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Index de Enfermería

On-line version ISSN 1699-5988Print version ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.24 n.3 Granada Jul./Sep. 2015

https://dx.doi.org/10.4321/S1132-12962015000200006 

ARTÍCULOS ESPECIALES

TEORIZACIONES

 

Cuidado sensible destinado a la familia con uno de sus miembros hospitalizado

Sensitive care to families in the hospitalization of one of its members

 

 

Silvia da Silva Santos Passos1 y Álvaro Pereira2

1 Universidad Estadual de Feira de Santana, Departamento de Salud, Feira de Santana, Bahia, Brasil.
2 Universidad Federal de la Bahia, Escuela de Enfermería, Salvador, Bahia, Brasil

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

El cuidado sensible demanda acciones de enfermería de orden subjetivo, contemplando la razón sensible, la creatividad, la estética, la solidaridad, la libertad y el compañerismo, en asociación con el cuidado humanizado. El cuidado destinado a la familia que acompaña a un pariente hospitalizado requiere, del equipo de enfermería, un involucramiento para percibir, en la subjetividad, un cuidado del orden de lo sensible. Con la finalidad de contribuir para las discusiones sobre el cuidado al familiar en el ambiente hospitalario, tenemos como objetivo reflexionar sobre nuestra práctica dentro de esa perspectiva. Esa reflexión se fundamenta en la Sociología Comprensiva del sociólogo Michel Maffesoli. La enfermera pone en práctica la racionalidad instrumental para mantener las normas institucionales, el orden y la disciplina y, por otro lado, utiliza la racionalidad abierta al escuchar a la familia y comprender sus necesidades y fragilidades, poniendo en práctica el real sentido para el cuidado.

Palabras clave: Enfermería, Relación Profesional-Familia, Humanización de la Asistencia.


ABSTRACT

The sensitive care demand nursing actions in the order of the subjective, which are includes sensitive reason, creativity, aesthetics, solidarity, freedom and partnership, an association with the humanized care. The family care that accompanies a hospitalized family member requires nursing team involvement to realize the subjectivity of a care order sensitive. With the goal to contribute to discussions about the care sensitive companion family in the hospital environment we aim to reflect on our practices in this perspective. This reflection is based on the Comprehensive Sociology of the Sociologist Michel Meffesoli. The nurse puts into practice the instrumental rationality to maintain institutional norms, order and discipline, still, uses the open rationality to hear family and understand their needs and weaknesses, putting into practice the real meaning for care.

Key words: Nursing, Professional-Family Relations, Humanization of Assistence.


 

Introducción

Es en el redescubrimiento de la subjetividad, centrada en la valorización del encuentro, que se delinean las formas del cuidar en la contemporaneidad, donde la persona, foco de trabajo de la Enfermería, deja de ser objeto y pasa a ser sujeto. Esa nueva percepción, aún permeada por los ideales del tiempo anterior, ya comienza a dar señales de la necesidad de repensar, en la actualidad, los cuidados de enfermería.

Así, el cuidado sensible es un cuidado que tiene, en su sentido original, los cuidados cotidianos e invisibles, que necesitan ser recuperados y conservados en beneficio de la profesión, de los pacientes y de sus familiares,1 que además contempla la razón sensible, la creatividad, la estética, la solidaridad, la libertad y el compañerismo, en asociación con el cuidado humanizado. Ese cuidado demanda acciones relacionadas con los problemas de sentimientos, fruto de la subjetividad, del mundo privado de la mayoría de las personas y no tiene, necesariamente, una relación directa con los cuidados corporales.2

En ese sentido, el cuidado a la familia en proceso de hospitalización, requiere del equipo de enfermería un involucramiento para percibir, en la subjetividad de las relaciones familiares, que no siempre es visible, y que engloba las necesidades psicoemocionales, las relaciones interpersonales, el afecto, la escucha, el confort y todas las acciones que proporcionen bienestar.3

La proximidad con la incapacidad, la dependencia y hasta con el temor a la muerte, son situaciones vividas por las familias y por los pacientes durante el proceso salud-enfermedad en el momento de la hospitalización. La familia es considerada un grupo social y, en ese contexto, de acuerdo con las ideas del sociólogo Michel Maffesoli, son grupos inmediatos o pequeñas colectividades espontáneas que constituyen el propio fundamento del estar juntos.4 Así, la familia debe ser vista no como la sumatoria de sus miembros, sino como una unidad que delinea comportamientos y facilita estándares de interacción familiar, que determinan su estructura.5 De esa forma, un cambio en un miembro afecta a todos los otros miembros de la familia,6 afirmación que, aludiendo a uno de los presupuestos del abordaje sistémico de la familia, refleja las alteraciones comportamentales del grupo familiar cuando este se depara con uno de sus miembros enfermo y hospitalizado, principalmente cuando la situación o condición presentada demanda acompañarlo dentro de la organización hospitalaria.

