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Index de Enfermería

On-line version ISSN 1699-5988Print version ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.25 n.4 Granada Oct./Dec. 2016

 

ARTÍCULOS ESPECIALES

EDITORIAL

 

Detección precoz de la violencia de género: hacia el diagnóstico biológico

Early detection of gender violence: towards biological diagnosis

 

 

Antonio Herrera-Gómez y Francisco José Martín-Martínez

Unidad de Partos, Hospital San Juan de la Cruz. Úbeda (Jaén), España
dionisos79@hotmail.com

 

 

Todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada es considerado violencia de género.1

La agresión a la mujer no es un tipo de violencia nuevo en la sociedad competitiva deshumanizada y agresiva de la etapa que vivimos. Ha existido siempre, y ahora sabemos que ha sido como consecuencia del diferente papel que han asignado al género masculino y femenino, colocando a este en una situación de subordinación al primero, con posibilidad de utilizar diferentes argumentos por parte del masculino para mantener esta posición, incluso la violencia. La medicina en general y la medicina forense en particular ha sido una víctima más de ese contexto socio-cultural que ha permitido que se produjera la agresión a la mujer de muy diversas formas por el hecho de ser mujer, sin que haya habido una respuesta científica similar a la que ha aparecido en otro tipo de hechos de violencia interpersonal, como es el caso del maltrato infantil, donde Paolo Zacchiz realizó las primeras descripciones en 1626.2

La violencia de género es una situación frecuente que repercute gravemente sobre la salud de las personas afectadas y es un importante problema de salud pública. La organización mundial de la salud (OMS) la considera como una epidemia, y la organización de naciones unidas (ONU), lo reconoce como el crimen encubierto más frecuente del mundo.

Rara vez los profesionales sospechan la existencia de esta situación, y solo se identifica un 1% del total estimado de casos de mujeres maltratadas. Y eso a pesar de que se sabe que alrededor del 20% de las mujeres que consultan en los servicios sanitarios padece esta situación; aunque el motivo por el cual consultan no siempre es una lesión directa de la agresión, sino que suele ser una manifestación subaguda o encubierta.3,4 La asociación de ginecólogos y obstetras americanos (ACOG) recomienda efectuar una búsqueda activa de casos de violencia.4

Los profesionales sanitarios en general, y los de enfermería en particular, tenemos una especial sensibilidad ética, profesional e institucional, en la lucha contra la erradicación de cualquier tipo de violencia. Los servicios de salud juegan un papel esencial en el afrontamiento de esta grave lacra social, y, dentro de estos, la enfermería constituye un grupo fundamental, no solo en la atención, sino en su prevención, detección precoz e identificación. De hecho, distintos autores señalan la importancia de las enfermeras en la detección y en la prevención de la violencia de género.5,6 Igualmente, algunas investigaciones describen la importancia de explorar y desarrollar estrategias que permitan reconocer y desaprender imaginarios, estereotipos y prácticas que naturalizan las violencias contra las mujeres en los núcleos familiares.7 De este modo, con la colaboración de toda la sociedad, su erradicación sería posible.

Actualmente, las unidades de valoración integral de la violencia de género de los institutos de medicina legal, pretenden conseguir instrumentos diagnósticos de la situación de violencia, para realizar el diagnóstico de violencia en toda su extensión y dimensión, y no solo las agresiones aisladas.2

Investigadoras del Departamento de Fisiología de la Universidad de Sevilla aseguran que un análisis de sangre podría ayudar a detectar la violencia de género.8 El análisis podría ser efectivo incluso cuando la violencia cesa, ya que las mujeres maltratadas por violencia de género no vuelven a la normalidad de forma inmediata. Ya era conocido que los niveles de determinados tipos de hormonas se relacionaban con la resiliencia de la víctima, entendida como la capacidad que tiene la mujer maltratada de recuperarse frente a la violencia. Existen una serie de condicionantes fisiológicos, en concreto niveles hormonales, que garantizan que se genere el fenómeno denominado "apego", es decir, un vínculo que se establece, por ejemplo, en el reconocimiento mutuo entre la madre y el recién nacido, y en general, refuerza los lazos afectivos familiares.9,10

