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Index de Enfermería

versión On-line ISSN 1699-5988versión impresa ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.23 no.4 Granada oct./dic. 2014

https://dx.doi.org/10.4321/S1132-12962014000300002 

ORIGINALES

 

Violencia y agresión: Una mirada desde los niños en situación de calle. Medellín, Colombia

Violence and aggression: A view from the street children. Medellín, Colombia

 

 

Constanza Forero Pulido1, Álvaro Giraldo Pineda2 y Diana Sánchez Suárez2

1Facultad de Enfermería, Universidad de Antioquia. Medellín, Colombia.
2Facultad Nacional de Salud Pública, Universidad de Antioquia. Medellín, Colombia

Este trabajo fue realizado con apoyo de la Universidad de Antioquia, Facultades de Salud Pública y Enfermería.

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

Objetivo: En este estudio se busca comprender lo que significa para los niños en situación de calle los actos violentos.
Metodología: estudio etnográfico, en el cual se realizaron 38 entrevistas y se llevaron diarios de campo; se tuvo en cuenta el respeto por los participantes y se les aseguró la confidencialidad de la información. El análisis se hizo con los participantes para garantizar el rigor.
Resultados: el significado de los actos violentos está condicionado por la justificación o no de dichos actos. Significan violencia cuando no tienen justificación y la ejercen los que tienen poder o quienes, por condiciones personales o formas de ser, son violentos. Significan agresión cuando hay justificación para realizarlos.
Conclusiones: las respuestas a los actos violentos están determinadas por el significado que los niños les otorguen: si lo ejercen quienes tienen poder, se someten; si es ejercido por los otros, genera venganzas y agresiones.

Palabras clave: Violencia, Agresión, Niños de la calle, Etnografía, Poder.


ABSTRACT

Objective: to understand the meaning of violent acts for the participant's point of view.
Methodology: The study consisted of qualitative and ethnographic research. Ethics were an integral part of the process; thirty-eight interviews were performed, a field log was maintained and the analysis was done with the participants in order to guarantee the precision.
Results: For homeless children the significance of violent acts is conditioned by the justification of these acts. These acts mean violence when there is not a justification to do it and often the violent acts are executed by people who are in positions of power or those who for personal or mental reasons have a tendency towards violence. Instead the violent acts mean aggression when there is a justification to carry them out.
Final Considerations: The responses to the violent acts are determined by the significance the children give to those acts. If the violent acts are executed by people in a clear position of power, the children accept it, however if the violent acts are carried out by others, this generates in them acts of vengeance and aggression.

Key words: Violence, Aggression, Children street, Ethnographic, Power.


 

Introducción

Medellín es la capital del departamento de Antioquia, Colombia. Dadas sus condiciones, presenta desigualdades sociales que se manifiestan por el incremento de barrios periféricos de invasión construidos en lugares no aptos para vivir, el desempleo creciente y la cantidad de niños que dejan sus hogares para hacer de la calle su lugar permanente de residencia y por tal razón son denominados niños en situación de calle. La Línea de cultura y salud de la Facultad Nacional de Salud Pública de la Universidad de Antioquia, ha tenido como interés fundamental el trabajo con estos niños, dándole especial relevancia a su mirada y a los significados que le dan a los diferentes aspectos que tienen que ver con su vida, como el miedo, la familia, el consumo de drogas, la salud, la enfermedad, las instituciones de apoyo y la muerte.1-7

La vida cotidiana de los niños en situación de calle se desarrolla en ambientes de violencia, que es ejercida por diferentes actores: los mismos niños, sus familiares, los transeúntes, las autoridades, los dueños de establecimientos, los taxistas, entre otros.2,8 Hemos observado por los trabajos con los niños en la calle, que estos al abandonar sus hogares y enfrentarse a la vida en las calles se ven sometidos a la violencia constantemente y ellos también, como una respuesta o por iniciativa propia realizan actos violentos. Esta situación hace que la sociedad en general los considere como personas violentas, sin preocuparse por conocer cuál es la mirada que tienen los niños acerca de los actos violentos.

