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Farmacia Hospitalaria
On-line version ISSN 2171-8695Print version ISSN 1130-6343
Farm Hosp. vol.40 n.1 Toledo Jan./Feb. 2016
https://dx.doi.org/10.7399/fh.2016.40.1.8993
ORIGINALES
Aplicaciones de smartphone para pacientes con cáncer; ¿qué conocemos sobre ellas?
Smartphone applications for cancer patients; what we know about them?
Roberto Collado-Borrell, Vicente Escudero-Vilaplana, Almudena Ribed-Sánchez, Sara Ibáñez-García, Ana Herranz-Alonso y María Sanjurjo-Sáez
Servicio de Farmacia. Hospital General Universitario Gregorio Marañón Madrid. Spain.
El artículo ha sido financiado por el Instituto de Salud Carlos III con Cofinanciación de los Fondos Europeos. Código de Proyecto: PI13/02056.
Dirección para correspondencia
RESUMEN
Fundamento y objetivo: uno de los grupos que más se pueden beneficiar de las aplicaciones en salud son los pacientes con cáncer. Sin embargo, no todas tienen un nivel de evidencia suficiente. El objetivo es analizar las características de las aplicaciones móviles destinadas a los pacientes con cáncer y conocer la fiabilidad de su información.
Material y métodos: estudio observacional descriptivo de las aplicaciones móviles destinadas a los pacientes con cáncer. En noviembre de 2014 se realizó una búsqueda en los sistemas operativos App Store (iOS) y Google Play (Android), utilizando los términos "cancer" y "oncology" (idiomas inglés y/o español), se descargaron y evaluaron. En una tabla Excel® se registraron sus características generales (tipo de cáncer, fecha de última actualización e idioma, entre otras) y finalidad (informativa, diagnóstica y preventiva, entre otras). El análisis se completó con una búsqueda en internet para analizar su evidencia científica.
Resultados: se descargaron 166 aplicaciones. El 23,5% estaban destinadas al cáncer de mama. El 52,4% actualizaron el software en el último año. El 98,2% estaban en inglés. La mayoría tenían más de una finalidad. Las más frecuentes fueron: informativa (39,8%), diagnóstica (38,6%) y preventiva (28,3%). El 50,6% presentaban una evidencia científica suficiente.
Conclusiones: son muchos los beneficios que se esperan de estas aplicaciones. Sin embargo, se ha detectado una falta de validez de la información, así como falta de actualización de los datos. Para evitar que se conviertan en un problema de seguridad en lugar de una ayuda para el paciente, es necesaria su regulación.
Palabras clave: Aplicaciones; Smartphone; Cáncer; Seguro; Efectivo.
ABSTRACT
Background and objective: one of the groups that can benefit most from healthcare applications, are cancer patients. However, not all applications have a sufficient level of evidence. Our objective is to analyze the characteristics of mobile healthcare applications for cancer patients and know the reliability of their information.
Material and methods: a descriptive observational study of mobile apps targeting cancer patients. In November 2014, we searched mobile applications for cancer patients in the App Store (iOS) and Google Play (Android), using the terms "cancer" and "oncology" (English and/or Spanish languages). Applications were downloaded and evaluated. We registered their general characteristics (classification of cancer, last date of actualization, language and others) and their purpose (whether were informative, diagnostic, or preventive purposes) on an Excel® chart. The analysis was completed with an internet search to analyze their scientific evidence.
Results: one hundred and sixty six applications were downloaded. 23.5% were destined for breast cancer. 52.4% upgraded their software in the last year. 98.2 % were in English. Most of the applications had more than one purpose. The most frequent were informative (39.8%), diagnostic (38.6%) and preventive (28.3%). 50.6% presented sufficient scientific evidence.
Conclusions: there are many benefits that are expected from these applications. However, we detected a lack of validity of the information, as well as lack of update of the data. To prevent these apps from becoming a safety problem rather than a useful tool for patients, regulation should be put in place.
Key words: Applications; Smartphone; Cancer; Safe; Effective.
Introducción
En los últimos años hemos sido testigos de un gran crecimiento en el desarrollo de las nuevas tecnologías, convirtiéndose la tecnología móvil, y en especial los Smartphone, en una herramienta imprescindible en la vida diaria1-5. Según el Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información, se estima que el 53,7% de los españoles por encima de los 15 años poseen un Smartphone y que el 39,6% de la población utilizó internet a través del teléfono móvil como fuente de información en el último trimestre de 20136. El campo de la salud también ha experimentado un cambio importante en el modo en el que se accede a la información. Internet se ha convertido en una herramienta que tanto los profesionales sanitarios como los pacientes utilizan como referencia7. En este contexto, surge el concepto de mHealth (salud móvil). El Observatorio Global de Salud Electrónica de la OMS define mHealth como las prácticas de medicina y salud pública que cuentan con apoyo de dispositivos móviles8.