La hormona responsable de estas pautas de conducta y sus correlatos emocionales es la oxitocina. Además, es sabido el impacto que los niveles hormonales tienen sobre los estados de ánimo de las personas y su capacidad de relacionarse. La oxitocina puede ser la principal hormona encargada del establecimiento y mantenimiento de relaciones sociales sanas, y por tanto, la responsable fisiológica de que la víctima no sea capaz de romper la relación con su agresor, junto a otros motivos de carácter psicológico.8 También han descrito que cuando el nivel de oxitocina es más alto de lo normal, la capacidad de respuesta de la víctima está muy mermada o incluso completamente anulada. La técnica empleada ha permitido detectar la concentración relativa (pg/ml) de los niveles de oxitocina en sangre obteniendo como resultado que se producía un incremento del 16,24% en los niveles circulantes de oxitocina en la población de mujeres maltratadas. Este incremento hallado es especialmente significativo, ya que las mujeres se encontraban ya en fase de recuperación. Con respecto a otras hormonas estudiadas, como son los niveles de cortisol o prolactina, se han visto alterados, como en toda situación de estrés prolongado extremo, como el producido por la violencia de género.8,9

Estos datos son reveladores, ya que aseguran que un simple análisis de sangre podría servir para obtener datos fiables y objetivos de un posible maltrato, y avanzar en el diagnóstico y detección precoz para la erradicación de esta lacra social.9

 

Bibliografía

1. Martínez Galiano, JM. Detección y atención a la violencia de género en el embarazo. Una asignatura pendiente. Enfermería Global 2011; 4:352-357. Disponible en: http://revistas.um.es/eglobal/article/view/137531.pdf (acceso: 19/06/2015).         [ Links ]

2. Lorente Acosta M. La intervención de la medicina legal y forense en la violencia de género. En: San Segundo Manuel T., directora. Violencia de género. Una visión multidisciplinar. Madrid: Editorial Universitaria Ramón Areces; 2008. Pp. 115-136.         [ Links ]

3. Martínez Galiano, JM. El embarazo, un factor de riesgo para sufrir violencia de género. Inquietudes: Revista de Enfermería 2011; 44:3-4; Disponible en: http://www.index-f.com/inquietudes/44pdf/4403.pdf (acceso: 10/06/2015).         [ Links ]

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5. Romero Ballén, María Nubia. Cuidar en la adversidad a mujeres maltratadas. Index de Enfermería 2015;24(1-2):62-66. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S113212962015001100114&lng=es (acceso: 23/08/2016).         [ Links ]

6. Macías Seda, Juana; Gil García, Eugenia; Rodríguez Gázquez, Ma de los Ángeles; González López, José Rafael; González Rodríguez, Ma del Mar; Soler Castells, Ana Ma. Creencias y actitudes del alumnado de Enfermería sobre la violencia de género. Index de Enfermería 2012; 21(1-2). Disponible en http://www.index-f.com/index-enfermeria/v21n1-2/7594.php (acceso: 23/08/2016).         [ Links ]

7. Herrera Giraldo, Sandra Lorena; Romero Ballén, María Nubia. Vivencias e imaginarios femeninos que naturalizan la violencia intrafamiliar. Index de Enfermería 2014; 23(1-2):26-30. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S113212962014001100006&lng=es (acceso: 23/08/2016).         [ Links ]

8. Pilar Gaytán S, Gómez AM, Rosario Pásaro M, et al. Valoración a partir de variables fisiológicas de los estados de especial vulnerabilidad ante el maltrato: El papel de la oxitocina. En: Libro de ponencias: II Congreso para el estudios de la violencia contras las mujeres. Sevilla; Consejería para la Igualdad y Bienestar Social, Junta de Andalucía; 2011. Pp. 12-22.         [ Links ]

9. Departamento de Comunicación. Un análisis en sangre puede ayudar a detectar la violencia de género. Diario Enfermero. Consejo General de Enfermería. 17 julio 2012; Disponible en: http://www.cge.enfermundi.com/servlet/Satellite?cid=1097662346229&id=134147824181&pagename=SiteCGE/Noticia/TplNoticia_cge&categ=CatActualidad&idPG=114105 (acceso: 01/06/2013).         [ Links ]

10. Karakurt G, Smith D, Whiting J. Impact of Intimate Partner Violence on Women's Mental Health. J Fam Violence. 2014, 1; 29(7):693-702.         [ Links ]

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