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Index de Enfermería

versión On-line ISSN 1699-5988versión impresa ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.17 no.4 Granada oct./dic. 2008

 

ARTÍCULOS ESPECIALES

ORIGINALES

 

Valores laborales individualistas y colectivistas de enfermeras y enfermeros en un entorno multicultural

Individualistic and collectivistic work values of female and male nurses in multicultural environment

 

 

Antonia Calvo-Salguero1, Mª del Carmen Aguilar Luzón2, José María Salinas Martínez de Lecea1

1Dpto. Psicología Social y Metodología de las Ciencias del Comportamiento. Facultad de Psicología. Universidad de Granada, España. 2Dpto. Psicología. Área de Psicología Social. Universidad de Jaén, España

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

Objetivos: Comprobar si en los profesionales de enfermería predominan los valores individualistas o los colectivistas y si el perfil de valores predominante se mantiene tanto en las mujeres como en los hombres. Comprobar si existen diferencias de género en el grado en el que estos profesionales participan de los valores individualistas y colectivistas.
Material y Métodos: La escala de medida utilizada es la EVAT-30. Los participantes fueron 186 enfermeros de un hospital público ubicado al Sur de España. Se realizaron análisis de diferencias de media, prueba t y análisis MANOVA.
Resultados: Ambos géneros valoran más los valores laborales individualistas que los colectivistas. Las enfermeras prefieren más los valores individualistas que los enfermeros, no existiendo diferencias de género en los valores colectivistas.
Conclusiones: Se sugiere la necesidad de profundizar en el análisis de estos valores relacionándolos con la eficacia de los equipos de trabajo en enfermería e identificando los factores que determinan las diferencias de género.

Palabras clave: Valores hacia el trabajo individualistas y colectivistas, Transcultural, EVAT30, Enfermeros, Género.


ABSTRACT

Objectives: Identify whether individualistic or collectivistic values prevail within the nursing profession and whether the profile of prevailing values remains the same for both men and women. Check whether there exist gender differences in the degree to which these professionals participate in both individualistic and collectivistic values.
Material and Methods: The scale of measure used is the EVAT-30. The participants were 186 female and male nurses from an public hospital, located in the South of Spain. analyses of mean difference, t tests, and MANOVA analyses were carried out.
Results: Both genders value more individualistic work values than collectivistic values. Female nurses show a higher preference for individualistic values than male nurses, there being no gender differences in respect to collectivistic values.
Conclusions: We suggest the necessity to explore in greater depth the analysis of these values relating them with the efficency of nursing workgroups and to identify the factors that determine the gender differences.

Key words: Individualistic and collectivistic values toward the job, EVAT30, Transcultural, Nursing, Gender.


 

Introducción

En las últimas décadas los sistemas de salud han sufrido cambios drásticos debidos, entre otros factores, a las profundas transformaciones culturales, a la globalización y los avances en la tecnología y la medicina.1 Estos cambios han derivado en una reevaluación de los valores de la práctica de enfermería, de manera que valores tradicionales, tales como humildad, solidaridad y unidad, han sido reemplazados por los de libertad, individualismo, reconocimiento positivo y avance personal o logro.2 Estos nuevos valores llevan al personal de enfermería a tener diversas visiones de la vida y expectativas en el desarrollo de su profesión, pudiendo experimentar ambivalencia y un conflicto de valores. Así, el deseo de conseguir logro puede entrar en conflicto con conseguir benevolencia (valor que tradicionalmente ha sido esencial en el ejercicio de la enfermería).3 Este conflicto de valores puede afectar negativamente tanto a nivel personal, como institucional.

Desde esta perspectiva, la identificación y clarificación de los valores predominantes en esta profesión es imprescindible ya que, entre otros motivos, tener un mapa de la diversidad de valores puede convertirse en un marco de referencia esencial en la formulación de políticas relacionadas con el cuidado de la salud, así como en la formación de los profesionales del futuro. No obstante, algunos autores señalan que se ha prestado escasa atención a cómo estos valores han cambiado, poniéndose de manifiesto una falta de conocimiento sobre los valores modernos de la enfermería y su importancia en un contexto global multicultural.1 Ante esta situación, creemos que es de un profundo interés para la profesión, analizarlos y cuestionar la dirección que éstos están tomando.

