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Cirugía Plástica Ibero-Latinoamericana

versión On-line ISSN 1989-2055versión impresa ISSN 0376-7892

Cir. plást. iberolatinoam. vol.48 no.1 Madrid ene./mar. 2022  Epub 02-Mayo-2022

https://dx.doi.org/10.4321/s0376-78922022000100004 

CIRUGÍA MAMARIA

Reconstrucción del pezón. Análisis comparativo de experiencia con dos técnicas: injerto de segmento de pezón contralateral y colgajo V-C

Nipple reconstruction. Comparative analysis of experience with two techniques: contralateral nipple segment graft and V-C flap

José Midón Míguez*  , Francisco Javier Pacheco Compaña*  , Sara Alicia González Porto** 

*Cirujano Plástico, Médico Adjunto Servicio Cirugía Plástica Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña, A Coruña, España.

**Cirujano Plástico, Médico Adjunto Servicio Cirugía Plástica Hospital POVISA, Vigo, España.

Resumen

Introducción y objetivo.

La reconstrucción del complejo areola-pezón es la culminación del proceso de reconstrucción mamaria. Genera pacientes más satisfechas y aporta beneficios psicológicos. Sin embargo, las pacientes están más satisfechas con la reconstrucción del montículo mamario. La reconstrucción del pezón sigue siendo un tema pendiente de resolución. Existen numerosas técnicas publicadas.

En este trabajo evaluamos nuestra experiencia con dos técnicas usadas frecuentemente: el injerto de un segmento del pezón sano y el colgajo V-C, para determinar cuál nos ofrece mejores resultados.

Material y método.

Estudio retrospectivo de pacientes intervenidas de reconstrucción mamaria heteróloga en el Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (España) entre 2010 y 2014, en las que se efectuaron dos técnicas de reconstrucción del pezón: colgajo V-C e injerto de segmento de pezón contralateral, analizando los parámetros posición, diámetro, proyección, color y sensibilidad, tanto por el personal médico como por las pacientes y sometiendo los resultados obtenidos a estudio estadístico.

Resultados.

Analizamos 25 pacientes (16 injertos y 9 colgajos). La posición fue adecuada en todos los casos. Los parámetros diámetro y proyección no mostraron diferencias estadísticamente significativas entre ambas técnicas. Sí se observaron en el color y la sensibilidad. Los pezones reconstruidos con colgajo V-C tenían un color más claro y eran menos sensibles.

Conclusiones.

En nuestra revisión de casuística personal, la reconstrucción del pezón mediante injerto de un segmento del pezón contralateral sano ofrece mejores resultados en cuanto a color y a sensibilidad que la reconstrucción con un colgajo V-C en pacientes con reconstrucción heteróloga del montículo mamario.

Palabras clave Reconstrucción pezón; Reconstrucción mama; Complejo areola-pezón

Abstract

Background and objective.

Nipple-areola complex reconstruction is the culmination of the mammary reconstruction process. It generates more satisfied patients and brings psychological benefits. However, patients are more satisfied with the reconstruction of the breast mound. The reconstruction of the nipple is a pending issue. There are many published techniques.

In this study we evaluate our experience with two techniques frequently used for nipple reconstruction: contralateral nipple segment graft and V-C flap, to determine which one offers us better results.

Methods.

Retrospective study on patients who undergone heterologous mammary reconstruction operated at the University Hospital Complex of A Coruña (Spain), between 2010 and 2014, using two techniques of nipple reconstruction: V-C flap and contralateral nipple segment graft. Parameters such as position, diameter, projection, color and sensitivity were assessed, both by the medical staff and by the patients, and the results obtained were submitted to statistical study.

Results.

A total of 25 patients (16 grafts and 9 flaps) were stu- died. Nipple position was adequate in all cases. Diameter and projection showed no statistically significant differences between the two techniques. However, significant differences were observed in color and sensitivity. Reconstructed V-C flap nipples were lighter in color and less sensitive.

Conclusions.

In our personal casuistry review, nipple reconstruction by grafting a healthy contralateral nipple segment offers better results in terms of color and sensitivity than the reconstruction with a V-C flap in patients with heterologous reconstruction of the breast.

Key words Nipple reconstruction; Breast reconstruction; Nipple-areolar complex

Midón Míguez J. 

Introducción

La importancia de las mamas en la imagen corporal, la sexualidad y la psicología de la mujer es evidente. Ello explica la altísima demanda de intervenciones de cirugía estética que la mama suscita. Según los datos aportados por la ISAPS (Asociación Internacional de Cirujanos Plásticos y Estéticos), en 2018 se efectuaron en el mundo un total de 3.584.079 intervenciones de cirugía estética mamaria.(1) En países como Estados Unidos, Brasil o Venezuela la cirugía estética mamaria fue la más solicitada, superando incluso a la cirugía estética facial.

