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Index de Enfermería

versão On-line ISSN 1699-5988versão impressa ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.32 no.2 Granada Abr./Jun. 2023  Epub 14-Nov-2023

https://dx.doi.org/10.58807/indexenferm20235412 

Teorizaciones

Del cuidado humano al cuidado del ambiente

From human care to environment care

Erika Caballero-Muñoz (orcid: 0000-0003-0924-3896)1  , Vilmar Alves-Pereira (orcid: 0000-0003-2548-5086)2  3 

1Facultad de Medicina, Universidad del Alba. Santiago, Chile

2FUNIBER. UNINI - México

2UNIOESTE. Brasil

Resumen

El objetivo principal de esta teorización es reflexionar sobre el cuidado humano, a partir de la identificación de la crisis paradigmática y los cambios requeridos del paso de un modelo biomédico a uno transformador basado en la ciencia del cuidado humano. La metodología fue un estudio teórico de reflexión amparado en la teoría del cuidado humano y la teoría ecológica cosmocena. Los principales resultados dan cuenta de que los modelos de compresión ontológica amplían la visión del cuidado humano de la salud a una visión que involucra una comprensión del cuidado del ambiente, son una importante contribución al campo de las ciencias humanas y de la salud que puede servir para orientar nuevas formas de ser y actuar. Se concluye que es en el concepto de alfabetización ontológica unitaria donde las enfermeras y enfermeros poseen competencias que implican conciencia, formas de ser reflexivas e intencionales que conducen a la curación y plenitud de pacientes, familiar, colegas y el ambiente. En el área de salud, comprender la necesidad de un cambio hacia filosofías de cuidado, permite ir hacia paradigma generadores de salud.

Palabras clave: Cuidado Humano; Cuidado del Ambiente; Alfabetización en Cuidado

Abstract

The main objective of this theorization is to reflect on human care, starting from the identification of the paradigmatic crisis and the changes required to move from a biomedical model to a transforming model based on human care science. The methodology was a theoretical study of reflection based on the theory of human care and the cosmocene ecological theory. The main results show that the ontological understanding models expand the vision of human health care to a vision that involves an understanding of the care of the environment, they are an important contribution to the field of human and health sciences that can serve to guide new ways of being and acting. It is concluded that it is in the concept of unitary ontological literacy where nurses have skills that imply awareness, reflexive and intentional ways of being that lead to the healing and fulfillment of patients, family members, colleagues, and the environment. In the health area, understanding the need for a change towards care philosophies allows us to move towards health-generating paradigms.

Keywords: Human Caring; Environmental Care; Literacy in Caring Science

Introducción

A medida que comenzamos el siglo XXI, surgen preguntas sobre la dirección hacia donde la profesión debe orientarse para ser considerados como profesionales competentes dentro de la compleja realidad del sistema actual de cuidado de la salud. Esta complejidad del quehacer deriva entre otras cosas del envejecimiento de la población, del mayor conocimiento de la población sobre salud, del aumento de problemas crónicos de salud y su gravedad, del progreso de la tecnología y los cambios sociales en el ámbito familiar. A lo anterior se agrega la pandemia de Covid que ha obligado a personas de todo el mundo a acelerar la forma en que realizan cambios en sus vidas y a adoptar hábitos nuevos o dejar atrás los viejos, haciendo así que la nueva normalidad una gran oportunidad para la humanidad. Esta salud global, hace necesario a nivel mundial, un cambio de enfoque biomédico a uno integral del cuidado humano que incorpore el cuidado del ambiente.

Ciencia del Cuidado

La Enfermería es una ciencia, un arte y una filosofía. La disciplina de enfermería se deduce de la visión particular del ser humano integral en relación con su ambiente, y se focaliza en el amplio espectro de las respuestas de las personas a problemas de salud tanto actuales, como potenciales. Desde el paradigma de la transformación el cuidado es un fenómeno único que puede ser definido por una estructura, un patrón único, es una unidad global en interacción reciproca y simultánea con una unidad global más grande, el mundo que lo rodea. Esta es la base de apertura de la ciencia de enfermería hacia el mundo y ha inspirado las nuevas concepciones de la disciplina de enfermería. Se abren las fronteras a lo cultural, económico, poblacional. La palabra "cuidado" viene del latín cogitatus, que significa reflexión, pensamiento, interés reflexivo que uno pone en algo. Por tanto, podemos decir que el cuidado, parte del interés de alguien por otro, pero no solo de manera afectiva, sino reflexiva y racional.1 Implica un conjunto de acciones fundamentadas en la relación interpersonal, en el dominio de la técnica, orientadas a comprender el entorno del otro, así, la actividad de cuidar es toda acción humana que contribuye a la ayuda y solicitud ante la necesidad del otro.

