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Index de Enfermería

versão On-line ISSN 1699-5988versão impressa ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.17 no.4 Granada Out./Dez. 2008

 

ARTÍCULOS ESPECIALES

ORIGINALES

 

El discurso médico sobre las matronas a mediados del siglo XX

Medical discuss about midwives on the half of century XX

 

 

Manuel Linares Abad1, Carmen Álvarez Nieto1, Inés Moral Gutiérrez2

1Departamento de Ciencias de la Salud. Universidad de Jaén, España. 2Complejo Universitario Hospitalario de Jaén, España

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

Objetivo. Contribuir a la historia más reciente de la profesión de matrona a través de los textos escritos por médicos.
Métodos. Análisis cualitativo, histórico, de contenido y de discurso, a través de fuentes secundarias escritas hace más de medio siglo. Las fuentes analizadas son ocho artículos escritos por médicos en la revista Matronas de la Escuela Oficial de Matronas de la Casa de Salud de Santa Cristina de Madrid (España).
Resultados. El denominador común de los artículos analizados es inculcar a las matronas las competencias y habilidades físicas y morales que deben tener, justificado en lo importante de la práctica de su profesión, pero subyace un discurso de adoctrinamiento para la sumisión del colectivo de matronas.
Conclusiones. En el periodo estudiado las matronas estaban sometidas al control y jerarquía de género en favor del prestigio de los médicos. Como vehículo de adoctrinamiento, entre otros, utilizaron las revistas profesionales de matronas. Estas perdieron espacios de poder y control sobre su profesión con relación a épocas anteriores en las que tuvieron gran autonomía. El régimen político, la moral católica y la visión androcéntrica de los años centrales del siglo XX, ejercieron como elementos negativos de los intereses de un colectivo profesionalizado pero femenino.

Palabras clave: Género, Matronas, Profesiones sanitarias, Historia de Enfermería, Sistema sexo-género.


ABSTRACT

Objective. To contribute to the most recent history of midwife profession, analysing documents written by medics.
Methods. Qualitative analysis of content and discuss, historic, using secondary bibliography fonts written most than medium century ago. The analysed bibliography is eight articles written by medics and published in Matronas review (this were the official review of the Midwives Official School of Health House of Santa Cristina in Madrid-Spain).
Results. The common denominator of analysed articles is instruct to midwives about the physical and morals competences and abilities that they must have; that is based in the importance that has the practice in midwife profession, however it appears subjacent a doctrinal discuss in order to the submission of midwives collective.
Conclusions. In the studied period the midwives were submitted to the hierarchy and control of gender, in favour of medical prestige. Midwives professionals’ reviews were utilised as a doctrinal vehicle, between others instruments. Midwifes lost the control and spaces of power in their profession, related with previous times when they had a great autonomy. The politic regimen, the catholic moral and the andocentric view during the half of XX century, implied negatives elements in concernments of a professionalized collective, however, a female collective.

Key words: Gender, Midwives, Health professions, History of Nursing, Sex-gender system.


 

Introducción

Una de las autoras pioneras en el análisis del discurso médico sobre las mujeres españolas en el primer tercio del siglo XX es Teresa Ortiz. Estudió el discurso de varios médicos, entre ellos el de Gregorio Marañón, con un eje vertebrador en su análisis: la relación estrecha entre ciencia, ideología y contexto social.1 El colectivo médico, bajo el halo hegemónico que ha recubierto la Historia, ha instrumentalizado a las mujeres desde diferentes vertientes: la de las profesiones y desde conceptos como maternidad y feminidad.

