Introducción
En la actualidad, se reconoce el papel esencial de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TICs) en la salud de las personas y en los sistemas sanitarios, ya que mejoran su eficiencia e incrementan la calidad de vida de sus usuarios.1 Debido a su facilidad de acceso y a la continua actualización de información, internet se ha transformado en la principal fuente de consulta de información sobre salud.2,3 El "Estudio sobre opiniones y expectativas de los ciudadanos sobre el uso y aplicación de la tecnología de la información en el ámbito sanitario", realizado por ONTSI, muestra como más del 60 % de la población española utiliza internet para buscar información sobre salud y cómo 1 de cada 5 encuestados lo hace a través de las redes sociales.4 Estos datos, junto al surgimiento de la figura del paciente empoderado, aquel que busca activamente información sobre su estado de salud-enfermedad y que participa activamente en la toma de decisiones que afecten a este proceso, nos llevan a afirmar que hay un cambio en el modo en el que los ciudadanos se acercan y gestionan su salud.
Distintos estudios demuestran también cómo los profesionales sanitarios utilizan internet como herramienta de búsqueda de información para la toma de decisiones clínicas relacionadas con su práctica asistencial, desbancando a otros recursos bibliográficos más tradicionales como los libros de texto, las revistas o los propios colegas de profesión; democratizando, de este modo, el acceso a la información.5-7 Así mismo, existen investigaciones que evidencian que los medios digitales como bases de datos, webs, blogs y redes sociales son efectivos para la actualización de los profesionales sanitarios, la educación de pacientes y la implementación de los resultados de la investigación, favoreciendo una práctica basada en la evidencia.7-9
Una revisión sistemática en la que se analizaron 31 estudios publicados entre 2000 y 2014 concluyó que las TIC son clave para la actualización continua de las enfermeras y que existen pruebas que demuestran que cuanto más acceden a internet para buscar información relacionada con su práctica clínica, más calidad consiguen alcanzar en la atención que prestan a sus pacientes y mejoran la comunicación entre ellas.10,11 La literatura revela que las enfermeras no solo deben de tener conocimientos suficientes para reconocer y utilizar internet como un recurso eficaz para la búsqueda de evidencia que mejore su labor asistencial y el aprendizaje de nuevos conocimientos y habilidades, sino que también deben emplearlo para guiar a sus pacientes, y a la ciudadanía, hacia recursos de salud en la red fiables, eficaces y de calidad.2,12
La alfabetización digital, definida como "la capacidad de buscar, encontrar, comprender y evaluar la información de salud a partir de fuentes electrónicas y aplicar los conocimientos adquiridos para abordar o resolver un problema de salud",5 es un punto clave en el desarrollo profesional de las enfermeras que exige la adquisición de nuevas competencias digitales en su ámbito de actuación asistencial, gestor, docente e investigador, con objeto de mejorar e innovar en cuidados.13,14 En la actualidad, se han identificado barreras que dificultan el alcance de una digitalización efectiva en el ámbito sanitario, entre las que se encuentran: las propias estructuras organizativas, los intereses de los stakeholders implicados y la necesidad de que los propios profesionales de la salud desarrollen las competencias necesarias para incorporar las TICs en la práctica clínica y en la atención de pacientes.15
Pese a que las enfermeras dentro del sistema sanitario español tienen un peso importante, ya que son el grupo más numeroso de profesionales proveedores de salud en el entorno hospitalario y comunitario, existen escasos estudios que describan el nivel de alfabetización digital en salud que poseen, su perfil de búsqueda de información en la red, cómo esta búsqueda afecta a la toma de sus decisiones y a la calidad de la atención prestada a sus pacientes, así como cuáles son las principales dificultades para acceder a internet en sus puestos de trabajo.16-18 Por tanto, el objetivo de este trabajo fue evaluar el uso de internet y el grado de alfabetización digital en salud de las enfermeras y enfermeros españoles.
