Introducción
La Enfermería ha transitado un largo camino de consolidación disciplinar a través del tiempo. Aspectos, como el desarrollo de un cuerpo de conocimientos generados a partir de una visión propia de los fenómenos de estudio, han sido clave para su consolidación como disciplina científica,1 traduciéndose en la integración de los saberes profesionales y metodológicos. Dicho transitar implicó ir relevando la hegemonía del paradigma positivista hacia una visión más holística, sustentada en las corrientes interpretativas de las ciencias sociales.2 Como cualquier otra disciplina, la enfermería define claramente su objeto de estudio y quehacer: "el cuidado profesional a las personas que, en interacción continua con su entorno, viven experiencias de salud-enfermedad",3 siendo este concepto de cuidado, el pilar fundamental del actual metaparadigma enfermero.
La naturaleza del cuidado se ha estudiado desde dos grandes perspectivas, la histórica y la filosófica. La primera hace alusión al hecho de que, desde los albores de la humanidad, las personas han buscado la forma de sobrevivir y persistir a lo largo del tiempo a través de su organización social, por medio de un proceso evolutivo supeditado al contexto sociohistórico.4 En tanto la perspectiva filosófica, se refiere al proceso reflexivo del ser humano en torno a su propia existencia, a su condición humana y a la ética.5
Heidegger, declarado por algunos autores como el filósofo más importante del siglo XX, en el año 1927 cristalizó su trabajo en la obra "Sein und Zeit", más conocida en el habla hispana como "Ser y tiempo".6 El autor retoma en sus reflexiones la pregunta por el ser, la misma pregunta que desarrollaron Platón y Aristóteles. En dicha obra, se "desentraña la fenomenología de la existencia humana y su manifestación, el Dasein, de ahí surgen algunas categorías relacionadas con el cuidado tales como: Cure, El Sujeto y Persona, El Ser, La Enfermedad, Vida y Muerte".7 Este es el prisma ontológico que guía el presente artículo.
El paso del tiempo, obviamente ha traído consigo desafíos a enfrentar por parte del conocimiento enfermero, emergiendo gracias a la naturaleza dialéctica de la disciplina8 -referente a la retroalimentación inmediata entre lo teórico y lo práctico-. Algunos de estos retos son la transformación demográfica y epidemiológica de la población, la invisibilidad del cuidado -y de quiénes cuidan-, la tecnificación de la salud, la aparición de otras profesiones que también cuidan y los conflictos bioéticos. Tales escenarios llevan ineludiblemente al cuestionamiento sobre la razón de ser de la profesión.9
Hacia finales de 2019, se notificaban los primeros casos de infección por Sars-CoV-2 (coronavirus tipo 2 del síndrome respiratorio agudo), los cuáles se manifestaban en una patología acuñada con el nombre de Covid-19.10 Rápidamente, se extendió alrededor del mundo hasta alcanzar la magnitud de pandemia, trayendo consigo un duro desafío a los profesionales sanitarios que se preparaban a cuidar a un nuevo perfil de usuario: personas con afección infectocontagiosa de alto riesgo.
Es así como se explicita el objetivo de este artículo: reflexionar en torno al trabajo filosófico de Martín Heidegger, como referente ontológico para comprender el cuidado de enfermería, desde los desafíos asistenciales desprendidos de la pandemia por Covid-19.
Estado del arte
Alrededor de los últimos diez años, los artículos que abordan la relación de Heidegger y la enfermería han profundizado en dos grandes áreas: la fenomenología de Heidegger como paradigma investigativo y la ontología del cuidado. Sin embargo, esta última área no solo debe permear en los ambientes académicos, sino que también en los lugares en donde los profesionales de enfermería entregan cuidado de forma directa.
El debate sobre la relación entre la teoría y la práctica, ha sido un tópico recurrente en la literatura sanitaria. El carácter práctico de la disciplina enfermera, ha permitido que emerja un conocimiento de naturaleza más bien tácita, vale decir, intuitivo y aprendido por medio de la experiencia y la emoción.11 Esto no implica escindirse del conocimiento positivista, ligado a la comprobación, exactitud y predicción, sino más bien al establecimiento de una armonía entre lo tácito y lo racional. Para Rivera y Medina, los profesionales de enfermería deben promover desde su formación, la conjunción de competencias como lo son la capacidad de escucha activa, una motivación intrínseca por ejercer cuidados y responsabilidad intelectual, a fin de estimular un pensamiento reflexivo que guie su práctica.12 Es así como surge el concepto de práctica reflexiva.