Trabajos como los de Morata2 que analizan la maternidad como objeto de estudio de la historia social o los de Mira y Moreno3 sobre la maternidad y evolución de la identidad femenina en la España del siglo XX, nos acercan a la visión que el patriarcado, fundamentalmente médico, ha transmitido sobre el lugar de las mujeres en la sociedad. El denominador común de las investigaciones historiográficas en la línea que apuntamos es el análisis de la utilización de la feminidad como pieza clave en la transmisión de ideologías, valores y políticas socio-sanitarias con una doble finalidad; por un lado, el aumento de la natalidad y la disminución de la mortalidad infantil para dotar a la nación de hombres sanos y fuertes preparados para su defensa en un régimen dictatorial y confesional, y por otro lado, el control social de las mujeres adoctrinándolas en la ancestral idea de la maternidad como principio y fin de las mujeres y su feminidad. Para ambas finalidades resultaba clave definir a la matrona y sus funciones.

 

Metodología

Los datos presentados en este artículo forman parte de una investigación más amplía sobre matronas y cultura del nacimiento en la provincia de Jaén donde se han utilizado, entre otras, fuentes escritas secundarias (artículos de revistas y textos) como estrategias de recogida de datos con el objetivo de describir contenido, e interpretar el discurso médico dominante de la década central del siglo XX sobre el ejercicio profesional de las matronas, desde la categoría analítica de género y utilizando como palabras clave: ejercicio profesional de matronas, médicos y matronas. Con este propósito hemos seleccionado, a través del catálogo automatizado de la Biblioteca Nacional de España, un corpus de ocho artículos escritos por ginecólogos y publicados en la revista Matronas de la Escuela Oficial de Matronas de la Casa de Salud de Santa Cristina de Madrid y los órganos de las delegaciones oficiales de matronas de bastantes provincias del país entre 1953 y 1956.

 

Resultados y discusión

No hemos encontrado trabajos que analicen el discurso médico sobre las matronas a lo largo del siglo XX en revistas profesionales de éstas últimas. Sí existen trabajos que analizan textos históricos de médicos que dan instrucciones a las matronas sobre el arte de partear y a cerca de sus obligaciones en torno a sus costumbres y a la religión pero estos son de siglos anteriores.4

La enfermera obstétrica ideal para el tocólogo. Clavero5-9 inicia su serie de artículos haciendo referencia a los diferentes nombres que reciben quienes se encargan de la asistencia a las parturientas. Interpreta que la denominación de comadre ofende al colectivo de matronas aunque él la entiende como la denominación más acertada al hacer referencia a la mujer legalmente autorizada para asistir a las parturientas y encargada de registrar a las personas de su sexo en los fielatos y oficinas semejantes. Esta denominación, según el autor, se ajusta mejor que las de matrona o enfermera obstétrica.

Entendemos sus artículos como un intento de hacer una descripción y justificación de las cualidades que deberían tener las matronas al gusto de la generalidad de los tocólogos. En todo el texto deja explícitamente claro la subordinación y jerarquía sanitaria que existía al considerar a las matronas como auxiliares de la práctica de los médicos tocólogos aun cuando habla de equipo y complementariedad del trabajo de unas y otros.

Según Clavero,5 la presencia durante el trabajo de parto debe ser de una profesional, auxiliar femenina, pues son ellas las que mejor pueden prodigar las atenciones a las parturientas por estar en consonancia con las de su sexo. Deja clara que la intervención de los tocólogos es para cuando existe una anomalía o desviación del parto. Se desprende, por tanto, que la vigilancia y el trabajo arduo debe realizarlo la matrona para que el tocólogo descanse y pueda realizar otras actividades de una forma más eficiente.

Realiza un repaso por las condiciones físicas y buena salud que deben tener las matronas escondiéndose bajo este discurso otro de orden y moralidad femenina: “En defensa de esa misma salud, tampoco le interesa a la propia matrona entregarse a un desorden de vida o a unas emociones que ostensiblemente acorten su existencia”.

La buena presencia es una de las cualidades que más valora en la auxiliar, no tanto la apariencia física que la considera importante, como la condición moral que ha de trascender al exterior de quien auxilia a los tocólogos: “No se trata, pues, de ser guapa o fea, elegante o descuidada: se trata simplemente, de ser limpia, por dentro y por fuera, espiritual y corporalmente”.