Este estudio pretende, desde una perspectiva cualitativa etnográfica, responder a la pregunta ¿cuáles son los significados que tienen para los niños los actos violentos?

 

Metodología

Este estudio parte de la perspectiva de la investigación cualitativa, que busca la comprensión de los significados y acciones cotidianas, para construir y dar sentido al fenómeno estudiado, desde la mirada de los participantes. El estudio es etnográfico y pretende "desentrañar estructuras de significación",9 para ir más allá de la simple descripción y lograr la "Descripción Densa".

Los participantes fueron seleccionados mediante el muestreo teórico planteado por Taylor y Bogdan,10 que implicó la búsqueda de niños que respondieran a las necesidades de la investigación. Los participantes fueron niños y niñas (en adelante nombrado niños) con edades entre 10 y 17 años que habían tenido experiencias en la calle, la habitan o en algún momento vivieron en ella. Se partió del concepto de Unicef que considera la categoría niños hasta antes de los 18 años.11 Como criterio de inclusión en el estudio, se tuvo en cuenta el hecho de que los niños hubieran vivido situaciones relacionadas con la violencia y manifestaran interés en participar.

La recolección de la información se realizó mediante entrevistas, diario de campo y revisión documental. Se realizaron 38 entrevistas, algunas en los lugares frecuentados por los niños, otras por dificultades con el ruido de la calle, que impedía escucharlas claramente, se realizaron en un lugar cerrado, de común acuerdo con los niños. Las entrevistas fueron registradas en audio y en video y su duración promedio fue de 60 minutos.

El diario de campo fue llevado por cada uno de los integrantes del equipo. En él se registraron experiencias, reflexiones, sucesos, expresiones y comportamientos de los niños. En la revisión documental se consultaron artículos de revistas, trabajos de grado y documentos institucionales relacionados con el tema.

Con las entrevistas y los diarios de campo se llevó a cabo el análisis, siguiendo lo planteado por Taylor y Bogdan.10 Se realizó lectura individual y grupal de cada una de las entrevistas y los diarios de campo para identificar códigos, categorías y subcategorías y con lo anterior se elaboraron mapas conceptuales que permitieron tener una visión clara del problema y los significados dados por los niños.

Con el fin de lograr el rigor,12 se buscó consenso entre los investigadores y los participantes; se recolectó información en diferentes momentos del proceso; se contrastó la información en forma permanente; se buscó establecer empatía y respeto con los participantes y las entrevistas se realizaron tiempo después de haber establecido contacto con ellos, garantizando de esta manera, la veracidad de la información por la confianza lograda. Se consideró saturada la información, cuando en el análisis del material recolectado no aparecía información nueva.

Se mantuvo el principio fundamental del respeto por la dignidad humana y la autonomía de los niños, lo que implicó que ellos pudieran decidir si participan total o parcialmente en las entrevistas y seleccionar la información que podía ser dada a conocer de la que ellos esperaban que permaneciese oculta.

Se garantizó el anonimato mediante el cambio de sus nombres al transcribir los testimonios obtenidos en las entrevistas. De la misma manera se garantizó la confidencialidad de la información.

Cada participante tuvo claridad suficiente sobre el trabajo de investigación, sus objetivos, el uso de los datos con fines exclusivos para este proyecto y la devolución de los resultados a las personas y grupos interesados.13 Esta investigación es considerada con riesgo mínimo para los participantes, según lo establecido por la resolución 8430 de 1993.14 Los investigadores no tienen conflictos de intereses.

