Introducción
Las catástrofes son situaciones que superan la capacidad local de respuesta, produciendo un número significativo de víctimas. La extrema gravedad de la situación obliga al personal sanitario a estar preparado para enfrentarse de forma rápida y eficiente a los diferentes tipos de desastres.1 Para ofrecer una asistencia de calidad, se debe tener en cuenta que la mayoría de los servicios de urgencias soportan una gran presión asistencial debido a la afluencia de pacientes que se visita, por este motivo en algunas ocasiones no se puede ofrecer la calidad asistencial que se debería.2
Cuando la catástrofe produce víctimas humanas la planificación es compleja, ya que debe incluir una respuesta sanitaria especializada. La actuación en estos casos es distinta a la que se realiza de forma habitual, es decir, no se centra en el paciente de forma individual, sino que se trata de proporcionar unos cuidados de calidad, al mayor número de víctimas posible.3 Si queremos dar una respuesta adecuada a las catástrofes hemos de conocer el mapa de riesgos. Se conocen tres tipos de riesgos diferentes: riesgos naturales, riesgos derivados del desarrollo industrial y riesgos sociales, dentro del cual se encuentran los atentados terroristas.4
El terrorismo está definido, según la OMS como el uso instrumental de la violencia, por individuos que se identifican a sí mismos como miembros de un grupo, ya sea transitorio o de larga duración, con el fin de conseguir determinados objetivos políticos, económicos y sociales.5 La violencia que comportan los ataques terroristas afecta a los servicios sanitarios y a la salud pública, aumentando la mortalidad, morbilidad y discapacidad que genera a las personas afectadas en dichos atentados.6 El terrorismo actualmente es un problema a nivel mundial. En los últimos años, diversos ataques terroristas con víctimas mortales han tenido lugar en ciudades de países occidentales como Nueva York (11 de setiembre del 2001), Madrid (11 de marzo de 2004), París (13 de noviembre de 2015), Bruselas (22 de marzo del 2016), Niza (14 de julio de 2016), Londres (3 de junio de 2017) y Barcelona y Cambrils (17 de agosto del 2017).1
En situaciones de emergencia y desas-tres con múltiples víctimas se ha demostrado que el triaje de los afectados es una estrategia efectiva que busca asegurar la supervivencia y reducir los tiempos de espera para recibir atención médica, incrementando la seguridad de los pacientes.7 Es por esta razón que este proceso es de vital importancia y exige contar con un personal de tales características, siendo enfermería quien lleva a cabo esta labor. Existen diferentes tipos de triaje que dependen del lugar, momento y situación en el que se lleva a cabo, diferenciándose el triaje de urgencias y el de emergencias en catástrofes.8
En el CUAP Ciutat Vella-Peracamps se emplea la metodología MAT-SET (Sistema Español de Triaje), un modelo de triaje de enfermería no excluyente, que integra los aspectos más relevantes de los modelos actuales de triaje en cinco categorías, aportando aspectos de revisión y adaptación a nuestro entorno sanitario. Éste permite priorizar la urgencia del paciente, sobre cualquier otro planteamiento estructural o profesional, dentro de un modelo de especialización de urgencias. Además, proporciona un sistema de mejora continua de la calidad, que define un estándar de motivos de consulta a urgencias y permite entre otros, evaluar la casuística del servicio.9 Los niveles de priorización, se asignan gracias a un programa informático de ayuda a la decisión clínica en el triaje (web_e-PAT). Los niveles van del 1al 5 en orden decreciente, según la gravedad del paciente.6
El 17 de agosto de 2017, la ciudad de Barcelona es víctima de un ataque terrorista reivindicado por un grupo de Yihadista. Desde el 11 de marzo de 2003 donde el atentado se produjo en Madrid, España no había padecido un ataque de estas dimensiones. Alrededor de las 17:00 horas, una furgoneta arrolló a centenares de viandantes que se encontraban en las Ramblas de Barcelona, provocando 13 fallecidos y 131 heridos.
Los CUAP están dotados de profesionales y tecnología para dar respuesta a urgencias de complejidad moderada, que operan las 24 horas del día. Fueron creados con la intención de reducir la presión asistencial en los servicios de urgencias hospitalarias. Consta de una sala de tria-je, 4 boxes de visita, un box de traumatología, un box de aislamiento, un box de reanimación y 3 boxes de observación. Dispone de un soporte de diagnóstico básico, radiología y analítica. Por turno (mañana, tarde y noche) trabajan un auxiliar administrativo, una operaria de la limpieza, un celador, una auxiliar/técnico de radiología (en el turno de tarde se dispone de un auxiliar más), dos enfermeras (en el fin de semana, en turno de mañana y tarde se incluye una enfermera más), y dos médicos de guardia.
El día de los atentados hubo un incremento del personal sanitario, siendo un total de 7 médicos, 8 enfermeras, 3 técnicos de radiología y un celador. El personal sanitario complementario ese día acudió de forma voluntaria. A todo el personal sanitario que ese día acudió al servicio se le brindó una atención especializada del departamento de salud laboral. Como mencionan Robledo Martín y col., es a partir del segundo día cuando el personal sufre un declive psicológico, aumentando en las semanas posteriores, siendo necesario contar con un apoyo tanto psicológico como social.10 El objetivo de este estudio es determinar el perfil de la demanda y la respuesta de los servicios prestados en el CUAP desde que se produce el atentado de Barcelona.
Metodología
Se trata de un estudio cuantitativo, observacional y retrospectivo. El ámbito de estudio fue un Centro de Urgencias de Atención Primaria (CUAP) de Barcelona. La recogida de datos se llevó a cabo durante las 24 horas posteriores al atentado ocurrido el 17 de agosto de 2017. Se incluyeron todos los pacientes registrados en el servicio de admisión del CUAP, relacionados de forma directa con el atentado.
Las variables se recogieron en una tabla estandarizada elaborada con una hoja de cálculo. Todos los datos registrados de los pacientes, fueron obtenidos de una base de datos anonimizada del IMASIS (programa interno para el registro de las intervenciones y la asistencia del paciente en el Parc de Salut Mar). Toda la información fue recogida de forma estrictamente confidencial y de exclusivo manejo por parte del grupo investigador durante las fases del presente trabajo, desde la recolección de datos hasta la publicación de resultados (según la normativa vigente de la ley Orgánica 15/1999 del 13 de diciembre de protección de datos de carácter personal).11
Resultados
En las primeras 24 horas, después del atentado, el CUAP recibió un total de 70 pacientes, de los cuales 25 tenían una relación directa con dicho atentado. El primer paciente visitado fue a las 17:09 h traído por los cuerpos de seguridad. Fueron en las tres primeras horas donde se recibió la mayor afluencia de pacientes asociada con el atentado, alcanzando un total de 20.
De los 25 pacientes afectados por el atentado, el 54% fueron hombres y el 46% mujeres, con una media de edad de 33,37 años, desviación estándar (DE)=18,88. El 41,6% eran de nacionalidad española, otro 41,6 % de otros países europeos, y el 16,8% restante pertenecían a otros continentes.El 14 % de los afectados acudieron al CUAP acompañados por los cuerpos de seguridad (Mossos d'Esquadra, Guardia Urbana), el 14 % lo hicieron en ambulancia y el 72 % lo hicieron por medios propios.
La media de tiempo desde que el paciente registró su llegada al servicio hasta que fue triado por el servicio de enfermería fue de 12 minutos (DE=0,006). En cuanto a los niveles de triaje se obtuvo un 4% nivel I, un 40% nivel III, y un 56% nivel IV; no se obtuvieron nivel II ni nivel V. La media de tiempo desde que el paciente era triado hasta que recibía asistencia sanitaria fue de 11 minutos (DE=0,02).
En cuanto al motivo de consulta, el 12 % acudió por traumatismo de extremidades superiores (EESS), otro 12% por traumatismo de extremidades inferiores (EEII), (8% por dolor torácico asociado a contusión, 12% por policontusiones, 20% por entorsis de tobillo, 8% por herida inciso contusa, 4% por parada cardiorrespiratoria, 16% por traumatismo craneal, 4% por ansiedad y nerviosismo y otro 4% por contusiones en cara y cuello.
La media de tiempo desde que el paciente fue triado hasta que recibió el alta médica fue de 45,30 minutos.Una vez visitados, el 33% de los pacientes fueron trasladados al hospital de referencia en ambulancia, el 62,5% fueron dados de alta a domicilio, y el 4,5 % se derivó al hospital de referencia por medios propios.
Tras la elaboración del análisis, se realiza una comparativa del día del atentado con un día aleatorio, 9 de agosto de 2017. Para comparar si ha habido variación sobre el número de pacientes visitados, la media de tiempo de triaje, la media de tiempo que permanecen los pacientes en urgencias y el nivel de triaje.
Los datos obtenidos de la comparativa entre ambos días son parecidos, exceptuando la media de tiempo del registro hasta el triaje, que se incrementa significativamente con el 9 de agosto de 2017, aumentando también el nivel de triaje el día 17 de agosto en comparación con el día 9 (ver Tabla 1).
17 de agosto de 2017 | 9 de agosto de 2017 | |
---|---|---|
Número de pacientes visitados | 70 pacientes | 80 pacientes |
Media de tiempo del registro hasta el triaje | 00:10:00h | 00:40:38h |
Media de tiempo que permanece en el servicio | 01:16:09h | 01:38:36h |
Niveles de triaje | Nivel I: 1% (n=1) Nivel II: 0% (n=0) Nivel III: 33% (n=23) Nivel IV: 52% (n=36) Nivel V: 1% (n=1) No triados: 12% (n=8) |
Nivel I: 0% (n=0) Nivel II: 0% (n=0) Nivel III: 15% (n=12) Nivel IV: 75% (n=60) Nivel V: 5% (n=4) No triados: 5% (n=4) |
Conclusiones
Dada la situación extraordinaria de este día, se produjo un infraregistro en el programa informático, lo cual provocó que se obtuviese menos información para el estudio.
Tras el análisis de las variables no se observa una mayor demanda asistencial el día del atentado, posiblemente por la abstención de los usuarios habituales, pero sí un mayor nivel de gravedad.
En cuanto a los tiempos de asistencia, tampoco hubo diferencia con otros días, pero se ha de tener en cuenta que se incrementó el personal sanitario de forma voluntaria y no controlada, lo cual optimizó la asistencia.
A parte de optimizar la asistencia vital se deberían haber tenido en cuenta otros factores de confidencialidad, intimidad y registro. El hecho de ser un estudio retrospectivo no permite valorar indicadores de calidad no registrados como la satisfacción de los pacientes, la percepción de confidencialidad o el confort.
Este estudio aporta información de la respuesta ante un suceso excepcional, pero del que tenemos que estar preparados tanto a nivel personal como de recursos, para no olvidar los factores de calidad asistencial comentados. Por ello en febrero de 2018 se elaboró un Protocolo IMA (Incidente Múltiples Afectados).