La familia es responsable de la continuidad del sentimiento que el grupo tiene de si mismo, de esa forma, el grupo no se constituye solamente a partir de la consciencia y de la razón.7 Un solo grupo representa más que la suma de sus individuos, cuando desarrolla un determinado tipo de relaciones, un vínculo, una fuerza que le confiere un sentido de pertenencia. La necesidad de estar juntos, de sentirse próximo de las personas con quien se convive cotidianamente, intensifica la expectativa de interacción con el otro. El cotidiano está presente en los mínimos gestos de la vida, en las creaciones minúsculas, en las situaciones existenciales que nos constituyen, que se organizan y se estructuran en una mezcla significante.8 "Se preocupa con la pasión, con lo ilógico, con lo imaginario, con lo sensible, que estructura igualmente las actividades humanas, de la cual somos al mismo tiempo actores y observadores".9:319

Los cambios en esa cotidianeidad, tras la hospitalización, presentan transformaciones particulares en cada grupo familiar. En algunos, la enfermedad promueve una mayor integración y acomodación de conflictos, y en la mayoría de las situaciones esos cambios tienden a la adaptación y harmonía de las relaciones.10 Mientras, en otros grupos familiares, las condiciones socioculturales y económicas pueden interferir en las formas de construcción y fortalecimiento de los vínculos, pues son traspasados por valores relacionados con la individualidad, con la libertad, con la igualdad de derechos y con la falta de confianza en el grupo social.11 Por esa razón, en los grupos familiares cuyos vínculos son frágiles antes de la hospitalización, factores como los cambios de roles, el aumento de los encargos económicos, además de la dependencia económica, que normalmente ocurren cuando hay una separación de un miembro productivo, pueden generar y potencializar los conflictos que culminan en el cese de los vínculos.12

En el contexto brasileño es cada vez más frecuente la presencia de la familia en las unidades de internación. Esa presencia fue conquistada a partir de los movimientos sociales y activistas de los derechos de la salud de los ciudadanos. De esa forma, el acompañamiento de los niños, de los adolescentes, de las parturientas y de las personas mayores, se encuentran amparados en la legislación brasileña que asegura que un familiar se haga presente durante la hospitalización.13 A veces, sin embargo, esa presencia está marcada por dificultades, conflictos, falta de preparación del equipo para la acogida de esas familias. Los conflictos son resultado del proceso relacional, no obstante, no significa que la interacción con la familia esté queriendo ser destituida, sino que necesita de cambios y abordajes profesionales adecuados.14

La defensa por la presencia del acompañante se pautó en la necesidad de inclusión, de participación en la toma de decisiones sobre su salud, a partir del movimiento en pro del respeto al usuario, considerándolo no como un sujeto pasivo y receptor de cuidados, sino alguien corresponsable y participativo. La inclusión del familiar es resultado de la valorización de la dimensión psicosocial de la persona que, siendo oriunda de las ciencias humanas, influyó significativamente sobre el cuidar/cuidado.15 La presencia del familiar es defendida por la capacidad que tiene el grupo para transmitir sentimientos de afectividad, de seguridad, de disponibilidad para hacerse próximo y poder transmitir apoyo, facilitar la adaptación, obtener información sobre la enfermedad y el tratamiento, informarse sobre su rutina y ayudar en su limitación física.16 La solidaridad del familiar no se limita solamente al apoyo psicoemocional y al bienestar de la persona hospitalizada, sino también a la oportunidad de participar de los cuidados y sentirse útil. Esta se expresa a través de la generosidad, del auxilio mutuo y cotidiano, de la consideración en los momentos de sufrimiento y de otras aflicciones humanas17 justificado en el enraizamiento instintivo que sirve de fundamento para el estar-junto.18

Ante de la configuración de los contextos hospitalarios, en el cual el familiar está cada vez más actuante en la dinámica del cuidar/cuidado, el equipo de enfermería necesita comprender las interfaces de esa interacción/relación con la familia en este espacio, lo que no siempre ocurre sin conflictos, pero que determina el punto central de la calidad del cuidado.