Sujetos y métodos
Estudio observacional, descriptivo transversal, mediante encuesta anónima ad hoc, realizado del 15 de abril al 15 de mayo de 2020. La población de estudio fueron enfermeras y enfermeros del ámbito español. La difusión de la encuesta se realizó a través de redes sociales mediante muestreo no probabilístico por bola de nieve virtual. Para ello, se partió de una publicación inicial de dicha encuesta en las redes sociales (Facebook, Twitter e Instagram) del blog enfermero Cuidando Neonatos, donde se explicó el objetivo del estudio y se animó a difundir la encuesta entre perfiles enfermeros, con objeto de acceder al grupo. Se estimó una muestra mínima de 239 enfermeras para poder valorar las diferencias entre grupos (con un 15 % ajustado a pérdidas). Los criterios de inclusión fueron: graduados, diplomados o con título superior (postgrado, máster o doctorado), en activo, que trabajaran en el ámbito español, tanto en régimen público, como concertado o privado.
La recogida de datos se realizó mediante un cuestionario ad hoc autoadministrado que fue diseñado tras realizar una revisión de la literatura. Las preguntas se agruparon en tres secciones: variables sociodemográficas, uso y barreras identificadas en cuanto a la utilización de internet en el ámbito laboral y, por último, grado de alfabetización digital en salud mediante la escala eHealth (eHEALS).2 Esta escala está validada al español y mide la capacidad de localizar, evaluar, integrar y aplicar información sobre salud obtenida en internet mediante 8 ítems. Clasificando las respuestas mediante una escala tipo Likert de 5 puntos que va desde Totalmente en desacuerdo (1 punto), hasta Muy de acuerdo (5 puntos).5
La cumplimentación del cuestionario se realizó online y fue editado mediante la herramienta Google Forms®. Con objeto de evaluar la comprensión de las preguntas y la usabilidad del cuestionario, previamente, la encuesta fue probada y validada por 5 enfermeras.
El análisis de datos se realizó mediante el paquete estadístico SPSS 20 para Windows. Las variables cualitativas se expresaron mediante frecuencias absolutas y proporciones y las cuantitativas mediante media y desviación estándar, con sus correspondientes intervalos de confianza. Se realizó un estudio inferencial de las variables, aplicando pruebas de correlación y de contraste de medias. La asociación entre variables cualitativas se obtuvo mediante el Test de Chi-Cuadrado de Pearson, excepto en aquellos casos en los que las frecuencias teóricas incluían frecuencias ≤5, donde se aplicó la Prueba de Fisher. La asociación entre las cuantitativas se realizó mediante análisis de varianza (ANOVA). El nivel de significación utilizado fue de p≤0,05.
El estudio fue aprobado por el Comité de Ética de Investigación del Departament de Salut Valencia La Fe (2020-076-1). Todos los sujetos estudiados aceptaron participar en el estudio, cumplimentando previamente un consentimiento informado electrónico.
Resultados
La muestra estuvo compuesta por un total de 697 profesionales, de los cuales el 87,1 % fueron mujeres (n=607) y el 12,9 % hombres (n=90), con una edad comprendida entre 30-40 años (25,7 %, n=179), 41-50 años (32.4 %, n=226) y 51-60 años (25,4 %, n=177). El 50,6 % (n=353) tenía la Diplomatura de Enfermería y un 79,9 % (n=557) tenía más de 10 años de experiencia laboral como enfermera (Tabla 1).