 

Resultados

Los participantes fueron 24 niños y 14 niñas en situación de calle. En el caso de los niños, 13 estuvieron en el rango de edad entre 10 y 13 años y 11 en el rango de 14 a 17 años. 19 niños provenían de los distintos barrios de la ciudad de Medellín y 5 vinieron de fuera de la ciudad, distribuidos de la siguiente forma: de la zona de Urabá que queda en el departamento de Antioquia provenían 2 niños, del departamento del Chocó, 2 niños y de la capital de Colombia (Bogotá), 1 niño. En total participaron en el estudio 14 niñas, de las cuales 4 estaban en el grupo de edad entre 10 a 13 años y 10 en el grupo de 14 a 17. 11 niñas llegaron de distintos barrios de la ciudad de Medellín y 3 provenían de municipios cercanos a la ciudad. Algunos de los niños han llegado a la calle desde los seis años y la consideran su casa y sus compañeros de calle son considerados su verdadera familia. Viven del rebusque, del robo o de pequeños trabajos que realizan.

En las diferentes interacciones que los niños tienen en la calle, se suscitan actos violentos a los que les dan significados y establecen la diferencia entre violencia y agresión, según tengan justificación o no.

Violencia. Según los niños, violencia son las acciones que causan daño a otras personas y no hay una justificación para ello. Los niños expresan que las acciones violentas no son ejecutadas principalmente por ellos, sino por personas que los rodean.

¿Quiénes ejercen violencia? Para los niños en situación de calle las personas que ejercen violencia son las que están ubicadas en posiciones de poder y quienes por condiciones personales o forma de ser, son violentos.

Los que tienen poder ejercen violencia para someter al otro ("caciquiándolo"), ultrajándolo física y moralmente ("atarbaneándolo"), produciéndole daños físicos como lesiones en el cuerpo, que les causan dolor o muerte, y daños morales, que generan rabia y ofenden; lo anterior lo realizan cuando no les gusta lo que los niños hacen o quieren que les obedezcan. En este grupo se encuentran: la policía, "los convivir", "los carros de limpieza social", "los duros", "los corbata" y organismos oficiales. Aunque el objetivo que tienen para ejercer el poder es similar entre ellos, realizan la violencia de una manera diferente, según sus características y su función.

La policía, según los niños, ejerce violencia golpeándolos con el bolillo (bastón de mando): "Ahí parados como unos bobos [los policías], pues cada uno sentado, porque el que se pare, le dan el bolillo" (Bernardo). Emplean la cacha del revólver, les dan patadas, utilizan el gas pimienta o en el caso de los niños que inhalan pegante, se lo echan en la cabeza y en algunos casos les prenden fuego: "Una vez me tocó ver que los policías quemaron una amiga de nosotros con sacol [pegamento], pues se lo quitaron, se lo echaron en la cabeza y la prendieron" (DC).

"Los convivir" son integrantes de cooperativas de vigilancia y seguridad privada, que en un principio fueron creadas para la defensa de los campos y luego se extendieron en las zonas urbanas de manera no legal. Estos ejercen violencia en forma de amenazas, golpes, dando cachazos, en algunos casos puñaladas y disparos con armas de fuego, contra los que "los convivir" consideran que están mal ubicados o "mal parqueados" o contra quienes consumen droga: "Los convivir... hacen su trabajo, que es eliminar lo que no sirve, porque eso es lo que creen ellos, que si ven un pelado en la calle, sucio, que está tirando vicio, no sirve" (Gabriel).

Las personas que se movilizan en los llamados "carros de limpieza social", consideran a los niños en situación de calle y a otros grupos como la basura de la sociedad y por lo tanto quieren acabar con ellos para limpiar la ciudad; la única función que realizan es matar y esto lo hacen pasando por los sitios que son frecuentados por los niños, disparándoles, para luego desaparecer: "Yo vi que subía el carro y yo les dije a ellos que venía el carro de los muchachos, yo les dije: nos van a dar bala, nos van a dar bala, y seguro que sí" (Lucía).

