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Index de Enfermería

On-line version ISSN 1699-5988Print version ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.28 n.1-2 Granada Jan./Jun. 2019  Epub Dec 09, 2019

 

HISTORIA Y VIDA

"Responsabilizo a los profesionales que no han hecho bien su trabajo". Vivencias de una persona con úlceras por presión

"I Blame professionals who have not done their job for this" Experiences from a person with pressure ulcers

Begoña Martín Muñoz1   

1Hospital Regional Universitario de Málaga. Málaga, España.

Grupo de Investigación en Cuidados de Málaga (Invescuida). Instituto de Investigación Biomédica de Málaga-IBIMA.AE_20.

Resumen

Las úlceras por presión están catalogadas como un evento adverso grave. Pese a poder evitarse en el 95% de los casos, mantienen altas tasas de prevalencia. Las personas que las padecen ven mermada su calidad de vida afectándose la salud física, psíquica y social. Este Relato Biográfico tiene como objetivo comprender la experiencia que supone haber desarrollado una úlcera por presión en el entorno hospitalario. El informante es Juan, que, como consecuencia de su estancia en UCI durante un mes, desarrolla una úlcera por presión de grandes dimensiones en el sacro, de categoría IV. Se recogen los datos mediante una entrevista semiestructurada. Del análisis cualitativo emergen varias categorías temáticas con un hilo conductor muy claro: el sufrimiento, para terminar con una llamada a la profesionalidad e humanidad que evite que se repitan situaciones como la suya. Con sus propias palabras, cuenta su estancia en UCI, el gran impacto emocional que supuso descubrir la lesión, las repercusiones físicas y anímicas, la frustración al haberse podido prevenir y exige unos cuidados empáticos, seguros y de calidad.

Palabras clave: Experiencia de vida; Investigación cualitativa; Heridas; Lesiones; Narrativas; Seguridad del paciente; Ulceras por presión

Abstract

Pressure ulcers are classified as a serious adverse event. In spite of being able to be avoided in 95% of the cases, they keep high prevalence rates. People who suffer from them have their quality of life reduced, affecting their physical, mental and social health. The aim of this Biographical Report is to understand the experience of having developed a pressure ulcer at the hospital environment. The informant is Juan who, as a consequence of his stay in ICU for a month, develops a large dimensions stage IV pressure ulcer in the sacrum. The data are collected through a semi-structured interview. Several thematic categories emerge from qualitative analysis, with a very clear unifying thread: suffering, to end up with a call to professionalism and humanity in order to avoid situations like his being repeated. In his own words, he relates his stay in the ICU, the great emotional impact of discovering the injury, the physical and emotional repercussions, the frustration of having been able to prevent it and he also demands empathic, safe and quality care.

Key words: Life change events; Qualitative research; Wounds; Injuries; Narration; Patient safety; Pressure ulcer

Introducción

Las Úlceras por Presión (UPP) son lesiones ampliamente conocidas por los profesionales sanitarios y por los usuarios, por los que son denominadas llagas, escaras o términos tan coloquiales como "picarse". Son consecuencia directa del aplastamiento tisular sobre dos planos duros, uno perteneciente al paciente y otro ajeno a él.

Afectan generalmente a personas frágiles: personas mayores de 72 años con riesgo de padecer UPP. Esto implica, en mayor o menor medida, deterioro de la movilidad, déficit sensitivo, incontinencia o problemas nutricionales. Las lesiones se producen generalmente sobre prominencias óseas y zonas sometidas a presión, siendo las localizaciones más frecuentes el sacro/coxis, talones, troncánteres, glúteos y maléolos1. También pueden producirse en otras localizaciones derivadas de la presión ejercida por dispositivos clínicos (diagnósticos o terapéuticos) como escayolas, mascarillas de ventilación mecánica no invasiva, sondas naso-gástricas, sondas vesicales, etc.2

Son pocas las úlceras que se producen en los domicilios, la mayoría de las lesiones son de carácter nosocomial, es decir, se desarrollan mientras la persona está bajo la atención de profesionales sanitarios.1 Están etiquetadas como eventos adversos casi siempre evitables. El National Quality Forum de los Estados Unidos, desde el 2002, considera a las UPP en sus categorías más avanzadas (III y IV) como incidentes de seguridad graves que no debería producirse nuca dado su carácter prevenible, y las incluye en su listado de eventos notificables graves.3 La bibliografía es coincidente con el hecho de que, en adultos, un 95% de las lesiones pueden impedirse con una atención adecuada.4 Esto debe mover a reflexión y a replantearse una vez más la necesidad de orientar el abordaje del problema hacia la prevención, de manera que garanticemos un cuidado de calidad y seguro.

