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Index de Enfermería

versión On-line ISSN 1699-5988versión impresa ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.18 no.4 Granada oct./dic. 2009

 

ARTÍCULOS ESPECIALES

ORIGINALES

 

Salud y mujeres inmigrantes latinoamericanas. Autoestima y resiliencia

Health and immigrant latin-american women. Self-esteem and resilient

 

 

Isabel Gentil1

1Doctora en Antropología Social y Cultural. Diplomada en Enfermería. Profesora Escuela de Enfermería, Fisioterapia y Podología. Directora del Centro de Estudios sobre Migraciones y Racismo, Universidad Complutense de Madrid, España

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

La feminización de los flujos migratorios es un hecho en nuestro país. El mayor porcentaje de mujeres proceden de países de Latinoamérica y el trabajo, puerta de entrada, suele ser el trabajo doméstico. Las mujeres de este estudio tienen larga estancia como emigrantes y están cerca de sus sesenta años de vida. Por ello y por los trabajos realizados, tienen dolores en el cuerpo y a veces sentimiento de frustración. Ésta era la idea de partida. El objetivo era conocer su autopercepción de salud. Después del trabajo realizado con metodología cualitativa y técnica de grupo de discusión, se encontró que con frecuencia estas mujeres son portadoras de resiliencia, lo que les permite sobreponerse y crecer ante las situaciones adversas derivadas de la emigración.

Palabras clave: Salud. Mujeres inmigrantes. Investigación cualitativa. Resiliencia.


ABSTRACT

The feminization of the migratory flows is a fact in our country. The major percentage of women come from countries of Latin America and the work door of entry is in the habit of being the housekeeping. The women of study have a long stay as emigrants and are near his sixty years of life. For it and as the realized works they have pains in the body and sometimes feeling frustration. This one was the idea of item. The aim was to know his self-esteem of health. After the work realized with qualitative methodology and technology of discussion in group, one thought that often these women are carrying of it resilient. That allows them to superimpose and to grow bolder before the adverse situations derived from the emigration.

Key words: Health. Immigrant women. Qualitative analysis. Resilient.


 

Introducción

La feminización de los flujos migratorios es un hecho. Las mujeres representan casi la mitad de la población inmigrante, el 45'9%.1 El porcentaje de mujeres extranjeras trabajando y dadas de alta laboral en la Seguridad Social2 es del 15'1, el de hombres el 13'4. Las mujeres de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia dadas de alta en Seguridad Social superan, en porcentaje, a los hombres. Sin olvidar que el trabajo doméstico acoge a gran número de mujeres inmigrantes no regularizadas, por tanto no existentes en las estadísticas.

La razón de esta feminización es la fuerte demanda de mujeres para realizar ciertos trabajos que exigen los valores considerados propios de lo "femenino". Los motivos se derivan de los nuevos estilos de vida en nuestro país. Se han producido cambios en los roles tradicionales de las mujeres, quienes al tener un mayor acceso a la educación, se han incorporado al trabajo fuera del hogar, unido en muchos casos, a la resistencia de los hombres a incorporarse al trabajo dentro del hogar, hace necesario buscar una persona para el trabajo doméstico, más si hay niños en la casa. Sumado al aumento de porcentaje en población anciana dependiente, que necesita ayuda y que tradicionalmente estuvieron atendidos dentro del modelo de familia extensa, que contaba con la presencia en el hogar de una o más mujeres para asumir las tareas de cuidados familiares. En estos momentos, los nuevos modelos de familia, hacen que la demanda de otras personas para llevar a cabo estas tareas sea una realidad. En el mundo anglosajón se habla de care crisis, "crisis del cuidado",3 entendamos del cuidado doméstico.

El trabajo de empleada de hogar interna se ha convertido en la puerta de entrada al mundo laboral de muchas mujeres inmigrantes (también la prostitución, aunque no es objeto en este trabajo). El trabajo de empleada de hogar ha sido un trabajo para mujeres emigrantes, antes las que emigraban del campo a la ciudad, en la actualidad las mujeres extranjeras emigrantes.