Los "duros" son los que manejan el negocio de las drogas y los líderes de bandas o galladas. Son aquellos que para no "ensuciarse las manos", contratan a otros para que asesinen o hagan daño. También ejercen violencia al manipular a los niños, amenazándolos y golpeándolos para lograr obediencia: "Él cogía un indigente y le daba puñaladas, lo pateaba porque sí o porque no, porque a él le daba la gana" (Ernesto).

Los "corbata" son los hijos de "papi y mami" (hijos de personas adineradas) que ejercen violencia en forma indirecta dándoles dinero a otras personas para que apuñalen o maten a los habitantes de la calle: "Maldad, más que todo existe en medio de la plata, en medio de los de corbata" (Marina).

Los organismos oficiales y gubernamentales también ejercen violencia sobre los niños, cuando los golpean, les arrebatan sus implementos o les vulneran sus derechos: "Llevé a mi hijo a una revisión médica, porque tenía sospechas de que lo habían violado; me hicieron esperar todo el día, para luego decirme que mi hijo ya no me pertenecía, pues el Instituto de Bienestar Familiar se iba a quedar con él. Desde ese momento no lo volví a ver" (DC).

Los niños en situación de calle consideran que hay personas que no tienen tanto poder, pero que por su condición personal o su modo de ser, son violentas. Entre este grupo se encuentran taxistas, compradores de droga o sexo y algunos miembros de la "familia",2,7 que son líderes, poseen armas o tienen un "viaje no bueno"8 (cuando no se tiene el control sobre la droga).3 Las razones para ejercer la violencia son porque sí o porque les da rabia la actuación del otro. Estas personas son así porque han recibido malos tratos y carecen de afecto. La violencia la expresan por medio de violaciones, golpes, insultos y asesinatos: "La gente que es violenta es porque han sido tratados mal" (Carmen).

Respuestas. Frente a la violencia los niños tienen respuestas que van desde quedarse quieto, consumir droga, denunciar, hasta responder activamente.

Los niños relatan que al recibir lesiones de los que tienen el poder, se quedan quietos, agachan la cabeza, no responden y si es posible huyen por miedo: "Cuando me pega un man, ahí sí, yo me quedo callado, porque uno le alza la voz y de un solo golpe que le peguen a uno, lo privan" (Bernardo).

Algunos ante la violencia reaccionan consumiendo o aumentado el consumo de droga para evadir lo que les produce el acto violento: "A los 13 años me entregué más al vicio, después de que me violaron. Fue como mi desahogo" (Edilma).

Algunas veces intentan denunciar los atropellos, sin obtener respuesta de las autoridades: "Claro, como uno los denuncia... vean, lo han denunciado veinte, treinta veces y qué, ese man sigue de policía" (Bernardo).

Los que reciben lesiones de quienes por su condición y forma de ser son violentos, responden defendiéndose mediante agresiones o planeando vengarse, produciendo a la persona la misma lesión, dejando una marca permanente o quitándole la vida: "A mí el que me la hace, la paga, pa' Dios que sí" (Rafael).

La venganza es directa, cuando la hace quien recibe la lesión e indirecta si buscan otra persona para no ensuciarse las manos: "Ese man no se puede dejar vivo, hay que darle duro, no vaya a decir que yo dije nada, lo mando a matar y todo el mundo es inocente, yo no necesito ensuciarme las manos" (Chalo).

Los niños violados se caracterizan porque mantienen un sentimiento de rabia permanente, nunca olvidan los hechos; sin importar el tiempo que haya pasado, sienten con frecuencia la necesidad de violentar a otros: "Porque es que uno ser violado es la peor humillación que una mujer puede tener en la vida" (Rosa).

Agresión. Son aquellas acciones que causan daño a otras personas y que tienen alguna justificación para realizarlas y por lo tanto no son consideradas violencia por los niños.

