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Index de Enfermería

On-line version ISSN 1699-5988Print version ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.25 n.1-2 Granada Jan./Jun. 2016

 

MISCELÁNEA

HISTORIA Y VIDA

 

"Si pudiese volver no cambiaría ese día". El relato de una joven tras sufrir un accidente de tráfico

If I could go back, I would not change that day. Tthe story of a young after a traffic accident

 

 

Celia Martí García

Departamento de Enfermería. Facultad de Ciencias de la Salud de Ceuta. Ceuta, España

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

Los accidentes de tráfico son causa de un porcentaje bastante elevado de muertes en los países occidentalizados. Si hablamos de accidentes de moto, los factores de riesgo para que la persona sufra daños mayores se ven multiplicados, sobre todo si tenemos en cuenta lo desprotegida que va la víctima y las velocidades a las que se suelen producir este tipo de accidentes. La informante de este relato nos contará la vivencia que supuso para ella sufrir un accidente en motocicleta cuando tenía 15 años, las intervenciones quirúrgicas a las que tuvo que someterse, y su reincorporación académica. En definitiva, cómo le ha influido en su vida y qué secuelas le ha dejado su exceso de velocidad.

Palabras clave: Accidentes de Tránsito, Procedimientos Quirúrgicos Operativos, Estadísticas de Secuelas y Discapacidad, Heridas y Traumatismos.


ABSTRACT

Traffic accidents account for a fairly high percentage of deaths in westernized countries. If we talk about motorcycle accidents, the risk factors for the person suffering major damage are multiplied, especially if we consider that the victim is unprotected and the speeds which make happen this kind of accidents. The patient involved in this report will talk about how her life was affected after suffering a motorcycle accident when she was 15 years old, surgery to which she had to undergo, and academic reinstatement. In short, how it has influenced her life and what consequences speeding has left her.

Keywords: Accidents, Traffic, Surgical Procedures, Statistics on Sequelae and Disability, Wounds and Injuries.


 

Introducción

Los accidentes de tráfico son una de las causas más frecuentes de mortalidad en población joven en nuestro país. Solo en 2012, el Instituto Nacional de Estadística señala que un 17, 5% de las defunciones ocurridas entre los 15 y 24 años de edad, se produjeron en accidentes de tráfico.1 En cuanto a los ciclomotores, aunque las cifras de accidentes han disminuido progresivamente, lo más importante es la edad de las víctimas de este tipo de accidente. Las cifras más elevadas se dan entre los 15 y los 17 años. En 2014 murieron 203 personas en accidente con ciclomotor.2

Las probabilidades de sufrir un accidente son el doble en un vehículo de dos ruedas que en un turismo y 2 de cada 100 personas que tienen un accidente de dos ruedas mueren. Pero la importancia de estos accidentes no se centra sólo en la mortalidad, sino que además hay que hablar de los daños psicológicos y las secuelas físicas que pueden quedar en los supervivientes. Uno de los síntomas más frecuentes es el dolor musculoesquelético3 donde el factor psicológico puede ser determinante en la intensidad del mismo. Este dolor se puede relacionar con contusiones, pero las fracturas suelen ser frecuentes en este tipo de accidente requiriendo cirugía y rehabilitación, con consecuencias físicas que pueden obligar a la persona a cambiar incluso de trabajo.4 Es frecuente así mismo, que aparezca un trastorno de estrés agudo o estrés postraumático, caracterizado por la reexperimentación, evitación, y los síntomas de hiperactivación, así como la disociación,5 que no siempre son bien diagnosticados.6 También pueden aparecer consecuencias sociales, financieras y legales.7

Un estudio realizado en Australia, concluyó que una tercera parte de los supervivientes siguió experimentando problemas psicológicos graves como consecuencia del accidente de tráfico, así como otra serie de consecuencias psicosociales cuatro años después de su accidente. Sin embargo, aunque el 87% de la muestra continuó experimentando dificultades de estrés postraumático, el 99% informó de experiencias de crecimiento postraumático que implica un aprecio elevado por su propia vida y la ayuda recibida por los demás en situaciones difíciles.7

Si revisamos la perspectiva de los pacientes ante este tipo de suceso traumático, cabe destacar las reflexiones que sobre la invulnerabilidad y el carácter inesperado e incomprensible de los accidentes se hacen los accidentados, los cuales manifiestan cómo en ese momento uno se enfrenta a la idea de que no es eterno debiendo aceptar un suceso que ha visto "en el otro" pero no puede aceptar como parte de su realidad porque no era algo esperado o que pensasen que les podía pasar.8 Son habituales en estos pacientes sentimientos de ira (incluso hacia su propia persona), culpabilidad y frustración, que se mezclan con la alegría y satisfacción del apoyo que suelen encontrar en sus seres queridos y el equipo que les atiende.9

Por cuestiones éticas, para relatar el caso seleccionado sin proporcionar datos que puedan ayudar a identificar a la persona, utilizaré un seudónimo, en este caso llamaremos a nuestra informante Soledad.

