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Index de Enfermería

On-line version ISSN 1699-5988Print version ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.17 n.4 Granada Oct./Dec. 2008

 

MISCELÁNEA

HISTORIA Y VIDA

 

Irene Galeano: El saber de una partera tradicional del Magdalena medio

Irene Galeano: the knowledge of a traditional midwife in the Magdalena zone

 

 

Celmira Laza Vásquez1

1Centro de investigación y Desarrollo. Fundación Universitaria del Área Andina, Bogotá, Colombia

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

Madeleine Leininger en su teoría enfermería transcultural, pone énfasis en la coherencia entre las intervenciones de enfermería y el sistema de valores así como el contexto cultural que rodea al sujeto de cuidado. Por tanto la enfermera debe buscar estrategias que le permitan ser sensible a la concepción que tienen las personas de sus problemas de salud con el fin de mediar entre el contexto cultural y las necesidades de cuidado de la persona. Por medio de un relato biográfico se da la oportunidad a los sujetos de cuidado de expresar la complejidad de su realidad y sobre todo la experiencia de la persona frente sus procesos de salud – enfermedad. El presente artículo tiene como objetivo narrar en la voz de su protagonista, la experiencia de vida de una partera tradicional de la región del Magdalena medio colombiano. En la narración, se entrecruzan las creencias y acervos culturales propios de la región rural del departamento de Antioquia y que determinan las prácticas de cuidado para la atención de la mujer durante el parto y el puerperio.

Palabras clave: Partera tradicional, Relato biográfico, Parto, Puerperio, Cultura.


ABSTRACT

Madeleine Leininger in her theory of multicultural infirmary emphasizes coherence, participation, system of values and patient’s treatment as well. For this reason infirmary must find strategies allowing the concept of sensibility and the awareness people have of their health problems in order to deal with their own urban context and their needs for self care through a biographic narration. The patients have the opportunity to express their true reality and mainly their own experience about health and illness - process. The purpose of this article is to reveal experiences narrated by the protagonist (an urban midwife) from the Magdalena region, “a Colombian area”. This true story is full of believes and unique cultural details from the rural region of the department (state) of Antioquia where they set methods for woman’s care during delivery and after it.

Key word: Midwifel, Biographic narration, Childbirth, Culture.


 

Introducción

La presencia y quehacer de las parteras tradicionales en las zonas rurales de Colombia es una realidad a mil voces, a pesar de los intentos del Estado colombiano por aumentar las coberturas de la atención institucional en la gestación, el parto y el puerperio. Sin embargo, en las zonas rurales y apartadas de los cascos urbanos el desarrollo del conflicto social y armado, las difíciles condiciones para las comunicaciones, la escasa presencia del Estado con una política clara de inversión social, la grave problemática económica de sus habitantes y los problemas de acceso cultural con el sistema formal de salud y sus profesionales, han sido elementos de gran importancia para la consolidación de este agente tradicional, así como de una variada gama para el cuidado de la salud, marcadas por los acervos culturales de cada región.

La partera tradicional, según un estudio realizado en varias regiones rurales del país, se caracteriza por ser “El oficio que es ejercido en forma exclusiva por mujeres, cuyo promedio de edad supera los 55 años y quienes han permanecido conviviendo durante mucho tiempo en la comunidad y por tanto tienen un conocimiento muy familiar de la misma. Su proceso de aprendizaje es informal, la mayoría adquiere los conocimientos necesarios para su trabajo a raíz de experiencias propias o circunstancias accidentales que las forzaron a atender un parto; esto ocurre a la edad de 19 años de promedio. Lo predominante en su aprendizaje es la observación y la práctica. Su conocimiento se enriquece durante muchos años de práctica empírica".1

La historia de Irene Galeano, una partera tradicional de 65 años y con más de diez años de experiencia ha estado marcada por el fenómeno del desplazamiento forzado por la violencia en Colombia y a la vez, por procesos organizativos campesinos en pro de una resistencia campesina pacífica para evitar volver a ser desplazada violentamente.

En Puerto Matilde, denominada por sus pobladores una “Aldea comunitaria”, una vereda del municipio antioqueño de Yondó, a orillas del río Cimitarra, entrevisté a esta mujer golpeada por los avatares de la vida pero que aún así, conserva una sonrisa contagiosa con la cual enfrenta cada día la dura vida de los campesinos y campesinas de la región del Magdalena medio, quizás una de las regiones de Colombia más golpeadas por la guerra y el abandono estatal.