Advierte de que cualidades como la belleza física o el arte para desarrollar otros atractivos propios de las mujeres sirven para “tener éxito como hembra pero no como profesional”, dejando claro que la relación entre médico y matrona debe ser estrictamente profesional y con las clientas o parturientas el trato nunca debe de perder de vista la finalidad de servicio de sus actuaciones. Se trata, por tanto, de dar imagen primero de mujer como auxiliar profesional antes que de mujer que rivalice por su apariencia, vestido o maquillaje con las que pagan como clientas.

El mensaje de jerarquía y domesticidad profesional que lanza a lo largo de sus artículos tiene como objetivo adoctrinar a la matrona bajo un trabajo que sirva para proteger la fama y prestigio de los médicos, temiendo éstos por el deterioro que puede sufrir su reputación cuando la matrona no es una buena profesional. Hace hincapié en la higiene personal de las auxiliares del médico: “La matrona no debe olvidar jamás que se debe a sus superiores, a los médicos con quienes trabaja y que sus faltas lesionan el prestigio, la buena fama, de quienes le ayudan a desenvolverse. […] os suplico que no olvidéis buscar la fórmula para que vuestras maneras (cabellos y uñas) queden sometidas a una cuidadosa e higiénica reglamentación”.

Al hablar de las cualidades psíquicas de las matronas, alude a la psique de las mujeres y sus reacciones neuróticas para justificar que la matrona ha de tener equilibrio emocional. La inteligencia la valora como una cualidad importante, entendida ésta como la capacidad de la matrona para adelantarse a las necesidades del médico, capacidad para averiguar con antelación el deseo de quien está actuando u operando. Esta es la única forma de evitar el “justificado” enfado, enojo o mal carácter de quien tiene una elevada tensión en su trabajo: “Esta labor de las auxiliares, a final de cuentas, queda reducida a averiguar el pensamiento del que actúa a su debido tiempo. Para esto, naturalmente hay que ser algo listillas”.

El discurso moralizante y religioso lo desarrolla el autor al escribir sobre las cualidades morales de la matrona. La honorabilidad para Clavero5 se adquiere cuando ajustamos nuestra conducta a las normas y la moral. La honorabilidad del médico exige que éste mire las cualidades morales de la persona con quien tiene que asociarse para que le ayude en su trabajo tocológico. Realiza una justificación en el texto de la conveniencia y necesidad de creer en Dios y de estar cerca de la religión como vehículo relacional. A través de la religión, la matrona encuentra consuelo del sacrificio que supone la profesión. El consuelo del infortunio, de la equivocación en la práctica lo encontramos ofreciendo el sufrimiento a Dios por lo ocurrido en contra de nuestra voluntad. Dios, por tanto, gobierna nuestra práctica para lo bueno y para lo malo, de esta forma podemos descargar la conciencia: “Sin conceder un mínimo de participación a la divina Providencia de cuanto grato o desagradable nos sucede, debe resultar insoportable pensar que todo lo que nos salió mal fue totalmente por nuestra culpa, por nuestra falta de pericia”.

La lealtad la justifica en que la matrona le debe a quien le ayuda a desenvolverse en la vida en alusión a que los médicos proporcionan el trabajo a las matronas y las clientas son de ellos.

Bajo el apartado de capacitación profesional, Clavero5 dirige a las matronas un discurso sobre el intrusismo y las competencias que médicos y matronas tienen en la práctica de la tocología y matronería. Dibuja los límites de unos y otras y trata de dejar claro la clientela y parcela de actuación de las matronas así como la subordinación de éstas a los médicos. Critica a los médicos que prescinden del trabajo de la matrona cuando se trata de asistir a familias pudientes, a la vez, establece que la matrona es la asistente de la gente sin recursos, terreno exclusivo de ellas, y los tocólogos son los profesionales de la gente adinerada resultando indigno competir con una subordinada.