He elegido a Soledad porque ha demostrado ser una joven con mucha fuerza y ganas de superación. Porque no ha tenido ningún reparo en dar todos los detalles que recordaba del día del accidente, aceptando su culpa y la posibilidad de haber tenido secuelas peores. Soledad es una chica de 26 años que sufrió un accidente mientras conducía su ciclomotor en 2004, pero eso no le ha imposibilitado hacer una vida normal y conseguir alcanzar todas las metas que se había propuesto dentro del mundo del deporte. En la actualidad, Soledad es Licenciada en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, cinturón negro de Judo y una experta sobre los esquís. Para el desarrollo de la entrevista, Soledad permitió que nuestra conversación fuera grabada, siendo transcrita posteriormente para la elaboración de este relato.

El relato de Soledad nos ayuda a comprender mejor el punto de vista del accidentado. Nos sorprende la forma en la que se enfrenta a la situación sobre todo cuando dice que no cambiaría nada de ese día, porque si no, no sería ella. La historia de Soledad pone de manifiesto de qué manera los jóvenes que sufren un accidente deben enfrentarse a múltiples intervenciones quirúrgicas y a estancias hospitalarias prolongadas con sus correspondientes rehabilitaciones.

 

Bibliografía

1. Instituto Nacional de Estadística. Defunciones según la Causa de Muerte Año 2012. Notas de prensa del Instituto Nacional de Estadística del 31 de enero de 2014. Disponible en: http://www.ine.es/prensa/np830.pdf (acceso: 12/01/2015).         [ Links ]

2. Dirección General de Tráfico. Estadísticas de accidentes con víctimas según la Dirección General de Tráfico (DGT) para el año 2013. Disponible en: http://www.dgt.es/es/seguridad-vial/estadisticas-e-indicadores/accidentes-30dias/tablas-estadisticas/ (acceso: 12/01/2015).         [ Links ]

3. Bortsov AV, Platts-Mills TF, Peak DA, Jones JS, et al. Pain distribution and predictors of widespread pain in the immediate aftermath of motor vehicle collision. Eur J Pain, 2013; 17(8), 1243-1251.         [ Links ]

4. Wick M, Müller EJ, Ekkernkamp A, y Muhr G. The motorcyclist: easy rider or easy victim? An analysis of motorcycle accidents in Germany. Am J Emerg Med, 1998; 16(3), 320-323.         [ Links ]

5. Winston FK, Kassam-Adams N, Vivarelli-O'Neill C, Ford J, et al. Acute stress disorder symptoms in children and their parents after pediatric traffic injury. Pediatrics, 2002; 109(6): e90-e90.         [ Links ]

6. Jeavons S, Greenwood KM, y Horne DL. Psychological symptoms in rural road trauma victims. Aust J Rural Health, 1998; 6(1): 52-57.         [ Links ]

7. Harms L, Talbot M. The aftermath of road trauma: Survivors' perceptions of trauma and growth. Health Soc Work, 2007; 32(2): 129-137.         [ Links ]

8. Díaz JL, Schriewer K, Echevarría P. ¿Por qué a mí?: instantáneas del momento del accidente en los amputados traumáticos. Index de Enfermería, 2014: 23(1-2): 41-45.         [ Links ]

9. Fernández A. La médula espinal: el cordón de la vida. Relato de un tetraplégico por accidente de tráfico. Index de Enfermería 2011; 20(3): 199-202.         [ Links ]

 

 

Dirección para correspondencia:
Facultad de Ciencias de la Salud de Ceuta,
Departamento de Enfermería.
C/ Cortadura del Valle s/n,
51001 Ceuta, España.
E-mail: celiamarti@ugr.es

Manuscrito recibido el 17-01-2015
Manuscrito aceptado el 15-05-2015

 

