Introducción
El segundo suicidio de una enfermera en una UCI chilena despierta las alarmas. Las redes sociales han sido el principal canal de difusión para que una historia vaya más allá de un comunicado de prensa.1 El comportamiento del riesgo suicida constituye un problema complejo, con múltiples causas, siendo la enfermedad mental uno de los factores más importante que predispone al comportamiento suicida.2,3 Los suicidios son prevenibles. Según la OMS, cada 40 segundos se suicida una persona en alguna parte del mundo, más de 800.000 personas se suicidan cada año. El grupo con mayor riesgo son los jóvenes entre 15 a 29 años, siendo esta la segunda causa de muerte en este grupo etario, periodo en el cual se inician los estudios universitarios.4,5 Chile tiene una de las tasas de suicidio más altas de Latinoamérica.1 Unas 1800 personas mueren al año, por cada uno de estos, alrededor de 20 personas realizan un intento suicida. Esto evidencia que los problemas de salud mental afectan a 2 de cada 10 personas en Chile. Según cifras del ministerio de salud, más de 220 mil chilenos sobre los 18 años han planificado suicidarse, y más de 100 mil reconoce que intentó quitarse la vida. Se destaca que 20,3 % de las personas que se suicidan en Chile son jóvenes entre 20 y 29 años por lo que es necesario enfocarse en esta población.6 Es en este grupo etario donde se concentra la población de estudiantes de enfermería, por lo que el problema puede ser relevante, si consideramos que las dos enfermeras que se suicidaron llevaban poco tiempo de egresadas.
Según Tomás-Sábado et al., la predicción del riesgo suicida ha sido objeto de numerosos trabajos de investigación, en un intento de identificar variables asociadas. Sin embargo, las limitaciones metodológicas inherentes al tema hacen que muchos estudios resulten ser una comparación retrospectiva entre “intentos” y no “intentos” de suicidio;7 por lo que es importante visualizar factores asociados a la prevención suicida.
Por otra parte, el estrés es un problema de salud pública que se define como “una respuesta inespecífica del cuerpo ante cualquier demanda” y que actúa como factor desencadenante de la ideación suicida.8 El estrés académico, es un proceso sistemático de carácter adaptativo de reacciones de activación fisiológicas y conductuales ante estímulos y eventos académicos. Ser universitario significa tener propensión a desarrollar algún nivel de estrés que puede desencadenar problemas emocionales, cognitivos, psicológicos y fisiológicos pudiendo incluso desencadenar ideas suicidas o un suicidio.9 Las ciencias de la salud han sido reportadas como una de las ramas donde los estudiantes manifiestan mayores niveles de estrés; así, la profesión de enfermería se considera estresante porque quienes la estudian y la practican son susceptibles de padecer altos niveles de estrés10 y, en consecuencia, una ideación suicida.3,11 El Síndrome de Burnout se incluyó en el listado de afecciones de la OMS, sin embargo, es popular cuando se relaciona en trabajo, mas no cuando afecta a los estudiantes.12
El burnout académico es un trastorno prolongado, caracterizado por el agotamiento que afecta la capacidad y motivación relacionada con el estudio, provocando un bajo rendimiento académico y que afecta física y mentalmente otros aspectos de la vida, manifestado por tres dimensiones: agotamiento emocional, despersonalización y falta de realización personal.13,14
En Chile, un estudio pre-pandémico en estudiantes de enfermería, mostró que el 100 % de los estudiantes presentaron burnout académico, prevaleciendo el nivel «leve» (73,4 %).15 Un reciente estudio en Cataluña, indicó que los estudiantes que combinan actividad laboral remunerada y estudios, la mayor prevalencia de síndrome de burnout de estudiantes que trabajan, los presentan enfermería (57,9 %).16 Otro estudio en México, observó que más de la mitad de la muestra de estudiantes padecía niveles medios y altos del síndrome de burnout académico, encontrándose diferencias significativas respecto al sexo, área de estudio, presencia de hermanos y nivel académico de la madre.17
Escuderos et al., mostraron resultados que indican a mayor agotamiento, cinismo e ineficacia se incrementan los síntomas relacionados con problemas de salud mental. Del mismo modo, la severidad o nivel del burnout es proporcional a los problemas de salud mental. Se concluyó que el agotamiento es relevante en la presencia de síntomas, y el nivel alto de burnout académico es de gran importancia clínica, al coexistir con sintomatología diversa.18 En esta misma línea, preocupa que en el escenario pandémico, un estudio multinacional europeo, mostró que un tercio de la población de estudiantes de enfermería experimentó una depresión leve, con niveles más altos de depresión en los estudiantes españoles (59,1 %); en el análisis de regresión lineal multivariante identificó que los españoles experimentaron más depresión que los griegos y los albaneses (p <0,001); y concluyó que el impacto del encierro y la cuarentena en la salud mental de los estudiantes de enfermería es claro.19 Si consideramos estos antecedentes, y que el principal factor predisponente del comportamiento suicida es la enfermedad mental,2 el burnout académico, se transforma en un condicionante que se debe estudiar.