Características | n | % | |
---|---|---|---|
Sexo | Mujer | 607 | 87,1 |
Hombre | 90 | 12,9 | |
Edad | Menos de 30 años | 68 | 9,8 |
Entre 30 - 40 años | 179 | 25,7 | |
Entre 41 y 50 años | 226 | 32,4 | |
Entre 51 y 60 años | 177 | 25,4 | |
Más de 60 años | 47 | 6.7 | |
Estudios máximos alcanzados | Diplomado Universitario | 353 | 50,6 |
Grado Universitario | 123 | 17,6 | |
Máster | 187 | 34 | |
Doctorado | 26,8 | 4.9 | |
Años de experiencia laboral como enfermera | Menos de 5 años | 69 | 9,9 |
Entre 5 y 10 años | 71 | 10,2 | |
Más de 10 años | 557 | 79,9 | |
Comunidad Autónoma donde trabajan | Comunidad Valenciana | 427 | 61,3 |
Comunidad de Madrid | 48 | 6,9 | |
Cataluña | 42 | 6,0 | |
Baleares | 34 | 4,9 | |
Andalucía | 34 | 4,9 | |
Otras | 112 | 16,1 | |
Ámbito actual de trabajo | Atención Primaria | 112 | 16,1 |
Hospital | 491 | 70,4 | |
Residencia | 14 | 2,0 | |
Emergencias/transporte medicalizado | 13 | 1,9 | |
Salud Pública | 6 | 0,9 | |
Docencia | 24 | 3,4 | |
Investigación | 7 | 1,0 | |
Otro | 30 | 4,3 | |
Unidades o Áreas del hospital donde trabaja n (N=491) | Urgencias/emergencias | 60 | 8,6 |
Pediatría | 175 | 25,1 | |
Salud Mental | 10 | 1,4 | |
Consultas | 23 | 3,3 | |
Hospital de Día | 9 | 1,3 | |
Hospitalización adultos | 87 | 12,5 | |
Quirófanos | 25 | 3,6 | |
Radiología | 8 | 1,1 | |
Farmacia | 8 | 1,1 | |
Otros | 86 | 12,3 |
En cuanto al puesto actual de trabajo, un 90,2 % (n=629) trabajaba en una institución de gestión pública, un 70,4 % (n=491) en el ámbito hospitalario y un 16,1 % (n=112) en Atención Primaria. Desempeñando, mayoritariamente, un perfil asistencial (84,9 %, n=592). Solo un 10,8 % (n=75) ocupaba un puesto de gestión, un 3 % (n=21) de docencia y un 1,3 % (n=9) de investigación. Aquellos que trabajaban en un hospital lo hacían, principalmente, en las áreas de pediatría (25,1 %, n= 175) y hospitalización de adultos (12,5 %, n=87) (Tabla 1).
Se recibieron respuestas de todas las Comunidades y Ciudades Autónomas, excepto de Ceuta, si bien, la comunidad con mayor número de respuestas fue la Comunidad Valenciana (61,3 %, n=427) (Tabla 1).
En lo referente al nivel de conocimientos informáticos, un 2,3 % (n=16) afirmó no tener conocimientos, un 40,2 % (n=280) refirió tener un nivel básico, un 51,4 % (n=358) un nivel medio y un 6,2 % (n=43) un nivel de experto.
Uso de internet y barreras para su utilización. Un 93,4 % (n=651) de la muestra tenía acceso a internet en sus puestos de trabajo, accediendo principalmente a través de ordenadores de la institución/empresa (70,4 %, n=491) o mediante su teléfono móvil personal (23,4 %, n= 163). Solo un 5,5 % (n=38) refirió no conectarse a internet. Entre aquellos que se sí que lo hacían, un 50,4 % (n=351) se conectaba con una frecuencia diaria, mientras que un 13,2 % (n=92) de modo ocasional (Tabla 2).
Características | n | % | |
---|---|---|---|
Acceso a internet | Sí | 651 | 93,4 |
No | 46 | 6,6 | |
Cómo accede a internet | Ordenador de la institución o empresa | 491 | 70,4 |
Tablet de la institución o empresa | 1 | 0,1 | |
Teléfono móvil de la institución o empresa | 4 | 0,6 | |
Teléfono móvil personal | 163 | 23,4 | |
No me conecto a internet en mi puesto de trabajo | 38 | 5,5 | |
¿Con qué frecuencia? (N=659) | Diariamente | 351 | 50,4 |
Varios días a la semana | 178 | 25,5 | |
Menos de un día a la semana | 38 | 5,5 | |
Ocasionalmente | 92 | 13,2 |
Se encontró una diferencia estadísticamente significativa entre Tener acceso a internet y Perfil del puesto de trabajo; el 100 % (n=105) de los profesionales del ámbito de la docencia, gestión e investigación tenían acceso a internet, frente al 92.25 % (n=546) del ámbito asistencial (p=.020). No se encontraron diferencias en relación con la Comunidad o Ciudad Autónoma, Tipo de gestión de la empresa o Ámbito de trabajo. Así mismo, también se evidenció una asociación significativa entre la frecuencia de acceso a internet con el sexo, siendo los hombres los que más se conectan, en comparación con las mujeres (72,2 % vs 50,3 %, p <.001).