TEXTO BIOGRÁFICO

MI VIDA. Tengo 26 años, aunque de aquí a poco cumplo los 27. Cuando tenía 7 años me mudé con mi familia al pueblo natal de mi padre. Nos fuimos por el trabajo de mi padre. Tenía una oficina allí y estaba todo el día viajando. Pensamos que era mejor mudarnos todos para evitar estar todo el día con el coche para arriba y para abajo. Sobre todo después de un accidente de coche que tuvimos cuando volvíamos de ver a mi padre en el pueblo. Íbamos mi hermana, mi madre y yo, y hubo un choque en cadena. No nos pasó nada. Pero el susto nos lo llevamos.

Soy la pequeña de la familia. Tengo otra hermana mayor que yo. Desde pequeña siempre me gustaron las motos. Me apasionaban. Por eso cuando cumplí 14 años me saqué el carné de la moto y mi padre me compro una. Mi madre se cabreó un montón con él porque no le gustan nada las motos. Ha tenido malas experiencias desde chica. Pero mi padre me la compró. Ahora estoy trabajando. Terminé la carrera de INEF, y estoy muy contenta, porque es lo que siempre quise hacer y a pesar de todo lo que me pasó no he tenido limitaciones para cumplirlo.

LOS MOMENTOS PREVIOS AL ACCIDENTE. Yo era una flipá. Era una flipá y yo estaba las 24 horas del día no pero más de la mitad del día pensando en la moto. De esto pues que igual que ves a alguien haciendo una virguería con una bici y tú intentas hacerlo, pos [pues] yo estaba flipá con la moto, intentaba hacer caballitos, tonterías. Y como no me daba miedo no le tenía respeto.

No me fijaba tampoco en la popularidad, yo es que era ver una moto y ya me ponía nerviosa. Es que me ponía que yo no era yo. Y me decían "¿la quieres coger?", y ya cuando la cogía, pues eso, que ya como todo el nervio que yo tenía pues me desahogaba no sé, yendo loca perdía con la moto. A lo mejor no tampoco temeraria pero con motos que me dejaban nunca. He podido hacer el loco pero cuando yo sabía que podía hacer el loco pero así de alguna temeridad de saltarme un stop nunca, nunca, nunca. De saltarme un stop ni nada. Además ya me había pegado unos cuantos sustillos. Pero es como que hasta que no te pegas la ostia no abres los ojos y reaccionas. Por mucho que te cuenten y que te expliquen.

Como estaba la moto ahí todo guay, pues fui a dar una vuelta y me encontré a cuatro amigas que iban en dos motos. Y ya nos picamos. Me dijeron de dar una vuelta y ya pues... ¿cómo le iba yo a decir que no? Con la moto como la llevaba mi moto era la que partía la pana [era la mejor, la que destacaba]. Y como yo quería ir la primera, ellas salieron antes que yo, tiraron delante y dijeron "venga vamos". Arranqué la moto detrás [imita sonido moto], le pegué ahí un apretón y se me fue así la rueda [Imita la situación]. Me cagué en Dios, me salté un stop y ya al segundo, pues Dios no me perdonó [se ríe]. Ya fue cuando, vamos que me acuerdo que adelanté por la izquierda y justamente de decir "¿freno o sigo?" dije "va, sigo". Eso que tenía que tomar una decisión sí o no.

¿FRENO O SIGO? Me salté el stop porque lo vi menos arriesgado que ir delante de dos motos y pegar un frenazo. Yo eso lo vi más arriesgado. Y no vi luces.

Eran las ocho de la tarde, pero en esa época ya es de noche. Y me acuerdo que una vez me dijo mi amigo, porque se saltó un ceda el paso y le dije "tío...", y me dijo "esto es muy fácil, cuando es de noche si no ves luces es que no viene nadie". Y de eso que, no es que te acuerdes de la frase, sino que lo tienes ahí siempre activado. Y en ese momento lo único que piensas es "no hay luces es que no hay nadie". Pero el coche vino más rápido, ¿sabes?, no me dio tiempo a ver las luces porque se me echaron encima. Y fue como que yo no sentí dolor en ese momento. No me acuerdo de sentir dolor.