La ciencia de enfermería abarca al ser humano, los fenómenos del cuidado humano y las experiencias de salud-enfermedad con su significado, relaciones y contexto. Es una ciencia del cuidado, una ciencia de la gente.2

Crisis paradigmática

Actualmente existe una crisis paradigmática producida por un paradigma positivista y modelo biomédico que han motivado una fragmentación de la atención de salud, y una tendencia a la deshumanización, observándose cuidados entregados con frialdad y despersonalización. Los cambios sociales, las inequidades, que aún perduran por falta de acceso, calidad de los servicios de salud y alto costo de los tratamientos de la enfermedad, es una realidad que puede cambiar si los clínicos cambian sus prácticas por intervenciones con sentido humano, lo que es factible de ser enseñado.

Esta crisis paradigmática es producto de los cambios demográficos, epidemiológicos, tecnológicos y sociales, que han evidenciado una obsolescencia del modelo de atención de salud con enfoque clásico, biomédico, que se expresa en la insatisfacción de los usuarios con el sistema, insuficiencia de coberturas, largas listas de espera, con fallas en la oportunidad de la atención, trato muchas veces inadecuado dado por la sobrecarga de trabajo, lo que lo hace ser un modelo inequitativo y de baja cobertura.

Hoy las personas exigen ser tratadas con dignidad, buscan ser informadas y desean participar de la toma de decisiones, ser atendidas en forma oportuna, segura, con calidad y sobre todo que se dé respuesta a sus necesidades de salud. Hay una demanda por mayor respeto a los derechos, y se hace necesario generar cambios en la gestión, que aseguren que la inversión del sector salud, se traduzca en más y mejores acciones sanitarias para la población.

Cambio de paradigma hacia el cuidado humano

Esta crisis de paradigma justifica la necesidad de cambiar el modelo de salud, moviéndose del modelo biomédico a uno más integral, que se enfoca en la persona como el centro del quehacer sanitario inserto en la sociedad. A pesar de que se observa una cosmología evolucionada en todas las disciplinas, incluyendo física, ciencias básicas y otros campos científicos, todavía nos encontramos encerrados en nuestros pensamientos anticuados dentro de un mundo físico separatista-materialista y una visión del mundo exterior como nuestro punto de partida. La ciencia del cuidado, en contraste, tiene como punto de partida una ontología relacional que honra el hecho de que todos estamos conectados y pertenecemos a una misma fuente - al campo espiritual universal de la infinidad como indica Lévinas - antes y después del plano humano de las experiencias del mundo. La ciencia del cuidado hace más explícita la existencia de una unidad y conectividad entre todas las cosas en el gran círculo de la vida: cambio, enfermedad, sufrimiento, muerte y renacimiento.3

Para Watson, la ciencia del cuidado es un campo de estudio filosófico-ético-epistémico en evolución, fundado en la disciplina de enfermería e influenciada por los campos relacionados. El cuidado es considerado como una característica principal en el metaparadigma del conocimiento y la práctica de la enfermería. La ciencia del cuidado es influida por una postura ética-moral-espiritual, que engloba la orientación humanitaria de la ciencia humana a los procesos, fenómenos y experiencias del cuidado humano.3

Es necesario reconocer que la enfermería y el cuidado están en una matriz humanitaria y científica; por lo tanto, hay una intersección entre las artes, humanidades, filosofía, ciencia y tecnología. La ciencia convencional se preocupa por el orden, predicción, control, métodos, generalizaciones, separación, objetividad, y así sucesivamente. Los tres clásicos supuestos que han dado forma a la ciencia moderna convencional son el objetivismo, positivismo y reduccionismo. La ciencia en este contexto no puede responder a ciertas cuestiones de la humanidad, del cuidado y lo que significa ser humano. Esta perspectiva es aprendida a través del autoconocimiento, autodescubrimiento y experiencias humanas compartidas, combinadas con el estudio de las emociones y relaciones humanas que reflejan nuestra humanidad compartida.

