BIBLIOGRÁFICA

ELUCIDARIO

 

El síntoma como acompañamiento

Sympton as a companion

 

 

Gil de Villalón

 

 

Simptoma. Esta voz no significa otra cosa, que señal, ò compañía de la enfermedad, ò accidente producido, y originado de la misma enfermedad; y assi como la sombra acompaña al cuerpo, assi el simptoma acompaña a la enfermedad; y de aquí es de donde venimos á el conocimiento de la calidad, y naturaleza de que las enfermedades son originadas, de sus causas; y assi los accidentes, ò simptomas se derivan de sus enfermedades; y si exactamente se observan estos accidentes, y simptomas; y si con diligencia se solicita su noticia, se podrá por medio de ellas, como señales, ò indicios, para conocer con perfecta conjetura las enfermedades. Y assi se dividen los simptomas en tres clases; conviene à saber, en ofensa de acciones, en calidades mudadas, y en excreciones igualmente viciadas. Esta tercera no es otra cosa, que quando sale de nuestros cuerpos aquello que no debía salir, ò sale en tal manera, que assi salir no debiera; pongo por exemplo: en las calenturas agudas, salir gran cantidad de sangre de las narices, salir copioso sudor, y copia de excrementos humorales del vientre, en dia, que no es critico, y la naturaleza no se havia de vèr fatigada; y en vez de mejorarse, se queda mas postrada: todas estas se llaman excreciones simptomaticas, ò distinción de las excreciones moderadas, con tolerancia de las fuerzas, mejora, y alivio del enfermo, y de la misma enfermedad, del mismo modo, que quando la naturaleza retiene aquello, que no debe retener, como se experimenta en la supression de orina, y de otros excrementos, teniendo en sì, y para sì, aquello que debía expeler de sì. De aquí nacen, y se originan los simptomas de las acciones dañadas, à distinción de las buenas, y perfectas operaciones de la naturaleza.

Nuevo Tesoro de Medicina, sacado de los aphorismos de la charidad, según la práctica de muchos Enfermeros Capuchinos, assi Españoles, como Italianos. Madrid, 1731.

 

Fray Gil de Villalón fue, según consta en su obra, religioso capuchino y enfermero, ejerciendo como tal, cuando hizo el libro en el Real Convento del Santísimo Cristo de la Paciencia y en el de San Antonio de Capuchinos del Prado, ambos de Madrid. Sin duda se trata de una obra de madurez, en la que el enfermero capuchino condensa todos los conocimientos acumulados a lo largo de su vida, que un enfermero de la época debía conocer para ejercer su ministerio. Y lo organiza y ordena según los cánones médicos del momento, si bien domina el sentido práctico, que los censores de la obra, Fray José de Illescas y Fray Diego de Madrid, enfatizan cuando afirman que "escribe mas como Empyrico, que como Doctorado Médico". Gil de Villalón fue un enfermero muy apreciado en su época, que ejerció en hospitales de España e Italia, y que ha dejado una obra importante aunque no suficientemente estudiada.