BIBLIOGRÁFICA

BIBLIOTECA DE ACTUALIDAD COMENTADA

 

Luchar para vivir

 

 

Dicen que soy un milagro
Guiomar Rodríguez Vargas
CARGRAPHICS
Carvajal, 2008, 297 págs.

 

La calidad en la asistencia a los pacientes o usuarios de los sistemas de salud ha sido uno de los aspectos que se han remarcado en los últimos años en distintos países. El interés por tener profesionales que monitoricen el progreso en ello se ha visto reflejado en el número de especializaciones y posibilidades educativas para programas médicos y administrativos. Sin duda, hay avances al respecto y las mejores se pueden percibir en la organización de los servicios, pero ¿qué hay del lado de los enfermos? ¿Estamos teniendo en cuenta todo lo que se requiere para brindar una atención de calidad? Y en especial ¿de calidad humana?

No es en vano hacerse la pregunta y dedicar tiempo a pensar si no a escuchar lo que los pacientes o usuarios tengan que decir al respecto. "Dicen que soy un milagro" es un viaje por la experiencia contada en tercera persona de Guiomar Rodríguez Vargas, quien después de ser diagnosticada de un Cáncer Osteolinfático cuenta su odisea por trámites, tratamientos, intentos diagnósticos y especialmente lo que muchos sanitarios desconocemos o nos negamos a entender: los sentimientos, los puntos de apoyo y las vivencias del propio paciente. La experiencia de vida.

Al leer el libro se puede corroborar lo que Guiomar explica: "El libro fue como un psicólogo para mí. Era tratar de entender y mostrarme algo a mí misma. Pero la explicación la he encontrado hasta que terminé de escribirlo. Encontré factores que se relacionaban con la praxis médica (administrativos, donde los pacientes somos una estadística más y por ahorrar a las entidades de salud) y otros directamente conmigo y mi proceso personal". En realidad, el texto pone de frente al lector con la realidad que puede ser también la de muchos enfermos alrededor del mundo, atrae la atención sobre la conciencia humana o sensibilidad tanto de profesionales como de los pacientes. Como afirma la autora: "los pacientes también tenemos que tener ética".

Las enfermedades producen un alto en el camino de cualquier persona, que se tiene que dar para llamar la atención en esa dinámica actual de no "oír" el cuerpo. El cáncer es una de estas enfermedades y representa un reto médico que puede tener factores de ambiente o de estrés, que aún hoy no se entienden. Al respecto se piensa: eso le pasa al otro pero no a mí y quizás de ahí parte la dinámica que muchos pacientes presentan al enfrentar la enfermedad: negación y rechazo.

Como personal de salud, me llamó la atención el remarque en cuanto a nuestro encasillamiento en los protocolos o normas de proceder con los pacientes. ¿Realmente contemplamos los aspectos de sensibilidad y actitud?, ¿somos conscientes de la percepción personal de cada uno de ellos; los pacientes, hacia esa supuesta normalidad científica que es para nosotros?, ¿usamos realmente la empatía?, ¿informamos con honestidad e interés?

Las respuestas pueden variar como también la manera en que reconocemos el papel que juega la familia o la compañera en cualquier proceso de salud-enfermedad y que en el cáncer recobra especial importancia en cuanto éste representa una novedad y la alta probabilidad de morir. Genera solidaridad e integración. Se requiere de muchas dosis de respeto y comprensión, de soledad, de espacios. Esto se puede reflejar en la espiritualidad de ambos lados que permite entender mejor lo que ocurre y se siente, a parte de reflexionar acerca de lo que viene.

En resumen, un documento que debe ser estudiado desde la formación profesional como un reflejo de los alcances que se puede tener en los cuidados no sólo científicos sino humanos. Si lo tuviese que decir en una frase, "el texto describe, exterioriza e impacta al lector".

Ana Liliana Palacios García
anlipa@yahoo.com

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Para saber estar

 

Comunicación Terapéutica en Enfermería
C. Valverde Gefaell
Difusión Avances de Enfermería
Madrid, 2007. 209 págs.

 

La comunicación terapéutica es la base de la satisfacción de muchas de las necesidades que nos demandan nuestros pacientes, es el pilar de nuestra profesión, fundamentalmente en la relación que se establece entre enfermera y paciente, ya que permite la continuidad en los cuidados y el bienestar interpersonal del individuo, por lo que la enfermera debe adquirir una serie de habilidades y destrezas con el fin de garantizar una atención de calidad. El objetivo de este manual es hacer de la comunicación terapéutica una herramienta indispensable de nuestro quehacer diario, por otro lado nos hace meditar ante situaciones en las que no "saber que decir o hacer" ha supuesto un problema, una dificultad o una traba en nuestra labor. La autora nos da consejos prácticos, nos expone ejemplos e incluso plantea ejercicios de reflexión para hacer ver al lector con otros ojos una realidad de dolor, desesperanza o negación como es el caso, recalcado en varios capítulos, de los pacientes crónicos, ya que no buscan en nosotros cariño o consuelo sino soluciones u opciones. La enfermera de hoy cuando finaliza sus estudios universitarios ha "aprendido" a realizar extracciones de sangre, ha hacer un plan de cuidados, a manejar a la perfección la taxonomía NANDA, NIC y NOC y de los miedos, de las emociones y de la escucha activa como uno de los mejores procedimientos, alguien nos habla de lo que en poco menos de tres años nos vamos a enfrentar y mucho menos alguien se preocupa de que desarrollemos esta habilidad de manera correcta. La respuesta la sabemos todos, pero la sorpresa fue grata cuando abrí este manual y de un solo vistazo pude comprobar que siguen existiendo profesionales en salud que se preocupan no sólo del paciente en todas sus dimensiones, sino de sus propios compañeros sanitarios en todo su ámbito psicosocial, por que realmente hay situaciones que te superan, en las que no sabes actuar, que van mas allá de tu capacidad y no basta con asignaturas "marías en la carrera" sino con un role-playing continuo en todas las materias ya que la comunicación terapéutica es el tratamiento base de cualquier tipo de enfermedad.

En los diferentes capítulos, llama la atención la estructuración clara y sencilla de los mismos, la autora recalca la importancia de conceptos o ideas fundamentales en el trato con el paciente, además expone declaraciones de pacientes ante sensaciones como el miedo, la culpa y la soledad, emociones características del enfermo crónico. La bibliografía utilizada es extensa pero no demasiado actual lo que nos hace plantearnos la necesidad de un mayor numero de estudios, libros, guías o manuales sobre esta materia tan imprescindible en nuestro trabajo diario.

La actitud del profesional de enfermería ha de caracterizarse por una relación de ayuda basada en el respeto y en la empatía hacia el paciente, con una escucha activa, sabiendo controlar las emociones para ayudar a los cambios, para saber trabajar con enfermos y sus familias cuyas patologías son complicadas, como dice Clara Valverde, debemos de "saber estar" y para eso libros como este deberían ser indispensable dentro de la biblioteca de cualquier enfermera que se sienta como tal.

Me gustaría acabar esta reseña con el concepto de comunicación expuesto por Virginia Satir: "Creo que el mejor regalo que puedo recibir de alguien es el ser vista por él, escuchada por él. El mejor regalo que puedo dar es el ver, escuchar, comprender, y tocar a otra persona. Cuanto esto se ha hecho siento que el contacto se ha realizado."

Paloma Calero Martín de Villodres
martindevillodres@hotmail.com