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Index de Enfermería

versión On-line ISSN 1699-5988versión impresa ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.30 no.3 Granada jul./sep. 2021  Epub 06-Jun-2022

 

EDITORIAL

Cuidar al ser humano y cuidar la Tierra, un desafío en tiempos de pandemia

Lizet Veliz-Rojas1 

1Agrupación de enfermeras ecologistas de Chile. Facultad de Medicina, Universidad Católica del Norte, Chile

La crisis sanitaria actual, transformada en crisis económica y social, producto de un coronavirus, el SARS-CoV-2, es el resultado de la forma como los seres humanos habitan, producen y consumen en el mundo los recursos naturales reducidos y vulnerables, cuyo ecosistema global ha cambiado de manera drástica en estos dos últimos siglos.1 Al respecto, el director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en mayo del 2020, señaló que “La pandemia es un recordatorio de la íntima y delicada relación entre las personas y el planeta. Cualquier esfuerzo por hacer nuestro mundo más seguro está condenado a fracasar a menos que aborde la interfaz crucial entre las personas y los patógenos y la amenaza existencial del cambio climático que está haciendo que nuestro planeta sea menos habitable”.2

En esta misma línea, la OMS estableció una serie de recomendaciones para una recuperación saludable post Covid-19, y que fuesen respetuosas con el medio ambiente, a saber: (1) proteger y preservar la fuente de la salud humana: la naturaleza; (2) invertir en servicios esenciales, desde agua y saneamiento hasta energías no contaminantes en los centros de salud; (3) asegurar una transición energética rápida en pro de la salud; (4) promover sistemas alimentarios sanos y sostenibles; (5) construir ciudades sanas y habitables; y (6) dejar de utilizar el dinero de los contribuyentes para financiar la contaminación.2 Considerando estos elementos, el equipo de salud y de enfermería no debe estar ajeno a este escenario, y se requiere avanzar en el desarrollo de estrategias y acciones que permitan cuidar a los seres humanos y a la naturaleza desde una perspectiva de equidad.

La salud humana no se puede desvincular de la salud de los sistemas naturales dentro de la biosfera de la Tierra. El impacto del cambio climático, de la contaminación ambiental y la destrucción de la biodiversidad sobre la salud humana, tienen cierta correlación con las condiciones de vida de la población, la calidad ambiental y la organización de las sociedades donde viven. Las comunidades y personas que son marginadas por razones sociales, económicas, culturales, políticas, étnicas, institucionales, entre otras, son las más vulnerables a la influencia de la crisis ambiental, y a las posibles acciones y respuestas de adaptación o de mitigación.3 Por tanto, la acción del cuidado del medio ambiente debe ser global y colectiva, fortaleciendo políticas públicas orientadas a la justicia social y ambiental, pero, lamentablemente, los seres humanos nos concebimos como algo diferente y separado de nuestros ecosistemas, siendo inmensamente ciegos a nuestra manera de ver el mundo.4

Florence Nightingale, afirmaba que gestionar un entorno saludable y poner al paciente en las mejores condiciones para que la naturaleza actuara benignamente sobre él, era tan importante como curar con los mejores medicamentos.5 En la década de los ochenta, la carta de Otawa para la promoción en la salud, señaló la importancia de un acercamiento socio-ecológico de la salud, determinando la necesidad de una evaluación sistemática del impacto que los cambios medio ambientales producen a la salud. Asimismo, estableció que las estrategias de promoción de la salud deben considerar la protección del medio ambiente natural y la conservación de los recursos naturales.6

Sthol, en el año 1991, abrió la discusión sobre el hecho innegable de que la salud de cada uno de nosotros está conectada con la salud de nuestro planeta.7 Parker, en el año 1993, estableció una ética de enfermería para la salud planetaria, que nos permite entender la salud como una reintegración de nuestras relaciones humanas con la naturaleza.7 Watson, en el año 2019, señaló que, para lograr una práctica de enfermería más humana, es necesario sanar nuestra relación con el ser/otros/planeta Tierra/universo.8

El Consejo Internacional de Enfermeras (CIE), en el año 2018, realizó una declaración sobre “enfermeras, cambio climático, y salud”, afirmando que las enfermeras tienen la responsabilidad compartida de sostener y proteger el entorno natural frente a su agotamiento, contaminación, degradación y destrucción. En este mismo aspecto, motiva a las enfermeras a: contribuir a la mitigación del cambio climático mediante la implementación de políticas ambientales y prácticas sostenibles; participar en las medidas nacionales y multisectoriales para mitigar el impacto del cambio climático en la población con un enfoque en los colectivos vulnerables; contribuir a la salud ambiental y a la formulación de políticas justas; concienciar sobre las implicaciones de salud del cambio climático y sobre cómo evaluar y abordar los riesgos de este fenómeno para la salud; integrar el concepto de sostenibilidad en la práctica de la enfermería; colaborar con diversas organizaciones en el diseño de políticas y programas de adaptación en salud.9

