Introducción
La cirugía es una nueva realidad que provoca cambios profundos en la vida de cada individuo, lo que tiene importantes implicaciones en el bienestar y la salud, en los patrones básicos de la vida a nivel individual y familiar.1 La experiencia quirúrgica, que puede considerarse una transición de la salud a la enfermedad, está asociada con un cambio repentino en el desempeño del papel derivado del cambio del estado de salud. Esta transición tiene ciertas propiedades, como la concienciación, la implicación y el cambio, a las que el enfermero debe prestar especial atención para contribuir a que el paciente tenga una experiencia tranquila y adaptada. A través de la educación sanitaria, los enfermeros deben empoderar a los pacientes y ayudarles a adquirir estrategias de afrontamiento que les permitan sobrellevar mejor la operación.2
Por otro lado, dentro del ámbito de su práctica profesional y de acuerdo con el Código Deontológico, los enfermeros deben informar al paciente sobre los cuidados de enfermería que se le van a prestar a lo largo del periodo perioperatorio, con lo que contribuyen a la seguridad del paciente quirúrgico y a la reducción de su ansiedad.1
La intervención de los enfermeros en la valoración preoperatoria implica la identificación de las necesidades de los pacientes y de los factores de riesgo relacionados no solo con la operación, sino también con toda la trayectoria del paciente a lo largo del periodo perioperatorio. En un estudio, y tras las entrevistas con algunos enfermeros, se identificaron cuatro temas principales que surgen durante la valoración preoperatoria: la comprensión de las vulnerabilidades del paciente, las distintas dimensiones del proceso de comunicación, la gestión de las expectativas del paciente y, por último, el papel del enfermero para compensar las lagunas de conocimiento/ información.3
Así, partiendo de la pregunta de investigación ¿Cuáles son las necesidades de los cuidados de enfermería preoperatorios de las personas que se someten a una cirugía general programada?, este estudio tuvo como objetivos: conocer la percepción de las personas que se someten a una cirugía general programada sobre su preparación preoperatoria, identificar sus principales preocupaciones sobre la experiencia quirúrgica, conocer sus expectativas respecto a los cuidados de enfermería preoperatorios e identificar los temas/sujetos cuyo planteamiento se considera relevante.
Método
La estructuración de este artículo siguió la "Consolidated criteria for reporting qualitative studies (COREQ) checklist".4 Se realizó un estudio cualitativo de carácter exploratorio. Este estudio fue aprobado por el Comité de Ética de un Centro Hospitalario y Universitario (074/CES-CHUC-138-18), y se siguieron todos los supuestos intrínsecos a este tipo de investigación.
Los criterios de inclusión para la selección de los participantes fueron los siguientes: tener 18 años o más, hablar portugués, tener agudeza auditiva y no tener trastornos mentales ni haber sido sometido a una cirugía general programada (cirugía media y mayor) en los últimos 6 meses. Los participantes fueron seleccionados el día en que tenían su primera cita posoperatoria, una vez aplicados los criterios de inclusión, por lo que se trataba de una muestra de conveniencia. Todos los participantes aceptaron participar en el estudio y dieron su consentimiento informado por escrito antes del comienzo de la entrevista. Se realizaron diez entrevistas semiestructuradas con un guion, de forma presencial en una oficina para tal efecto, y solo se grabó el audio para la recogida de datos.
Las entrevistas duraron una media de 15 minutos. Las transcribió uno de los investigadores, y los archivos de audio fueron codificados y serán destruidos después de que acepten su publicación. El análisis de contenido de las entrevistas transcritas se llevó a cabo sin apoyo de software y siguiendo los supuestos de Bardin.5-7
El entrevistador se reunió periódicamente con el resto del equipo de investigación para organizar y analizar los principales temas planteados por los participantes.
Resultados
En el estudio participaron diez pacientes, seis hombres y cuatro mujeres, con una edad media de 65 años. La mitad de los participantes había completado el primer ciclo de educación básica, la mayoría estaba jubilada y vivía en zonas rurales. En cuanto al estado civil, la mitad de ellos estaban casados o vivían en una pareja de hecho.
Del análisis de contenido de las entrevistas surgieron unidades temáticas como la percepción de la experiencia quirúrgica, los sentimientos/emociones percibidos, las necesidades de información, las expectativas sobre los cuidados de enfermería preoperatorios y las perspectivas sobre la existencia de una consulta de enfermería (ver figura 1).