La ciencia del cuidado busca combinar la ciencia con las humanidades y las artes, no es neutral respecto a los valores, objetivos, perspectivas subjetivas individuales y significados humanos. No está separada de las emociones humanas y sus diversas expresiones, ya sean que estén ligadas culturalmente o reveladas individualmente. La disciplina de la enfermería - guiada por la orientación de la ciencia del cuidado - busca estudiar, investigar, explorar, identificar, describir, expresar y cuestionar la relación e intersección entre los aspectos éticos, ontológicos, epistemológicos, metodológicos, pedagógicos y de la praxis de la enfermería, incluyendo políticas de salud y prácticas administrativas.3

La teoría del cuidado humano se basa en la premisa de que la misión de las enfermeras y enfermeros es cuidar y sanarse a sí mismos y a la humanidad. Una práctica humanista requiere conexiones e interacciones de persona a persona que enfatizan la importancia, el valor y la dignidad de cada individuo único y humano precioso, con el objetivo de sanar en lugar de tratar únicamente de curar.4

Desde la perspectiva de enfermería como ciencia del cuidado se tiene que trabajar en el cambio de lente para ver de nuevo y apreciar su belleza, el arte, y la humanidad, así como su ciencia clínica empírica.5

Para Watson, el cuidado es un acto sagrado, un acto humano, es un proceso intersubjetivo de compromiso consciente que se armoniza con el amor a nivel universal y por ello tiene un alto potencial sanador. Sus efectos se extienden más allá de los meros límites del momento de cuidado, al potenciar los planos energéticos de armonía sobre el universo.6

Del cuidado humano al cuidado del ambiente

El cambio climático y el daño al ecosistema es un problema importante y global de la salud mundial, existe una crisis ambiental. La enfermería es clave en el cuidado de las personas, familias, comunidad y sociedades para la promoción, prevención de ambientes saludables y para la formación de futuros profesionales con una clara visión de cuidado ecosistémico. La crisis ambiental, para Enrique Leff, es la crisis de nuestro tiempo. El riesgo ecológico cuestiona al conocimiento del mundo. Esta crisis se nos presenta como un límite en lo real que resignifica y reorienta el curso de la historia: límite del crecimiento económico y poblacional; límite de los desequilibrios ecológicos y de las capacidades de sustentación de la vida; límite de la pobreza y la desigualdad social. La crisis ambiental, señala Leff, problematiza al pensamiento metafísico y la racionalidad científica, abriendo nuevas vías de transformación del conocimiento a través del diálogo e hibridación de saberes. En el saber ambiental fluye la savia epistémica que reconstituye las formas del ser y del pensar para aprehender la complejidad ambiental. El significado de una racionalidad ambiental que integre los potenciales de la naturaleza, los valores humanos y las identidades culturales en prácticas productivas sustentables, incluye las interrelaciones complejas de procesos ideológicos y materiales diferenciados. Los fundamentos epistemológicos y ontológicos del saber ambiental adquieren así sentido para concebir una estrategia capaz de construir un nuevo orden social.7

En este contexto de crisis ambiental, la pandemia de Covid trae evidencia de que es necesario, pensar en colectivo, buscando alternativas comunes, si las personas quieren garantizar la vida en el planeta.8

Dentro del marco de referencia de la alfabetización del cuidado, es importante darse cuenta de que los profesionales de enfermería no solo están en el ambiente y son capaces de hacer cambios significativos en las formas de Ser/Hacer/Saber en el ambiente físico, sino que la enfermera o enfermero ES el ambiente. Por lo tanto, la invitación es a participar en la reflexión significativa hacia la Enfermera/Ser como un campo energético vibratorio de la conciencia e intencionalidad, afectando todo el ambiente para bien o para mal.

La conciencia (cuidado-amor) de los enfermeros irradia efectos de vibraciones superiores. Una enfermera o enfermero sin una consciencia informada, "letrada" del cuidado puede ser en realidad "biocídica"- tóxica, destructora de vida y destructiva a la experiencia de otros. Por otro lado, es más probable que si está cultivando las competencias ontológicas en alfabetización del cuidado sea "biogénica", es decir, dadora de vida y receptora de vida para ella misma y para otros, de ese modo es más probable que participe y experimente un momento de cuidado-sanación transpersonal. A medida que el profesional de enfermería cultiva estas habilidades de cuidado, existe una invitación a abrirse a procesos internos de sanación que se expanden a nuevas posibilidades infinitas.3 Así se transforma en un ser siendo, pensando y actuando en el mundo.