Una de las principales herramientas de los Smartphone son las aplicaciones (app)7,9, considerándose de gran utilidad aquellas que están dedicadas a la promoción y autocuidado de la salud1,9. Las mHeatlh apps destinadas a los pacientes nacen con el objetivo de ser una guía para el manejo de su enfermedad, una fuente de información, y permitir su monitorización por los profesionales sanitarios a distancia10. Sin embargo, estas apps pueden estar orientadas a un público muy heterogéneo. Uno de los grupos que más se pueden beneficiar de estas apps son los pacientes con cáncer. Los continuos avances en este campo están derivando en unas mayores tasas de supervivencia, convirtiendo al paciente con cáncer en un paciente crónico1. Así, en 2012, la tasa de prevalencia a los 5 años en España fue de 1.467,6 casos por cada 100.000 habitantes11. Por otro lado, los nuevos fármacos desarrollados son en su mayoría de administración oral, y aunque proporcionan mayor seguridad, autonomía y calidad de vida, son consideraros medicamentos de alto riesgo por los errores de medicación en relación a su uso (dosis, falta de adherencia, etc.)12. Además, debido a las características inherentes de la vía oral, ha aumentado la responsabilidad de los pacientes sobre su terapia, ya que son los últimos responsables de su administración. Todo ello, asociado a la complejidad del tratamiento y a las numerosas incógnitas que se enfrentan los pacientes con cáncer durante el mismo, hace que cada vez recurran más a internet y a las apps en búsqueda de información1.
Por otro lado, el rápido avance tecnológico y desarrollo de estas apps nos lleva a plantearnos las siguientes preguntas, ¿son una fuente veraz y contrastada? ¿Son fiables estas apps?. No todas han sido elaboradas por profesionales sanitarios, lo cual genera cierto grado de incertidumbre acerca de su contenido y su correspondiente riesgo para el paciente2,7,9,13,14. Además, debido a la gran variedad de apps disponibles, es difícil saber cuál será la más adecuada para cada paciente, y la mejor manera de utilizarla para que ésta sea realmente efectiva10. El profesional sanitario podría tener un papel fundamental no sólo en la revisión o verificación del contenido de estas apps, sino también en su prescripción al paciente más adecuado y en la recomendación de las más fiables.
Por todo ello, el objetivo de este trabajo es analizar las características de las aplicaciones de Smartphone destinadas a los pacientes con cáncer. Se evaluó su finalidad, año de actualización, tipo de cáncer, coste y sus desarrolladores.
Material y métodos
Estudio observacional descriptivo de todas las aplicaciones para Smartphone relacionadas con el cáncer y destinadas a los pacientes y/o sus familiares o cuidadores.
En noviembre de 2014, se realizó una búsqueda en los sistemas operativos App Store (iOS) y Google Play (Android), dentro de la categoría "medicina" y "salud y forma física" o "bienestar", empleando para la búsqueda los términos "cancer" y "oncology" en el buscador principal. Únicamente se seleccionaron las apps destinadas a los pacientes y/o familiares o cuidadores y las que el idioma fuera en inglés y/o español. Se excluyeron todas las apps destinadas al abandono del tabaco y las que no especificaban cuál era el destinatario.
En un primer paso se analizó la información disponible dentro de la plataforma y únicamente se descargaron y evaluaron todas las apps que cumplían con los criterios anteriormente indicados, independientemente del coste. La descarga de las aplicaciones de iOS se realizó en un iphone 4s y las pertenecientes a Smartphone en un Samsung Galaxy S2.
Para la extracción de los datos se diseñó una tabla Excel® donde se registraron las características generales de las apps: nombre, sistema operativo, fecha de la última actualización, coste, categoría, idioma y tipo de cáncer para el que estaba destinada. Además, se incluyó cualquier dato que pudiera aportar información sobre la calidad de las mismas.
Posteriormente, su contenido se clasificó en base a su finalidad en las siguientes categorías: información general, diagnóstico, prevención, agenda, registro de los tratamientos, estado evolutivo de la enfermedad y síntomas para el seguimiento de la enfermedad, y otras. El análisis se completó con una búsqueda en las páginas web del desarrollador para analizar el contenido. Se consideró que habían participado profesionales cualificados en el contenido de las apps si habían sido desarrolladas por organizaciones sanitarias: fundaciones y sociedades científicas, universidades, administraciones sanitarias y hospitales.
