Rodríguez Delgado A. 

Estimados colegas y amigos de la Federación Ibero Latinoamericana de Cirugía Plástica. Al llegar el momento de escribir estas líneas para referirme a lo que fue el XXIII Congreso Ibero Latinoamericano de Cirugía Plástica, una mezcla de sentimientos embarga mi cabeza, mi alma y mi corazón. No tendré palabras suficientes para mostrar mi gratitud a todos los que acudieron a la cita con la academia y la confraternidad. Así como para muchos otros amigos que desde sus respectivos países nos mostraron su increíble apoyo animándonos, asesorándonos y aportando sus experiencias a través de sus presentaciones en videos, pero que por razones particulares y por las medidas de sus países ante la pandemia, no pudieron estar presentes físicamente en este magno evento.

En la preparación de este congreso, el mundo se vio afectado por la terrible pandemia de la COVID-19 y como consecuencia de la misma surgieron grandes contratiempos, como cambios de fecha, cancelaciones de participantes, de profesores invitados y de empresas auspiciadoras, así como modificaciones en los programas científico y social. A pesar de estos obstáculos, el Comité Organizador nunca se desmotivó, sino que por el contrario siguió el trabajo sin descanso para lograr hacer el Congreso que merecían los miembros de la FILACP y sus acompañantes.

Para los asistentes fue de mucha satisfacción encontrarse con sus amigos de distintos países, regalarse entre sí una gran sonrisa y confundirse en un fuerte abrazo.

Pusimos todo nuestro empeño para tener una gran participación de residentes y cirujanos plásticos jóvenes, muchos de los cuales no habían asistido a ningún congreso de la FILACP. Su participación se hizo presente en el programa científico en las distintas modalidades: mesas redondas, trabajos libres y presentaciones en póster digital. Le dimos al Concurso Internacional de Residentes toda la relevancia que se merece colocándolo en un salón y un horario sin competencia de otras actividades académicas. Creemos firmemente que para que continúe el legado construido por los forjadores de la FILACP en sus 45 años de existencia, es necesario hacer que las nuevas generaciones se enamoren de esta institución, y para ello hay que hacerles saber lo importantes que son.

Una parte muy emotiva para todos los presentes fue el Homenaje al Maestro. En esta oportunidad distinguiendo a la Profesora Dra. Manuela Berrocal Revueltas, una extraordinaria mujer con sobradas cualidades conocidas por todos. De manera particular me siento muy honrado de que este homenaje se haya realizado en mi país y en el congreso que nos tocó presidir.

Organizar este evento significó un gran reto y una enorme responsabilidad, ya que a partir de la declaración de la pandemia, en marzo de 2020, que suspendió el congreso para la fecha original, tuvimos la presión provocada por el escepticismo y la incertidumbre de si realmente podría concretarse. Sin embargo, al final contamos con más de 750 participantes y más de 125 conferencistas.

No tengo la menor duda de que detrás de todo estuvo presente la Mano de Dios, creador de todos los buenos hechos, quien vio como pusimos alma corazón y vida, para darle vida a este reencuentro esperado por tanto tiempo. Por eso ante todo digo: LA GLORIA SEA PARA DIOS.

Mi agradecimiento sincero para los miembros de la Sociedad Dominicana de Cirugía Plástica Reconstructiva y Estética (SODOCIPRE), que mediante asamblea me concedieron el honor de capitanear este barco y confiaron en que lo llevaría a puerto seguro a pesar de las tempestades. Durante la preparación de este congreso la SODOCIPRE tuvo 4 gestiones: la primera presidida por el Dr. Otoniel Díaz quien gestionó la sede en el congreso de la FILACP realizado en Punta del Este, Uruguay, en 2016. La segunda, presidida por el Dr. Jean Paul Giudicelli, quien hizo los primeros desembolsos económicos para garantizar el hotel sede y realizar las primeras contrataciones con la agencia organizadora. La tercera estuvo encabezada por el Dr. Kenneth Schimensky, con quien continuamos los trabajos y quien debía haber presidido la Sociedad en la fecha original del congreso. Por último, la gestión actual presidida por el Dr. Rubén Carrasco, quien dio un apoyo irrestricto al Comité Organizador para que terminara de materializar el esperado congreso. Como se puede ver, la continuidad en el trabajo y el compromiso institucional, estuvo presente y demuestra que la SODOCIPRE es una sociedad sólida y madura.

Mi gratitud también a los Comités Ejecutivos de la FILACP, tanto de la gestión 2018-2020, encabezada por el Dr. Alejandro Duarte, como a la gestión 2020-2022, dirigida por la Dra. Militza Jovick. Ambas nos apoyaron en cada una de las iniciativas para desarrollar el proyecto.

La confección del programa científico fue un arduo trabajo, por eso mis agradecimientos por su empeño al Dr. Fernando de la Cruz quien fungió el papel de Director Científico del Congreso. Pero de manera muy especial a la Dra. María del Mar Vaquero, quien siempre estuvo dispuesta a trabajar, a recibir mis llamadas trasnochadoras por la diferencia horaria entre nuestros países y a modificar el programa científico cuantas veces fuera necesario para hacerlo a la altura que merecen los miembros de la FILACP. Una verdadera heroína anónima, que lucha por el crecimiento de la FILACP sin pretender glorias personales.

Gracias también a los Capítulos y Comités de trabajo de la FILACP que de manera entusiasta organizaron sus mesas redondas, paneles y cursos para enriquecer el programa.

Agradezco el apoyo de las empresas auspiciadoras que nos dieron el soporte económico para desarrollar lo que nos habíamos planteado.

Quiero destacar el trabajo realizado por todo el equipo de trabajo: secretarias, encargados de salas, fotógrafos, técnicos de audiovisuales, artistas, personal del Hard Rock Hotel y de la agencia organizadora K y M Destinos. Sin sus colaboraciones y flexibilidad no hubiésemos logrado un evento tan maravilloso.

El trabajo del Dr. Otoniel Díaz como Secretario General del Congreso fue inmenso. Otoniel, que siempre está en perfil bajo, me ayudó en cada situación difícil que se presentó a lo largo de todo el trayecto y de no haber sido por su ayuda, simplemente hubiese sido imposible realizar muchas de las cosas vividas en el congreso.

Finalmente quiero agradecer a mi familia su paciencia por haber permitido mi ausencia tantos fines de semana y días especiales para dedicar tiempo a la organización del “Reencuentro”.

Queridos amigos, este congreso lo hicimos con mucho amor, esperando que la FILACP siga creciendo y desarrollándose. Espero que hayan disfrutado tanto de la parte científica como de los eventos sociales y que sea recordado de manera muy grata, sirviendo así para fortalecer no solo la relación entre nosotros, sino entre nuestras familias.