SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.16 número57"Grupo aquí y ahora": Una tecnología leve como propuesta de una acción socio-educativa para la saludEscuchar temores, para compartir decisiones índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • En proceso de indezaciónCitado por Google
  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO
  • En proceso de indezaciónSimilares en Google

Compartir


Index de Enfermería

versión On-line ISSN 1699-5988versión impresa ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.16 no.57 Granada nov. 2007

 

MISCELÁNEA

HISTORIA Y VIDA

 

Guardiana del espíritu de un machi y sus sueños

Guardian of the spirit of a machi and her dreams

 

 

Ángela Castellano Salas1

1Profesora Adjunta, Escuela de Enfermería, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago de Chile, Chile

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

En un centro de salud intercultural de Santiago de Chile, se ofrece a los usuarios la posibilidad adicional de acceder a la medicina mapuche, con la finalidad de complementar ambos sistemas de salud. Este relato biográfico, realizado en base a una entrevista en profundidad a la esposa del machi que atiende en ese lugar, describe su percepción sobre el proceso que éste vivió desde las primeras manifestaciones de la enfermedad que sugerían el don y el poder de las pruebas que inciden en su aceptación, la preparación e iniciación y algunas experiencias del período actual. Desde un plano aparentemente silencioso, su esposa ha jugado un papel clave en la provisión de las condiciones necesarias para la atención de los pacientes y a la vez, ha sido su fiel colaboradora en lo propiamente humano y una guardiana del espíritu del machi, guiada por el mensaje de sus sueños.

Palabras clave: Medicina tradicional. Medicina mapuche. Machi. Espíritu. Sueños. Género.


ABSTRACT

In an intercultural health center of Santiago, Chile, the additional possibility to accede to mapuche medicine is offered to the clients with the purpose of complementing both health systems. This biographical story was written on the basis of an interview in depth to the wife of the machi who gives attention in this place. It describes her perception on the process that he lived since the first manifestations of the illness that were suggesting the gift and the power of the proofs that influence his acceptance, the preparation and initiation, and some experiences of the current period. From a seemingly silent plane, his wife has played a key role in the provision of the necessary conditions for the attention of the patients and simultaneously, she has been his faithful collaborator in what is properly human, and a guardian of the spirit of the machi guided by the message of her dreams.

Key words: Traditional medicine. Medicine Mapuche. Machi. Spirit. Dreams. Gender.


 

 

Introducción

La salud, la enfermedad y la muerte son hechos universales en la experiencia del hombre, sin embargo la manera de explicarse estos fenómenos, así como los mecanismos para enfrentarlos, son construcciones culturales que varían de acuerdo a los valores, conocimientos, técnicas, creencias, sentimientos y tradiciones de cada grupo humano en particular. Todos los sistemas médicos tienen fundamentos para su práctica y tienen la misma lógica, en cuanto buscan causas de las enfermedades y formas de tratamiento para recuperar la salud, las que tienen a su vez el reconocimiento de la sociedad. Esta legitimación puede darse a través de la evidencia científica como es el caso de la medicina oficial o también a través de un sueño, una visión o la enfermedad de un machi o chamán, como es el caso de las medicinas tradicionales indígenas.1 Así, el fenómeno de salud-enfermedad es variable según el contexto cultural.

Las personas consultan en forma creciente a distintas alternativas terapéuticas cuando en la atención que reciben no encuentran mejoría, por insatisfacción en la forma que lo tratan, porque no se ajusta a su marco cultural, entre otros factores. Si una persona cree que la causa de enfermedad es un “mal que viene de afuera”, mandado por un “espíritu malo”; el tratamiento que le brinda la medicina científica no es suficiente porque no aborda el aspecto sobrenatural de la enfermedad, lo que puede influir en la adherencia a la atención o en la consulta paralela a otros agentes de salud que se adapten a su cultura. Por tanto, es fundamental que los profesionales de la salud comprendamos este hecho y consideremos la cultura del usuario en el proceso de atención, a través de un diálogo intercultural basado en el respeto a la diversidad; entendiendo que la pertinencia cultural trasciende lo exclusivamente étnico. En este contexto, el desafío del sector salud es aceptar que existen distintas maneras de hacer o entender la salud y que una estrategia válida para trabajar en este escenario es la apertura hacia otros tipos de medicina, tanto para acercarse al usuario como para trabajar en forma coordinada con los otros sistemas, en modelos que tiendan a complementar sus conocimientos.1

