SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.26 número3Mapa de activos para la salud y la convivencia: propuestas de acción desde la intersectorialidadEl futuro del Estado de Bienestar en Europa índice de autoresíndice de assuntospesquisa de artigos
Home Pagelista alfabética de periódicos  

Serviços Personalizados

Journal

Artigo

Indicadores

Links relacionados

  • Em processo de indexaçãoCitado por Google
  • Não possue artigos similaresSimilares em SciELO
  • Em processo de indexaçãoSimilares em Google

Compartilhar


Index de Enfermería

versão On-line ISSN 1699-5988versão impressa ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.26 no.3 Granada Jul./Set. 2017

 

MONOGRÁFICO

ESTADOS DE BIENESTAR E INTERVENCIÓN SOCIO-SANITARIA

 

Transformaciones sociales en la Europa de la crisis. La gestación de la desigualdad social

Social transformation in the Europe in crisis. The gestation of social inequality

 

 

Eva Sotomayor1, Denis Merklen2, Marta García-Domingo1

1Universidad de Jaén, Jaén, España.
2Universidad Sorbenne Nouvelle-Paris 3, Ivry-sur-Seine, Francia

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

En las últimas décadas, los países europeos han experimentado, en diferentes grados, procesos de ajuste de sus políticas sociales que al mismo tiempo deben responder a las demandas de los colectivos desfavorecidos en un contexto social cada vez más adverso. De manera inevitable, las ciencias sociales y sanitarias, han evidenciado su inquietud por la forma en que la conformación de estas políticas afecta a individuos dependientes de ayudas externas e incapaces de gestionar sus vidas de forma autónoma. Creemos interesante reflexionar acerca de los efectos y consecuencias de las transformaciones sociales en curso, apoyados en los resultados de una investigación, a través de una metodología cualitativa basada en entrevistas en profundidad con informantes claves de la política social de cuatro países europeos (Alemania, España, Finlandia y Suecia). El objetivo ha sido estudiar los discursos de los entrevistados directamente implicados en estos problemas, agentes sociales y expertos que tienen una visión determinada de los problemas sociales. Los resultados apuntan a describir nuevos retos para los actuales sistemas de bienestar social.

Palabras clave: Políticas sociales, Crisis económica, Individuación, Prejuicio de status, Desclasamiento, Incertidumbre.


ABSTRACT

In recent decades, European countries have experienced, to varying degrees, adjustment processes of their social policies which, at the same time, should respond to the demands of disadvantaged groups in an increasingly adverse social context. Inevitably, social and health sciences have shown its concern about the way the shaping of these policies affects people who depend on external support and who are unable to manage their lives autonomously. We consider interesting to reflect on the effects and consequences of social transformations underway, supported by the results of a research, through a qualitative methodology based on in-depth interviews with key informants of social policy in four European countries (Germany, Spain, Finland and Sweden). The mail goal was to study the speeches of interviewees directly involved in these problems, social partners and experts who have a particular view of social problems. The results indicate new challenges for existing social welfare systems.

Key words: Social policies, Economic crisis, Individualization, Status prejudice, Downgrading, Uncertainty.


 

Introducción

No creemos necesario justificar los notorios signos de debilitamiento social acaecidos en el transcurso de la crisis financiera de 2008, generando un contexto que propicia el endurecimiento de fenómenos sociales, tales como el incremento de la brecha salarial, la desigualdad social y el debilitamiento de la protección social; y otros más novedosos, como el enflaquecimiento de las clases medias y la reestructuración institucional de los sistemas sanitario y social, consecuencia de la política de austeridad impuesta en respuesta a la crisis financiera del Estado. Sin embargo, como veremos, no pueden atribuirse todos los cambios a "la crisis". Una buena parte estos tienen su origen en las transformaciones sociales impulsadas desde el Estado y desde el sector financiero. La elección de tres casos nacionales diferentes (Alemania, España, Escandinavia) permite poner en evidencia este aspecto crucial.