La "percepción de la experiencia quirúrgica" fue presentada por los entrevistados a partir del significado atribuido por ellos, la preparación preoperatoria, la comunicación con los profesionales de la salud y las experiencias quirúrgicas previas.
Cuando se los preguntó por su experiencia quirúrgica, los participantes le atribuyeron, por un lado, un significado positivo, basado principalmente en la relación establecida con los profesionales sanitarios, y, por otro, un significado negativo, debido a lo imprevisible de la experiencia y al propio contexto: "en el quirófano empezaron a hablarme y a distraerme, y eso me alivió un poco" (E10); "fue de repente…, fue en un momento en el que no podía ni pensar" (E1); "la experiencia de ser operado nunca es una buena experiencia, (…) encontré el ambiente un poco estresante para mí" (E8).
Al referirse a la "preparación preoperatoria" a la que habían sido sometidos, los participantes se refirieron a las pruebas diagnósticas auxiliares realizadas, a la preparación física para la cirugía y a la suspensión del régimen de medicación habitual. Valoraron en su discurso la importancia de realizar ciertas pruebas antes de la cirugía y de tener una correcta preparación física: "tuve que hacerme las pruebas previas y tuve que quedarme en el hospital (…), me hice las pruebas que eran necesarias" (E8); "fui a bañarme, me pusieron unas medias elásticas y me dieron la medicación" (E7).
La suspensión del régimen de medicación habitual debido a la cirugía resultó ser un factor de preocupación para algunos de los encuestados: "tengo depresión y, como no me dieron mi medicación habitual, lo pasé mal los primeros días" (E3).
La percepción de la experiencia quirúrgica de los participantes también se vio influida por la forma en que se estableció la comunicación con los enfermeros: "cuando llegué a la enfermería, había una enfermera que estaba a cargo de mí y me dio algunas indicaciones, nada más" (E8).
Además, las experiencias quirúrgicas previas y la forma en que se llevaron a cabo también contribuyeron a la manera en que se describió la experiencia quirúrgica: "pensé que, si ya me habían hecho una colonoscopia con anestesia, la operación me resultaría fácil" (E10).
Los "sentimientos/emociones percibidos" por los entrevistados fueron principalmente ansiedad/estrés y miedo. Además, se refirieron a las estrategias usadas para hacer frente a estos sentimientos.
La mayoría de los encuestados admitieron que se sentían bastante ansiosos, sobre todo en los casos en que era su primera experiencia quirúrgica. Lo desconocido se revela como el mayor foco de preocupación para la persona que vive un proceso quirúrgico: "estaba muy ansioso (…), como es la primera vez, nunca se sabe…, era la primera cirugía de mi vida, por eso, creo que fue un poco traumática" (E5).
Además de la ansiedad, los participantes dijeron sentir miedo ante diversos aspectos relacionados con la experiencia quirúrgica, como las posibles complicaciones, la anestesia e incluso la muerte: "también me preocupaba (…) lo que me pasaría" (E4); "la anestesia y el miedo a no despertar" (E10); "cuando vas a algo así, piensas ‘no sé si volveré'" (E10).
El análisis del discurso de los participantes también permitió identificar algunas estrategias usadas por ellos para hacer frente al miedo y la ansiedad mencionados, como la relativización, la evitación y la abstracción: "soy una persona muy desprendida de todo, incluso de la vida" (E6); "ya iba con miedo de que si preguntaba, me dijeran algo que no me gustara…, prefería no saberlo" (E7); "cuando pasamos por una situación así, tenemos que abstraernos de todo lo que nos rodea y pensar en todo lo positivo que tenemos en la vida" (E10).
Los entrevistados también identificaron lo que consideraban sus "necesidades de información", que engloban los aspectos que consideraban más relevantes y las estrategias más utilizadas para obtener la información.
Así, las necesidades de información mencionadas se refieren a la descripción del quirófano/entorno intraoperatorio, la posibilidad de la presencia de dispositivos médicos tras la cirugía y las sensaciones asociadas, los aspectos relacionados con el periodo preoperatorio, las posibles complicaciones quirúrgicas, los posibles signos y síntomas derivados de la cirugía y los cuidados posoperatorios: "nadie me había explicado cómo era el ambiente allí abajo, en el quirófano" (E3); "sabía que me iban a hacer un drenaje, pero no sabía lo que era un drenaje" (E3); "qué me va a pasar, qué puede pasar, qué problemas tengo o puedo tener" (E4); "qué nos iba a pasar después de la operación, cómo nos íbamos a sentir (…), hay síntomas que tengo que no sé cómo definir" (E1); "mi mayor preocupación era la dieta que tenía que seguir en el posoperatorio, esta información no me la dieron" (E4); "en cuanto a la cirugía, no tenía ninguna información" (E9).