Habermas postula que la práctica reflexiva, por medio de la autorreflexión del profesional de enfermería y la modificación de conductas, es una herramienta de emancipación,13 entendida como aquella que asegura la autonomía del usuario, por lo tanto, su participación activa en la solución de problemáticas de salud.
La necesidad de que los profesionales de enfermería enfrenten sus actividades asistenciales desde la práctica reflexiva, conlleva el hecho de tener uno o más referentes filosóficos. Es aquí, donde el trabajo de Martin Heidegger cobra un valor fundamental para esta reflexión.
Heidegger y el cuidado
Las reflexiones que hizo Heidegger en "Ser y tiempo", deben entenderse como el resultado de un contexto sociopolítico alemán -finales del siglo XIX y principios del siglo XX-.14 Este canon lo llevó a profundos cuestionamientos sobre el ser y su naturaleza, desentrañando el concepto de Cure o Sorge, también traducido al español como cuidado.7
Dasein
Uno de los más grandes conceptos de la filosofía Heideggeriana, es el Dasein, o cómo se le ha traducido al español, "ser-ahí" (Da-Sein), en donde "ahí", el filósofo lo considera cómo el mundo. Ante los ojos del autor, el ser humano, o el Dasein, está sumergido en la tierra -humano viene de humus, tierra en latín-, en otras palabras, en la materialidad cotidiana. A raíz de esto último, es que Heidegger no puede concebir al ser humano como un aparte del mundo, y cualquier filosofía que abstraiga una concepción del Dasein fuera de la cotidianidad, carece de total sentido.15
El Dasein no se manifiesta precisamente desde la individualidad o el egoísmo humano, sino que, a partir del mundo compartido con otros, lo que promueve es la formación de vínculos funcionales con el entorno. Esta necesidad de cuidado, que pasa de ser un acto meramente intuitivo a uno consciente, evoluciona a partir de una disposición afectiva básica en los seres humanos según Heidegger: la angustia, también entendida como la vulnerabilidad humana.16
El cuidado
Heidegger presenta al Cure o Sorge (cuidado), según su estructura ontológica, como una preocupación o aflicción constante hacia los entes. Representa una capacidad inherente a la naturaleza humana, la cual emerge cuando la existencia de un otro adquiere importancia para una persona, para el Dasein17. "El cuidado debe ser completado en el otro, implica una respuesta afectiva y mediada por la bondad, compasión, responsabilidad, disponibilidad, ofreciendo: seguridad, apoyo y comodidad".18
A los ojos del filósofo, el cuidado se convierte en la esencia misma de la existencia humana, concepción nada nueva, sino más bien heredada de la antigua tradición grecolatina de cuidar de sí y cuidar del alma.19 No obstante, la capacidad de cuidar de otro se pierde en un solo evento humano: la muerte. "El Dasein no puede experimentar la muerte del otro. El que está muerto no puede dar razón de la pérdida de su ser, y el que existe, no puede ponerse en el lugar del otro".7
En suma, Heidegger, mediante el Dasein, propone un modo de existencia de los seres humanos como entes que necesitan cuidados,20 lo que al triangularse con el metaparadigma enfermero, dan como resultado una perspectiva teórica de comprensión hacia el mismo fenómeno.
No se debe considerar que la propuesta de Heidegger posea una mayor ponderación en relación al conocimiento nacido desde la disciplina enfermera respecto al cuidado. Es más bien un referente sólido y transversalmente aceptado por diversas áreas del conocimiento, sobre una temática existencialista que involucra aspectos complejos del entendimiento humano.
Cuidar en tiempos de pandemia: ¿una crisis paradigmática?
Florence Nightingale revolucionó el canon de salud y medicina a mediados del siglo XIX. Por medio de la observación directa en la atención de heridos de guerra, Nightingale fue reconocida posterior al conflicto de Crimea (1853-1856), como la pionera en plantear principios de salubridad y recuperación para los heridos de guerra.21 Queda claro que ese momento fue culmen para la evolución de la enfermería como la conocemos hoy en día. Fue una crisis al sistema sanitario de entonces, una crisis que se transformaba en oportunidad.
Si bien, la enfermería en la actualidad se caracteriza por un robusto cuerpo de conocimientos disciplinares que fortalecen la autonomía profesional, algunos autores del área han visibilizado situaciones en donde la oportunidad de cambio, se transforma más bien en una crisis.
La falta del ejercicio reflexivo en la práctica clínica enfermera, puede germinar en un conflicto paradigmático. Si los profesionales de enfermería no se cuestionan sobre su quehacer al entregar cuidados, a partir de los cambios que ocurren en el entorno, en el perfil demográfico, cultural y epidemiológico de la población, propician "(…) una enfermería dogmática y una alienación que se traduce en sumisión y abnegación".22
La pandemia de Covid-19, ha sido un fenómeno que ha golpeado a todo el mundo, sin embargo, la realidad latinoamericana tiene sus propias particularidades. En el artículo publicado en el año 2020 por Valdés Pascual et al. se esclarece cómo la pandemia afectó a los equipos de salud de la región, incluyendo a los profesionales de enfermería.23 Se evidenció la preponderancia de un sentir colectivo de temor al contagio y un estigma por ser trabajador sanitario, que llegó inclusive a agresiones físicas.
Diogo et al., por medio de un estudio cualitativo, analizaron las experiencias de enfermeros y enfermeras de Brasil que cuidaban de personas con diagnóstico de Covid-19.24 Uno de los principales hallazgos tributa precisamente a los desafíos que deben enfrentar: la falta de preparación, la lucha contra el temor y el caos que invadieron los primeros meses, la alta carga emocional y el exigente esfuerzo físico acumulado a lo largo del tiempo.
Bajo otro objetivo, Pérez et al. exploraron el significado de cuidado del profesional de enfermería ante la pandemia.25 Este estudio tuvo como propósito, develar un aspecto netamente ontológico del cuidado -su naturaleza, su esencia fenoménica-. Para los enfermeros y las enfermeras, cuidar de una persona con Covid-19, implica un acto de responsabilidad hacia tal persona, su familia e inclusive, hacia ellos mismos.
Estos son claros ejemplos de una problemática transferible a más de una realidad internacional. Vemos como se hacen latentes la aparición del estrés laboral, la ansiedad ante lo desconocido y agotamiento emocional, comburentes para generar una distorsión del cuidado, lo que se traduce en una deshumanización del mismo.26
Los antecedentes permiten elucubrar el hecho de que, los profesionales de enfermería, hoy más que nunca están cuestionando su quehacer, cuestionando el paradigma en el cual se encuentran inmersos, incluso, en aspectos escatológicos, es decir, aquello relacionado con lo que va más allá de la muerte -de la propia existencia-.27 Tales cuestionamientos deben ser guiados por un sustento filosófico, que aporte claridad sobre cómo evitar que los cuidados enfermeros pierdan su objetivo medular.
El Dasein de Heidegger: su reflejo en personas con Covid-19
Ya hacia este punto, se han explicitado y esclarecido los pilares teóricos principales para comprender el nexo del trabajo de Heidegger, la enfermería y los desafíos generados por la pandemia. Es a causa de esto, que a continuación se establece la operacionalización de los aspectos ontológicos previamente planteados, en la práctica asistencial enfermería.
A groso modo, el perfil usuario de las personas con diagnóstico de Covid-19 que requieren de cuidados enfermeros, está marcado por los siguientes hechos: personas que deben ser meticulosamente aisladas (desvinculándose de sus seres cercanos y su zona de confort), la incertidumbre de la evolución de la enfermedad, el temor al contagio a terceros y a un final trágico.28 Esto da a entender la complejidad no solo biológica, sino psicoemocional que atraviesan estos usuarios.