No obstante, a pesar de que la crisis socioeconómica ha impactado en la realidad social y sanitaria del conjunto de la Unión Europea, la ideología predominante y los modelos de bienestar imperantes en los distintos países han funcionado como atenuantes o reforzadores de dicho impacto. Algunos autores enfatizan en el papel de las tradiciones políticas en la formación de los sistemas de protección social. Así, Etzkowitzy y Raiken (1980) distinguen tres ideologías básicas: conservadora, liberal y radical (Etzkowitzy - Raiken, 1980). Estas ideologías dispares dan lugar a diferentes modelos de sistema social. En definitiva, los sistemas sociales europeos están compuestos por modelos diferentes, cada uno de los cuales adopta sus propias prioridades y principios inspiradores y, a su vez, ostentan su propio sello nacional (Montagut, 2008).

Llegados a este punto, vemos que nos encontramos aún lejos de la unificación de los sistemas sociales a nivel de la Unión Europea - potencia macroeconómica clave a nivel mundial. Por el contrario, cabe preguntarse si la coexistencia de modelos dispares no viene a recrudecer la competencia entre los Estados de la Unión favoreciendo la exposición al riesgo.

Entre las principales tendencias en materia de bienestar social encontramos la expansión de una corriente de pensamiento neoliberal, que asume que la globalización económica y la internacionalización de los mercados financieros conducen a los gobiernos de la UE y de la OCDE a desarrollar unas políticas públicas perniciosas para los Estado Social, con la consiguiente minoración en la protección social y precarización del mercado de trabajo. Y ello es debido a que la globalización conlleva una serie de procesos que operan de manera contradictoria, como algo que no solo está relacionado con los grandes sistemas de "ahí fuera", ajenos al individuo, sino que se vincula a aspectos íntimos y personales de nuestras vidas (Giddens, 2000). Es decir, una serie compleja y con presiones en ambas direcciones -hacia arriba y hacia abajo-, englobando aspectos incluyentes y excluyentes. Más precisamente, son muchos y diversos los autores que han puesto de manifiesto el "triunfo" del mundo del capital frente al del trabajo, que supone el debilitamiento de los salarios y del Estado Social, así como un incremento de la desigualdad de rentas. La globalización económica se utiliza como argumento para romper el pacto entre el mundo del capital y el del trabajo, frenando el avance social y laboral asociados al mismo (Navarro, 2014). Robert Castel llamó la atención sobre la imposición de un "precariato" que amenaza con convertirse en un nuevo régimen de regulación social basado en la aceptación de la precariedad y el riesgo como si fuesen situaciones tan normales como inevitables.

En definitiva, nos hallamos inmersos en un contexto de profundos cambios y complejas transformaciones sociales, que dan paso a la emergencia de nuevos riesgos sociales. Dichos riesgos tienen repercusión en, y a su vez se ven repercutidos por, los cambios en los sistemas de protección social públicos (Taylor Gooby, 2003); tal y como Bonoli define el término "nuevos riesgos sociales", como las situaciones en las que los individuos y grupos experimentan pérdidas de bienestar surgidas del cambio (Bonoli, 2006). Es nuestra intención observar estos cambios, hacerlos emerger para favorecer la acción y la intervención social eficiente y coordinada. Presentados como liberadores de nuevas energías, los cambios impulsados socavan en realidad los soportes sobre los que reposa la autonomía de los individuos, erosionan su vida enterrado en la sombra paradójica de las particularidades y de interpretaciones generalistas y obsoletas de la pobreza la vida concreta de cada ciudadano.

 

Metodología

La presente investigación persigue la identificación y análisis de los fenómenos sociales emergentes en el panorama actual, marcado por el impacto de la crisis socioeconómica, desde un enfoque comparado. Para ello hemos desarrollado una investigación cualitativa basada en la técnica de la entrevista. En concreto, realizamos un total de 48 entrevistas semiestructuradas en profundidad a expertos y expertas pertenecientes a tres contextos, caracterizados por su afectación dispar a la crisis y por los diferentes regímenes sociales existentes. Los modelos seleccionados para la comparativa han sido el Centroeuropeo (representado por Alemania), el Nórdico (representado por Suecia y Finlandia) y el Mediterráneo (representado por España) (Tabla 1). Además, los informantes clave involucrados en este estudio comparativo pertenecen a tres ámbitos de interés: académico, institucional y profesional. En base a ello, se ha llevado a cabo un análisis comparativo entre contextos y grupos de expertos, a través de un análisis de contenido y discurso, en aras de una redefinición, conceptualización y comprensión de nuevas realidades emergentes.