El propósito de esta investigación fue la búsqueda de la relación entre el Síndrome de Burnout Académico y el riesgo suicida en estudiantes de Enfermería de primero a quinto año de una universidad del norte de Chile.
Metodología
Estudio cuantitativo, descriptivo-correlacional, de corte transversal. La muestra es no probabilística. Se estableció la relación entre síndrome de burnout académico y el riesgo de suicidio en estudiantes de enfermería en una universidad pública de Chile en el norte del país, aplicada entre abril y mayo del año 2021 en forma online.
El resguardo ético propuesto fue evaluado y aprobado por el “Comité de Ética de Investigación Científica” de la institución patrocinante, y estos criterios fueron resguardados con el consentimiento informado. Seguidamente, se realizó la recolección de datos biosociodemográficos y encuestas, con una duración aproximada de 20 minutos. Los datos obtenidos fueron analizados mediante el software SPSS®, por medio del cual, se realizó un análisis estadístico descriptivo de las variables. Para calcular la normalidad de los datos se utilizó la prueba de Kolmogorov-Smirnov; y finalmente, las relaciones fueron calculadas a través del coeficiente de correlación de Rho Spearman.
La población en estudio fue de 317 estudiantes de enfermería que se encontraban entre el primer y quinto año de la carrera. La muestra mínima se calculó con un 95 % de confianza y un margen de error del 5 %, estimando un número de 175 estudiantes; no obstante, se aplicaron 201 encuestas. Como criterios de inclusión, fueron estudiantes de la carrera que se encontraban en calidad de alumno regular, y con consentimiento informado aceptado.
Los instrumentos utilizados, primero, “el cuestionario de Maslach Burnout Inventory Students Survey (MBI-SS)”, es un instrumento que mide las manifestaciones del modelo trifactorial de Maslach aplicado a los quehaceres académicos.13 El segundo instrumento, se trata de la “escala de desesperanza de Beck (BHS)”, que mide el riesgo de suicidio, es una escala breve que consta de 20 afirmaciones con dos opciones de respuesta y que entrega los siguientes rangos: Normal o Asintomático: 0-3; Leve: 4-8; Moderado: 9-14; y Severo: 15-20. Se ha observado que un puntaje mayor a 9 es un buen predictor de una eventual conducta suicida.4 Ambas encuestas validadas para población chilena.
Resultados
La población encuestada muestra para las variables biosociodemográficas, que el 83,1 % corresponden al género femenino. El 47,8 % de los entrevistados tienen entre 20 a 22 años. Más de un tercio de la población en estudio cursa el quinto año de la carrera de enfermería con un 40,9 % participantes. Asimismo, un 96 % de la muestra tiene un estado civil “soltero”. El 88 % de la muestra “vive con sus familias” y el 3,5 % “vive solo”. En cuanto a “redes de apoyo”, el 82 % refiere contar con el apoyo de su familia, amigos y pareja, mientras que el 14 % solo recibe apoyo de su familia (ver Tabla 1).
Características Biosociodemográficas | f | % | |
---|---|---|---|
Género | Femenino. | 167 | 83,1 |
Masculino. | 33 | 16,4 | |
Non - binary | 1 | 0,5 | |
Nivel que cursa | 1° año. | 44 | 21,9 |
2° año. | 13 | 6,5 | |
3° año. | 24 | 11,9 | |
4° año. | 38 | 18,9 | |
5° año. | 82 | 40,8 | |
Rangos de Edad | Entre 17 y 19 años. | 46 | 22,9 |
Entre 20 y 22 años. | 96 | 47,8 | |
Entre 23 y 25 años. | 54 | 26,9 | |
Entre 25 años o más. | 5 | 2,5 | |
¿Con quién vive? | Familia | 176 | 88,0 |
Solo | 7 | 3,5 | |
Otros | 18 | 9,0 | |
Redes de apoyo | Familia | 28 | 14,0 |
Amigos | 4 | 2,0 | |
Pareja | 5 | 2,5 | |
Todos | 164 | 82,0 | |
Estado civil | Casado | 2 | 1,0 |
Comprometido | 2 | 1,0 | |
En pareja | 4 | 2,0 | |
Soltero | 193 | 96,0 |
El análisis descriptivo de las dimensiones del síndrome burnout académico, exhibe que el 25 % de los encuestados mostró una despersonalización con 3 puntos, agotamiento emocional 18 puntos y 11 puntos para la realización personal (ver Figura 1). En relación con los niveles obtenidos según la escala de Maslach burnout (MBISS), del total de la muestra el 75 % presenta síndrome de burnout académico con 57 puntos.
