In Memoriam. Dr. Carlos Losa Martínez (1936-2009)

 

 

A. Barreiro Fernández

Médico Adjunto de Digestivo. Hospital Infanta Leonor. Madrid

 

 

En la madrugada del 21 de abril nos dejaba nuestro compañero y buen amigo el Dr. Carlos Losa Martínez. Se marchó discretamente, en silencio y sin molestar, como había vivido, como era él.

Carlos era una persona entregada, pendiente de sus pacientes, de sus amigos, de sus alumnos y de todo aquel que necesitara algo de él, tanto médica como humanamente.

Adquirió su formación en Medicina Interna con el Dr. Augusto Granados en el Gran Hospital de la Beneficencia General del Estado, que posteriormente cambió su nombre al primitivo y actual, de La Princesa. Siguió en el mismo Servicio transformado en Digestivo, como jefe de Sección, con el Dr. Pajares García. Inquieto, trabajador infatigable y disciplinado, colaboró de manera eficacísima en la transformación del Servicio de Medicina Interna en el más especializado de Digestivo.

Participó en la aceptación de la Endoscopia Digestiva como técnica fundamental en el diagnóstico de las enfermedades digestivas. Colaboró con cirujanos y oncólogos generales en el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de los pacientes con tumores digestivos, mostrando a los digestólogos el camino de la oncología digestiva.

En plena madurez de su vida profesional creó e impulso la Unidad de Motilidad Digestiva del Hospital de La Princesa, que se convirtió en un referente junto a la Unidad del Hospital Clínico, donde se formó para afrontar este reto.

Los comienzos en la Unidad de Motilidad fueron duros, había que enfrentarse a los ordenadores, a los programas de motilidad, al aparataje y a conseguir la infraestructura necesaria para llevar a cabo este nuevo reto. ¡Cuántos domingos tuvimos que dedicarle!, ¡cuántas horas robadas a los tuyos!, ¡cuántas guardias intentando encontrar mesas, sillas, etc.!, para conseguir que se pusiera en marcha y que, finalmente, fuera una Unidad reconocida. Apostó y luchó por la batalla en favor de la enfermedad funcional y la ganó.

Colaboró con la Sociedad Española de Patología Digestiva como Socio y durante años la Revista de la Sociedad publicó algunos de sus trabajos originales. Participó en Congresos con comunicaciones sobre patología de reflujo y patología motora digestiva.

Nunca podré olvidar un Congreso en Sevilla sobre patología esofágica, en la cena de clausura cantaron flamenco, era un gran aficionado, escuchando la Salve Rociera con los ojos acuosos y la voz entrecortada me dijo: "escucha y verás que paz y tranquilidad sientes", al terminar la cena, desapareció y en unos minutos volvió con una cinta que me regaló, la cual todavía conservo y que cuando escucho me sigue emocionando.

Inició a los Residentes en las técnicas de motilidad y pH-metría que introdujeron en los Servicios de destino finalizada su Residencia en el Hospital de La Princesa. Dirigió y codirigió varias Tesis doctorales, entre ellas la mía.

Médico humanista, de gran calidad humana, vivía para los enfermos, para intentar mejorar la asistencia pública y peleaba para que fuera de calidad.

Hombre tímido y reservado, íntegro, amigo de sus amigos, comprensivo con los que no lo eran, amante de su familia, con genio vivo, muy cercano en la distancia corta, aparentemente más lejano en la larga, nos deja un legado imborrable a compañeros, enfermeras, alumnos y pacientes.

Aunque nos cuesta creer que ya no está, que no lo volveremos a ver, es una pérdida física, pues siempre tendremos su recuerdo, su huella, su saber estar. Los que estuvimos más cerca tenemos la obligación de continuar con su antorcha y no permitir que se apague la luz.

Querido Carlos, querido amigo, querido jefe, descansa en paz.