Valores personales versus valores laborales. Una revisión de la literatura1 destaca el interés de los investigadores por el rol integral de los valores en enfermería, pues la calidad de la actividad profesional no depende sólo de los conocimientos y habilidades que posea la persona, sino también de las actitudes y valores que regulan la actuación.4 No obstante, los estudios se centran en analizar los valores personales, obviando examinar los valores laborales.5 Los valores personales expresan aquello que es deseable o no, significante o insignificante, correcto o incorrecto para un individuo, para un grupo, para una organización, para la sociedad como un todo.6 Una de las funciones que éstos cumplen es contribuir a la configuración del sistema cognitivo, lo que permite a la persona categorizar el entorno en el que se encuentra.7 Así, la estructura de valores que posee la persona y la mayor o menor importancia que otorga a los valores como guía de comportamiento en su vida, tienen un papel determinante en su percepción, en la toma de decisiones y en la conducta. Mientras que los valores personales son contemplados como principios que guían el comportamiento en respuesta a necesidades universales y que, generalmente, se manifiestan en la vida de la persona, los valores laborales pueden definirse como “representaciones cognitivas de necesidades universales expresadas por medio de metas transituacionales, que se organizan en forma jerárquica y que se manifiestan en el entorno laboral”.8 Aunque se ha demostrado la relación entre valores personales y laborales,8 éstos no necesariamente tienen por qué coincidir, pues las necesidades de las personas para con su vida en general, no tienen que ser equiparables a las que tienen en relación con el trabajo que realizan. Los valores laborales pueden estar más directamente relacionados con el desempeño eficaz de una profesión, determinando la satisfacción y motivación de trabajo y el compromiso con la misma. En este sentido, el análisis de estos valores, frente a los personales, puede ayudar a comprender mejor la conducta laboral en un momento dado.

Valores individualistas y colectivistas. Dados los cambios sociales y culturales acaecidos en las últimas décadas, actualmente ha cobrado auge el estudio de los valores individualistas y colectivistas. El individualismo expresa la independencia emocional y la autonomía de la persona respecto a grupos u organizaciones. Las personas que participan de este tipo de valores priorizan sus intereses individuales sobre los grupales, muestran conductas menos condicionadas por el contexto social en que se encuentran, están más abiertas a las discusiones y la confrontación directa dentro del grupo y están más interesadas en la eficiencia de las tareas para poder realizar el trabajo, es decir, mantienen una tendencia al logro.9-12 El colectivismo, sin embargo, expresa la dependencia emocional y la interdependencia. Las personas colectivistas presentan conductas marcadas por su pertenencia al grupo, de forma que su actuación gira en torno al interés y objetivos del grupo. Muestran una tendencia a la cooperación y al cumplimiento con sus colegas y a la hostilidad con los que no lo son, tanto con carácter general en la empresa como en el seno de los grupos de trabajo. Tienden a cambiar su conducta, adaptándose a diferentes situaciones, buscando ante todo mantener relaciones armoniosas en el grupo, aunque sea a expensas de sacrificar la realización de las tareas. Valoran a cada persona como un fin y el conflicto dentro del grupo es algo que no se espera, prefiriendo enfoques cooperativos y el consenso en la resolución de los conflictos.9-12

El grado de individualismo o colectivismo predominante en los equipos de trabajo afecta a la relación entre el individuo y la organización del trabajo, incidiendo en los resultados alcanzados por los mismos.13 A pesar de esta evidencia, apenas existen estudios que hayan analizado hasta qué punto los profesionales de enfermería participan de estos valores desde un marco teórico válido que defina el contenido y estructura de los dominios de valores a evaluar.

Importancia del análisis de los valores del personal de enfermería en un entorno multicultural. La salud y los cuidados son universales, pero las formas de llevar a cabo esos cuidados y de concebir la salud vienen definidas de manera diferente según las culturas.14 En una sociedad multicultural, la Teoría de la Diversidad y la Universalidad de los Cuidados15 emerge como un modelo esencial en la práctica enfermera. Desde este enfoque, se hace necesario el descubrimiento y la comprensión del profesional de enfermería de las creencias, valores, prácticas y problemas relacionados con la salud de personas procedentes de culturas diferentes, para posteriormente, usar este conocimiento adecuadamente y guiar así la práctica de la enfermería, proporcionando cuidados enfermeros efectivos, satisfactorios y coherentes con sus culturas. Para que el profesional de enfermería pueda proporcionar asistencia a un paciente con una experiencia cultural o étnica distinta de la propia, es preciso que adquiera competencia cultural. Esta implica aceptación y respeto por las diferencias culturales, sensibilidad para entender cómo esas diferencias influyen en las relaciones enfermero-paciente y viceversa, y habilidad para buscar estrategias que mejoren los encuentros culturales según las necesidades manifestadas por el paciente.16 El modelo conceptual de Campinha-Bacote17 proporciona una guía de ayuda para prestar intervenciones culturalmente competentes. Este modelo define como competencia cultural, el proceso por el cual el proveedor de salud lucha para lograr la habilidad que necesita para trabajar efectivamente dentro del contexto cultural de un cliente, una familia o una comunidad. Un elemento fundamental para alcanzar esta competencia cultural es que el profesional adquiera conciencia cultural, entendiéndose ésta como el proceso deliberado y cognitivo, en el cual el profesional de salud llega a estimar y a ser sensible a los valores, creencias, estilos de vida, prácticas y estrategias de resolución de problemas de la cultura de los pacientes. En este proceso se hace imprescindible el conocimiento de los propios valores, de los prejuicios que cada uno tiene hacia las otras culturas y una exploración profunda hacia la propia. Esta reflexión es esencial, pues si no se es consciente de los propios valores y creencias, puede darse una tendencia al etnocentrismo e imponer los propios valores y creencias sobre el cuidado a los demás.18 Desde este punto de vista, el análisis de los valores predominantes en personal de enfermería puede orientar a estos profesionales en el ejercicio de reflexión sobre sus propios valores.