Y es precisamente la mama, el órgano más afectado por el cáncer en la mujer. En Europa va a padecerlo 1 de cada 9 mujeres a lo largo de su vida y la tendencia sigue en alza.(1) Como decía Jean Maurice Spitalier: “El cáncer de mama no distingue razas, ni edad, desconoce ideologías; afecta a pobres y a ricos: es una enfermedad verdaderamente democrática”.

La altísima prevalencia de esta enfermedad justificó la creación de las Unidades de Mama. Estas unidades están constituidas por diferentes especialistas: radiólogos, anatomopatólogos, oncólogos, radioterapeutas, ginecólogos, cirujanos generales, cirujanos plásticos y enfermeras, que con una dedicación completa o parcial se involucran en la atención de la patología mamaria. Todos los casos de cáncer de mama deben ser evaluados en una sesión multidisciplinar donde se planifica el tratamiento: quimioterapia, cirugía oncológica-oncoplástica y radioterapia. Asimismo se determina el tipo de reconstrucción mamaria, inmediata o diferida, con expansores-prótesis o tejidos autólogos y si precisa o no técnicas microquirúrgicas. En nuestro centro, el Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (A Coruña, España). desde el año 2008 se discuten dichas cuestiones en un comité de mama que se reúne semanalmente.

Esta planificación y los avances terapéuticos están cambiando el tratamiento de este tumor, sobre todo el tratamiento quirúrgico. En los últimos años la cirugía del cáncer de mama ha sufrido una regresión. Hasta hace poco debíamos justificar un tratamiento conservador; ahora debemos justificar una mastectomía.(2) Aun así, dada la altísima incidencia de esta patología, el número de mastectomías sigue siendo extraordinariamente alto. Por tanto, la reconstrucción mamaria es en la actualidad una de las actividades principales del cirujano plástico, con la colaboración de otros especialistas de la unidad: ginecólogos y cirujanos generales.

Generalmente, es la reconstrucción del montículo mamario la que capta la atención y los esfuerzos del cirujano. La recreación del complejo areola-pezón (CAP) se considera un procedimiento menor y se relega a un segundo plano. Incluso cuando se retrasa este procedimiento muchas pacientes caen en el olvido o desisten en su reconstrucción, motivo por el cual no se debería demorar más de 6 meses.(3)

El CAP ocupa el centro y el lugar de máxima proyección de la mama. Es el punto de reflexión de la luz y por tanto cualquier defecto del mismo es muy evidente. Su importancia estética es máxima. Aporta una apariencia natural a la mama cuando la paciente se ve desnuda. Por todo ello debemos considerar su reconstrucción como la culminación de la reconstrucción mamaria. Está demostrado que su reconstrucción genera pacientes más satisfechas y les aporta beneficios psicológicos.(4)

En la reconstrucción de la areola el punto clave es la simetría con la areola contralateral. La areola reconstruida debe estar visualmente a la misma altura que la natural, debe tener la misma forma e igual color (Fig. 1). La utilización de piel inguinal, axilar o de labios menores, no consigue igualar fielmente el color de la areola sana. Además puede dejar secuelas cicatriciales en la zona donante que a menudo la paciente rechaza. Hoy en día se considera el tatuaje como la técnica más adecuada. No es un procedimiento quirúrgico y permite obtener una buena simetría en color y forma entre ambas areolas.(5) Además, posibilita ocultar cicatrices como la de mastectomía o la cicatriz periareolar de la mastopexia en la mama sana contralateral (Fig. 2).

Figuras 1 A y B. Pre y postoperatorio al año de paciente con mastectomía izquierda: reconstrucción del montículo mamario con expansión y prótesis y del pezón con injerto de pezón contralateral. Aumento mamario derecho con prótesis y tatuaje de ambas areolas para optimizar la simetrización. 

Figura 2.  El tatuaje permite ocultar la cicatriz periareolar en la mama sana sometida a mastopexia para simetrización con la reconstruida 

Para la reconstrucción del pezón se han descrito un gran número de técnicas. Sin embargo, la satisfacción que las pacientes experimentan con la reconstrucción del pezón es inferior a la que experimentan con la reconstrucción del montículo mamario. Esto indica que la reconstrucción del pezón es uno de los aspectos pendientes para alcanzar la reconstrucción mamaria ideal.(6)

La posición del pezón, su forma, una proyección estable, su textura, color y sensibilidad, son los aspectos que determinan la calidad de la reconstrucción.(7,8) Entre estos, la proyección y el color son los que más se relacionan con la satisfacción de la paciente.(7)

Se han desarrollado numerosos métodos de reconstrucción del pezón que se pueden clasificar en 3 categorías: colgajos, injertos y colgajos a los que se asocian injertos (habitualmente dermis o cartílago) o incluso materiales aloplásticos.(9,10) La técnica más usada en los últimos años ha sido el colgajo V-C, descrito por Jones en 1994.(11) Se trata de un procedimiento sencillo y seguro que reproduce el pezón contralateral fielmente. Su principal inconveniente es la pérdida de proyección con el paso del tiempo.(12)

Otra alternativa de reconstrucción del pezón es mediante el uso de injerto. Se obtiene un segmento de pezón de la mama sana y se injerta en el montículo mamario reconstruido, de acuerdo con la técnica descrita por Bostwick.(13) Está especialmente indicada cuando la proyección del pezón sano es mayor que su diámetro.