En relación con las estrategias utilizadas para obtener información, cabe destacar que nunca se mencionó al personal de enfermería como fuente potencial y que la información se obtenía normalmente del equipo médico, concretamente del cirujano, consultando Internet y a través de amigos o familiares: "la información sobre la que tenía curiosidad se la pregunté a uno de los médicos (…), el resto lo leí en Internet" (E5); "también tengo algunos primos que son enfermeros (…), con amigos médicos también" (E6).
Las "expectativas hacia los cuidados de enfermería preoperatorios" descritas por los participantes se centraron en una mayor personalización de los cuidados y una mejor información. Por un lado, los participantes destacaron los aspectos actitudinales y la importancia de que los enfermeros establezcan una relación empática con los pacientes para tranquilizarlos. Por otro lado, consideraron que se debe esperar que los enfermeros demuestren habilidades que promuevan una comunicación personalizada y adecuada a la persona, para permitir la expresión de dudas y temores: "el seguimiento y la aclaración por parte del enfermero es muy importante para el paciente (…), antes de ingresar no había tenido contacto con ningún enfermero antes de la cirugía, pero creo que sería importante" (E4); "creo que deberían tranquilizarnos un poco" (E8); "hay que saber comunicar (…), las habilidades literarias son un indicador fundamental del tipo de comunicación que voy a establecer con el paciente (…), el arte de comunicar es fundamental" (E6).
Además, los participantes mostraron unas expectativas de mejor información, sobre todo más detallada y que respondiera a sus necesidades de información: "quizás una información más detallada (…), a veces en ciertos temas tenía que esperar a que viniera el médico (…), nos podían informar los propios enfermeros, que es su área" (E5); "hay asuntos que deben explicarse mejor" (E8).
Por último, cuando se los preguntó por sus "perspectivas sobre la existencia de una consulta de enfermería", los entrevistados se refirieron a su estructura y sus ventajas. Según sus declaraciones, el momento de una posible consulta de enfermería preoperatoria debería coincidir con otras visitas al hospital, la estructura debería tener en cuenta el carácter multidisciplinar del periodo perioperatorio y debería permitir a los pacientes tener acceso a la información pertinente: "si hay una consulta de anestesia, creo que hay que coordinarla para que la persona no tenga que venir dos veces" (E5); "creo que el equipo debería estar formado por un médico y un enfermero porque me parece que, dada la especificidad del enfermero y del médico, cada uno tendrá su propia área y le resultará más fácil aclarar al paciente cierto tipo de situaciones (…), este tiempo que podría ocupar el enfermero liberaría al médico para otras cuestiones" (E4); "creo que debería ser para informarnos de todo (…), todavía tengo tantas dudas (…), al final, pensé que me deberían haber dicho ciertas cosas que no me dijeron y que necesitaba saber" (E1).
Las principales "ventajas de la consulta" mencionadas por los entrevistados fueron sentirse informados y tener mayor capacidad para gestionar sus emociones. Una vez más, se observa que se da gran importancia a la cuestión de la información y a los beneficios obtenidos a través del conocimiento. Por otro lado, la consulta de enfermería permitirá una mejor preparación emocional del paciente, tranquilizándolo y haciéndolo más apto psicológicamente para enfrentar el momento de la cirugía: "una consulta con los enfermeros podría ser importante, para hacernos conscientes de las cosas, para preparar mejor a la persona, para que sepa cómo va a ser" (E3); "deben centrarse en la preparación psicológica de la persona porque en estas cosas todo pasa muy rápido. Si realmente existiera esta consulta, con esta preparación psicológica, ayudaría mucho" (E8).
Discusión
En un estudio con los pacientes sometidos a prostatectomía y sus familias, los autores afirman la importancia de que estos pacientes tengan un papel activo en su salud, mediante el suministro de información relacionada con el proceso quirúrgico.8 Se desarrolló una clase preoperatoria en la que se explicaron los pasos de preparación antes de la cirugía, el cuidado de los dispositivos médicos (sonda urinaria, catéter venoso), se aclaró cómo tratar las complicaciones menores después del alta y se habló de cuándo recurrir a los servicios sanitarios. Los participantes en nuestro estudio también mencionan estos aspectos como respuesta a sus necesidades de información. Los autores concluyeron que la intervención redujo significativamente los niveles de ansiedad, aumentó el nivel de confianza en el posoperatorio inmediato y también aumentó el nivel de satisfacción al alta. Aspectos como las distintas fases del periodo perioperatorio, los procedimientos al alta, los cuidados de alimentación, el hábito de fumar, los cuidados de higiene, la capacidad para conducir vehículos y la reanudación de la actividad profesional no siempre están suficientemente detallados en la preparación preoperatoria.9 La evaluación del nivel de ansiedad, como aspecto de la preparación preoperatoria, también se recomienda especialmente en la literatura.10
La enfermería centrada en la persona la concibe como un ser humano reflexivo capaz de tomar decisiones racionales.11 Sin embargo, esta capacidad depende de aspectos contextuales, como la comunicación en la asistencia sanitaria. La información preoperatoria proporcionada por los enfermeros puede ayudar a los pacientes a aliviar su ansiedad, así como a mejorar su capacidad de autocuidado. Los pacientes también deben preferir recibir información antes del ingreso para estar preparados para la hospitalización.12
La información proporcionada por los enfermeros ayuda a aumentar la satisfacción del paciente, a reducir la ansiedad y a proporcionar una rápida recuperación en casa. El suministro de información al paciente quirúrgico ha ido cambiando tanto en el contenido como en la forma. Actualmente, el enfoque está centrado en las tareas, con escasas oportunidades de diálogo entre el enfermero y el paciente, lo que limita la capacidad de este para hacer preguntas.13 Esto nos lleva a la necesidad de tener un enfoque estructurado por parte de los enfermeros en el período preoperatorio, concretamente a través de una consulta de enfermería, ya que el suministro de información que responda a los intereses y dudas del paciente, durante encuentros de duración limitada, es uno de los retos de la cirugía planificada actual. Los resultados de nuestro estudio lo confirman, puesto que no se menciona a los enfermeros como forma de obtener información.
Los aspectos de la comunicación son esenciales, porque, además de la información que se transmite a los pacientes, los enfermeros deben asegurar su comprensión. A menudo, se informa a los pacientes sobre aspectos relacionados con el periodo perioperatorio, pero este conocimiento no está consolidado.9 La forma de transmitir la información también influye en su comprensión, ya que los pacientes indican que cuando esta se produce cara a cara, les resulta más fácil de asimilar, en comparación con la llamada telefónica, por ejemplo.14 Sin embargo, hay pruebas de que el teléfono, utilizado por el personal de enfermería como complemento del método presencial, permite identificar el riesgo de complicaciones posoperatorias, lo cual brinda la oportunidad de aplicar intervenciones para prevenirlas.15
Este estudio tiene algunas limitaciones, a saber, el escaso número de participantes, a pesar de ser un estudio cualitativo y de que se alcanzó la saturación de datos. Además, los participantes se tomaron de un único centro hospitalario, por lo que la preparación preoperatoria no tuvo la misma variabilidad en comparación con la posibilidad de que el estudio fuera multicéntrico.
Conclusiones
Los resultados de este estudio pueden aportar importantes contribuciones al desarrollo y la mejora de los cuidados perioperatorios. La percepción de la persona que se somete a una cirugía general programada sobre su preparación preoperatoria varía, dependiendo de sus experiencias previas, sus necesidades de información y su estado emocional. La experiencia quirúrgica no deja de ser un momento de gran ansiedad, por lo que es importante el apoyo emocional proporcionado por los enfermeros en el periodo preoperatorio.
El empoderamiento de los pacientes en el ámbito del conocimiento es esencial para que tomen conciencia del momento perioperatorio y para que los enfermeros consigan su implicación en todo el proceso. El equipo de enfermería debe tener competencias comunicativas que le permitan identificar el nivel de alfabetización en salud del paciente y sus necesidades de información, para personalizar su enfoque, que, siempre que sea posible, debe ser cara a cara.
Consideramos que este estudio contribuye a estructurar la intervención del enfermero en el periodo preoperatorio, concretamente a través de una consulta de enfermería.