SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.28 número3Malestares en femenino: itinerarios terapéuticos de seis mujeres con fibromialgia índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • En proceso de indezaciónCitado por Google
  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO
  • En proceso de indezaciónSimilares en Google

Compartir


Index de Enfermería

versión On-line ISSN 1699-5988versión impresa ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.28 no.3 Granada jul./sep. 2019  Epub 13-Jul-2020

 

EDITORIAL

Tecnologías avanzadas e Inteligencia artificial: oportunidades para una Enfermería con competencias ampliadas

Manuel Amezcua1 

1Cátedra Index de Investigación en Cuidados de Salud, UCAM-Fundación Index, Granada, España.

1. Vivimos bajo un estado de fascinación creciente ante las posibilidades que para el bienestar humano nos ofrecen las Tecnologías Avanzadas (TA), incluyendo la Inteligencia Artificial (IA), entendida como la capacidad de aprendizaje de las máquinas para tomar decisiones. Percibimos el avance tecnológico como algo que no parece tener fin, siendo alimentado por lo que nos sugieren los científicos de cara al futuro e incluso por lo que somos capaces de imaginar a través de la ficción. De manera continua incorporamos dispositivos tecnológicos que nos hacen la vida mucho más sencilla, incluso mucho más de lo que podemos prever, hasta el punto que hemos dejado que entren en nuestro mundo cotidiano multitud de máquinas complejas que nos acompañan y nos asisten hasta en lo más superfluo. Las máquinas nos están sumergiendo en un universo tecnológico con una gran capacidad transformadora y un lenguaje propio que termina clasificando a los propios humanos: los que se incorporan y los que intentan vivir al margen, los nativos y los reconvertidos.

Pero a la vez nos aterra la incertidumbre que estos nuevos escenarios pueden llegar a producir en las personas, especialmente en términos de posibilidades de pérdida de control (¿terminaremos siendo dominados por las máquinas?).1 A la profesión de Enfermería le preocupa muy especialmente la pérdida de puestos de trabajo (¿terminarán siendo máquinas las que cuiden?). Una buena parte de los procedimientos clínicos, complejos o no, se realizan con el apoyo de artilugios tecnológicos. Procedimientos de valoración y de seguimiento, de control y monitorización, confiamos en la vigilancia tecnológica a distancia, diseñamos aplicativos que proporcionan consejo a la carta ante incertidumbres o eventos adversos, la palabra hablada se sustituye por el mensaje emitido por fibra óptica. Aparentemente nuestra presencia como profesionales se va tornando prescindible.

Más allá de la ficción, lo cierto es que hacemos avanzar la tecnología en la medida en que precisamos satisfacer nuestras propias necesidades como seres humanos, y por ello las máquinas no solo emulan o suplen nuestras funcionalidades, sino que cada vez más tienden a parecerse a nosotros. Nos seduce la idea de relacionarnos con androides que ejerzan una mayordomía a nuestro servicio más efectiva que las personas. Y si lo humano puede ser progresivamente sustituido por lo tecnológico, ¿qué ocurrirá con una disciplina como la Enfermería, que se sustenta exclusivamente en la consideración de lo humano como objeto asistible? ¿Morirá o se transformará? Tenemos teorías para todos los gustos, pero lo que está claro es que las enfermeras somos afectadas de manera determinante por las TA y la IA.2

2. Que el mundo tecnológico afecta al trabajo de las enfermeras es un hecho que se produce a todos los niveles. Desde las tareas más rutinarias hasta funciones de vigilancia complejas. En un mundo dominado por la invisibilidad, una buena parte del trabajo delegable se irá desplazando de manera creciente desde las personas a las máquinas y dispositivos tecnológicos. Y es precisamente esta revolución de las pequeñas cosas una gran oportunidad para que desde la Enfermería se reflexione sobre la naturaleza de su trabajo y revisemos nuestras concepciones en torno al cuidado humanizado.3 Todo estará en función de cómo nos posicionemos ante el uso de las TA y la IA como herramientas que hoy por hoy son ineludibles para el cuidado.

Las máquinas realizan múltiples tareas de forma más precisa y efectiva que las personas, y esto afecta también al cuidado. Mientras se les pueda dejar solas, garantizando la seguridad de los sujetos, se les dejará hacer, y las enfermeras podrán ser prescindibles. Si el mundo cotidiano de la enfermera clínica sigue anclado en el dominio de la técnica, la tecnología ganará la batalla y los automatismos sustituirán a las manos de las enfermeras, por muy expertas que estas se muestren. El universo del cuidado invisible que tanto preocupa a las enfermeras4,5 será suplantado por un universo de cuidado inapreciable. Y esto es porque, a diferencia de las personas, las máquinas por sí mismas no precisan reconocimiento.

