INTRODUCCIÓN
La práctica física o deportiva es llevada a cabo cada vez por un número mayor de personas, ya que reporta numerosos beneficios para la salud, tales como el bienestar físico y mental o la formación y educación en los más jóvenes, además de ventajas psicológicas, como la disminución de los síntomas depresivos, los niveles de estrés y de ansiedad 1. Aunque conlleva numerosas ventajas, también puede llevar asociados una serie de riesgos para la salud y la calidad de vida de sus practicantes. El más frecuente es sufrir una lesión, además de ser el más importante por sus repercusiones físicas y psicosociales 2.
No todas las lesiones son iguales ni tienen las mismas consecuencias sobre los deportistas, existiendo una variabilidad dependiente de sus características personales y situacionales, así como de su nivel de competición 3,4. Las lesiones se pueden clasificar en función de su gravedad, según las consecuencias, en:
- Leves: no interrumpen la actividad deportiva.
- Moderadas: limitan la participación.
- Graves: interrupción prolongada de la actividad.
- Graves que provocan deterioro crónico: necesitan rehabilitación permanente y nunca recuperarán el rendimiento previo.
- Graves que provocan incapacidad permanente: se precisa abandono de la actividad deportiva 5.
La importancia del estudio de las lesiones a través del campo de la psicología no proviene sólo de su frecuencia de aparición, sino de sus consecuencias emocionales y psicológicas. La lesión, en muchas ocasiones, desencadenará una gran variedad de situaciones adversas, tanto para el deportista lesionado como para su entorno. Desde el momento en que se produce, la persona sentirá una disfunción del organismo que produce dolor, una interrupción o limitación de la actividad deportiva, cambios en el entorno deportivo, posibles pérdidas en cuanto a resultados deportivos colectivos, interrupción o limitación de actividades extradeportivas y cambios en la vida personal y familiar 6. En un estudio realizado por Olmedilla y cols. en 2014 7 se mostró, en una muestra de 13 jugadores lesionados, cambios en los niveles de algunas de las variables relacionadas con el estado anímico. Así, antes de la lesión, los jugadores mostraban niveles altos de activación y autoconfianza, mientras que después de haberla sufrido, manifestaban mayores niveles de depresión, ansiedad cognitiva y ansiedad somática.
Según la teoría cíclica afectiva de Heil 8, se puede decir que, tras sufrir una lesión deportiva, el estado de ánimo se volverá más negativo, aparecerán más emociones negativas en la persona como pérdida de confianza en sí mismo, ansiedad, depresión y miedo a la hora de volver a la práctica deportiva. El dolor experimentado tras la lesión, así como la aparición de síntomas de ansiedad y depresión, son factores importantes no sólo porque disminuyen la calidad de vida del deportista, sino por sus posibles implicaciones en la recuperación. En este sentido, algunos trabajos indican que los factores situacionales y personales que rodean al momento de la lesión, como la falta de apoyo social o un estado de ánimo negativo, influyen en la velocidad de recuperación, que será más lenta, ya que la persona no posee una actitud positiva y encaminada a adherirse al tratamiento de manera adecuada 9. Pese a la importancia del dolor y los cambios emocionales negativos tras la lesión en la recuperación y la calidad de vida, hasta la fecha no existen estudios que analicen el papel predictor de variables cognitivas sobre su aparición o intensidad. Los estudios efectuados en otros ámbitos relacionados con el padecimiento de problemas de salud hacen pensar que variables cognitivas, como la rumiación, y procesos de personalidad, como el mindfulness rasgo, podrían ejercer un papel moderador entre la lesión y la aparición de problemas emocionales, así como podrían influir en la intensidad de dolor postlesión. La rumiación se considera una forma desadaptativa de autorreflexión, ya que sólo intensifica la angustia emocional y psicológica que la persona ya padece 10 y, dado que la forma de procesar la información basada en rumiaciones constantes constituye un importante factor de vulnerabilidad para la aparición del malestar emocional tras recibir un diagnóstico grave, puede hipotetizarse que tales rumiaciones sean un elemento clave en la aparición de sintomatología depresiva y de ansiedad tras la lesión deportiva. En este sentido, Priede y cols., en 2013 11, midieron cómo influían las rumiaciones sobre la ansiedad y la depresión padecidas por pacientes que acababan de ser diagnosticados de cáncer. Descubrieron que las rumiaciones se asociaban con una mayor presencia de síntomas ansiosos y depresivos en pacientes recién diagnosticados. Teniendo en cuenta lo descrito anteriormente, el objetivo del presente trabajo fue analizar mediante un estudio longitudinal el papel predictor del estilo rumiativo, la rumiación sobre la lesión y el mindfulness rasgo sobre la intensidad de dolor y los niveles de sintomatología depresiva y de ansiedad experimentados por el deportista tras la lesión (diez días postlesión).