Emigran mujeres, pero el motivo de emigración suele ser la familia, especialmente los hijos, porque el móvil más frecuente para migrar es aumentar las oportunidades para esos hijos, que puedan estudiar para mejorar sus condiciones de vida. No es raro que estas mujeres emigrantes procedan de familias monoparentales y ellas sean la cabeza de familia. Otras veces están casadas y se toma la decisión de que emigre porque el mercado de trabajo como empleadas de hogar tiene mayor demanda que otros trabajos. En estos casos, la familia entendida en sentido extenso, se compromete con el coste económico de emigrar, pudiendo llegar a hipotecar sus bienes para sufragar los gastos del viaje y la deuda que contraen con la agencia que les facilita viaje y primer trabajo. La mayoría de las veces son estas mujeres inmigrantes las únicas proveedoras de recursos económicos para toda la familia.

Muchas de estas mujeres, en estos momentos, llevan residiendo y trabajando en España 10, 15 y hasta 20 años y sus edades están entre los cincuenta y sesenta años. Por mi colaboración en una ONG, soy testigo de cómo su salud se ha deteriorado a medida que han transcurrido los años de trabajo. Han pasado estos años pluriempleadas. Hay algunas que consiguen ganar 2.500, 3.000 euros al mes a costa de no descansar, empalmando 2 y 3 jornadas diarias, e incluyendo trabajos domingos y festivos, pero su cuerpo se revela agotado. Los dolores musculares y articulares son cada vez más frecuentes. Hay estudios que encuentra más del doble de trastornos somáticos en mujeres inmigrantes iberoamericanas que en población en general.4 Sabemos que las situaciones de estrés prolongado producen modificaciones funcionales en el organismo que posteriormente serán estructurales, así escribe Ortún, "fueron los asilos de pobres los que proporcionaron durante años los cadáveres a las Facultades de Medicina. Durante un tiempo se inventó una enfermedad nueva, la atrofia adrenal idiopática, porque se adoptó como norma de tamaño las crecidas glándulas adrenales de los cadáveres de los pobres que resultaban de un estrés prolongado".5

A la vez un sentimiento de tristeza se va apoderando de ellas. A veces les oigo lamentarse "¿no sé que hago aquí, tan lejos de los míos, me parece que me he vendido por un plato de lentejas". Veo que aquella alegría inicial por ser el sostén económico de sus familias se va trasformando y la percepción de su salud quebrantada y su cuerpo dolorido se acompaña de baja autoestima, "ya no valgo nada", "me parece que no sirvo ni para ser madre". En un estudio, Martínez et al. encuentran que el porcentaje de síntomas depresivos es mayor en población emigrante que autóctona, lo relacionan con menor apoyo social.6

Los objetivos de este estudio fueron valorar su autopercepción de salud, identificar el grado de autoestima de estas mujeres, y conocer valores y actitudes, y su influencia en la salud.

 

Metodología

Metodología Cualitativa. Lugar de realización: Centro "Asociación Solidaria Trabajadores Inmigrantes" (ASTI)-Entreculturas en Majadahonda, municipio de Madrid.

Población de estudio: 50 mujeres emigrantes latinoamericanas con más de seis años de estancia en España, que son las proveedoras de recursos económicos a sus familias y que trabajan o han trabajado como empleadas de hogar fijas o por horas.

Teoría de análisis: la teoría fundamentada en los datos de Glaser7 y Strauss.7,8 Ellos explican que su método nace pensando en descubrir lo que sucede en la realidad utilizando los datos empíricos para teorizar sobre problemas muy concretos. No se persigue construir teorías formales, pues es un producto en continuo desarrollo que podrá adquirir categoría superior en la medida en que se agreguen nuevos estudios, profundizando cada vez más y apoyándose en los descubrimientos anteriores.

Técnicas de estudio: grupos de discusión y entrevistas en profundidad. En los grupos de discusión se trataron los temas de cuerpo, salud, hábitos, trabajo, familia, motivos de emigrar, autoestima, valores, actitudes. Para trabajar sobre la autoestima, se pidió que cada una de ellas escribiera en un papel y a solas sus cualidades, respondiendo a la pregunta ¿por qué valgo yo? El siguiente paso consistió en, sentadas de dos en dos, con la persona que menos conocían previamente, comunicar y defender a la desconocida las propias cualidades que había escrito.