El objetivo de este trabajo es realizar un estudio comparativo de nuestra experiencia con estos dos métodos de reconstrucción del pezón para determinar cuál de ellos nos ofrece una mejor calidad en pacientes sometidas a reconstrucción mamaria protésica.

Material y método

Realizamos un estudio retrospectivo de las pacientes intervenidas por el primer autor en el Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (España), entre los años 2010 y 2014, sometidas a reconstrucción del CAP. Incluimos únicamente las pacientes sometidas a mastectomía por cáncer de mama cuyo montículo mamario fue reconstruido mediante expansión y prótesis mamaria. Excluimos las pacientes con reconstrucción autóloga y/o radioterapia para evitar diferencias en los grupos de comparación. Para este estudio se accedió a las historias clínicas electrónicas de las pacientes siguiendo las recomendaciones de confidencialidad establecidas en nuestro hospital.

En las pacientes que tenían un pezón sano contralateral con una proyección de 10 mm o más se efectuó reconstrucción mediante injerto. En las que tenían una proyección menor de 10 mm se efectuó reconstrucción con colgajo V-C.

Técnica quirúrgica

Todas las pacientes fueron intervenidas en régimen ambulatorio a los 2-6 meses de finalizar la reconstrucción del montículo mamario.

El marcaje se efectúa con la paciente en bipedestación. Se trazan 3 líneas: una línea medio-esternal y una línea medio-mamaria en cada una de las mamas. Se mide la distancia desde el hueco supraesternal al pezón sano y se marca esa distancia sobre la línea medio-mamaria en la mama reconstruida. Ahí se posiciona un electrodo que simula la areola y se valora conjuntamente con la paciente la posición del nuevo pezón, variando si fuese preciso la posición del electrodo. Es muy importante la visión de la areola desde arriba, para lo cual mandamos sentar a la paciente. Una vez marcada la localización del nuevo pezón, se acuesta a la paciente en la camilla de quirófano.

Cuando el pezón sano tenía una proyección mayor que su diámetro se seleccionó como técnica reconstructiva el injerto (Fig. 3) marcando el segmento a resecar con rotulador quirúrgico (Fig. 4). Si el pezón sano tenía poca proyección se optó por la reconstrucción con el colgajo V-C, con un diseño de acuerdo con las indicaciones de Jones10 marcado con rotulador quirúrgico (Fig. 5). Todos las pacientes fueron intervenidas con anestesia local utilizando de 5 a 10 cc de solución anestésica de mepivacaína al 2% con adrenalina al 1/100.000.

Figura 3 A y B. Si el pezón sano es hipertrófico, efectuamos la reconstrucción mediante injerto. Pre y postoperatorio al año del pezón donante. 

Figura 4.  Evolución del pezón reconstruido como injerto: A. Segmento de pezón sano que se utilizará para reconstruir. B. Aspecto a los 8 días del pezón reconstruido. C. Aspecto a los 2 meses. D. Aspecto al año, tras tatuaje de areola. 

Figura 5.  Evolución del pezón reconstruido con colgajo V-C. A. Diseño del colgajo. B. Aspecto a los 8 días del pezón reconstruido. C. Aspecto a los 2 meses. D. Aspecto al año, tras tatuaje de areola. 

Para la obtención del segmento de pezón sano y dado que la punción anestésica es dolorosa, se enfría la zona previamente durante 2 minutos con una bolsa de gel congelado. Se extrae dicho segmento y se desepidermiza un área circular de 1 cm de diámetro en la zona receptora elegida, a la cual se sutura el pezón extraído con nylon de 6-0. Se realiza un vendaje compresivo sujeto con puntos de seda de 4-0 y se sutura el pezón donante con nylon de 6-0. Las curas se realizan cada 4 días; a los 8 se retiran los puntos de seda y a los 15 los de nylon, cuando el injerto está prendido.

El colgajo V-C se levanta manteniendo una capa subdérmica de 1 cm de espesor de tejido adiposo. Se sutura con poliglactina de 4-0 y nylon de 6-0, dando forma al pezón. Igualmente las curas se realizan cada 4 días y los puntos se retiran a los 15 días, registrando las posibles complicaciones.

Finalmente, a los 4 meses se tatúa la areola, independientemente de la técnica utilizada.

Al año de la intervención las pacientes fueron valoradas por 2 médicos del Servicio de Cirugía Plástica que analizaron los siguientes parámetros:

  • - Técnica de reconstrucción empleada, edad de la paciente en el momento de la intervención, tabaquismo (consumo de más de 5 cigarrillos diarios) y obesidad (índice de masa corporal mayor de 30), recogidos directamente de las historias clínicas.