Los datos fueron analizados por dos investigadores independientes con experiencia en el campo de la oncohematología y en el manejo de tecnologías sanitarias. El análisis de los datos se realizó mediante el programa estadístico SPSS® versión 18.0, utilizando estadísticas descriptivas. Para garantizar la fiabilidad de los datos analizados por los 2 observadores independientes se realizó la prueba Kappa de Cohen.
Resultados
Tras analizar la información disponible en la plataforma, se excluyeron 4 apps por desconocimiento del destinatario y se descargaron un total de 166 apps relacionadas con el cáncer y destinadas a los pacientes. De ellas, 75 estaban disponibles en Android, 59 en iOS y 32 en ambas plataformas. Las características iniciales de las apps analizadas se detallan en la tabla 1.
Características de las apps:
Del total de las 166 apps, 84 (50,6%) fueron descargadas dentro de la categoría medicina. En cuanto a su coste, únicamente 20 fueron de pago, con un coste medio de 2,15€ (DE: 1,73€). En relación al tipo de cáncer, las apps estaban destinadas de forma general al cáncer o específicamente para diferentes tumores. En función del tipo de tumor, el cáncer de mama fue el mayoritario (23,5%), seguido del cáncer de piel (9%). En la tabla 2 se muestra la distribución de las apps en función del tipo de cáncer. Respecto a la fecha de actualización, el 52,4% actualizaron el software en el último año. En cuanto al idioma, el 98,2% de las apps descargadas eran en inglés, el 1,8% en español y el 15,1% estaban en ambos idiomas.
Contenido de las apps:
La mayoría de las apps tenían más de una finalidad. Entre las más frecuentes se encentraron la informativa (39,8%), diagnóstica (38,6%) y preventiva (28,3%).
- De las 66 (39,8%) apps que proporcionaban, además de otras finalidades, información general sobre el cáncer, 42 (63,6%) estaban centradas en información general sobre los antineoplásicos.
- De las apps orientadas al diagnóstico, 20 (31,3%) estaban destinadas a pacientes con cáncer de mama y 14 (21,9%) al cáncer de piel. De las destinadas a pacientes con cáncer de mama, 12 (18,8%) informaban sobre cómo realizar una exploración mamaria o recordatorios para realizarlos. Entre las apps destinadas al cáncer de piel, éstas incluían imágenes o herramientas para capturar fotos que permiten analizar las lesiones pigmentadas de la piel.
- 47 (28,3%) apps estaban orientadas, a través de la educación e información, a contribuir a la prevención del cáncer promoviendo la modificación del estilo de vida mediante el ejercicio físico, modificación de la dieta y otras medidas básicas. De éstas, 21 (44,7%) estaban destinadas al cáncer en general y únicamente 2 (4,3%) estaban destinadas al cáncer de piel.
- En cuanto al resto de finalidades, 16 (9,6%) apps actuaban como agendas que aportaban información relacionada con la gestión de pruebas, citas, organización de los tratamientos, etc. 10 (6%) estaban orientadas al registro y seguimiento de los tratamientos y efectos adversos para permitir un seguimiento estrecho de los mismos. De las otras finalidades, 9 (5,4%) apps estaban orientadas al apoyo emocional de los pacientes, a través de vivencias personales, música, etc. Una menor proporción de apps, 8 (4,8%), eran diccionarios orientados al cáncer. Respecto al cálculo del riesgo de padecer cáncer, se encontraron 4 (2,4%) apps (mama, pulmón, próstata y cáncer general) que a través de información personalizada podían calcular el riesgo de desarrollar cáncer en un futuro.
El 48.8% de las apps habían sido desarrolladas por organizaciones sanitarias. En función del desarrollador, el 38,6% fueron fundaciones científicas, 10,8% por sociedades científicas, 10,8% por hospitales y el 7,2% por industria farmacéutica entre otros.
La prueba de Kappa de Cohen para garantizar los resultados de los datos analizados fue 1, con un grado de concordancia del 100%.
Discusión
Los Smartphone, y en concreto las apps, han supuesto un gran avance en el campo de la medicina en los últimos años, con un gran impacto en los métodos de búsqueda y acceso a la información7,15. Actualmente, hay más de 40.000 mHealth apps disponibles en "app store" y su uso en la práctica clínica se está incrementando, sobre todo en aquellas apps destinadas al cuidado de la salud2,9. De todas ellas, conocemos gracias a un estudio de la consultora Institute for Healthcare Informatics (IMS health) que, sólo 16.000 tenían cierto valor para su uso en temas relacionados con la salud8. Las mHealth apps han sido objeto de estudio por su potencial aplicación en numerosos campos de la medicina, entre los que se encuentra el cáncer10,15,16. Sin embargo, la evidencia de estudios que analicen el contenido de las apps destinadas a los pacientes con cáncer es limitada3.