 

Desafíos para el cuidado sensible

Así como el mundo experimenta los efectos de la posmodernidad, la Enfermería como arte y ciencia del cuidado que privilegia el contacto con el otro, en un ser-hacer y ser-vivir históricamente instituido en un encuentro, sea emocional, sea profesional, también expresa los efectos de este momento.19 A pesar de los avances y discusiones sobre un modelo orientado a la integralidad, tanto en la enseñanza como en la práctica, el cuidado de enfermería en el hospital aún está marcado por el modelo biomédico, centrado en la curación, con características del paradigma cartesiano. Dentro de esa perspectiva, el cuerpo humano es considerado una máquina que puede ser analizada a partir de sus recambios y la enfermedad como un mal funcionamiento de los mecanismos biológicos.20

La formación de los profesionales de la salud, orientada por la racionalidad clínica y por sus estándares de normalidad, ha reducido a los individuos a cuerpos biológicos, descontextualizados socioculturalmente. En ese contexto los sujetos sociales son desconsiderados en su multidimensionalidad y ampliar la mirada sobre esos sujetos, ejercita el saber-hacer en salud de quien tiene la responsabilidad en el cuidado, implicando en valorizar las singularidades y particularidades en su relación con la totalidad.21 Así, encontramos una Enfermería centrada en un tipo de cuidado que se reencuentra con la integralidad, con el holismo, "dando un salto en dirección a la construcción de una disciplina sólida tras comprender que, para cualquier profesión que mantiene su rayo de acción centrado en el ser humano, es necesario cambiar la dirección de su práctica...".22:258

Este es el momento en el que se pone en práctica el elemento esencial en la promoción, protección y recuperación de la salud, reforzando la necesidad de cambiar el foco, dejando la lógica del deber ser, abordaje ampliamente difundido en el medio académico y aplicado en la práctica profesional en su cotidiano, para migrar a la lógica del ser necesario, visto que el usted debe pierde su fuerza cuando las costumbres vacilan.20 Al reflexionar sobre los desafíos de la Enfermería ante del cuidado sensible a la familia de las personas hospitalizadas, haremos un breve abordaje sobre el tener que/deber ser y el necesita ser/ser necesario de la Enfermería en dicho contexto, en una dualidad convergente en busca de la harmonía del tener que y un necesita ser sensible.

El hacer de la Enfermería en el cuidado a las familias necesita de inversiones, ya que este está sólidamente vinculado al modelo biomédico y, basados en esa premisa, intentaremos hacer una aproximación con las ideas del sociólogo Maffesoli, sobre la razón de las acciones de la Enfermería. Siendo así, el tener que/deber-hacer en la Enfermería, se aproxima de un saber relacionado con la razón instrumental, el cual también es un saber relacionado al poder.23 Poder este que se encuentra en la dinámica de las relaciones de los profesionales con las familias y pacientes en el hospital, espacios destinados a la cura y donde las normas disciplinarias son rígidas y poco flexibles, las cuales también pueden ser identificadas en las relaciones del cuidado establecidas por el equipo de salud.

El poder que emana de las interacciones entre el profesional y las familias en este espacio, es aprehendido en la convivencia de los rituales, determinados como prioridad por el modelo institucional, que tiene "el poder de decir y hacer".8:30 Las relaciones de poder del equipo de enfermería con la familia, no siempre son harmónicas y los conflictos están normalmente vinculados a la pérdida de la autonomía de decidir. La familia, inserta en un ambiente que le es extraño, donde existe una fragilidad ante de la enfermedad y el sufrimiento, queda susceptible a ceder ante de las imposiciones institucionales.

Mantenerse en el hospital, acompañado de uno de sus miembros, ciertamente se constituye en una experiencia impar para la familia. La pérdida de autonomía en relación a sus rituales y a los de su pariente internado y la obediencia a los dictámenes profesionales/institucionales, referentes al cuidado biológico, interfieren en todos los aspectos de la vida social familiar. Comprender y aceptar al familiar como parte de su hacer profesional es un desafío para la Enfermería, que busca desvincularse del abordaje, antes centrado en el cuerpo enfermo, para considerar a la persona, presente e importante, en el saber hacer de la Enfermería dentro del ambiente hospitalario.