La matrona debe servidumbre al médico a la vez que tiene que justificar los fracasos de éste: “Cuanto más sepáis, mejor podréis comprender nuestros éxitos y justificar nuestros fracasos”.

La escritura de artículos de médicos en revistas de matronas supone para Clavero5 una justificación clara de que no temen la competencia de matronas, pero sí están preocupados por enseñarles la práctica de la tocología. Más nos parece un intento de instrucción en la obediencia y sumisión que un verdadero intento de formación académica, aunque como se ve a lo largo del artículo, son ellos los primeros interesados en que la matrona esté bien formada porque esto redunda en un mayor prestigio de quienes Clavero5 considera que son sus superiores, los médicos.

Terminamos el análisis del artículo de Clavero Núñez5 presentando los requisitos y capacidades mínimas que el autor entiende que tiene que tener una auxiliar del tocólogo, estas son: hábito de asepsia, dominio completo de los menesteres propios de su función como el aseo de la puérpera y recién nacido, conocimiento de las drogas utilizadas comúnmente en el parto como oxitócicos y espasmolíticos, la práctica necesaria para diagnosticar el parto, conocer la estática fetal, dilatación del cérvix, desviación del parto de su normalidad, sufrimiento fetal, conocimiento de instrumental utilizado para las operaciones obstétricas y el conocimiento de la fórmula para el bautizo de urgencia.

Matronas. Martínez Gimeno,10 bajo el título Matronas, escribe un artículo en el primer número de la revista Matronas que se inaugura en los meses de marzo-abril de 1953. Este artículo trata sobre las condiciones indispensables que ha de tener la buena y auténtica matrona. Resalta en su primer párrafo la importancia de la formación para que la información posterior tenga una base sólida.

Considera las funciones del cuerpo nacional de matronas muy importantes, no sólo para las familias sino para la sociedad y para la nación en un claro tono patriótico y de preocupación demográfica. De ahí la importancia de exigir a la matrona unas cualidades propias de funciones sanitarias superiores. Para Martínez Gimeno10 la matrona, ante todo, debe ser una gran persona: “Decía un gran médico- cuyo nombre no quiero citar para no dar visos de erudición a esta simple charla- que para ser buen médico era necesario además, y sobre todo ser buena persona. Pues bien en esta sencilla frase se encierra cuanto para las matronas pudiéramos decir”.

Consideraba tan importante o más, inculcar un sano temor por lo que no se debe hacer que por lo que debe hacer la matrona. La matrona mala profesional lo es por un mal aprovechamiento personal de sus enseñanzas, de esta forma este autor salva la reputación de las escuelas. La dureza de la profesión de matrona y el sacrificio que supone el régimen horario de su actividad sólo puede verse compensado, según Martínez,10 si la matrona tiene auténtica vocación por su trabajo. Competencia profesional, intachable moralidad y exquisita corrección son las tres cualidades esenciales de la matrona para este autor. Recuerda de forma subliminal la condición de inferioridad profesional de la matrona aludiendo a su condición de mujer en el texto siguiente: “[…] la matrona puede llegar a satisfacer si llega a alejar de sí el vicio muy humano y más femenino de creerse demasiado lista”.

El médico a poco que sepa, sabe más que ellas, por lo que les invita en el artículo a aceptar las explicaciones y enmiendas que éstos puedan hacerle, aportando de esta forma su contribución a la coartación de la autonomía profesional para aquellas matronas que fueran dadas a practicar su profesión de forma libre.

La matrona que trabaja ayudando a un tocólogo tiene que tener entre sus mejores habilidades la de saber dónde está el límite justo de la espera y el aviso al tocólogo en un parto que se complica. De esta forma era una perfecta profesional, velando por la clienta de ambos y, por ende, del prestigio del médico a la vez que rentabilizaba el tiempo de descanso del mismo.