El nivel de riesgo suicida en la muestra, indica que el 10 % obtiene un nivel de riesgo suicida de moderado a severo y que un 90 % de la población presenta un riesgo leve y asintomático (ver Tabla 2).
Riesgo Suicida | f | % | Media: 1,49; D.E: ,715. | |
Nivel | Asintomático | 125 | 62,2 | |
Leve | 56 | 27,9 | ||
Moderado | 17 | 8,5 | ||
Severo | 3 | 1,5 | ||
Total | 201 | 100,0 |
De los encuestados, el 83,5 % son de género femenino donde su nivel de riesgo suicida corresponde al 53 % de los asintomáticos, 22 % leves, 7 % moderado, 1,5 % severos. Asimismo, el género masculino corresponde 9,5 % de los asintomáticos, 6 % leves y 1 % moderado. Además, llama la atención que el único individuo que se identificó como no-binario, presenta un riesgo suicida moderado.
Por otra parte, el 89 % de la muestra “vive con la familia”, de ellos, el 55 % de los participantes tienen su nivel de riesgo suicida asintomático, 24 % leve, 8 % moderado, 1,5 % severo, mientras los que viven “solo” corresponde 0,5 % de los asintomáticos y 3 % leve. Además, el 0,5 % que vive con sus amigos presenta un nivel de riesgo suicida severo, al igual que aquellos que viven con su pareja. El 54 % de los participantes que refiere vivir con todos presentan un riesgo suicida asintomático. El 96 % de los participantes tienen el estado civil “soltero”, de los cuales el 1 % tienen un nivel de riesgo suicida severo, 8 % moderado, 27,8 % leve y 62 % asintomático.
Para las variables de Nivel de riesgo suicida y Despersonalización se observa una correlación moderada positiva (r=,308; p<,000). Asimismo, entre Agotamiento emocional y el Nivel de riesgo suicida, una correlación moderada positiva (r=,340; p<,000). Además, se muestra una correlación moderada positiva (r=,491; p<,000) entre Realización Personal y el nivel de riesgo suicida. Finalmente, se observa una correlación fuerte positiva (r=,501; p<,000) entre el total de burnout académico y el nivel de riesgo suicida (ver Tabla 3).
Despersonalización | Agotamiento emocional | Realización personal | Total MBISS | Nivel del riesgo suicida | |
---|---|---|---|---|---|
Despersonalización | 1,000 | ,265** | ,350** | ,676** | ,308** |
Agotamiento emocional | 1,000 | ,308** | ,775* | ,340** | |
Realización personal | 1,000 | ,699** | ,491** | ||
Total MBISS | 1000 | ,501** |
**La correlación es significativa en el nivel 0,01 (bilateral)
Discusión
Los estudiantes de enfermería y sus profesionales son una población susceptible a padecer estrés e ideación suicida,3,10,11 y resulta trascendente analizar los resultados de esta sintomatología en esta muestra. Los resultados manifiestan un alto índice de correlación positiva fuerte entre las variables obteniendo un resultado de (r=,501; p<,000), lo que permite confirmar la hipótesis. En coherencia con nuestros hallazgos, los altos índices de síndrome de burnout presentados en la población estudiantil en Colombia relacionado al riesgo suicida (positivo con un 11,8 %) muestran que, en el afán de formar profesionales competentes, con alto desempeño académico está afectando a la salud física y mental de los estudiantes, y de manera paradójica, se está contribuyendo a la formación de profesionales de salud con estilos de vida poco saludables y con altos niveles de riesgo.20 Otro reciente estudio de Villamizar et al., también encontró que la ideación suicida y las dimensiones del burnout académico, son factores de riesgo para la salud general percibida en los estudiantes universitarios;21 estos resultados corroboran nuestros hallazgos.