  • - Posición del pezón, color, medidas (proyección y diámetro en mm.) y sensibilidad, de acuerdo con el protocolo que recogemos en la Tabla I. Estos parámetros, recogidos en diversos estudios(3,4,8,9) son determinantes de la calidad de la reconstrucción.

Tabla I.  Protocolo de recogida de datos y encuesta de satisfacción. 

Encuesta a la paciente en relación con pezón reconstruido: (Valore de 1 a 10 los siguientes aspectos)
Proyección:
Sensibilidad:
Color:
Posición:
Simetría con el otro pezón:
¿Con qué reconstrucción está más satisfecha?
Con la de la mama:
Con la del pezón
Con las dos igual:

Esta calidad también fue valorada por las pacientes al año de la reconstrucción rellenando el cuestionario que recogemos en la Tabla I. Este cuestionario fue realizado siguiendo las directrices del BREAST-Q: marco de referencia para valoración de los resultados de la cirugía mamaria desde la perspectiva de la paciente.(14)

Sometimos todos los datos obtenidos a estudio estadístico empleando el programa informático SPSS® versión 21.0. Los test realizados fueron U de Mann-Whitney para analizar las variables cuantitativas y el test exacto de Fisher para analizar las variables cualitativas en relación a cada grupo de estudio.

Resultados

El número total de pacientes intervenidas fue de 36, de las cuales 5 rehusaron cubrir la encuesta de satisfacción y 6 no acudieron a la revisión anual, por lo que el número total de pacientes incluidas en el estudio fue de 25.

La edad media de las pacientes estudiadas fue de 50.64 años (rango de 35 a 69 años). En cuanto a la técnica de reconstrucción utilizada, a 16 pacientes (64%) se les practicó un injerto y a 9 (36%) un colgajo V-C. Seis pacientes eran fumadoras: a 4 se les realizó un injerto y a 2 un colgajo V-C. Igualmente, otras 6 pacientes eran obesas: a 4 también se les realizó un injerto y a 2 un colgajo. Ninguna de las pacientes intervenidas presentó complicaciones postoperatorias.

La valoración médica de la reconstrucción del pezón (Tablas II A y B) muestra los siguientes datos:

Tabla II A.  Resultados de la valoración de la calidad de la reconstrucción del pezón, efectuada al año de la intervención por médicos del servicio de Cirugía Plástica. Se analizaron los parámetros: técnica (colgajo V-C o injerto) edad, obesidad (IMC mayor de 30), tabaquismo (consumo de más de 5 cigarrillos al día), posición (si el pezón estaba a igual altura, más bajo o más alto que el contralateral), diámetro (arriba el del pezón reconstruido abajo el del pezón contralateral, expresado en mm), proyección (arriba la del pezón reconstruido abajo la del pezón contralateral, expresada en mm), color (igual, más claro o más oscuro que el pezón contralateral) y sensibilidad (arriba si el pezón reconstruido tiene menor, igual o mayor sensibilidad que el contralateral y abajo si el pezón reconstruido tiene menor, igual o mayor sensibilidad que la piel peri-areolar). 

Edad Tabaco Obesidad Posición Diámetro Proyección Color Sensibilidad
Paciente 1 Injerto 36 No No Igual 14 14 4 4 Igual Menor Igual
Paciente 2 Injerto 57 No Igual 10 10 3 6 Igual Menor Igual
Paciente 3 Injerto 57 Igual 10 11 4 5 Igual Menor Menor
Paciente 4 Colgajo VC 37 No No Igual 13 11 4 7 Igual Menor Menor
Paciente 5 Colgajo VC 51 No No Igual 13 9 4 4 Más claro Menor Menor
Paciente 6 Injerto 48 No Igual 11 12 3 4 Igual Menor Igual
Paciente 7 Injerto 69 No No Igual 13 11 5 7 Igual Menor Igual
Paciente 8 Colgajo VC 58 Igual 12 10 5 7 Más claro Menor Menor
Paciente 9 Injerto 62 No No Igual 9 10 5 6 Igual Menor Igual
Paciente 10 Injerto 51 No No Igual 10 15 4 7 Igual Menor Menor
Paciente 11 Injerto 53 No No Igual 8 15 4 6 Igual Menor Igual
Paciente 12 Colgajo VC 45 No No Igual 13 10 5 7 Más claro Menor Menor
Paciente 13 Injerto 50 No No Igual 9 14 5 6 Igual Menor Igual
Paciente 14 Colgajo VC 56 No No Igual 13 10 4 7 Igual Menor Igual
Paciente 15 Injerto 54 No No Igual 9 16 5 7 Igual Menor Igual
Paciente 16 Injerto 35 No No Igual 13 13 5 5 Igual Menor Igual
Paciente 17 Injerto 58 Igual 9 9 3 5 Igual Menor Igual
Paciente 18 Injerto 56 Igual 11 12 5 6 Igual Menor Menor
Paciente 19 Colgajo VC 38 No No Igual 14 13 5 8 Igual Menor Menor
Paciente 20 Colgajo VC 50 No No Igual 12 8 4 4 Más claro Menor Menor
Paciente 21 Injerto 49 Si No Igual 12 13 4 5 Igual Menor Igual
Paciente 22 Injerto 68 No No Igual 12 10 4 6 Igual Menor Igual
Paciente 23 Colgajo VC 59 Igual 13 10 6 8 Más claro Menor Menor
Paciente 24 Injerto 61 No No Igual 8 9 4 5 Igual Menor Igual
Paciente 25 Colgajo VC 58 No No Igual 13 10 5 8 Igual Menor Menor