 

Tabla 1. Contextos de desarrollo del trabajo de campo

 

Las entrevistas se codifican con dos letras (una mayúscula y una minúscula) y un número, cada uno de ellos separados por punto. La letra mayúscula corresponde con el país en que se contextualiza la entrevista (A= Alemania; S= Suecia; F= Finlandia; y E= España). La segunda letra se corresponde con el perfil de informante clave (a= académico; r=representante institucional; y p=profesional de campo). Por último, un número del 1 al 48, correspondiendo la numeración 1 a 19 a la zona 1 (Alemania), 20 a 37 a la zona 2 (Suecia y Finlandia) y 38 a 48 a la zona 3 (España).

 

Resultados-discusión

Aunque nuestra pretensión inicial era evaluar los riesgos sociales desencadenados con la crisis, el avance de la investigación constató que muchos de los riesgos emergentes no responden exclusivamente a la situación de crisis, sino también a otro tipo de transformaciones acaecidas. No hemos considerado prudente desestimarlas. Esto se extrae especialmente de las entrevistas y diario de campo en Suecia y Alemania, que a pesar de no manifestar una afectación notoria a la crisis, sí identifican nuevos riesgos sociales consecuencia de las transformaciones socioeconómicas y políticas.

Del análisis de las entrevistas autoconducidas extraemos una serie de fenómenos susceptibles de ser estructurados en núcleos de análisis: (a) avance de la desigualdad; (b) incremento de la precariedad laboral y los problemas asociados: la nueva "pobreza laboral"; y (c) cambios en el sistema de cuidados: evolución ideológica y de valores (Tabla 2).

 

Tabla 2. Cuadro resumen de los fenómenos sociales con mayor
presencia en los discursos de los informantes clave

 

Desigualdad y polarización. En primer lugar, resaltaremos aquellos fenómenos vinculados a la creciente polarización social, que constituye un tema recurrente en las entrevistas en las diferentes zonas objeto de estudio. Esta categoría engloba una serie de fenómenos sociales integrados en los discursos y que se han codificado como "brecha social", "desigualdad" y "diferencias de clase": "Hay mucha desigualdad. Los ricos cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres" (A.r.16).

Las causas desencadenantes de esta desigualdad son múltiples. Los entrevistados destacan, entre otras, la baja recaudación de impuestos de la clase alta, que contribuye a una, cada vez mayor, "herencia" de la riqueza y la pobreza. Este argumento va en la línea de lo señalado por Piketty, que sitúa en el propio capital la reproducción de desigualdades arbitrarias e insostenibles. Según su teoría, el rendimiento del capital superior al crecimiento económico hace que los poseedores de dicho capital (en forma de herencia, inmuebles o patrimonio) se beneficien del crecimiento. Mientras tanto, la clase media -dependiente del trabajo- experimenta una considerable merma en su estatus, viéndose duramente afectada por las políticas de austeridad (Piketty, 2014). En el mismo sentido, los actores sociales también subrayan esta "herencia": "Alemania no tiene impuestos especiales para personas ricas. Por tanto, la familia en la que nazcas te marca. De alguna forma, si naces en una familia pobre, tienes muchas posibilidades de heredar la pobreza" (A.a.5).

Pese a que la creciente desigualdad es un fenómeno al que aluden los diferentes grupos de entrevistados en las tres zonas, se observan diferencias entre grupos y entre países. Centrando la atención en las diferencias intergrupales, el análisis de las entrevistas pone de manifiesto una considerable disparidad en el discurso de los expertos sociales frente al de los economistas. Mientras que los primeros subrayan las consecuencias de esa desigualdad y proponen fórmulas para su disminución o erradicación, los segundos protagonizan un discurso centrado en la "eficiencia dinámica", de corte mercantilista. Lo mismo sucede a nivel político, especialmente entre representantes de partidos conservadores, que subrayan los progresos de la "mayoría", ignorando a la población que se encuentra en situaciones precarias.

