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Index de Enfermería

On-line version ISSN 1699-5988Print version ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.19 n.4 Granada Oct./Dec. 2010

 

ARTÍCULOS ESPECIALES

ORIGINALES

 

Influencia del rol de género en la conducta sexual de riesgo en adolescentes universitarios

Influence of gender role on the sexual behavior of university students

 

 

Yesica Yolanda Rangel Flores1, Minerva García Rangel2

1Profesor Investigador. 2Coordinador de la Licenciatura en Enfermería. Unidad Académica Multidisciplinaria Zona Media, Universidad Autónoma de San Luis Potosí, México

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

Objetivo: Analizar el comportamiento sexual de estudiantes universitarios y la influencia del género en la caracterización del mismo.
Material y métodos: Estudio transversal, descriptivo y correlacional efectuado de Enero a Junio de 2009. Muestra probabilística estratificada de 250 estudiantes de cinco programas de Licenciatura. Aplicación de instrumento creado ex profeso, validado mediante expertos y con una confiabilidad comprobada de .78 mediante Alpha de Cronbach. Estadística descriptiva e inferencial a través de SPSS 17.0.
Resultados: 56.6% de la población refiere vida sexual activa, con mayor ejercicio en los hombres (x2=13.272 p=.01). Hombres más que mujeres y con una diferencia significativa refirieron tener relaciones sexuales con más de una persona en un mismo periodo de tiempo (Tb=.730 p=.000), tener encuentros sexuales casuales (Tb=.294 p=.000). La utilización del condón se refiere como habitual más en hombres (86.8%) que en mujeres (50%) (V=.377 p=.002).
Conclusiones: Se identifican conductas de riesgo tanto en hombres como en mujeres, en ambos casos íntimamente ligados a las representaciones sociales de género.

Palabras clave: Factores de riesgo, Riesgo adolescente, Sexualidad adolescente, Conductas sexuales de riesgo, Rol de género.


ABSTRACT

Objective: Analyze the sexual behavior of University students and the influence of gender in the characterization of the referred behavior.
Material and methods: Transverse, descriptive and correlational study which was carried out from January to June 2009. Stratified probabistical sample of 250 students from five bachelor degree programs. Application of an instrument created on purpose, validated by experts with a proven reliability of .78 using Cronbach Alpha. Descriptive statistical s and inferential using SPSS 17.0.
Results: 56.6% of the population referred having an active sex life, with greater exercise in men (x2 = 13. 272 p =. 01). Men more than women and with a significant difference, men spoke of having sex with more than one person in a same period of time (Tb =. 730 p =. 000), having casual sexual encounters (Tb =. 294 p =. 000). The use of the condom refers as usual, more among men (86.8 %) in women (50 %) (V=.377 p =. 002).
Conclusions: Risky behavior was identified among men as among women in both cases closely linked to social representations of gender.

Key words: Risk factors, Adolescent risk, Adolescent sexuality, Sexual behavior of risk, Gender role.


 

Introducción

Los adolescentes, por sus características de maduración, inician la exposición a factores de riesgo importantes, como son el inicio de vida sexual, práctica de sexo inseguro, embarazos no planeados, abortos y enfermedades de transmisión sexual o maternidades forzadas.1 El inicio de las relaciones sexuales se presenta en edades cada vez más tempranas en nuestro contexto; en el 2000 los jóvenes tenían su primera relación sexual entre 12 y 19 años; para el 2005, la edad reportada fue de 11 años para las mujeres y 8 para los hombres.2 Numerosos autores han relacionado no sólo el inicio, sino el ejercicio de la sexualidad en los adolescentes con el género como conducta social que les es asignado.3-6 La práctica de la sexualidad en los adolescentes está determinada no solo por la cuestión hormonal que caracteriza esta etapa de vida, sino que involucra aspectos culturales de género, éticos o religiosos que inciden sobre la asunción y las expresiones de sexualidad,1 junto a los condicionamientos familiares, los comportamientos sexuales más frecuentes están influenciados por el contexto espacial, histórico, económico y sociocultural en el que se desenvuelven los adolescentes. El hombre y la mujer viven de manera distinta su sexualidad, ya que la sexualidad humana representa no sólo un impulso biológico, sino una compleja construcción social, involucrando en ella no sólo el aspecto fisiológico, sino también la dinámica de género y las relaciones de poder.7 La sociedad determina en su imaginario conductas aceptables e incluso deseadas de comportamiento sexual para los varones y para las mujeres. Para los hombres, el rol histórico es la conquista sexual, como una forma de probar su masculinidad, se estimula a los hombres a pensar en primer lugar en su desempeño sexual,8,9 para las mujeres, el rol prescrito es la pasividad sexual, por lo que no se les alienta para que tomen decisiones respecto a la elección de sus parejas sexuales, negocien con sus compañeros el momento y la naturaleza de la actividad sexual o se protejan de un embarazo no deseado y de infecciones de transmisión sexual.8 Ante la situación antes expuesta es que se identifica la necesidad de realizar el presente estudio, cuyo objetivo fue describir y analizar el comportamiento sexual de estudiantes universitarios y la influencia del género en la caracterización de la misma.