En nuestro país podemos encontrar diversos exponentes de la medicina tradicional indígena, siendo la medicina mapuche la más representativa, por ser la etnia predominante en nuestro país. Las machi son las intermediarias entre el mundo mapuche y el mundo sobrenatural y sus espíritus protectores les entregan poderes para combatir a los espíritus malignos. Velan por el bienestar de sus enfermos y la comunidad.2 Se usa el término machi en femenino porque la mayoría son mujeres, y los hombres tienen el espíritu femenino también y se expresa en singular, de acuerdo a la lengua mapuche, el mapudungun.

En un centro de salud intercultural de la comuna de La Pintana, Santiago de Chile, en el cual participé en sus inicios, se ofrece a los usuarios la posibilidad de acceder a la medicina mapuche, además de la medicina oficial, con la finalidad de complementar ambos sistemas de salud. La medicina mapuche está a cargo de un machi, quien atiende en una ruka (vivienda típica mapuche), ubicada en el terreno del mismo consultorio. En mis últimas visitas a ese lugar, tuve la oportunidad de compartir más con su esposa, quien allí es su ayudante y por primera vez me daba cuenta que su desconocido y silencioso rol era clave en la provisión de las condiciones necesarias para el ejercicio de las funciones del machi y la atención de los pacientes.

Entonces, me propuse entrevistarla para conocer más sobre su papel y a la vez explorar su experiencia, como esposa de un machi. El hecho de ser representante de la cultura originaria, me permitiría entrar en la cultura mapuche, desde la mirada femenina del cuidado de la salud. A su vez, en la literatura se encuentran relatos de machi, pero no está la perspectiva de sus esposas o esposos, lo cual resultaba novedoso e interesante de conocer. Su disposición, facilidad para comunicarse y el conocimiento anterior, nos daba la confianza necesaria para conversar esos temas. La única limitación fue encontrar un tiempo libre de interrupciones debido a la cantidad de personas que circulan en la ruka, lo que me significó varias visitas antes de lograr mi objetivo, pero a la vez me ayudó a entender mucho más el contexto.

Si bien la conversación fue fluida, no fue fácil el manejo de la entrevista, pues se entrecruzaban las historias del machi con las de ella, además de su particular manera de introducir diálogos durante el relato, oscilando entre pasado y presente, sueños y realidad. En forma adicional, tuve algunas dificultades para entender bien su lenguaje, en parte por algunas palabras que decía en su lengua, como también por modismos y ciertas características de la construcción gramatical, las que se hacen evidentes en su relato. También hay palabras que existen en nuestro vocabulario, sin embargo para su cultura tienen un significado diferente, que se explican en el glosario. Resalto este aspecto porque realicé algunas correcciones en el escrito tendientes a facilitar la comprensión del lector, sin embargo se respetó el lenguaje original para adentrarse en su cultura, respecto a lo que dice y a cómo lo dice.

En general se mostraba contenta y animada durante la conversación, aunque hubo momentos que su tono y expresión facial demostraba mucha pena, como cuando contó que no conoció a sus padres, en especial, su mamá. En ese momento, me sentí muy unida en su pena y aunque no lloró, sentí su llanto, como un desgarro interior.

La técnica utilizada fue una entrevista en profundidad,3 la que fue grabada y transcrita en forma completa y textual. Luego, se realizó un análisis cualitativo de los contenidos, los que se agruparon en distintas categorías temáticas. El material recolectado entrega mucha información y para efectos de los objetivos propuestos, dejé para otra oportunidad la historia personal de la informante.

El relato biográfico elaborado,4 se refiere a la percepción de la esposa sobre el proceso que vivió el machi desde las primeras manifestaciones de la enfermedad que sugerían el don y los sueños reveladores, la búsqueda de evidencias del don, las pruebas que le mandó el espíritu que incidieron en la aceptación del rol, la preparación e iniciación a cargo de otra machi y algunas experiencias del período actual, como es la exposición a la crítica, la envidia y la fama. El dolor o sufrimiento pareciera ser una transversal en la vida de este machi y su familia, lo que es explicado en la literatura como una presión del espíritu o fileu mientras se reconoce y asume el don. Así lo describía la esposa: “las machi me dijeron, te están tomando los hijos, te están tomando las pruebas, si realmente cree, tiene que tomar el don”, es que “el daño es muy complicado, si tú no tomas responsabilidad o no asumes, te pasan cosas y te dan pruebas de arriba”.

