Introducción
Las alteraciones en la región glútea tras una pérdida de peso importante o una cirugía bariátrica se manifiestan como flacidez cutánea, pérdida de volumen graso y de masa muscular, lo que provoca diversas molestias en los pacientes. El tratamiento de esta región depende de qué segmentos se hayan alterado y del grado de afectación. Las opciones reconstructivas pueden incluir solo el lifting de piel, tal y como describe Baroudi, el lifting combinado con el uso de colgajos adiposos o mioadiposos para reponer forma y volumen, y el lifting con inclusión de una prótesis a través de la misma vía de acceso para lograr proyección y aumento del volumen glúteo.(1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9)
La tracción de los colgajos en dirección superomedial provoca un exceso de piel y grasa en la región sacra, lo que a su vez requiere una mayor resección de tejido además de ajustar la posición y forma del pliegue glúteo.
Para ello, a diferencia de aquellos autores que determinan de forma previa la cantidad de tejido a extirpar,(1,3,6,9,10) proponemos realizar este ajuste al final de la cirugía, permitiendo así una mayor retirada de piel, la corrección de asimetrías y la preparación del surco glúteo según la anatomía individual de cada paciente.
Material y método
Sometimos a lifting de glúteos a 15 pacientes con edades comprendidas entre los 20 y los 61 años, 2 hombres y 13 mujeres. Seis pacientes habían sido sometidos a cirugía bariátrica y 9 se presentaron después de una pérdida masiva de peso.
En 12 pacientes utilizamos un colgajo adiposo para proyectar la mitad superior de la región glútea. En 3, además del colgajo adiposo, incluimos una prótesis de silicona a través de la misma incisión.
Marcamos al paciente en posición ortostática creando 2 segmentos laterales, evaluados por pinzamiento bidigital, que se extienden hasta la región sacra (Fig. 1). Extirpamos los segmentos de piel conservando, en la mayoría de los casos, una almohadilla grasa con la que también podemos realizar colgajos para mejorar la proyección de la porción superior.

Fig. 1. Delimitación de la zona a extirpar en el lifting de glúteos. En la región sacra, la resección del exceso y el ajuste de los colgajos se realizará al final de la cirugía, determinando un mejor posicionamiento del surco glúteo.
Después de este paso, traccionamos del colgajo inferior (glúteo) en dirección superomedial, provocando un exceso de piel en la región sacra (Fig 2). Luego, ajustamos retirando la piel del colgajo superior y / o inferior (Fig. 3). Esta maniobra corrige la asimetría en la región, evita la elevación del surco y posiciona el nuevo surco glúteo (Fig. 4) según la anatomía de la región y el patrón masculino o femenino (Fig. 5,6,7,8).

Fig. 2. Tracción superomedial del colgajo glúteo, que provoca un exceso de tejido en la región sacra.

Fig. 3. Tracción inferior del colgajo sacro para eliminar el exceso de tejido, corrigiendo posibles asimetrías y definiendo la forma y contorno del surco glúteo.

Fig. 5 A, B. Pre y postoperatorio (5 meses) en paciente femenina con perdida masiva de peso. Lifting glúteo con colgajo adiposo e implante.

Fig. 6 A, B. Pre y postoperatorio (4 meses) en paciente femenina con pérdida de peso por cirugía bariátrica. Lifting glúteo con colgajo adiposo.
Dependiendo de nuestra evaluación y de la preferencia del paciente, podemos incluir un implante de silicona a través del borde superior del músculo glúteo.

Fig. 7 A, B. Pre y postoperatorio (6 meses) en paciente fenemina con pérdida masiva de peso por cirugía bariátrica. Lifting con colgajo adiposo. C. Postoperatorio a 1 año.

Fig. 8 A, B. Pre y postoperatorio (4 meses) en paciente femenina con pérdida masiva de peso. Lifting con colgajo adiposo e implante.
Como aproximamos la fascia glútea para reducir la tensión y el espacio muerto, generalmente no usamos drenajes en esta región.
Los pacientes se mantienen en decúbito prono o en posición de Fowler durante 24 horas. Después de este período, pueden caminar y sentarse.
Resultados
Entre los 15 pacientes intervenidos, tuvimos las siguientes complicaciones: 1 caso de hematoma tratado solo con punción por aspiración; 2 casos de seroma con drenaje espontáneo de la herida quirúrgica; y 2 casos de dehiscencia parcial de la sutura, de los cuales solo 1 requirió revisión de la cicatriz.
Discusión
En los pacientes que sufren adelagazamienti, especialmente después de una cirugía bariátrica, la gran flacidez de la piel asociada a su cambio de textura dificulta planificar con precisión la resección cutánea necesaria. El premarcaje de este segmento cutáneo a resecar(1,5,6,8) puede comprometer el posicionamiento final correcto de la cicatriz debido a diferencias en la cantidad de piel sobrante en cada lado después de la tracción del colgajo, lo que provoca cicatrices altas, visibles con la ropa de baño, o muy bajas con borramiento del surco glúteo.
En el lifting de glúteos, la tracción en dirección superior y medial (Fig. 2) proporciona un mayor volumen de piel alrededor del surco glúteo. A veces, este exceso de piel es desigual y puede provocar diferentes volúmenes para cada región glútea. Por otro lado, hay que tener en cuenta que existe además un exceso de piel en la región sacra resultante de la pérdida de peso.
Por tanto, para eliminar este exceso, ajustar la asimetría y crear el pliegue glúteo, proponemos que la resección de la piel en esta región se realice al final del procedimiento ajustando los colgajos, bien mediante tracción inferior del colgajo de la región sacra o deslizamiento medial de los colgajos de la región glútea, definiendo el surco glúteo y corrigiendo las posibles asimetrías. Estas maniobras permiten obtener el surco glúteo más adecuado para cada paciente.
En cuanto a las complicaciones, los casos de dehiscencia de sutura que ocurrieron entre los pacientes de nuestro grupo de estudio siempre se produjeron en las regiones laterales en aquellos sometidos a cirugía bariátrica. Los seromas se produjeron en pacientes en los que empleamos un colgajo adiposo para aumentar los tercios superior y medio de la región glútea. Srivastava(10) recoge una incidencia del 12% en los casos de uso del colgajo graso frente a un 7% en los casos sin colgajo graso.
La aparición de seroma o dehiscencia no comprometió el resultado del ajuste en la región del surco glúteo.