Los principales motivos por los que se conectaron a internet fueron: 79,8 % (n=527) consultar guías y protocolos de actuación; 74,8 % (n=494) actualizar conocimientos; 74,1 % (n= 484) resolver dudas relacionadas con la práctica clínica. El motivo por el que menos refirieron acceder fue para conectar con paciente 9,5 % (n=63) (Figura 1).
Un 62,6 % (n=436) afirmó haber recomendado, en alguna ocasión, alguna página web, blog, etc., a pacientes, mientras solo un 21,1 % (n=147) confirmó comprobar, habitualmente, si sus pacientes se conectaban a internet en busca de información sobre su problema de salud (un 71,0 %, n=495, no lo comprobó y un 7,9 %, n=55, afirmó no poder contestar a la pregunta, al no trabajar con pacientes).
Solo 178 personas (27,0 %) refirieron no tener dificultades para acceder a internet en su ámbito laboral. Aquellas que sí que identificaron barreras, destacaron como las más frecuentes: la falta de tiempo (41,4 %, n=273), el número insuficiente de ordenadores (24,7 %, n=163) y el mal funcionamiento de la Wifi corporativa (19,5 %, n=129) (Figura 2).
Nivel de alfabetización digital en salud. En la escala eHEALS, las puntuaciones totales oscilaron entre 8 y 40 (M=32,44; DT=5,22). Correspondiendo la puntuación media más baja a la pregunta: "Conozco qué recursos sobre salud están disponibles en internet" (media=3,91, DS=0,85) y la más alta a "Sé cómo utilizar internet para encontrar respuestas a mis cuestiones sobre salud" (M=4,23, DT=0,76) (Tabla 3).
Ítem | M | DT |
---|---|---|
Conozco qué recursos sobre salud están disponibles en internet | 3,91 | 0,85 |
Sé dónde puedo encontrar recursos útiles sobre salud en internet | 4,06 | 0,84 |
Sé cómo puedo encontrar recursos útiles sobre salud en internet | 4,14 | 0,78 |
Sé cómo utilizar internet para encontrar respuestas a mis cuestiones sobre salud | 4,23 | 0,76 |
Sé cómo utilizar la información sobre salud que encuentro en internet para que me ayude | 4,21 | 0,73 |
Tengo las habilidades necesarias para evaluar los recursos sobre salud que encuentro en internet | 3,99 | 0,87 |
Puedo distinguir los recursos de salud de alta calidad de los recursos de salud de baja calidad que se encuentran en internet | 3,99 | 0,95 |
Tengo confianza a la hora de utilizar la información de internet para tomar decisiones sobre salud | 3,88 | 0,89 |
Puntuación total | 32.44 | 5,22 |
Tras realizar el análisis de varianza (ANOVA) para determinar qué factores tuvieron más influencia en los resultados, se observaron diferencias estadísticamente significativas en 4 factores: nivel de estudios alcanzados y perfil del puesto actual de trabajo en todos los ítems; edad en "Tengo las habilidades necesarias para evaluar los recursos sobre salud que encuentro en internet" [F(4, 692)= 4,08, p=,003] y "Puedo distinguir los recursos de salud de alta calidad de los recursos de salud de baja calidad que se encuentran en internet" [F(4, 692)=3,70, p=.005]; años de experiencia laboral y categoría profesional en "Puedo distinguir los recursos de salud de alta calidad de los recursos de salud de baja calidad que se encuentran en internet" [F (2, 694)= 7,12, p=.001].
