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Farmacia Hospitalaria

On-line version ISSN 2171-8695Print version ISSN 1130-6343

Farm Hosp. vol.37 n.6 Toledo Nov./Dec. 2013

https://dx.doi.org/10.7399/FH.2013.37.6.1115 

EDITORIAL

 

Grupo ETHOS de la SEFH o la importancia del ethos profesional en el ejercicio del farmacéutico de hospital

ETHOS Group of the SEFH or the importance of professional ethos in the professional practice of hospital pharmacists

 

 

E. Soler Company

Coordinador del Grupo de Trabajo ETHOS de Bioética y Ética Clínica de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria. Vocal Experto de Consejo Asesor de Bioética de la Comunidad Valenciana. Jefe del Servicio de Farmacia del Hospital Arnau de Vilanova de Valencia. España.

Dirección para correspondencia

 

 

La ética es una disciplina filosófica que trata de los asuntos morales, es decir, de nuestra conducta bajo el punto de vista del bien, del deber o del valor, calificándola como buena o mala, correcta o incorrecta, valiosa o sin valor moral. Se trata de una disciplina conocida con dos nombres diferentes, ética y moral, que provienen de distintas raíces terminológicas, griega o latina.

Etimológicamente las dos palabras significan lo mismo: la disposición fundamental de una persona ante la vida que, en virtud de la libertad, elige ser de una determinada manera.

Por tanto, se trata de dos palabras que en principio son intercambiables, aunque pueden ser objeto de distinción. Por moral se entiende aquel conjunto de normas y creencias que determinan lo que las personas o los pueblos consideran que es correcto o incorrecto, bueno o malo, en las acciones humanas y hace referencia a los códigos concretos que rigen en una determinada sociedad. Por el contrario, la ética es un saber filosófico; puede definirse como el análisis sistemático, crítico y formal de la conducta humana para discernir lo que es correcto o incorrecto, bueno o malo; o también el estudio sistemático del comportamiento humano en función de una escala de valores.

La ética no es una "superestructura" de la persona, sino que el ser humano es un ser ético por naturaleza. Así, con la ética ocurre lo mismo que con atributos físicos como la estatura, el peso o el color, que no se puede vivir sin ellos. Una persona puede ser más moral o menos, según determinados códigos, pero todos tenemos alguna estatura moral. No hay seres humanos amorales, situados más allá del bien y del mal, sino que somos inexorablemente, constitutivamente morales.

La formación en valores éticos es fundamental en cualquier época histórica y en cualquier disciplina, ya que supone formar buenos profesionales, personas que al ejercer una profesión, sepamos que no es sólo un medio de vida, ni siquiera es un ejercicio técnico, sino bastante más.

Un buen ejemplo que nos puede ilustrar la diferencia entre un buen técnico y un buen profesional lo tenemos en lo ocurrido recientemente a nivel de las entidades financieras que podían haber aconsejado a sus clientes teniendo en cuenta los intereses de esos clientes, y no sólo el beneficio de la entidad y el suyo propio. Quienes actuaban así podían ser técnicos muy competentes, pero no eran buenos profesionales.

El 17 de abril de 2004, The Lancet publicaba un editorial titulado "The soft science of medicine", en el que podíamos leer que mientras el adiestramiento médico actual pone el énfasis en la importancia de las denominadas ciencias "duras" -anatomía, fisiología, bioquímica, patología, microbiología y farmacología-, los jóvenes profesionales deben, desde su inicio en la práctica clínica, tratar con pacientes con diferentes biografías, contextos, deseos, miedos y expectativas, con el fin de poder ofrecerles en cada momento la mejor asistencia posible a cada uno de ellos. Y en esta labor interactiva, los conocimientos que les proporcionan las ciencias "duras" les son de escasa utilidad.

La introducción de juicios de valor no técnicos en la relación clínica es cada vez más numerosa, con la importante consecuencia de que diversos profesionales sanitarios pueden resolver las situaciones de manera diferente.

Los farmacéuticos de hospital, al igual que ocurre con los médicos, en nuestro ejercicio profesional nos enfrentamos diariamente a una constante toma de decisiones en las que se ven afectados, con más frecuencia de la que a veces se es consciente, valores propios, del paciente o de otros profesionales. Ante estas situaciones tenemos dos caminos, intentar obviar el problema, llevándolo todo al ámbito de lo impersonal, al "científico técnico", o involucrarnos en el problema y comprometernos a buscar la mejor solución que intente respetar los valores de todas las personas implicadas en el mismo.

Actualmente, los planes de estudios de nuestras universidades, así como los planes de formación de residentes, siguen en la línea que denunciaba el editorial de Lancet en 2004, forman a la perfección para decantarse hacia la primera opción, a identificar en las distintas situaciones clínicas exclusivamente desequilibrios fisiológicos que requieren soluciones terapéuticas basadas lo más posible en la evidencia científica.

La constatación, cada vez mayor, por parte de los farmacéuticos de hospital, de algo tan antiguo y manido, pero no por ello menos respetado y falto de aplicación práctica, de que no existen enfermedades sino enfermos, está haciendo que los profesionales nos veamos inmersos en una serie de conflictos de valores que no se habían planteado con anterioridad.

Los cuidados de salud requieren de un planteamiento individualizado de cada paciente desde una perspectiva integral y multifactorial. No olvidemos la naturaleza biopsicosocial y espiritual de la persona humana, que incluye planteamientos multidisciplinares, clínicos, personales, familiares, sociales y religiosos.