MATERIAL Y MÉTODO
Participantes
La muestra estuvo compuesta por 15 deportistas adultos, 5 mujeres y 10 varones. La media de edad fue de 24 años. Como criterio de inclusión se exigió que el deportista hubiera sufrido una lesión de nivel moderado en los últimos tres días, no presentase ninguna enfermedad crónica ni trastorno psiquiátrico y poseyese un nivel de estudios suficiente como para permitir la cumplimentación de los instrumentos de evaluación y la comprensión y firma del consentimiento informado.
Procedimiento, variables e instrumentos
El procedimiento para llevar a cabo el estudio longitudinal fue como sigue: se contactó con las personas lesionadas mediante fisioterapeutas deportivos. Se preguntó si estaban dispuestos a participar, recibieron la información necesaria y se les entregó el consentimiento informado. Una vez transcurridos tres días postlesión, se procedió a evaluar las variables de interés (momento 1; M1) y se entregaron las hojas de registro diario para medir el dolor percibido durante ese día y los 7 días próximos. Al cabo de este periodo, se volvió a contactar con la persona para la evaluación del momento 2 (M2).
En el primer momento de evaluación (M1), se evaluaron las variables predictoras (estilo rumiativo, rumiación sobre la lesión, mindfulness rasgo) y las variables criterio (niveles de sintomatología depresiva y ansiedad estado), con el fin de controlar su nivel inicial en los análisis de regresión, así como la ansiedad rasgo, con el fin de controlar su peso en los mismos. En el segundo momento de evaluación (M2) se evaluaron de nuevo las variables criterio. El dolor experimentado se evaluó mediante los registros diarios efectuados durante los días comprendidos entre el momento uno y dos de evaluación, de los que se obtuvo la media con el fin de obtener una única puntuación.
Todos los participantes firmaron un consentimiento informado. La batería de test se componía de una hoja para los datos personales y relacionados con la lesión, y los siguientes instrumentos:
- Cuestionario de ansiedad estado rasgo (STAI, State-Trait Anxiety Inventory) 12,13. Utilizado para medir el nivel de ansiedad sufrido por el deportista lesionado. Se administraron primero las medidas de ansiedad estado y luego las de rasgo, con el fin de que los resultados de "rasgo" no influyesen en los de "estado". La escala presenta buena consistencia interna (0,90 y 0,93 para la A/E y 0,84 y 0,87 para A/R).
- Cuestionario de depresión de Beck (BDI-II, Beck Depression Inventory) 14,15. Se incluyó para medir el nivel de sintomatología depresiva. Posee una buena consistencia interna, con un alfa de Cronbach de 0,91 16.
- Escala mindful attention awareness scale (MAAS) 17,18. Con el fin de medir la capacidad que posee el sujeto para estar atento y consciente de la experiencia del momento presente. Posee un Alpha de Cronbach de 0,89 18.
- Subescala de estilo negativo inferencial de la versión española del SRRS (SRRS, Stress-Reactive Rumination Scale) 19,20. Se utilizó para medir la rumiación sobre la lesión, es decir, la tendencia del sujeto a concentrarse en pensamientos desadaptativos posteriores a la lesión y relativos a la misma, que el participante presentó durante los tres primeros días después de producirse la lesión. Para ello, se realizó una modificación de dicha escala, sustituyendo la palabra estresor o evento estresante por lesión. La escala original posee un Alpha de Cronbach de 0,89 21. La modificación utilizada muestra asimismo buena consistencia interna, con un Alpha de Cronbach de 0,93.
- Escala de respuestas rumiativas (RRS, Ruminative Responses Escale) 22,23. Con el objetivo de medir el estilo rumiativo a nivel rasgo, es decir, el exceso habitual de focalización en las causas y consecuencias de los síntomas. Dicha escala posee una consistencia interna de 0,93 23. Se obtuvo una puntuación total de estilo rumiativo, y además se extrajeron dos puntuaciones pertenecientes a dos subescalas: rumiación adaptativa o reflexiva (RRS reflexion) y rumiación con reproches o no adaptativa (RRS brooding) 23.