 

Metodología

Estudio transversal, descriptivo y correlacional. Muestra probabilística, calculada mediante muestreo aleatorio simple, IC=95, margen de error del 5%, y universo de 660, muestra total de 250 estudiantes, distribuidos por muestreo proporcional por estratos con una fracción de .41: Administración (n=70), Contabilidad (n=56), Mercadotecnia (n=39), Ingeniería civil (n=42) y Enfermería (n=42). No se aplicaron criterios de exclusión y dado que ninguno de los estudiantes se negó a participar no se aplicaron de eliminación. Para la recolección de la información se utilizó el instrumento "Identificación de factores de riesgo y protección para el autocuidado en adolescentes", elaborado ex profeso por los autores y validado mediante expertos en cada una de las áreas, con una confiabilidad comprobada mediante Alpha de Cronbach de .78. El instrumento estuvo constituido en su primera parte por preguntas dirigidas a la caracterización socio demográfica de los participantes, como son: edad, sexo, estado civil, carrera y servicios de salud. En su segunda parte dicho instrumento explora a través de 90 ítems, 9 áreas identificadas de riesgo para el adolescente: adicciones, actividad física, salud sexual y reproductiva, alimentación, salud bucodental, salud visual, inmunizaciones y violencia. Para la exploración de los comportamientos en los estudiantes se recurrió a la utilización de una escala de Likert con cinco posibles opciones de respuesta, que iban desde el completamente en desacuerdo hasta el completamente de acuerdo incluyendo como opción el indeciso. Para la realización del estudio se solicitó autorización a la dirección académica de la Unidad Académica Multidisciplinaria Zona Media, del mismo modo que se solicitó el consentimiento informado de los participantes del estudio. El procesamiento de resultados se realizó a partir del programa estadístico SPSS en su versión 17.0, aplicando estadística descriptiva a través de frecuencias, promedios, y desviación estándar, así como correlaciones con técnicas bivariadas como la aplicación de x2, V de Cramer, y Tb para la validez y confiabilidad del instrumento utilizado se aplicó prueba piloto y se corrió Alpha de Cronbach para asegurar la consistencia interna del mismo, obteniendo .78.

 

Resultados

La población se conformó por 165 mujeres (66%) y 85 hombres (34%), edad mínima de 17 con una máxima de 28, moda de 20, promedio de 20.05, y DE de 1.97; 94.8% solteros, 4.8% referían vida marital. Más de la mitad de la población de estudiantes (56.6%) refirió llevar vida sexual activa al momento de la aplicación del instrumento, con mayor predominancia en hombres (71%) que en mujeres (49.3%), diferencia que resultó significativa (x2=13.272 p=.01). En lo que se refiere a las conductas de riesgo identificadas en la población, se encontró que los hombres (21.2%) más que las mujeres (6.8%) refirieron tener más de una pareja sexual en un mismo periodo de tiempo, lo que resulta significativo (Tb=.430 p=.000). Con respecto a tener una pareja que se sabe sostiene a su vez encuentros sexuales con alguien más, los hombres afirmaron efectuar esa conducta en un porcentaje de 11.5% y las mujeres un 3.4%, diferencia que resulta significativa (Tb=.231 p=.01). En lo que se refiere al hecho de llevar a cabo actividad sexual con personas que no se conocen a profundidad y que varios autores denominan como "sexo casual", se encontró que un 12.2% de los hombres refieren realizarlo contra un 1.8% de las mujeres, diferencia que resulta significativa en función de Tb=.294 p=.000. La incidencia de estudiantes que manifestaron sintomatología de enfermedades de transmisión sexual en los hombres se encontró en un 4%, y en las mujeres en un 13.8%, diferencia que resulta significativa con una Tb= -.237 p= .006. En lo que respecta al uso de métodos de planificación familiar no se observan diferencias significativas entre mujeres y hombres, reportando un 34.6% de los hombres el uso de alguno de los métodos de planificación familiar, y un 33.9% de mujeres. 86.8% de los hombres refirieron el uso habitual del condón contra un 51.6% de las mujeres, diferencia que resulta estadísticamente significativa con una Tb= .306 p=.000.