El desarrollo de la bioética ha llevado a un redireccionamiento de la relación vertical tradicional médico-paciente, hacia una más horizontal en la que al paciente cada vez se le tiene más en cuenta en las decisiones que conciernen a su salud corresponsabilizándole junto con el médico de las mismas.

En este tipo de relación clínica, los farmacéuticos estamos presentes, y así en colaboración con el médico y el paciente, nos corresponsabilizamos de la farmacoterapia de éste con el propósito de lograr resultados definidos que mejoren su salud y, lo que es más importante, su calidad de vida, en clave de proyecto personal.

En este contexto, los farmacéuticos establecemos un compromiso personal con el paciente individualmente considerado, de modo que somos responsables de los resultados que nuestras decisiones y acciones produzcan en él.

Cuando afirmamos que nuestra actuación tiene que hacerse de forma responsable, estamos diciendo que ha de ser con plena fundamentación ética.

Y aquí se nos presenta un importante reto ético, el de adecuar nuestra conducta más allá de los preceptos legales establecidos, ya que lo ético y lo legal no son términos intercambiables. Frente al ethos burocrático de quien se atiene al mínimo legal, al buen profesional se le pide el ethos profesional la excelencia, porque su comportamiento fundamental no es el que le liga a la burocracia, sino a las personas concretas, cuyo beneficio es el que da sentido a dicha actividad.

Conscientes de la importancia que el ethos profesional tiene en nuestro ejercicio como farmacéuticos de hospital, con el firme apoyo la Junta Directiva de la SEFH, un pequeño grupo de compañeros asumimos el reto de intentar plasmar en una publicación los conceptos básicos y la metodología que nos ayuden a la reflexión ética de los problemas que se nos presentan a diario en nuestro trabajo, lo que dio lugar a la publicación del libro "Ética Clínica en Farmacia Hospitalaria" que fue presentado en el Congreso de Bilbao (2012) y en el que colaboraron más de veinte profesionales, la mayoría farmacéuticos de hospital. En él, además de los conceptos básicos de la ética y la bioética, se abordan los principales problemas éticos que nos pueden ir surgiendo en los hospitales, acompañados de la resolución de casos prácticos que enriquece su valor didáctico.

El libro Ética Clínica en Farmacia Hospitalaria, patrocinado por la SEFH, fue un auténtico revulsivo para que la inquietud ética que había aflorado en un pequeño grupo de compañeros se convirtiera en el germen del actual grupo de trabajo ETHOS de Bioética y Ética Clínica.

Reconocemos que los objetivos que nos hemos propuesto son muy ambiciosos; no puede ser de otro modo, como ambiciosos han de ser nuestros objetivos en la atención a las personas si queremos de verdad ser buenos profesionales. Incluyen un objetivo general: el asesoramiento a la Junta Directiva y a todos los socios sobre aquellos aspectos éticos implicados en el ejercicio profesional, que se materializa en los siguientes objetivos específicos:

-Organización de sesiones formativas en el área de la bioética.

-Elaboración de informes sobre aspectos éticos concretos del ejercicio de la farmacia hospitalaria.

-Mantenimiento y actualización del Código Ético Farmacéutico de la SEFH.

-Velar para que la farmacia hospitalaria española incorpore en su actividad los principios éticos básicos.

-Propiciar la ética de las organizaciones.

-Resolución de consultas que impliquen problemas éticos.

-Elaboración de informes sobre aspectos de actualidad relacionados con la bioética y de interés para la sociedad.

-Elaboración de publicaciones en el área de la bioética y la ética clínica.

-Promover actividades de responsabilidad social corporativa.

-Colaborar con otros grupos SEFH con el fin de que incorporen en sus protocolos, guías, etc., consideraciones éticas y valores.

-Colaboración especial con el grupo de Ensayos Clínicos.

El grupo se ha presentado oficialmente en el Congreso de Málaga, tras la cual somos ya dieciséis profesionales comprometidos a incorporar la reflexión ética en nuestro ejercicio profesional y extender su incorporación al resto de compañeros de la sociedad.

Entre las primeras acciones, hemos iniciado ya la organización de un curso básico y eminentemente práctico de ética clínica, sobre la base de supuestos clínicos reales, modalidad on line. Así como la relectura y si procede, la propuesta de actualización del código ético de la profesión que data de 1998.

El grupo, abierto a todos los socios de la SEFH, nace con una vocación plena de servicio al colectivo profesional y a la sociedad, a fin de que el ethos profesional y la excelencia en la atención a las personas prevalezca sobre cualquier otro fin.

 

Agradecimientos

Quiero agradecer a todos los miembros del grupo ETHOS su disposición, ilusión y entrega, y muy especialmente a Dolores Barreda y Teresa Requena, auténticos referentes en ética clínica farmacéutica de nuestro país.

 

Bibliografía

Anónimo. The Lancet; 9417 (363):1247. 2004.         [ Links ]

Cortina, A. ¿Para qué sirve realmente la Ética? Paidós. Barcelona. 2013.         [ Links ]

Simón Vázquez, C. (Ed.) Diccionario de Bioética. Monte Carmelo. Burgos. 2006.         [ Links ]

Soler Company, E. (Coord.) Ética Clínica en Farmacia Hospitalaria. Fundación Salud 2000. Madrid. 2012.         [ Links ]

 

 

Dirección para correspondencia:
Enrique Soler Company
E-mail: soler_enrcom@gva.es

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