El presente estudio, en el que se analizan un total de 166 apps destinadas a los pacientes con cáncer, destaca el elevado número de apps diseñadas para los pacientes con cáncer de mama, representando casi una cuarta parte del total. Por otro lado, el cáncer de próstata y pulmón representaron un 3,6% cada uno y el cáncer colorrectal un 0,6%. Sin embargo, estos datos no representan a la población real. En un informe elaborado por Globocan, los cánceres más frecuentes en España en 2012, según el número total de casos, fueron el de mama y colorrectal en mujeres, el de próstata y pulmón en hombres y el colorrectal y próstata en ambos sexos17.
En cuanto al grado de actualización de las apps, sin duda es uno de los factores que más pueden preocupar. Éstas se crean, pero en un porcentaje importante no se mantienen. En nuestro estudio hemos encontrado que solamente la mitad de las apps fueron actualizadas en el último año, mientras que en el 30% la última actualización se realizó hace más de 2 años. En una patología como el cáncer, en constante evolución, es necesaria una actualización continua. Solamente en España, en el año 2012, se autorizaron 9 tratamientos nuevos en el campo de la onco-hematología18. Asimismo, hemos encontrado apps referentes al cáncer de mama que a pesar de estar validadas por profesionales médicos, su contenido estaba obsoleto. Como ejemplo, cabe destacar que algunas de ellas no mencionan nuevas clasificaciones basadas en el receptor HER-2 ni siquiera a los receptores hormonales.
Respecto al idioma, destaca el bajo de número de apps en español. Solamente el 15,1% de las apps estaban en español. Esto podría suponer un problema de acceso para los casi 500 millones de hispanohablantes del mundo19.
En el estudio se observó que la mayoría de apps estaban orientadas a incrementar el conocimiento general del cáncer. Únicamente 26 (15,7%) apps aportaban herramientas individuales de autocontrol, bien a través de agendas o de registros para realizar un seguimiento de sus efectos adversos, tratamiento, etc. Desde hace varios años las herramientas de autocontrol utilizando teléfonos móviles han demostrado ser efectivas en distintas patologías1. Weaver et al. mostraron que un sistema de telemedicina a través de los registros de efectos adversos mediante un teléfono móvil y el asesoramiento sobre el manejo de la toxicidad fue útil para aumentar la seguridad de los pacientes20. Una revisión bibliográfica demostró que las intervenciones a través de los teléfonos móviles mediante recordatorios y envío de mensajes de texto pueden ayudar a mejorar los resultados en salud21. Gracias a la telemedicina, se ha observado una mayor implicación de los pacientes a través de una mayor asistencia a las citas con el médico y una mejor comunicación médico-paciente. También se han visto beneficios en salud, mediante cambios en el comportamiento, una mejor adherencia y mejora del control de la enfermedad1,9,22,23. Sin embargo, en una revisión de Bender et al., se observó que solamente un 17,2% de las apps proporcionaron herramientas para el autocuidado, prevención o detección, porcentaje muy parecido al observado en nuestro estudio(1).
Por último, nuestro estudio muestra una preocupante falta de participación de profesionales cualificados en el contenido de las apps, puesto que solamente el 48.8% habían sido desarrolladas por organizaciones sanitarias (fundaciones y sociedades científicas, universidades, administraciones sanitarias y hospitales), lo que puede suponer un riesgo para la seguridad del paciente. Únicamente la mitad de las aplicaciones se podría considerar que se sustentaban bajo una base científica. De éstas, más de una tercera parte estaban relacionadas con fundaciones científicas, y en menor proporción con hospitales y sociedades científicas. Estos resultados obtenidos fueron consistentes con la bibliografía disponible1,4. Pandey et al., en un análisis de las apps relacionadas con el cáncer, observaron que solamente el 55,8% de las apps proporcionaron datos validados científicamente y había una diferencia en la validez científica entre las destinadas a los profesionales sanitarios y las destinadas a los pacientes7. Varios estudios han alertado sobre la falta de implicación profesional y de evidencia en el desarrollo de las apps, aumentando la preocupación acerca de su contenido y pudiendo comprometer la seguridad del paciente1,2,15. Wolf et al., en un estudio sobre las apps para la detección de melanoma, encontraron que 3 de cada 4 apps clasifican incorrectamente el 30% de los melanomas. Estas apps, no sujetas a supervisión médica, podrían retrasar el diagnóstico del melanoma24.