Los datos epidemiológicos de España arrojan las siguientes cifras de prevalencia: 8'51% en Atención Primaria (entre pacientes incluidos en programas de atención domiciliaria), 13'41% en Centros Sociosanitarios y 7,87% en hospitales de adultos. Estas cifras se disparan cuando se analizan unidades hospitalarias con pacientes muy complejos como las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), donde llega al 18'50%.1

La producción de una UPP comporta un aumento del gasto sanitario y posibles problemas legales para profesionales e Instituciones,5-6 pero el problema mayor lo tiene el paciente al ver mermada su calidad de vida. Las úlceras repercuten en la salud física, psíquica y social. Los pacientes experimentan dolor, deterioro de su salud, complicaciones infecciosas y restricciones físicas. También sufren trastornos emocionales como ansiedad, preocupación por la cicatrización, temor al mal olor, trastornos del sueño, disminución de la autoestima o miedo a sentirse una carga para los demás. Todo esto desemboca en desinterés y tendencia al aislamiento social.7

Este estudio pone la mirada en "el sentir" de las personas que padecen estas lesiones. El objetivo es comprender la experiencia que supone haber desarrollado una UPP en el entorno hospitalario. ¿Cómo se sienten cuando descubren sus lesiones?, ¿qué emociones se originan?, ¿qué les preocupa?, ¿qué piensan de los cuidados que les proporcionamos?, ¿qué esperan de los profesionales sanitarios? Para ello se ha desarrollado un Relato Biográfico. Se trata de un tipo de estudio cualitativo, enmarcado dentro de la fenomenología y con un carácter eminentemente biográfico. Este diseño pretende comprender el fenómeno de estudio recurriendo a las vivencias de las personas y dando especial protagonismo a su historia, a su experiencia.

Se seleccionó a Juan de manera intencional. Juan tenía entonces 57 años, había estado ingresado en la UCI durante casi un mes por complicaciones derivadas de la cirugía torácica a la que tuvo que someterse. Ahí había desarrollado una UPP en el sacro, de 15x12 cm de extensión, de categoría IV, que le llevó a prolongar su estancia casi otro mes en una unidad de hospitalización. La autora era su enfermera de referencia. Le recibió cuando vino de la UCI y era la responsable de sus cuidados. Trabajaba casi siempre en turno de mañana lo que favoreció una relación de confianza basada en el respeto mutuo y el afecto. Juan no es una persona instruida, pero su carácter abierto, reflexivo, comunicativo y su facilidad de expresión le convirtieron en un informante excepcional.

Para la recogida de información se realizó una entrevista semiestructurada cualitativa. Se desarrolló en la habitación del hospital en la que estaba ingresado. No compartía habitación, además, se eligió un momento de calma asistencial facilitando así el clima de tranquilidad, privacidad y confidencia que exige este tipo de entrevistas. Tuvo una duración de media hora y fue grabada en su totalidad. Previamente se le solicitó el consentimiento informado y se le aseguró la confidencialidad y anonimato de los datos.

El análisis cualitativo se ha realizado basándose en la propuesta de Taylor-Bogdan y siguiendo tres etapas: 1. Preparación de datos, centrada en la transcripción de la entrevista. 2. Organización de datos, etapa en la que se codifican y categorizan los datos. 3. Interpretación, en la que, se va más a allá de los datos descriptivos para interpretarlos y comprenderlos, extrayendo así su significado más profundo.8

Del análisis emergen varias categorías temáticas con un hilo conductor muy claro: el sufrimiento, para terminar con una llamada a la profesionalidad e humanidad que evite que se repitan situaciones como la suya.

