INTRODUCCIÓN
Trismo, o trismus, se refiere al síntoma caracterizado por la limitación para la apertura bucal. El trismus psicosomático es una rara somatización de un estado de ansiedad o malestar psicológico.
El propósito de este artículo es presentar un caso de trismus psicosomático considerado de interés, debido a la peculiaridad del cuadro y a la dificultad de su diagnóstico y manejo.
CASO CLÍNICO
Paciente mujer de 18 años que acudió a Atención Primaria por imposibilidad de apertura bucal dos días después de extracción de cordal. Tras dos meses sin mejoría, la paciente acudió a consulta. La exploración física era desconcertante: risa sardónica sin pérdida de peso pese afirmar la imposibilidad de apertura oral con evidente contractura en masetero. La paciente refirió bruxismo nocturno y dolor a la palpación de ambas articulaciones temporomandibulares (ATM). Se solicitó ortopantomografía y resonancia magnética (RM), donde se observaron cóndilos en sus correspondientes fosas y aspecto de bloqueo articular con desplazamiento meniscal anterior bilateral mínimo. No siendo posible realizar estudio funcional por imposibilidad para la apertura (Figura 1).

Figura 1. Resonancia magnética de cóndilo boca cerrada, antes y después del tratamiento. No se observan diferencias significativas en articulación.
Durante el estudio del caso se plantearon múltiples diagnósticos, pero fundamentalmente la atención se centró en dos de ellos: síndrome del disco adherido (SDA), debido a la extracción previa y al ligero desplazamiento del menisco, y trismus psicosomático, el cual fue sospechado al conocerse la gran disfunción familiar que estaba viviendo la paciente.
Así, ante el fracaso terapéutico y la nueva sospecha diagnóstica, se decidió intentar tratamiento forzado de apertura con terapia dinámica además de tratamiento empírico con Largactil® (40 mg/ml) 20 gotas orales/8 h, Baclofeno® 1 mg, 1/8 h y Diazepam® 5 mg 1/12 h tras contactar con el servicio de Psiquiatría. Después de cinco meses de seguimiento conjunto en Psiquiatría y Cirugía Maxilofacial, la paciente refirió gran mejoría clínica, con apertura oral normal, gracias al nuevo manejo: terapia psicológica y tratamiento adecuado (Figura 2).
DISCUSIÓN
Cuando los factores psicoemocionales se exceden en intensidad y tiempo y, además, el individuo se muestra incapaz de integrarlos, puede conducir a patología oral1. Concretamente, el trismus es un signo común de una gran variedad de causas, siendo crucial el diagnóstico diferencial, ya que el tratamiento depende de la etiología: SDA, tétanos, procesos infecciosos (abscesos, veneno de araña...), intoxicaciones, fracturas, disfunción de ATM o neurológicas, etc. 2. Descartar el SDA fue complicado; este se comportaría como un desplazamiento discal anterior sin reducción en la apertura de la boca (closed lock). Para diferenciarlos la RM es la prueba más sensible y específica3,4.
En la literatura existe abundante información sobre casos que exponen síntomas somáticos, siendo los más frecuentes: dolor abdominal 30 %, cefaleas y mareos 19 %, marcha inestable, visión borrosa, artralgias, etc., pero es casi inexistente la descripción en la bibliografía de trismus de dicho origen. Una vez hallado el diagnóstico, es muy importante un correcto manejo en el que es preciso escuchar, contextualizar, evitar menospreciar la afectación, no cometer iatrogenia ni realizar pruebas innecesarias, así como introducir apoyo psicosocial y, si fuese necesario, pautar tratamiento farmacológico5,6,7. Por tanto, en este caso fue de vital importancia el manejo multidisciplinar junto con el Servicio de Psiquiatría mediante la atención y escucha activa centrada en los familiares, además de la terapia psicológica, ya que se trató de un cuadro muy inusual de trismus de origen psicosomático.