- Diario de dolor: Escalas Analógico Visuales (EVA) 24. Se utilizaron para medir el nivel de dolor sufrido por la persona lesionada durante los 7 días de evaluación. Se trata de una escala visual con una línea de 100 mm, donde el extremo izquierdo representa la ausencia de dolor y el extremo derecho el máximo dolor imaginable. Sus propiedades psicométricas son: fiabilidad test-retest 0,947 y coeficiente de correlación intraclase (CCI) 0,97. Cada día, el participante completaba cuatro escalas EVA al final del día en las que debía reflejar el dolor máximo, mínimo, habitual y en el momento actual que sentía en ese día. Se calculó una única medida diaria resultado de la ponderación media de las anteriores. La puntuación final de la variable fue el resultado del cálculo de la media de las puntuaciones diarias.
Análisis estadístico
Se efectuaron análisis de regresión lineal jerárquica para cada una de las variables criterio, introduciendo en un primer bloque y mediante el método enter las variables edad y sexo en todos los casos, junto con el nivel de la variable criterio medida en el momento 1, así como otras variables de control específicas para cada criterio. En un segundo bloque se introdujeron las variables potencialmente predictoras: estilo rumiativo, rumiación sobre la lesión y mindfulness rasgo. En este segundo bloque se utilizó el método de regresión por pasos sucesivos, con el fin de determinar aquellas variables que mejor predijeran el criterio y descartar aquellas que no aumentaban de modo significativo la capacidad predictora, de modo que en el último paso el modelo cuente con las variables que verdaderamente explican la variable dependiente. Los datos fueron analizados con el paquete estadístico SPSS-22.
RESULTADOS
En la Tabla I, se muestra la media y la desviación típica de las variables utilizadas en los análisis.
En la Tabla II se presenta el análisis de regresión tomando como variable criterio la ansiedad diez días postlesión (M2). Además de la ansiedad en el M1, se introdujo como variable de control la ansiedad rasgo. Como puede observarse, el análisis da como resultado un modelo mediante el cual se explica un 58,3 % de la varianza de la variable ansiedad diez días después de la lesión (M2) (R2 corregida = 0,583). La única variable que finalmente permanece en el modelo de regresión es la rumiación sobre la lesión ( = 0,608 ; p = 0,027).
M1: momento 1 de evaluación. Ansiedad E: ansiedad estado. Ansiedad R: ansiedad rasgo. Rumiación-Les: rumiación sobre la lesión. *= p < 0,05.
La Tabla III muestra el análisis de regresión tomando como variable criterio la sintomatología depresiva diez días después de la lesión. Como puede observarse, el análisis da como resultado un modelo mediante el cual se explica un 38,6 % de la varianza de la variable depresión en M2 (R2 corregida = 0,386) en el que la única variable psicológica que muestra un valor beta significativo es el nivel de depresión en el momento 1.
Respecto a la predicción de la intensidad media de dolor experimentado durante los 7 días evaluados (entre los días 3 a 10 postlesión), el análisis de regresión efectuado (Tabla IV) da como resultado un modelo mediante el cual se explica un 37,4 % de la varianza de la variable ansiedad diez días después de la lesión (M2) (R2 corregida = 0,374). La única variable que finalmente permanece en el modelo de regresión es la rumiación sobre la lesión ( = 0,688; p = 0,011).
DISCUSIÓN
El objetivo del presente trabajo fue analizar mediante un estudio longitudinal el papel de algunas variables psicológicas relacionadas con los procesos de rumiación y atención plena, en la predicción de la intensidad de dolor experimentada durante los primeros días tras una lesión deportiva, así como del grado de sintomatología de ansiedad y depresiva a los diez días postlesión. El estudio de la influencia de variables cognitivas como la rumiación y el mindfulness en el dolor y la afectación emocional postlesión resulta especialmente interesante desde el punto de vista clínico, ya que, a diferencia de otras variables psicológicas como los rasgos de personalidad, son modificables a través de técnicas de intervención cognitivo-conductual. Pese a su importancia, hasta la fecha ningún estudio había analizado este papel.
Los resultados del presente trabajo muestran que el nivel de rumiación sobre la lesión que el deportista presenta durante los tres primeros días de producida esta es clave en la adaptación posterior. En este sentido, los análisis de regresión efectuados, tomando como variable el criterio la intensidad de dolor experimentada durante los días 3 a 10 postlesión, muestran que cuanto mayor es la rumiación sobre la lesión, es decir, cuanto mayor es la tendencia del sujeto a concentrarse en pensamientos desadaptativos y/o negativos relativos a lesión, vista esta como un estresor de difícil manejo, mayor intensidad de dolor media experimenta el individuo. Una vez tenido en cuenta el efecto de la rumiación relativa a la lesión, variables como el estilo rumiativo general del deportista o su tendencia basal a mantenerse en un estado de atención plena (mindfulness rasgo) no parecen ser relevantes en la predicción del dolor.