Se toma el concepto de autoestima de Gallar.9 La autoestima se forma a través de los pensamientos y sentimientos que cada individuo tiene sobre si mismo. La autoestima determina la capacidad para enfrentarse a lo cotidiano. Es la autoestima la responsable de muchos éxitos y fracasos. La autoestima positiva proporciona satisfacción personal además de fuerza y capacidad para la acción frente a los problemas.

 

Resultados

1. La difícil separación. La madre que emigra y tiene que separarse de sus hijos vive la separación como un desgarro. Estos hijos suelen quedar al cuidado de la abuela materna o de las hermanas. Incluso en los casos en que queda el esposo en el país de origen, suele ser la familia femenina de la mujer quien se encarga de cuidar a los hijos, pues las actividades asignadas a las madres y esposas es raro que sean asumidas por los hombres. Ellas viven en su interior la ambivalencia del orgullo por la proeza de aventurarse a trabajar en un país extraño, y a la vez un sentimiento de culpa por abandono de sus hijos. A veces calman ese sentimiento de abandono y compensa la ausencia exagerando las remesas económicas.

El proyecto inicial al emigrar es estar en España cinco o seis años, suficientes para pagar los plazos de la deuda contraída ante el temor de que los familiares puedan perder los bienes hipotecados (casa, ganado), enviar dinero para que los hijos puedan estudiar, y si es posible ahorrar para construir una vivienda o "montar un negocito a la vuelta". La realidad demuestra que es imposible ahorrar la cantidad de dinero que pensaban en tan corto plazo y la estancia se va alargando.

Muchas veces aparecen nuevas necesidades en la familia que quedó allá: una enfermedad, un ingreso hospitalario, una operación, el arreglo imperioso de una vivienda. "Me siento responsable de mi familia". "Trato de ayudar a todos los de mi familia con todo lo que puedo". Éstos costos económicos son asumidos por estas mujeres emigrantes por dos motivos: porque la mayoría de las veces es la única posibilidad que tiene la familia de conseguir recursos económicos y porque la familia termina exigiendo a estas mujeres unas responsabilidades económicas exageradas, "sientes que entre todos te sacan el juguito, acá la señora y allá la familia".

Desde la distancia, los familiares que reciben los giros construyen la creencia de que conseguir dinero en España es fácil y sencillo. Contribuye a madurar esta creencia no sólo el giro mensual sino que las mujeres emigrantes, cuando hablan con la familia, siempre ocultan la dureza de vida de ser emigrante, no quieren apenarlos y necesitan alimentar la imagen de triunfadoras frente a sus seres queridos, es la manera de sobrellevar el menosprecio que perciben aquí.

2. Los duros comienzos. En el trabajo de empleada de hogar interna, muchas veces el contratante no contrata el ejercicio de una jornada laboral, sino la persona completa y su disponibilidad total a cualquier hora del día. "Cuando el niño llora por la noche soy yo quien tiene que levantarse, aunque he estado todo el día trabajando, en este trabajo no tienes un horario". No es raro que sean mandadas por todos los miembros de la familia contratante, incluidos los niños. Todo ello es un concepto semejante al esclavismo. Son trabajos poco controlados legalmente, muchos casos son un "arreglo por mutuo acuerdo".

En estos trabajos, a pesar de estar con otras personas, el sentimiento es de aislamiento, porque la manifestación de sus emociones u opiniones no está bien visto por quien les paga, contratan su fuerza de trabajo, no a una persona para realizar un trabajo. "Si la señora me dejara dormir por la noche… pero se pasa las noches gritando, yo me levanto hasta diez veces y más… me da miedo que se ahogue… les he dicho a los hijos que busquen otra mujer para las noches, yo sin haber dormido no puedo al día siguiente trabajar, no me importa trabajar todo el día, pero por la noche necesito dormir, si no les he dicho que me voy, pero me dicen que aguante, que yo ya conozco a la señora y la casa y buscar a otra… que piense en la señora".

Estas situaciones se viven con una sobrecarga a nivel emocional fuerte y con un sentimiento de pérdida de libertad como individuo. A ello se une que en sus países de origen el trabajo doméstico está estigmatizado y desprestigiado, ellas llevan interiorizada esta concepción, y además comprueban que aquí también es un trabajo desprestigiado, un trabajo rechazado por la población autóctona, lo que hace que aumente su baja autoestima.