Cuando la Enfermería deja de comprender a la familia como parte de su foco de cuidado, ella asume una actitud racionalista, propia de la modernidad, que es incapaz de percibir y aprehender el aspecto denso, el imaginario, simbólico de la experiencia humana, donde es necesario movilizar las capacidades intelectuales y de la sensibilidad.19 El racionalismo, como aquel que todo prevé, todo organiza, necesita de un sobresalto de irracionalidad, donde los nuevos valores de la vida social no separen más a las personas de las cosas, y que no se reconozca más dentro de la lógica del deber ser.20

El establecimiento de vínculos del equipo de enfermería con las familias, puede no ocurrir debido a la alternancia de los turnos de trabajo, a la estratificación de la categoría, a la barrera del saber científico. Mientras que las normas rígidas que delimitan los horarios de visita, de los telefonemas, de la alimentación, de las informaciones, de los baños y de los espacios que pueden ocuparse dentro de la unidad, se traducen en una especie de racionalismo instrumental y de factores que favorecen la dependencia de la familia en relación al equipo.24

Ese racionalismo instrumental se justifica dentro de la lógica del objetivo del hospital, el de tratar y favorecer la curación, en los cuales están insertos seres plurales con objetivos y necesidades diferentes. En este espacio, la racionalidad científica necesita dialogar con la sensibilidad, considerando que este local es visto, la mayor parte del tiempo, como local de sufrimiento y de dolor.

 

La Enfermería en el cuidado sensible destinado a la familia

El cuidado sensible en el campo estético, involucra el arte de la Enfermería que no se disocia de la técnica, contempla las relaciones, la percepción de sí y del medio como el entendimiento de la subjetividad. Ya en la dimensión ética, la Enfermería se desvincula paulatinamente de los residuos del pasado de la lógica de la racionalidad instrumental, que paralizan las acciones del presente. Al identificar los valores que nos bloquean, ya es el inicio de un movimiento ético, así como no es ético tratar al ser humano como objeto, desprovisto de afecto y de sentimientos.23

Contraponiéndose a la lógica del tener que en la Enfermería, donde la razón instrumental se sobrepone a la subjetividad del cuidado familiar dentro del hospital, nos deparamos con el necesitamos ser que debe estar en sintonía con la familia y la persona. Dentro de este espacio, la familia necesita ser comprendida como una red de relaciones e interacciones pues, dentro de la perspectiva maffesoliana, ella se presenta como grupo social, como tribu.

El universo hospitalario es totalmente desconocido para las familias y ese convivir va adquiriendo diferentes y variados significados a medida que ellas vivencian situaciones provocadas por la enfermedad. El contacto con ese ambiente diferente, donde el trabajo y el vocabulario de las personas le son extraños, evidencia una realidad que no hace parte del cotidiano de la familia.22 Es en este espacio donde se establecen las interacciones y las relaciones de poder y de cuidado. Espacio en el que prevalece el racionalismo instrumental, inclusive en las relaciones con las familias, a pesar de las tímidas acciones, aún especificas, de regreso a lo sensible "[...] entonces, cabe a los profesionales fortalecerla, apoyarla y orientarla cuando ella se sienta fragilizada, bien como incentivarla en la promoción de la salud familiar".2:359 Para cuidar de la familia en el hospital e insertada en este espacio de cuidado, se hace menester conocerla, percibirla, comprenderla constituyendo, de esa forma, un modo de hacer de la Enfermería. En esta perspectiva, para aprehender la formalidad de las maneras de hacer, es necesario comprender como ellas están relacionadas y direccionadas. Usualmente, la comprensión se da a través de la observación de las ritualizaciones cotidianas, presentes en las prácticas familiares, en una red de relaciones donde se destacan las interacciones relativas a la estructura de las expectativas, de la negociación y de la improvisación.25

La Enfermería es la profesión que más está en contacto con la familia, se mantiene siempre próxima, tiene la responsabilidad y el desafío de emprender acciones profesionales de cuidado dentro de la lógica del cuidado a la familia.24 De esa forma, percibir y comprender a la familia en un ambiente de cuidado, requiere romper con la racionalidad del cuidado impregnado del deber ser de la Enfermería a lo largo de los años.