 

Discusión

El comportamiento de la población en torno al inicio de vida sexual activa es congruente con lo reportado por autores que han estudiado el comportamiento de inicio de vida sexual en población adolescente, quienes refieren que para los 19 años de edad ya un 55% de la población de adolescentes han iniciado en el ejercicio de su vida sexual.10,11 Aunque pudiese resultar alarmante las conductas de riesgo identificadas con mayor prevalencia en hombres que en mujeres, como es el hecho de tener más de una pareja sexual en un mismo periodo de tiempo es notoriamente más baja a la identificada por otros autores en poblaciones universitarias con una tendencia mayor en hombres que en mujeres.12 En lo referente a las conductas de riesgo identificadas como es el hecho de tener más de una pareja sexual y aceptar relaciones sexuales casuales, los resultados coinciden con los de Piña López (2004), quien encontró también una prevalencia significativa de dichas conductas de riesgo en población masculina.13

Resultó relevante la diferencia encontrada entre hombres y mujeres con respecto a la incidencia de infecciones de transmisión sexual, sobre todo porque el comportamiento con respecto a lo mismo, no es el esperado, ya que distintas organizaciones y autores reportan una incidencia de ETS mayor en los hombres, especialmente en el grupo de edad de 25 a 34 años, debido a que tienden a tener más parejas sexuales que las mujeres.14 Lo anterior podría estar en relación al relativamente bajo uso del condón como método de barrera reportado por la mujeres, y que coincide con estudios en poblaciones distintas, en las que el uso del condón por mujeres es notoriamente más bajo que en varones, como es referido por Luengo Arjona y Cols. (2007), quienes reportan un uso similar en frecuencia al visto en nuestra población, en población de una universidad en Alicante, España,15 de igual manera se encontró por mucho mayor al reportado por Caballero y Cols. (1996), que en su estudio con adolescentes de Guadalajara identificaron el uso limitado del preservativo, aspecto que podría estar condicionado por las diferencias en el nivel de escolaridad de los participantes en ambos estudios.16 Los resultados de uso del preservativo en la población son mayores a los reportados por García y Cortez (2006), quienes también estudiaron el uso de condón en universitarios, sin embargo coincidimos con ellos en que existe un importante porcentaje de estudiantes que refieren usarlo sólo algunas veces.12

El escaso uso del preservativo en mujeres coincide con lo encontrado por Cacerés (2006) en su estudio con adolescentes del Perú17 y el cual se ha asociado a la persistencia de conocimientos errados sobre aspectos tan importantes como las prácticas sexuales de riesgo para adquirir la infección y el adecuado uso del mismo.18 Estudios que abordan la epidemiología del VIH y SIDA en mujeres mexicanas, señalan una creciente vulnerabilidad de las mujeres al contagio conforme avanza la epidemia, e identifican dos variables que inciden en dicha problemática, la primera los conocimientos y creencias de las mujeres sobre su propio cuerpo y su salud, la segunda, la desventajosa situación en la negociación sexual.19

Sin embargo cabe recuperar la parte de marco teórico que aborda que el uso de condón en nuestros adolescentes está siendo sobrevalorado y que el uso adecuado de preservativos durante toda relación sexual puede reducir, pero no eliminar, el riesgo de ETS.20 Llama la atención el poco uso de métodos de anticoncepción en la población tanto como masculina como femenina en relación al estudio realizado por Bautista y Vázquez (2008), quienes estudiaron el uso de métodos anticonceptivos en estudiantes de la Universidad de Colima, México, reportando un uso de anticoncepción notoriamente más elevado, sin embargo coinciden en el uso más frecuente de los mismos en hombres que en mujeres.21 Otros autores también han referido un mayor uso de métodos de anticoncepción en población adolescente,22,23 algunos otros un menor uso que el visto en nuestra población, lo cual se justifica debido a que su población fue ligeramente más joven que la nuestra.24 De igual manera Celsam en México destaca que en estudios realizados con mujeres, el 60% de ellas comenzaron a utilizar un método anticonceptivo tras consultarlo con su pareja, y solamente el 31% tomaron esta decisión por voluntad propia.25

 

Conclusiones

Se encontró conductas de riesgo tanto en hombres como en mujeres, en ambos casos íntimamente ligados a las representaciones sociales de género. Los hombres reafirman su masculinidad a partir de una actividad sexual caracterizada por su frecuencia, intensidad, y ausencia de medidas precautorias en prevención de ETS y embarazos no deseados. Aunque en este estudio puede identificarse la aceptación y el uso del condón entre los varones, es justo mencionar la baja utilización del mismo por mujeres, lo cual resulta inquietante en el sentido de que pese a que trata de mujeres universitarias, el rol de género sexual impuesto por su contexto continúa determinando en sentido negativo la habilidad de las mismas para decidir y proponer el uso del preservativo como un método de barrera que prevenga el contagio de enfermedades de transmisión sexual y la incidencia de embarazos no planeados, esta información resulta relevante si es considerada en el marco de que en la población se encontró una cantidad más considerable de mujeres que de hombres con sintomatología característica de ETS.

 

Agradecimientos

Al Programa de Mejoramiento del Profesorado (PROMEP) de la Secretaria de Educación Pública (SEP) por los apoyos brindados para la presente investigación, a los estudiantes que participaron conscientes de que los resultados del estudio nos permitirá un mejor conocimiento de su problemática y en consecuencia su atención más integral.

 

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Dirección para correspondencia:
Yesica Yolanda Rangel Flores.
Carretera Rioverde - San Ciro
Kilometro 4 Ríoverde San Luís Potosí, México
yesica.rangel@uaslp.mx

Manuscrito recibido el 20.10.2009
Manuscrito aceptado el 2.2.2010

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