Estudios clásicos afirman que las machi sufren de visiones, sueños y enfermedades,5 aunque actualmente se plantea que las manifestaciones pueden ser variables, es decir, pueden experimentar machi-kutran (enfermedad de machi), machi-peuma (sueños de machi) y perimontun (visiones) o sólo algunos de estos signos. La enfermedad es vivida como manifestación de su vocación, ocurre antes de su iniciación y puede repetirse para recordarles su llamado.2 Las personas que no reconocen la invocación serán castigadas por no seguir el llamado de Ngünechen: permanecen enfermos por el resto de sus vidas y eventualmente mueren.6 Así lo describía la esposa: “la machi me dijo, si no asume, puede quedar en silla de ruedas”.

Sorprende en este caso el respeto y obediencia a la opinión de otras machi, quienes se encargan de interpretar y confirmar las señales del espíritu, dan indicaciones de cómo proceder, hacen rituales o sanaciones de iniciación y son el gran apoyo para los que deciden asumir el don. Cuenta la informante: “le hice un tratamiento grande con toda su gente allá en el campo, le hicimos una ceremonia con otras machi, no pueden ellos levantarse solos. De ahí se sintió bien, se mejoró, como la machi le hizo una sanación, le agradó al espíritu”. La literatura clásica plantea que deben pasar por una etapa de entrenamiento con una machi durante un año o más, en cambio estudios recientes refieren que no todas pasan por un período de entrenamiento formal, aunque es muy frecuente y costoso.2 Uno de los últimos rituales de la asunción del rol de machi es cuando el rewe se planta enfrente de la casa de la machi, junto con el canelo, laurel, maqui y copihue -plantas que son consideradas sagradas.7 En el caso descrito, la machi que lo guiaba le recomienda “él tiene que tener su rewe al frente, donde sale el sol”.

Me ha impactado mucho la simbología de los sueños, los que entregan mensajes que deben ser descifrados, comprendidos y acatados como guías o mandatos de vida. En este relato, su esposa tiene un sueño revelador del espíritu de machi: “yo me soñaba que lo andaban trayendo en una carreta de campo y lleno de remedios”; otros son de advertencia: “el no puede como machi, no puede meterse mucho en periodismo, que lo graben, porque le quitan una parte del espíritu, del alma”, y otros que le dicen como ayudar en la sanación: “cuando falta una hierba, en sueño me dicen, falta tal hierba en la olla”, por citar algunos ejemplos.

El mensaje de los sueños o la voz del espíritu de los antepasados, pareciera que comanda la vida cotidiana y sugiere como la cultura ancestral constituye una poderosa fuerza de continuidad cultural, que trasciende muchas veces los intereses individuales. Así, mantener los códigos de su cultura es una obligación que puede tener consecuencias negativas si no se cumplen. Los referentes teóricos indican que los sueños o peuma, son una de las experiencias más comunes e importantes para la vida del mapuche y se conciben como un medio para que los ancestros y los espíritus se expresen, orientando el comportamiento del mapuche hacia las prácticas tradicionales.2

Este relato biográfico, me permitió visualizar el rol protector y de guardiana del espíritu del machi que asumió su esposa, quien le advierte de posibles riesgos, le recuerda o refuerza en las oraciones, se esmera en la atención de los pacientes y colabora en la práctica y difusión de la medicina mapuche. Cuando me contó que le llamó la atención a una persona que los había grabado sin permiso, dijo: “varias veces me dijeron en sueño, tu tenís que hablar, tu tenís que decir esto”. También me llamó la atención su participación tan activa en la atención, como si fuera en realidad una tarea compartida. La literatura plantea que la dualidad hombre-mujer está en la esencia de la espiritualidad mapuche y las divinidades también poseen una parte femenina y una parte masculina. Así, las machi mujeres, necesitan un traductor para comunicarse con las divinidades, que generalmente es un hombre.7 El equilibrio que se logra en esta dualidad, puede ayudar a comprender el rol que ha desempeñado la esposa de este machi en ese sentido. Actualmente, la mayoría de las machi son mujeres y reciben sus espíritus de parientes por parte de la madre; los machi hombres pueden recibirlo de parientes del sexo femenino o masculino, pero sus espíritus son considerados femeninos o con cualidades tanto de hombre como de mujer, al igual que su Dios, Ngünechen.2 Este machi en particular tenía antepasados machi por línea materna. La suegra le dijo a mi informante: “a lo mejor usted conoció mi antepasado de machi, en una de esas puede ser machi Manuel o uno de sus hijos o hija”.