Diferencias de género en valores laborales. La enfermería se define como una profesión de ayuda y de cuidado. Dados los objetivos y la naturaleza de la actividad que se realiza, tradicionalmente ha sido ejercida por mujeres. Aunque todavía constituyen un grupo minoritario, en las últimas décadas hemos asistido a una progresiva incorporación de hombres a dicha profesión. Sin embargo, los estudios relacionados con los valores de enfermería ofrecen poco conocimiento con base científica respecto a los hombres enfermeros.1 La principal limitación de los estudios en este sentido es el bajo número de hombres evaluados. Dada la tendencia a utilizar muestras pequeñas compuestas, además, predominantemente por mujeres, el análisis de las diferencias de género en valores de enfermería es muy limitado.

Tradicionalmente, el análisis de las diferencias de género se ha abordado desde diferentes marcos teóricos, como la teoría de la socialización al rol del género19 y la teoría de la socialización ocupacional.20 Desde la teoría de la socialización al rol del género se asume la existencia de dichas diferencias debido a que hombres y mujeres son educados en valores distintos. En este sentido, resulta consistente que los hombres se adscriban más a los valores individualistas, ya que éstos son congruentes con los valores instrumentales que socialmente se han relacionado con la socialización masculina. Igualmente, resulta consistente que las mujeres se adscriban más a valores colectivistas, ya que son congruentes con los valores expresivos y sociales que socialmente se han asociado con la socialización femenina. Algunos estudios han mostrado que, efectivamente, las mujeres tienden a preferir en mayor medida que los hombres, los valores colectivistas.21 En consecuencia, desde esta teoría cabría esperar que existieran diferencias entre enfermeros y enfermeras en los valores laborales, de manera que las enfermeras se adhieran más fuertemente a valores colectivistas que los enfermeros y que éstos se adhieran más a valores individualistas que ellas. Sin embargo, desde la teoría de la socialización ocupacional no cabe esperar que existan dichas diferencias de género, ya que se asume que las personas que ejercen una determinada profesión son educadas en los valores propios para el buen desempeño de la misma y, por tanto, las posibles diferencias de género en valores, se disipan debido a la socialización ocupacional recibida.

Objetivos del presente estudio. De todo lo expuesto en los apartados anteriores se puede concluir que apenas existen estudios que analicen los valores laborales individualistas y colectivistas en personal de enfermería, considerando tanto enfermeras como enfermeros, a pesar de la importancia que este análisis reviste para el desempeño de la profesión. Por ello, los objetivos que se persiguen en el presente estudio son:

-Comprobar si en los profesionales de enfermería predominan valores laborales individualistas o colectivistas y, si el perfil de valores predominante se mantiene tanto en enfermeras como en enfermeros.

-Comprobar si existen diferencias de género en el grado en el que estos profesionales participan de valores laborales individualistas y colectivistas. Concretamente, comprobar si, como se deriva de la teoría de la socialización al rol del género, las enfermeras son más colectivistas que los enfermeros, y si éstos son más individualistas que las enfermeras. O si, por el contrario, como se deriva de la teoría de la socialización ocupacional, no existen diferencias entre enfermeras y enfermeros en estos valores.

