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Index de Enfermería

On-line version ISSN 1699-5988Print version ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.26 n.1-2 Granada Jan./Jun. 2017

 

ARTÍCULOS ESPECIALES

ORIGINALES

 

Condiciones de trabajo en conductores de autobús: De servicio público a fuente de riesgo

Working conditions for bus drivers: public service source of risk

 

 

Jael Maria de Aquino1, Sílvia Elizabeth Gomes de Medeiros1, Betânia da Mata Ribeiro Gomes1, Emanuela Batista Ferreira e Pereira1, Waldemar Brandão Neto1, Marlene Gomes Terra2

1Faculdade de Enfermagem Nossa Senhora das Graças, Universidade de Pernambuco. Recife, PE, Brasil.
2Departamento de Enfermagem, Universidade Federal de Santa Maria. Santa Maria, RS, Brasil

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

Objetivo principal: analizar las condiciones de trabajo de los conductores de autobús generadoras de riesgos.
Metodología: estudio transversal realizado con 321 conductores de la ciudad de Recife, nordeste de Brasil, entre abril y julio de 2014. Las condiciones de trabajo fueron evaluadas aplicando un instrumento de investigación validado en apariencia y contenido por los investigadores. Datos analizados mediante técnicas estadísticas descriptivas.
Resultados principales: dificultades como temperatura (75,1%), ruidos y vibraciones (73,1%), ventilación insuficiente/ineficiente (61,1%), atascos (81,6%) y relacionamientos interpersonales con los pasajeros (48,3%) estuvieron entre las principales quejas de los conductores de autobús.
Conclusión principal: los conductores de autobús están expuestos a condiciones de trabajo inadecuadas que parecen interferir en la salud ocupacional. De esta forma, se hace necesario aproximar enfermeros que actúan en la atención primaria a la salud y conductores de transportes urbanos, con el propósito de implementar acciones intersectoriales en la promoción a la salud.

Palabras clave: Salud laboral, Condiciones de trabajo, Enfermería del trabajo, Transportes, Promoción de la salud.


ABSTRACT

Objective: analyze the working conditions of bus drivers generating risk.
Methods: Cross-sectional study of 321 drivers in Recife, northeastern Brazil, from April to July 2014. The working conditions were evaluated by application of a survey instrument validated in appearance and content by the researchers. Data were analyzed by descriptive statistical techniques.
Results: difficulties such as temperature (75.1%), noise and vibration (73.1%), insufficient/inefficient ventilation (61.1%), congestion in traffic (81.6%) and interpersonal relationships with passengers (48.3%) were among the main complaints of bus drivers.
Conclusions: the bus drivers are exposed to poor working conditions that seem to interfere with occupational health. Thus, it becomes necessary to approximate nurses working in primary health care and urban transport drivers, with a view to implementing intersectoral actions in health promotion.

Key words: Occupational health, Working conditions, Occupational health nursing, Transportation,Health promotion.


 

Introducción

El trabajo ha entrado en la vida de las personas produciendo impacto en la vida diaria, la salud y el bienestar. De hecho, las actividades de trabajo no se limitan únicamente a una estrategia de ganancia económica, sino que forma parte importante de nuestra propia identidad.1 Los conductores de autobús constituyen una categoría profesional de gran importancia social, ya que son responsables del desplazamiento de pasajeros, viabilizando así la organización y el funcionamiento de los centros urbanos. Los trabajadores del transporte colectivo urbano son frecuentemente víctimas de condiciones precarias de trabajo, que desencadenan problemas de salud asociados a su actividad laboral. Esta categoría profesional se encuentra doblemente expuesta a condiciones adversas, en los ambientes interno y externo del vehículo.2

A diferencia de otros profesionales, que desempeñan sus funciones en ambientes cerrados, climatizados y relativamente confortables, el conductor de autobús realiza sus prácticas en ambiente público: el tránsito. No tiene, por tanto, un lugar restringido y bien definido para realizar sus tareas sino que al contrario, trabaja fuera de las puertas de la empresa, estando sujeto a condiciones adversas.3

Diariamente, los conductores de transporte colectivo están expuestos a situaciones adversas como: movimientos repetitivos de los miembros superiores e inferiores, ruidos y vibraciones, condiciones precarias de las vías, atascos, largas jornadas de trabajo, bajos salarios, temperaturas inadecuadas, dificultades en las relaciones interpersonales con los pasajeros, además de la inseguridad en el propio ambiente de trabajo, debido a los asaltos.4 Dichas situaciones, cuando no son administradas de forma adecuada, pueden favorecer la aparición de enfermedades ocupacionales.