En cuanto a la experiencia misma de la entrevista, percibo que ella valoró el tiempo dedicado a ella, como un espacio de liberación de sus opiniones y preocupaciones. Para mí fue muy valiosa, tanto por los contenidos y hallazgos que son realmente interesantes, como por el vínculo afectivo que nació entre ambas, el que se ha mantenido en el tiempo. Así mismo, considero que esta técnica es muy apropiada para ayudar a comprender la perspectiva del otro desde su contexto cultural, desde sus vivencias y experiencias, lo cual es fundamental en el área de la salud porque trabajamos con personas insertas en una cultura, la cual debemos respetar y considerar en la atención. Sin duda con la primera entrevista se logra visualizar temas, los que después hay que seguir profundizando en encuentros posteriores.

Contexto de la informante. María, esposa del machi, tiene alrededor de 52 años, cursó hasta 7º básico y vivió hasta la adolescencia en Follilco, zona campestre de alta concentración mapuche, ubicada en Nueva Imperial, Región de la Araucanía, en el sur de Chile. Cuando me dice sus datos personales, espontáneamente me explica que Follilco significa “raíz”; su apellido Nahuelhuen quiere decir "puma" y Caniuqueo, significa “pájaro”, revelando la importancia que le dan al significado de sus nombres y apellidos. María se crió con unos tíos porque sus padres murieron cuando tenía dos años y en esa familia aprendió a valorar las enseñanzas de la tradición o legado de los antepasados. Se vino a trabajar a la capital, en Santiago, alrededor de los 15 años, lugar donde conoció posteriormente a Manuel Lincovil, con quien se casó y formó una familia junto a sus tres hijos.

Actualmente ayuda en la atención de medicina mapuche que otorga el machi, su esposo, en una ruka ubicada en un centro de salud de atención primaria, del sector sur oriente de Santiago. Comparte generosamente su mesa con todos y su rol es múltiple: prepara y entrega los preparados medicinales a los pacientes, atiende las visitas y pacientes especiales, asiste a reuniones con el equipo de salud y participa en actividades de extensión a la comunidad.

Se percibe que valora mucho la difusión que está alcanzando la medicina mapuche y que los esfuerzos desplegados tienen una finalidad mayor. Es orgullosa de su cultura y su gran interés es revitalizarla tanto en ella como en sus hijos y la comunidad, como si ese fuera su gran proyecto y sentido de vida, además de cuidar el espíritu de su machi, por supuesto.

 

Bibliografía

1. Alarcón AM, Vidal A y Neira J. Salud Intercultural: elementos para la construcción de sus bases conceptuales. Rev Méd. Chile, sep. 2003; 131 (9):1061-1065.        [ Links ]

2. Bacigalupo AM. La Voz del Kultrun en la Modernidad: Tradición y Cambio en La Terapéutica de Siete Machi Mapuche. Santiago: Editorial Universidad Católica de Chile, 2001.        [ Links ]

3. Taylor SJ, Bogdan R. Introducción a los métodos cualitativos de investigación. Barcelona: Paidós Básica, 1998: 100-132.        [ Links ]

4. Amezcua M, Hueso Montoro C. Cómo elaborar un relato biográfico. Arch Memoria, 2004; 1. Disponible en: <http://www.index-f.com/memoria/metodologia.php> (Consultado el 26 de diciembre de 2006).        [ Links ]

5. Grebe ME, Pacheco S y Segura J. Cosmovisión mapuche. Cuadernos de la Realidad Nacional, Santiago, Chile, 1972, 14:46-73.        [ Links ]

6. Kraster A. El uso de sistema de salud tradicional en la población Mapuche: Comportamiento y Percepción. Para Mapuche Stichting | FOLIL, Julio 2003. Disponible en: <http://www.mapuche.nl/> (Consultado el 26 de diciembre de 2006).        [ Links ]