Todo el potencial que se presupone que pueden tener las apps en salud contrasta con la falta de falta de participación de profesionales cualificados. Al igual que los medicamentos y productos sanitarios que tienen un marco regulatorio, las apps en salud deberían estar legisladas. La FDA, pionera en la regulación de las apps, elaboró en 2013 una guía con recomendaciones para garantizar la calidad de las mismas25. En contraste, en España no existe un marco que regule el contenido de esas apps. Sin embargo, la normativa europea 93/42/ CEE relativa a los productos sanitarios establece que los programas informáticos destinados por su fabricante a finalidades específicas de diagnóstico y/o terapia y que intervengan en su buen funcionamiento, destinado por el fabricante a ser utilizado en seres humanos con fines de diagnóstico, prevención, control, tratamiento o alivio de una enfermedad, se consideran un producto sanitario26. Por tanto, según esta directiva, una app que cumpla con estas condiciones, se podría considerar un producto sanitario tipo I. En ese caso, el marcado CE lo tendrían que declarar los propios fabricantes sin intervención de un organismo notificado. La Comisión Europea elaboró la guía MEDDEV 2.1/6, que mediante un algoritmo ayuda a los desarrolladores a determinar si las apps deben aplicar dicha directiva27. Por todo lo anterior, una app merecería la consideración de producto sanitario si a través de algoritmos se procesase información clínica.
A pesar de que en España no exista como tal un marco regulatorio, se han llevado a cabo iniciativas similares en regiones como Andalucía y Cataluña. Además, algunas entidades certificadoras otorgan sellos de calidad, como es el caso del NHS británico (National Health Service)28 y el de Calidad App Salud de la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía29. Para que una app sea considerada como segura y de calidad, según la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía debe seguir una serie de recomendaciones centradas en los siguientes aspectos: diseño y pertinencia, calidad y seguridad de la información, prestación de los servicios y confidencialidad y privacidad, todos ellos desarrollados a través de 31 requisitos29. En nuestro estudio hemos encontrado que solamente 1 de las apps analizadas tiene este sello de calidad. No obstante, a pesar de todas estas iniciativas, actualmente no existe una reglamentación nacional oficial para acreditar las apps, lo que puede crear cierta confusión entre los destinatarios.
Al ser nuestro estudio observacional, para garantizar la fiabilidad de los datos analizados, hemos realizado un análisis Kappa de Cohen. Este análisis ha obtenido un 100% de fiabilidad entre las observaciones de los 2 investigadores independientes, proporcionando robustez a nuestros resultados, los cuales concuerdan en gran medida con las revisiones publicadas30.
Entre las limitaciones del presente trabajo podemos resaltar la fuente de búsqueda. Para el estudio analizamos las apps disponibles en App Store y en Google Play, plataformas que representan aproximadamente el 85% de la cuota total de mercado2. Sin embargo, existen otras plataformas como Windows Phone o Blackberry que pueden tener otras apps para los pacientes con cáncer. Asimismo, el carácter transversal del estudio refleja el momento actual, por lo que esta información puede evolucionar con el tiempo.
Son muchos los beneficios que se esperan de estas apps pero es por ello por lo que tenemos que tener un especial cuidado en su diseño. Para evitar que estas herramientas se conviertan en un problema de seguridad en lugar de en una ayuda para el paciente con cáncer, es necesaria su regulación. Nos encontramos por tanto en un momento de efervescencia tecnológica, que si sabemos aprovechar puede suponer un enorme beneficio en el paciente. El número de aplicaciones móviles orientadas al paciente cáncer se ha duplicado en el último año. El objetivo de estas apps es promover un cambio de comportamiento en los pacientes, controlar y conocer sus síntomas, favorecer un diagnostico precoz y servir como fuente de información en estas patologías. Sin embargo, tal y como se describe en este estudio, se ha detectado un importante número de aplicaciones que no han sido desarrolladas por profesionales cualificados, así como una falta de actualización de los datos que puede desencadenar en un gran problema de seguridad. Por lo tanto, una vez se establezca una regulación específica sobre las apps en salud estaremos más cerca de la prescripción individualizada de estas apps a los pacientes como parte del tratamiento.
Dirección para correspondencia:
Correo electrónico: vicente.escudero@salud.madrid.org
(Vicente Escudero-Vilaplana).
Recibido: el 25 de marzo de 2015;
Aceptado: el 12 de octubre de 2015.
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