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Index de Enfermería

versión On-line ISSN 1699-5988versión impresa ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.29 no.1-2 Granada ene./jun. 2020  Epub 19-Oct-2020

 

Cartas al director

Una mirada a través de la visita domiciliaria de enfermería

A look through the nursing home visit

Shahony Guadalupe Padilla Pimentel1  , Paulina Esmeralda Vega López1 

1Maestría en Enfermería, Escuela Superior de Enfermería Culiacán, Universidad Autónoma de Sinaloa. Sinaloa, México.

Sr. Director: Conocimos a Lola en el contexto de unas prácticas de enfermería familiar. A nuestra llamada para el primer acercamiento, nos contestó su hija diciendo que nos concretaría el día de la visita una vez que lo platicara con su madre. Pasaron alrededor de tres días a la espera de la llamada sin una respuesta, por lo que decidimos aventurarnos a su domicilio para pedir la visita personalmente. Nos encontrábamos muy nerviosas e inseguras de que no nos abriera la puerta por la inseguridad de la ciudad o el simple hecho de que no aceptara la visita. Al paso de unos minutos Lola nos abrió la ventana de su cuarto, nos presentamos con ella y le explicamos el motivo de la visita que queríamos realizar. Posteriormente, nos abrió la puerta principal y nos permitió pasar a su casa. Una vez adentro, nos dirigió a su recamara y nos pusimos cómodas, explicamos nuevamente el motivo de las tres visitas domiciliarias que realizaríamos y entablamos una conversación para generar más confianza en ella en donde preguntamos algunas cosas de su vida: enfermedades, acontecimientos importantes y la estructura de su familiar.

Lola es una adulto mayor de 76 años, separada y pensionada, madre de 3 hijos (uno ya fallecido) que ha vivido con enfermedades crónicas degenerativas: Diabetes Mellitus Tipo 2 (DMT2) e Hipertensión Arterial (HTA) por más de 30 años, además artritis reumatoide, rinitis y glaucoma de aproximadamente 6 años de inicio. Vive en su casa únicamente en compañía de su mascota (una gata).

Como parte de la primera visita domiciliaria, realizamos algunas preguntas sobre su familia, nos contó que uno de sus hijos había fallecido por cáncer de estómago alrededor de 10 años atrás y ella fue su cuidadora principal por lo que aunque ya había pasado algo de tiempo desde su muerte, ella lo extrañaba mucho y algunas veces había visto sombras con la silueta de su hijo en la casa, debido a que la casa donde habitaba actualmente era de su hijo.

Lola vivió parte de su vida en la Ciudad de México, por lo que sus amigos cercanos no viven en la misma ciudad que ella, comentó que en repetidas ocasiones es visitada por ellos o ella les visita en otras ciudades y se mantienen en comunicación constante vía telefónica. De sus años en la Ciudad de México es sobreviviente del terremoto de 1985 y de un incendio en el hotel en donde trabajaba, algo que recuerda con un poco de miedo debido a las muertes de esos acontecimientos.

Respecto a su salud, nos mostró sus recetas, cartilla de vacunación y estudios recientes en donde se mostraba dentro de los límites máximos permitidos para el control de la DMT2 y nos prestó una canasta en donde tenía los medicamentos que tomaba y los horarios en los que lo hacía, también nos dijo que era muy olvidadiza con sus consultas médicas y tenía que estar revisando frecuentemente la cartilla para no olvidarlas.

En su rutina diaria, nos contó que acudía a clases de manualidades y yoga a la clínica familiar a la que pertenecía y eso la hacía sentirse útil, además de que saliendo de su casa ya no se aburría. Por las tardes, suele visitar a su hija y nietas que viven a unas cuadras de su casa y dos días a la semana acuden a la iglesia cristiana con ella, religión a la que se encuentran muy apegadas.

Nos encontramos de nuevo una semana más tarde para una segunda visita domiciliaria, realizamos valoración física y aplicamos algunas guías de valoración integral del paciente geriátrico poniendo especial atención en aquellos datos que nos servirían para realizar una intervención en la tercera visita domiciliaria. Al iniciar se mostraba un poco incómoda pero cooperativa, por lo que tratamos de realizar la valoración lo más cómodo posible para ella, explicando cada paso de la valoración y resolviendo las dudas que surgían.

Dentro de los hallazgos más relevantes de la valoración física encontramos que tiene edentulia en la parte inferior de su boca, y en los pocos dientes que quedan en su dentadura tiene caries visibles y poca higiene dental. Debido a un accidente automovilístico años atrás tiene rotación limitada en uno de sus hombros, en sus piernas notamos varices y en sus pies encontramos callosidades y uñas con onicomicosis, su presión arterial se encontraba alta en el momento de la toma de signos vitales y en las dos visitas realizadas la encontramos descalza, por lo que nos sirvió como dato importante que abordaríamos en la siguiente visita domiciliaria.

El objetivo que nos planteamos en la tercera visita domiciliaria era claro: intervenir en aquellos diagnósticos de enfermería que habíamos encontrado durante la valoración realizada. Intentamos concretar una visita en donde estuvieran reunidos sus familiares cercanos, pero debido a la poca disponibilidad que tenían solo la realizamos con Lola.

Planeamos una intervención educativa debido a que notamos que tenía un conocimiento y autocuidado deficiente sobre sus enfermedades crónicas. Para realizarla, creamos un calendario educativo en el cual cada mes tratábamos un tema diferente que debía poner en práctica para tener un buen control de sus enfermedades crónicas y anotar en los recuadros del calendario los días que tuviera consultas médicas para no olvidarlas.

Entendíamos que por su edad podría ser un poco complicado comprender los temas tratados y crear un hábito, por lo que tratamos de explicarlos de la forma más clara posible para que Lola comprendiera cada punto y resolvimos sus dudas en el momento que las tenía, el calendario tenía muchas ilustraciones en donde ella podía relacionar cada imagen con lo que tenía que hacer.

Al finalizar la intervención, Lola se mostró muy agradecida con nuestras visitas realizadas, notamos que por su soledad en casa necesitaba alguien con quien platicar, esto recalca la importancia de poner especial atención a nuestros adultos mayores para cuidar su salud mental. Respecto a la intervención, se encontraba muy animada y comentó que le diría a su hija que le comprara un glucómetro ya que no sabía la importancia de este en casa. Prometió que a pesar de la comodidad que le causaba no usar zapatos en casa, intentaría utilizarlos siempre para cuidar sus pies y acudiría al programa de alimentación para personas con diabetes que proporciona la clínica familiar debido a que anteriormente la habían invitado y con la información que le dimos la habíamos ayudado a tomar la decisión de ir.

Nos despedimos un poco nostálgicas debido al término de nuestras visitas, pero a su vez contentas y satisfechas por haber intervenido a la mejora de la salud de una adulta mayor recordando una frase dicha por la Madre Teresa de Calcuta: “El que no vive para servir, no sirve para vivir”.

Dirección para correspondencia: shahogpe94@hotmail.com

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