Muchas veces aguantan las difíciles situaciones laborales porque piensan que serán temporales, aunque también les ayuda a soportarlo el saber que al tener alojamiento y comida, el ahorro económico es mayor. "Tienes que aguantar, no puedes quedarte sin trabajar, tienes mucha presión porque tu familia depende de tí y tienes que buscar el ahorro como sea".

Al pasar los años van desarrollando un sentimiento de ser explotadas. "Me dijo que si podía ir los sábados hasta las cuatro, hasta que terminen de comer y dejar la cocina recogida, pero los sábados como dice que es media jornada a mí no me entra la comida, como cuando salgo, que muchas veces son las cinco y más, pues tengo que dejar todo fregado y recogido después de que ellos coman y muchas veces terminan a las cuatro o más tarde". Pueden soportarlo asumiendo que están consiguiendo recursos económicos: su motivo de emigrar.

A medida que pasa el tiempo y sufren la distancia afectiva por parte de su familia a sus sacrificios, "amo a mi esposo, aunque él desde la distancia es cada vez más desconfiado y desdeñoso", unido a las situaciones de humillación o desprecio que han vivido en los trabajos, "las palabras cariñosas son para el perro de la casa, a mí jamás me han preguntado <¿cómo está mi niño hoy…?>, te tratan peor que a un perro", hace que la frustración crezca en ellas, una frustración no objetivable, pues implicaría asumir externamente el fracaso de su gran proyecto, asumir su fracaso de vida. La autocensura a que se manifiesten estos sentimientos lleva a que el cuerpo se revele con síntomas: malas digestiones, dolores varios, insomnio. Freud decía que el cuerpo habla a través de sus síntomas de emociones y sentimientos.

3. Salud autopercibida. La salud es el capital que tienen estas mujeres para poder trabajar, y lo saben. Sin embargo, los trabajos que realizan de limpieza o mover a personas mayores dependientes, requieren esfuerzos físicos, cargas pesadas, posturas forzadas que suelen desencadenar dolores musculares y sensación de cansancio crónico. Entran en una etapa de demanda de fármacos, "necesito que me den una medicina que me deje seguir trabajando sin dolores", imaginada como una poción mágica, remedio instantáneo que elimine el cansancio y el dolor. "Me duele el hombro y la espalda y el cuello pero si no trabajo mi hijo tendría que dejar de estudiar, prefiero romperme a que deje los estudios".

Sus manifestaciones somáticas las tapan una y otra vez hasta que están enterradas y se cubren con las demandas de necesidades de la familia: dinero, bienes materiales, como si estas mujeres vivieran en un lugar idílico donde todo es fácil y asequible. La propia familia se convierte en explotadora de la mujer. Ellas se quejan muchas veces de la actitud de sus familiares "no saben lo que cuesta conseguir aquí el dinero, creen que la vida aquí es sencilla, no tienen ni idea", pero nunca mostraran a la familia una imagen de derrotadas agotadas, además piensan que ese era su objetivo al emigrar: responder a las necesidades materiales de su familia. Es la forma de sentirse valiosas frente a la devaluación que perciben en nuestra sociedad. "Lo bueno de mí es que soy muy sacrificada y no demuestro mi tristeza".

Cuando se les pregunta si tienen alguna enfermedad, responden que les duele la espalda, no les sientan bien las comidas de aquí, les cuesta hacer las digestiones, tienen dolores de cabeza, se sienten tristes muchas veces, tienen problemas para dormir, "aunque llego muy cansada a la cama y duermo enseguida, me despierto de repente al poco y la cabeza empieza a pensar y pensar por sí misma, en mis hijos, en mi casa, en mi familia… y ya no puedo dormir más, el médico me ha dado unas pastillas, dice que es nervios".

4. Sus cualidades para la autoestima. Las cualidades que manifiestan tener se pueden agrupar temáticamente. Las que manifestaron con más frecuencia son las que hacen referencia al trabajo. Ser muy trabajadora fue la cualidad más escrita, por el 90%, muy seguida de ser responsable, el 85%, además, limpia, puntual, leal, paciente, humilde y honrada. Vemos que son los valores que exige el contratante, no son valores individuales que favorezcan su autonomía y madurez. No son valores para mí, son valores para al otro: el contratante. Asumen los valores que les han transmitido como importantes pero que benefician al contratador. Una describe así sus cualidades: "soy muy trabajadora, muy responsable, soy muy buena cocinando, se hacer toda clase de postres, y muy buena planchando, juguetona con los niños y callada".