Tabla II B.  Resumen de los resultados recogidos en la tabla II A (edad en años; diámetro y proyección en mm). 

Colgajo V-C (n=9) Injerto (n=16) Valor p
Edad media 50,2 (37-59) 54 (35-69)
Obesidad 2 (22%) 4 (25%)
Fumadoras 2 (22%) 4 (25%)
Posición
Igual 9 (100%) 16 (100%) 1
Más alto 0 (0%) 0 (0%)
Más bajo 0 (0%) 0 (0%)
Diámetro
Valor absoluto pezón reconstruido 12.88 (12-14) 9.88 (8-14)
Diferencia contralateral-reconstruido 2.78 2.13 0.108
Proyección
Valor absoluto pezón reconstruido 4.66 (4-6) 4.18 (3-5)
Diferencia contralateral-reconstruido 2 1.44 0.169
Color
Igual 4 (44%) 16 (100%) 0.002
Más claro 5 (56%) 0 (0%)
Más oscuro 0 (0%) 0 (0%)
Sensibilidad
Igual 1 (11%) 13 (81%) 0.002
Menor 8 (89%) 3 (19%)
Mayor 0 (0%) 0 (0%)

Posición. Todos los pezones reconstruidos presentaban una posición adecuada, simétrica con el pezón sano.

Color. Todos los pezones reconstruidos con injerto tenían igual color que el pezón contralateral (Fig. 6). Cinco de los 9 pezones reconstruidos con colgajo tenían un color más claro (56%) (Fig. 7), siendo los 4 restantes (44%) del mismo color que los contralaterales. La valoración del color sí presentó diferencias estadísticamente significativas (p=0.002).

Figura 6 A. Aspecto al año de postoperatorio del pezón reconstruido mediante injerto de hemipezón contralateral. B. Pezón donante. Obsérvese que ambos muestran igual color. 

Figura 7 A. Aspecto al año de postoperatorio del pezón reconstruido mediante un colgajo V-C. B. Pezón contralateral. Obsérvese que el pezón reconstruido tiene un color más claro. 

Diámetro. El diámetro medio de los pezones reconstruidos con injerto fue de 9.88 mm (rango de 8 a 14 mm). El diámetro medio de los reconstruidos con colgajo fue de 12.88 mm (rango de 12 a 14 mm).

Al analizar la simetría del diámetro entre los pezones reconstruidos y los sanos observamos que en las reconstrucciones con injerto, en 3 pacientes ambos pezones tenían el mismo diámetro y en 7 pacientes la diferencia era de tan solo 1 mm. En los reconstruidos con colgajo no se consiguió simetría en ninguna paciente.

Al calcular la media de los valores absolutos resultante de calcular las diferencias entre el pezón reconstruido y el pezón contralateral obtuvimos un valor de 2.13 mm para el grupo reconstruido con injertos y de 2.78 para el grupo reconstruido con colgajos. No observamos una diferencia estadísticamente significativa entre medias de los dos grupos (p=0.108).

Proyección. La proyección media de los pezones reconstruidos con injerto fue de 4.18 mm (rango de 3 a 5 mm). En los reconstruidos con colgajo la proyección media fue de 4,66 mm (rango de 4 a 6 mm).

En cuanto a la simetría de proyección entre ambos pezones, reconstruido y sano, realizamos el mismo cálculo que con el diámetro, obteniendo un valor de 2 mm para el grupo reconstruido con colgajos y de 1.44 mm para el grupo de los injertos. Tampoco observamos una diferencia estadísticamente significativa entre las medias de ambos grupos (p=0.169).

Sensibilidad. Todos los pezones reconstruidos, independientemente de la técnica empleada, mostraron menor sensibilidad que los contralaterales.

Al comparar la sensibilidad de los pezones reconstruidos con la piel periareolar observamos que los pezones reconstruidos con injerto mostraban la misma sensibilidad en un 81% (13 casos), siendo menor en un 19% (3 casos). Sin embargo, los pezones reconstruidos con colgajo mostraron la misma sensibilidad en un 11% (1 caso) siendo menor en un 89% (8 casos), lo cual fue estadísticamente significativo (p=0.002).