En este contexto, la enfermería debe apropiarse del cuidado como su razón e identidad, encontrarse con el otro en un momento de dificultad y sobrepasar el tratamiento médico, para preocuparse por él, repercutiendo no solo en la pronta recuperación de la salud, sino que la persona cuidada comprende quién es en el mundo, trasciende su momento de enfermedad, valora su vida y promueve en sí el cuidado personal. Para lograr la sanación es necesario que la enfermera o enfermero trasciendan el límite corporal, vean la integralidad de la persona, como un ser complejo, dinámico y capaz de ser en una relación dialógica de cuidado.9

La nueva tendencia en el cuidado de la salud es un enfoque dirigido hacia la persona que honra e integra todas las partes en un todo unificado y significativo.10 Cuidar con excelencia exige un respeto humanista por la unidad funcional del ser humano.

La teoría del Cuidado Humano llama a los líderes de enfermería a transformar el sistema de salud, mediante un cuidado con intención auténtica, una práctica de enfermería que se basa en la ética y los valores, restaurando así el espíritu humano para la persona cuidada y las enfermeras o enfermeros.11

En este sentido, una de las premisas del cuidado humano teorizado por Watson, establece que la claridad de la expresión de ayuda y sentimientos, es el mejor camino para experimentar la unión y asegurar la comprensión entre enfermera-paciente, donde el grado de autenticidad y sinceridad se relaciona con la eficacia del cuidado, estableciendo un vínculo de confianza y empatía, haciendo que el paciente se sienta parte de todos los procesos involucrados en su situación de salud, familiarizándolo con el ambiente y relacionando en este vínculo también a su familia y su cultura.12

Esta ciencia cuidado conecta al profesional con la persona, familia y los miembros del equipo de salud mediante relaciones humanas auténticas, afectivas y que honran la humanidad de cada uno.11

El proceso del cuidado humano de los individuos, familias y grupos, así como el cuidado ecológico, es un foco importante para la enfermería. Esto no solo por la unidad dinámica de conexiones ecológicas de humano a humano, sino también por los requisitos de conocimiento, los valores humanos y del compromiso personal, social y moral de la enfermera y enfermero en el tiempo y el espacio.10

La praxis de la ciencia del cuidado unitario hace explícitos los valores subyacentes, la ética, como parte de todo el campo unitario único del ser humano, de la tierra y del universo. Mueve los procesos de praxis de Caritas (cuidar a un nivel más profundo) para abrazar Veritas, la palabra latina para verdad, belleza, amor, bondad, restaurando el componente moral dentro del significado pleno de praxis. Estos valores fundamentales son necesarios hoy para ofrecer una nueva historia y acciones que puedan ayudar a sostener nuestra humanidad y el planeta tierra.5

El cuidado humano desde la relación transpersonal (eje y corazón) moviliza a la persona/paciente y al profesional hacia una experiencia transformadora en el encuentro con el otro y genera grados de armonía sanadora entre cuerpo, mente y alma.

Crear ambientes o entornos de sanación a todos los niveles, en el que la auténtica presencia de cuidado potencie la integridad, la belleza, la comodidad, la dignidad y la paz. La teoría Ecología Cosmocena nos facilita definir el rol de enfermería y los lineamientos para la educación del cuidado ambiental. Al reflexionar, en las palabras de Alves Pereira V., la fragilidad y la vulnerabilidad democrática asociadas con la omisión de los gobiernos interfieren directamente en la garantía de la vida. Este sentido de fragilidad y vulnerabilidad, vivida en el ambiente hospitalario y como las políticas públicas deben responder a dar garantía de vida, nos cuestiona sobre de qué manera entonces, el ambiente y trato hospitalario, son una más de las injusticias socioambientales que obstaculizan el logro de objetivos de desarrollo sostenible. Las personas se enferman, hospitalizan y la consecuencia es que se empobrecen, porque no son capaces de solventar los gastos de salud.13 Acselrad define la justicia ambiental como una noción emergente que integra el proceso histórico de la construcción subjetiva de la cultura de los derechos, que surge de la creatividad estratégica de los movimientos sociales.14 De qué manera entonces se trabaja el derecho a la salud en un ambiente donde se observa incapacidad de los líderes para crear políticas públicas que puedan satisfacer las demandas de cada país.