Su discurso escrito sobre la moralidad de la matrona lo centra en la ética profesional y en la conciencia de clase del colectivo, para arremeter contra las matronas que desprestigian al resto de compañeras al realizar prácticas abortivas, al respeto se llega por la honorabilidad: “Créanme, lo más grato de alcanzar en este mundo es el respeto y sólo hay un camino, el de la honorabilidad, que conduce a esa meta”.

Termina el artículo haciendo hincapié en la necesidad de un aspecto cuidado en lo físico y en la conducta de la matrona, enfermera obstétrica moderna, para poner tierra de por medio con la imagen caricaturesca de la partera tradicional. Para Martínez,10 la matrona debe tener en cuenta las normas sociales puesto que es una profesional que vive del público y necesita de su aprobación.

Con una profesional, mujer adiestrada en lo técnico y en lo moral y bajo unos principios de obediencia al superior, el tocólogo se aseguraba las condiciones ideales para alejar la gestión del parto de las mujeres.

Condiciones morales que debe reunir toda matrona. Otro de los artículos analizados es el de Serrano Salagaray,11 tocoginecólogo de Madrid. En él expone las condiciones morales que debe reunir toda matrona en su relación con la parturienta, familiares y con el médico; escribe también sobre la parturienta soltera y el secreto profesional. Llama a las condiciones morales condiciones espirituales y, entre ellas, destaca la simpatía y alegría tranquila con la parturienta y los familiares, guardando una distancia amable con los mismos. Caridad, serenidad y presencia de ánimo son condiciones que tiene muy presentes en su artículo. La matrona, según Serrano,11 debe saber inspirar confianza e infundir optimismo, pero este optimismo debe tener sus límites para no crear falsas expectativas y a la vez salvaguardarse de situaciones o peligros posteriores. Por ello recomienda una información reflexiva y no precipitada a la parturienta y familiares.

La previsión y la concentración son otras cualidades morales que tiene que tener la matrona, advierte que la rutina, el cansancio, el sueño, la ingratitud y el mercantilismo son problemas de la profesión que puede hacer bajar la guardia a la matrona.

Aliada con la previsión, la matrona debe tener una buena dosis de paciencia, una conducta expectante que debe saber romper cuando la situación lo requiera, en referencia a la advertencia de signos y síntomas de peligro actual o futuro para la madre o su descendiente. Esta paciencia debe ser extensible no sólo a lo anterior, sino que el autor la considera necesaria para con la familia, en alusión a las familias más desfavorecidas: “La disposición interior para soportar las incomodidades, impertinencias, y asperezas que pueden derivarse de las humildes condiciones económicas, de la deficiente educación y del nerviosismo de la parturienta y de sus familiares”.

El sentido de la responsabilidad, junto a los conocimientos técnicos que le hacen consciente de sus propias limitaciones y de las facultades que tiene restringidas al parto normal, es un recuerdo que Serrano hace a la relación de las matronas con su superior, el médico. Apelando a la conciencia moral ante Dios y ante la Ley, rechaza la conducta de la matrona impregnada de corrupción y soborno. La matrona tiene un deber profesional inspirado en el amor cristiano al prójimo y en un espíritu de generosidad y altruismo. Enlaza este discurso en el texto con el secreto profesional y el deber de la matrona de proteger la vida del embrión o feto aun en contra de la voluntad de la madre.

Serrano pone la relación de la matrona con la parturienta, los familiares y el médico alrededor de lo que él considera una regla de oro: “Comportarse con todos ellos como querríamos que se comportasen con nosotros de hallarnos en su lugar; o sea la máxima cristiana de a tu prójimo como a ti mismo”.

La relación de la matrona con el médico entiende que debe ser franca, apetecida y de fiel colaboración. La matrona debe ver al médico como a un maestro, como un amigo que viene a resolver los problemas obstétricos. Utiliza un tono diferente al de otros tocólogos cuando hablan de auxiliar, ayudante o subordinada: “Las misiones de las matronas y del médico son diferentes y complementarias, y ambos no se excluyen sino que se necesitan y se complementan recíprocamente”.