Otro grupo de cualidades que aparecen, con un poco menos frecuencia que las anteriores, son relacionadas con el ámbito familiar: amor a los hijos, amor a la familia, "Amo mucho a mis hijos". "Lo que más me gusta en la vida es comunicarme con mis hijos y saber que me necesitan". "Sé cuidar bien a mi niña, o trato de hacerlo, con lo joven que soy… y no sé mucho de la vida". "Lo más importante para mí son mis hijos y después Dios". El rol fundamental para ellas es el de madre, por ello hay que consagrarse a los hijos, de ahí que la cualidad más repetida es ser sacrificada, "sacrificarme por mis hijos", seguidas de: amorosa, abnegada, cariñosa, buena madre, siempre ayudar, una santa. Tienen, destacan y fomentan éstas cualidades que les prestigian como buenas madres. Compensan así los mensajes de menosprecio y humillación que reciben socialmente por ser emigrantes y empleadas domésticas. A veces cuanta más humillación perciben la respuesta autodefensita es ser mejor madre, más sacrificada.

El tercer grupo, por orden de frecuencia de aparición, hace referencia a cualidades que tienen relación a la alta autoestima: activa, decidida, luchadora, emprendedora, inteligente, confianza en mí misma. "Me siento una persona con suficiente fuerza para lo que haga falta". Y las de éste tercer grupo fueron mucho más frecuentes de lo sospechado.

5. Descubrir nuevos valores. Después de un tiempo trabajando como internas suelen buscar otros trabajos, como empleada de hogar por horas, limpiezas y hostelería (pero en labores de limpieza en la cocina). Aunque estas ocupaciones suelen tener horarios prolongados les da un sentimiento de libertad, pues el trabajo finaliza a una hora determinada, no es el trabajo de interna que implica disponibilidad durante todo el día. Ellas lo viven como un ascenso laboral. Algunas consiguen trabajos con contratos regularizados que les da estabilidad. La otra cara de la moneda, para poder dejar el servicio doméstico interno, es que tienen que buscar una vivienda, habitualmente compartida con compatriotas.

En contacto con esta sociedad descubren aspectos de la misma que admiran, como la situación de libertad de las mujeres, mayor que en sus países de procedencia, donde el patriarcado tiene un peso importante. Ven que aquí las mujeres participan en todos los ámbitos sociales. Valoran muy positivamente el acceso al Sistema público de Salud, raro en sus sociedades de origen. Con la experiencia han aprendido a desenvolverse con mayor eficacia en la nueva sociedad. "Me gusta vivir aquí y adquirir conocimientos, relacionarme con gente sabia, leer, me gustaría integrarme en esta sociedad". A ello se añade el orgullo de sus sueños iniciales cumplidos: muchas veces sus hijos consiguen realizar estudios universitarios.

La idea de retornar va perdiendo fuerza. La situación actual les mantiene "en tierra de nadie". El regreso ya no lo viven como algo necesario pero tampoco asumen el no regreso. Esta ambivalencia se mantiene también en su percepción de permanecer en España, es aquí donde les gusta vivir pero no para siempre.

Se perciben como mujeres especialmente valiosas, se reconocen con gran fortaleza, capaces de sobrevivir a la aventura de lo desconocido, en un país desconocido, una situación desconocida y haber salido victoriosas de situaciones adversas, y sobre todo, se saben el sustento y las proveedoras de sus familias. "Sé cuidar de mi misma, de mi salud, de mi cuerpo, mi salud mental y salud espiritual, de mi familia". "Soy sensible y fuerte a la vez".

Al valorarse quieren seguir creciendo como personas, quieren estudiar, aprender, leer, escuchar música. "Estoy llena de ilusiones y esperanza". "Me he apuntado a las clases de informática, pues quiero progresar". Este sentimiento de valía les coloca con otra actitud frente a las relaciones sociales, ya no permiten ser objeto de humillaciones y desprecios. "Yo ahora me hago de valer, antes no tenía coraje". Exigen respeto, igual que ellas lo dan. "Me gusta que me respeten y respetar". "Yo doy respeto y pido espacio, lugar, tiempo y derechos". "Me gusta cuidar a los demás, siempre que se comporten igual conmigo, respeto a todos, siempre que me respeten igual, defiendo mis razones".