La categoría "estancia en la UCI" está marcada por la soledad, la impotencia y la incomunicación, en parte provocadas por la traqueostomía. Cuando llega a la Unidad de hospitalización se inicia la decanulación, mejorando este aspecto, pero entonces se descubre la UPP. Una úlcera de la que ni el paciente ni la familia habían sido informados. Se trata de una lesión en el sacro, de gran magnitud, de categoría IV y con abundante tejido necrótico. La enfermera informa a la familia y al paciente en la primera cura, pero hasta que no la ve a través de una foto tomada por los familiares, no toma conciencia de la magnitud del problema. La categoría "descubrimiento: impacto emocional" refleja estas emociones. Juan define su herida con términos como "es un horror", "agujero tremendo", "parece un cañonazo", "grande", "fea", "carne podrida, corrompida", "huele a muerto"; y manifiesta la impresión y perplejidad que le provoca.

Además de esto, Juan señala otros aspectos más ligados al plano físico. En la categoría "repercusión física" el dolor toma especial protagonismo. En la gran mayoría de estudios cualitativos y cuantitativos centrados en calidad de vida,7,9 el tema del dolor es recurrente y viene a desterrar la idea aún extendida entre algunos profesionales, de que estas lesiones no son dolorosas al tratarse de tejido desvitalizado. También, y coincidiendo con la bibliografía,7 trata el tema del trastorno del suelo, las restricciones posturales o la prolongación de la estancia hospitalaria.

Pero, la parte central de la narrativa y la que tiene mayor peso discursivo, es la frustración ante una lesión que se podía haber evitado y la consecuente petición de responsabilidades. El perfil del usuario de los Sistemas de Salud ha cambiado. Estamos ante pacientes con acceso inmediato a la información y conscientes de sus derechos. Juan es un claro ejemplo de ello y se muestra claro y directo culpabilizando a los profesionales de "no hacer su trabajo correctamente" y pidiendo que no vuelvan a darse situaciones como la que él ha experimentado.

Es necesario que los profesionales del cuidado tomemos verdadera conciencia de la envergadura del problema. Juan le ha puesto voz a tantas personas que padecen estas lesiones y que, por su deterioro físico y cognitivo, no pueden manifestarlo permaneciendo en obligado silencio. El Sistema Sanitario debe reaccionar y diseñar estrategias preventivas eficaces en las que, no sólo se alerte y se apele a la profesionalidad, si no que se contemplen los recursos humanos y materiales necesarios, además de los formativos. Despertemos del letargo de la inercia y proporcionemos a nuestros pacientes unos cuidados empáticos, seguros y de calidad.

TEXTO BIOGRÁFICO

Estancia en uci. Yo, cuando salí de la UCI, no podía ni darle al botón del móvil, que va, si no podía ni poner el dedo para encenderlo. Yo sé que he estado muy grave porque la familia te va comunicando la forma en la que he estado y sé que he estado con una inestabilidad que no se sabía si iba para abajo o iba para arriba. Gracias a Dios, algo habrá, y aquí estoy. Gracias a Dios que me ha dicho "bueno, te voy a dar otra oportunidad para que con tus nietos, tu mujer y tu familia disfrutes unos años más" [se pone serio]. En mi vida he estado dos o tres veces a la puerta de la muerte, y aquí estoy todavía, no quiere San Pedro, cuando llego arriba me ve y me dice "otra vez estás tú aquí", y yo: "bueno, venga, ya voy para abajo, ya volveré" [se ríe abiertamente e inmediatamente se pone serio].

Yo estoy hablando ahora [el paciente ha estado con una traqueostomía en la UCI, en planta se inició la decanulación casi nada más llegar tapándola inicialmente durante el día y posteriormente de manera ininterrumpida las 24 horas; la entrevista se hace con la cánula tapada por lo que puede comunicarse]. Pero es que en la UCI no me podía comunicar. Quería, lo intentaba, y no te entendía nadie, ni te escuchaba nadie [hace un silencio]. Te tenías que aguantar. Eso es como si estuvieras solo en el mundo, nadie te está viendo. Tú quieres algo pero no te pueden ayudar porque no se está dando nadie cuenta de ti. Además, no puedes ni levantar el brazo para avisar porque no tienes fuerza ni para eso, está uno totalmente por los suelos de energía [contiene la emoción]. Es que a veces te encuentras tan mal, y más cuando no te puedes comunicar, ahí está el problema.

Descubrimiento: impacto emocional. Me quedé de piedra [se pone serio y hace un silencio]. Me quedé de piedra cuando vi esa clase de horror. Porque eso es, para quien no ve esas cosas, un horror. Parece que me han metido ahí un cañonazo y me ha salido la bala por el otro lado [se ríe]. Yo he tenido heridas, pero jamás como ésta. Es un agujero tremendo [vuelve a ponerse serio]. Cuando yo vi eso por primera vez [sus hijas le han sacado fotografías con el móvil y él quiso verlas], vi que parecía como lo que sale en el telediario, en el extranjero, que encuentran un montón de personas que han matado por el camino, y ves esas heridas tan tremendas, igual. No está uno acostumbrado a ver una herida tan grande, tan fea, porque es que se ve feo todo eso. Porque es una cosa que está corrompida, esa carne está podrida, se va pudriendo. Me impresionó cuando la vi, yo no soy débil para esas cosas, yo aguanto el tirón, pero hace falta valor.

Se tiró [la herida] muchos días que olía muy mal Ese olor es un olor que no lo comparas con otra clase de olores [silencio], como de un muerto [expresión de haber encontrado la palabra adecuada]. Una persona que esté muerta y esté echando olor, es más fuerte ese olor, por supuesto, porque es más tiempo. Mi herida, al tener menos tiempo, empiezan los olores más suaves hasta que sea más fuerte y, si se deja, el olor cada vez será más fuerte hasta que huela uno a muerto.

Nunca he tenido esta experiencia, ni por mí ni por otras personas. Porque mi abuelo, que en paz descanse, tenía un tiro en la pierna y tenía ahí un boquete, y eso olía, le olía muchas veces, tenía hasta gusanos en el tobillo. Te estoy hablando hace 45 años. Pero en mis 57 años que tengo, no he visto algo similar, que sea así, como lo mío.

Pocos saben qué es encontrarte en esta situación, con esta clase de herida, que no está uno acostumbrado a verlo siquiera. Yo es la primera vez que estoy viendo esto. Yo he visto heridas, pero no lo que me ha pasado a mí [hace un silencio].

Repercusión física. No sabes cómo sentarte, no sabes cómo ponerte y empiezas a ponerte nervioso. Estás intranquilo porque estás dos minutos puesto de costado y a los dos minutos estás cansado de esa postura, ¿por qué?, pues porque tienes una constante molestia. No una molestia que te está matando de dolor pero [una molesta constante]. El hecho de no poder coger una postura para que estés cómodo, para que estés sentado, todo esto te va comiendo un poquito los nervios, los nervios te los va alterando.

Yo no duermo apenas de noche, ni que me tome la pastilla de dormir, esa pastilla de dormir que es fuerte, pues he dormido una hora, una hora dormí. No puedes estar en una postura tranquilo y decir: "bueno, he cogido esta postura, a ver si me quedo dormido", porque a los cinco minutos estás moviéndote porque te está molestando. No es una molestia fuerte, pero es una molestia que no te deja. Es normal, porque a esa clase de herida ahí [la tiene en el sacro], te pongas como te pongas, te está presionando. Estás sentado, acostado o de cualquier manera, pero estás encima de esa herida y te está doliendo. No un dolor que te vas a morir, pero un dolor.

Yo estaba abajo en la UCI y no podía, no podía estar, claro, cómo iba a poder, ya tendría algo. No podía estar sentado y no sabía por qué [hace un silencio]. No sabía por qué, además, es que no me lo podía ver al estar atrás. No sabía por qué no podía estar un rato tranquilo sentado o en la cama boca arriba o incluso de lado. Cuando ya me subieron a planta lo entendí. Aquí arriba, cuando se me vio lo que tenía ahí, lo entendí todo [hace un silencio].

Tienes eso ahí y tienes que tener mucho cuidado de no darte golpes, estar pendiente. Esto me limita, por ejemplo, para sentarme a hacer pipí o caca. No puedes hacer fuerza porque el hacer fuerza obliga a abrirse la herida. Luego la noche, bueno, la noche y todo el día, las 24 horas, estoy así y me estoy moviendo constantemente. No es un dolor que no soportes, porque cambias de postura y te alivia, pero a lo mejor han pasado cinco minutos y estás otra vez igual, tienes que volver a moverte.