La valoración de las pacientes obtenida a través de la encuesta arroja los siguientes datos (Tablas III A y B):

Tabla III A.  Resultados de la valoración de la calidad de la reconstrucción del pezón efectuada al año de la intervención por las pacientes. Se indicó a las pacientes que puntuasen de 1 a 10 los siguientes aspectos del pezón reconstruido: posición, color, proyección, sensibilidad y simetría con el otro pezón. Y finalmente que marcasen si estaban más satisfechas con la reconstrucción del pezón, la del montículo mamario o con ambas igual. 

Posición Color Proyección Sensibilidad Simetría Mayor satisfacción (montículo vs. pezón)
Paciente 1 Injerto 10 9 10 5 9 Con ambas igual
Paciente 2 Injerto 10 10 10 9 10 Con ambas igual
Paciente 3 Injerto 10 8 5 4 10 Con ambas igual
Paciente 4 Colgajo VC 8 7 8 7 8 Con ambas igual
Paciente 5 Colgajo VC 9 7 8 5 8 Con montículo
Paciente 6 Injerto 8 8 7 5 8 Con montículo
Paciente 7 Injerto 8 4 5 3 3 Con montículo
Paciente 8 Colgajo VC 9 5 9 1 9 Con ambas igual
Paciente 9 Injerto 7 7 5 3 8 Con ambas igual
Paciente 10 Injerto 10 10 10 3 10 Con ambas igual
Paciente 11 Injerto 7 8 4 3 7 Con ambas igual
Paciente 12 Colgajo VC 9 6 6 5 8 Con montículo
Paciente 13 Injerto 9 7 7 6 8 Con ambas igual
Paciente 14 Colgajo VC 9 7 7 4 7 Con montículo
Paciente 15 Injerto 8 9 5 4 8 Con ambas igual
Paciente 16 Injerto 10 9 10 5 9 Con ambas igual
Paciente 17 Injerto 10 10 10 9 10 Con ambas igual
Paciente 18 Injerto 10 8 5 4 10 Con ambas igual
Paciente 19 Colgajo VC 9 8 9 7 8 Con ambas igual
Paciente 20 Colgajo VC 8 7 7 4 7 Con montículo
Paciente 21 Injerto 9 9 8 6 9 Con montículo
Paciente 22 Injerto 7 7 4 2 3 Con montículo
Paciente 23 Colgajo VC 9 6 9 2 9 Con ambas igual
Paciente 24 Injerto 6 6 4 2 7 Con ambas igual
Paciente 25 Colgajo VC 10 7 7 4 8 Con ambas igual

Tabla III B.  Resumen de los resultados recogidos en la tabla III A. (valor de significación estadística). 

Colgajo V-C (n=9) Injerto (n=16) Valor p
Posición 8.89 (8-1) 8.69 (6-10) 1
Color 6.67 (5-8) 8.06 (4-10) 0.012
Proyección 7.78 (6-9) 6.81 (4-10) 0.357
Sensibilidad 4.33 (1-7) 4.56 (2-9) 0.978
Simetría 8 (7-9) 8.06 (3-10) 0.357
Satisfacción montículo frente a pezón
Con ambas igual 5 (56%) 12 (75%) 0.394
Con el montículo 4 (44%) 4 (25%)
Con el pezón 0 (0%) 0 (0%)

Posición. Obtiene una valoración media de 8.69 (rango de 6 a 10) en los pezones reconstruidos mediante injerto. En los reconstruidos con colgajo la valoración es de 8.89 (rango de 8 a 10). No apreciamos diferencia estadísticamente significativa (p=1).

Proyección. La valoración media de las reconstrucciones con injerto fue de 6.81 (rango de 4 a 10) y en las realizadas con colgajo fue de 7.78 (rango de 6 a 9). No observamos diferencias estadísticamente significativas entre ambos grupos (p=0.357).

Color. Los pezones reconstruidos con injerto obtienen una valoración de 8.06 (rango de 4 a 10). Los reconstruidos con colgajo obtienen un 6.67 (rango de 5 a 8), lo cual presentó una diferencia estadísticamente significativa entre ambos grupos (p=0.012).

Sensibilidad. La valoración media fue de 4.56 para los injertos (rango de 2 a 9) y para los colgajos de 4.33 (rango de 1 a 7). No encontramos diferencia estadísticamente significativa entre ambos grupos (p=0.978).

Simetría. La valoración media de la simetría para los injertos fue de 8.06 (rango de 3 a 10) y para los colgajos fue de 8 (rango de 7 a 9). No encontramos diferencia estadísticamente significativa entre ambos grupos (p=0.357).

Satisfacción con la reconstrucción del montículo frente a satisfacción con la reconstrucción del pezón. Un 68% (17 pacientes) respondieron que estaban igual de satisfechas con ambas reconstrucciones. El 32% restante (8 pacientes) estaba más contenta con la reconstrucción del montículo. Ninguna mostró mayor satisfacción con la reconstrucción del pezón.