Es en la interacción con las familias que ponemos en práctica el real objetivo del cuidar, considerando la idea "del estar-juntos como siendo esencialmente una religación mística sin objeto particular". En un estar-juntos que permita percibir las necesidades y deseos de ese grupo plural, considerando el "arte como forma pura... es en ese sentido que la emoción puede servir de base a partir de elementos objetivos,"26:15 como lo es el trabajo con las familias en el ambiente hospitalario. En este contexto, la Enfermería se depara con dos vertientes que se disocian y se asocian en las interacciones y relaciones con el familiar en una mezcla de ir y venir que se justifica a través de uno de los presupuestos teóricos de la sensibilidad defendidos por Maffesoli, el de la sensibilidad relativista.

Esas vertientes son denominadas como racionalidad instrumental y racionalidad abierta.20 De este modo, consideramos que la enfermera pone en práctica la racionalidad instrumental, científica, cuando se apropia del espacio hospitalario como un ambiente de curación y se esmera en mantener las normas institucionales, con la intención de mantener el orden y la disciplina y, por otro lado, utiliza la racionalidad abierta cuando al escuchar a la familia y comprender sus necesidades y fragilidades, la incluye en el contexto del cuidado, a veces, viabilizando aspectos que favorezcan la flexibilización de esas normas.

Siendo así, el cuidado profesional de enfermería a las familias necesita romper con el racionalismo presente en los rituales de cuidado y en las normas institucionales enyesadas, desconsiderando las especificidades. Necesita romper con la razón que sirve de garantía para la organización y para la gestión que caracteriza la tecnoestructura.27 Romper con ese racionalismo significa establecer una relación de proximidad, abierta, observándose los aspectos relacionales a través de la comunicación verbal y no verbal, pues "es necesario oír con más sensibilidad, percibir más los sentidos..."26:356 permitiendo, de esa forma, la inserción de la sensibilidad en el dominio de la razón.27

El contacto con la familia requiere que la Enfermería esté disponible para el cuidado utilizando la sensibilidad cuando se dispone a oír y percibir, a través de las palabras y de los gestos, las fragilidades y sus inquietudes, ejerciendo la alteridad de cuidador. Estableciendo una relación de intercambio entre el profesional y el otro que necesita del cuidado. Entendiendo que el ser que necesita de cuidados está en desventaja.

En el contacto con el familiar, la enfermera necesita aprehender y a operar con la razón y con lo sensible, comprender que ella necesita captar las diferencias y dificultades del familiar, entender sus propias necesidades y las necesidades del otro. De esa forma, cuidar requiere no solo la competencia técnica, de naturaleza objetiva, sino que contempla actitudes, afectos y sentimientos como la responsabilidad, la compasión, la protección, la expectativa, la prevención, entre otros. Siendo un acto universal y cultural, dirigido a la sobrevivencia orientada a un receptor.28

Siendo así, necesitamos ser sensibles con respecto a los diferentes y variados significados que la hospitalización ofrece para la familia que vivencia situaciones provocadas por la enfermedad; al vocabulario extraño, a las estrategias usadas por ellas para reorganizarse delante de la enfermedad de uno de sus miembros. Dosificar la racionalidad instrumental y la racionalidad abierta delante de una relación en la cual deba prevalecer lo sensible, es mantenerse constantemente en comunión con los ideales profesionales e institucionales.

 

Reflexiones finales

La experiencia del cuidado sensible destinado al familiar acompañante, en el hospital, es un desafío para la Enfermería, la cual debe poner en práctica el equilibrio entre la razón y la sensibilidad.

No se puede dejar de considerar que las familias son plurales, presentan estructuras y modelos diversos y todos ellos deben ser considerados y respetados independientemente de nuestra concepción personal de ser-estar-en el-mundo. Y, esa pluralidad puede facilitar o dificultar las interacciones y relaciones con el equipo de salud.

Frente a esta complejidad relacional, los conflictos casi siempre están presentes, necesitando de un comportamiento profesional que contemple la sensibilidad, la disponibilidad para oír y comprender las manifestaciones del sufrimiento y de la ansiedad de la familia.

La sensibilidad, englobada como término de la "estética", la idea del estar-juntos sufre oscilaciones características de las historias de cada uno, conforme al mecanismo de saturación inherente a los fenómenos sociales. Desconsiderar la sensibilidad es negar el holismo, la visión de conjunto donde ocurre la sinergia entre la ética y la estética.29

 

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Dirección para correspondencia:
Silvia da Silva Santos Passos
ssspassos@yahoo.com.br

Manuscrito recibido el 17.3.2014
Manuscrito aceptado el 19.8.2014

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