En relación con la identificación del burnout académico en estudiantes de enfermería, el análisis descriptivo de cada dimensión mostró la despersonalización con 3 puntos, agotamiento emocional 18 puntos y 11 puntos para la realización personal. Cifras que llaman la atención, ya que, al igual que en un estudio anterior, en nuestra investigación, lo que más afecta a los estudiantes es la realización personal y la presencia de un agotamiento cuando se trata del síndrome de burnout académico.22 Por otro lado, el estudio mostró que el 75 % de la población estudiada presenta el síndrome, esto quiere decir que ellos presentan las tres dimensiones que lo componen, lo que es un porcentaje elevado en comparación a un estudio donde los estudiantes de enfermería de Costa Rica presentan un 18,8 % de este síndrome.23 No obstante; en otro estudio pre-pandémico en Chile, la muestra presentó que el 100 % de la población presentaba el síndrome burnout;15 esta diferencia puede estar fundada en el cambio de las actividades académicas en tiempo de pandemia, como son: clases telemáticas, suspensión de laboratorios simulados y prácticas clínicas.
Con respecto al nivel de riesgo de suicidio, se destaca que el 10 % de los encuestados presenta un nivel de riesgo suicida moderado a severo, lo que es preocupante; pues, que tal como se presentó en la Encuesta Nacional Salud, el 20,3 % de las personas que se suicidan a nivel país pertenece a este el grupo etario (20 y 29 años).6 Sin embargo, los resultados de la investigación son inferiores a otro estudio realizado en Ecuador, donde la presencia de riesgo suicida en estudiantes de la carrera de enfermería fue alta con un 14 %, moderada 44 % y bajo un 42 %.24
Llama la atención que, de la muestra, un 88 % refiere que “vive con la familia”, de ellos un 9,5 % presenta riesgo suicida (moderado y severo), este resultado es contrario a otras investigaciones, que sugieren que el apoyo familiar puede desempeñar un papel fundamental en la prevención del suicidio.25,26
Con respecto a género y riesgo suicida, el Programa Nacional de Prevención del Suicidio refiere que, si bien los hombres presentan tasas de suicidios de 2 a 3 veces mayores que las mujeres, son las mujeres las que realizan 3 veces más intentos de suicidio que los hombres, dado que, a mayor riesgo, mayor intento suicida,27 lo que es una alerta, pues el 83 % de nuestra muestra corresponde a al género femenino. Asimismo, los resultados muestran que el 1,5 % del género femenino presenta un nivel de riesgo suicida severo, mientras que el género masculino posee un 0 % de riesgo suicida severo.
Conclusiones
El estudio permite determinar que existe una relación estadísticamente significativa entre el síndrome de burnout académico y el riesgo suicida de los estudiantes de enfermería. Asimismo, se observa un riesgo moderado y severo del riesgo suicida en la muestra (10 %). Por tanto, la detección oportuna y precoz del burnout académico y el riesgo suicida, pueden ayudar a prevenir el comportamiento suicida e incluso el suicidio en estudiantes de enfermería. Estos estudiantes, son susceptibles a padecer altos niveles de estrés, por lo que aumenta la necesidad de crear estrategias de intervención.
Es importante mencionar que este síndrome y su relación con el riesgo suicida ha sido poco estudiado, motivo por el que es de gran importancia observar los factores asociados o predisponentes a la aparición del síndrome de burnout dentro de la población estudiantil, con el objeto de observar esta sintomatología, y con ello, encontrar técnicas que brinden herramientas a los estudiantes para generar habilidades que les ayuden a afrontar los altos niveles de estrés que surgen como resultado del proceso de enseñanza.
Los datos obtenidos y analizados en este estudio, y otras investigaciones, ponen en evidencia la necesidad de intervenir efectivamente en los estudiantes de enfermería, con el fin de mejorar métodos de enseñanza y hábitos de estudio; así como fortalecer programas psicoemocionales y estilos de vida saludables, para apoyar a los estudiantes con potencial riesgo de padecer el síndrome de burnout académico o intento de suicidio.
Es recomendable que futuros estudios pudiesen ser de corte longitudinal para ver si el porcentaje del riesgo suicida se mantiene o modifica a través del tiempo. Asimismo, realizarlo en muestras más amplias de estudiantes, incluyendo otras carreras de la salud y más heterogéneas.