La Clínica del Pino, en Las Palmas de Gran Canaria, fue inaugurada en 1964 como el primer hospital público del archipiélago. Durante un tiempo fue uno de los edificios más grandes del barrio de Arenales y de toda Las Palmas. En sus primeros años convivió junto a algunas plataneras, de aquellas que aún pervivían en el centro de la urbe, rodeadas por carreteras a medio asfaltar, y en una ciudad que hoy resulta casi irreconocible.

La construcción de la Clínica del Pino coincidió con los años de explosión demográfica en España. La fotografía demuestra el esfuerzo por situar a las instituciones sanitarias públicas entre el apogeo demográfico, planificando su presencia en lo que se iba a convertir en el centro neurálgico de un área metropolitana que hoy supera el medio millón de personas.

Con el devenir de los años, otros hospitales, más modernos y mejor situados, fueron comiendo terreno a esta clínica: el Hospital Doctor Negrín, al oeste de la ciudad, y el Hospital Insular, que desde una punta de la ciudad atiende hoy a todo el sur de la isla, y son de referencia para otras islas.

Hoy la Clínica del Pino es un centro asistencial de gestión privada que, en su mayor parte, acoge a personas mayores y las atiende como centro de día. Los niños y niñas que otrora vieron nacer la Clínica y fueron atendidos en ella, son los que en unos años acudirán, ya ancianos, a sus cuidados. Parece una buena imagen de la evolución no solo demográfica, sino también urbanística y, desde luego, sanitaria.