 

Discusión

La mirada (bien intencionada) del investigador en inmigración y salud parte de la preconcepción del emigrante como persona con déficit, añadiendo este concepto a todos los diversos aspectos de su vida: déficit económico, déficit en salud, en autoestima, en felicidad… Así se han realizado numerosos estudios sobre emigrantes para conocer de qué carecen, quizá dando por real lo que es producto de una determinada manera de enfocar el objeto de estudio. El que conozcamos por nuestro trabajo sanitario a emigrantes que acuden a solicitar ayuda por problemas de salud no debe generalizarse a todos los emigrantes. En nuestra sociedad de consumo y despilfarro (ahora en crisis como era de esperar) el conocer a otras personas que según nuestros parámetros carecen de varios de los habituales bienes de consumo, puede hacernos creer que están en déficit, pero cuando se les pregunta a ellas, su percepción es totalmente diferente.

Estamos ya familiarizados con el "Síndrome de Ulises", excelentemente descrito y estudiado por Atxotegui10, pero corremos el riesgo de quedarnos con esa visión uniforme para todos los emigrantes. Atxotegui insiste en que el síndrome no es enfermedad mental sino una reacción por el estrés crónico y continuado que vive el inmigrante. Ante la coherencia en la construcción y descripción del "síndrome de Ulises", corremos el riesgo de quedarnos fosilizados en él.

Al iniciar esta investigación mi idea era profundizar en su sentimiento de baja autoestima derivado de las lamentaciones que les oigo a veces. Con el análisis a través de la teoría fundamentada, son los datos empíricos, y no los a priori los que evidencian que hay otra realidad. Y es la fuerte resiliencia en muchas de las personas emigrantes.

El término "resiliencia" originalmente es de la física, hace referencia a la energía del material para recuperar su forma después de someterse a las cargas que lo deforman. El término lo adopta para las ciencias sociales, en 1979, Butter.11 Resiliencia es aquella cualidad que permite a algunos individuos salir fortalecidos tras la adversidad y lograr un desarrollo positivo como actores sociales, de acuerdo a las metas de la propia sociedad. La resiliencia tiene dos elementos.12 Uno es la resistencia frente a la destrucción, la capacidad de proteger la propia integridad a pesar de la crisis. El otro elemento es la capacidad de reconstruir la propia vida tras la adversidad. Asemeja al concepto oriental de crisis como oportunidad.

La resiliencia es el proceso que viven algunas personas para, no sólo no venirse abajo ante las situaciones difíciles, sino para salir fortalecidas. Y es que pesa más la perspectiva con que se enfoque el significado de la situación amarga que el suceso en sí. Las personas con resiliencia no niegan la situación adversa sino que la reconocen -no se pude luchar contra lo que se ignora- y después se enfrentan a ella, que es posible cuando se tiene un porqué, un motivo y además apoyo social. La resiliencia es un canto a la esperanza en las capacidades humanas.

Ya sabíamos que para enfrentarse al reto de emigrar hay que ser una persona fuerte física y emocionalmente, segura de sí misma. El que se caiga en el "síndrome de Ulises", como bien apunta Atxotegui, es por las duras condiciones de vida. Él insiste que el síndrome no debe medicarse porque no es una patología, es la consecuencia de las condiciones de presión extrema mantenida en que viven estas personas que en su lugar de procedencia eran sanas y valiosas. Y que el cuadro remite cuando mejoran las condiciones de vida y entran a formar parte del tejido social.

Si son las duras condiciones sociales y económicas las creadoras de mala salud, ¿no deberíamos cuestionarnos, los que nos consideramos profesionales de la salud, si nuestras actuaciones profesionales no deberían dirigirse a las causas generatrices de mala salud, más que a poner cataplasmas terapéuticas que palian los efectos de las desigualdades socioeconómicas medicalizando problemas sociales?.

 

Bibliografía

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Dirección para correspondencia:
Escuela Universitaria de Enfermería, Fisioterapia y Podología.
Universidad Complutense, 28040 Madrid, España
isagen@enf.ucm.es

Manuscrito recibido el 12.2.2009
Manuscrito aceptado el 12.5.2009

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