¿Quiénes ejercen agresión? Los niños agreden a otros, causándoles daño como respuesta al acto violento que les han realizado. Agreden para sobrevivir, cuando quieren tener lo mismo que el otro, por desigualdad y por venganza: "Una vez llegó mi papá todo borracho a pegale a mi mamá, entoes yo lo cogí con un palo de escoba y lo encendí a palo. Yo: a mi mamá no le pegue" (Germán).

También consideran agresión la ejercida por la policía, los transeúntes y otras personas que con justificación los lesionan como respuesta a alguna acción violenta o agresiva por parte de los niños, por ejemplo cuando estos roban. Las formas de agresión se manifiestan por dar golpes, puntazos (herida superficial con arma cortopunzante), patadas y puñaladas: "Me ha tocado ver que los puñalean, los cogen los tombos [policía] porque hay veces están robando, pues por cosas mal hechas" (Andrés).

Respuestas. Los niños ante los actos de agresión actúan de tres formas de respuestas: activas, pasivas y pasivo-activas.

Activas, cuando se responde de la misma manera cómo fueron agredidos: "¿Me tengo que aguantar todo eso? coma mierda hijueputa, eso no es conmigo, y la cogí del pelo un pico de botella y ran, ran, en la cara como una carnicería" (María).

Pasivas, cuando no realizan ninguna acción y evaden a la persona al reconocer que tienen más poder y que les pueden hacer daño: "Ella me ha estado tirando, entoes yo ya no me la aguanto más, entoes pa' no ile a tirar, más bien no la vuelvo a ver" (Francisca).

Pasivo-activas cuando en el instante no reaccionan, pero posteriormente buscan aliados para responder a la agresión: "Uno no olvida por las cosas que le hacen, nos volvimos a ver y ella como que no olvidó y le dijo al hermano, y el man se acercó y me amenazó y usted qué con mi hermanita y esto y que lo otro y el muchacho me iba a matar y de esas cosas que, todo se voltió, el muerto fue el otro y no yo, él no pensó que yo también estaba acompañada y que tenía quien me apoyara" (Luisa).

 

Discusión

El hallazgo más importante de este trabajo tiene que ver con la diferenciación que los niños en situación de calle establecen entre los conceptos de violencia y agresión.

La violencia es un fenómeno que ha sido frecuente a lo largo del desarrollo histórico de Colombia. De la misma manera, autores nacionales y extranjeros la han definido desde distintas perspectivas. Nieto plantea que violencia "es toda intervención física realizada por uno o varios actores, sobre uno o varios sujetos, con la intención de producir daño físico, esto es, lesiones personales o muerte".15 Franco define la violencia como "Manifestación del poder, como una fuerza contra algo, alguien o un colectivo, tratándose tanto de los macro como de los micropoderes (familiares, institucionales, grupales)".16 Papacchini desde una perspectiva de los derechos humanos concibe la violencia como "todo aquello que lesione directa o indirectamente la dignidad humana, considerada como la condición integral del ser".17 La violencia es ejercida por aquellos que tienen poder como lo evidencia la Organización Panamericana de la Salud-OPS,18 a partir de un estudio realizado con niños en situación de calle de Brasil, lo que concuerda con lo encontrado en este estudio en el que los niños manifiestan que son las personas que tienen poder las que ejercen violencia sobre ellos.

Los hallazgos en relación con la existencia de personas que son violentas de por sí, coinciden con trabajos como el de Gutiérrez,19 quien sustenta que la violencia tiene origen en la deficiente humanización en la infancia y en la adolescencia; con Bonnefoy, quien afirma que "Las trayectorias de vida muestran que ésta (violencia) es aprehendida en las experiencias de maltrato que vivieron con referentes, principalmente institucionales o de la propia familia"20 y con el concepto de Federico Nietzsche frente a la producción del resentimiento como generador de actos violentos.21

Aunque, las distintas definiciones de violencia concuerdan con la de los niños, la diferencia radica en que para éstos el componente fundamental de la violencia, es la carencia de una razón o justificación para realizar el acto violento.