También hallamos diferencias significativas entre zonas. Mientras que en España se vincula esta desigualdad de manera directa con la crisis, en Alemania se señala al sistema Hartz (en concreto, el Hartz IV) y a la brecha salarial preponderante. Esta preocupación manifestada por los entrevistados alemanes es constatable a partir de los datos oficiales (Comisión Europea, 2012), que reflejan la alta tasa de desigualdad salarial de Alemania (22,4%), superada solo por Austria (23,4%) y Estonia (30%), y considerablemente superior a Suecia (15,9%) y España (17,8%). Por el contrario, en Suecia, los expertos no ponen tanto el énfasis en la desigualdad laboral, sino más bien en la desigualdad interterritorial, que constituyeun fenómeno de creciente interés en los países de la OCDE y de la Unión Europea. Frazer y Marlier deducen de su análisis que algunos de los países menos afectados a nivel general por la crisis, presencian, sin embargo, un incremento de la desigualdad regional o local (Frazer-Marlier, 2010). Eso significa que en determinadas áreas -especialmente rurales- están surgiendo múltiples situaciones de privación severa. Del análisis de nuestras entrevistas llegamos a la misma conclusión (especialmente, en el caso de Suecia). En este sentido, los entrevistados y entrevistadas suecos mencionan la creciente desigualdad regional y el empobrecimiento de determinadas áreas rurales, que se encuentran en declive, mientras otras continúan su progreso: "De hecho, los estudios dicen que en determinadas áreas puedes vivir incluso 10 años menos. Y esto también pasa en Suecia" (S.r.21).

Además, los actores sociales suecos recalcan la idea de que esta desigualdad podría estar viéndose acentuada como resultado de la extensión de la "libre elección" y el fomento de la "capacidad de decisión". Esta autonomía individual, propia de la ideología liberal, esconde nuevos modos de desigualdad social (Merklen, 2013) que irrumpen en la sociedad y convierten a las personas en consumidores sociales (de usuario a cliente): "También hay un problema aquí, que es resultado de la ideología neoliberal, según la cual la persona puede elegir entre distintas instituciones; y en este mercado neoliberal tú eres un consumidor y como consumidor social, puedes elegir" (S.a.25).

Este panorama genera y consolida una sociedad clasista en la que, como indican los propios expertos, "las diferencias de clase son más notorias" (S.a.26). En este contexto, los entrevistados alemanes y españoles aluden a una supuesta caída de la clase media. Si, como afirma uno de los entrevistados, "cada vez los pobres son más pobres, y hay más; y los ricos son más ricos, y hay más", cabe deducir una lógica tendencia a la minimización de la clase media, que en su mayoría pasa a empobrecerse por la dinámica neoliberal y los efectos de crisis -engrosando la clase baja- en lugar de enriquecerse, lo que a su vez da lugar a una creciente tasa de pobreza y exclusión social: "Se están cargando la clase media. No solo la crisis, sino las medidas políticas que se están adoptando (...) y sin clase media difícilmente vamos a sacar esto adelante" (E.r.46).

Precariedad laboral. Otro de los factores con un gran peso en el discurso de los actores sociales es la precariedad laboral, que conduce a una inseguridad e inestabilidad vitales. Entre los problemas reseñados, destacan: (1) el carácter temporario de los empleos; 2) la parcialidad de la contratación; y (3) los salarios insuficientes para mantener un nivel de vida adecuado y acorde al contexto. Las mujeres son las más perjudicadas por esta precariedad.

Alemania es el país que muestra una mayor preocupación por esta precariedad laboral. Si bien es cierto que en España la precariedad laboral avanza a un ritmo desenfrenado, la población reseña en mayor medida una preocupación por el desempleo, que alcanza cotas alarmantes: "Ha habido un importante aumento del trabajo precario, como por ejemplo los minijobs por 450 euros, o contratos temporales, contratos a tiempo parcial, trabajo irregular" (A.r.16). "Hay muchos trabajos precarios con un sueldo demasiado bajo como para vivir de él" (A.p.6).