7. Montecino S. Sol viejo, Sol vieja. Lo femenino en las representaciones Mapuche. Colección Mujeres en la Cultura Chilena, Santiago: Ediciones Sernam, 1995.        [ Links ]

 

 

Dirección para correspondencia:
Vicuña Mackenna 4686, comuna Macul, Santiago de Chile, Chile

Manuscrito recibido el 8.01.2007
Manuscrito aceptado el 2.02.2007


 

RELATO BIOGRÁFICO

 

PRIMERAS SEÑALES DE LA ENFERMEDAD DE MACHI. Para mí fue muy difícil y es todavía. Cuando empezó, el año 82 parece que fue, él trabajaba en una empresa, es contador y llegaba de repente a la casa y se sentía mal. Estaban chicos mis hijos, me decía siempre “Maruja yo no quiero bulla, no quiero bulla”. Ya ahí lo dejábamos pasar y entonces como los niños chicos son inquietos, ellos que entran y sale, me decía “pero mejor echa a acostar los niños cuando yo llegue, ¡los niños tienen que estar acostados!”. Entonces yo le decía “¿pero porqué, si ellos quieren jugar?”. Y en un momento yo dije, bueno “¡porqué, qué pasa con él, porqué está así!” [sube el tono].

Después llegaba del trabajo, me decía “me siento muy mal, no puedo usar zapatos, me duelen los pies”; pasaba así, al otro día llegaba él y decía, “no puedo comer” y yo al final lo retaba, “¡tienes que comer!, ¿porqué no quieres comer, dime qué te pasa?” [tono más firme, recalcando cada palabra]. Pero yo presentía que algo tenía él, por eso le pasaban esas cosas.

SUEÑO REVELADOR. No decía él [refiriéndose a la posibilidad de ser machi], pero yo tenía esa corazonada, porque yo antes tuve un sueño, yo creo mucho en mis sueños, yo me soñaba que lo andaban trayendo en una carreta de campo y lleno de remedios. Es como la virgen cuando la llevan, así lo llevaban, pero lleno de remedios, de hojas de maqui, de canelo y él estaba tapado así y entonces yo decía “¿porqué pasará esto, porqué?”. Cuando recién nos casamos me soñaba así.

ANTEPASADOS MACHI EN SU FAMILIA. Nosotros vivíamos con una prima de él, que en paz descanse; yo confiaba en ella y nos contábamos los problemas, ella me quería mucho, yo a ella igual, como una hermana. Me decía “¿cómo encuentra a Manuel?”; yo le decía, “no lo encuentro bien, no se qué le pasa”. Y ella me decía “algún día el Manuel va a ser machi”. “Quizás”, le decía yo, “porque a mi me dan muchos sueños y me pasan cosas, ¿porqué?”. Ahí me decía ella “si sus antepasados eran machi, ¿tu conociste alguno?”. “Si” le decía yo, “conocí a la tía del que era machi, era muy buen machi”.

Ahí fuimos al sur, a mi suegra le conté, “¿porqué Manuel se enferma tanto? y yo me he soñado que él anda en esto, en una cosa verde lo andan trayendo”. Me dijo mi suegra “ni por ná, no se te ocurra comprar platería, no diga voy a tener platería ahí”. “¿Porqué?”, le dije yo, “a mi me gusta tanto la platería, tal como en todas las prendas y me gusta tenerlo en la casa, tener como adorno …”. [me aclaró otro día que la plata atrae al espíritu de machi y la mamá no quería que su hijo fuera machi, porque sufren mucho]. Así estábamos solas conversando y ahí me dijo “¿a lo mejor usted conoció mi antepasado de machi?, en una de esas puede ser machi Manuel o uno de sus hijos o hija y yo a nadie le he contado eso, yo lo tengo en mi no más”. Ella me contaba todo porque me tenía confianza, no tenía una hija y para mi ella era como una madre y yo como una hija. Yo no le dije tampoco; ella me dijo [su suegra], “él se va a ir dando cuenta solo”.