Por otra parte, los sistemas de salud deben adaptar sus servicios al cambio climático, ya que los pacientes en centros de salud constituyen un grupo particularmente vulnerable. Se requiere recomendaciones básicas fundamentales para la resiliencia climática y la transición hacia la sostenibilidad, enfatizando en la importancia de una fuerza laboral de salud calificada y con personal adecuado, acceso seguro al agua, higiene y saneamiento, pero también una gestión adecuada de los desechos. Incluye orientación sobre servicios de energía sostenible, así como infraestructura resistente a los peligros climáticos y tecnologías inocuas y adaptadas para un uso eficiente.15

Alfabetización en cuidado humano (Caritas)

El analfabetismo en cuidado humano implica prácticas inhumanas; uso de vibraciones más bajas, lo que implica una mirada positivista de las emociones y expresiones humanas; dando origen a un lenguaje represivo, insensible, deshumanizante, dividiendo y separando acciones y políticas, la elaboración de una mercantilización del cuidado y las personas. Culturas duras, crueles y controladoras dentro de instituciones impersonales, corporaciones y redes sociales pueden considerarse analfabetas. Por ejemplo, el analfabetismo de Caritas discrimina y utiliza el distanciamiento y lenguaje despersonalizador, a veces incluso términos abusivos y despectivos, para hacer referencia al "otro", que es diferente. Alfabetización Ontológica Crítica de Caritas en cambio, honra la humanidad compartida a través de la liberación, el aprendizaje, la confianza y el apoyo a la humanidad universal, nuestra Madre Tierra; un corazón / un mundo.

En este sentido de apoyo a la humanidad universal, se podría analizar también la relación del hombre con la naturaleza desde la mirada de la Ecología Cosmocena, conceptualizada por Alves Pereira V. como una alternativa para pensar las relaciones entre vivos y no vivos en el sentido de que podemos garantizar una mejor calidad de vida en el planeta y tal vez en el universo. Esta emerge como una profunda intuición hermenéutica de que es necesario un reposicionamiento humano en el cosmos en el amplio conjunto de relaciones que establecemos diariamente con el universo con el que estamos conectados. Por lo tanto, puede ser vista como ecología también de la expansión de los sentidos, con la intención de extender nuestra dimensión cósmica. Por ende, la reivindicación principal es un reposicionamiento humano: más humilde, atento, abierto a todo lo que la realidad biodiversa nos presenta a diario, que tiene un paralelo en la necesidad de incorporar los Procesos Caritas® en el ámbito salud. Este autor indica la necesidad de ralentización del tiempo, con una nueva mirada de futuro, señala que vivimos en una aceleración intensificada, la llamada vértigo de la aceleración con el consiguiente bloqueo de la creatividad y del logro de otras experiencias estéticas, cognitivas y místicas. Somos una generación rápida, ansiosa, angustiada y poco creativa. Si esto lo vemos desde la salud, los profesionales de salud muchas veces corremos por la técnica, por la tecnología, sin dar espacio a esta experiencia estética de reconectar con las personas que están en una condición de vulnerabilidad y por ende necesitan ser apoyo en su cuidado.16

La Ecología Cosmocena, según Alves Pereira Vilmar, reclama tiempo para cuidar, de nosotros, de la madre tierra, de nuestras místicas; para amar, para cultivar amistades, para el silencio, para charlar, tiempo para escuchar. Somos una civilización que escucha demasiado poco, con muchos ruidos de comunicación. Necesitamos tiempo para frenar. Permitirnos a nosotros incluso programar el tiempo de fin de semana y vacaciones, ya hemos perdido la calma debemos escapar de la rutina y desconectar de las redes sociales.16 En esta misma línea Watson nos hace un llamado a cuidar de nosotros, a tomar conciencia plena de nosotros mismos, de nuestros propios dolores, para sanar y en esa medida debemos cuidarnos y ser más humanos para cuidar a otro ser humano. Respecto a esto, Watson nos habla de la piedra en el estanque, al mantener pensamientos auténticos, sinceros y positivos como la bondad amorosa, el cuidado, la curación, el perdón, entre otros, se vibra a un nivel más alto. Eso se expande a todo nuestro ser, a los demás, a los compañeros y colegas, a los líderes, a las comunidades locales/ mundiales, al entorno a las redes y más allá al universo y al cosmos. Tener en cambio pensamientos más bajos como la competencia, el miedo, la ansiedad, la hostilidad y pensamientos similares genera un ambiente contaminado que daña a uno mismo, a los otros, a nuestras comunidades e incluso al ambiente, al universo y al cosmos. Si uno tiene una mayor conciencia de pensamiento, todo el campo puede ser, y está siendo, reformateado por la conciencia de la enfermera y enfermero.10