La creciente flexibilización del mercado laboral- acelerada a raíz de la crisis- posibilita y perpetúa esta realidad, hasta tal punto que varios expertos de las zonas 1 y 3 coinciden en anotar que muchos empleadores están sacando beneficio de la actual crisis y de la flexibilización laboral, reflejando la lucha sindical una vía para abolir este tipo de situaciones. En este sentido, la empleabilidad a través de empresas de trabajo temporal (las llamadas ETT) representa uno de los mayores factores de vulnerabilidad laboral, debido a la exigencia de movilidad y adaptación constante, así como las bajas retribuciones. Entre las consecuencias lógicas en las personas empleadas, hallamos una inestabilidad e inseguridad económica, laboral y vital generalizadas: "Durante los años 60 o 70, se extendió la idea de que incluso con un trabajo no cualificado podías tener una vida segura. Y ahora estamos volviendo a la inseguridad y a la necesidad de apañarse con la escasez de recursos" (A.a.3).

No es de extrañar que, según los actores sociales, a este escenario de precarización le acompañe un clima de hostilidad, frustración e incluso miedo: "La gente tiene miedo de verse afectada por esta precarización, que está alcanzando a la clase media" (A.p.6). El miedo paraliza y frustra las expectativas de los ciudadanos, que se hallan inmersos en una sociedad que les impide tomar las riendas de sus propias vidas, viéndose, en muchos casos, abocados a renunciar a sus proyectos personales y profesionales. En este contexto, la motivación parece un factor secundario y la gente se siente presionada a aceptar cualquier trabajo, incluso si está por debajo de su nivel formativo o sus capacidades autopercibidas.

Por último, cabe reflejar que los nuevos riesgos sociales dan paso a nuevas formas de pobreza, siendo una de las categorías que más resultados produce al explotar la información extraída en las entrevistas, precisamente, la que hace referencia a los "trabajadores pobres" o personas que, pese a desempeñar uno (o incluso varios) trabajos remunerados, no tienen unos ingresos adecuados o suficientes para la cobertura de sus necesidades (o para vivir de su salario). Si durante décadas se ha dado por supuesto que la inserción laboral era la mejor vía para evitar situaciones de privación, pobreza y exclusión social, la realidad actual muestra una tendencia contraria. En la actualidad, los trabajadores tampoco quedan exentos del riesgo de pobreza. Nos encontramos con un creciente número de ciudadanos europeos insertos en el mercado laboral y en los que, no obstante, se enfrentan a verdaderas situaciones de privación, quedando integrados en la categoría de "trabajador pobre".

Por tanto, además del agravamiento de las formas tradicionales de pobreza y exclusión social, asistimos al surgimiento de nuevas formas de pobreza y exclusión social vinculadas al empleo, que se suman al agravamiento de las formas tradicionales.

Cambios en el sistema de cuidados. En consonancia con la penetración de esta nueva ideología, con notorios efectos en los sistemas de protección social, se acentúa la responsabilidad protectora familiar, pero también se responsabiliza al propio individuo de la suerte que le toca enfrentar: "Como he dicho antes, el Gobierno está focalizando la atención en la responsabilidad de padres, familiares, amigos y no tanto en el nivel público (...) hay presiones hacia el individuo como propio responsable de su vida y hacia el apoyo prestado por sus propios familiares, y no tanto del sector público" (F.a.37).

La penetración de estas ideas se produce a través de diferentes vías, incluyendo los programas políticos y los propios medios de comunicación. Como problemas o retos del sistema de cuidados, hallamos una insuficiencia de recursos de apoyo. La respuesta a esta necesidad imperante es demasiado lenta debido a la dificultad de generar más plazas en estos centros, que, a su vez, es resultado de la elevada inversión económica que requieren. Como resultado, observamos una creciente emergencia del empleo sumergido en el sector de cuidados, con la consiguiente vulnerabilidad laboral -y social- aparejada: "El mayor problema está en la brecha que hay en el sistema de cuidados. Los padres en Alemania están exhaustos porque no hay centros para sus hijos, no hay recursos suficientes. Hay mucha gente que necesita ayuda y la obtienen de la forma que pueden y muchos optan por el trabajo ilegal" (A.a.3).