Frustración ante la evitabilidad de la lesión. Encontrarte después de [lo que he pasado] con esto [silencio]. No vamos a meter ahora a nadie en el porqué, cómo se ha hecho, cómo no se ha hecho, de qué forma se ha producido, pero eso te hace sentir mal. Una persona, en estos momentos que estás pasando, lo que has pasado [se refiere a la gravedad y estancia en UCI], y encima ahora con esa clase de herida que tienes.

La verdad es que te encuentras frustrado. Te encuentras frustrado, sobre todo por cómo han ocurrido las cosas. Porque no tenían que haber ocurrido, porque para esto están los profesionales ahí abajo, en la UCI, para que esos enfermos no se piquen. Te puedes picar un poquito, no digo que no. Yo comprendo que es una constancia lo que tenéis con los enfermos, que te puedes despistar un poco, y "se ha picado un poquito", un poquito, pero no se puede llegar a la forma de picarse a la que he llegado yo y habrá otras personas más que se habrán picado también como yo.

Te frustra, porque si es una cosa que tiene que ocurrir porque no hay más remedio, porque es así y no hay más remedio, pues se llevan las cosas, pero pudiendo evitarse, porque se ha podido evitar, pues lo encuentras frustrante. No sé cómo, pero ocurre. En este mundo ocurren tantas cosas, pero lo que hay que procurar es que no ocurran

Mala praxis: exige profesionalidad. Responsabilizo de esto a los trabajadores que son los responsables de no haber hecho su trabajo correctamente con sus pacientes, con los enfermos que están abajo [en la UCI]. Si tienen que volverlos cada dos horas, pues cada dos horas, de la manera que sea hay que procurar volverlos, y si no se puede, se pone aceite o si no se pone un colchón antiescaras o lo que haga falta, todo lo que haga falta antes de que pasen estas cosas. Porque yo creo que hay señores también aquí, dos o tres habitaciones más allá, que están igual o peor. Que no tienen una, que tiene los dos [se señal los dos trocánteres] Qué es lo que pasa: si se hace pipí, si no lo limpias y han pasado unas horas, puede pasar eso. Es que está húmedo y se está picando, esa zona, la piel, todo eso tiene que estar seco y limpio para que no se llegue a picar.

Porque yo no tengo por qué estar ahora aquí un mes más, un mes y medio, porque ciertos señores no estén haciendo su trabajo correctamente. Trabajan con enfermos. Yo soy cafetero, estoy trabajando desde hace más de 40 años. Hago café, hago sándwich, hago churros, ahora, yo una cosa que haga, lo voy a hacer como si fuera para mí, y si veo que no me ha salido bien, eso va a ir la fregadero y hago otro café o lo que sea. Jamás llegará al cliente, ¿por qué? porque a ese cliente lo voy a perder. Si le pongo ese café que estoy viendo que no ha salido correctamente, el cliente me va a decir "eso te lo vas a tomar tú". Hay que ser profesional y más con los pacientes, con los pacientes y con los enfermos. Con los enfermos hay que tener mucho cuidado y hay que tener profesionalidad.

Aquí en planta, casi el 100%, si no digo el 100%, maravillosos todos, sois maravillosos. De serviciales, de profesionales, muy pendientes al enfermo, todos. Sois maravillosos todos.

Esto es muy duro. Al paciente hay que darle un poco de espíritu, de ánimo, tenga lo que tenga. Hay que darle ánimos para que se sienta bien, no apartado de "tú ya no vales", no, mejor: "tú estás estupendamente, tú vas a salir de aquí bien, eso no es nada" y darle ánimos, pero por un tubo. No estoy diciendo que le mientas, que le des ánimo, porque esto es muy duro.

Yo lo que sólo deseo es que, como tantas cosas que ocurren que son evitables, que la gente cumpla con sus obligaciones y lo eviten. Porque el que no cumple con su obligación, no le está pasando nada a él, lo está sufriendo otra persona, y sobre su salud

Bibliografía

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Recibido: 19 de Febrero de 2018; Aprobado: 22 de Abril de 2018

CORRESPONDENCIA: martinmb29@hotmail.com

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