La entrevista se realizó en el marco del proyecto de investigación “Reconstrucción de la memoria histórica y colectiva de los cuidados de la salud de la población rural de la región del Valle del río Cimitarra en el Magdalena medio”, que tiene como objetivos comprender las dinámicas culturales, sociales, económicas y políticas que han determinado el sistema de cuidado de la salud y aportar a la construcción de los procesos de empoderamiento de la salud y consolidación de la identidad de esta población rural, mediante la recuperación escrita de su memoria.

Lo anterior no sólo aportará a la construcción del conocimiento disciplinar de la Enfermería, sino que además, guiará, desde un conocimiento validado científicamente, las acciones de intervención que se realicen con esta población, asumiendo una postura respetuosa hacia sus acervos y creencias culturales y en el intento de evitar los enfrentamientos o choques culturales en el cuidado de enfermería.

Mediante la técnica del relato biográfico,2 la cual recoge la narración de una experiencia vivida por una persona y expresada con sus propias palabras, se intentó acopiar la valiosa experiencia de esta mujer en torno a los cuidados que ha brindado a las mujeres de su región durante la atención de parto y el puerperio. En su narración se entrecruzan creencias y tradiciones propias de la cultura campesina de esta región.

 

Bibliografía

1. Eslava D. Los agentes tradicionales de salud: otras alternativas para las comunidades campesinas. El caso de Cundinamarca y Santander. Invest Educ Enfer. 1998: 26 (2): 64-65.        [ Links ]

2. Amezcua M, Hueso Montoro C. Cómo elaborar un relato biográfico. Arch Memoria, 2004; 1. Disponible en: http://www.index-f.com/memoria/metodologia.php [Consultado el 20.01.2006].        [ Links ]

 

RELATO BIOGRÁFICO

APRENDIENDO A PARTEAR. Desde muy niña yo veía a mi madre que a cualquier hora de la noche la llamaban. En ese tiempo yo vivía en el campo por los lados de Amalfi, yo no conocía que había médicos ni nada de eso y ahí a cualquier hora de la noche y llegaban y nos montaban en caballos y nos llevaban a una casa. Ahí, nos metían en una pieza y nos encontrábamos con gente nueva. Preguntábamos qué era, y en ese tiempo nos decían que las “cigueñas”. Ahí fui creciendo y creciendo. ¿Cuánto hace eso ya? Más de diez años. Póngamelos que tenía unos 55 años o quizás menos.

Pues yo, uno, por ejemplo, el instinto de, como le dijera yo, el instinto por herencia. Yo veía a mi mamá que le hacía las mujeres que iban a tener familia, les hacía sus agüitas calientes, las cogía, las sobaba, les ponía un trapo por atrás, por la espalda y las sacude porque tienen el bebé pegado y comienza a sacudirlas y entonces uno las coge y la sacudes, les da uno sacudones buenos. Bueno, entonces uno coge y le soba el estómago bien sobado y le va acomodando el bebé.

La primera vez que me tocó partear fue a una concuñada mía. Ella se había venido a Yondó a tener familia y se devolvió y al ver que nada, se vino para la casa. A los 8 días de estar en la casa la vi que se levantó como enfermosa, como enfermosa y le dije: “¿Francisca tú estás enferma?” Entonces ella me dijo que sí. Yo le dije al marido que “ustedes no se pueden ir a pescar porque Francisca está enferma”. Entonces él empezó a maldecir. Y fue la primera señora que yo atendí y gracias a mi Dios salió bien.

La segunda vez, no había nadie, el marido no tenía plata para llevarla al médico. El me dijo, “Irene, ¿me podría atender a mi mujer?” Yo le dije, “la verdad es que yo no soy partera, no tengo cartón. Pero si usted decide, desde que venga derecho, no hay ningún fracaso”.

Dios arriba está mirando para abajo. El es el que me va a dar mi inteligencia, el entendimiento para yo hacer las cosas bien. Bueno, y ahí cualquier mujer que me pide el favor, yo le digo, “yo no soy partera, yo vengo a hacerle favor pero me da miedo de que cualquier cosa fracase, el bebé o alguna cosa”.

A partear, nadie me enseñó, sólo lo que veía de mi mamá.

CON FE EN DIOS. También atendí un parto de una señora, Chavela Erazo. Ella estaba en embarazo y se calló de una hamaca y mató al bebé. Bueno, resulta que ella no se había dado cuenta que lo había matado y no lo volvió a sentir. Cuando ya iba a tener familia, ella le dijo al marido que me buscaran a mí, que ella no iba a ir a ninguna parte. “Que a mí me va a atender Irene, y si no es ella, que me muera”.