El alargamiento de la esperanza de vida, con el consecuente envejecimiento poblacional y el "envejecimiento del envejecimiento" supone un importante reto para las sociedades occidentales industrializadas al que se tiene que dar respuesta a través de la articulación de una amplia red de servicios y recursos. La progresiva -pero insuficiente- adaptación pública a esta realidad hace necesaria una adaptación inmediata por parte de las familias, muchas de las cuales se ven inducidas -o forzadas- a asumir los cuidados. En España a estas realidades se suma un desempleo alarmante, que modifica el funcionamiento social y familiar. La agudización del ingenio para hacer frente a determinadas situaciones de privación, a través de diversas estrategias individuales y familiares, se hace patente. Esta realidad se ha reflejado desde el comienzo de la crisis en una extensión de la reagrupación familiar: "La reagrupación familiar, entendida como los hijos que vuelven a casa de los padres con hijos a su cargo, a su vez, para vivir de la pensión del abuelo; para poder sobrevivir de alguna forma" (E.a.44).

En este sentido, el "Informe Crisis y Efectos dominó: el bienestar infantil, abuelas y abuelos en la brecha" (Educo, 2015) revela datos como que un 80% de los jubilados españoles ayuda a sus hijos y nietos económicamente -casi un 60% más que en 2010-viéndose abocados a reducir otros gastos/actividades. Si veníamos apuntando la vulnerabilidad de niños y adultos, cabe visibilizar también la de los mayores.

En definitiva, se implantan fórmulas liberales de hacer frente a los problemas sociales, basadas en el propio individuo y su red de apoyo, que producen exclusión social. La extensión de una visión que absolutiza la responsabilidad de cada individuo sobre su destino tiene consecuencias evidentes cuyos efectos se esperan aún más notorios en los próximos años: se generan sentimientos de culpa entre los ciudadanos excluidos y ausencia de responsabilidad entre los ciudadanos incluidos, que entienden que la realidad responde a una dinámica natural (argumento que se aproxima al Darwinismo y la idea de la selección natural). Sin embargo, esta igualdad de partida no es real y genera una dinámica exclusógena muy perniciosa.

 

Conclusiones

Como hemos visto a lo largo del presente artículo, entre los fenómenos sociales emergentes en los últimos años encontramos una radicalización en la estructura de riesgo, con un panorama caracterizado por la desigualdad, el desempleo y la precariedad laboral. Este análisis muestra que la precariedad laboral es uno de las principales cuestiones que preocupan a la sociedad alemana. En el caso de los entrevistados suecos, la creciente desigualdad (cambio social) y la pérdida de valores sociales (transformación ideológica), que hace que los propios expertos suecosya no perciban el actual modelo de bienestar sueco como un referente internacional (alto nivel de autocrítica). Por su parte, los entrevistados españoles focalizan su inquietud en el desempleo y las situaciones de pobreza y privación experimentadas. No obstante, la radicalización de la estructura de riesgo constituye un eje transversal común, con matices diferenciales.

En definitiva, el análisis de los datos procedentes de las entrevistas y la observación participante refleja, como Castel ha referido, que los procesos que afectan a los individuos y grupos en las sociedades actuales empujándoles a la exclusión social "tienen el mismo origen y se apoyan en una creciente degradación del mercado de trabajo y a la creciente asociación del trabajo y la pobreza" (Castel, 2014, p. 15). En este sentido, el impacto de la globalización resulta incuestionable, siendo Alemania una de las principales áreas de influencia en el marco internacional y en el europeo, así como en los diferentes países miembros.

La pobreza laboral y la caída de la clase media son, por tanto, categorías básicas a tener en cuenta. En conexión con lo anterior, se revela un importante cambio ideológico: la expansión de las corrientes neoliberalista e individualista. Esta nueva corriente ideológica imperante, que concibe a cada individuo como responsable y dueño de su propio destino, tiene una serie de consecuencias y efectos asociados. Entre ellos destaca: la pérdida de la noción de interés general; la responsabilidad individual -incluso culpablización de los individuos de sus circunstancias-; la priorización en el mercado y la competitividad; una concepción negativa de los servicios sociales y la función pública; un impacto mayor del principio de subsidiariedad de las políticas sociales; y un incremento de la influencia de la red social y la refamilización de los cuidados, entre otros.

