coronavirus que ese día hubieran tenido, o la vía de conexión que pudieran conseguir. En la misma línea, agradecer una vez más a Nuegraf 2006 S.L., nuestra empresa editora, por haber sabido reinventarse ante la falta de la comunicación personal a la que estamos acostumbrados, y propiciar la vía telemática y los medios para que nuestra revista no haya parado nunca, ni en la edición de los números ordinarios, ni para poder sacar este monográfico en el tiempo previsto.

Y por supuesto, a la Dra. Pérez del Caz, que como coordinadora invitada de la monografía supo integrar un grupo de autores apasionados por su trabajo y por sus pacientes; un grupo que, en una parcela de la Cirugía Plástica a la que la mayor parte de las veces no proporcionamos los horarios más relevantes en nuestros congresos, ha sabido crear sus propios espacios, fomentar sus actividades como capítulo de la Federación, e integrarse en sociedades multidisciplinarias con las que compartir intereses y conocimientos. Prueba de ello es la relevante participación del Capítulo de Quemados en todos los eventos de la FILACP, de los que Cirugía Plástica Ibero-Latinoamericana ha dado noticia en sus páginas, y de su colaboración directa e interdisciplinar dentro de la Federación Ibero Latinoamericana de Quemaduras (FELAQ).

El programa de artículos seleccionado por la Dra. Pérez del Caz para este número especial se inicia con el recuerdo histórico a los más destacados cirujanos plásticos iberolatinoamericanos en el tratamiento del quemado. Pasa por recoger los principales métodos de cobertura empleados en el tiempo, explicándonos la selección y utilidades de los apósitos temporales y de los más usados en la actualidad, de los bancos de tejidos, de las matrices dérmicas, la microexpansión de injertos, el uso de grasa, los desbridantes enzimáticos y el futuro, que ya está aquí, de la bioimpresión 3D de piel. Integra interesantes algoritmos para la predicción de mortalidad en los pacientes quemados y para el tratamiento de las secuelas en aquellos que sobreviven a la enorme injuria que supone la quemadura grave, ya sea por profundidad o extensión. Nos explica las distintas formas de radiación y las terribles quemaduras que puede llegar a provocar un simple teléfono móvil. Y finaliza con la especial atención que requiere el quemado eléctrico, en el que tantas veces el mayor daño a reconstruir está en miembro superior y para el que las más novedosas técnicas microquirúrgicas y los delicados colgajos para recuperar funcionalidad de brazo, manos y dedos, alcanzan especial aplicación.

Pero en el momento más álgido de la pandemia, no podíamos acabar sin incluir un artículo que reflejara la implicación de las unidades de quemados, como unidades de cuidados intensivos, ante la necesidad asistencial que han sufrido muchos de nuestros hospitales y que estas han tenido que enfrentar con el corazón dividido: por un lado, su necesidad de estar disponibles ante la llegada de un paciente gran quemado que precisara la especial atención que brindan; y por otro, la necesidad imperiosa de poner sus espacios y respiradores a disposición de pacientes COVID cuando la saturación hospitalaria buscaba instalaciones y material donde hubiera. La idea de este último esfuerzo para redactar un artículo de experiencia conjunta fue bien recibida por la coordinadora de la monografía y por los directores y coordinadores de algunas de la unidades de quemados de España, por ser este el primer país afectado de nuestro ámbito iberolatinoamericano y en el que la enfermedad se ha cebado de una forma más intensa; y también desde Chile por la unidad de quemados con mayor número de pacientes grandes quemados COVID-19 positivos de Latinoamérica. Surgió así un artículo de plena actualidad, que abre la puerta a muchos otros que serán reflejo de todo lo sucedido en el conjunto de nuestra especialidad en estos difíciles tiempos y de los que nuestra revista seguramente se hará eco en los próximos meses.

Creemos por tanto que tienen en sus manos un número verdaderamente interesante y completo en un área importante de la Cirugía Plástica como es la del paciente quemado, área que tanto por su componente multidisciplinar como por las interesantes novedades en materiales, técnicas y medios incorporados en los últimos años de la mano de la investigación biomédica y tecnológica más puntera, está ganando un especial interés y desarrollando innovación y futuro profesional para nuestros especialistas. En este punto queremos dar también las gracias a la industria del sector que colabora con su publicidad para hacer posible la publicación de esta monografía; al interés mostrado y a su disposición a compartir siempre con los especialistas que trabajan en este campo y con los que forman ya una gran familia.

Esperamos que disfruten con su lectura. Quedará para otro momento, que seguro llegará pronto, la celebración y el reconocimiento personal a los que en ella trabajaron. Lo haremos con muchas más ganas de reencuentro y de pasar página, y ojalá que también con algún buen aprendizaje, no solo profesional, para nuestras vidas.