Discusión
Los resultados obtenidos muestran cómo, aunque prácticamente casi la totalidad de las enfermeras y enfermeros encuestadas disponían de acceso a internet en sus puestos de trabajo, la mayoría identificó barreras de acceso, destacando la falta de tiempo y el número insuficiente de ordenadores disponibles para cubrir las necesidades del equipo de trabajo, tal como reflejan otros estudios.19-21 Así mismo, más de la mitad se conectaban diariamente, lo que supera la cifra obtenida en los trabajos publicados en 2011 por Lupiáñez-Villanueva en España y Guilmour JA en Nueva Zelanda.17,19 La conexión fue más frecuente entre los hombres. Este dato difiere de los últimos estudios realizados en la población española donde, en 2019, la brecha de género, en cuanto al acceso a internet, había desaparecido.22
Los principales motivos identificados para conectarse (consultar guías y protocolos o resolver dudas relacionadas con la práctica clínica diaria) coinciden con los de otras categorías profesionales del ámbito de la salud, como los profesionales de la medicina.23 Lo que pone de manifiesto la necesidad de que las instituciones sanitarias establezcan estrategias de gestión que garanticen el tiempo y los recursos digitales necesarios para facilitar el acceso a la información de sus enfermeras. Debiéndose incluir entre ellas la revisión de los recursos de ayuda para la toma de decisiones clínicas disponibles en la intranet corporativa. Pues al ser herramientas eficientes de transmisión y actualización de información, posibilitan su consulta en los puntos de atención clínica, permitiendo mejorar la calidad y seguridad de sus cuidados y favoreciendo una práctica asistencial basada en la mejor evidencia científica disponible.24
Aunque ya en 2010, el ensayo controlado aleatorio desarrollado por Koivunen et al. concluyó que las TIC se consideraban una alternativa importante a incorporar en la educación sobre salud de los pacientes25 y, en la actualidad, existe evidencia que demuestra que internet se está convirtiendo en uno de los principales medios de información sobre salud de la población y en un recurso adicional que puede ayudar a los pacientes a comprender mejor los consejos proporcionados por los profesionales sanitarios,4,26 la mayoría de las enfermeras del presente estudio todavía no comprueban, habitualmente, si sus pacientes se conectan a internet, ni recomiendan webs/blogs fiables y de calidad relacionados con su problema de salud, tal como ocurre en investigaciones previas.19 En el estudio cualitativo realizado por Sjöström AE, basado en entrevistas a enfermeras de Atención Primaria, analizaron algunas variables que podrían justificar dicho comportamiento e identificaron una actitud ambivalente hacia trabajar con pacientes consumidores de información sobre salud vía internet.12 Aunque, principalmente, se reconoció en las enfermeras una actitud positiva, pues suponía una participación más activa y unos cuidados más centrados en el paciente, también se identificaron negativas, causadas, fundamentalmente, por sentimientos de cambio en el rol enfermera/paciente que les exigía asumir un papel más de coaching y una actualización continua. Dichos datos demuestran la necesidad de una mayor formación y sensibilización de las enfermeras con objeto de conocer los recursos digitales y de la Web 2.0 existentes en su área del conocimiento, que les facilite crear su propio entorno personal de aprendizaje digital. Con él, no solo mejorarán su práctica asistencial, sino que también les permitirá derivar a sus pacientes a recursos fiables y seguros en la red.27
Los resultados de esta investigación ponen de manifiesto que las enfermeras españolas tienen un nivel de alfabetización digital en salud alto e incluso ligeramente superior al obtenido en estudios previos realizados a profesionales sanitarios en Alemania, durante los años 2015 y 2016 o en el University of Gondar Comprehensive Specialized Hospital en 2018, donde la media obtenida en la escala eHeals fue de 31,84 y 27,84, respectivamente.2,28 Pero también muestran diferencias significativas en cuanto al nivel de alfabetización digital en salud de las enfermeras en España, según el nivel de estudios alcanzados (a mayor nivel, mayor grado de alfabetización) o tipo de trabajo (las enfermeras asistenciales tienen un nivel inferior en comparación con las que trabajan en los ámbitos de gestión, docencia o investigación). Es importante que las enfermeras asistenciales mantengan un nivel adecuado, ya que la investigación desarrollada por Hyeonmi C en Corea del Sur, sugiere que las enfermeras hospitalarias que poseen mayor capacidad de búsqueda, comprensión y evaluación de la información disponible online, tienen mayor capacidad para promover comportamientos saludables, como la mejora del manejo del estrés, y para mantener relaciones interpersonales.29