Adicionalmente a lo expuesto, es necesario que la práctica de enfermería tenga una visión holística del ser humano y de la Tierra, teniendo en consideración que todos somos parte de la red de vida. Esto implica un cambio de paradigma en el cuidado, que históricamente ha estado centrado en la persona desde un punto de vista antropocéntrico, hacia una visión biocéntrica de cuidado en donde el ser humano está interconectado a la red de vida. El profesional de enfermería se encuentra en una posición privilegiada para educar en salud, para abogar y empoderar a las personas y comunidades sobre el cuidado medio ambiental y su vinculación con la salud humana. Se puede fortalecer un capital social que pueda influir en el desarrollo de políticas públicas en salud, en tanto, es necesario comprender cómo se desarrollan los lazos emocionales y más profundos del ser humano con la Tierra, en este sentido los pueblos originarios tienen un claro conocimiento que puede ser de gran aporte en la promoción de la salud para el desarrollo humano sostenible.

Finalmente nos cuestionamos si las enfermeras estamos preparadas para cuidar y hacer frente a este escenario. Sin duda esto constituye un verdadero desafío en la formación profesional. La literatura ha señalado algunos elementos básicos que deben poseer los profesionales de la salud para el cuidado del ser humano y de la Tierra, tales como una perspectiva integradora y holística de la salud, el liderazgo dinámico, el trabajo transdisciplinario, la competencia intercultural, el pensamiento y conciencia crítica, conocimientos sobre políticas públicas y del modelo económico.5

Para enfrentar este desafío se requiere de un debate y una reflexión sincera acerca de cómo estamos formando a los futuros profesionales de enfermería, que vaya más allá del enfoque centrado en el hospital. Sin duda esto ha sido necesario, pero hay que avanzar hacia una enfermería que sea garante del cuidado holístico de las personas y comunidades interconectadas con la naturaleza desde una perspectiva de equidad y justicia social en salud.

Bibliografía

1. Maya G. Cambio climático:¿la humanidad culpable? Ens. Econ. 2020;30(56):7-10. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo? codigo=7524563 [acceso:20/03/2021]. [ Links ]

2. Organización Mundial de la Salud (OMS). Manifiesto de la OMS a favor de una recuperación saludable de la Covid-19. 2020. Disponible en: https://www.who.int/es/news-room/feature-stories/detail/who-manifesto-for-a-healthy-recovery-from-covid-19 [acceso:05/03/2021]. [ Links ]

3. Piña C. Cambio climático, inseguridad alimentaria y obesidad infantil. Rev Cubana Salud Pública. 2019;45(3):e1964. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php? script=sci_arttext&pid=S0864-34662019000300014 [acceso:03/03/ 2021]. [ Links ]

4. Germán-Bés C. Vendrán virus más peligrosos y solo un ecosistema saludable nos salvará. Index de Enfermería 2020;29(1-2):86-86. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1132-1296202000 0100022&lng=en [acceso:29/08/2021]. [ Links ]

5. Amezcua M. Florence Now:el triple impacto del poder Nightingale. Index de Enfermería 2020;29(3):108-111. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1132-12962020000200002&lng=en [acceso 29/ 08/2021]. [ Links ]

6. Organización Mundial de la Salud (OMS). Carta de Otawa para la promoción de la salud. 1986. Disponible en: https://www.paho.org/hq/dmdocuments/2013/Carta-de-ottawa-para-la-apromocion-de-la-salud-1986-SP.pdf [acceso:03/03/2021]. [ Links ]

7. Prescott S, Logan A. Planetary Health:From the Wellspring of Holistic Medicine to Personal and Public Health Imperative 2019;15(2):98-106. Disponible en: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1550830718301824? via%3Dihub [acceso:03/03/2021]. [ Links ]

8. Watson J. Enfermería:la filosofía y ciencia del cuidado. México:Editores UACH, 2019. [ Links ]

9. Consejo Internacional de Enfermeras (CIE). Declaración de posición sobre enfermeras, cambio climático y salud. 2018. Disponible en: https://www.icn.ch/es/noticias/el-consejo-internacional-de-enfermeras-insta-un-mayor-liderazgo-de-enfermeria-para [acceso:03/03/2021]. [ Links ]

Correspondencia: lizet.veliz@ucn.cl

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