En definitiva, en la última década se ha acentuado la exposición al riesgo, con una destrucción de empleo alarmante en los países del sur de Europa, que desencadena otros riesgos asociados. Además, la desigualdad de ingresos y la inestabilidad laboral conllevan a que, a menudo, el rendimiento de trabajo sea insuficiente para garantizar una existencia libre de pobreza o precariedad. Todo ello redunda en un riesgo para las familias, especialmente las monoparentales o aquellas en las que solo trabaja uno de los progenitores. Además, la insuficiente articulación de una red de apoyo familiar y laboral perpetúa el riesgo, siendo los más afectados los grupos tradicionales: trabajadores (jóvenes y mujeres) con baja cualificación.

 

Bibliografía

Bonoli, Giuliano (2006). New social risks and the politics of post-industrial social policies. En: Armingeon, Klaus; Bonoli, Giuliano, eds. The politics of post-industrial welfare states: adapting post-war social policies to new social risks. Londres: Routledge; Pp. 3-26.         [ Links ]

Castel, Robert (2014). Los riesgos de exclusión social en un contexto de incertidumbre. Revista Internacional de Sociología; 72:15-24.         [ Links ]

Comisión europea (2012). Cómo combatir la brecha social entre hombres y mujeres en la Unión Europea. Disponible en: http://ec.europa.eu/justice/gender-equality/files/gender_pay_gap/140319_gpg_es.pdf (acceso: 09/06/2015).         [ Links ]

Educo (2015). Informe Crisis y Efectos dominó: el bienestar infantil, abuelas y abuelos en la brecha. Disponible en: https://www.educo.org/Educo/media/Documentos/Medios/INFOME-Septiembre-2015-FINAL.PDF (acceso: 03/09/2016).         [ Links ]

Etzkowitz, Henri; Raiken, Laura (1980). Artists Social Movements of the 1960's and 70's: From Protest to Institution Formation. Washington: ERIC Clearinghouse.         [ Links ]

Frazer, Hugh; Marlier, Eric (2010). Assessment of the extent of synergies between growth and jobs policies and social inclusion policies across the EU as evidenced by the 2008-2010. National Reform Programmes: Key lessons. Brussels: European-Commission.         [ Links ]

Giddens, Anthony (2000). Un mundo desbocado. Madrid: Taurus.         [ Links ]

Merklen, Denis (2013). Las dinámicas contemporáneas de la individuación. En Castel et al. Individuación, precariedad, inseguridad. ¿Desinstitucionalización del presente? Buenos Aires, Paidós: Pp. 45-77.         [ Links ]

Montagut, Teresa (2008). Promoción, desarrollo e intervención social. Documentación Social: Revista de Estudios Sociales y Sociología Aplicada; 149:448-502.         [ Links ]

Navarro, Vicenc (2014). El crecimiento de las desigualdades como causa de la crisis. Público. Recuperado de: http://www.vnavarro.org/wp-content/uploads/2014/12/el-crecimiento-de-las-desigualdades-como-causa-de-la-crisis-V0341-vDEF2-04.12.14-Edit2.pdf (acceso: 13/03/2015).         [ Links ]

Piketty, Thomas (2014). El capital en el siglo XXI. Madrid: Fondo de Cultura Económica.         [ Links ]

Taylor Gooby, Peter (2003). Introduction: open markets versus welfare citizenship: conflicting approaches to policy convergence in Europe. Social Policy & Administration; 37(6), 539-554.         [ Links ]

 

 

Dirección para correspondencia:
Eva Sotomayor.
Paraje las Lagunillas, s/n.
Edificio C5, despacho 150.
23071, Jaén (España)
esotoma@ujaen.es

Manuscrito recibido el 28.11.2016
Manuscrito aceptado el 20.2.2017

Creative Commons License Todo o conteúdo deste periódico, exceto onde está identificado, está licenciado sob uma Licença Creative Commons