Según Marziale, el trabajo es considerado un factor generador y modificador de las condiciones de vivir, enfermar y morir de los hombres, ya que el mismo trabajo que dignifica al hombre puede causarle sufrimiento y enfermedad, cuando es ejecutado en condiciones inadecuadas y no acorde con las capacidades psicofisiológicas del ser humano.5 De este modo la Enfermería del Trabajo surge como una especialidad comprometida con la asistencia a la salud de los trabajadores, promoviéndola, velando por ella e incentivando la prevención de accidentes y enfermedades relacionadas al trabajo, a través de cuidados al sano, al enfermo y al accidentado.6

La investigación de las condiciones de trabajo de los conductores fue estimulada por sus relatos desalentadores durante una aproximación previa realizada en un estudio piloto. Además, el enfermero, como integrante del equipo multiprofesional, parece que todavía no está involucrado en las actividades de promoción de la salud de este grupo laboral. Frente a esta perspectiva, la Enfermería del Trabajo constituye una especialidad en la salud ocupacional, ya que se compromete con la promoción, protección, recuperación y rehabilitación de la salud en los diversos escenarios del cuidar. Este estudio se propuso analizar las condiciones de trabajo de los conductores de autobús generadoras de riesgos.

 

Metodología

Estudio transversal realizado en todos los terminales integrados de pasajeros de la ciudad de Recife/Pernambuco. Los terminales integrados son locales destinados al movimiento de autobuses y a la circulación de pasajeros, los mismos sirven como puntos estratégicos en el transporte de los peatones. Los autobuses salen de los terminales integrados de referencia, llevando a los usuarios a los destinos. La capital pernambucana actualmente cuenta con ocho terminales integrados de pasajeros, son: Macaxeira, Barro, Tancredo Neves, Recife, Aeropuerto, Afogados, Joana Bezerra y Caxangá.

Fueron incluidos en este estudio los conductores de autobús que estaban conduciendo vehículos en el período de la recolección de datos. No participaron del estudio los apartados del servicio, en periodo de vacaciones, de baja por enfermedad o destinados a actividades administrativas, así como también los conductores que están en los terminales de base localizados fuera de la ciudad de Recife/Pernambuco.

La población del estudio fue compuesta por 1.254 conductores de autobús. El cálculo del muestreo se basó en un estudio piloto realizado con 86 conductores, de estos 41,9% se encontraban en la fase de agotamiento del estrés. El tamaño de la muestra necesario fue de 257 conductores, con aumento de 20% para posibles pérdidas, resultando en una muestra de 321 conductores.

Para la recolección de datos, se utilizó un instrumento con dos partes: datos sociodemográficos y evaluación de las condiciones de trabajo, validado en apariencia y contenido por los investigadores. Las condiciones de trabajo fueron evaluadas en las siguientes dimensiones: condiciones internas y externas del vehículo, carga horaria de trabajo, relaciones interpersonales, miedo en el ambiente de trabajo, tiempo de servicio, horas extras, turnos doblados, tiempo de descanso durante la jornada de trabajo.

La recolección de datos se hizo en los meses de abril a julio de 2014. Los lugares de recolección fueron los terminales integrados de pasajeros. Por no existir un local de descanso apropiado para los conductores, se improvisaron algunos espacios como: calzadas, mostradores y el interior de los vehículos estacionados en el patio. Los conductores fueron orientados en cuanto a los procedimientos para recolección mediante la lectura y firma de la declaración de consentimiento libre e informado.

El análisis se realizó por medio del software Statistical Package for the Social Sciences versión 20.0 (SPSS Inc., Chicago, IL, USA), con técnicas estadísticas descriptivas, a través de porcentajes y de las medidas: media, desvío-típico y mediana.

El estudio cumplió los preceptos éticos de la investigación con seres humanos, siendo aprobado por el Comité de Ética en Investigación de la Universidad de Pernambuco con dictamen número 551.421 y registro de Certificado de Presentación para Apreciación Ética (CAAE): 23683613.6.0000.5192.

 

Resultados

La franja de edad estuvo entre 24 y 69 años, con media de 40,7 años, desvío-típico de 9,5 años y mediana de 40,0 años; siendo 97,2% de sexo masculino y 67,6% casados o en unión estable.

En cuanto a los hábitos de vida diarios, el 34% de los participantes no dedican tiempo al ocio, el 48,3% tienen el hábito de consumir alcohol, siendo que el 22,1% de los conductores ingieren bebidas alcohólicas de dos a cuatro veces al mes.