Por su parte el término agresión ha sido utilizado por algunos autores para expresar, tanto el comportamiento humano como animal y la mayoría de los investigadores lo asimilan al concepto de violencia, mientras otros lo presentan como la consecuencia de esta. "La agresividad es la respuesta del organismo para defenderse de los peligros potenciales procedentes del exterior".22 Existe agresión, según los niños en situación de calle, cuando hay una justificación para realizar los actos violentos. Fernández, se acerca a esta conceptualización cuando plantea que la legitimación "marca uno de los límites dentro de los cuales se considera que la violencia está bien empleada".23 Por su parte Carrasco y González afirman que a veces, una conducta agresiva puede ser legítima, puede emplearse para defenderse de un ataque externo y a menudo, posee un motivo que justifica su aparición,24 de lo que se deduce que no se puede equiparar todo acto agresivo con la violencia.

Abad Gómez, desde una concepción epidemiológica-social plantea que: "no siempre la violencia es injustificada, patológica o irracional. Hay condiciones de opresión, de injusticia, de enormes desigualdades económicas, en las cuales la violencia no es una enfermedad, sino una necesidad del organismo social; un poco como la respuesta del organismo biológico ante la infección".25

Algunas de las consecuencias de la violencia y la agresión en los niños en situación de calle, coinciden con lo encontrado en el estudio realizado por la Organización de las Naciones Unidas- ONU en el 2006 con niñas, niños y adolescentes, quienes relataron haber sufrido daños físicos como cicatrices y enfermedades,26 así mismo presentaron comportamientos sociales como conductas pasivas, consumo de alcohol y sustancias psicoactivas. También conductas delictivas como planear y realizar acciones vengativas. Los hallazgos del estudio que no coinciden con los encontrados en el trabajo de la ONU, fueron los relacionados con los trastornos psicológicos como el aislamiento, la inseguridad y la baja autoestima; problemas sociales como presentar conductas auto destructivas. Esto puede explicarse porque los niños en la calle viven a diario la violencia y esta situación les provee circunstancias diferentes a la de otros niños, por lo tanto aprenden a afrontarla. Entre los elementos que les ayudan está el miedo, que se convierte en adrenalina, permitiéndoles reaccionar ante situaciones adversas,1 mediante mecanismos como subestimar al contendor y buscar apoyo entre los integrantes de su familia.

 

Conclusiones

Para los niños en situación de calle el significado de violencia implica la existencia de la no justificación de los actos violentos, mientras que en la agresión hay una justificación para realizarlos.

Los que ejercen la violencia son aquellos que tienen el poder como la policía, "los convivir", "los carros de limpieza social", los "duros", los "corbata" y organismos gubernamentales.

Las formas de violencia están determinadas por los actores, según sus características y su función.

Las personas y entidades que trabajan con niños en situación de calle deberán tener en cuenta la diferencia entre violencia y agresión para que a partir de ellas, elaboren programas y políticas para prevenir la violencia.

Así mismo se deberá continuar con trabajos de investigación que profundicen en ciertos tipos de agresión y actos violentos, como la violación. Preguntarse el porqué los niños realizan actos que generan daño y no juzgarlos de entrada como violentos.

 

Agradecimientos

Principalmente a los niños en situación de calle que participaron en esta investigación, así mismo agradecemos el apoyo de los investigadores Tatiana Aristizabal, Alexandra Giraldo, Deisy Ríos y Luis Fernando Abril.

 

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Dirección para correspondencia:
Álvaro Giraldo Pineda.
Facultad Nacional de Salud Pública,
Universidad de Antioquia. Calle 62 A# 52-59,
Medellín, Colombia.
algipi@saludpublica.udea.edu.co

Manuscrito recibido el 4.7.2013
Manuscrito aceptado el 11.9.2013

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