¿Competimos con las tecnologías o nos empoderamos en ellas? La cuestión de la actitud ante el avance tecnológico es un asunto importante a debatir en el presente. Las actitudes de resistencia a la inmersión tecnológica cada vez serán más residuales. Lo adecuado es posicionarse ante el modelo de encaje que queremos, desde la diversidad de opciones que las tecnologías ofrecen y las necesidades que podemos cubrir. Una actitud proactiva y sensible a las oportunidades de desarrollo profesional y disciplinar que ofrece la irrupción tecnológica va a permitir determinar múltiples escenarios de aplicación y por ende no pocas oportunidades de ampliar roles de enfermería.

Las TA y la IA nos obligan a adquirir competencias más avanzadas y complejas, algunas de las cuales aún no podemos vislumbrar. Y esto nos hará más fuertes como profesionales y permitirá expandir notablemente la disciplina enfermera, pues la utilización de tecnologías permite explorar nuevos escenarios de aplicación. Con ello nos inducen a mirar hacia adelante, a reconciliarnos con una sociedad cambiante que no para de expresar nuevas necesidades. No vamos a ser sustituidos por máquinas si somos capaces de decidir qué máquinas precisamos para aumentar nuestra oferta de cuidado y qué parte de las tareas cuidadoras les vamos a delegar porque resulte más efectivo que ellas las realicen bajo nuestra supervisión. No dejaremos que nos sustituyan, permitiremos que nos acompañen.

Todavía hay muchas enfermeras que no acaban de incorporar los lenguajes estandarizados ni les encuentran utilidad en la gestión del proceso de cuidado. Su principal herramienta sigue siendo la palabra, en un uso cultural que se adapta perfectamente a la idiosincrasia de cada paciente y comunidad. Mientras, la enfermería ha avanzado mucho en las últimas décadas en cuanto a la estandarización de instrumentos para el cuidado, especialmente en los lenguajes profesionales. Las palabras y las narrativas han podido sintetizarse en códigos con un fuerte efecto universalizante que, sin darnos cuenta, nos han situado en un estado disciplinar pre-tecnológico. El lenguaje codificado es el medio para comunicarse con las tecnologías. Es el ingrediente necesario para desarrollar algoritmos que permitan automatizar la toma de decisiones y consecuentemente para desarrollar aplicativos que favorezcan la gestión del cuidado y la oferta de servicio. Es un buen ejemplo de cómo el criterio profesional se antepone a la tecnología, de manera que rige su utilización.

3. Merece la pena que reflexionemos sobre la cuestión de la humanización tecnológica.6 Afirmamos que el cuidado proporcionado por máquinas nunca podrá ser humanizado ya que no es inherente al ser humano, aunque intente imitarlo. De hecho, aceptamos que la tecnología produce deshumanización y esto se ha problematizado bastante entre las enfermeras,7 en tanto laboramos en entornos en muchos casos altamente tecnologizados donde la intervención humana se torna imprescindible,8 aunque sea codificada en forma de gestos del mundo cotidiano.9 Decimos que, en su afán de eficiencia, la tecnología niega la condición del sujeto, por lo que la persona necesita ver protegida su dignidad mediante un trato humanizado, y en la relación terapéutica la enfermera es la profesional llamada a garantizarlo.

Pero la cuestión no es tan simple. En el último cuarto de siglo los seres humanos hemos sido educados para el autoservicio y para la deshumanización consentida. No hay más que ver la rápida evolución de los modos de compra desde las viejas tiendas de ultramarinos hasta las grandes superficies y el comercio electrónico. Con tal de obtener rápido, cómodo y barato lo que deseamos no nos importa eludir a las personas o aceptar simuladores debidamente programados. Aceptamos con normalidad el saludo mecánico tras repostar en la gasolinera, aunque no ejerzamos la cortesía de responder a la máquina. Tampoco ella lo espera.

La tecnología, de la mano de la inteligencia artificial, transforma el propio concepto de humanización cuando considera lo físico una extensión de lo virtual y no al contrario. Nos identifica a través de un código QR, anticipa nuestras necesidades procesando la ingente cantidad de datos que hemos proporcionado a través de nuestros perfiles digitales y nos ofrece servicio, que podemos obtener de forma instantánea, sin listas de espera. Lo intuitivo ha superado el concepto de personalización y se erige en el centro de la humanización digital. De hecho, muchas enfermeras están desarrollando apps y otras herramientas digitales para aumentar la prestación de servicio a sus clientes.10 Indirectamente están renunciando al trato humano en favor de la accesibilidad a la máquina.

En síntesis, sí que es probable que se pierda empleo en Enfermería como consecuencia del desarrollo de las TA y la IA. Pero será un empleo sustentado en el mantenimiento de rutinas que pueden ser desempeñadas por máquinas, como en el caso de la teleasistencia domiciliaria, aunque siempre tiene que haber una persona al final de la fibra óptica que tome decisiones importantes. En este sentido lo adecuado es plantearnos cómo vamos a convivir con esas tecnologías que suplen determinadas tareas aunque no la responsabilidad de las mismas. En realidad lo que debiera ocurrir es una redefinición del empleo, incluso en su marco conceptual. Las tecnologías avanzadas nos redirigen hacia un empleo mucho más cualificado, sustentado en el procesamiento de la cantidad ingente de datos que obtenemos las enfermeras, un ejercicio de minería electrónica que seguramente configurará roles avanzados que aún desconocemos. Y por supuesto en escenarios laborales diferentes, desvinculados de la ocupación de espacios institucionales y el cumplimiento estricto de rígidas jornadas horarias.

Las máquinas ocuparán los espacios del trabajo pesado, que es donde nacieron, pero no se les puede dejar solas. Considero que tanto las TA como la IA abren para la Enfermería oportunidades creativas y gratificantes como nunca habíamos soñado. Todo estará en función de la actitud que adoptemos corporativamente ante su irrupción en nuestro mundo cotidiano y el grado de compromiso que nos exijamos para su desarrollo en nuestro campo disciplinar. Las enfermeras de nuestro tiempo estamos llamadas a incorporarnos en plenitud al discurso de lo tecnológico. De hecho ya estamos problematizando conceptos como tecnología del bienestar, telesalud y cuidado no presencial, simulación y realidad virtual, robótica, etc., algunos de los cuales han encontrado innovadoras utilidades en el aprendizaje y la práctica del cuidado.11 Se trata de un espacio tan fascinante que no queda lugar para resistencias. Si las enfermeras continuamos explorando nuevos escenarios de práctica avanzada, hemos de asumir que las TA y la IA han de ser nuestras acompañantes imprescindibles en la búsqueda de la tecnología del bienestar. Ellas permitirán activar las competencias mínimas para continuar entendiéndonos con un paciente y su familia que cada vez tienen menores dificultades para incorporar la tecnología a su mundo cotidiano, y que por tanto reclaman nuevas soluciones de cuidado para las personas. Solo desde dentro podremos realizar la necesaria reflexión ética sobre el uso de las tecnologías del cuidado.

Bibliografía

1. Palacios-Ceña, Domingo. Modernidad, positivismo y tecnología: Influencia en la enfermería y en pacientes que necesitan equipamiento tecnológico. Index de Enfermería 2008;17(3):188-192. [ Links ]

2. Arandojo Morales, Mª Isabel. Nuevas Tecnologías y nuevos retos para el profesional de enfermería. Index de Enfermería 2016;25(1-2):38-41. [ Links ]

3. Amezcua, Manuel. La Humanización del cuidado y la atención personalizada en Enfermería. En Sacristán, José Antonio; Millán, Jesús; Gutiérrez, José Antonio (editores). Medicina Centrada en el Paciente. Reflexiones a la Carta. Madrid: Fundación Lilly-Unión Editorial, 2018; cap V: págs. 63-69. [ Links ]

4. Germán Bes, Concha; Orkaizagirre Gómara, Aintzane; Huércanos Esparza, Isabel; Hueso Navarro, Fabiola. ¿Provocan las enfermeras su propia invisibilidad? Index de Enfermería 2015;24(3):139-143. [ Links ]

5. Cid Alcón, Blanca; Cid González, Manuel Carlos. Conocimientos supuestos: más que cuidados invisibles, cuidados inexistentes. Index de Enfermería 2017;26(1-2):101-102. [ Links ]

6. Martínez-Arroyo, Jorge. La humanización de la tecnología. Retina (blog) 30/11/2018. Disponible en https://retina.elpais.com/retina/2018/11/27/tendencias/1543313492_346412.html [acceso:10/06/2019]. [ Links ]

7. Arredondo-González, Claudia Patricia; Siles-González, José. Tecnología y Humanización de los Cuidados: Una mirada desde la Teoría de las Relaciones Interpersonales. Index de Enfermería 2009;18(1):32-36. [ Links ]

8. González Guijarro, Paula; Amezcua, Manuel. Intervenciones de enfermería humanizadoras en la Unidad de Cuidados Intensivos. Ética de los Cuidados, 2018;11. Disponible en: http://ciberindex.com/c/et/e11934 [acceso:11/06/2019]. [ Links ]

9. Rubio González, Begoña; Gálvez Puerma, Luis C; Ramírez González, Ángel S; Amezcua, Manuel. 12 gestos para un cuidado humanizado en el entorno hospitalario. Ética de los Cuidados 2018;11. Disponible en: http://ciberindex.com/c/et/e12066 [acceso:11/06/2019]. [ Links ]

10. Fernández Cacho, Luis Manuel; Gordo Veja, Miguel Ángel; Laso Cavadas, Silvia. Enfermería y Salud 2.0: recursos TICs en el ámbito sanitario. Index de Enfermería 2016;25(1-2):51-55. [ Links ]

11. Domínguez Alcón, Carmen; Busquest Surribas, Montserrat; Cuxart Ainaud, Núria; Ramió Jofre, Anna (Coords.). Tecnologías y nuevas relaciones en el cuidado. Colección Seminario Ética y valores del cuidar, nº3. Barcelona: Col.legi Oficial d'Infermeres i Infermers de Barcelona, 2019. [ Links ]

Correspondencia: secretaria@ciberindex.com

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons