La defensa de una tesis doctoral es el acontecimiento más importante para quien aspira a obtener el máximo grado que otorga la universidad. La persona doctoranda (en adelante doctorando) expondrá los resultados de la investigación que, de manera tutorizada, ha desarrollado durante los últimos años. Lo hará ante un tribunal de expertos, con la presencia de la dirección de la tesis, familiares del doctorando, amigos y otros asistentes interesados. En un tiempo limitado, el candidato presentará oralmente sus principales hallazgos, tras lo cual se someterá al parecer de los miembros del tribunal, que podrán hacer preguntas y comentarios al contenido de la memoria previamente depositada. El acto finaliza con el anuncio público de la calificación otorgada, tras deliberación secreta de los jueces. En cierta forma se trata de un acto ritual y ceremonioso, pues la tesis habrá pasado diferentes filtros académicos para garantizar que reúne los requisitos mínimos de calidad que exigen las normas. Sin embargo, a veces se asiste a respuestas imprevisibles por parte de algún miembro del tribunal, que arremete de manera agria e incluso violenta contra el doctorando o establece disputas poco respetuosas, ante la expectación de un auditorio que esperaba asistir a un acto de reconocimiento de una ardua labor de años de dedicación, en ocasiones con verdaderos sacrificios familiares. Si tienes que formar parte de un tribunal de tesis, puede que esta docena de recomendaciones te orienten a realizar una valoración crítica pero constructiva de la tesis doctoral, sin poner en riesgo la dignidad del doctorando y contribuyendo a coronar una experiencia intelectual sin duda irrepetible.
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Aceptar la participación en un tribunal de tesis solo cuando se aprecien bondades en el estudio que se va a juzgar, aunque pudieran existir márgenes de mejora.
Seguramente esta no es la tesis que tú hubieras hecho. Desde el respeto a la pluralidad de perspectivas, su atenta lectura te ofrecerá la oportunidad de aprender.
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Comenzar resaltando los aspectos más sólidos y valiosos del trabajo, elogiando las contribuciones significativas y los enfoques innovadores.
Si empiezas reconociendo las fortalezas de la tesis y los esfuerzos de sus actores, reforzarás tu autoridad para plantear los asuntos más críticos.
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Detallar de manera constructiva las debilidades o áreas de mejora que podrían incrementar la calidad de la tesis.
El doctorando agradecerá que le proporciones sugerencias concretas y prácticas para enriquecer el trabajo de cara su eventual publicación.
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Determinar si la temática abordada en la tesis es original y relevante, así como la claridad de los objetivos y preguntas de investigación.
Comprueba si el problema planteado resulta significativo en el campo de estudio, así como los aportes novedosos al conocimiento existente.
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Valorar si la tesis presenta una revisión exhaustiva y crítica de la literatura relevante y si se identifican claramente las lagunas en el conocimiento que la investigación pretende llenar.
No te enfades si algunos de tus trabajos no fueron referenciados y aprovecha la ocasión para sugerir el provecho de ser considerados en esta investigación.
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Detenerse especialmente en los aspectos metodológicos: adecuación del diseño y población estudiada, recopilación y análisis de datos, precauciones éticas, así como las medidas para garantizar la validez y fiabilidad de los resultados.
Recuerda que, al otorgar el grado de doctor, se está reconociendo la competencia investigadora del candidato.
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Comprobar si los resultados se presentan de manera clara y lógica, interpretándolos en relación con la literatura existente y discutiendo sus implicaciones teóricas.
Favorece el feedback con el doctorando al problematizar asuntos como la inferencia de los hallazgos y sus posibles limitaciones, y anímale a compartir la experiencia subjetiva de aprendizaje.
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Verificar si las conclusiones están soportadas por los resultados y son consecuencia de los mismos, dando respuesta a las preguntas de investigación formuladas inicialmente.
Si no lo ha hecho, pide al doctorando que proponga recomendaciones prácticas basadas en los hallazgos y que sugiera futuras líneas de investigación.
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Comprobar si la tesis está bien organizada, con una estructura lógica y coherente que hace agradable su lectura.
Examina si se han seguido las pautas y normas de redacción establecidas por el programa de doctorado, poniendo a prueba así la pulcritud de la presentación.
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Revisar la redacción y estilo de la memoria de tesis: la claridad, corrección y concisión en la escritura.
Evita plantear una lista interminable de correcciones gramaticales y ortográficas, que puedes entregar por escrito con posterioridad al doctorando.
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Comentar la presentación que el doctorando ha realizado de su investigación, su habilidad comunicativa y manejo de soportes de apoyo.
Refuerza su autoestima ante situaciones de bloqueo y otras eventualidades inesperadas durante su defensa.
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Mantener en todo momento un tono equilibrado que motive al doctorando a continuar investigando y mejorando sus capacidades intelectuales.
Asegúrate de que las críticas sean específicas, justas y orientadas al desarrollo profesional. Ordénalas y ofréceselas al doctorando, por si le fueran útiles.