Seguidamente Serrano11 hace mención explícita a la superioridad académica del médico, condición que rige la obligatoriedad de que la matrona respete al médico y acreciente su consideración ante la parturienta y familiares. Igualmente la obliga a obedecer al médico: “La matrona debe obedecer con el mayor celo al médico, cumpliendo, haciendo cumplir sus prescripciones secundándole con la máxima diligencia”.

Una vez más vemos cómo el discurso médico trata de inculcar a las matronas que ellas deben ser garantes del prestigio, la honorabilidad y la consideración elevada del médico, sirviendo de correa de transmisión entre éstos y el público al que asisten.

Finaliza su artículo prescribiendo cómo debe ser la conducta de la matrona con la madre soltera, advirtiéndole de que no deben ser las matronas jueces de la conducta, faltas y debilidades de estas madres y deben ser tratadas como si fueran madres casadas. Condena en el último párrafo a quien no sea capaz de guardar el secreto profesional ya inscrito en el juramento hipocrático: “Quien falta y traiciona el secreto profesional merece el castigo de la Ley, el deshonor en la sociedad, el desprecio de sus colegas y la censura de la gente honrada”.

Las matronas y su actividad puericultora. Hemos seleccionado también para analizar el discurso de los médicos sobre las matronas un artículo de unas de las personas más destacadas en el terreno de la puericultura dentro del régimen político franquista, Bosh Marín,12 quien escribe, en mayo de 1956 en una revista de matronas sobre la importancia de la matrona en la disminución de la mortalidad infantil.

Su artículo tiene un corte epidemiológico, estadístico, para transmitir la idea de que la matrona juega un papel decisivo en la disminución de las enfermedades y muertes maternas y sobre todo infantiles. Hace un recorrido por las tasas de mortalidad infantil desde principio de siglo y las principales causas de ésta. Según Bosh,12 contribuyen a la enfermedad la práctica de las intrusas y la ignorancia de las madres más que los escasos recursos económicos. Llama a las matronas talismanes para erradicar los errores de la sabiduría popular que se transmiten de generación en generación y que las madres y abuelas de mitad de siglo XX practican al igual que los médicos de dos siglos atrás. Las matronas son las profesionales ideales para actuar sobre la forma de proceder de las madres pues ellas están en contacto con la embarazada y sus familias durante unos meses previos al parto. Las considera piezas claves de la divulgación del discurso higienista puericultor: “Ataquemos, pues, las causas de mortalidad infantil, de orden mental, de orden de ignorancia”.

Las cree capaces de corregir la mentalidad materna ante un embarazo no deseado, ante un niño rechazado. Al igual que la maestra educa a la niña para hacerse mujer, la matrona tiene la posibilidad de educar a la futura madre.

 

Conclusiones

Las matronas, uno de los primeros colectivos que abanderó la profesionalización del trabajo de las mujeres,13 ha pasado por épocas de gran autonomía profesional. En el tiempo que hemos analizado las matronas fueron sometidas al control y jerarquía de género o domesticidad profesional.14 El discurso médico sobre matronas conlleva explícitamente un mensaje de jerarquía, subordinación y domesticidad profesional con el objetivo de adoctrinar a la matrona para proteger el prestigio de los médicos y formarlas en la obediencia y sumisión, justificado en una preocupación por su formación académica. El discurso médico acerca de las cualidades morales de la matrona pivota alrededor de la religión católica, espacio en el que las matronas debían encontrar justificación a su sacrificada profesión. La literatura médica analizada considera a las matronas pieza clave de la divulgación del discurso higienista puericultor. Son las profesionales ideales para actuar sobre la forma de proceder de las madres.

 

Bibliografía

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Dirección para correspondencia:
Manuel Linares Abad.
Universidad de Jaén,
Paraje Las Lagunillas s/n Edf. B-3, dep. 242,
23071 Jaén, España
mlinares@ujaen.es

Manuscrito recibido el 30.12.2007
Manuscrito aceptado el 20.03.2007

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