De acuerdo con el tiempo de servicio, el 38,5% de los conductores trabajan en esta función por más de diez años, el 45,5% trabajan más de 8 horas al día, el 76,6% hicieron o hacen horas extras y el 61,1% hicieron turno doble en el trabajo. Con relación al tiempo de descanso en el ambiente de trabajo, el 11,5% de los conductores refirieron no tener pausas para descanso; el 50,2%, de los que reposan, refirieron descansar por apenas 30 minutos o menos en una jornada diaria de trabajo.

Entre los investigados, el 67% vivieron sentimientos de miedo en el ambiente de trabajo, siendo el 84,7% en situaciones de asaltos. Con relación a la organización del ambiente de trabajo, el 93,1% de los conductores dijeron no existir un lugar destinado al descanso y el 74,8% de los conductores afirmaron que las condiciones de trabajo no contribuyen para su desempeño profesional.

Entre las principales dificultades referidas por los conductores están las condiciones internas de temperatura del vehículo (75,1%), ruidos y vibraciones (73,1%), ventilación insuficiente/ineficiente (61,1%), atascos (81,6%), falta de conservación de las vías (75,7%) y relaciones interpersonales con los pasajeros (48,3%) (Tabla 1).

 

Tabla 1. Distribución de los conductores de autobús,
según los datos relacionados a las condiciones de trabajo

Los sujetos de la investigación fueron informados de la posibilidad
de señalar más de una respuesta para cada pregunta.
(1): Los valores porcentuales fueron obtenidos con base en los 321 encuestados

 

Discusión

Los resultados de este estudio expresan la necesidad real de una actuación del equipo multiprofesional de atención a la salud para los conductores de autobús. Entre las principales quejas relatadas están la insuficiencia de retretes masculinos, el horario reducido para las comidas, así como la falta de un lugar destinado al reposo de los conductores. El lugar destinado al descanso de los conductores es el propio vehículo, en hamacas y asientos del autobús, o el patio de embarque y desembarque, donde dividen los asientos con los pasajeros, a la espera de la hora del viaje. Además, los conductores conducen ininterrumpidamente durante la semana, siendo favorecidos con pocos días de descanso.

Frente a la importancia social ejercida por los conductores de autobús, ciertos cambios estructurales y ergonómicos son imperativos. En este contexto, el enfermero del trabajo surge como un profesional habilitado y comprometido con el mantenimiento de ambientes de trabajo saludables, gestionando y minimizando los reflejos de los riesgos ocupacionales.

Con relación a la carga horaria de trabajo, los participantes de la investigación relataron estar expuestos a una carga horaria excesiva, ya que realizan varios "viajes" en un tiempo determinado. El intervalo para el reposo está relacionado al tiempo del "viaje", o sea, cualquier complicación durante el período del viaje, repercute en la reducción del horario de descanso.

Conforme informaciones publicadas en 2014 por el Departamento Nacional de Tránsito: Recife, Salvador, Rio de Janeiro y Fortaleza consiguen tener peor tránsito que São Paulo.7 Los datos revelan que los conductores brasileños gastan cada vez más tiempo en el tránsito y, globalmente, están aumentando más del 50% de tiempo en sus desplazamientos. En los horarios de pico, el 60% de las vías (calles, avenidas, etc.) quedan congestionadas en Recife, la "vencedora" nacional. En la capital de Bahía, Salvador, el número es del 59%. En Rio de Janeiro, el 55% de las vías enfrentan el tránsito parado, mientras que en Fortaleza son 48%. São Paulo viene a continuación, con el 46%. La medición del tráfico no tiene en cuenta el tamaño de los atascos, pero sí la proporción de vías congestionadas, o sea, es una comparación entre la cantidad de calles existentes en la ciudad y cuántas de ellas están congestionadas.

El tránsito se ha caracterizado como un factor de constante descontento para los conductores, debido a sus implicaciones en las actividades de la vida diaria. Pistas mal conservadas, embotellamientos, puntos de embarque y desembarque mal localizados, otros vehículos y aspectos normativos del tránsito, sumados a variables ergonómicas del puesto de trabajo, o incluso al asiento del vehículo en pésimo estado de conservación y espacio restringido en la cabina de los conductores se configuran como factores determinantes para la ocurrencia de desgastes tanto físicos como mentales.8 El escenario del tráfico mencionado anteriormente se refleja en la rutina de trabajo de los conductores de autobús, reduciendo o imposibilitando las pausas para el descanso.