Las pacientes reconstruidas con injerto mostraron una mayor satisfacción con el montículo mamario en un 25% de los casos (4 pacientes). Se mostraron igual de satisfechas con ambas reconstrucciones en el 75% restante (12 casos). Las pacientes reconstruidas con colgajo V-C mostraron una mayor satisfacción con la reconstrucción del montículo en un 44% de los casos (4 casos) y con ambas reconstrucciones igual en el 56% restante (5 casos). No observamos diferencias estadísticamente significativas entre ambos grupos (p=0.394).

Discusión

En la reconstrucción mamaria podemos diferenciar dos etapas: la reconstrucción del montículo mamario y la reconstrucción del CAP.

Las técnicas de reconstrucción del montículo mamario han evolucionado hasta conseguir resultados altamente satisfactorios que se reflejan en las encuestas de satisfacción contestadas por las pacientes. El 81% de las pacientes, en el estudio de Jabory col,(4) valoraba como excelente o bueno el resultado del montículo mamario y sólo un 64% daba esa misma valoración al CAP. En concordancia con estos resultados, nuestro estudio muestra que un 32% de las pacientes estaba más satisfecho con el resultado del montículo mamario que con el del CAP. Ninguna paciente estaba más satisfecha con el resultado del CAP en comparación con el montículo. Al analizar si las pacientes estaban más satisfechas con el montículo mamario o el CAP, valorando si este había sido reconstruido con un injerto o con un colgajo, no encontramos diferencias estadísticamente significativas. Todo ello indica que la reconstrucción del CAP debe mejorar.

Un 75% de las pacientes encuestadas en el trabajo de Fernández y col.(6) manifestaron que la reconstrucción del CAP era algo fundamental. Esto es lógico si tenemos en cuenta que el CAP ocupa el centro y el punto de máxima proyección de la mama. Podríamos hacer un símil con lo que sucede en la cara con la nariz, que ocupa también una posición central y de máxima proyección. Todos conocemos las implicaciones estéticas que la nariz desempeña en la cara. Igualmente, el CAP desempeña una gran importancia estética. La simetría y la ptosis están determinadas por la ubicación del CAP. Además es el punto más elevado en la mama, donde se refleja la luz, y por tanto cualquier defecto en él es muy perceptible.

En consecuencia la reconstrucción del CAP y en concreto del pezón, sigue siendo una parte crítica de la reconstrucción mamaria. Se han descrito numerosas técnicas que se agrupan en dos métodos básicos: injertos compuestos tomados del pezón sano contralateral y colgajos locales randomizados basados en el plexo subdérmico. Uno de los más utilizados es el colgajo V-C. En este trabajo hacemos un estudio comparativo de nuestra experiencia con estas dos técnicas, seguras, y fiables,(8) como lo demuestra el hecho de que no hayamos tenido ninguna complicación, incluso en pacientes obesas o con hábito tabáquico.

Al analizar los resultados obtenidos en cada parámetro, observamos que en todos los casos la localización del CAP era adecuada, lo cual se traducía en una alta satisfacción en las encuestas realizadas a las pacientes. Para conseguir que el pezón se ubique correctamente, no sólo deben hacerse las mediciones correctas, sino que también visualmente debe ocupar un lugar correcto (Fig. 8). Además, siempre buscábamos la participación de la paciente al efectuar el marcaje. Por otra parte, el intervalo de tiempo entre la implantación de la prótesis definitiva y la reconstrucción del pezón, en nuestros casos, fue de 2 a 6 meses. Esta espera permite que disminuya la inflamación y que la prótesis ocupe su emplazamiento definitivo. No dilata este tiempo más de 6 meses por imperativos de gestión de nuestra lista de espera hospitalaria y también porque el aumentar este intervalo de tiempo disminuye la satisfacción por parte de las pacientes con los resultados.(4)

Figuras 8 A. Marcaje para emplazar el nuevo pezón: sobre la línea medio-mamaria de la mama reconstruida se posiciona un electrodo adhesivo que simula la areola. Se variará su posición hasta obtener simetría con respecto a la areola sana. B. Son importantes tanto la perspectiva frontal como la superior, para lo cual mandamos sentar a la paciente. Siempre debe participar la paciente en esta decisión. 

Otro parámetro que estudiamos fue el color. Un 56% de los pezones reconstruidos con un colgajo V-C mostraron un color más claro que el contralateral pese al tatuaje, observación que coincide con otros trabajos publicados.(4.12) Sin embargo, todos los pezones reconstruidos con injerto, que también fueron tatuados, tenían un color igual que el pezón donante, característica que también señalan Spear y col.(7) Esta diferencia en la estabilidad del color entre ambas técnicas fue en nuestro estudio estadísticamente significativa.

Desde nuestro punto de vista consideramos que la localización del CAP y su color son quizás los parámetros más importantes y también donde se han conseguido los mejores resultados. Opinión compartida por las pacientes, que los puntúan con las valoraciones más altas.