RECUERDOS DEL MOMENTO DEL ACCIDENTE. En ese momento estaba desorientá. Estaba como semiinconsciente. Yo sí me di cuenta de que había tenido un accidente. De eso que dices "qué mierda que no es un sueño". Que es cuando dices "mama mía, la que he liado, la he cagado". Y yo nada más que pensaba "ya verás mi madre, tío. Dios, ya verás mi madre que no me lo ha dicho una vez". Me lo había dicho una vez detrás de otra.

Yo es que no me la podía imaginar [suspira]. Y nada, ya empecé a preguntar por la moto, no sabía dónde estaba, no sabía si había sido mi culpa o de la del otro. Y luego ya, pues, cuando me llevaron al hospital yo creo que pasaron unos días y yo en realidad no sabía lo que me había pasado. Yo no sabía si me había roto una pierna, yo no lo sabía. La gente dice que yo chillaba y vamos que yo no me acuerdo. No me acuerdo de sentir nada de dolor.

Y me acuerdo que me metieron en el quirófano para ponerme un clavo provisional con unas pesas. Yo en verdad no sabía que me iban a hacer pero bueno, me metieron y yo estaba que me bailaban las piernas como un flan. Pero yo no podía evitarlo. Es como un shock. Que estás que tienes el cuerpo que es impresionante, tú estás así [imita la situación] estás temblando y no puedes parar. Y las piernas me temblaban solas. Yo lo que me acuerdo es que la pierna luego la tenía inflada pero es que dicen que yo tenía un jamón. Entonces, al tener el hueso partido el cuerpo es que en ese momento yo no sé cómo tiene que estar.

Dicen que había, que estaba todo el pueblo ahí metido y yo no me acuerdo de ver a nadie, a nadie a nadie. Ni la cara de un médico, nadie, nadie, nadie. Yo es que fue ver lo que te digo del tejado y a partir de ahí ya nada más que sentir los meneos de la ambulancia. Escuchar la no sé, la sirena así al principio pero se pasaba todo como en capítulos. Yo me desperté y sabía que había sido un accidente pero no sabía qué me había pasado a mí, en el cuerpo, lo que yo tenía exactamente. Y me desperté y cuando fui a levantar la pierna, la izquierda, fui a levantarla, me di con un hierro y cuando miré por debajo de la sabana tenía atravesado un hierro por la pierna. Y yo no lo sabía.

PROCESO DE HOSPITALIZACIÓN. Estuve en el hospital un mes. Y en verdad muy bien, porque me tocó una compañera muy buena. Que me hice amiga suya y tenía hijas más jovencillas así un poco más grandes que yo. Y yo qué sé. Eran muy simpáticas todas las de la planta. Yo es que en verdad cuando me fui estuve unos días echándolas de menos. Se me pasó bien. Sobre todo por la gente yo creo. Pero, aunque por ejemplo la rehabilitación duela, cuando tú te ves cada día que ya has avanzado unos milímetros, [suspira], eso es mucho.

En verdad fue más fácil la rehabilitación porque ya al haber estado tanto tiempo en rehabilitación la segunda operación que fue porque se rompió el clavo por un fallo médico, pues ya en la segunda operación nada más que me abrieron por arriba de la cadera, vamos de la cabeza del fémur y no me costó tanto trabajo. Estuve incluso menos tiempo en rehabilitación. Y ya no necesitaba ni silla de ruedas ni nada.

LA VUELTA A CASA. En verdad me di cuenta de que yo no había apreciado nunca lo que yo tenía. De decir bajo las escaleras. Cualquier cosa de decir "voy a flexionar la pierna". Cosas que dices "me bajo de un coche y apoyo la pierna". Movimientos que haces en el día a día. De bajarte de la cama, ¡que me tenían que levantar! Y cuando me dieron el alta pues como que todos mis amigos se volcaron en mi, en decir te recogemos, te llevamos para allá, para acá, que era como venga, no sé.

Con la clavícula partía no podía llevar muletas. Iba todos los días también a rehabilitación una hora o así. Además cuando te ves que vas mejorando es que no sé. Motiva un montón. Dentro de lo que es lo malo. De que sabes que lo tienes que pasar y todo el mundo te dice "todo llega, todo llega" y tú sabes que todo llega, todo llega, pero... [suspira]. Me movía que parecía que iba bailando como Michael Jackson. Porque no podía saltar. Y me mudé al salón. Estaba de puta madre porque veía la tele hasta las tantas. Y eso nunca lo había podido tener.