 

Participantes y métodos

La recogida de datos se realizó en un hospital público ubicado al sur de España. Tras recibir la aprobación de la dirección del hospital, se repartieron cuestionarios en distintas áreas de enfermería, entregándolos solo a aquellos enfermeros y enfermeras que expresaron su consentimiento para participar de manera voluntaria y anónima en el estudio. Dado que una de las limitaciones de los estudios realizados con muestras de enfermería ha sido la falta de representatividad del colectivo de hombres, se repartieron los cuestionarios a un porcentaje equiparable de hombres y mujeres. El número de cuestionarios repartidos fue 230, de los cuales se recogieron 203. Sólo se tuvieron en cuenta aquellos que habían sido contestados en su totalidad, quedando la muestra final de participantes compuesta por 186 enfermeros (59,1% mujeres y 40,9% hombres). La edad osciló entre 22 y 45 años (media: 28,20 años). Este grupo de profesionales pertenecían a las siguientes áreas de enfermería: Médico-quirúrgico (72), Urgencias (67), Unidad de Cuidados Intensivos -UCI- (23), Ginecología (6) y Cirugía (18).

Las variables consideradas en este estudio fueron los valores laborales y el género. El género fue operacionalizado a través del sexo biológico de la persona. Los valores laborales fueron evaluados a través de la Escala EVAT-30.8 Esta escala evalúa diez tipologías motivacionales específicas de valores laborales, que pueden clasificarse en tres orientaciones según el interés que cumplan: individualistas (auto-dirección, estimulación, hedonismo, logro, poder/autoridad), colectivistas (benevolencia, conformidad, tradición) y mixtos (seguridad, universalismo). Consta de 30 ítems, con un formato de respuesta tipo Likert de 5 puntos sin expresiones numéricas, pero con indicaciones verbales que van desde “se parece mucho a mí”, hasta “no se parece nada a mí”. El alfa de Cronbach obtenido en nuestra muestra fue de 0,81. Se utilizó esta escala porque la estructura de contenido de valores subyacente, está basada en la desarrollada por Schwartz.22 La Teoría de valores de Schwartz supone un gran avance respecto a otras, pues es la única que ofrece una visión dinámica entre las dimensiones de valores.8 Además, frente a las escalas tradicionales basadas en un formato de respuesta en el que se solicita el ordenamiento jerárquico de los valores, en esta escala se utiliza un formato de respuesta basado en la evaluación para puntuar cada ítem, planteando situaciones vivenciales en las que los empleados descritos ponen en la práctica sus valores laborales. El uso de una escala tipo Likert permite la aplicación de técnicas estadísticas paramétricas al considerarse, por convención, como una escala continua. Con este procedimiento se superan las críticas realizadas a las escalas basadas en la ordenación de valores. Finalmente, incorpora los avances de la psicología social en el estudio de los valores generales a la medición de los valores laborales y ha sido validada en múltiples culturas.23,24

 

Resultados

Para comprobar el primer objetivo se realizaron análisis de diferencias de medias, prueba t. Los resultados indicaron la existencia de diferencias significativas entre ambos tipos de valores tanto cuando se toman conjuntamente enfermeros y enfermeras (t = 48.76; p = 0.001), como cuando se toman por separado (Enfermeros: t = 29.24; p = 0.001; Enfermeras: t = 42.13; p = 0.001). En ambos casos, los valores individualistas predominan sobre los colectivistas (ver Tabla I).

Para comprobar el segundo objetivo se realizó un análisis de varianza multivariante (MANOVA). Los resultados pusieron de manifiesto la existencia de diferencias significativas en función del género en valores individualistas (F = 7.405; p = 0.007), siendo las enfermeras las que más valoran este tipo de valores (ver Tabla I). No se obtuvieron diferencias significativas en los valores colectivistas (F = 3.542; p = 0.061).

 

Discusión y conclusiones

El primer objetivo de este estudio fue comprobar si en los profesionales de enfermería predominan valores laborales individualistas o colectivistas y, si el perfil de valores predominante, se mantiene tanto en las mujeres como en los hombres. Los resultados indicaron que los valores individualistas son más apreciados que los colectivistas entre el personal de enfermería evaluado. Además, las preferencias por estos valores se dan tanto en hombres, como en mujeres. Estos resultados son paradójicos, si consideramos que la calidad y eficiencia del trabajo en el ámbito de la enfermería requiere de la cooperación, el trabajo en equipo y la interacción de los distintos profesionales para el logro de una relación positiva con el usuario.4 La finalidad primordial de enfermería es el servicio de ayuda y de cuidado de los enfermos, requiriéndose para ello valores relacionados con la dimensión colectivista, tales como el interés por preservar el bienestar de las personas con quienes se tiene un contacto personal (benevolencia), o el interés por restringir conductas que puedan dañar a otros (conformidad). Dado que los valores culturales de una nación pueden determinar los valores de los miembros de sus organizaciones e instituciones,18 es posible que estos resultados obedezcan al predominio de los valores individualistas en la cultura española. Asimismo, pueden deberse al predominio de valores individualistas en la propia cultura organizacional de las instituciones de salud. Actualmente, éstas atraviesan cambios que repercuten en los sistemas de gestión, en la organización del trabajo y en las condiciones en que se efectúa.26 Estos importantes cambios están dando lugar a organizaciones altamente jerarquizadas, en las que a menudo el flujo de trabajo se ve obstaculizado, trabajando al límite de las resistencias, con cargas muy pesadas, horarios muy constrictivos y un enfoque de los cuidados donde la técnica predomina sobre la relación humana.27 Estas condiciones de trabajo pueden estar fomentando en el personal de enfermería un perfil de valores centrado en sus propias necesidades individuales, dado que el trabajo que realizan puede generarles malestar y problemas de ajuste emocional.