En este modo de ser existe respeto y reconocimiento del otro como persona. Las actitudes de reconfortamiento, aliento, consuelo y sostén son referidas por los pacientes. Este modo de ser con el otro llamado biogénico genera vida, salud y sanación y promueve sentimientos de confianza en los pacientes, que conducen al desarrollo de una relación de proximidad entre persona-enfermero, es una presencia de vida-donación, donde la apertura y la transferencia de energía positiva predominan y afectan al otro de modo profundo.

Alves Pereira Vilmar indica que la ecología Cosmocena surge como una alternativa viable en la lucha por una vida digna, por la expansión de los significados y la mejora de los medios de convivencia en la relación del cosmos con los seres humanos. Esa ecología es abierta, menos intolerante, menos del ego, cooperativa, es pacífica, sabia, sensible, atenta, humilde, amorosa en sus lazos, da tiempo al tiempo y repone al ser humano dándole una oportunidad de garantía de la vida en este universo de múltiples posibilidades. Este es el mismo llamado realizado desde la enfermería por Watson en sus procesos caritas.16

Es necesario que la práctica de enfermería tenga una visión holística del ser humano y de la Tierra, teniendo en consideración que todos somos parte de la red de vida. Esto implica un cambio de paradigma en el cuidado hacia una visión biocéntrica donde el ser humano está interconectado a la red de vida.17

El cuidado implica respeto por todo lo que le rodea a la persona, desde el planeta hasta su propio nicho ecológico, y para ello hay que pasar por una alfabetización ecológica, en la que se tenga un intercambio de saberes ancestrales y saberes científicos y exista un proceso colectivo de educación.17 Es esencial remirar la crisis ambiental desde la perspectiva de enfermería, y definir políticas e intervenciones del cuidado del ambiente.

Se puede fortalecer un capital social que pueda influir en el desarrollo de políticas públicas en salud, en tanto, es necesario comprender cómo se desarrollan los lazos emocionales y más profundos del ser humano con la Tierra.18

Conclusiones

Al inicio de esta reflexión se analizó la crisis paradigmática de salud, y el vivenciar el agotamiento de un modelo biomédico, marcado por la fragmentación de la persona, que lleva a la necesidad de buscar propuestas salutogénicas, generadoras de salud, de mayor cuidado, protección y garantía de los derechos básicos de salud. Fundamenta el cuidado humano desde la filosofía del cuidado humano de Jean Watson, que se relaciona con la necesidad del cuidado del ambiente propuesta por Enrique Leff y Vilmar Alves.

La alfabetización en cuidado humano es necesaria, cuando estamos en una relación correcta con nosotros mismos, estamos en armonía interna y externamente. En otras palabras, lo que sentimos por dentro se refleja en cómo somos, qué hacemos y decimos, etc. Y, cuando estamos en correcta relación con los demás, nuestra intención, acciones, palabras, pensamientos, preservan la dignidad humana a través de ser atento, reflexivo, intencional, consciente de sí mismo, centrado y presente en el momento para que podamos conectarnos de espíritu a espíritu con uno mismo y con los demás. Es por lo que los profesionales de enfermería deben estar conscientes de crear un entorno de sanación en todos los niveles (el entorno físico y no físico, sutil de la energía y la consciencia) donde son potenciados la totalidad, la belleza, confort, dignidad y la paz. Al promover la relación de cuidado se crea un espacio sagrado para que este paciente/persona genere su propia totalidad y sanación.

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Index Enferm 2023; 32(2): e14274 https://doi.org/10.58807/indexenferm20235412

Recibido: 14 de Septiembre de 2022; Aprobado: 11 de Noviembre de 2022

CORRESPONDENCIA: ecaballe@gmail.com (Erika Caballero Muñoz)

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