Por otra parte, en la encuesta realizada fue incluida una pregunta abierta, cualitativa, con objeto de descubrir otras cuestiones que desearan ser remarcados por los encuestados. Destacando 12 comentarios referentes a necesidades formativas relacionadas con la alfabetización digital en salud. El Consejo de la Unión Europea establece que toda persona tiene derecho a una educación, una formación y un aprendizaje permanente inclusivos y de calidad. E incluye, dentro de las 8 competencias clave para dicho aprendizaje, la competencia digital, la cual hace referencia a un uso seguro, crítico y responsable de las tecnologías digitales para el aprendizaje, tanto en el trabajo, como en la sociedad. Incluyendo la alfabetización en información y datos, la comunicación, la colaboración, la creación de contenidos digitales, la seguridad y el pensamiento crítico, entre otros.30 Por lo que las instituciones sanitarias no se deben quedar atrás y, dentro de sus planes estratégicos, deben incluir programas formativos, innovadores y eficientes que garanticen que sus profesionales mejoren su nivel de alfabetización digital en salud y adquieran habilidades informáticas que favorezcan el uso de las TIC.31 Así mismo, también resulta necesario realizar una adaptación curricular de los estudios universitarios del Grado en Enfermería que permita ampliar el contenido relacionado con la búsqueda eficiente de información de salud en internet y su evaluación. Pues investigaciones como la publicada por Rathnavake en 2019,32 evidencian un nivel insuficiente de alfabetización en salud digital de las estudiantes de enfermería, pese a tener un nivel adecuado de habilidades y una actitud positiva hacia el uso de internet para acceder a información y tomar decisiones en el ámbito de la salud.33
Existen escasos estudios realizados en el territorio español que hayan abordado el uso de internet y el grado de alfabetización digital en salud de las enfermeras y enfermeros. La pertinencia de este estudio exploratorio radica en que servirá de base para realizar futuras investigaciones de mayor profundidad o alcance. El haber utilizado una escala validada para cuantificar el grado de alfabetización garantizará poder comparar los resultados obtenidos en otros contextos.
No obstante, este trabajo presenta ciertas limitaciones. En primer lugar, al estar enmarcado dentro de un trabajo académico se dieron restricciones de tiempo para la recogida de la muestra. En segundo lugar, la difusión de la encuesta se realizó en redes sociales debido a que el periodo de recogida fue en plena pandemia Covid-19. Periodo en el cual las reuniones entre profesionales de la salud estaban limitadas para evitar la propagación del virus y existía dificultad para contactar o difundir dicha encuesta mediante las direcciones de las instituciones sanitarias u organizaciones colegiales. Debido al método de difusión, pudo haber un sesgo de respuesta doble: los profesionales que más usan internet podrían haber contestado en mayor proporción y la limitación de tiempo pudo hacer que la muestra estuviese sobrerrepresentada por profesionales de la misma comunidad que la investigadora del estudio, la Comunidad Valenciana.
Conclusiones
Este estudio ha permitido constatar que, aunque la mayoría de los profesionales enfermeros utilizan internet en sus puestos de trabajo y tienen un grado de alfabetización digital en salud adecuado, identifican barreras para su acceso. Hallazgo que supone implicaciones importantes para las instituciones sanitarias y gestores enfermeros. Por un lado, hace factible que diseñen proyectos para integrar internet como herramienta para la mejora del proceso de atención. Y por otro, pone en evidencia la necesidad de que no solo deberán proporcionar el tiempo, la formación y los recursos necesarios para facilitar a las enfermeras el acceso a internet en sus puestos de trabajo, sino que también deberán favorecer la transición digital, facilitando la mejora de sus competencias digitales y su nivel de alfabetización digital en salud. Lo que promoverá y garantizará un uso más eficiente y efectivo de internet y de las TICs, que repercutirá en la seguridad y calidad de los cuidados que proporcionan a la población.