Aún manteniendo cargas horarias diarias agotadoras, los conductores se ofrecen para realizar turnos dobles de trabajo y horas extras, tanto por la falta de empleados como para aumentar la renta familiar. De esta manera hay una sobrecarga de trabajo que tiende a interferir en el rendimiento laboral, ya que el cansancio excesivo puede reducir los reflejos en el tránsito, aumentando los riesgos de accidentes. La situación se hace todavía más preocupante cuando refieren que no existe lugar para el descanso en el trabajo y que las condiciones de trabajo no contribuyen para el buen desempeño profesional.

La existencia de pausas, durante la jornada de trabajo, sirve no solo para garantizar el descanso y la recuperación, sino también para las comidas y el tiempo para interacción social, por lo tanto el cumplimiento de esta actividad, prevista en legislaciones, contribuye para minimizar otros factores estresantes y mejorar la performance en el trabajo.9

El miedo es una característica natural del ser humano, desencadenado con el propósito de proteger y adoptar estrategias de defensa contra inconvenientes físicos y psicológicos. Los conductores declararon miedo de asaltos y accidentes con daños materiales al vehículo. Los miedos indicados por los conductores entrevistados pueden enunciar una causa subyacente no solo en su profesión, sino incluso en otras profesiones que sufren las mismas presiones del mercado de trabajo y de las políticas públicas.

Fue encontrado en la literatura asociación entre presenciar situaciones de violencia y las condiciones de trabajo de conductores, indicando una dimensión macro relacionada tanto con las enfermedades de este grupo ocupacional, como con la disminución de la calidad de los servicios prestados.10

Según el Departamento Regional de Tránsito de Pernambuco, los conductores de autobús deben estar a 27oC para encontrarse en una situación de bienestar; pero, en verano la temperatura dentro de un vehículo lleno llega a 50oC.11 Esta alta temperatura puede causar malestar, dejando al conductor inquieto, contribuyendo así a producir alteraciones de humor, pudiendo generar irritabilidad y agresividad, así como interferir en el desempeño del conductor al ejecutar su función laboral, generando falta de atención y somnolencia.

Las altas temperaturas asociadas a la disminución de la ventilación derivada de la creciente verticalización urbana son factores ambientales que interfieren significativamente en el trabajo de los conductores de autobús, y dichas condiciones permiten que la temperatura se vuelva todavía más elevada en el interior del vehículo, dejando el aire enrarecido y provocando malestar en la ejecución de las actividades laborales de los conductores. El motor instalado en la parte anterior del vehículo es un factor condicionante para el aumento de la temperatura donde el conductor está sentado. La sensación térmica es todavía mayor debido al hacinamiento dentro de los vehículos, así como a las deficiencias ergonómicas, relacionadas a la ventilación, encontradas en el interior del vehículo.12 En consonancia con el presente estudio, un análisis, realizado en Campina Grande/Paraíba reveló que el 83,4% de los conductores se quejaron de la incomodidad provocada por la temperatura.13

La falta de ventilación en el interior del autobús fue relatada por los investigados como un factor de interferencia en la condición laboral, siendo justificada por el ineficiente sistema de ventilación de los transportes. Los conductores dicen que existe una inadecuación de los "rompe-vientos", lo que dificulta el paso de aire y ocasiona una elevación de la temperatura corporal del trabajador.

Además de la temperatura elevada, los ruidos estuvieron entre las principales quejas de los conductores. La creciente urbanización ha contribuido al aumento de los niveles de ruido en las ciudades, siendo el ruido del tráfico uno de los principales responsables de la polución sonora urbana. La exposición ocupacional al ruido, generado por el tráfico de vehículos, es un factor preocupante para la salud auditiva de los conductores.

Entre los vehículos automotores, los que más contribuyen para a polución sonora urbana son los autobuses, seguido por otros, como las ambulancias, los camiones y las motos. La mala conservación de los vehículos automotores, la falta de aislamiento acústico de los motores y escapes, la fricción con el asfalto, la mala conservación de la pavimentación de las vías públicas y las bocinas son factores que influyen en la producción del ruido urbano.14 Además, la incomodidad en relación a los niveles de iluminación interna está relacionada con la mala calidad de vida de los conductores, específicamente en el plano mental.15

La exposición a niveles sonoros elevados puede conducir a la disminución permanente de la capacidad auditiva por traumatismos al oído interno. Este tipo de trauma es irreversible. El riesgo de pérdida auditiva inducida por el ruido (PAIR) aumenta con el nivel sonoro y con el tiempo de exposición, pero depende también de las características del sonido.16 El silencio en el ambiente de trabajo tiene importantes consecuencias en las decisiones adoptadas así como en la resolución de problemas.17