Me decían siempre "¿tú le has tomado miedo a la moto?" y yo decía "¡qué va! Si no me acuerdo". ¿Cómo le voy a tomar miedo? Pues en verdad, cuando cogí, estaba en la silla de ruedas y me dijeron mis amigos "tú no puedes tomarle miedo a la moto, así que ¡cógela!". La silla de ruedas era lo único pues que no podía apoyar pero yo para llevar una moto pues no sé, es subir y bajar marchas y tener equilibrio, que podía llevarla. Pues la llevé y me dio una impresión que era como la primera vez que cogí la bicicleta. Iba como sin equilibrio. Y cuando ya empezamos de esto que dices "venga, va" pues ya empiezas lo típico, a cogerle así ya más o menos el punto a la moto y íbamos a lo mejor por la carretera y se cruzaba un camión y era sin querer y pegaba yo así [imita la situación] no sé, no puedes decir volantazo pero con el manillar, se me notaba que me daba miedo pero sin querer que me diera miedo. Iba como en vez de tener dos ojos en la carretera, llevaba mil. Y por todos laos era como [mueve la cabeza hacia los lados], un montón de cosas a la vez. Que ibas percibiendo de posibilidades de que te pasara algo.

SUPERACIÓN. Cuando me caí estaba hablando y todo, yo me acuerdo. Y decía "joe, yo que quería estudiar INEF, tal y cual" y me decía un tío "mira, -pisaba así fuerte en el suelo [lo imita]- a mí también me han operado" [risas]. No es lo mismo estar por ejemplo en cuarto de la E.S.O que en plena selectividad porque yo no hubiera aprobado entonces y mi vida hubiera cambiado por completo porque mis amigos se hubieran ido a estudiar, yo no, sepa Dios. O si me hubiera pasado en la carrera [pensativa] no sé. Porque ya nadie está allí. No es como tener 15 años, estás en el pueblo, cogen todos los amigos el autobús y van a verte.

Yo creo que me ha limitado un poco. Porque yo tenía antes más flexibilidad, y salía a correr y no me molestaba que ahora me molesta la pierna. Pero, no me ha afectado tanto. Yo ni cojeo, ni se me notan las cicatrices prácticamente con el bikini, vamos es que no se da cuenta nadie. Llevo el bikini y no se da cuenta la gente que llevo ahí 52 grapas. A ver, yo puedo hacerlo. A lo mejor no todo, a ver, no sé si hubiera otra persona si yo pudiera ver como mi persona hubiese seguido su vida sin que le hubiera pasado el accidente pues ya podrías ver la diferencia de cómo estaría a como estoy. Que yo a lo mejor no puedo jugar un partido de fútbol haciendo regates porque el juego ese de la rodilla hace que me pegue luego dos días que no puedo mover la pierna.

En fútbol me costó un poco de trabajo de que me molestaba la pierna y sí, a veces. Si es que hacemos algún ejercicio intenso de correr y muchas veces me lo noto. Para prepararme las pruebas tuve también mucho apoyo de amigos, de profesores que me ayudaron a prepararme las pruebas. Empecé con natación a coger más musculatura, que es un deporte de menos impacto y luego cuando salía a correr sí que me molestaba pero me vendaba por encima de la rodilla para tener más sujeción y no es que no me doliera pero sí me ayudaba, me calmaba un poco. Pero me las preparé. No sé, estaba muy concentrada en eso. La gente que había terminado selectividad estaba de fiesta y yo pues sabía que mi fiesta tocaba cuando a mí me tocase. No iba yo a pegarme la fiesta con los demás cuando yo no tenía nada que celebrar todavía. Entonces preferí esperarme y valió la pena.

REFLEXIONES. He pensado que la ostia podía haber sido mucho peor, porque en vez de yo estrellarme contra el coche que el coche me hubiese pillado. Cosas de milisegundos que dices, es que eso no es ni un segundo. Que dices "qué suerte tío, en verdad". Pero tampoco, no sé, no me he parao a pensar nunca que me hubiese muerto. Ni quedarme paralítica, tampoco, lo piensas pero no te empiezas a comer la cabeza por algo que no ha pasado. A ver, no quieres verlo porque eso es sufrir pero sí que es verdad que tomas conciencia de las cosas. Le tomas respeto.

 

Vocabulario

Flipá: estaba obsesionada.

Guay: chula.

Partía la pana: era la mejor, la que destacaba.

Ostia: golpe.

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