LA ENFERMEDAD SIGUE, HAY QUE CONFIRMAR EL DON. El se enfermó más después que se le murió su mamá, el papá, se sentía mal. Decían “donde está solo y no tiene la mamá o la mamá sabía que él iba a ser machi y nunca dijo nada, no le dijo a su hijo, por eso él está pasando así”. [se nota triste al recordar eso]. Todo eso lo tenía él, como que no quería contarlo, lo tenía guardado todo. Yo pienso que era temor, miedo que él fuera machi. Es difícil, difícil asumirlo.

Dije yo, “¡no me puedo quedar así, tengo que descubrir que está pasando!” y como no había machi acá, lo llevé a un espiritista que ven por las manos. Y ahí el caballero fue honesto, me dijo “hay algo en su marido que lo persigue, pero está más en ti que en él, el espíritu, para eso las prendas, todo, tu estai vestida de machi”. Le dije “¿pero qué va a pasar entonces?”. “No se”, me dijo, “pero algún día se irá a saber, si usted no cree, vaya a una machi del sur”. “Ya”, le dije, “lo voy a hacer, voy a ir a la machi”.

Y ahí yo lo llevé a la machi allá, le llevé la orina me acuerdo, es que cuando yo sé algo, no me quedo tranquila, tengo que descubrirlo y mis hijos son igual [ríe fuerte, como con orgullo de esa característica suya]. ¡Es que estaba mal, tenía que ir!. Ahí le dijeron a Manuel que iba a ser machi y “si no toma su responsabilidad, va a quedar en silla de ruedas; ahí verá él qué va a hacer, si lo va a tomar o no”. [baja la voz, como recordando el pesar que le produjo]. Ella me había dicho, “vaya donde otra machi”; “pero mamita”, le hablé así me acuerdo, “ya llegué en tu casa, en tu mano, ya llegué y confié en ti, no puedo ir a otro. Yo quiero saber ¿qué va a pasar con él más adelante?”. Me dijo “al final va a tomar su don, tu tienes que apoyarlo”.

PREPARÁNDOLO PARA QUE ASUMA EL DON. Le hice un tratamiento grande con toda su gente allá en el campo, le hicimos una ceremonia con otras machi, no pueden ellos levantarse solos. De ahí se sintió bien, se mejoró, como la machi le hizo una sanación, le agradó al espíritu. Después le pregunté a ella, “¿bueno y qué va a pasar con él más adelante?”. Me dijo, “déjelo solito, él sabe qué lo que va a pasar, tiene que tener sus instrumentos para que haga oraciones, pero van a pasar muchas cosas, le van a venir muchas pruebas, a él”.

Después nos vinimos a Santiago y acá seguía enfermo. Yo la llamaba a la machi y le decía “pasa esto, se enferma ¿porqué?” y me decía ella “bueno tráigalo”. Yo iba para allá a conversar con ella y la traía para que le venga a hacer oración, por eso le tengo mucho agradecimiento a la viejita, todavía está viva. Entonces era yo la que decía, “tienes que hacer esto, tienes que hacer esto otro”. Cuando él se recibió en un momento, yo pasaba puro llorando, no dormía, de eso me enfermé de la úlcera.

Con esa machi teníamos contacto y después ella dijo “tienen que buscar un lugar donde estar porque aquí están mal en departamento, porque él tiene que tener su rewe al frente, donde sale el sol tiene que tener la puerta”. Entonces ahí nos cambiamos y buscamos un lugar.

EL PODER DE LAS PRUEBAS EN LA ACEPTACIÓN DEL DON. Le costó aceptar. Yo pienso que tomó la decisión porque no estaba muy bien en la casa, se enfermaba mi hijo, hay veces era como un hospital la casa y mi hijo mayor casi se me fue [baja el tono de voz]. Entonces ahí las machi me dijeron, “te están tomando los hijos, te están tomando las pruebas, ¿qué es lo que va a hacer?; si realmente cree, tiene que tomar el don”.

A mis hijos no les gustaba, yo pienso porque como ellos nacieron y el papá no era machi. Cuando nos sentábamos a conversar, estábamos solos sirviéndonos algo y me decían “pero mamá, porqué mi papá se hizo machi, ¡para qué!”. “Hijo”, le dije yo, “¿para qué se hizo machi?, para ayudar a la familia, para ayudar a la gente y también si no es machi puede quedar en silla de ruedas, porque el daño es muy complicado, si tu no toma responsabilidad o no asume, te pasan cosas y te dan pruebas de arriba. Entonces, por eso el tomó la responsabilidad y todo este trabajo y el peso que llevo yo” [deja entrever la carga que le toca a ella].