El segundo objetivo de este estudio fue comprobar si existen diferencias de género en el grado en el que estos profesionales participan de los valores individualistas y colectivistas. Los resultados indicaron que las enfermeras son más individualistas que los enfermeros. Desde los diferentes marcos teóricos que tradicionalmente se utilizan para explicar las diferencias de género en valores laborales, nuestros resultados se muestran paradójicos o contradictorios. Así, por una parte, no son consistentes con lo que cabría esperar desde la teoría de la socialización al rol del género, ya que las mujeres no son más colectivistas que los hombres y éstos no son más individualistas que las mujeres. Tampoco se obtiene apoyo para la hipótesis establecida desde la teoría de la socialización ocupacional, pues desde esta perspectiva no cabe esperar diferencias de género en valores laborales cuando hombres y mujeres desempeñan la misma profesión.

Por otra parte, la inexistencia de diferencias de género en valores colectivistas puede reflejar un proceso de “asimilación del rol” por parte de los enfermeros. Este proceso puede producirse en miembros de grupos minoritarios en desventaja.28 En estas condiciones, las personas asumen las características estereotípicas del grupo dominante, asimilando el rol de los mismos, esto es, adaptando el rol, de acuerdo con el estereotipo. En este sentido, quizás los enfermeros (como grupo minoritario) hayan asimilado las características estereotípicas de las mujeres enfermeras (como grupo dominante) y, con ello, las preferencias por valores colectivistas de las mismas. Asimismo, los varones pueden percibirse pertenecientes a un grupo minoritario y con una escasa identificación con el rol, por lo que pueden sentir la necesidad de apoyarse más en el grupo de trabajo, y buscar la cooperación y colaboración de los demás en la realización de las tareas, tendiendo a cambiar sus valores y preferencias, para encajar en una situación en la que se perciben en desventaja y que puede agredir su bienestar y su progreso en la carrera profesional.

En definitiva, podría concluirse que los resultados obtenidos señalan que los valores laborales predominantes entre el personal de enfermería son los individualistas. Dados estos resultados, habría que plantearse hasta qué punto el predominio de estos valores son adecuados para el ejercicio de la profesión, pues no podemos olvidar que la importancia del análisis de los mismos radica en la relación que éstos mantienen con la realización del trabajo y los resultados obtenidos. En este sentido, algunas investigaciones han señalado que la estimación de la eficacia de los grupos de trabajo de enfermería correlaciona positivamente con el colectivismo y que, mientras los equipos de enfermería colectivistas, desarrollan mejor su trabajo bajo condiciones de alta eficacia de grupo, los individualistas desarrollan peor su trabajo bajo estas condiciones.29 Si los valores colectivistas mejoran los resultados del trabajo de enfermería, se hace necesario la formulación de políticas que regulen la formación impartida en las instituciones educativas, así como el ejercicio de la profesión en los centros hospitalarios y de salud. Por otra parte, los resultados indican que las enfermeras participan más de los valores individualistas que los enfermeros, no existiendo diferencias de género en valores colectivistas. Estos resultados sugieren la escasa capacidad de las teorías de la socialización al rol del género y de la socialización ocupacional para explicar las diferencias de género en esta profesión. Por tanto, se pone de manifiesto la necesidad de profundizar en el análisis de los factores que determinan estas diferencias entre enfermeras y enfermeros.

 

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Dirección para correspondencia:
Antonia Calvo Salguero.
Departamento de Psicología Social y Metodología de las Ciencias del Comportamiento.
Facultad de Psicología. Campus Universitario La Cartuja, 18071.
Universidad de Granada, Granada, España
acalvo@ugr.es

Manuscrito recibido el 19.03.2008
Manuscrito aceptado el 30.07.2008

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