Igualmente ocurre con la predicción de los niveles de ansiedad. Una vez controlado el nivel inicial de ansiedad del deportista, cuanto mayor es la rumiación sobre la lesión durante los tres primeros días, mayores niveles de ansiedad aparecen a los 10 días de producida la lesión. El papel predictor de la rumiación sobre la ansiedad se ha visto en otros estudios con poblaciones diferentes, como el estudio llevado a cabo por Nolen-Hoeksema y Larson en 1999 25, en el cual se observó que el estilo rumiativo predecía aumentos en sintomatología ansiosa en población general con y sin depresión. El papel predictor de la rumiación se mantiene aún controlando el efecto de la ansiedad rasgo, es más, esta no resulta predictora de la ansiedad postlesión, lo que resulta muy interesante, ya que la rumiación estado sobre la lesión resulta más fácilmente modificable. Estos datos son coherentes, asimismo, con la Teoría de los Estilos de Respuesta 26, en relación a la cual se ha comprobado que las personas que presentan rumiación constante y se centran en sus síntomas, causas y consecuencias, no solo pueden intensificar un estado de ánimo negativo sino que, además, lo alargarán en el tiempo.
Los datos reflejados en este estudio resultan relevantes a nivel clínico, ya que la rumiación estado circunscrita a la lesión tiene elevadas posibilidades de ser modificada a través de técnicas de intervención cognitivo-conductual 27. Teniendo en cuenta que la rumiación se ha evaluado en referencia a los tres primeros días postlesión, parece necesario intervenir de modo inmediato tras la lesión, enseñando técnicas concretas al deportista que reduzcan las rumiaciones, con el fin de minimizar el dolor y la ansiedad. Según diversos trabajos, el efecto de la rumiación se puede agravar si no entran en juego elementos distractores, como la relajación, conductas distractoras u otros elementos cognitivos que interrumpan el proceso rumiativo 28. El entrenamiento de estos procesos en el deportista, tanto a nivel preventivo antes de producirse lesiones como en los momentos inmediatamente posteriores a la lesión, sería, por tanto, de gran interés. Por otra parte, algunos trabajos muestran que existen elementos relacionados con la llamada inteligencia emocional, especialmente los procesos de atención y claridad emocional, que se relacionan con la tendencia a generar rumiaciones sobre los estresores 29. El ajuste de un nivel óptimo de atención hacia las emociones y el aumento de la claridad emocional, sería pues otro objetivo posible a trabajar con el deportista con el fin de acotar la rumiación constante 29 y, con ello, disminuir el dolor y la ansiedad postlesión.
Respecto a la sintomatología depresiva, los análisis indican que ninguna de las variables evaluadas, a excepción del nivel que presentaba el participante en el momento 1 de evaluación, predice su nivel. En estudios previos longitudinales con población general, la relación entre rumiación y depresión aparece a muy largo plazo. Por ejemplo, Just y Alloy en 1997 30 encontraron que, tras evaluar los estilos de respuesta en sujetos no deprimidos, aquellos con puntuaciones más altas en estilo rumiativo fueron más propensos a sufrir depresión 18 meses después. Teniendo en cuenta estos datos, una posible razón de la ausencia de valor predictivo en este trabajo de variables relacionadas con la rumiación puede ser el corto intervalo de tiempo que separa las dos evaluaciones. Por último señalar que el presente trabajo cuenta con limitaciones que han de ser tenidas en cuenta. Por una parte, la muestra que se evalúa es pequeña, lo que dificulta la generabilidad de los datos. Por otra parte, el tiempo transcurrido entre el momento 1 y 2 no es largo, pudiendo haber relaciones que requieren de un mayor lapso temporal que no han sido identificadas. A pesar de estas limitaciones, los resultados presentados pueden tener cierta relevancia clínica, ya que contar con la identificación de procesos modificables como la rumiación cuyo manejo permita, al menos en parte, la disminución de la intensidad de dolor y de ansiedad resulta importante, no sólo porque la aparición de ambos síntomas disminuye la calidad de vida del deportista, sino porque una elevada intensidad de dolor y ansiedad puede dar lugar, junto con otros elementos no evaluados en este estudio (v. g. catastrofismo, miedo al movimiento, etc.) a la puesta en marcha de mecanismos de cronificación del dolor 27 y a una peor recuperación de la lesión deportiva 9.