En relación a los factores externos de los vehículos, el 75,7% de los conductores relataron el mal estado de conservación de las pistas. Vehículos circulando en vías degradadas conllevan, por ejemplo, sensación de vibración sobre el cuerpo, lo que combinado al design inadecuado del asiento de los conductores puede traer efectos perjudiciales. Cabe destacar que la circulación en vías degradadas puede causar pérdida de equilibrio, falta de concentración y visión turbia y el design inadecuado del asiento puede llevar a alteraciones en la amplitud de movimientos, al manejar el volante.18

Los movimientos repetitivos de los miembros superiores, las condiciones mecánicas del autobús y las posturas forzadas contribuyen al desarrollo de afecciones osteomusculares en este grupo laboral. En un estudio realizado en la ciudad de Pelotas/Rio Grande do Sul, de los 142 conductores de autobús estudiados, el 57,9% presentaron dolor de espaldas.19 En São Paulo, una investigación realizada con 55 conductores demostró significancia estadística en la ocurrencia de síntomas musculo esqueléticos con el nivel de actividad física (p = 0,0008) y la capacidad para el trabajo (p = 0,01).20

En el estudio realizado con 460 conductores, se identificó una alta prevalencia de lumbalgia asociada tanto a estresores externos, como el miedo de accidentes y robos, como a factores ligados directamente a la organización del trabajo, o la ausencia de pausas para siestas y la restricción de los horarios de sueño.21 Además, evidencias demuestran altas prevalencias de un conjunto de factores que hacen a los conductores de autobús y de camión, que recorren largas distancias, vulnerables al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, destacando el consumo de bebidas alcohólicas, circunferencia abdominal elevada y el uso rutinario de algún tipo de estimulante durante las actividades de trabajo.22

Con relación a las relaciones interpersonales de los conductores de autobús en el trabajo, se sabe que ocurren complicaciones con los pasajeros, los inspectores, los cobradores, los peatones y otros conductores. Debido a las ocasiones habituales e inusitadas del cotidiano, el trabajo en transporte colectivo exige una sintonía entre los operadores (cobradores, inspectores y despachantes), cuando no existe, estas situaciones pueden generar malestar físico y mental.13

Los conductores refirieron mayores dificultades al relacionarse con los pasajeros, ya que este contacto ocurre tanto en el interior del autobús como en los terminales de embarque y desembarque. Los conflictos dentro del vehículo son causados muchas veces por la insatisfacción del usuario en relación a la cantidad y calidad de los transportes. La responsabilización de los conductores por las vidas de los pasajeros, así como las condiciones adversas de trabajo, a las que los mismos están sujetos diariamente, son factores capaces de desencadenar una conducta agresiva entre los implicados. En suma, factores relacionales junto con factores internos y externos de los vehículos, potencian el surgimiento de la violencia en el trabajo, este es un dato relevante que también quedó demostrado en la literatura.10

 

Conclusiones

Los resultados de este estudio, revelan un diagnóstico preocupante sobre la existencia de riesgos físicos y psicosociales a que están expuestos los conductores de autobús. Por otro lado, tiene importantes implicaciones para la toma de decisiones en el campo de la salud pública, con la necesidad de reorientar las políticas de salud, mediante acciones intersectoriales, que puedan impactar en la salud del trabajador. En este escenario, intervenciones tanto en la salud como en la organización del trabajo repercuten en el bienestar social, ya que los conductores ejercen un importante papel social al transportar personas para satisfacer sus necesidades consideradas esenciales como trabajo, salud, educación, convivencia social, entre otros. Finalmente, cabe destacar el potencial de las acciones educativas en salud, como herramienta de trabajo del enfermero, en la movilización de los conductores para mejor cuidar de sí, en la sensibilización de los profesionales para la inclusión de este grupo en las propuestas de atención a la salud y en la concientización de los gestores para la proposición de estrategias de enfrentamiento relacionadas con el servicio de higiene y seguridad en el trabajo, adoptando medidas integrales de bioseguridad.

Como integrantes del equipo multiprofesional, enfermeras y enfermeros, integrados en el modelo de la atención básica en salud, disponen de un espacio privilegiado en la organización de intervenciones educativas y de mantenimiento de la salud física y mental de los conductores de autobús, favoreciendo una mejor calidad de vida, ambiente laboral satisfactorio y aumento en la capacidad de autocuidado.

 

Bibliografía

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Dirección para correspondencia:
Jael Maria de Aquino
jael.aquino@upe.br

Manuscrito recibido el 21.1.2016
Manuscrito aceptado el 8.3.2016

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