Bueno, fueron por mí y cuando yo fui ya tenía al bebé con la coronita afuera. Ella me dijo que se iba a morir y yo le dije que no se iba a morir porque Dios no la necesita. Fui y le hice un agua de manzanilla, canela y hierbabuena. Se la di a beber. Un parto de un bebé muerto no tiene fuerza porque el que le ayuda a uno a hacer la fuerza es el bebé. Bueno, entonces yo no hice sino coger y sobarla las caderas y el estómago y dando con suerte.

Ella me dijo, “ay Irene, yo me voy a morir”. Yo le dije, “no sea boba que usted no se va a morir. Tenga primero fe, tenga primeramente fe en mi Dios y en mí y que no le pasa nada, porque todo lo que hay en la tierra es fe”.

Cuando me llaman a donde una señora, lo primero que le pido es a Dios, porque él es el único. En cuando hay mucha persona que dicen que Dios no hay porque no lo vemos y no lo tocamos, pero sí lo sentimos. Entonces yo voy a una parte y primeramente le pido que la señora salga con bien y el bebé también y a mí también. Que me dé fuerza.

ATENDIENDO EL PARTO. Pues, cuando me avisan, si es lejos, cojo y me alisto y me voy. Si tengo las uñas largas, me las recorto y me lavo las manos, se desinfecta las manos.

Lo primero que hago es preguntarle qué siente. Uno repara a según la caída del estomago. Porque cuando está bien alta la barriga, eso se demora, y eso se va bajando y bajando hasta que la criatura se va acomodando.

Si el parto no está muy próximo, comienza uno a hacerle bebidas calientes de manzanilla con canela y hierbabuena y a esperar porque uno no debe apresurar, porque cuando la mujer va a tener familia, no cuando uno quiere, sino cuando es de tiempo. Porque muchas veces, tienen mucho frío, y les da dolores y comienza a botar esa agua y piensa que eso va ser de hoy para mañana. Primero tienen que botar toda esa agua del frío. Comienzan, boten y que boten agua. Las pongo a caminar que eso les acelera los dolores y caminado se hace más el cuerpo.

Después a sobarle, si tiene injundía de gallina o sino con aceite Jhonnson. Le sobo el vientre para ayudarle a acomodarle más el bebé. Si lo tiene pegado, con una cobija o toalla, se la paso por la espalda, me paro encima de ella para sacudirla. Esto, para acomodar el bebé y si está pegado, para que se despegue. Porque hay personas que viven sentadas, entonces el bebé se va criando por la espalda. Y cuando va a asentarse, él no busca por delante, sino para atrás. Entonces hay que moverla para que se despegue o ponerle una almohadita por atrás para que busque hacia delante y no hacia atrás. Porque hay veces que buscan hacia atrás y ahí es cuando un parto se hace difícil, que en el hospital, rapadamente, le dan cuchilla.

EL NACIMIENTO. Cuando es el momento, que me avisan, le miro las partes y ahí ya ve uno si las tiene dilatadas y ahí ya sé cuándo va a parir. Muchas veces, en la cama, como no tienen de dónde aguantarse, uno les guinda un lazo de una viga, ellas se hacen de rodillas, uno le hace una camita al bebé para si va a salir muy rápido y uno no tiene tiempo de cogerlo, no tiene que agarrarlo, porque según se caiga puede desnucar el bebé. Uno tiene que tener mucha práctica de cogerlo.

También le digo a las mujeres que cuando van a tener familia, que respiren suavecito y pujar para abajo, porque sino, en vez de buscar para abajo, buscan para arriba. Porque yo estoy pujando suave, estoy subiéndomelo para arriba, o sea, que la criatura está buscando es para salir por la boca. Entonces tiene que pujar duro y respirar suavecito.

CUIDANDO AL RECIÉN NACIDO. Cuando nacen, lo limpio o lo baño, le quemo el ombligo y lo fajo. Le quemo el ombligo con vela de sebo para que no le de infección y le echo unas goticas de isodine o deosogen. Le pongo una gasita y el esparadrapo ahí.

Antes de eso, le corto el cordón, mido cuatro dedos al ombligo. El porqué se mide, para volver a cortar, porque si yo mocho bien cortito se le puede soltar el amarradero y se puede vaciar en sangre y la criatura morir. Entonces, uno a cuatro dedos del ombligo, amarro fuerte y de la amarradura, mido cuatro dedos, vuelvo y amarró fuerte y ahí si corto, por si se le suelta uno, no tiene tenga el percance de que se le va a vaciar la criatura por el ombligo, porque habemos personas de que no amarramos bien y por ahí se puede desangrar el bebé. A mí a los tres días, se le cae el ombligo al bebé y no se le encona.