Las personas contagiadas de Covid-19, son aquel Dasein el cual se cuestiona de su propia vivencia, a partir de la vulnerabilidad biopsicosocial que genera la misma patología. Por lo tanto, los profesionales de enfermería son los llamados a completar ese encuentro existencial donde se reconoce al otro como tal, y se genera el cuidado humano.
La Enfermería debe propiciar el hecho de que la persona, en primer lugar y si es posible, sea consciente de su propia vulnerabilidad. Que sea consciente de sus temores, prejuicios y expectativas sobre el haberse contagiado de Covid-19. Ese es el primer paso para ayudar a este Dasein. Luego, es el propio profesional quien debe hacer tal ejercicio. Solo en la medida en que ambas partes reconocen que el cuidar o ser cuidado es parte de la existencia humana, podrán llegar a formar vínculos funcionales y, por lo tanto, terapéuticos.
La muerte de un usuario por Covid-19, lamentablemente, no es algo inusual. A los ojos de Heidegger, el profesional de enfermería no puede experimentar ni comprender la muerte de otro, por lo tanto, se debe procurar acompañar humanitariamente en tales circunstancias. La muerte no debe ser comprendida como el final de la vida o como el fracaso del trabajo del profesional sanitario, sino más bien, como algo que existe y acompaña a las personas desde su nacimiento.7
Si pudiéramos concatenar en pocas palabras lo que implica el cuidado de enfermería en el Dasein de Heidegger, es ocuparse y preocuparse por otro desde la empatía y la sensibilidad. No porque cuidar se vuelva un acto cotidiano para los profesionales de enfermería, este debe ser descuidado.6 Precisamente de esto habla Heidegger, del hecho de conectarse con la cotidianeidad desde el existencialismo del cuidado, el existencialismo del Dasein.
Conclusiones
Al analizar los elementos implicados en el objetivo planteado inicialmente, se desprende la complejidad en torno al cuidado humano. Este posee una dimensión filosófica atiborrada de conocimiento ontológico. Para la enfermería, corresponde al elemento meta paradigmático central,29 por lo que develar sus dimensiones se hace perentorio ante los desafíos actuales y venideros.
El trabajo de Heidegger aporta desde la complejidad del entendimiento humano, preceptos sobre la esencia del ser, materializados en el cuidado. Lo resume como aquel encuentro existencial entre dos personas que se reconocen como tal, y no como un medio o un objeto, sino más bien como una experiencia.30
La Enfermería ha sufrido crisis paradigmáticas que han servido de plataforma para la innovación, a nivel disciplinar y profesional. La más contemporánea, corresponde a aquellas situaciones que vivencian los profesionales de salud, en la atención de personas con diagnóstico de Covid-19. En este panorama, se materializan los sentimientos de frustración, temor, estigma y discriminación por parte de la comunidad. Tal escenario, permite la germinación de una serie de condiciones que ponen en riesgo la entrega de un cuidado de enfermería holístico y de calidad.
No obstante, no todo es negativo. Estos desafíos actuales son la génesis de cuestionamientos sobre el propio quehacer profesional de enfermería, representando una oportunidad de crecimiento disciplinar. Para ello, es necesario que los enfermeros y las enfermeras promuevan, en todo momento, un pensamiento reflexivo, que dé paso al conocimiento tácito, experiencial e intuitivo.
El uso del referencial heideggeriano para comprender la naturaleza del cuidado humano, resulta una propuesta idónea para guiar la reflexión en los profesionales de enfermería. Su nivel de congruencia con respecto al metaparadigma enfermero, lo convierten en un punto estratégico de conocimiento interdisciplinar.
Finalizando, bajo el referente filosófico heideggeriano, ¿qué implica cuidar a otro ser humanó Implica un acto humano de generosidad, bondad y responsabilidad. Cuidar es un encuentro existencial entre el profesional de enfermería y quien lo necesita, porque se reconoce que todos los seres humanos, por esencia, poseemos vulnerabilidades las cuáles deber ser cuidadas.
Sin duda alguna, el cuestionamiento sobre qué es el cuidar en enfermería debe seguir creciendo en todas sus dimensiones. Cuidar es existir, es ser conscientes de la vulnerabilidad humana, es cuidarse a sí mismo. Cuidar es verbo, pero también es cualidad.