La proyección estable del pezón es el aspecto más difícil de conseguir y que más insatisfacción genera en las pacientes.(4) Shestak y col. afirman que la mayor disminución de proyección se produce en los 3 primeros meses y se estabiliza a partir de los 6meses.(15) Otterburn y col. consideran que el colgajo V-C genera más satisfacción cuando se realiza en una reconstrucción mamaria autóloga.(8) En los pezones reconstruidos con un injerto, la proyección es estable.(15) En nuestro trabajo hemos observado, sin embargo, que con ambas técnicas disminuía la proyección, sin encontrar una diferencia estadísticamente significativa entre ambas. En los pezones injertados la disminución de la proyección probablemente estuviese relacionada con el tatuaje. Spear y col. sostienen que el tatuaje contribuye a disminuir la proyección de los pezones reconstruidos.(7) Dado que el pezón trasplantado conserva el color del pezón donante, quizás no hubiese sido necesario tatuarlos. En los pezones reconstruidos con colgajos la proyección también se veía disminuida por el tatuaje, pero fundamentalmente estaba producida por la atrofia que experimentan los tejidos después de la expansión.(12) Para contrarrestar este efecto se han descrito numerosas técnicas que tratan de aportar volumen al pezón utilizando colgajos o injertos de dermis, grasa, cartílago e incluso hueso8-16,17) y combinaciones de colgajos locales e injertos de segmentos del pezón sano.(18)

Paralelamente a la disminución de la proyección se produjo un aumento del diámetro de los pezones reconstruidos. Los reconstruidos con colgajos tenían un diámetro discretamente mayor, pero no observamos una diferencia estadísticamente significativa entre ambas técnicas. La retracción centrífuga que experimentan los tejidos expandidos explica este efecto(19) y, lógicamente, afecta a ambos tipos de reconstrucciones.

Finalmente, otro aspecto a tener en cuenta en la reconstrucción del pezón es la sensibilidad. El pezón es una parte muy sensible de la mama femenina. La disminución o pérdida de esa sensibilidad genera una cierta insatisfacción con la reconstrucción final, tal y como se recoge en la literatura.(8,12) En nuestro estudio, todos los pezones reconstruidos, independientemente de la técnica utilizada, tenían una menor sensibilidad que los pezones sanos, y esto se traduce en las encuestas de satisfacción de las pacientes con la puntuación más baja. Por tanto este aspecto debe ser discutido preoperatoriamente con las pacientes, informándoles de que se va a producir una importante pérdida de la sensibilidad que no se va a recuperar con la reconstrucción del pezón, aunque se recogen casos en los que la sensibilidad mejora varios años después de dicha reconstrucción.(8)

Al analizar la sensibilidad del pezón en comparación con la sensibilidad de la piel que lo rodea observamos diferencias entre las dos técnicas de reconstrucción. En las reconstrucciones con injertos, el 81% de las pacientes tenía igual sensibilidad en el pezón y la piel circundante, mientras que en las reconstrucciones con colgajo V-C solo el 11% tenía igual sensibilidad, siendo menor en el 89% restante, lo cual resultó estadísticamente significativo. Esto parece lógico dado que se infringe más daño, lesionando más terminaciones sensitivas al levantar el colgajo que al poner el injerto.

Por otra parte la obtención del segmento de pezón no afectó a la sensibilidad del pezón donante.

En base a estos datos podemos afirmar que, en nuestra experiencia, la reconstrucción del pezón con un injerto del pezón contralateral ofrece una mejor calidad. En esta línea Spear y col. afirman que ninguna otra técnica proporciona tan buenos resultados en términos de forma, color, textura y proyección estable.(7)

Como punto débil del presente trabajo cabe señalar que el número de casos es bajo, razón por la cual lo presentamos como una experiencia personal. Sin embargo podemos destacar como fortalezas que el grupo de pacientes incluidas en el estudio era homogéneo, ya que en todas se había efectuado la misma técnica de reconstrucción del montículo mamario y no habían sido radiadas, al contrario de los que encontramos en otros trabajos. Por otro lado, todas las pacientes de nuestro estudio fueron operadas por el mismo cirujano y reproduciendo exactamente los mismos pasos en cada técnica y en cada paciente.

Conclusiones

En nuestra revisión de casuística personal, la reconstrucción del pezón mediante injerto de un segmento del pezón contralateral sano ofrece mejores resultados en cuanto a color y a sensibilidad que la reconstrucción con un colgajo V-C en pacientes con reconstrucción heteróloga del montículo mamario.

Financiación: No hubo fuentes externas de financiación para este trabajo.

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Recibido: 20 de Enero de 2022; Aprobado: 10 de Febrero de 2022

Conflicto de intereses: Los autores declaran no tener ningún interés financiero relacionado con el contenido de este artículo.

Dirección del autor Dr. José Midón Míguez, Servicio de Cirugía Plástica, Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña, Avda. Ax Xubias de Arriba 84, 15006 A Coruña, España, Correo electrónico: josemidonmiguez1@gmail.com

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