EL CAMINO ES DIFÍCIL. Igual tenía que apoyarlo porque se sentía mal, a veces yo misma le hacía la oración, le preparaba los remedios y ahí me despertaban [el espíritu] a las 5 de la mañana, “¡que se levante su machi, que haga oración!”. Entonces cuando se levantaba, hacía oraciones, de ahí venía a dar mensaje el espíritu, ahí yo tenía que recibir el mensaje. Porque en las hierbas, cuando falta una hierba, en sueño me dicen, falta tal hierba en la olla.

¡Pero fue tan difícil todas las cosas!. Problemas de la gente que hablaban, los mismos hijos, que no querían aceptar, en un momento me dijo “no voy a atender más gente”. Yo le dije “¡no, tu quisiste tomar el don, tenís que seguir adelante, no podís echarte pie atrás! ¿qué van a decir los mismos pacientes que usted ha sanado?” [en un tono firme y cuestionador].

Desde que empezó es difícil, pero ahora es más. Uno ve tantas cosas, da mucha pena, pasan por tantas cosas los machi. No los quieren bien, algunos le tienen mala, envidia por todos lados, no es fácil. Están en la mira de todos, en qué se tropieza, en qué cae, es complicado.

LOS SUEÑOS ME DICEN COMO CUIDAR SU ESPÍRITU. Yo creo en mi sueño, en sueño me dijeron “el no puede como machi, no puede meterse mucho en periodismo, que lo graben, porque le quitan una parte del espíritu, del alma”. Una vez, dos veces, está bien, pero no todo el tiempo estar metido ahí grabándolo, sacándole fotos. Es que la fama lo sube y a la vez lo tira al hoyo. ¡Es muy peligroso! Mis antepasados decían siempre la foto no sirve, porque una foto como que te decae, te quitan una parte de tu espíritu, debilitan el pülle como decimos nosotros y al final en vez de hacer bien las cosas se van por el otro lado.

Varias veces me dijeron en sueño, “tu tenís que hablar, tu tenís que decir esto”. Todo me van diciendo en sueño lo que va a pasar, cuando va a haber algo, me da el sueño primero y después pasa [alude a una visita que ella le llamó la atención a un médico que grabó sin permiso]. Era una máquina chica, una grabadora y me colocaban el micrófono, entonces yo decía “no, yo no quiero micrófono” y me buscaban así, “¡no, si no quiero”! [sube la voz, expresando enojo]. Me corría y me iba para otro lado. Yo decía “¿qué irá a pasar, porqué me habré soñado así?”.

Como me dijeron [en sueño], “esto y esto va a pasar, tu tienes que estar aquí y no alejada de eso”, ahora voy a las reuniones para ver de qué se trata, para entender más y uno tiene que estar porque está trabajando en salud con los doctores. A mi hijo igual le digo, a mi hijo mayor sobre todo, tu tenís que meterte más, apoyar, ayudar, si hay evento tenís que ir.

MIS DESEOS. Me gustaría que la gente fuera más respetuosa con la gente espiritual, por ejemplo con el machi. Porque ahora que estamos aquí en la ciudad, todo el mundo quiere ser machi, porque está trabajando piensan que está sentado encima de la plata y no es así, porque los machi también tienen sus gastos, la casa.

Eso es lo que yo siempre pido a Ngünechen, que se recuperen las cosas antiguas, la cultura, como era antiguamente. Porque la gente ahora no conoce la parte espiritual, no se valora y yo pienso también que como ellos tienen educación [los jóvenes] entonces creen que ellos saben más que los que no tienen educación.

Vocabulario

Ngünechen: deidad mapuche
Nguillatun:
ceremonia o ritual de rogativa
Rewe:
poste tallado o altar de machi
Machi:
agente de medicina mapuche
Pülle:
espíritu
Maqui o Clon:
hierba medicinal de propiedades sagradas
Ruka:
vivienda típica mapuche
Longko:
cabeza o líder de la comunidad
Sanación:
en la medicina mapuche se refiere a distintos rituales que van desde los más simples u oraciones hasta los más complejos, llamados machitunes
Remedio:
para los mapuche son las hierbas medicinales.

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons