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Index de Enfermería

On-line version ISSN 1699-5988Print version ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.28 n.3 Granada Jul./Sep. 2019  Epub July 13, 2020

 

ABSTRACTA. BIBLIOTECA DE ACTUALIDAD COMENTADA

El devenir de la flor negra. A flor de piel

Elisabet de la Cruz Sánchez 

El devnir la la flor negra

A flor de piel

Javier Moro

SEIX BARRAL

BARCELONA, 2018; 483 PÁGS.

Nada mejor que rememorar la novela de Javier Moro en unos años en que se reivindica la trascendental figura de Isabel Zendal, la olvidada enfermera que hizo posible la llevada de la vacuna de la viruela hacia tierras americanas. El autor, como en el título indica, es capaz de sumergirnos en una apasionada expedición poniendo todas nuestras emociones a flor de piel en una novela en la que se nos da a conocer a los precursores de un descubrimiento que cambiaría por completo el rumbo de la historia de la humanidad: la vacuna. Esta expedición prodigiosa nos lleva al origen de la vacunación de la mano de Isabel Zendal, una mujer poco convencional para los cánones de su época y primera enfermera española que cruzó fronteras haciendo posible esta maravillosa realidad y salvando en el camino millones de vidas.

La novela se estructura en setenta y nueve capítulos en los que se van entrelazando historias paralelas que en su momento confluirán dando lugar a la gran expedición que salvó a la humanidad de una de las más grandes pandemias, la viruela, la también llamada flor negra, por las manchas que dejaba en la piel de quien la padecía.

En el inicio del libro, se nos da a conocer la procedencia de Isabel Zendal, pobre de solemnidad, y como desde niña cuidaba de sus hermanos, de su madre, de los animales del establo. Cómo en su hogar una sola habitación hacía de cocina, pocilga, establo, salón y hasta de enfermería cuando su madre cayó enferma. Narra también cómo la viruela se llevó a su madre y todos sus recuerdos materiales pues tuvo que lanzarlo todo a la hoguera para evitar contagios y rociar de cal viva y ventilar la casa como medida de desinfección.

Toda esta experiencia acumulada en el cuidado de sus hermanos y de su madre junto a las nociones de lectura y escritura que tenía, la llevarían a servir para una familia acomodada de Galicia y tras una serie de fortuitos acontecimientos acabó en la citada expedición, subida en una embarcación. Con veintidós niños y dos médicos, surcarían los mares inoculando el virus de la viruela intercontinentalmente, siendo la primera enfermera española en misión internacional.

La expedición filantrópica saldría del puerto de La Coruña en una corbeta llamada La Pinta, un 30 de noviembre de 1803. Isabel Zendal se encargaría de cuidar a dichos niños huérfanos que serían los portadores del virus de la viruela que luego pasarían brazo a brazo hasta inmunizar a miles de personas a nivel mundial. Todo esto dirigido por el médico Francisco Xavier Balmis y su ayudante Salvany, hombres sin miedo que se disputarían el amor de Isabel. Una historia en la que se mezclan el amor, la codicia, la ambición, la superación personal y la pasión por salvar el mundo y de salvarse a uno mismo.

Javier Moro, su autor, tras descubrir la identidad de Isabel Zendal, a la que considera pilar de dicha expedición, y tras una exquisita documentación, lleva al lector a emocionarse con sus personajes y a la fascinación por el invento de la vacuna.

Una realidad apasionante, de las mayores hazañas sanitarias de la historia de nuestro país y de una importancia vital a nivel mundial en cuanto a salud pública se refiere, que ha quedado en el olvido pese a la trascendencia de los hechos; una expedición inspiradora para acabar internacionalmente con las plagas de nuestra época, pues no solo influyó la perseverancia de los que participaron en ella sino por su visión de futuro, centrándose en la educación pública y en el uso de personas relevantes y símbolos locales que ayudarían a difundir las bondades de la vacuna entre la opinión pública.

El último caso de viruela se daría en México, ciento cincuenta años después de la citada expedición, y la última víctima del virus fue una fotógrafa médica que murió en el año 1978 por un error en la manipulación en su laboratorio. En la actualidad este espantoso virus reside en las neveras de dos laboratorios, en el Centro para el Control de Enfermedades de Atlanta, Estados Unidos, y en el Centro de Investigación en Virología de Novosibirsk, en Siberia, Rusia.

Elisabet de la Cruz Sánchez
(elycs_82@hotmail.com)

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