Entonces, después que se amarre, como muchas mujeres no botan la placenta ahí con el bebé, les amarro la tripa a la pierna, para que, porque la placenta se puede ir para adentro. Yo no sé, pero en todo caso, a veces se absorbe y se va para arriba la placenta. Si eso pasa, toca echarla para el hospital para que los doctores la rajen o le metan la mano y le saquen la placenta.

Cuando el bebé se pasa de nacido, cuando no nace ligero, que ya cuando ya nacen, que no lloran, me ha tocado, que soplarle la boca y el rabito, para que ellos respiren y lloren. Porque hay veces que cuando nacen uno le voltea la patica y le pega unas dos o tres palmadas duro pero cuando no lloran es porque están llenos, entonces uno los voltea y los sopla y ellos vuelven en sí. Varias veces me ha tocado hacerlo. Me dicen, “ay Irene, ¿no te da asco?”. No, uno en estas cosas tiene que perder el asco.

Después lo cojo, lo baño con agua caliente, en el hospital le echan agua fría, pero yo le tibio el agua, lo baño o lo limpio con alcohol cuando es de noche para quitarle toda esa, toda esa grasa. Ahí cojo y lo visto, se lo pongo a la mamá al lado.

Se le quita la grasa para que quede limpio y lo coja la mamá, porque un bebé lleno de grasa, el niño nace todo sucio y la mamá no va a poder darle picos. La grasa no le hace ningún daño al bebé pero si está sucio, la madre no puede abrazarlo.

EL ALUMBRAMIENTO. Entonces, cuando nace la placenta miro si está completa. Ella es idéntica a la pajarilla. Siempre me han salido completas. La placenta sale completa, sino es que uno la estropea para que ella se parta y uno tiene cuidado de eso. La placenta mientras uno no la jale, ella sale completa, entera. Porque habemos personas que comenzamos a jalar y eso no se debe jalar. Ella sale a su tiempo o sino uno le hace bebidas, o ellas se hacen masajes en los senos o en el ombligo.

Bueno, cuando la placenta es más demorada, yo cojo, hiervo un poquito de agua, le echo azúcar y un poquito de sal. Se la doy a tomar y unos 5 o 10 minutos, le mando a cerrar los puños de las manos, una mano sobre otra, cerrada y que sople fuerte. Y entonces al momentito eso sale. O que se haga masajes en los pezones o el ombligo. Esto es para ayudar a salir la placenta, porque muchas veces se pega porque la mujer se sienta en el quiso de la puerta, escalera, en hamacas, en lo que es frío.

Después, la mando a enterrar para no sufrir el entuerto de la mujer. Yo le mando hacer un hueco en la tierra, en cualquier parte de la casa y le mando a echar brasas de carbón caliente y encima más tierra y encima más brasas. Y así, la mujer no sufre mucho de entuerto. Porque digamos, sale del organismo de uno y la metes en parte frías, aún cuando ya está separado del cuerpo de uno, uno siempre se siente, aunque los médicos dicen que esos son ideas y caprichos de uno, pero yo siempre digo que anteriormente las mujeres no sufrían como sufren hoy las mujeres después de paridas, porque si paren en el hospital, eso lo echan a un inodoro y eso se perdió.

Esto es porque la placenta sale del organismo y sufre de los entuertos, sufre más dolores y la mujer se pone buchona, ¡hay mujeres que sacan unas barrigotas! Y una piensa que están embarazadas. Cogen frío, siempre cogen frío. En la vida antigua uno no veía a las mujeres barrigonas después que tienen familia, porque siempre se cuidaban, se fajan.

CUIDANDO EN EL POSPARTO. Después, le estripo el estómago para que le salga esa agua mala, después de que les estripo el estómago, le doy chocolate con canela para evitar el frío porque una mujer así queda abierta, con el parto. Por eso, la mujer queda buchona o sufre de dolor, después de que parió porque en el hospital no las cuidan bien o que ellas mismas no se cuidan. Por eso, empiezan con el tiempo a sufrir enfermedades, dolores de cabeza, les da supuración porque no hacen reposo, no hacen la purga de los 40 días o se vuelven destornilladas. También quedan barrigonas porque no se fajan.

Le exprimo el estómago para que salga esa sangre mala, le pongo un trapo en la cadera para cerrarla de cadera. En el hospital no lo hacen, ni deja fajar a nadie. Nosotros por aquí si acostumbramos eso, de apretarle el estómago a la mujer para que bote la sangre mala, cerrarle la cadera. Porque cuando uno está pariendo, traquean las caderas para tener la capacidad del niño salir.

La acuesto y le pongo el bebé al lado y le digo que le dé seno. Antes limpio la cama. Le pongo un caucho para que la sangre que se derrame no manche el colchón y le cambio la sábana, ya con su toalla materna puesta.

Después del parto no deben comer yuca, porque irrita el ombligo del bebé, porque no sana ligero. Tampoco frijoles, porque son pesados porque una mujer así queda débil del estómago porque les da anemia en el embarazo. Por eso, tienen que comer mucha lenteja, porque la lenteja sirve contra la anemia.

CONOCIENDO EL NÚMERO DE HIJOS Y EL SEXO DEL BEBÉ. Después, cojo y le reparo la tripa de la placenta. Miro los nudos de la tripa y le digo a la madre cuántos hijos va a tener y si son mellizos o solos. Los mellizos son dos nudos pegados y los hijos solos, uno separado de los otros. Siempre se ha cumplido en todas las mujeres que le he dicho. Yo no sé si coincide, pero el sexo de la mujer es como una bolita, como una molleja y el del hombre es como una tripita. Eso uno se da cuenta cuando soba a la embarazada. Uno va tocando y ahí lo va tocando.

EL SECRETO. Habemos, sobre todo las que hacemos el papel de parteras, no debemos comunicarle a nadie si la mujer llora o tiene las partes, porque hay personas que son muy indiscretas y dicen: la mujer llora, grita, lo tiene pelado o peludo, o en fin. Porque en esos dolores hay personas que hasta se ensucian, haciendo la fuerza. Es que yo le digo, que el dolor más grande es uno ser madre. Ahí no hay cólico, ahí no hay nada.

Eso es un secreto, como el de una enfermera. Es un juramento de no decir nada a nadie. Por ejemplo, si yo la estoy atendiendo a usted es entre usted y yo. Ese juramento se hace entre yo misma, porque eso quedaría muy feo en mí en salir a contarle a otras mujeres. Porque eso queda muy feo en mi, porque qué dirá otra mujer que esté en embarazo, con qué moral la voy a salir a buscar si no tiene respeto de persona ni de ella misma si ella cuenta lo que ve.

EL PAGO. Bueno, a veces me pagan, algunos me pagan y otros no. A la hora de la verdad, que sea la voluntad de Dios. Yo tengo mi trabajo de telefonista. No hay problemas sino me pagan, las necesidades dice Dios si no hasta luego. Todos los días uno lo necesita. Uno lo hace por el bebé, porque que me gusta y quisiera saber más.

Cuando me pagan, es lo que la gente quiere, solo en plata, no en cosas. Si no tienen, no es problema. A veces la gente no tiene ni con qué cortar al bebé, ni con qué envolver al bebé.

EL SIGNIFICADO DE PARIR. Cuando uno no pare un hijo, no sabe qué es dolor de parto porque sabe que son los medios dolorcitos y la cortaron y ya, pero lo que es parir, no sabe. Uno de mujer aprende a valorar más el amor de madre, cómo sufrió esa madre para echar ese hijo a este mundo. Porque por ejemplo, si usted sufre teniendo a su hijo, usted valoriza a su mamá por lo que sufrió por usted. Hay mujeres que no paren y no quieren a su hijo porque no saben lo que es parir. Por esto, es necesario parirlo.

EL SIGNIFICADO DE UNA NUEVA VIDA. Qué le digo yo a usted, una bendición, porque es una vida más para el mundo, la niñez es el futuro para el día de mañana. Uno sobre todo debe cuidar bien a los niños y toda mujer que tenga el privilegio de ser madre, muy lindo, porque es una bendición de Dios.

Vocabulario

Amalfi: Municipio del departamento de Antioquia, Colombia.

Yondó: Municipio del departamento de Antioquia, Colombia.

Tener familia: Tener hijos.

Coronita: cabeza del bebé.

Repara: Revisar.

Injundía de gallina: Grasa de la piel de la gallina.

Encona: infectar.

Tripa: cordón umbilical.

Rabito: glúteos.

Pajarilla: bazo.

Estripo: apretar.

Ensucian: defecar.

 

 

Dirección para correspondencia:
4-76 apartamento 301 Bogotá – Colombia
celmira.laza@gmail.com

Manuscrito recibido el 10.03.2008
Manuscrito aceptado el 30.07.2008

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